Partida Rol por web

Dracs I.- La Cueva de la Bruja

A la Localitat de Ribes

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09/01/2014, 12:21
Valentí de Besalú

Entra al establo, muchacho, FLUUUUPPPP -y soplé dentro del cuenco que había hecho con mis manos muy cerca de la boca, como echándome calor en ellas-. Mientras cogía la montura el chiquillo, que tenía pinta de bonachón y no de fullero o o "metepiernas" como decía el del molino, acariciaba yo un poco el lomo del caballo.

Una vez dentro cerré la puerta echando una última mirada al cielo, que echaba ya nieve, por la última rendija de portón de la cuadra, advirtiendo y previendo que se avecinaba fría noche, como las que pasamos el grupo del caballero e que el resto de camino de nuevo a nuestra tierra, por los Pirineos...

Cepillarle, darle agua y grano en abundancia, y cambiarle las herraduras, al menos para limpiárselas si es que no tenéis otras nuevas por aquí -y al decir esto último eché una mirada, como si lo que hubiera en aquel sitio fuera algo más que paja, alpacas y un par de rastrillos pinchados sobre algunas de éstas.

Eeeh... -dije entonces-, veo que este lugar... -y esbocé una sonrisilla pícara, aunque hablaba respetuosamente al chico-, es un buen sitio para... -y le guiñé el ojo al chaval, sin tan siquiera acabar la frase-, ¿hay buenas mozas por esta aldea?

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09/01/2014, 17:17
Agneta

Mientras la vieja fue a abrir la puerta, Agneta se giró hacia Don Jaume, y le susurró cuidando que la mujer no la oyera:

-Por lo que he podido ver en mi experiencia, cuando a alguien se le pone la piel amarillenta, como la de esa anciana, tiene que ver con una infección interna grave, normalmente del hígado, que se hincha. En la mayoría de casos conlleva una muerte lenta y dolorosa. Y me temo, señor, que no tiene cura conocida...

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10/01/2014, 01:06
Jaume de Ferriol

Acerqué el mío oído a la boca de la moza de piel aceitunada, pues aquesta parecía querer decirme algo a voz baja.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo, et los bellos de mis brazos et nuca pusiéronse de pua cual erizo al sentir tan aquellos oscuros labios. Desconcertóme aquella sensación, pues había en ella una mezcla de rechazo aunque también una pizca de deseo contenido. Quizá tanto tiempo lejos de la mia Orden, et del recto camino de la mesma, hubieran hecho fisura en mi temple et convicciones...

...Aparté como pude de mi mente tales temores et contestele brevemente a la muchacha; - Entiendo. - atiné a decir, pues non quería alargar tal tema de conversación en presencia de la señora.

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10/01/2014, 11:05
DJ

Al principio el muchacho se sorprende cuando le metes en el establo, pero en seguida se tranquiliza, o al menos lo aparenta - siempre que tu Señor pague bien no habrá problemas en cambiar lo que haga falta- ¡vaya! parece que al fin y al cabo, el muchacho es de lo más listo -antes las había mejores. Había un par de ellas que estaban de quitar el resuello, ahora quedan algunas bastante feas por lo general. Pero ésas son las mejores, sin duda. Lo malo es que Pau siempre va detrás de ellas y como sus padres están nerviosos por lo que Pau pueda hacer, es cada vez más difícil quedarse con una a solas lo suficiente como para traerla al granero-definitivamente, el chico era bastante inteligente.

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10/01/2014, 13:06
Valentí de Besalú

¿Al molinero te refieres? -dije ante la insistencia de ese nombre. Al final parecía no un imbécil el crío...-. ¿Es vudestro padre? ¿Y qué les hace...? -me refería con ésto último a que si las perseguía, las trataba mal o cualesquiera otra cosa con las mujeres-.

Notas de juego

¿Quizá el muchacho habla así de él mismo, en tercera persona?

