Partida Rol por web

Keloa procura descansar al principio de la noche, aunque cuando nota que su cuerpo ha obtenido descanso suficiente y sus sueños la agitan, vuelve a hacer guardia, dejando descansar a Udokal, que debe recuperar más fuerzas.

- Sí, tranquilo. Ya me estaba ocupando de eso.

De hecho, desde que el primer rayo de sol aparece en el cielo, Keloa observa en silencio su alrededor, esperando ver o escuchar algún conejo despistado a quien lanzar su jabalina.

- En marcha. No podemos retrasarnos más.

Decide finalmente reemprender la marcha, puesto que los aullidos de los lobos son cada vez más cercanos. De nuevo, aprovecha que su hermano debe moverse más lentamente para ir borrando sus rastros y ya de paso, buscar algún animal para capturar.

El día amanece muy oscuro, sin duda un dia que promete agua. La herida de Udokal, aunque no ha mejorado, se tiene pinta de haberse estabilizado, ya no sangra y de momento se la ve libre de infección.

Las primeras dos horas de camino no veis ni un solo animal, ni siquiera de esos tan pequeños que normalmente ignoráis para la caza, pero que sin duda ahora os vendrían de maravillas... esta claro que tanto piel verde por los alrededores ha espantado a los animales...

Keloa recuerdas que algo hacia el Oeste, como a 3 horas, solía haber una zona con bastantes arboles frutales, especialmente perales, pero claro.. sabes también que si os dirigís hacia allí, el peligro aumentara pues os alejara de la ruta de huida programada

Keloa sigue buscando, ocultando su frustración, pues su rostro y sus movimientos siguen siendo los habituales. Finalmente, decide acercarse a Udokal.

- No hay nada. Y no creo que encontremos nada por aquí. Pero sí hay una zona con árboles frutados, hacia el oeste. ¿Qué opinas?

No era necesario decir que si decidían dirigirse hacia allí, el riesgo de toparse con pieles verdes aumentaba, pero Keloa tampoco tenía la certeza de poder encontrar algo que llevarse a la boca si seguían por el camino trazado. ¿Cuanto tiempo más podrían seguir a aquel ritmo sin llenar sus estómagos?

Pues nada, si voy a morir prefiero hacerlo peleando y con el estomago lleno antes que de hambre. Tú me dirás por donde tenemos que ir, creo que ya podre intentar moverme un poco más rápido la pierna ya molesta un poco menos.

Luego dejo a Keloa la delantera para que vaya indicando el camino, es imperativo encontrar pronto alimentos de lo contrario no llegarán tan lejos aún si no se topan con ningún piel verde.

Keloa te guía hacia el oeste a un paso vivo, pero sin forzarte mas de la cuenta y siempre teniendo cuidado con dejar las menos huellas posibles.

Una horas mas tarde sobre vosotros comienza a caer una molesta agua muy fría, aunque no demasiado intensa (vuestras armaduras de pieles os mantienen secos, si bien después de muchas horas podrían llegar a calar, por eso suele ser importante por las noches secarlas de alguna manera.

Cuando ya estáis próximos a vuestro objetivo, divisáis delante de vosotros a 4 orcos orog descansando y con aspecto distraído... a unos 400 metros.

Hermana mira creo que ya podremos comenzar con nuestra venganza si lo planeamos bien, aunque antes de actuar creo que deberíamos fijarnos bien si están solos y ver la forma de atacar logrando la mayor ventaja posible.

Luego comienzo a buscar algún lugar ideal para poder tenderles una emboscada.

Keloa asiente a las palabras de Udokal y sigilosamente coge una de sus jabalinas. Los superaban en número y Udokal estaba herido... Pero tenían el factor sorpresa. Siempre y cuando no hubiera más pieles verdes rondando la zona que pudieran escuchar sus gritos, podrían descargar parte de la ira que habían sentido hacía tan solo unas horas.

De este modo, empieza a mirar hacia todas partes, buscando rastro de compañía indeseada. ¿Deberían separarse y atacar cada uno por un lado? ¿O debían mejor mantenerse unidos? Estas decisiones siempre las habían tomado otros...

Durante los próximos minutos que permanecéis agazapados no veis mas enemigos que los cuatro orcos orog.
Estan situados en mitad de la nada, dos de ellos sentados, en clara actitud entre cansada o aburrida, con los pieles verdes nunca se sabe. Seguramente hayan participado en la batalla y ahora se encuentran descansando.

Sera bastante difícil llegar hasta ellos sin ser vistos, al menos los últimos 50 metros, ahora estáis a 400 metros... si bien parecen bastante distraídos y si hay suerte...

Keloa tu te puedes acercar lo suficiente como para atacarlos sin que te vean y en cuento te salgan persiguiendo los puedes atraer hacia mi que me esconderé, así podremos atacarlos un par de veces sin correr el riesgo de su contraataque. Lo otros es buscar un buen lugar donde podamos enfrentarlos de a uno.

Comienzo a preparar todo para la lucha con los orcos.

Keloa asiente, pensando en cómo sacarle provecho a la situación. Quizá podría acercarse hasta los 60 pies, lanzar una primera jabalina y esperar a que el enemigo se acercara otros 30 pies para lanzar la segunda, antes de salir corriendo hacia la zona preparada por Udokal. Si las cosas salían bien, en cuanto llegara junto a su compañero, el número de enemigos sería reducido a 3... Y si caían en alguna trampa o algo parecido, ya habrían bajado a 2.

- Dime qué prepararás. ¿Trampas? ¿O saltarás por sorpresa cuando pasen junto a ti?

Keloa quería tenerlo todo planeado y claro en su mente antes de empezar, pues esta vez no podían permitirse ni un sólo fallo.

Pues no hay tiempo para preparar un trampa, además temo que pudiéramos delatarnos al causar algún ruido así es que la mejor opción es la atacar por sorpresa.

Después de esto cojo mi hacha y comienzo a caminar hasta el lugar escogido para emboscar a la criaturas.

Separándose de Udokal tras ver dónde iba a situarse, Keloa empieza a acercarse al grupo de orcos despistados. A medida que se acerca, intenta hacer cada vez menos ruido, ocultándose entre árboles y ramas, agachada, como si acechara una presa cualquiera.

Keloa observa a su alrededor y a sus enemigos. Y enseguida se da cuenta de que la distancia es demasiada para tener un lanzamiento limpio. Aunque también se percata de que acercándose más, corre el riesgo de que la descubran...

Sin embargo, ha estado de caza muchas veces junto a sus hermanas, y sabe perfectamente cómo moverse sin hacer ruido y sin ser vista.