Partida Rol por web

Duérmete niño...

Una fría noche.

Cargando editor
18/09/2009, 07:25
Helga

Razzi a mi también me dan un poquito de miedo, pero decía güelito que no había que tenerles miedo. Decía que solo eran lo ángeles jugando a darse sustos. Y que ellos como están tan arriba, y son muchos, pues hacen mucho ruido, y desde aquí abajo se oye muucho más, pero que no pasa nada ¿sabes?. - A Helga no parecía convencerle demasiado esa idea de su abuelo, pero tampoco se le ocurría nada mejor que decirle a Razzi.

Helga baja de la cama de Razzi y se dirige a la suya, cogiendo una vieja chaqueta que está sobre ella. Se la pone, la abrocha, y vuelve a insistir - Viooo y yo qué hago? que yo también quiero ayudar! ¿Qué hago? ¿con quién voy?

Cargando editor
18/09/2009, 10:55
Jan "el cuatro ojos"

Joooooooooooo a nosotros no dejarnos aquí solos y sin luz, si todos os vais... ¡nosotros también!, ¿a que si Helgui? le pregunto a Helga con una sonrisa, me daba un poco de miedo que nos quisieran dejar solos y sin luz, así que ir con ellos seria la mejor opción. Venga Vioo, dejanos tambien ir... porfi porfi... palabrita que seremos buenos y no me pondré a cantar fuerte.

 

Cargando editor
18/09/2009, 17:01
Gabi (Gabriel)

Gabi escucha como Mircea se mete con él, pero sigue sin decir nada, al igual que su cara, que tampoco cambia... sigue muy cabreado... no le gustan nada los niños abusones... Habia conocido a un monton, pero Mircea se llevaba la palma....

Contempla con orgullo la valentia de su pequeña amiga.... dedica un gesto simpatico, un sutil guiño y una pequeña sonrisa, a sus amiguitos Razzi y Helga, tan solo dura un par de segundos, pero ellos pueden percatarse...

Tras esto, simplemente se limita a situarse tras Mircea y esperar a que Vio organice a todos...

Cargando editor
18/09/2009, 23:31
Viorica

¡Pero serán pesados! ¡Quién me mandará a mí meterme en estas cosas! Tendría que ir a la hermana Nicoleta y decirle que Nenita se ha meado, y que se aguante si tiene que dormir en la caseta de las herramientas...

Ay, pero no, no. Tengo que ser una buena chica, una heroína. Y las heroínas ayudan a todo el mundo, ¿o no?

-Entonces... Aurel, vente con nosotros a por el colchón y tú, Gabi, vete con los pequeños. ¿A ti también te da miedo la vela o puedes cogerla? -suspiro-. Helga y Jan, haced lo que os dé la gana, pero... ¡hacedlo en silencio!

No puedo ser la mamá de estos pesados. ¡Es que son unos pesados!

Cargando editor
18/09/2009, 23:39
Director

Los grupos no terminaban por definirse del todo, los que en un principio iban a subir al desván luego eran asignados para bajar con las mantas al piso de abajo... quizá el incurable temor de Aurel hacia el fuego era uno de los problemas más importantes a tener en cuenta, pero el hecho de que los más pequeños estuviesen empeñados en ayudar, también ralentizaba la toma de decisiones.

Finalmente Viorica, la más madura del grupo o al menos a la que mejor se le daba organizar al resto, optó por formar parte del grupo compuesto por Mircea y Aurel, que subirían al desván en busca de un colchón de repuesto, llevando consigo la caja de cerillas.

El otro grupo estaría formado por Gabi y Razzi, que tendrían que bajar hasta la lavandería, vela en mano, para deshacerse de las mantas sucias y entrar al almacén de ropa para coger nuevas.

Helga, Cosmin y Jan quedaban sin tarea asignada, pero con la aparente indiferencia de Viorica para hacer lo que les viniese en gana.

