Partida Rol por web

Nörsil empieza a sentirse atrapado, visiblemente agobiado por la falta de salidas y algo prudente con la posibilidad de tener que sufrir más heridas trata de observar y pensar, no deberíamos fallar esta vez. Oberva uno de los frascos y los sujeta con firmeza cerrando los ojos acude con el pensamiento a un lugar muy dentro de si o quizás muy lejos de allí.

Sus compañeros le escuchan bisbisear palabras en su idioma natal.

- noraE, roñeS ed sol soiretsim ut euq serrocer sol sonimac sodidnocse et omall. ¿odnavitcA atse apmart someraznava aicah núgla ragul?

- Earon, Señor de los misterios tu que recorres los caminos escondidos te llamo. ¿Activando esta trampa avanzaremos hacia algún lugar?

Una pequeña y débil llama, casi insignificante, surge humilde y cohibida entre los polvorientos guanteletes de mithril, como las ascuas de un fuego a punto de extinguirse.

- Etnematreic, siéraznava. sáM le onimac es abaca y le lanif se otreicni, rop otnauc sal sarbmos nageic sim sojo y natroc im eria...

Sin ceremonia, el pequeño fulgor termina por desaparecer, dejando a Nörsil deseando que la invocación hubiera sido más reveladora.

- ¡saicarg! - dice el elfo.
Antes de comunicar a mis compañeros el mensaje y mi sensación Nörsil mira hacia arriba, al hueco encima de los peldaños de donde cae algun cascote y al techo que hay completamente sobre ellos.
- Earon sugiere que completemos el ritual. ¿Qué creeis que pasará?
Nörsil mira atentamente el círculo, los agujeros con los mecanismos dentados...

–¿Acabar el ritual?

Enarqué una ceja ligeramente, al tiempo que fruncía el ceño.

–¿A qué se refiere por acabar el ritual?

Porque, obviamente, si era meter la mano ahí dentro... Ya habíamos visto qué había pasado con el fémur. Aunque, no el ritual no tenía por qué ser meter alguna extremidad en las bocas. Sin embargo, por alguna extraña razón, mi mente nada más que parecía querer pensar en eso.

–¿Cómo podemos acabar el ritual? –volví a formular la pregunta con diferentes palabras. Había que hacer algo pronto, o todo se nos echaría encima.

- Oh, allí esas piedras en las que desaparecía mi espada y mi brazo, había esto - muestro los cinco recipientes con sangre, el tomo y los pergaminos - los pergaminos son los que he comentado con Bratynne sirven para Volar, el códice apenas es legible, y los viales... como dijo Lelouch son cinco.
- En el códice se lee "Fluya, pues, la sangre de [Aquellos, Ellos, Los] eternos [y] ahogue la miseria [de] los mortales..." No me hace feliz entregarla al artilugio este, quizás esta sangre sea de elfos...

- Bratynne ahora que sabes lo que es podrías utilizarlos conserva un pergamino.

Estiró el brazo y cogió el pergamino. Lo enrolló y lo guardó en su mochila.

Creo que no tenemos más opción contestó a Nosril y luego giró la mirada hacia el resto por si alguno tenía una idea mejor. Es como si este lugar quisiera que completásemos ese ritual. Miró arriba, la salida obstruida, el recuerdo de la aparición fantasmal: demasiadas casualidades.

Grombar maldijo a sus dioses cuando los temblores cesaron y los últimos guijarros repiquetearon por el suelo. Estaba encerrados. Enarcó las cejas al ver iluminarse los brazaletes de Norsil, nunca entes le había visto hacer eso, el elfo estaba lleno de sorpresas.

-Así que el fantasma de tus brazales te ha dicho que completemos un ritual en una abadía maldita. Claro, ¿Por qué no, qué podrías salir mal? -gruñó el guerrero mirando a Norsil- cinco, bocas, cinco viales, no puede ser una coincidencia. ¿Los viales en las manos con boca, verdad? -miró al resto de sus compañeros en busca de aprobación.

