Partida Rol por web

Dracs I.- La Cueva de la Bruja

A la Localitat de Ribes

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15/01/2014, 12:00
Valentí de Besalú

Esperé a que el caballero respondiense a la anfitriona y diera el visto bueno para las tareas de los esclavos antes de decir yo nada más acerca de salir con él o no.

Notas de juego

Pues eso, espero a Jaume.

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15/01/2014, 18:21
Jaume de Ferriol

- Habede dormido plácido et de un tirón. - Respondíle a Valentí evitando así que aqueste preocupárase en vano.

Fize gesto a Cinque, dándole a entender que encargaríase él del asunto de la leña.

- Cinque fará la labor anciana. El omne trabaja tanto et tan duro como poco fabla. - Díxele a la doña. Que menos que ayudar en tarea tan simple a nuestra anfitriona, et además, viendo la que caía quizá esa mesma leña sirvieranos de lumbre con brevedad...

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15/01/2014, 21:00
Cinque

Cinqué, tras pasar la revisión médica, a la cual hizo una leve reverencia en símbolo de gratitud... asintió primero a las palabras de la anciana, y casi al tiempo que su señor se lo indicaba, hallábase el moro levantándose para comenzar la tarea, pues reportabale aquella alegría. Non por tener que trabajar en si, si non por implicar esta moverse, generar calor, y conseguir buenas reservas para que la casa non se volviera fría, cosa que ya daba por segura y que odiaba.

Ojalá todos los trabajos que fizo e le tocarían facer fuesen así de pragmáticos para el, pues fueron muchos los que hizo que non otorgábanle bien alguno. Con este al menos, sabía que iba estar caliente.

Púsose a buen ritmo, constante y acompasado, a cortar aquellos leños, que trabajo dábanle, mientras los demás se debatían a sus menesteres.

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15/01/2014, 23:44
Ahmed

Ahmed que admiraba, simulando distracción, la decoración de la casa, respiró aliviado al oír que Cinque era el encargado de la leña y además, para su regocijo, no le habían encargado ninguna otra labor. Eso le permitía un poco de libertad para hacer lo que quisiese durante su estancia allí, pero su dicha duró poco al darse cuenta de que no habría mucho que en hacer en ese remoto lugar.

Miró a su alrededor mientras elocubraba qué hacer, pensando si seguir a la taberna con su señor o quedarse vagueando por la casa y su extraña dueño. La imagen de la dueña del lugar no le anima demasiado a quedarse pero acaba por salir junto a Cinque y acompañarle mientras corta leña.

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16/01/2014, 00:16
Diègue Moreau

Poco tardó Diègue en arrepentirse de su decisión de salir de la casa, pero por orgullo o tozudez no pensaba volver hasta bien pasado un rato. A falta de otra dirección que seguir, decidió orientarse hacia las voces que podía oír.

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18/01/2014, 16:16
Valentí de Besalú

El señor Jaume habíame dado su palabra, su palabra de que había dormido bien, y eso era reconfortante; yo lo veía como aquellos hombres que no necesitas preguntarles nada directamente, pues con tan sólo su presencia y su manera de estar puedes ver a través de ello, ver cómo se sienten. O incluso esa serie de personas que en diciéndote algo sin sentido o poco común, puedes hallar la verdadera repuesta tras esos aportes. Así era para mi don Jaume.

Fiero caballero y de boca prudente, un buen activo para viajar, sin duda. Sin siquiera insistirle (pues no era yo mucho de ello y menos a uno con tamaña espada) me asenté un poco las ropas, tomé la manta que le dejé a Ahmed la noche anterior y me la puse sobre los hombros, rodeando el círculo que cubría mi torso y haciendo de botontes (a la misma altura altura) con mis dos manos: ya estaba dispuesto para salir. ¿Querría ir a ver su caballo don Jaume?

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18/01/2014, 19:22
Jaume de Ferriol

Posé la mia mano sobre el hombro de Valentí et díxele; - ¿Marchamos pues?. -

Et tras despedirme de la señora encamineme en dirección al portón...

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19/01/2014, 20:46
DJ

El caballero y el médico salieron de la casa para conocer un invierno como ninguno de los dos había visto nunca. Más que en las tierras pirenaicas parecíanse a las lejanas tierras siempre heladas del fin del mundo en el lejanísimo Norte. Una ventisca de proporciones gigantescas descargaba sobre vosotros, en apenas segundos estábais del todo blancos.  Como mucho veíainse tres o cuatro varas en todas direcciones, el viento aullaba y os golpeaba las partes de vuestra carne que quedaban al descubierto como cuchillas afiladas.