Los muchachos comenzaron a acercarse hacia la puerta de la galería, dispuestos a colaborar para ayudar a Nenita, o al menos para evitar que su incontinencia les afectase a todos. Los más pequeños quedaban atrás, decidiendo cada uno qué haría ahora que todo el mundo estaba a punto de abandonar la estancia.

Cargando editor
18/09/2009, 23:56
Cosmin

Cosmin seguía agarrado a la manta tras secar el suelo con intención de ir a la zona donde se acumulaban montañas de ropa pensando en donde meter la manta para que no les descubrieran.

Cargando editor
19/09/2009, 01:55
Helga

Helga sonríe cuando parece que por fin la dejan colaborar. Corre al lado de su amigo Gaby y de Razzi bastante nerviosa por la idea de bajar a la lavandería, y en parte algo asustada por si les pillan las hermanas. Luego se gira a Viorica - Gaby no le tiene miedo a nada! - luego se vuelve hacia su amigo - ¿a que no? ¿a que ya eres mayor y no tienes miedo?

Cargando editor
19/09/2009, 02:08
Gabi (Gabriel)

Gabi sonrie con el comentario de su amiguita Helga, pasa a su lado y le toca la cabeza cariñosamente... Sin decir ni muuuuú! recoge la vela que le ofrece Vio, y le da la mano a Razzi...

- Vamos Razzi, verás como en sun santiamén estamos de vuelta... le dice en voz baja.

Cargando editor
19/09/2009, 15:54
Jan "el cuatro ojos"

ehhh ehhh no olvidaros de mi! yo tambien os acompaño a la lavanderia! digo mientras cojo corriendo mi walkman y a willy y me pongo junto a ellos,me daba miedo subir al desván con Mircea. ¡Vámonos de escursión! exclamo con una sonrisa.

Mircea, anda dejanos alguna cerilla por si se apaga la vela... porfi...

Cargando editor
19/09/2009, 16:15
Director

Cinco bajarían y tres subirían, así quedaba decidido cuando abrieron la puerta de la galería, ayudados tan sólo por la débil luz de la vela que portaba Gabriel.

Las paredes del estrecho pasillo, decoradas con papel a rayas blancas y negras, contribuían al aspecto general de tristeza que reinaba en el hospicio desde que la memoria alcanzaba.

Esta era una zona oscura, ya que no había ventanas hasta doblar la esquina... y esa esquina, situada a varios metros por delante, hacía sentirse inquietos a muchos, ya que no había forma de ver qué había al otro lado hasta llegar allí.

El edificio estaba en silencio, la lluvia y la tormenta continuaban siendo los únicos alteradores del mismo, mientras los niños comenzaban a salir intentando no hacer ruido, con miedo de despertar a las hermanas que deberían estar durmiendo en su celda situada en el piso de abajo.

Avanzaron paso a paso, hasta que la esquina estaba ante sus narices, la adrenalina recorría los cuerpos de los más miedosos, que se sintieron aliviados al comprobar que al doblar la misma no había nada fuera de lo normal... tan sólo dos pequeñas ventanas en la pared izquierda, enrejadas como todas, y a través de las cuales tan sólo se veía oscuridad. Al fondo del pasillo estaba la puerta de madera del aula de estudios, cerrada.

Llegaron hasta ella y volvieron a doblar la esquina todos juntos, dándose de bruces con un nuevo pasillo que debía finalizar ante las escaleras del desván, que no se veían desde allí, debido a la insuficiencia de la vela de Gabi. Su camino se dividía allí, los más pequeños, acompañados por el portador de la vela, debían bajar ahora por las escaleras que llevaban al piso inferior, mientras que los más mayores y menores en número tenían que continuar por el pasillo que tenían ante ellos, internándose en la oscuridad.

