Partida Rol por web

En efecto. Tal y como las cadenas que sujetaban a las Arrodillas se habían soltado por la voluntad de Roazranne, las cuerdas con las que Ánder la había atado se desprendían por si mismas. La bobina de cuerda que le había parecido tan formidable se desenroscaba sola como una serpiente perezosa.

Roazranne le escupió la cerveza en la cara a Glimgmar, se atragantó, boqueó y por fin soltó una carcajada desdeñosa.

—¿No habéis entendido aún que no podéis vencerme?

 Glimgmar le tapó la nariz para que dejase de hablar y tragase hasta terminarsela toda.

 - Vuelve a escupirr la cerveza y te beberras tu prropia sangrre hasta ahogarrte maldita brrruja.

 amenazó, y erra la primera vez que parrecía hacerlo totalmente serrio. Quizás pudiese jugarse con la vida de las doncellas desaparrecidas, perro no con una buena cerveza. El sacrificio que estaba haciendo Glimgmar erra desproporcionado, perro erra muy cabezota, sabía que había un punto, antes de ahogarse, en el que sólo podría tragar y tragar, y entonces, sólo tendría que esperrar a que le golpease la miel de la verdad en sus labios y confesase todo, a malas...o de buenas manerras.

 Trataba de mantenerla inmovil, más después de que la elfa se alterase. Mirró de soslayo con el ceño muy fruncido.

 Brrrujos...siempre brrrujos...no podían ser conejitos rosados, no...tenían que ser brrrujos.

- Echemosla al drragón...¡y mientrras la degolla y se la traga rescatamos a las chiquillas!

 Obviaba que tal vez el destino de esas niñas estuviese ligado a la señora del látigo, pero confiaba igualmente en su propuesta en que detendría al dragón antes de que la decapitase de un mordisco.

 - ¡brrrujerrría! ¡Eso, o ha habido alguien aquí todo este tiempo!

 Buscó con la mirada muy delicadamente, sin fiarse...inspiró sonoramente por la nariz, como si tratase de separar patrones de olores.

 ¿Y si no estaban solos allí?

 Trrrucos de brrrrujos.
 

Encrespó las cejas con decisión y cierto temor mal disimulado, igual que cuando los más jovencitos cierran los ojos o tratan de evitarlo cuando uno de sus instructorres alza la mano y creen que van a ser golpeados o reprendidos de alguna forma. El enano sabía que no se debía jugar con el mundo de los espírritus...

 - No...no se debe jugarr con algo tan poderroso y místico. - Susurró con voz ronca, aletargada por la inmensidad que cobraba aquella posible respuesta a todas sus dudas.

  - ¡Manifiestate si estás aquí! ¡Da la carrra!

 Gritó a la sala, esperrando que un fantasma se materializase en ese instante delante de ellos...luego, miró de reojo a la Señorra del Látigo.

 - ¿Qué es lo que tenemos que comprender? - No serrá que...está poseída...por algun espírritu... - Se sintió tentado a soltarla, perro no lo hizo por la segurridad de todos.

 - ¿Payne? ¿Es posible que...? Brrr....

 Aunque podía esperar un "Enano cenizo!" propio de Fasber con la voz de Payne, le parrecía otra idea menos descabellada que tener atadas a tu vida a quien sabe cuantas chiquillas inocentes.

—¿Por qué los malos están a cada minuto recordándote de lo malignamente poderosos que son a base de preguntas retóricas?

Céfiro se rascó filosóficamente la barbilla con una manita brumosa.

Kayle resopló poniendo los ojos en blanco y decidió ignorar las chorradas de su Familiar.

—Por Akadia, ¡que alguien le cierre el pico a esa arpía!—gruñó desde la otra habitación—. ¡Con su verborrea no hay quien se concentre!

Puede que no pudiesen matarla, pero al menos podrían estar haciéndola picadillo hasta cansarse mientras pensaban en una solución al condenado problema (y qué diablos, era una forma estupenda de descargar frustración) ¿Cómo salían de aquella ahora?

No encontraba por el momento el condenado silbato así que de nuevo se asomó a la sala. La frase a medias del enano la hizo pensar si no había "algo" más en la misma... Lo cierto es que no tenía ni idea, pero el hecho de que a Roazranne se le hubieran puesto los ojos de color extraño y le hubiera hecho tanta gracia el comentario sobre los nueve infiernos, la mosqueaba.

