Partida Rol por web

Con diligencia y energía, tanto por la juventud de la gitana como por las ganas de quitarse el frío de encima, Agneta se dispuso a ayudar a la vieja. Limpiar y ordenar, y prepararse para los días que quizá habrían de hospedarse allí, según parecía.

La muchacha se dirigió a la anfitriona, mientras barría con fervor el suelo alrededor de la mesa.

-Y bien, ¿qué contáis de aqueste pueblo, buena mujer...?

El hombre hace una mueca que se os antoja como de pena

- Pau no nació así. Se dice que le hechizaron, es una larga historia. Quizás en otro momento...

Ya volvían a adentro los dos esclavos cargando cada uno con una buena pila de troncos recién cortados cuando la mujer se explayó a gusto sobre los chismorreos del pueblo

-Un pueblo de mala muerte. Eso es lo que es este pueblo, pocas cosas interesantes pasan ahora. Antaño era próspero y venían gentes del Vallés y de otras partesm con objetos interesantes y con historias, con vida... ahora no hay más que los cuatro de siempre hablando de lo mala que son las pocas cosechas que hay, los pocos animales que pueden cazar en las tierras de todo y el molinero quejándose del muchacho que tiene como empleado. Los caminos están peligrosos, dícese que bandidos y muertos de hambre campan a sus anchas y atacan a los pocos que se atreven a internarse. Muchos hombres han muerto en las guerras de los reyes y han dejado los campos medio vacíos. Podían estar escoltando caravanas o en las hermandades vigilando los caminos y en cambio están bajo tierra pudriéndose poco a poco. En fin... que tiempos oscuros y aciagos nos ha tocado vivir. Dejad la leña ahí que vamos a encender la lumbre a ver si se nos calienta un poco esto. Dejad las botas al fuego que se sequen. Y vosotros, mujer, ¿Qué os ha traído a un pueblo como éste?

Mas extrañóme aquel referido sobre ese Pau. Bien podría ser ambas cosas a las que Diègue se refería, aunque el tabernero hablara de hechicerías... Desde luego, hablar de aquellos temas tan a la ligera no era sino muestra del poco conocimiento sobre el aquello, y más preferí yo callar (ni tan siquiera asentir) ante la posibilidad que un ungüento o unas oscuras palabras hubieran sido puestas en la cabeza o la mente de ese loco...

Mas hace tiempo de estancia, y no de marcha, señor -le dije al tabernero-, nos placería si poder contarnos eso de lo que se trata... -me dije con mi pésimo convencer-.
 

- ¿En otro momento?, ¿acaso habedes de algo mejor que fazer que servir tragos et contar buenas historias a los viajeros?. - Preguntéle con tono inquisitivo que era acompañado de una sonrisa desganada...

Ayudó a los dos hombres a colocar los leños en el suelo, donde les habían dicho, en una pila junto a la chimenea. Arremangada, sudorosa a pesar del frío de fuera. Tras el trabajo, había entrado en calor, y estaba alegre y de buen humor. Por eso no se agrió ante el comentario amargo de la anciana. Sonrió, y sacudió su melena negra y ondulada.

-¡Quien sabe! Buscar fortuna, claro. Venimos de aquí y de allí, y tras los años nos juntó el camino. Y ahora seguimos juntos, para evitar peligros. Pero parece que es la fortuna la que nos evita, ¡jajaja!

El autoritarismo que denota la voz de Jaume hace que el tabernero se estremezca y dé un respingo. Empieza a hablar bajito y medio tartamudeando -eh... bueno... es es..s...s..te mo...mo...mo...momento es tan bueno como cual...cual...cualquier otro claro. Hace unos nueve o diez años este muchacho,Pau, era un mozo apuesto e inteligente. Una muchacha llamada Caritat estaba locamente enamorada de él, pero Pau no la correspondía. Sino que estaba enamorado de Anna, otra muchacha de aquí, de nuestro pueblo. Hay unas cuevas no muy lejos de aquí, en el bosque, en las que vivía una bruja, Parrac. Como Caritat no era correspondida, fue a la bruja a que le fabricase un remedio para enamorar al pobre Pau. Entonces la bruja que vivía en esas cuevas que os digo, sugirió a la muchacha que se sometiese a un ritual, aquí le llamamos de Set Fonts, para convertirla en encantada y seducir a Pau. Así hizo Caritat, pero el amor verdadero no puede ser quebrantado y no sirvió de nada, Pau no fue seducido. Cuando la encantada perdió el encantamiento, se tornó fea y repugnante. Los niños la tiraban piedras y todos apartábamos la vista al verla. Así que huyó a las cuevas de Rialp con la bruja. Parrac, la bruja, enseñó a Caritat todo lo que sabía, todos sus conocimientos y murió unos años después. Caritat... eh... bueno -mira al caballero -se convirtió en curandera de algunos, sé que no es muy cristiano pero esto es un pueblo pequeño y ... bueno que de vez en cuando ayudaba a algunos con remedios no muy cristianos ¡yo no eh! bueno el caso es que Caritat vio cómo su corazón se pudría con el tiempo y se tornaba oscuro y malvado. Sólo hacía el mal a las aldeas vecinas de Queralps, Fustanyá y sobre todo a nosotros, a Ribes.

