Partida Rol por web

Luego evaluar rápidamente su realidad, el elfo se desanimaba producto de las heridas y la perdida de sangre -Se que no me quieres escuchar, pero yo soy un caso perdido, ve con los demás... si te quedas aquí encontraras tu final- dijo con voz casi inaudible, debido al dolor de las heridas.

Sentía que le faltaba el aire, trato de dar una bocanada de aire para continuar embistiendo con estocadas a las criaturas estas que no terminaban de desaparecer. Siendo así procedió a atacar rápidamente al zombie ahogado y así eliminar uno mas.

No pretendia buscar la muerte, pero no veia como evitar el triste resultado de esto... Todos los zombies tenian su atencion en el y esto da una pequeña ventaja a Buri para escapar, esperaba este bicho no busque la muerte como el otro.

Buri veía acercarse a la tripulación renacida del Wellen Brecher con una clara expresión de disgusto. La horda de no-muertos se engrosaba con cada soldado que caía y no parecía haber una definición clara de cuanto más podría durar el combate. Al paso que iban, terminarían siendo alimento de zombis de una u otra forma... era un destino inaceptable del cual no pensaba participar. Escuchó los lamentosos murmullos de Eldillor, cuya moral se había quebrantado quizá por la invasión de los mismos pensamientos que expulsó el rompescudos de su mente. Gruñó, hastiado por tener que cargar con el peso del elfo más de lo que hubiese preferido y dejó que las palabras salieran de su boca:

—Si te matan, elfo, revivirás. Serás un problema más con el que lidiar. Así que cierra el pico y sígueme, si quieres morir entonces muérete cuando hayamos salido de esta.

El enano levantó el escudo y aprovechó que los no-muertos todavía no estaban sobre él para salir corriendo hacia el ensombrerado espadachín que luchaba ferozmente por su vida como un animal acorralado. Con una veloz zancada logró darle alcance a una de las criaturas renacidas y su hacha se convirtió en un borrón en el aire dirigido hacia el cuello de un alzado con armaduras Kurgan.

la horda no parecía tener un final, todo parecía perdido, no había esperanza, pero para desgracia de estos bastardos no muertos, no era de los que se rendian, este estaliano había probado su valía contra muchas criaturas del mundo y no iba rendirse sin dejar la cantidad mas alta de estos cadáveres  en lo que deberían estar, muertos, "Probar la punta de mi acero, malditas sabandijas" les grito mientras ataco a quien tenía encima, me di cuenta de que alguien se había desecho del otro, pero ahora no sabía quien, ya lo buscaría cuando estuviera con Morr

La horda de resucitados parecía no tener fin y su líder seguía sin aparecer en mi campo visual, pero eso no era impedimento para un enano, solo significaba mas trabajo que hacer, mas muerte que impartir, con lo que  on férrea determinación volví a hacer que mi hacha subiera y bajara dejando tras de si un rastro de sangre coagulada y algas troceadas

-¡Ven a mí, nigromante, y enfrenta mi hacha!- bramé iracundo por tener que vérmelas con los secuaces y no con el amo

Los zombis no paran de aparecer, tenemos que acabar rápido con los que molestan y correr hacia el nigromante

- Marius, ayuda a los nuestros, Kargun y yo nos adelantamos para abrir hueco -  le grito al mercenario durante el fragor del combate, mientras avanzo intento lanzar un proyectil hacia los no muertos que rodean al grupo pero no consigo nada

- Malditos vientos de la magia... - suspiro avanzando hacia el enano suicida.

Marius asintió con la cabeza. Quien se encontraba en peor posición en esos momentos era Ellidor. Si moría no tendría que devolverle sus jebras, pero sin duda alguna su amistad valía más que aquellas piezas de armadura. El gladiador, pese a estar casi convencido de la derrota, se acercó a donde se encontraba su compañero y efectuó un ataque con su fiel mangual contra uno de aquellos norses renacido. El impacto por la espalda fue brutal e hizo saltar carne y sangre negra por doquier.

- ¡Eso, no te mueras todavía! - Apoyó las palabras del enano Buri. - ¡Vamos, son fáciles de destruir! ¡Muchos si, pero se les mata fácil! - Exclamó con algo de esperanza renovada al ver que prácticamente derribaba a uno de aquellos seres con cada ataque.

Eldillor descargó un golpe de su lanza descuartizando el costado derecho desde el hombro de un no muerto. No volvió a levantarse. Entonces Buri creyó que los muertos no le atacarían y cargó para ayudar al estaliano. Pero antes de poder golpearle, se encontró por el camino las garras de los no muertos que reclamaban su vida. Uno clavó sus garras en el brazo izquierdo por detrás del escudo, mientras el otro rasgaba la piel que dejaba descubierta el casco alado en la mejilla derecha. Sin la armadura, el rompeescudos estaría uniéndose al ejército de no muertos. Sin embargo su tenacidad le llevó hasta el lado del estaliano segando la pierna de uno de ellos y cortando el vínculo con el nigromante.