Esperó a que alguno de sus compañeros con un arma más grande que él tuviera la amabilidad de machacar a la Señora del Látigo antes de añadir:

—La única forma que se me ocurre de desentrañar esto es sonsacándoselo o a ella o a la semidrow—suspiró—. Roazranne no va a estar por la labor, y me temo que Miz'ri tampoco pero al menos ella no tiene su integridad física asegurada por una regeneración infame.

Levantó los brazos sobre la cabeza y luego los dejó caer por su propio peso. Se le antojaba imposible pero no perdían nada por probar; o lo conseguían, o se quedaban como estaban. Aunque primero habría que despertarla, claro. Y no pensaba hacerlo con Roazranne graznando en perfecto estado.

—El miedo al dolor no funciona con una Loviatarita—recordó por si a alguien se le ocurría algún otro modo por el que persuadirla—. Payne, tú las "conoces" mejor que nosotros. ¿Sabes si a caso hay algo por lo que pudiera sentir alguna debilidad?

-¡Ya estoy harto! ¡Más que harto!-dijo Ander a la arrodillada- ¡No queremos matar a tus hermanas! ¡Queremos rescatar a unas niñas! ¿Tanto te gusta torturar? ¿Tánto te gusta producir dolor? ¿Tanto dolor te han producido ya que sólo crees que así se puede lograr el amor? ¿Que sólo así te puedes sentir viva?

Se volvío hacia Roazranne. Con la cara llena de furia. -¡Monstruo! Disfrazas tu locura con la adoración de una diosa diabólica, pero la pura verdad es que te gusta. ¡Que disfrutas con el sufrimiento de otras personas! ¡Que condenas a tus propias hermanas a la muerte por estupideces! ¡No descansaré hasta verte muerta! ¡Por Torm que cumpliré mi juramento!.

Amber avanzó hasta Roazranne y procedió a golpear y golpear con su arma. Aquel monstruo no saldría hoy de allí.

Glimgmar tuvo que apartarse de Roazranne a toda velocidad para que los furiosos espadazos de Ánder no lo alcanzaran a él también. La habitación se quedó en silencio mientras el paladín se entregaba al asesinato, destrucción y mutilación. La sangre, las vísceras y las astillas de hueso salían disparadas en todas direcciones en un espectáculo macabro, pero Ánder seguía golpeando, subiendo y bajando la espada como si se hubiera vuelto loco. No se detuvo hasta que se quedó sin aliento. 

Estaba cubierto de sangre de los pies a la cabeza, como un guerrero consagrado a Gáragos más que a la justicia de Torm. La Arrodillada que permanecía consciente se había hecho un ovillo tembloroso; se había tapado la cara con las manos y lloraba ante el espectáculo macabro, o quizá pensaba que ella iba a ser la siguiente. Hacía tiempo que Nanthleene había dejado de mirar, y eso que había abogado por asesinarlas a todas. Hasta Ulfe parecía incómodo.

—Y luego soy yo la psicópata —comentó Payne, como si tal cosa—. Para repudiar tanto a las Hermanas en el Tormento pareces un auténtico portador del dolor. No eres mejor que nosotras, Ánder, aunque disfraces tus actos con palabras bonitas. Yo no tendría tanta facilidad como tú para reventar a mi madre de esa manera. Aunque supiera que es sólo apariencia. 

Roazranne estaba destrozada. Se podían atisbar pequeños movimientos, atisbos de que la regeneración de la sacerdotisa seguía activa y trataba de recuperar los tejidos perdidos. Pero desde luego tardaría en recuperarse de aquello, tendríais tiempo para buscar una solución definitiva.

Payne miró a Kayle.

—¿Debilidad? Pues claro. Todos tenemos debilidades imperdonables. Miz'ri es una semidrow y lleva años escondiéndose de las drañas. Teme a esas cosas más que a nada en el mundo.

 Ánder: tu relación con Payne ha retrocedido 3 puntos: Rivalidad — Asociado (2)

 Ánder: tu relación con Nanthleene ha retrocedido 1 punto: Amistad — Asociado (3)

Tienes una sensación fría en el estómago.

Una sensación que conoces bien, que te recuerda a los viejos tiempos. A los malos tiempos. Una sensación que nada tiene que ver con la paz que te dio Dalavor, sino con tus correrías con la Fuerza Atroz, la banda de aventureros que te había llevado por el mal camino en tu juventud.

¿Estarás perdiendo tu camino? ¿Te estarás alejando de la senda del paladín?