Gruñó algo para si maldiciendo su suerte mientras recogía uno de los viales y se acercaba a una de las bocas en el suelo. Se tomó un momento para atarse la cuerda a la cintura, si el suelo cedía no quería volver a caer. Cuando estuvo listo miró a sus compañeros y asintió ceñudo dispuesto a meter su vial en la boca que tenía junto él. Con suerte todo esto despertaría a ese abad y tendría algo a lo que sacudir, estaba harto de estar a merced de las traicioneras trampas.

Lelouch se sorprendió de la gran inteligencia de Nörsil para comprender inmediatamente el pergamino, puesto que era consciente de que el antiguo lenguaje de los elfos era muy complejo. Después de un rato, tras considerar los miembros del grupo su opción se encontró algo feliz, pero también sintió el peso de la responsabilidad sobre sus hombros. Si fallamos será por mi culpa - pensó para sus adentros. - No sé si será el uso adecuado para los viales, no obstante, no se me ocurre otra cosa - comentó dubitativo el clérigo, aunque inmediatamente añadió con una leve sonrisa para intentar mejorar el ambiente del grupo - Tampoco es que poseamos miles de opciones.

Nörsil echa un sorbo a su poción de curación y la vuelve a guardar.

- Hay que estar preparados, probablemente ocurra algo debajo de nosotros. De manera que quizás nos convenga... flotar en el aire. ¿Querríais que intentara usar el pergamino en el grupo entero?

¿el hechizo es "aprendible" del pergamino?

Ante un tiempo que se agota, el grupo decide por unanimidad cumplir con la lóbrega sugerencia del pentáculo, pese a que ninguno de ellos le entusiasma la idea. Eyra desde luego no quiere acabar como el húmero que introdujo y Lelouch lo toma como un insufrible compromiso, mientras que Bratynne cree con acierto que no hay más opción posible.

Nörsil valora intentar pronunciar el complejo conjuro que ha traducido del pergamino mientras Grombar, agobiado de su encierro y harto de sentirse encerrado y atrapado, se adelanta hacia el símbolo oscuro. Aunque la idea se le hace más ridícula que a nadie, su mano es la primera en verter el líquido rojo sobre la cavidad metálica mientras la otra se asegura en la cuerda atada a lo alto del foso. Esta vez los afilados y puntiagudos dientes no responden en modo alguno. Alentados por esto, todos deciden imitarle.

Los temblores cada vez más frecuentes recuerdan que cada segundo pasado es uno perdido para siempre. El último de los viales gotea con lentitud hasta que las cinco bocas se cierran de golpe, como enérgicas después de saciarse en un lujurioso festín. Todos se miran entre sí; el plasma rojo comienza a brillar cobrizo e insidioso y todos saben que algo malo está a punto de suceder: De golpe, las cinco bocas vuelven a abrirse, manifestándose como acarreadoras de una gula insatisfacible. ¿Es que no ha sido suficiente?

Las fauces del pentagrama dentellan rabiosas a la vez que comienzan a devolver el fluido que han recibido. Expulsan el líquido regurgitándolo, como si estuvieran vomitando la sangre que las ha nutrido. Pero no llegan a detenerse. La cantidad de sangre es cada vez mayor, y los vómitos de las bocas han pasado a ser conductos de un cauce que, con rapidez, está llegando hasta las paredes del pozo.

En menos de un minuto se forman los primeros charcos y con mayor rapidez aún estos ocupan la totalidad del suelo. Por momentos, el foso se está convirtiendo en una inmunda y sangrienta piscina por donde nadan los restos de huesos y cadáveres. Las bocas siguen devolviendo imparables el maléfico humor, ahora ya como cisternas imposibles de contener.

Rojo y fulgente, el nivel del plasma ya casi llega hasta las rodillas de los aventureros, y lo que es peor... Donde antes podía verse el tenebroso pentagrama ya inundado, ahora parece haber algo oculto moviéndose, nadando sumergido bajo el mar de sangre y descomposición...

Algo ahí abajo está vivo... Y hambriento.

Nörsil observa, saca su espada y trata de averiguar lo que pasa. ¿El pentáculo se ha abierto en un agujero o eso que se mueve puede pasarles entre los pies?