Invocaba granizos, hacía enfermar al ganado, lluvias torrenciales...todo por pura maldad y divertimento. Sembraba envidias y discordias en el corazón de los hombres. El miedo a ella como se pueden imaginar es muy muy grande, no sé porqué cuento estas cosas a extraños. Se dice que es servidora del Diablo, que le ha invocado y que le sirve a cambio de la inmortalidad.

Hace más de medio año, hizo que Anna contrajese fiebres y muriese. El colmo de su maldad...cuando la pobre Anna murió, Pau juró que destruiría a Caritat y subió al Valle de Núria. pfff ¡qué horror!

Uno de los parroquianos grita -¡No cuentes esa historia! Ni mentes su nombre imbécil. ¡ Va a venir a acabar con todos nosotros cornudo!

Mientras contaba aquella historia, miraba al señor don Jaume, pues era sabido, si uno había vivido y viajado con él un tiempo que, historias como la presente, tan llenas de peligros e infamias, no le serían tomadas a bien. A lo sumo, incluso, callaría, mas por dentro le daría espadazos a cualesquiera que atreviese a contar dichas vilipendias (quizá por eso yo no me mostraba tal y como era mi verdadera vocación).

Mas también miré a Diègue, por si comprendía toda la historia que el tabernero habló, que a uno entendiendo el idioma de por aquí me costó hilar tantas disputas y entresijos tan de una vez (pues hacía mucho tiempo que nuestro mayor entretenimiento era "caminar y ver nieve"... ¡Ah si!... ¡y tambien "ver nieve y caminar"!

Entonces dos cosas se me vinieron a la mente... ¿Tendría algo que ver Roxetta? Tan pútrida parecía como seguramente era, de ser cierto, la Caritat aquella... Mas por otro lado, no hice sino alzar la voz, adelantándome a don Jofre, hacia el tabernero, e ignorando la voz de quien quiere callar y vivir con aquel miedo.

¿Y a qué subió al Valle del Núria? ¿Allí vive ahora esa... Caritat? -quería saber si allí podía morar la nueva bruja, o si lo hacía donde su antecesora, en las cuevas cercanas. Claro que, quizá era difícil saberlo, ¿quién se habría acercado allí nada más que "un loco"...?

Ahmed no podría estar más en desacuerdo en lo que dice la anfitriona. Cuantos más cristianos estén muertos, menos habrá que matar, bien enterrados están y que su alma se pudran eternamente en el Gehena, así lo quiere Dios. Por supuesto se cuida mucho de que su rostro no revele esos pensamientos y mantiene su actitud amable y cordial. Nunca le ha costado mentir para conseguir lo que quería y, siendo en este caso su vida lo que se juega, hace tiempo que aprendió a no mostrar un ápice de sus sentimientos hacia los herejes.

Se apresura a acercar el lomo al fuego para calentarse en la proximidad de las llamas y se mantiene en segunda plano ante el espinoso tema de su vuelta, que no es tal su complejidad si más bien la otra vuelta de la moneda como es el motivo de su partida inicial.

Miré con severidad al parroquiano que había interrumpido al tabernero. - ¡Guardad silencio plebeyo! ¿Acaso creedes de verdad que una bruja bajará de los montes et acabará con nos? ¡Supercherías paganas! - Aquello, non era nuevo para mi, muchas veces habíame topado yo con gentes ignorantes, cuyas débiles mentes eran manipuladas por alguien que, sabiendose más avispado, fazíales temer a lo desconocido et mágico valiéndose de diversos trucos enganyosos. Llamémoslo casualidad o poca imaginación, pues en cada pueblito habían de una supuesta bruja et un fallido conjuro amoroso...

- Et si fuere cierto, placeríame ver como baja del valle de Núria con la queestá cayendo. - Añadí.

Fízele gesto con la diestra al tabernero haciéndole entender que quería que prosiguiera con la historia.