Curiosamente, en lugar de taparse los ojos para no ver el despedazamiento de la Señora del Látigo, Kayle se tapó los oídos para no escuchar los sollozos de la Arrodillada.

«¡No! ¡No! ¡Déjala en paz!»

Tragó saliva y sacudió la cabeza para ahuyentar aquella voz fantasmagórica que le provocaba sudores fríos. Entonces apartó finalmente la mirada del espectáculo, como si hubiese encontrado algo muy interesante que mirar en una de las paredes desnudas de la habitación.

Tras el silencio formado, escuchó que Payne hablaba (bueno, más bien la vio mover la boca) y se quitó las manos de los oídos volviendo a dirigir su atención a ella justo cuando la loviatarita le respondía.

—¿Drañas?—dijo entornando ligeramente los ojos como quien busca datos en su memoria, draña le sonaba a "araña" pero no tenía ni puñetera idea de qué eran. Aunque si una semidrow les tenía miedo y Payne las llamaba "cosas"... seguramente no serían lo que se dice unas criaturitas adorables. Eso seguro—. ¿Qué es eso?

"Ya suponía yo que lo de que me dijera que tiene una colección secreta de tazas de porcelana para el té por la que siente auténtica devoción iba a ser demasiado fácil... "

Cómo odio cuando yo sé algo pero mi pj no. Grrr... XD

Tabin había observado la acción del paladín desde la puerta. Había estado a punto de clavarle su espada en la garganta para evitar que siguiese hablando. No habría hecho de Roazranne una pulpa sanguinolenta, eso desde luego, pero a pesar de la incomodidad que le provocaba lo ocurrido, no juzgaba a Ánder. Si ella hubiese sido una asesina más eficaz, con más cuerpos a sus espaldas, quizá sí habría reaccionado de ese modo. En ningún caso le resultaban extraños los sentimientos del paladín. Después de la tortura era imposible sentir compasión hacia sus enemigas. Y él ha sufrido una tortura psicológica igual que yo física. Es algo normal. Aquel pensamiento hizo que se sintiera fría, gélida. Tenía la sensación de que no sería la única con cicatrices al final del día.

-Escuchad -dijo Tabin con voz mortecina-. Estar aquí sólo nos va a volver locos. Seguir escuchándola... seguir escuchándolas... no nos está haciendo ningún bien. ¿Por qué no vamos a buscar los aposentos de Roazranne?

A Ander no le gustaba lo más mínimo estar tan sucio de sangre. ¿Pero había causado algún mal? ¿Que diferencia había con los golpes que había dado antes? Si la dejaban regenerarse se arrepentirían, de eso seguro. ¿Era el único con la fuerza moral suficiente para hacerlo? ¿Para sacrificar su felicidad por los demás?

-El caso Payne es... que no era mi madre, por mucho que lo disfrazara de una ilusión, lo que es, pues es. Matar nunca es bonito. Ni agradable. Igual no soy un portador de dolor, sino de justicia. O igual de venganza. Pero no quiero que Roazranne se levante y os mate a todos. Y si para ello me ensucio las manos pues sea.

-Y no te quejes tanto, porque bien que hablamos que morirían dolorosamente. Creo que voy a tener que tener más cuidado con lo que hablo contigo. Luego se cumple.

Miró a Tabin y a Kayle, ambas estaban proponiendo cursos de acción, desde registrar la habitación de Roazranne hasta encontrar un miedo que tuviera la semidrow.

-No tengo ni idea de lo que es una Draraña, Kayle... ayudaré a buscar a Tabin en la habitación de éste engendro.

Tienes acceso a la información básica de lo que es una draña y cómo se crean. Lo que te interesa ahora es que son mitad drow mitad araña, y que se dedican a perseguir a los enemigos de Lloth. Evidentemente, alguien con sangre drow que no venere a drow es una enemiga letal, y más aún si vive en la superficie.

-Por cierto, supongo que Miz'ri odia a las drañas porque la diosa drow las envía a matar a los que no la veneran o viven aquí arriba -dijo Tabin recordando algo que le había contado su madre alguna vez.

—¿Loth?

Kayle se pellizcó la barbilla mientras se sujetaba el codo con una mano. La genasí miraba hacia arriba con gesto pensativo como si estuviese destilando una idea.

"Qué bien me vendría en este momento una Imagen Silenciosa, diablos... ".

