Partida Rol por web

Baigron ni se lo pènso dos veces, si Desdemona decia que habia que correr para evitar ser aplastado por la inmensa losa de piedra, eso es lo que el Draconiano haria. Impulsando su cuerpo, un cuerpo que por alguna razon parecia estar diseñado para correr detras de presas; Baigron acelero el paso, cruzando al otro lado de la losa sin ningun problema.

Zoak se puso de puntillas para ver por encima de los caballeros qué diablos ocurría allá delante, pero tras el audible chasquido y la advertencia de sus compañeros puso sus pies en movimiento para pasar al otro lado de aquella enorme roca que se movía, amenazando con dejarles allí atrapados.

Ahora sí que no habría marcha atrás.

Kartag avanzo al ver que sus compañeros echaban a correr.

Bien, empezamos bien, pensó. Al ver como se activaba una trampa de cierre.

Salimos de una trampa para entrar en otra y para colmo con la unica entrada comenzadonse a sellar, bien, muy bien!

Me pregunto como habrán sobrevivido estos dos en la infraoscuridad! Seguro que un poder superior tuvo que velar por ellos.

Moveos! exclamó, corriendo con los demás!

Soltando una maldición el solamnico se pone en movimiento con grandes zancadas, la trampa es demasiado lenta para ser mortal, parece simplemente una puerta que se cierra. Una puerta de muchas toneladas. Lo que sea que esté en las mazmorras de la torre ahora está atrapado con nosotros.

Sólo espera que los techos sean altos...

Apenas hubo dudas: Desdemona dio la voz de alarma, y enfiló el pasillo seguida por el resto de sus compañeros. Con parsimonia, y un ruido grave, chirriante, la enorme porción de roca de la pared cubierta de mosaicos cegó el pasillo, levantando una pequeña nube de polvo que obligó a los integrantes del grupo a cubrirse la nariz, y entrecerrar los ojos. La luz de la espada flamigera de Zoak titilaba en aquel pasillo, creando un baile de sombras contra la pared del mismo, siguiendo el vaivén de la respiración profunda del minotauro. Las caras de todos se encontraron , con mirada grave, barruntando algo que todos sospechaban: - Nos hemos quedado encerrados...

Mientras el resto se limitaba al circulo de luz creado por el fuego y la magia de Anubis, mas adelante, la penetrante vista de Desdemona, Baigron y Kartag le permitió ver el fondo de la sala en la que habían visto los dos "bultos": estos no eran tales, si no dos goblins en posturas grotescas, aun agarrando sus burdas lanzas.

Pero mas inquietante aun era la estatua que habia en un nicho, al otro lado de la sala que había mas adelante: una estatua cuya similitud con la pequeña estatua que encontró Leviathan hundida en el barro era mas que evidente: Un Hamatula Baatezu, o Demonio Barbado, que les miraba desde unos ojos de piedra cargados de maldad, mientras les señalaba con un dedo acabado en una uña descomunal y una inquietante sonrisa...

Mirando con curiosidad la gran estatua del Hamatula Baatezu, cojo la replica diminuta que llevo conmigo, mientras aviso a mis camaradas:

- No se si esto va a servir de algo o lo que va a suceder, así que atentos. Sospecho que la estatua que encontramos podría ser una llave para entrar, tal vez una que los goblins perdieron y por eso quedaron atrapados, pero puedo equivocarme.

A continuación me dispuse a acercar mi replica a su hermana mayor...

Tarben miró como la losa de piedra se acababa de encajar, taponandoles la salida. Hizo un intento de moverla para confirmar que no se podía. Era obvio que de salir no podría ser por ahí. Así que se dedicó a observar la habitación con el resto.

Tiene que haber una forma de volver a colocar la roca en su sitio. Un mecanismo o algo. Y a las malas seguro que hay otra forma de salir. No tiene sentido que una vez se active la trampa los habitantes de la torre se queden encerrados también.
Pero supongo que de eso nos podremos ocupar más adelante. Ahora aseguremos la zona y tomemos precauciones. Hay varias puertas aquí.