Diègue casi arrepintiose de haber preguntado por el pobre diablo. No entendía de la misa a la media, y pronto frunció el ceño con una mueca en la cara intentando descifrar toda aquesta verborrea.

Haciendo un esfuerzo, parte de la historia comprendió. El tal Pau no era loco sino buen mozo, y una bruja habíale hecho enfermar a su mujer que falleció. Mencionó antes el mesonero que lo de Pau era cosa de un embrujo, de seguro también cosa de la que hechizó a su mujer.

- cuentos de viejas - pensaba para sus adentros - con estos fríos normal es que las gentes mueran de enfermedad, y que el tal Pau se volviese loco de dolor al perder a la mujer. Solo acusan de bruja a una mujer fea y sola.

Levantó la cabeza dándose cuenta que no había prestado atención desde que el mesonero callase y volvió a atender a sus palabras, no fuese que le quedase algo por decir.

El parroquiano agacha la cabeza. Aquellos pobres muertos de hambre no estaban acostumbrados a tratar con gentes de nobles sangres y no sabían lo que era un Señor.

-Pau pidió consejo al ermitaño que en Núria se encuentra. El ermitaño le dio un escapulario que decía le protegería de todos los males y maldiciones que la bruja pudiera lanzar contra él. Así pues, Pau se internó en el bosque, en las Cuevas de Rialp y dio con Caritat y la mató. Luego colocó sobre su cuello el escapulario sagrado... pero no salió indemne del enfrentamiento, quedó como véis: tarado y subnormal de por vida. Pero lo peor de todo es que se dice que la bruja no ha muerto, que su alma purula por estos parajes y acecha y aterroriza a los que se adentran en los caminos.

- Cuanta blasfemia... Perdónales Señor que aquestos ignorantes no saben lo que dicen... -

Quedéme intrigado... Un nuevo integrante en aquella historia, que bien parecía para entretener a los forasteros... mas lo que no era irreal era Pau y su propia locura, asique hice ademán de no resoplar como quien oye hablar de banalidades, pues con cosas peores y de más "tenebrura" habíame encontrado en los condados de Cataluña antes de la guerra...

¿Un escapulario...? -pensé-.

Ahmed entro en la casa con frío, pero no con tanto como cuando había salido. El trabajo tenía aquel efecto.

Agradeció con un gesto y una sincera sonrisa la ayuda de la gitana, pues siempre era de agradecer una mano mas. Una vez terminada la tarea de apilar madera, avivó el fuego et puso ropa et calzado a secar, no quitándose los pantalones.

Asintió como quien asiente a un loco a la historia de la vieja. Poco le importaba a el la suerte de aquel pueblo si no podía mejorar la suya. Tantos amos, tantos sitios, tanto ir de aquí para allá había conseguido crear en él una indiferencia bastante grande hacia todo aquello que no le afectaba directamente.

Sonriendo aquí y allá, y disfrutando la fogata, que solo sería mejor si tuviera algo dulce que llevarse a la boca.

- En fin que ésas son las que tenemos. Una pena... era un pueblo tan tranquilo, la asquerosa brujería. Más como vos habría de venir y purgar estas tierras mi Señor. De veras que nos haría bien a todos los que aquí vivimos y ese pobre Pau, mucho me temo que su alma haya manchádose.

El parroquiano mira por la ventana y dice -esto se está poniendo feo. Me voy llendo a casa...- os saluda con la cabeza y arrebujándose en unas pieles, sale fuera.

- Señores , no deberían quedarse aquí mucho más, tiene pinta de ir a peor. ¿Tienen refugio?

Bonita la historia, al igual que bella es esta aldea -alzéme con la mías antes de oir las palabras de don Jaume, que por bueno o por extraño habíamos hecho migas y ciertas confianzas-, sea con nieve o sea sin ella. Tenémoslo, no muy lejos de aquí, y es la casa de Roxette, que supongo la conocerán... por cierto -le dije antes de que el tipo se largara con la mi jarra en alto llamando su atención-, ¿acaso su casa salió ardiendo alguna vez? Muy nuevo el zócalo y la puerta parecen, como reconstruido y reformado...

- Ya se verá. - Respondíle sécamente. Pues non había andado yo día et noche desde la Francia, cruzado valles et montañas bajo la lluvia et viento sin tregua, pasado hambre et penurias... para acabar en un pueblito de quien sabe donde, "purgando" las quien sabe que supersticiones de sus parroquianos.

Placíame ver como non siempre era yo quien fazía las preguntas adecuadas et fablaba con sesera, pues Valentí demostró además de ser buen amigo, ser omne inteligente. Escuché con atención la respuesta que aquel iba a darle al de Besalú...