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10/01/2014, 16:23
Cinque

Cinqué se centró en aprovechar el calor del hogar, y poner la oreja a las conversaciones. La vida le había enseñado a aprovechar los momentos en los que estaba bien, pues nunca se sabía cuando te los iban a arrebatar, o se iban a terminar.

Sin duda alguna, aquella mujer parecía enferma, aunque nunca había visto ponerse la piel a alguien de aquel color. La explicación de la gitana le estremeció el cuerpo, y a pesar de la cercanía con el fuego, sintió un escalofrío y se alejó un poco de la anciana, no fuera a ser contagioso.

Cuando su compañero de penurias Ahmed entró, y vio nevar, asintió a las palabras de la vieja y dijo
"uuuu" en tono de preocupación.

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10/01/2014, 21:41
Ahmed

- Gracias Mi Señora.

Agitando el cuerpo para tratar de desenbarazarse del frío que arrastra desde la calle Ahmed se sienta en el suelo (procurando situarse cerca de alguna chimenea o brasero si lo hay) y observa la sala donde se encuentran sin quitarse la manta de encima.

Ante la pregunta, por llamarlo alguna manera, de Cinque explica en voz no muy alta que el curandero se ha quedado revisando el animal de Jaume. Mentirijilla práctica para no dar explicaciones  pero le ha resultado sospechosa la forma de despacharlo de Valentí y no quiere elevar comportamientos sospechosos frente a la anfitriona.

- Parece que estos norteños no entienden lo que es el frío.

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11/01/2014, 17:03
Diègue Moreau

- Gens du village, comportement étrange - contestó el marino, algo parecido a un refrán que tiempo ha oyó en Marsella.

- Valentí volver rapide, ou dormir con hambre - la sidra debía de comenzar a subirle a la cabeza, pues no acostumbraba a hablar más de unas frases sueltas de cuando en cuando.

Menos afectado por el frío, comenzó a sentirse aburrido de estar tan solo sentado a la espera de la cena sin nada que hacer. Rebuscó por sus ropas, pero como nada encontraba que distrajese su atención, un dinero acabó sacando de su bolsa para juguetear con la moneda entre sus dedos.

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13/01/2014, 11:20
DJ

- No, el molinero no es mi padre. Me refería a Pau, el loco del pueblo. Oye... tengo que volver al trabajo o me van a dar una buena tunda. No quiero ni pensar lo que me hace si me ve aquí perdiendo el tiempo.

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13/01/2014, 13:44
Valentí de Besalú

Claro... -le dije al muchacho-. Yo vuelvo a la posada. Mañana vendremos a recoger el caballo, o al menos a verle. Cuídamelo bien.

Y acto seguido marché de allí directo a la casa, pero justo antes de salir, me giré al chico y le hice una última pregunta.

¿Qué le pasa a esa tal Roxetta? Parece enferma... -presuponiendo incluso que sabía a quién me refería, por el mero hecho de ser del pueblo-.

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13/01/2014, 17:41
DJ

Dice desde la puerta del molino

- es de vieja. Nadie lo sabe, creo que la vio ya un médico y dijo que no tenía remedio. No vivirá mucho -dijo abriendo la puerta.

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13/01/2014, 18:46
Valentí de Besalú
- Tiradas (1)

Notas de juego

He tirado por Empatía para ver si eso de "es de vieja" no escondía algo. Me marcho directamente a la casa.

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13/01/2014, 19:28
DJ

Mientras Roxetta termina la sopa os manda al desván a por una enorme mesa. Entre todos traéis una mesa en condiciones, de buena madera y serias proporciones que montáis sin dificultad en el amplio salón. En seguida pone la mesa y aparece Valentí.

Durante la cena véis cómo fuera nieva cada vez más fuerte -muy mal asunto...mañana no podréis marchar -dice la mujer cuando habéis terminado.

Y así es en efecto, pues tras una turbulenta noche, véis durante el desayuno que la ventisca continúa. Apenas puede abrirse la puerta de la casa de Roxetta

- creo que habréis de quedaros unos días más en el pueblo. Sólo tenemos una taberna- dando a entender que os váis a aburrir como ostras.