Cargando editor
20/09/2009, 22:51
Razvan "Razzi" (Nenita)

Razzi se quedó encogido de hombros, al ver cómo la mayor, un poco nerviosa, cambiaba los planes y le quitaba la vela de delante para entregársela a Gaby. Con cara de circunstancia, salió detrás de los otros niños, en dirección al pasillo.
Al llegar a la escalera, un escalofrío sacudió al pequeño Razvan. Su mirada se perdió en la oscuridad del fondo del pasillo, tras lo cual se volvió para mirar a los mayores, asustado. ¿Y si no volvían de ese tenebroso pozo? ¿Qué sería de ellos, los más pequeñajos?

-¿Y no podríamos sólo darle la vuelta al colchón...? -Acertó a decir con un hilillo de voz.

Cargando editor
21/09/2009, 16:14
Aurel

Aurel le había dado las sábanas a los pequeños y ahora estaba al lado de Viorica y Mircea. Le daba un poco de vergüenza no haber podido llevar la vela, pero intentaba mantener la dignidad fingiendo algo de malhumor. La realidad era otra muy distinta: aquello estaba oscuro, demasiado oscuro. Y la vela no hacía más que provocar sombras raras que parecían moverse por el rabillo del ojo. ¿Sería Viorica igual de valiente si se apagaba la vela? ¿Y Mircea igual de fuerte si se encontraban con algo en el fallado? Porque todo el mundo sabía que siempre había Algo en el fallado... Los Algos del fallado eran unos seres horribles que esperaban en la oscuridad a que los niños se metieran donde los mayores les habían dicho que no debían estar... La mamá de Aurel se lo había contado de pequeño, antes de que el Monstruo del Fuego se los hubiera llevado...

Cargando editor
21/09/2009, 16:19
Mircea

Mircea sonrió mostrando todos sus dientes, que brillaron de forma macabra a la luz oscilante de la vela de Gabi. Sin mediar palabra se dirigió hasta Jan, y le agarró de la mano con fuerza. El niño gimió en protesta y todos se giraron para mirarles, alertados. Aun sonriendo, Mircea tomó la mano de Jan, le obligó a sujetar algo con los dedos y la frotó rápidamente contra la pared. En lugar de llantos o sangre, una llamarada brotó de pronto de la mano de Cuatro ojos y todos vieron que sujetaba entre sus manos una cerilla encendida.

-¿Has visto cómo se hace, enano? Pues toma, llévate dos cerillas más por si se os apaga la vela. Y como os pillen y os chivéis yo mismo quemo vuestros juguetes, ¿estamos, renacuajos?

Luego miró a Gabi, a Cosmin y a nenita con el puño cerrado, como para acentuar su amenaza, aunque al llegar a Helga el puño se abrió y guiñó el ojo en una mueca que intentaba, con escaso éxito, ser simpática. Acabada la ronda de despedidas, Mircea regresó junto a Aurel y Viorica y le devolvió la caja de cerillas a la niña.

-Para ti, yo no la quiero. Total, si nos pillan a ti no te van a echar la bronca por llevarla y a mí sí. Y eres capaz de decir que te robé las cerillas, Viocusica... Ale, Auriquita, coge el colchón de ese lado. Esperemos que no os caguéis de miedo en el desván... -sentenció, por fin, con los ojos brillando por la diversión.

Cargando editor
21/09/2009, 17:22
Viorica

-Cállate ya, pesado -digo entre dientes-. La que tiene que llevar las cerillas soy yo, que para eso las hermanas confían en mí.

Estos niños armarían una buena con una caja de cerillas, seguro. Menos mal que estoy yo aquí...

-Vamos, andando.

Iniciamos el camino y yo voy encendiendo una cerilla detrás de la otra. La luz es bastante escasa, pero es mejor que ir a oscuras. De todos modos, no puedo evitar que me tiemble la mano en el tiempo en que tardo en encender otra, cuando la luz se va de golpe. Meto la mano en la caja para tantear cuántas nos quedan. Espero que tengamos suficientes para volver.

¿De qué tengo miedo? Ya he andado por aquí a la luz del día. No tiene por qué pasarnos nada. Además, está Mircea con nosotros y él es muy valiente. O eso parece.

