Partida Rol por web

Miro a mi alrededor ...casi estoy sola, a medio camino de Glain y los hobbits ... pero veo caer a una de los trolls a mano de Glain 

Sabia que Glain podria con el ...pero y el otro.

Veo huir a Gallind, pero muy mal herido. Se aleja demasiado para que pueda socorrerle, asi que intentare ayudar a Glain ...no parece mal herido, pero si fatigado ...si logro alcanzarlo tal vez le pueda auxiliar con alguna planta revitalizante. Pero tengo que cruzar el rio.

Habra que intertarlo. 

Sujeto mis bolsitas y trato de cruzar el rio ...si consigo cruzar mi mirada con la de Glain le hare una señal para que nos juntemos en un punto intermedio.

La mirada de Gláin sólo se cruza con la del troll. Toma una larga bocanada de aire mientras evalúa la situación. Definitivamente no parece que te vayas a levantar. Sopesa el peso de su arma entre las manos, se masajea los hombros una vez más. Mañana voy a tener unos moratones como berenjenas, eso si te lo puedes llevar a la tumba. Entonces, frente a una mirada horrorizada por parte del Wilfred, el enano levanta el hacha, apunta al cuello y remata la faena.

Una y otra vez el filo del arma resurge de la bestia impregnada en líquido carmesí. *Chof Chof Chof Cruch Cruunch Chof Chaf* Esto se parece más a talar un árbol que a reclamar un trofeo. ¡Que huesos más gruesos! Ahora, con la cabeza del troll totalmente separada de su cuerpo, Gláin reposa su hacha en el suelo húmedo y, con ambas manos, alza el cráneo al aire para que todos sus compañeros puedan apreciar su hazaña. ¡YA TENEMOS LA PRUEBA QUE PEDÍA HOLFAST!

Rilwen apunta al troll que hay más allá del río, al que ha dado para el pelo a su muy amado Gallind y a la mujer humana. Saca una nueva flecha, apunta y dispara. La flecha pasa rozando el hombro de Lawrence, pero se pierde entre los arbustos. La semielfa maldice su mala suerte.

Gláin, feliz por haber abatido a semejante mostrenco, se pone al lado de su adversario tirado. Le mira a los ojos y espera algún movimiento, pero no se mueve. De varios golpes, decapita a esta poderosa bestia, coge su cabeza y la alza a modo de trofeo. De las sombras de enfrente, ve venir cargando al otro troll. Tiene la cara enloquecida, los ojos inyectados en sangre y la boca abierta en una mueca horrible. En unos segundos se planta al lado suya, por lo que rápidamente tira la cabeza de Wilfred y se prepara de nuevo para el combate.

Tatharina, que en un principio había cambiado de rumbo para acercarse al combate, ahora vuelve a dirigirse hacia el puente. Parece que todavía sigue el plan de Lily en el mercado Callow de hacerse la borracha, dado su errático caminar. Tolman, en cambio, prosigue su carrera y llega hasta un árbol cercano. Jadea por el esfuerzo.

Lawrence, que soñaba ya con darse un festín con el elfo y la humana, ve horrorizado cómo su querido y a la vez odiado Wilfred, cae ante el enano. Un sentimiento de locura se apodera de él, olvidándose de sus ensoñaciones y centrando toda su atención en esa figura achaparrada que está cortando la cabeza de su hermano. Al verle levantarla como un trofeo, el poco seso que le quedaba se quebró, y un escalofrío recorrió toda su enorme espina dorsal. Aullando de rabia y furia, carga contra el asesino de Wilfred. Cruza el río y se planta en segundos delante de él para destrozarle de un golpe.

Gallind, muy malherido y muy cansado, se para en seco para recuperar el aliento. No sabe qué hacer, si huir como una gallina o ayudar en el combate. A Lily también parecen fallarle las energías, ya que frena su carrera para recuperar el aliento.

Mal herido y magullado, aún en la distancia, Gallind, deposita suavemente entre sus pertenencias a su querida arpa, y de esta forma da paso a su siguiente maniobra, en la cual tomar su arco de entre el resto de su equipo y lo deposita entre ambas manos. Me has golpeado, y ha sido duro. Pero aún puedo pelear. Coloca una flecha con sus dedos delgados junto a la suave madera del arma y tensando la cuerda con las pocas fuerzas que le quedan arroja una flecha hacia el enorme cuerpo al mismo tiempo que piensa. Lamentable es que ese golpe me halla dejado sin aire. De no haber sido así hubiese podido intentar atacarle aún con el efecto del hechizo. Una pena haber perdido dos ataques extras.

La flecha sale disparada con demasiada fuerza, y ni siquiera rosa la gruesa piel del troll. Uff. Se agarra fuertemente del estomago. Si que duele. Intentando erguirse nuevamente agrega. Ese dolor es intenso pero no puedo dejar a mis compañeros solos allí. Tengo que seguir intentándolo.

