Partida Rol por web

Balaena suspiró.

—Tengo algunas cuerdas en la carreta. ¿Pero no te será muy difícil subir con la cota puesta?—miró a ambos lados—. ¿Dónde está el enano cuando se lo necesita? Nos vendría de perlas un ariete.

—¡Ni-se-te-o-cu-rra!

—No es lo mismo acercarse a la gente cuando... te pueden ver.

Hasta ahora, el espíritu se había acostumbrado a pasear entre tus amigos e incluso entre las multitudes viendo a través de tus ojos, ayudándose tal vez con el pensamiento de que resultaba invisible para todo el mundo, pero aquella situación era distinta; ahora era bien visible. Si le miraban, le mirarían a él, no a ti. Si le hablaban, le hablarían a él, no a ti. Debía resultarle extraño.

Suspiró con algo que debía ser resignación y un intento por relajarse a la vez y salió afuera, aunque cuando puso un pie en el suelo le llamó la atención el hecho de dejar una huella. La miró un instante y algo debió concluir que hizo que se rascase la cabeza. Entonces te miró.

—Tú delante.

Al mirar al frente viste que Alexei iba a por una cuerda a la carreta y al volver se empezaba a quitar la cota de malla. La copa del árbol se movió, había alguien arriba pero con tantas ramas no veías quién era.

-No te preocupes, me la quito y en paz.-Digo acercándome a la carreta a coger unas cuerdas.-No quiero que los dos acabemos en el suelo, y uno tampoco, así que lo mejor será actuar prudentemente. Espera un poco, ahora mismo te bajo.

Dicho esto, me aseguro de tener un par de cuerdas más o menos decentes y me acerco al árbol. Una vez al pié, me saco la cota de mallas y me ato una de las cuerdas a la cintura. Debería servirme para bajar con Lynn o al menos asegurarla hasta que la libere.

Estiro la otra cuerda y subo al árbol ayudándome de ella.

La idea es usarla en plan "Mulán" cuando sube al poste. De todos modos, me tomo mi tiempo para poder elegir 10 en la tirada. Si no puedo, avisa y tiro.

Gabrielle apareció acompañada de un elfo que, a juzgar por los tatuajes de su rostro, debía ser un dalishano.

—¡Hola chicos! —saludó—. Os presento a Asthan. Me lo encontré cuando regresamos de aquel sitio y me echó una mano cuando se me cayó una puerta encima. Parece simpático.

Le sonrió al elfo antes de echarle un vistazo al árbol.

—No me digáis que el Señor Keefles se ha subido ahí y no puede bajar.

—No eh... no exactamente... —suspiró la voz de Lynn desde lo alto del la copa con un genuino tono de "tierra, trágame" impreso en ella—. ¿Alguien puede decirme por qué diablos he aparecido yo aquí arriba y vosotros dentro de la posada? ¡No vale!

En ese momento se escuchó un "crack" seguido de un chillido ahogado y visteis que caía del árbol... o casi, en realidad asomó sólo medio cuerpo. Boca abajo.

—¡Hacedor!—exclamó agitando las manos en el aire con sobresalto antes de aferrarse al tronco y tragar saliva. Luego sacudió la cabeza para quitarse la trenza que, gracias a la gravedad, le había colgado justo por delante de la cara y os miró formando una linea recta con las cejas—. El que se ría, se la gana. Lo digo en serio...

-Bueno, parece que no va a ser necesaria la cuerda.-Digo con una sonrisa de oreja a oreja acercándome y agarrando a Lynn con suavidad para ayudarla a levantar la cabeza y quedar más o menos tumbada.

-A ver. Intenta liberar los pies y agárrate a mi cuello. -Digo con suavidad.-No te preocupes, a Gabrielle se le ha caído una puerta encima y yo he caído de espaldas en mitad de mi habitación. Son cosas de la magia... creo.  Otra vez le tocará a otro. ¿No Gabrielle?

Manteniéndola alzada y aferrada con el brazo izquierdo, trato de ayudarla con el derecho.

si está demasiado alta, avisa y trepo^^

Gabby miró a Alexei entrecerrando los ojos.

Conocía esa sonrisilla y esa mirada. Que nunca se la hubieran echado a ella no implicaba que desconociera su significado. El corazón de su amiga ya pertenecía a otra persona. Eso de que cayera en brazos de otro no le parecía muy apropiado. Se arremangó las mangas.

—Alexei, prepárate para agarrarte al árbol —le dijo antes de recitar las palabras de un encantamiento:—. Ast menggerakkan ente, kami perubahan dari tempat.

Un latido de corazón más tarde Lynn y Alexei habían cambiado posiciones: la clériga estaba a salvo en tierra y era Alexei el que estaba encaramado en el árbol.

Transposición benigna.

Al escuchar a Gabrielle me quedo parado un instante hasta que noto las hojas y las ramas.