Notas de juego

Amanece el día 29. Hasta aquí el Prólogo. Empieza la campaña.

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13/01/2014, 23:42
Ahmed

Ahmed observa con desolación como la nieve continúa cayendo y con más intensidad todavía que antes. La puntilla la pone la anfitriona que sentencia que no podrán salir del pueblo hasta pasados unos días.  

 No le agrada nada la idea de quedarse en este lugar más tiempo del necesario, pero al menos les han acogido en este lugar, si no morirían probablemente en una cueva helada y nadie sabría de su muerte por estar está tapada por muchos metros de nieve.

Así vuela su imaginación primero a lo más cercano, al temporal que golpea este poblado de los pirineos, pero pronto viaja más lejos a su granada natal, al calor asfixiante del verano, refrescado por bellas, a los dulces y a los ricos platos, a las tertulias de hombres sabios, discutiendo sobre el reino de dios a través de las enseñanzas de los profetas. Y estas imágenes pasan de cavilaciones a sueños y por fin despierta a la mañana siguiente, con la espalda dolorida por el duro y frío suelo.

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14/01/2014, 17:31
Jaume de Ferriol

Amaneciose el día como todos temíamos, et también como había anunciado nuestra raquítica et enferma anfitriona. Non placíame la situación; detenidos en un remoto et minúsculo pueblucho perdido en las montañas. Trecho largo quedaba aún hasta el nuestro destino, et agora con la nevada alargaríase incluso más.

Confinado hallábame, entre nieves et insúlsas conversaciones, pues aunque gran cariño albergaba para con mis criados, non gastaban aquellos de buena charle et cultura en demasía. A la Agneta prefería non acercarme en demasía, pues nunca se sabía cuando los placeres de la carne podían traiconarlo a uno, et dolor de testa propiciábame el marino gabacho cuando fablábamos, non por mal conversador, sino por intentar descibrar cada una de sus palabrejas. De todos aquellos, con quien mejor me entendía, et sin duda con quien había entablado mejor relación, era con Valentí. Non debíase sólo a que había aliviádome de los males que me afligían en alta mar, sino que era buen conversador además de ser omne de mundo.

Propúsele por tanto al de Besalú que acompañárame a la taberna que había mencionado la anciana. Mojaríamos garganta con algún aguado vinacho et de paso, veríamos un poco más de aquel pueblito que ahora era nuestra blanca prisión...

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14/01/2014, 19:29
Valentí de Besalú

Déjeme un momento, don Jaume, antes de acompañarle. Que quisiera ver a los demás por los fríos... -y miré a la ventana observando cómo la ventisca caía, y en sospecha de que alguno con la tal pudiera contraer males de la piel, tercianas de viaje, congelamiento de miembros, revuelto de humores por los fríos (aun durmiendo bajo techo), letargos o apatías-. Miré primero a los dos esclavos, que a mis ojos ya no me parecían tales, pues había compartido con ellos largo viaje y confiarle podría algunos de mis secretos antes que a cualquier buen párroco y lustroso a los ojos de Dios-.

Acto seguido junté a Diegue y a Agneta (que uno por ser gabacho y la otra por mujer), que ya creyera yo que no se me quejaban como mal entendedor y por pudor de mujer, respectivamente. Et que miréle, con su permiso previo (al primero le tuve que hacer señas de que iba a diagnosticarles) los pies, por encima y la planta, las manos por ambos dorsos, et la lengua y por detrás de las orejas...

Al menos no aparecía nada de importancia en las revisiones.

Sólo me falta vos... -le dije al de Ferriol-. ¿Ha dormido con frío o malestar...?

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15/01/2014, 02:04
Diègue Moreau

Como con acierto había predicho la anciana, arreciaba la nieve en el exterior. Dios quisiera que pudiese disfrutar del desayuno, pero ahora que querían seguir el camino sentíase atrapado cual alimaña callejera.