Era peor que el tormento aquella tormenta de nieve. ¡ Y decía la vieja que "igual" no podíais salir! Era imposible salir de casa, con que viajar leguas...

En éstas caminábais pesadamente hundiendo las pantorrillas en la nieve para dar con el francés, que joder, para ser del norte se desenvolvía pésimamente en la nieve. Igual era que estaba más acostumbrado a la cálida brisa del Mare Nostrum. El caso es que estaba casi hasta la cintura enterrado en la nieve, cuando oísteis que alguien daba voces, los tres caminásteis hasta las voces que aunque muy muy poco se veía, pudísteis ver a poca distancia (pues no se veía mucho) a un tipo de unos treinta alto y espigado con aspecto fuerte pero con un aire bobalicón que decía

Lo primer sereu empresonats amb blanc lligam.

Lo segon os trairà vostre més fidel esclau.

Lo tercer tornaré amb els qui os han deixat.

Gritaba a pleno pulmón el tipo alto, parecía moverse bien entre la nieve en virtud de sus grandes piernas y vísteis cómo se movía de un lado a otro de lo que parecía la plaza gritando como un poseso. Vísteis siluetas a lo lejos y escuchásteis a alguien decir

- ¡DÉJALO YA PAU! mientras intentábais acercaros más, el tipo simplemente desapareció de vuestra vista. Por fortuna y cuando ya empezábais a sentir los efectos del frío en los veinte dedos, os topásteis de frente con la taberna del pueblo. La única construcción sólida y con un dibujo de una jarra y un sol en una placa de madera de dimensiones modestas. Le habían quitado la nieve hacía bien poco.

Al entrar dentro había una mesa rectangular de madera con asientos también de madera y una mesa redonda con cinco asientos. Una barra de madera en la que había tres hombres sentados y las mesas vacías. Como siempre había un hombre de proporciones torácicas gigantescas al otro lado, contando su vida a los parroquianos.

- ¿habían visto alguna vez una tormenta como ésta?

Notas de juego

Primero seréis aprisionados por la blanca ligadura.

Segundo os traicionará vuestro esclavo más fiel.

Tercero volveré con los que os han dejado.

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19/01/2014, 21:00
DJ

Los dos esclavos salieron fuera poco después que sus señores, vieron entonces toda la fuerza de la naturaleza en plena ebullición. Nunca jamás habían visto algo como aquello, nieves ocasionales y Cinque casi ni eso. Aquello más que una nevada era una ventisca de ésas de una vez cada cien años. Los dos esclavos por fortuna, no tuvieron que alejarse mucho para dar en el lateral de la casa con un grupo de troncos desperdigados bastante largos aunque no muy anchos, no darían para mucho comprendísteis. Os pusísteis manos a la obra (Cinque al lío y Ahmed mirando) con un hacha medio mellada en medio de aquel infierno.

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20/01/2014, 11:04
Valentí de Besalú

Entrar en la taberna aquella era como sentir una bocanada de calor; y es que el mero hecho de escuchar otros alientos en otras voces, daba cálido hálito al lugar y nuestras carnes... ¡Pues menuda nieve de casi vara de altura!

Diègue -le dije con respeto mientra miraba "el percal" de la taberna-, deberías no salir sólo -no era un reproche, sino un consejo como hombre de medicina que era-, si los dedos se te entume... -aquella palabra era demasiado compleja para el entendimiento galo-, ehm..., si algun dedo o brazo o pierna se te con-ge-la-... ¡lo perderás! -y hacía un gesto de tijera, con los dedos índice y corazón, como cortando alguna extremidad o falange, y un servidor apuesta a que eso sí que lo entendió bien...-.

Señor Jaume, -dije ahora dirigiéndome ahí-. Ese tipo de ahí fuera..., el de las voces..., es Pau, el loco del pueblo... Sus padres parecen desesperados por no poder controlarle... -y sin más importancia, me acerqué a una de las mesas, preguntándole con la mirada al caballero Jaume si habíamos de sentarnos un instante en aquellas sillas a recobrar aliento caliente-.

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20/01/2014, 11:21
Jaume de Ferriol

- ¡Ay buen Valentí! - Díxele al médico cuando vílo sentarse. - Primus en la silla de monta, luego en la silla de la viejuna, agora en la silla de la taberna... ¡Valgame Dios! ¡Necesito movimiento Valentí! o lo que acabará con los mios miembros et con los de Diègue non será el frío, sino aqueste adormilamiento producido por la inactividad. - Et sentéme, regañadientes, junto a mi buen amigo.