-Gracias, Gabrielle.-Digo con una leve sonrisa.-¿Ves Lynn? Ahora me toca a mi.

Empiezo a reirme para mis adentros mientras me afano en bajar del árbol sin partirme la crisma.

Lynn parpadeó cómicamente al verse de pronto en el suelo.

—Ehr...

Se miró a si misma, luego al árbol y luego a Gabrielle, con lo que terminó sonriendo nerviosamente.

—Gracias, Gabby. Sea lo que sea lo que hayas hecho—se rascó la cabeza sin saber muy bien dónde meterse aunque entonces reparó en el acompañante de la maga que caminaba por detrás de ella como si quisiese permanecer en un segundo plano y la sonrisa nerviosa se convirtió en una mezcla de sorpresa y curiosidad—. ¡Oh, has encontrado un dalishano!

El elfo en cuestión parecía bastante joven, o al menos en estándares humanos. Era delgaducho pero gracil como todos los elfos e iba vestido con ropas sencillas de cuero tintado de los colores del bosque, sin holguras, seguramente para moverse por la espesura con la máxima facilidad posible.

Tenía los ojos del color del ámbar, el cabello largo, blanco, y en la frente lucía otro de los rasgos característicos de los elfos salvajes: El vallaslin. Un tatuaje consistente en una serie de delicadas ramitas entrelazándose con suavidad como si emularan las astas de una halla.

—(Dalishano) Andaran atish'an... —musitó con algo que no sabíais si era timidez o inquietud. O un poco de ambas.

—¡Sí! Es una oportunidad magnífica para aprender su cultura, ¿no creéis? —dijo Gabby, acercándose a Asthan y colocando una mano en su hombro—. Me encantaría que formara parte de nuestra comitiva, si todos estáis de acuerdo.

Entonces Gabby atacó.

Proyectó un labio hacia delante e hizo un irresistible puchero.

—¿Por fi? —preguntó, parpadeando varias veces.

Lynn parpadeó como si no supiese lo que le acababan de decir y miró a Gabrielle con gesto interrogante, aunque se encontró con aquella expresión de cordero degollado. La conocía. Era el infalible arma secreta de su amiga.

—Por mí ya sabes que no hay problema, Gabby—sonrió—. Si tú confías en él, yo confío en él.

Balaena lo miró de arriba abajo.

—La verdad es que me extraña que un dalishano quiera dejar su clan y venir con unos completos desconocidos—confesó sin malicia—. ¿Te ha dicho por qué?

—Me separé de mi clan... hace tiempo—musitó el elfo a regañadientes por tener que ser el centro de atención durante el transcurso de aquella frase—. Viajo solo.

—Oh—Lynn sonrió—. ¿Hablas la lengua del rey?

Asthan asintió y ella pareció caer en la cuenta de algo.

—A todo esto, ¿dónde están Belgar... —hizo una pausa incómoda— ... y Sion?

Obviamente, en el caso del pícaro se refería algo más que al "lugar".

-Sion se separó de nosotros, probablemente haya ido a parar a cualquier parte... la copa de un árbol, un arroyo, una pradera...-Digo tras bajar del árbol.-Me parece bien que venga con nosotros, ya sabes que acepto cualquier acompañante que no resulte ser un demonio, y como parece que sabes apañártelas con ellos... me fío de tu criterio. Lo del tal Janus me enseñó una valiosa lección en ese sentido... ¿Janus se llamaba?-Añado con una sonrisa.-En fin, el caso es que mientras no nos meta en líos es bienvenido. Ya sabemos a quién le toca subir al árbol la próxima vez.

—¡Balaena, mira lo que he encontrado!—escuchásteis en ese momento la voz de Nolan a lo lejos. Al giraros, visteis que el orlesiano llegaba del río con un cubo lleno de agua en cada mano y con Belgar a su lado—. ¡Un enano en el agua! Y no un enano cualquiera, nuestro enano.

El susoducho refunfuñó algo mientras se escurría la barba y Nolan puso los ojos como platos al veros tal y como si os hubiese crecido una cabeza adicional a cada uno.

—Ma mère. Veo que tú has encontrado al resto... ¿se puede saber de dónde habéis salido y en dónde os habíais metido? Nos pegamos un buen susto al despertar y encontrarnos con la zona totalmente cambiada.

Pese al comentario despreocupado, se le notaba en la voz el alivio de veros sanos y salvos. Os contó con el dedo.

—Espera, ¿y Sion?

—Si no ha vuelto aún es que se ha ido. Y por lo que a mí respecta puede hacerlo cuando quiera.

La herrera se cruzó de brazos, imperturbable y Nolan se cuidó de no replicar nada.

Belgar pareció ir a decir algo en plan "mira, si estábais aquí" pero enseguida sus ojos se fijaron en Asthan.

—¡Por las barbas de mi abuela, un elfo!—exclamó arqueando tanto las cejas que casi se le cayeron por la coronilla hacia atrás—. ¿De dónde lo habéis sacado?