El clérigo se disponía a examinar los cadaveres de los goblins, aunque la estatua le daba cierto repelus. Y la similitud con la que encontraron fuera le hacian desconfiar.

Ten cuidado con eso. No sabemos lo que hace, pero no me parece buena idea ir tentanto a seres infernales. Puede que sea una estatua y puede que no. Pero yo al menos no me arriesgaría.

Cuidado con los cadaveres siseo Baigron a juzgar por como estan en el suelo, yo apostaria a que alguna clase de trampa o bichos venenosos como los de antes los han jugado una mala pasada advirtio Baigron, tomando distancia de los cuerpos y de la estatua del diablo, estas estatuillas eran algo que empezaba a escamarle y no el buen sentido.

Leviathan carraspeo un poco debido al polvo y tierra que se quedó suspendido unos momentos. Por un momento pensó que habría una segunda trampa justo despues de la primera, pero parece que todo era una exageración. Tras unos segundos sus temores eran infundados, pero cuando se acercó a la habitación, frunció el ceño.

El mago se estaba acercando con la figura en alto. Estaba con Baigron, adivinar la muerte de los goblins era una pista de lo que podíamos encontrarnos. Le pongo una manaza en el hombro del mago antes de que se acerque más. También estaba de acuerdo con mi compañero Tarben, hay que desconfiar a partir de ahora, pero no podemos romper la formación en la primera habitación.

- Baigron o Desdémona, intentad sin entrar en la habitación descubrir de que pueden haber muerto esos dos goblins- les sugiero ya que son nuestros exploradores.

Si, Anubis, deja que los demás exploren y que investigen. Asintiendo a las palabras de Leviathan.

Recordando el reciente ataque que había sufrido en sus carnes, sintio un hormigeo que le recorrio el cuerpo, recordandole que aún no estab recuperado.

Bien, amigos, os esperamos! Cuanto antes empezais antes acabaremos.

Mientras algunos de ellos parecía dispuesto a investigar la sala, y Leviathan optaba por la prudencia, Desdemona y Zoak se mantenían en silencio, concentrados. Ninguno de ellos se fiaba de aquella quietud.

Desde la posición en la que estaban, gracias a la luz del fuego del arma de Zoak y la antorcha de Anubis, todos podían ver ya los dos cuerpos de los goblins, tirados, en posturas forzadas, en mitad de la sala, y mas allá, ya entre las sombras mas allá, la figura a tamaño natural del demonio barbado, aunque solo los draconianos y la planar podían ver los escalofriantes detalles de la misma, muy similar a la replica en pequeño tamaño que tenía Anubis.

Baigron y Desdemona, en cabeza, entrecierran los ojos, buscando algun detalle que pudiera decirles como murieron los goblins, pues Tarben puede confirmar, incluso desde la distancia que ambos están muertos, aunque, a simple vista, no parecen tener ninguna herida, al menos ninguna lo suficientemente grande para verla a simple vista...

Desdemona se tensa, echando mano a su ballesta, pues le ha parecido ver que uno de ellos respiraba levemente, pero el Baaz, poniendo una mano en su hombro, dice:

- Tranquila, Desdemona, sus almas partieron en el Rio del Tiempo hace dias: mirad esa marca que tiene el que apenas tiene un mechon de pelo, bajo la mandíbula... Forzando un poco la vista, todos pueden ver una marca que ya han visto en los cadaveres de arriba: una fea marca amoratada, aunque en el caso del goblin, de piel verdosa, se atisba de un modo ligeramente distinto.

Aquella estatua como a los demás no le gustaba un pelo, era idéntica a la pequeñita y el mago... era un insensato, al provocar a una estatua con otra... nada podía salir de ahí, que fuese bueno, mejor dejar la estatua grande quieta y alejada de la otra -¿que haces? ¿quieres despertar a eso estando aquí encerrados?- dijo al mago.

