Partida Rol por web

El minotauro sabia perfectamente lo que habría de responder, mas no era un bárbaro, al contrario, su raza era famosa por disciplina militar y él en particular no era ningún tonto, con la mirada recorre el lugar haciéndose una idea de cuales serian los mejores lugares para una emboscada, mientas que intentaba localizar algún enemigo oculto...

Revisas con la mirada los alrededores; si se presentase una emboscada no podría ser sino desde arriba (tras la escarpadura por la que desaparece la inclinada escalera de piedra) puesto que la zona en la que os hayáis ahora es un claro que ocupa más de un centenar de pies a la redonda.

No encuentras enemigo oculto alguno. El encapuchado está sólo.

El minotauro determina que no hay peligro, después de todo no se trata mas que de un humano, sin embargo no queriendo violar alguna ley del lugar o algo por el estilo, se gira a Lucius y pregunta...

Tu conocer de que tratar esto?, pasar al frente!!!

- Yo no sé nada.- contesta Lucius temeroso de que le culpen a él. Momentos después, se apoya en el bastón que tomará al huir de la cárcel, única arma de la que dispone.- Este tipo no estaba aquí cuando yo vine. ¡Será cosa de los enanos!

Por su parte, el encapuchado no hace ningún movimiento significativo, únicamente espera a que el grupo tome la decisión de pagar o tomar otro camino.

-¿Desde cuando los enanos y sus aliados no se descubren ante los enemigos?. Tu no eres un enano y este paso no te pertenece. Aparta.-

El minotauro sonríe y deja de reposar sobre su espada de doble filo para elevarla por sobre su cabeza, en un movimiento que pretende emular al saludo de un caballero solamnico (muy torpemente), el minotauro da por entendido que no pretende pagar ni una moneda de oro.

Espada en mano el minotauro se acerca intentando estar alerta para no verse sorprendido, especialmente poniendo cuidado en el piso sobre el que avanza...

Mas valerte que tu retirarte, yo no desear pelear pero no tener dinero tampoco...

Con los comentarios de los compañeros, el encapuchado se lleva una mano a la capucha y, en ese momento, descubrís que algo no cuadra en la escena.

Su mano anaranjada retira la capucha de cuero descubriendo una facha serpentina soportada por un cuello ancho y musculoso. Sus ojos reptilianos os devuelven ahora la mirada, la nariz achatada respira uniformemente y por la boca, en la que relucen colmillos afilados, asoma una lengua bífida:

¡Si no tenéis dinero podéis volver por donde habéis venido!- exlama.

Damrath sabia que no habia negociación posible. El minotauro habia desenvainado, no tenian dinero ni comida para seguir dando vueltas por estas montañas. Coloco una flecha de punta de piedra en su arco. Tenso la madera y apuntó al ser reptiliano.
-Esta flecha no debería ser para ti. Pero los lobos tienen que comer.-

El reptil está listo para el ataque y, al parecer, espera a que alguien inicie las hostilidades para lanzarse al ataque.

Damrath observó como el reptil no iniciaba el combate. Pensando en la posibilidad de evitar un derramamiento de sangre. Advirtió.
-Apartate. Somos tres y no tienes posibilidades...-

Lucius, viendo como su compañero está ya listo para disparar avanza decidido unos pasos mas, al ver que camina solo y que existe la posibilidad de no tener que luchar se detiene.

-Soiss tress- repite el hombre-lagarto-, serán tress aceross.- El lagarto sigue pidiendo el precio desorbitado por dejaros paso y mantiene su alabarda en posición de combate, listo por si alguno de los compañeros decidiese lanzarse hacia él. No tiene intención de dejaros pasar así como así.

Pufff!!

El minotauro avanza decidido hasta el extraño, sus manos sostienen su espada de doble filo en alto listo para recibir al enemigo en caso de que quiera atacarle, sus ojos reflejan la adrenalina del combate, sus músculos comienzan a tensarse mientras se aproxima a su objetivo, la batalla, nada mas honorable que la batalla...

Caer bajo mi espada, tu hacerte a un lado ahora...

Si bien el minotauro esta seguro de su fuerza, un dejo de prudencia le hace mantenerse tras el arbusto, buscando algo que interfiera entre su enemigo y él...

El draconiano saca su lengua bífida y la agita en el aire como única contestación a la provocación de Zenram.

Damrath avanzó con el arco tenso, preparado para el momento exacto para poder disparar su flecha mortal. Mientras, pensaba para si...
Porque duda el minotauro, es mas fuerte y diestro. Podría acabar con él, o noquearle.
No seré yo el que acabe con la vida de un alma viva, sin provocación. Puede que sea un semi-elfo oscuro, pero no he caido tan bajo. ¿Como podríamos resolver esto?.

Las cosas se van poniendo tan tensas como la cuerda del arco de Damrath. Lucius avanza a la par del semielfo, tratando de no quedarse atrás pero poco convencido de su potencial en el combate que, si tenemos en cuenta que no tiene armadura y que solo tiene un mísero bastón, no es mucho.

Frente a ellos, el draconiano mantiene la posición de combate amenazando la zona de alrededor del atajo que tanto tiempo podría ahorrar al grupo y ahora apunta con la punta de su alabarda al minotauro que tendrá que tener cuidado si finalmente decide ponerse al alcance del arma.
- Tress aceross.

El minotauro observa a su contrincante, midiéndolo, evaluándolo, se decía que los minotauros eran grandes guerreros únicamente por su fuerza bruta, pero estaba por verse exactamente lo contrario, de tres pasos se mantiene lejos del alcance de su enemigo mientras que toma su daga de su cinto para un segundo después lanzar a contra él, aun que tan precipitadamente que su daga termina estrellándose con la pared de atrás.........

Grrr tu pagar por esto...