Con la nieve y algún dolor de cabeza por la sidra poco humor gastaba de buena mañana y puso mala cara a las artes del buen Valenti. Parecía pensar que todos hubieran pillado algún mal antes siquiera de salir a la nieve y maldecía ser tratado como un enfermo sintiéndose sano. De seguro sabía que no soportaría estar encerrado en esas cuatro paredes toda la mañana, y con la salida de don Jaume decidió que bueno sería caminar un tiempo en solitario por los alrededores para refrescar sus ánimos.

- Voy 'marcher' al pueblo. Pronto revenir -

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15/01/2014, 09:54
Agneta

La nieve no la molestaba en absoluto. Se había criado en un pueblo de una estribación de la Pirena, el frío era molesto, sí, y mataba. Al igual que el viento helado. Pero la nieve... ¡Ah, la nieve! Le encantaba. Seguía con sus ojos chispeantes la caída de los pequeños copos blancos, en un zig zag imprevisible empujados por la ventisca, yendo a posarse en una teja, en una rama, en el lomo del burro que terco se negaba a cruzar el puente, allá cerca, sobre el río.

Levantóse de buen humor, a pesar de las malas caras a su alrededor: había dormido bajo techo, arrebujada en su manta y bajo las diversas capas de sus ropas, todas puestas una encima de la otra. Había cenado sopa caliente, en buena mesa y buena compañía, y la chimenea había ardido para ellos. ¡Y ahora estaba desayunando!

No pensaba salir, ni andurrear por esos caminos, con la que estaba arreciando. Así que se dispuso a ayudar a la vieja en los menesteres de la casona, tarareando una cantinela, cuando Valentí le reclamó los pies, las manos y las orejas. Alzando las cejas, y haciéndole señas al francés, exagerados gestos de estar falsamente escandalizada, los fue mostrando. Las plantas aparecían negras y costrosas, imposible saber si bajo aquella capa había alguna lesión, o rareza. Pero ella se reía, como si el curandero le hiciera cosquillas. Cosa imposible, claro, con tamaño grosor. Y se rió montones más cuando le sacó la lengua, descarada, una y otra vez, a su petición.

Cuando acabaron regresó, danzarina, a la vieja, a la casa, y al trabajo que ésta pudiera querer encomendarle. Los hombres se iban a la tasca, unos, y los otros holgazanearían, o pasearían. Pero ella decidió que no. No era día para lucir sus artes en el pueblo, o venderlas. No hasta que aclarara, o hasta que Don Jaume decidiera otra cosa...

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15/01/2014, 11:29
DJ

Diègue fue el primero en salir, mientras que Valentí y Don Jaume aún estaban dentro y Agneta se aprestaba a ayudar a la ancina a las tareas del hogar, que con tanta gente había mucho que hacer.

Ahmed y Cinque no tenían muy claro si salir o quedarse dentro, harían lo que dijera su Señor, como es lógico y natural. Vísteis salir al francés, hundiendo hasta la rodilla en la nieve y perdiéndose de vista en seguida, envolviéndole la copiosa nevada y el viento. No había muchas ganas de salir, pero pensar en quedarse en aquella casa todo el día...

- Hay que partir más leña. Que tengo troncos grandes de este otoño pero yo soy incapaz de hacerlos pedazos. Don Jaume, ¿podrían sus dos siervos ayudar en ese menester?

Notas de juego

No marquéis ya a Diègue

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15/01/2014, 11:33
DJ

La mañana era gélida, el viento entraba por los huecos de tus ropas y parecía morderte la piel hasta hacerla quemar. Las piernas se te hundían profundo, cada paso costaba. El cielo no dejaba de descargar enormes copos de hielo y todo estaba tan blanco, que costaba ver más de una decena de varas en todas direcciones. Caminaste sin rumbo aparente y lo mejor era que se veía a algunas gentes marchando como si nada, aunque con dificultad pero de una manera que daba a entender que estaban más que acostumbrados a las nieves, pero igual aquello era demasiado incluso para ellos. El caso es que tú apenas podías orientarte y ellos sí.

Caminaste y caminaste, para descubrir, que apenas habías andado. A lo lejos oías a alguien dar voces.