- Contadme, ¿quien vos ha fablado del joven Pau? ¿El molinero? ¿Es él el su padre?. Por cierto, non vos he preguntado que impresión vos ha dado, ¿está mi animal a buen recaudo? Sabedes cuanto aprecio téngole. -

Et dirigíme al corpulento tras la barra; - ¡Maesse!, ¡traiga tres buenas jarras a aquesta mesa!.

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20/01/2014, 12:24
Valentí de Besalú

Cuando lo vi sentarse y decirme aquello, esbocé una sonrisilla, pues sabía que tenía el caballero tantas ganas de descansar allí que yo. E incluso me tomé la pequeña licencia de hacer ademán de levantarme, como poniendo ya las manos en la mesa para alzarme de la silla, mientras le hablaba.

Pues andemos -como jocosamente-, e no perdamos más tiempo: que el andar sobre la nieve y bajo los copos provechoso es...

Notábase el sarcasmo en las mis palabras, más enseguida torné serio cuando me preguntó aquello y sobre todo por su caballo.

Allí estaba el molinero -le respondí una vez se sentó-; y el molinero tenía hijo, y el hijo recogió el caballo... que muy bien lo cuidaría, que a ambos dos no le hacían asco a los dineros de buen recaudo que vos le paguéis... Mas el hijo, en confianza, me habló de ese Pau, que al parecer va tras las hembras como muchacho que es, aunque sea loco... Si le place al salir de aquí, podemos ir a ver al su caballo, que deseando estará de verle por el temporal caído y así... -y guiñe un ojo a Diègue con complicidad amistosa (volviendo al limpio sarcasmo contra nuestro líder de viaje), ¿acaso no quería aventuras el don Jaume?-, así podréis hablar con más cautela con ambos dos, molinero e hijo, si así gusta, je je...

Y apelé a Dios, o quien estuviera allí, para que las jarras no estuvieran la mar de frías.

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21/01/2014, 01:33
Diègue Moreau

Harto extraña fue para Diègue la imagen del hombre andando por la nieve clamando sus incomprensibles frases. Si por su perseguidor y por el temporal no fuese bien habría tomado a aquél por un fervoroso clérigo predicador.

A su pesar, agradeció entrar en la posada. Si hubieranle avisado con más conocimiento de aquellos fríos, habría tachado las sus advertencias de exageradas. Y ahí otra vez estaba el sanador, dale que te pego y testarudo como una mula. Estaba pensando en una contestación que pudiera entender cuando hizo aquél gesto con la mano. ¿Una amenaza o una advertencia? Aquél Valenti los tenía bien puestos.

Malinterpretado ha Diègue el gesto, pero para suerte lo tomó a broma y sentose junto al sanador riendo sonoramente, ya olvidado su enojo mañanero. La llamada al tabernero ayudó a mejorar su humor, pues aquello solo podía significar una bebida o platillo caliente, si es que podían prepararlo.

Esperando como estaban, más interés del habitual prestó a la conversación, así entendió que el el don Jaume estaba tan infeliz como él mismo ha un momento antes, y como que el molinero cuidaba la montura del caballero, y su hijo era el predicador, o conocía al predicador, ya lo descubriría.

- Divin ayuda necesita pour traveser la 'neive'. Rezar, c'est tout lo nous poder hacer -

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26/01/2014, 23:06
Ahmed

Ahmed se apretó contra los laterales de la construcción, arrebujado con la manta, para tratar de sortear las inclemencias meteorológicas. No se molestó en sacar las manos de la cobertura para ayudar al otro esclavo. Hacía demasiado frío.

- No me mires así, yo no estoy hecho para este tipo de trabajos. Mis manos se enrudecerían y perdería la precisión necesaria para escribir.

Respondía así a las ocasionales miradas acusativas de Cinque que, aún faltas de belicosidad, le recordaban que el africano estaba haciendo toda la tarea.

- Ya estamos más cerca hermano. - Dijo hablando en árabe. - Estamos en la península, más cerca de nuestro país y próximos a la libertad. Alá lo quiera.

Mirando el cielo y las nubes que se extendían hacia el sur, soñaba con volver a su ciudad natal y dejar de estar rodeado de estos bárbaros infieles.

- Además la guerra continúa y cuando el turco se una a los califas del sur, temblarán estos enclenques y volveremos a reinar, como siempre debió haber sido, por estas tierras.