Suspiro mirando a los goblins y esa marca nuevamente, estaba algo más clara la razón de su muerte, pero seguro que seguía habiendo peligros en esa sala y en las demás, se agazapo en las sombras que pudiese haber y siempre atenta a si había más trampas, no quería meter de nuevo la pata y que alguno saliese herido, entro en la sala cubierta por las sombras.

El fiel seguidor de Majere empezaba a impacientarse, el era un ser de mente ágil y movimientos fluidos.
Sólo esperaba que la planar tuviera suerte y no cayera víctima de una trampa.
Calentando sus poderosos brazos, comenzó a cerrar y abrir sus puños a modo de calentamiento y a estirar sus fuertes piernas escamosas, con la intención de salir de aquella ligera parálisis que le atenazaba y se resistía a abandonar su cuerpo.

Ante la atenta mirada de sus compañeros, y en previsión de una posible trampa al entrar en esa sala, Desdemona se agachó, y con ojo crítico empezó a evaluar la bocana del pasillo por el que habían llegado: buscaba pequeñas grietas, hilos, runas, algo que le indicara la presencia de un disparador, pero tras un par de minutos de minuciosa búsqueda, negó con la cabeza a sus compañeros: ninguna trampa había en aquella entrada. Por ese lado, podrían entrar tranquilos a la sala, aunque no podían quitarse de encima el repelús causado al contemplar la grotesca estatua, con ese demonio observando, riéndose, en una mueca cruel, mientras señalaba al que allí entraba, como retandole a hacerlo...

De pronto, y mientras decidirán que hacer una gran explosión de humo estalló frente a la estatua, justo detrás de donde yacían los cadáveres de los goblins. Enseguida el humo se disipo, y allí, en medio de la sala, como temían los héroes, apareció una copia perfecta del baatezu que descansaba en el pedestal!! Un grito gutural, inhumano, surgió de su garganta llenando el espacio de la sala, seguido por un chasquido de su horrible mandíbula, y de su cola llena de protuberancias óseas.

Un cacareo a modo de risa macabra precedió su salto hacia delante, salvando con agilidad los cadáveres a sus pies. El combate era inminente!!

Empieza el combate:

Todos: Iniciativa en vuestro siguiente post, y si ganais al Hamatula, meted ya el turno completo.

MAPA ROUND 1

INICIATIVAS

11 Hamatula

¡¡¡Iniciativa todos!!! Y ya sabeis, si ganais al Baatezu, podeis meter post!!

Estas bastante segura de que no  hay trampas en la entrada de esa habitación, aunque te escama sobremanera esa estatua. Conoces de sobra a los Baatezu, y a esta variedad en particular, muy habitual como guardaespaldas de magos malignos poderosos, y lo que menos te apetecería ahora, es tener que vertelas con uno de ellos.

Justo un segundo antes de la explosión de humo que precedió la entrada del Diablo Barbado, tu fino oido detecta apenas un susurro, de una voz rasposa, que viene de la esquina suroeste de la habitación. Una rápida mirada te permite ver que ninguno de tus compañeros ha parecido escucharlo....

Al ver aparecer al demonio Tarben traga saliba. Pues sabe que si lo que tienen delante es en verdad un Hamatula tienen pocas posibilidades de sobrevivir.

Oh. Poderosos Kiri-Jolith. Ayuda a tú humilde siervo a eliminar a la bestia que tenemos delante. Permíteme ser fuerte y no sucubir ante el mal.

No obstante, quedarse quietos no es una opción. Y menos cuando alguna de esas criaturas son capaces de lanzar conjuros o alientos, aunque rezaba a Kiri-Jolith que esta no fuese una de esas. Aun así no convenía que estuvieran todos juntos, y como él era uno de los que más protegidos estaban se adelantó hasta quedar cerca de Desdemona y así poder protegerla.