Rilwen da un vistazo hacia el este buscando a sus amigos, ni rastro de los hobbits ni de Tatharina,  el troll cruza el río en dos zancadas y se planta frente a Gláin. En la otra orilla puede ver con alivio que Gallind está vivo y atacando, lo que le permite concentrarse completamente en ayudar al enano.

- ¡Oromë, guía mi mano!. Susurra mientras suelta la cuerda del arco. Esta vez, como atendiendo a la petición, la flecha encuentra un hueco entre los huesos y se hinca hasta las plumas en la espalda del troll.

Al ver que Glain me ignora y no me sigue me paro y le veo ocupado cortando la cabeza del troll. 

¿Pero que hace?

Y entonces veo al otro troll correr como loco hacia mi amigo. 

Parece que Glain prefiere que vayan a buscarle...

Así que giro e intento acercarme una vez más hacia la escena del combate con mis pequeñas piernas. 

La celebración de la victoria se para en seco cuando ve venir al otro troll. Sus grandes zancadas resuenan en la cabeza de Gláin, sin duda amplificadas por su casco metálico. ¡TÚ TAMBIÉN QUIERES UN POCO DE ESTO! Dice mientras suelta el cráneo de su hermano y recoge el hacha. 

Lawrence se planta en frente del enano y le espeta un rugido enfurecido. Babas densas como el petróleo caen en la armadura de Gláin que no se amedrenta ni por un segundo, de hecho, está sonriendo. Esto va a ser una gran historia que contar. Ahora que conozco su debilidad, el juego de pies de Fróin, esto será pan comido. Y efectivamente lo fue, pues no hubo que esperar mucho tras comenzar el baile para encontrar una oportunidad para atizarle un hachazo en la cadera igualito que a su hermano. ¡JÁ! ¡ESO ES TODO LO QUE SABES HACER!

Solo tengo una idea en mente, dirigirme a un árbol lo suficientemente cercano para poderle asestar un buen golpe con mi cauchera, para lo cual tengo la piedra de tamaño perfecto,...sin embargo, soy verdaderamente consciente que lograr llegar a ese árbol va a tomar su buen tiempo, ....por un momento me desanimo porque lo veo como una tarea superior a mis fuerzas, no importa lo que intente....y es entonces, cuando recuerdo lo que siempre nos dice mi madre a Lily y a mi cuando nos ve resignados o cabizbajos: «recuerden niños que no importa como se presenten las cosas en su vida, siempre todo llega para quien sabe esperar y actuar en consecuencia» así que me armo de paciencia y me lanzo a correr de nuevo, dispuesto a lograr alcanzar ese árbol, cueste lo que cueste y esperando que sea más temprano que tarde.

Parece que todo esta a nuestro favor ...por fin un poco de suerte.Me voy acercando a la zona de la contienda , esperando que los hobbits lleguen a ese lugar tarde o temprano. Todavia no esta todas con nosotros, seguro que aun se puede torcer.

Venga Glain, aguante ...dale donde mas duele. El resto ...con fuego de cobertura para proteger a nuestro amigo.

Por si algun caso me preparo para lo peor y hago inventario mental de lo que me queda en mis bolsitas ...suficiente para resistir algun golpe mas.

Rilwen, envalentonada por la muerte de uno de esos monstruos, logra impactar su proyectil en una de las partes blandas de la bestia. La flecha se introduce casi hasta el fondo, solo viéndose el penacho al aire. Su querido amigo Gallind ni siquiera atina en el gran corpachón que tiene ante sí, impelido por los dolores que tiene debido a los golpes recibidos.

Gláin, esperando la carga de la otra bestia, empieza a moverse de un lado para otro, moviendo los pies como si practicara una danza, un baile mortal. Wilfred ya había comprobado su eficacia. Justo antes de llegar, Gláin ve pasar una saeta que se clava hondamente en el cuerpo del troll. Al llegar este, los dos chocan como titanes, golpeándose mutuamente e hiriéndose de gravedad. Lawrence, cabreado y fuera de sí, carga con violencia. Ni siquiera se da cuenta del dardo que le impacta y aplica toda su fuerza al golpe que le da al enano.

Tatharina sigue su baile errático, ahora aquí, ahora allá. Parece que lo que quiere es marearse para no entrar en combate. Los hermanos hobbits siguen su lento avance hacia los demás, aunque Tolman ya empieza a coger ventaja sobre Lily y se acerca a la beórnida.

El cielo, que estaba encapotado, empieza a abrirse un poco. Los sonidos de los pájaros y demás animales empieza a escucharse a lo lejos. La oscuridad va dando paso a la claridad poco a poco. Pero claro, vosotros no estáis atentos a esas cosas, estando en medio de un combate a vida o muerte...