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27/01/2014, 09:40
DJ

Sirve unas buenas jarras el tabernero -que extraña una tormenta tan fuerte. Hace décadas que no vivimos una tan dura, además tan de repente y no tiene pinta de amainar. Me tienen muy sorprendido de que hayan conseguido llegar hasta aquí con la que está cayendo ¿de dónde vienen si les puedo preguntar?

La puerta de taberna se abre y por ella véis entrar al tipo que vísteis de aquella manera. En efecto, ahora que lo véis más de cerca, no puede tener más de treinta, es alto y de complexión fuerte, va muy poco tapado para el frío que hace hoy y da la sensación de ser una persona en plenitud de fuerzas, tiene cuerpo de guerrero más que de tarado, pero la expresión de su cara no deja lugar a dudas: Está mal de la cabeza. Tiene una expresión bobalicona de tonto de baba.

Lo primer sereu empresonats amb blanc lligam.

Lo segon os trairà vostre més fidel esclau.

Lo tercer tornaré amb els qui os han deixat.

Los parroquianos y el tabernero que acaba de dejar las jarras sobre la mesa le miran desconcertados. El muchacho lanza una carcajada y sale por la puerta.

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27/01/2014, 13:03
Valentí de Besalú

Helo ahí de, del que os hablo, señor Jaume... -le dije al caballero-; que parece harto reconocible, pues los locos bien lo parecen, por desgracia... ¿Habéides oído lo que ha dicho? -le dije-. Y luego intenté explicarle a Diègue que aquel era el loco de antes, un apartado en el pueblo... No hice sino entonces mirar, desde mi asiento, al tabernero y a los pocos que allí había, con la mirada fija en las jarras... Mas al no entender nada de lo que decían (que la nieve en demasía habríaseme metido por las orejas), repetí aquella cantinela que tenía obsesionado al muchacho... ¿Es que acaso sólo sabía decir eso?

- Tiradas (2)
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27/01/2014, 14:10
Director

No entiendes nada fuera de lo dicho.

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27/01/2014, 17:52
Jaume de Ferriol

- El sabio es quien quiere asomar su cabeza al cielo, et el loco es quien quiere meter el cielo en la su cabeza. - Díxele a Valentí. Et quizá fuera aqueste loco de esos, quizá fuera uno de tantos que, después de vivir experiencias que escapan a la racionalidad, hubiérasele escapado la cordura...

Non dudaba yo que con lo de "la blanca ligadura" referíase aqueste a la ventisca recien llegada. Más inquietábame lo segundo, pues varios eran los esclavos que acompañábanme, et a lo tercero aún dábale vueltas sin encontrarle sentido...

Asentíle a Valentí. - Debemos fablar con el tarado, más non agora et tampoco en aqueste lugar. Luego buscarémosle. -

- Non deja de ser humillante para una persona de ingenio, saber que non hay tonto que non puedale enseñar algo. - Aquella lección habíala yo aprendido de Don Luis de Cañamanes, docto caballero con quien compartí muchas charlas nocturas en compañía de la tenue luz del candil y el sopor de un buen vino... ¡que tiempos!... Et sabía yo que de aqueste tonto del pueblo bien podríamos aprender buena lección, pues más sabe el loco en su casa que el cuerdo en la ajena...

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28/01/2014, 00:25
Cinque

Cinqué salió al frío, y se apuró en buscar el hacha y los troncos. Si algo había aprendido, es que trabajando se entraba en calor, y tenía que ganarlo pronto, o el frío se las haría pagar.

Escuchó a su compañero hablar sobre la libertad, sobre volver a su pueblo natal, sobre la conquista de España por parte de moros y turcos...l hechó un par de miradas incisivas, a las cuales Ahmed apeló que no podía trabajar. No había entendido el mensaje:

A Cinque le daban igual las disputas entre musulmanes y cristianos, y tenía total indiferencía en volver a "su tierra natal" donde lo habían tratado igual de mas en la península.

Siguió cortando leña hasta entrar en calor, y juntar unas cuantas piezas para llevar al interior, y procedió a entrar de nuevo al calor, que falta hacía.

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28/01/2014, 18:25
Diègue Moreau

Con premura agarró Diègue una de las jarras y disponíase a dar un trago cuando irrumpió el chalado en la taberna y cual bufón de corte recitó sus frases y desapareció. En verdad parecía capaz de traer de cabeza a las buenas gentes del pueblo.

- Mon Dieu. - Dijo olvidada la bebida en sus manos - ¿Nacer así, o quelque chose golpe a la su testa? - preguntó al tabernero. No sabía si el hombre pudiera entenderle, con que imitó el gesto de recibir un capón en la cabeza, como le hiciera su padre cuando desobedecía de pequeño.