Por otro lado Luis cruzó su estoque sobre el pecho, garganta y finalmente clavó la afilada punta en la cabeza del muerto, dejando de moverse para caer al suelo como un fardo de patatas. De repente, de tener tres enemigos rodeándolo, solamente quedaba uno, el más peligroso, que resultó demasido lento para el espadachin, que pudo evitar su ataque fácilmente.

Mordrak despachó al ahogado que había sido presa de varios ataques antes y corrió junto al enano matador a tiempo de ver como este acababa de varios hachazos con la "vida" de otro no muerto. Marius golpeó en un giro abierto de su mangual al norse acabando con su enemigo.

Pero los muertos seguían llegando.

Buri se encontró de repente con un guerrero norse que venía por su costado derecho. Marius ahora tenía que enfrentarse a un ex compañero caído y Mordrak no pudo llegar junto al enano al salirle dos ahogados al paso.
Luis, que vio como su vista se despejaba de repente de enemigos fue asediado por otros dos, un miliciano humano caído y un guerrero norse.

Kargun puñojamón gritaba para enfrentarse al nigromante. Y su grito fue escuchado. Los no muertos se hicieron a un lado dejando ver una armadura completa, roja como la sangre, que avanzaba hacia él.

-Aquí me tienes, "pequeño". Veremos si tu brazo es tan fuerte como tu boca.- En su mano llevaba una espada enorme y serrada, pesada incluso para un hombre formido acostumbrado a manejarlas. El óxido de su hoja denotaba poco interés por su limpieza o cuidado. Pero cuando estuvo más cerca Kargun se dio cuenta que no era óxido...si no sangre seca de sus víctimas.  

Tenía una buena oportunidad para acercarse al nigromante. Tenía simplemente que acabar con aquel miliciano retornado y tendría vía libre hacía el nigromante. Lanzó un golpe de mangual con la esperanzador de acertar sobre el blanco, pero falló. Igual fue por el cansancio o puede que simplemente el zombie fuera más rápido que él, pero lo cierto fue que perdió una buena oportunidad.

- ¡Debemos llegar junto al nigromante! ¡Soll así tendremos una oportunidad! - Exclamó lo evidente.

Aquel nigromante había sido muy estúpido accediendo a las pretensiones de Kargun. Su orgullo ybsu prepotencia al creerse más poderoso que el matador, podían ser su fin. No podían perder aquella opción de finalizar el combate. De lo contrario, todos se unirían a las huestes del nigromante.

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Buri sangraba a través de casi media docena de golpes visibles que se asomaban crudamente en los puntos descubiertos de su armadura como moretones sangrantes y arañazos. El enano sin embargo no se detuvo y chocó contra el no-muerto que acosaba a Luis, un golpe del hacha lo suficientemente fuerte bastó para derribar al zombi y evitar que se levantara otra vez. Aparentemente, bastaba con descargar la suficiente potencia en un ataque para quebrantar el vínculo que poseían con el nigromante.

Dirigió un segundo golpe de hacha al norse resucitado que combatía con el espadachín, si lograba atraer su atención sería más fácil para el estaliano derrotarlo. Una veloz mirada de reojo hizo que se diera cuenta de que él no estaba solo, se acercaba otro guerrero revestido en acero oxidado. El enano retrocedió un par de pasos y levantó el escudo, preparándose para el impacto una vez más.

Un nuevo cadáver reposaba a mis pies, destrozados, y la frustración me corroía mientras seguía abriéndome paso a la fuerza por aquella masa descompuesta y apestosa hasta que, finalmente, mi clamor fue atendido por el líder de aquellos renegados... y no era otro que un guerrero del caos. ¿Qué clase de brujería era aquella que otorgaba poder sobre los muertos a los siervos de los Poderes Oscuros?

Fuera como fuera, aquel sí que parecía un enemigo mas que capaz de darme muerte, ante lo que esbocé una sonrisa maníaca de pura determinación... que lo intente, no se lo pondré fácil y, si puedo, me lo llevaré conmigo a la tumba

Por fin te muestras, cobarde... bailemos- gruñí a su provocación alzando el hacha

El elfo estaba sintiendo la presión del asedio, se encontraba solo y debia aguantar para que estos no fueran con sus compañeros... mas su cabeza estaba con la pulga suicida, sentia que debia correr a ayudar.

Escucho a Marius y esto le saco una sonrisa. Conocia muy bien a su impetuoso compañero... sabia que este guerrero haria grandes estrasgos contra aquel ser del caos.

Rapidamente pasaba una mirada sobre sus opciones...

Al pensar en un nigromante por mi cabeza pasaba alguien más anciano, raquítico o por lo menos con menos apariencia de guerrero, es el momento, debemos cargar. Justo en ese momento 2 ahogados aparecen para cerrarme el camino, intento lanzar un conjuro a uno de ellos, pero la tensión me hace dudar no consiguiendo resultado alguno.