Cargando editor
21/09/2009, 17:35
Gabi (Gabriel)

Todo el peso de la vela recae sobre Gabi. No es que pese mucho la vela en si, sino la responsabilidad de llevarla. Aun no sabe el motivo, pero realmente hubiera preferido ir con Mircea al desván. Aunque cualquiera se fia de los juguecitos de Mircea...

Cuando Mircea le mira de esas formas, su reacción es directamente tocar el mango de su espada de madera con la mano que le queda libre, pero Gabi es un chico que siempre ha preferido pasar desapercibido, no llamar la atención...

Antes de comenzar el descenso al piso de abajo, ve como se marchan por el pasillo Viorica, Aurel y Mircea, aunque la espalda de este ultimo apenas deja ver al resto... Las figuras de los tres niños se funden en una inmensa oscuridad, apenas difuminada por la tenue e intermitente luz de las cerillas...

Gabi, situado al borde de las escaleras hacia la planta baja, susurra a sus amiguitos mas pequeños...

- Bueno, chicos... bajemos en silencio y de la mano, vale?

Gabi les sonrie para infundir confianza y valentia a los mas peques...

- Cogemos las sabanas limpias, dejamos las manchadas, y nos subimos...

Notas de juego

Quienes vienen conmigo? Todos los demas?

Cargando editor
21/09/2009, 17:56
Jan "el cuatro ojos"

Cuando Mircea me agarró la mano creia que me iba a pegar Ayayayay (jo no tenia que haberle preguntado...) pero entonces me enseñó a encender una cerilla aun cuando mi brazo temblaba un poco del miedo (ohhh ¿lo he hecho yo? guayyyy) la luz de la cerilla ilumino la sonrisa que habia aparecido en mi rostro, entonces Aurel, Viorica y Mircea comenzaron a alejarse hacia el desván (en el fondo Mircea es bueno, solo se hace el malo...)

Vale, seamos veloces como el viento y silenciosos como... como... como los ninjas. estaba ilusionado por comenzar la mision que nos habia encargado Viorica.

Cargando editor
21/09/2009, 18:19
Helga

Cuando ve que Mircea amenaza a los demás con su puño apretado, Helga no puede evitar cerrar fuerte los ojos y encogerse de hombros esperando que le tocase también su turno. Poco después abre uno de los ojos, manteniendo el otro párpado aún apretado, lo abre lo justito para ver un amago de sonrisa en el rostro de Mircea, dejando escapar así un suave resoplido de alivio. Les observa mientras se van sin decir ni una sola palabra, para después volverse a Gaby, que era quien tenía la vela.

En cuanto Gaby dice lo de bajar en silencio y de la mano, Helga no duda en coger rápidamente con una mano a Gaby y con otra a Razzi susurrándole a éste último - Ya verás, las hermanas no se van a dar ni cuenta !! - Helga deja escapar una risilla inquieta, más por nervios dada la situación, que por el comentario en sí.

Cargando editor
21/09/2009, 19:59
Director

Los pequeños desaparecen escaleras abajo a la vez que vosotros os internáis en la oscuridad del pasillo, iluminando el camino precariamente con las cerillas que lleva Viorica. En la caja quedarán unos quince fósforos, y aunque se agotan con bastante rapidez una vez encendidos, deberían sobrar para una incursión rápida en el desván. Aún así, los momentos en que la llama se apaga y la negrura lo absorve todo son escalofriantes.

Paso a paso os vais acercando al final del trayecto, y pronto, los peldaños de madera que llevan al desván van apareciendo ante vuestros ojos. Cuando llegáis hasta las escaleras, no podéis evitar echar un vistazo a vuestra izquierda, al rincón que lleva a las duchas, cuya puerta permanece entreabierta, seguramente porque a alguien se le olvidó cerrarla.