Si pudiera crear la ilusión de una draña, tal vez Miz'ri estuviera más dispuesta a hablar... pero no había aprendido todavía a tejer aquél conjuro. Además, seguía sin saber lo que era una draña pero viniendo de semejante diosa, sí, tenía que ser un bicho aterrador. Se apuntó mentalmente comprar un pergamino del susodicho conjuro en cuanto llegasen a Nesmé.

"Estás enfocándolo mal, Kayle" se amonestó a si misma frunció el ceño "No debes pensar en lo que no puedes hacer, debes pensar en lo que sí puedes hacer. Tiene que haber una forma de solucionar esto con los medios de los que dispones ahora mismo... ".

En ese momento algo se iluminó en su cabeza.

—¡Ah!—exclamó en voz alta mientras daba una palmada—. Creo que tengo una idea.

Miró alternativamente a la semidrow inconsciente y a sus compañeros.

—Podría hacer que alguno de nosotros adoptara la apariencia de una sacerdotisa drow, con un conjuro de ilusión—dijo, luego miró a Nanthleene. Una elfa solar en el mismo grupo que una drow no iba a resultar creíble ni de broma—. Aunque... si te ve a ti no va a colar, ¿te importaría quedarte en la otra habitación mientras, por favor?

Sonrió casi con disculpa, tratando de convertirlo en una petición y no en una orden. Estaba claro que la elfa no era de las que las acataban precisamente con gusto pero tenía la esperanza de que la idea de que todo era por rescatar a las chiquillas, a su niña, fuera suficiente argumento como para que no protestase mucho (igual hasta le daba por ayudar en la búsqueda del silbato, qué demonios) entonces miró al resto del grupo.

—¿Que os parece?

Podía disfrazarse ella, pero tal vez disfrazar a Payne que era quien mejor "conocía" a la Señora del Látigo y más duro tenía el carácter resultara mejor opción. No estaba segura así que quería escuchar antes lo que pensaban los demás.

Nanthleene apuntó con la nariz al techo de la estancia en un gesto de orgullo herido.

—¿Y qué harás al respecto del idioma, hechicerilla? —le espetó Nanthleene—. ¿Qué haremos si esa semidrow conoce el idioma de signos de los drow?

Payne soltó un bufido.

—¿Por qué no la amenazamos simplemente con entregarla a las drañas? Debe haber una docena de entradas a la Infraoscuridad en las montañas cercanas.

—Los magos con sus trucos de feria —bufó el uthgardt antes de dirigirse a Tabin—. Te acompaño.

Tabin, Ulfe y Ánder se pusieron a poner patas arriba los aposentos de las Señoras del Látigo. Había un montón de efectos personales, la inmensa mayoría ropa y fruslerías de poco valor.

No obstante, encontraron una cajita de acero grabada con los mismos macabros motivos que habían visto en el pasillo. Estaba cerrada, pero carecía de cerradura. Tendríais que encontrar la forma de abrirla.

En un tablón suelto, bajo la cama más pequeña de las dos, había una colección de pequeños objetos: un camafeo con el retrato de una adusta drow, cinco dardos envueltos cuidadosamente, una daga de plata y un puñado de gemas en una bolsa de cuero desgastado.

—Ña ñe ñe ña ña... —repitió Kayle con los brazos en jarras y ladeando la cabeza de un lado a otro—. Pues al menos ayudará más que estar machacándola eternamente.

No estaba enfadada con Ulfe ni de lejos pero simplemente no eludía el reto de aquella especie de "competitividad sana" que parecía salir a colación cada vez que el bárbaro mencionaba algo sobre magia (o al menos  por su parte, en el fondo esperaba que Ulfe no la odiase en el sentido literal de la palabra y que se estuviera limitando a ser un cascarrabias)

"Además, ¿qué trucos de feria ni que porras? ¡Que me gradué en una academia!"

Asintió con vehemencia con aquél razonamiento y luego devolvió sus pensamientos a la realidad para ocuparse de Nantlheenee. ¡Mira que era picajosa! y eso que estaba intentando ser todo lo amable que podía. Aun con todo, decidió seguir en esa linea, pincharla sólo les haría perder un tiempo precioso.

—Bueno, obviamente no tenía pensado mantener una charla distendida con ella—dijo cruzando los brazos y encogiéndose de hombros a la vez—. Si no más bien algo como lo que ha dicho Payne: Si no puedo disfrazar a alguno de nosotros de draña, lo disfrazaré de algo que pueda amenazarla con una draña.

"O un viaje a donde haya a puñados... ".