- Montar con mi tío es un poco violento. - Pensó Robasart. - Es poco varonil, pero entiendo que es lo mejor. Debería haber aprendido a montar mejor. - Resopló el bardo.
Apremiaba llegar cuanto antes al Kero Fin. El hijo de su tío estaba en grave peligro y habiéndose retrasado tanto durante la primera etapa del viaje, no sabía si ya sería demasiado tarde para él. Desde luego, si seguía tirado en la nieve, habría muerto hacía días y era más que posible que no encontrar su cuerpo fuera posible. Las alimañas se habrían alimentado de éste y en el mejor caso y de no ser así, muy posiblemente estaría sepultado por una montaña de nieve.
- Vamos... - Le dijo a Broyan nada más montar junto a él en su caballo. - No perdamos más tiempo...
Leyendo lo que dices os pongo una aclaración, que creo que no lo expliqué bien en el arranque de la partida.
En la Revelación Broyan pudo ver a Broaldes herido en la nieve en la ladera de la montaña, pero estaba refugiado junto a un fuego, y con ropa de abrigo. Es decir no estaba a la intemperie total herido, porque entonces si que no habría apenas posibilidades!
Nuestras palabras no cayeron en saco roto y obtuvimos hospitalidad de los durultz. Una frugal cena y unos bancos calientes para descansar. Nuestros caballos fueron también atendidos, por lo que a la mañana siguiente estaban frescos como una lechuga. No habían sido machados en nuestra primera parte del viaje, así que ahora podríamos pedirles más trabajo. Le sugerí a Robasart que montara en la grupa de mi caballo, para intentar ir más deprisa y llegar cuanto antes a la montaña. El tiempo apremiaba y no podíamos retrasarnos más.
-"Sí, vamos." Le dije.
Me despedí de nuestros anfitriones, dándoles las gracias, y salimos a primera hora de PuntoPato.
Motivo: Montar
Tirada: 1d100
Dificultad: 75-
Resultado: 30 (Exito) [30]
Fuerzo a los animales para llegar antes.
- Espero llegar a tiempo. - Le dijo con cierta preocupación.
Si bien la visión de Broyan sobre su hijo herido no había sido tan catastrófica como Robasart había entendido, el joven hijo del líder del Clan de los Lobos Grises seguía estando en apuros.
- Es hermoso ver cómo no pierde la esperanza. - Pensó el bardo. - Por desgracia, no creo que tenga demasiadas posibilidades... Debe estar ya muerto. - Reflexionó realmente apenado.
Entendí a la primera que Broaldes no estaba tirado en la nieve inconsciente. Pero gracias por la aclaración!
Aprietas el paso de los caballos, cabalgando con rapidez por la nieve y el hielo, mientras en la distancia la gigantesca montaña parece acercarse más y más.
Poco a poco el terreno empieza a hacerse más elevado, pero fuerzas los caballos y tras dos agotadores días llegáis a las laderas de la fortaleza Wintertop, hogar de los exiliados de Tarsh.
DÍAS DE VIAJE: 6
FIN ESCENA 1