Empezáis a subir las escaleras, que se quejan por vuestro peso debido a su antiguedad, rechinando lastimeramente, sobre todo cuando le toca a Mircea subir. Ante vosotros está la puerta... esa imponente puerta de madera pintada de negro. Su visión hace que muchas veces, al pasar en dirección al baño, uno la mire sin poder evitarlo, intentando no quitarle ojo de encima por si algo surgiese del interior del desván. Pero ahora no es momento para tonterías, hay que entrar, y con ese pensamiento, Viorica gira el pomo, empujando hacia atrás la puerta, que se queja como antes hicieron las escaleras, aunque sin armar mucho jaleo.

La densa oscuridad va abriendo paso al fósforo que porta la niña, permitiendo ver siluetas de objetos antiguos desperdigados por la inmensidad del desván. Viejas lámparas estropeadas, cajas de cartón humedecido apiladas, muebles carcomidos... pero ni rastro de los colchones.

Allí el sonido de la lluvia golpeando las tejas es casi ensordecedor. Mientras intentáis divisarlos, pasáis bajo una gotera que a punto está de apagar una cerilla, cayendo sobre la mano de Viorica una gota helada que le pone los pelos del antebrazo de punta.

Al apartaos con rapidez del punto de mira de la gotera, os parece escuchar un ruido... no podríais saber con certeza qué ha sido e incluso quizá lo hayáis producido vosotros y vuestra imaginación os esté jugando malas pasadas, pero creéis que ha sonado más lejos de vuestra posición.

El sobresalto hace que la niña pase la vista sobre una zona que antes no exploró, al fondo del desván, a mano izquierda... allí, apoyados contra la pared, hay varios colchones.

Notas de juego

Quien quiera intentar esforzarse por averiguar de donde provino el ruido o si lo producisteis vosotros mismos que lo declare, se utilizará la edad mental como atributo y yo os daré una dificultad a superar para conseguir afinar el oído lo suficiente.

IMPORTANTE: NO seleccionéis al resto de niños, marcaos como destinatarios de los mensajes entre vosotros tres.

Cargando editor
21/09/2009, 20:17
Director

Los mayores son tragados por la oscuridad del pasillo, que les abraza y envuelve haciéndolos desaparecer de vuestra vista. Mientras tanto, comenzáis a descender por las escaleras hacia el piso inferior, agarrados de las manos para combatir al miedo.

Paso a paso váis bajando las escaleras, ahuyentando a las sombras que se arremolinan en torno al aura de luz que desprende la vela de Gabi, parece como si quisieran entrar a por vosotros pero la luz se lo impidiese... sombras con extrañas formas...

Alcanzáis el pasillo del piso de abajo, con las paredes decoradas de la misma forma que el de arriba, ese papel a rayas negras y blancas. A un lado una esquina, tan inquietante como la del piso superior, al otro el pasillo se interna en la oscuridad, en dirección al comedor, cuyas puertas aún no se ven debido a que la llama de la vela no alcanza a iluminar tanta distancia.

Para echar la ropa sucia a la lavandería deberíais atravesar el comedor, y para coger mantas nuevas tendríais que doblar la esquina hasta entrar en la capilla, cruzarla y entrar al almacén... sin embargo, mientras decidís hacia donde ir, os parece ver algo a través de las ventanas enrejadas del pasillo...

Notas de juego

Si alguien quiere esforzarse para intentar ver con más claridad a través de las ventanas que declare que lo intenta, se tomará como base su edad mental, y yo impondré una dificultad para conseguirlo.

IMPORTANTE: No seleccionéis en vuestros mensajes a "Mircea", "Aurel" ni a "Viorica".

Cargando editor
21/09/2009, 20:43
Aurel

Aurel pega un respingo al escuchar el ruído. Sus ojos recorren el desván rápidamente. No grita, no dice nada, sólo busca de donde vino el ruído. Si pasa algo seguro que Mircea será lo suficientemente fuerte como para protegerlos. ¿Verdad? ¿Verdad que sí?

Notas de juego

Pues eso, a ver que sucede: edad mental 8 años. No gasto tabas en este caso...