- ¡Mierda, voy con Kargun, aguantad! - grito hacia el resto del grupo mientras corro hacia la dirección del enano confiando en que no consigan golpearme los no muertos.

Viendo como el grueso de resucitados se hacían a un lado y el maldito guerrero del caos aguardaba su suerte bramé mi grito de guerra y me lancé a por él con toda la intención de partirlo por la mitad, de arriba a abajo, en un único y potente golpe

La poderosa arma de Kargun efectuó un arco descendente que fue detenido por el acorazado brazo derecho. Una malvada risa brota del interior de la armadura mientras un liquido negruzco rezuma de la herida manchando la afilada hacha.

-Eso es todo lo que saben hacer los de tu pueblo.- No era una pregunta, era una afirmación. -Por eso estáis abocados al fracaso y la extinción.-

En un movimiento lateral golpeó con el puño derecho al enano alejándolo lo suficiente para asestarle un mandoble directo al mismo brazo que este golpeó antes.

El maldito líder de los norses no muertos era un tipo duro, sin lugar a dudas, y buena muestra de ello fue que detuvo mi ataque solo con su brazo acorazado... antes de golpearme con dureza

El dolor sacudió mi cuerpo cuando el espadón mordió mi brazo, dejando un produndo corte. Apreté los dientes con fiereza y, reafirmando mis intenciones, descargué mi arma sobre mi enemigo con saña

ahora el matador estaba ocupado con el nigromante, mientras despachaba al pobre desgraciado que era el zombie al que me estaba enfrentando, pero todavía quedaba uno con vida y me estaba intentado golpear sin exito, aunque por la velocidad de mi esquive, no pude acertar.

Eldillor no encontró manera de poder ayudar, por lo que realizaba gritos tratando de llamar la atención a la mayor cantidad de zombies y así evitar que les afectaran a sus compañeros. Sentía que eran los últimos con vida al ver tantos muertos en toda la plataforma.

Veía como se aproximaban y les gritaba para contrarrestar la muchedumbre.

-Malditos bastardos, vengan a morder el hierro de mi lanza!- gritaba, mientras se posicionaba para defenderse de todos los golpes que pudieran venir.

-Que lluevan los golpes- se dijo a si mismo con una sonrisa en su rostro y les deseo a sus compañeros que pudieran continuar haciendose paso, mientras este buscaba retener a la mayor cantidad de bichos.

El cansancio estaba afectando al gladiador. Su respuesta no era tan buena, sus golpes fallaban y la lluvia no mejoraba el ánimo. Marius se enfrentaba a un ahogado, más tuvo que utilizar toda su agilidad para detener la espada de un norse muerto que le pilló completamente desprevenido mientras veía como se acercaba a su cabeza.

Buri intentó ayudar a Luis, pero también tuvo que retroceder ante uno de aquellos guerreros no muertos. Sin embargo la situación no mejoraba. Cuatro muertos más cercaron al enano presionándole en todas direcciones mientras sus huesudas garras rayaban su armadura y escudo, mientras intentaba detener todos los ataques.

Mordrak el hechicero se lanzó a la carrera para ir junto al enano, mas una mano cadavérica le rasgó la ropa de la espalda dejando finas líneas de sangre allí donde había estado hace un momento. El mago evitó el ataque de un norse en plena carrera consiguiendo llegar junto a los dos guerreros que combatían mano a mano.

Luis intentó volver a repetir los movimientos que hiciera antes, pero al dar un paso lateral pisó el cuerpo sin vida de un miliciano no pudiendo continuar el ataque, perdiendo pie y poniendo muy difícil poder esquivar el hacha que se dirigía hacia su costado.

Eldillor estaba muy herido y los muertos se amontonaban a sus pies. La vista se le tornó borrosa durante un instante y decidió escudarse. Sobrevivir. Intentar recuperar fuerzas durante unos segundos esperando la oportunidad adecuada para asestar un buen golpe. Los no muertos nada tenían que hacer frente a su defensa de escudo y lanza elfica.

Mientras tanto, Kargun encajaba un tremendo espadazo que hizo saltar la sangre del enano varias filas. El serrado espadón hacía daño, mucho, así lo entendió el enano y ese nigromante no parecía ser un hechicero del tres al cuarto.

El elfo pudo reponerse y  evitar todas las cosas esas que se le abalanzaron. Tras evitar todos los ataque, el elfo vio una oportunidad para subirse a las cuerdas y sin pensarlo la aprovecho.

-¡Siganme malditas escorias!- grito al dejar caer sus armas y saltar a una de las cuerdas en forma de escalera.

Creía que no lo lograría, pero el destino lo permitió y subió lo mas deprisa posible.

Una vez a varios metros de la plataforma, se posiciono para sacar su arco y hacerle ver al enano que no seria el único que se llevaría la diversión con ese caótico ser.

Al tensar la cuerda de su arco con la flecha dijo -a ver si aguantas maldito-