¡AAAY! El enano mira hacia su cota de malla preocupado, sin duda evaluando la gravedad de la situación. El golpe de Lawrence fue tan certero como el suyo. Este troll ya no apunta a los hombros como el otro. Este no me quiere blando para la cena, este me quiere destrozar. Será mejor que le de muerte rápido. 

Gláin se gira de nuevo hacia su oponente, tensa los doloridos músculos de las piernas ''Un último esfuerzo chicas'', alza su ensangrentada hacha y echa a correr como un poseso antes de que Lawrence se gire hacia él. ¡MUEEEEEEEEEEERE! 

Corro y corro, y vuelvo a correr. 

Ciertamente nunca pensé que le cogería el gusto a esto del medio fondo. 

Veo a Glain en apuros. Esta claro que mi amigo es un enorme guerrero y que no fantocheaba cuando nos contaba aquellas gestas en sus batallas contra orcos en profundas mazmorras de enormes montañas muy lejos de La Comarca y de Bree. Pero este troll viene fresquito y muuuuy cabreado. 

Lo mismo si consigo llegar algún día y le acierto con una de mis piedrecitas pueda distraerle lo suficiente como para que Glain tenga un poco de ventaja...

Corro, corro y sigo corriendo. 

Rilwen siente algo de movimiento proviniente del este. -Llegan nuestro amigos.

Coloca una flecha en la cuerda y lanza de nuevo. Esta vez apenas le hace daño.

-Si no encuentro un punto blando no hay nada que hacer, el cuello del troll no parece que tenga huesos. Consciente de la dificultad comienza a preparar su siguiente disparo.

Gallind mira con claridad la contienda, tiene los ojos fijados sobre la criatura. Aunque el dolor no le permita concentrase del todo sabe que no puede fallar otro flechazo Si no atino, Glaín por muy diestro que sea en el combate cuerpo a cuerpo, caerá más temprano que tarde y eso no podemos permitirlo. Tensa con la poca fuerza que le queda el arco y lanza una segunda flecha que se pierde en el aire. Globins! Con estas heridas mi puntería está siendo nefasta. Gallind no está prestando atención, pero a su alrededor comienza a clarear.

Miro a mi alrededor: Lily esta a mi altura y dispuesta a disparar, los elfos siguen lanzando sus flechas contra el Troll con suerte distinta, al otro lado del rio veo a Tolman tambien dispuesto a unirse a la refriega mientras Glain todavia aguanta contra esa mole. 

Yo no voy a ser menos. Tengo que hacer algo aunque sea inutil, tengo que ayudar a Glain.

Me acerco al combate con la mayor de las cautelas, sacando una daga que llevo escondida en la bota.

Si le acierto en algun lugar blando por los menos se estara doliendo un buen rato, y le brindara una oportunidad extra a mi amigo. O tal vez sea como una picadura de un mosquito. Alla voy.

Ya casí llego, un esfuerzo mas y, si Erú me ayuda, podré alcanzar ese árbol, subirme, apuntar y disparar un buen pedrazo contra ese inmundo Troll -pienso mientras trato de aumentar mi velocidad, luego de haberme pasado unos segundos a recuperar el aliento.

Y es entonces cuando, como si fuera un corredor de fondo, dedico todas mis energías a recortar camino, como si fuera una de esas monstruosas criaturas de los que me contó alguna vez Glaín, que devoraban las distancias en un parpadeo, casi como si se comieran la tierra, y llego cerca...ay tan cerca del árbol que era mi objetivo, desde aquí podría intentar darle a ese apestoso troll -pienso instantáneamente-....pero la distancia sigue siendo un poco grande y solo tengo una oportunidad, además estoy a ras del suelo y podría verme y cargar contra mi...-me debato entre dos ideas hasta que tomó una decisión- naaah «mejor la seguridad que la policía» como decía mi padre cuando tratana de enseñarme sensatez y prudencia...me subiré a este árbol y desde allí le dispararé un buen pedrazo.

A los medio fondistas os pesan tanto las piernas, que os resulta difícil dar un paso más. Vuestros pulmones arden con cada respiración. ¡Tal vez deberíais dejar de correr! Miráis arriba y veis que el cielo está de un gris pálido, encapotado, pero el Sol no ha salido todavía. No debe de quedar nada para que amanezca, o eso pensáis. Un viento del norte arrastra las nubes con velocidad. La casi nula oscuridad va dando paso a una claridad que se filtra por alguna nube de vez en cuando.

Rilwen y Gallind siguen disparando al troll, con la convicción de que alguna flecha herirá de muerte al gigantesco adversario. Aunque visto lo visto, tienen que seguir gastando munición. Solo esperan que Gláin o el Sol acaben pronto con él.

Gláin sigue dando buenos hachazos a la criatura, hiriéndola en múltiples lados, cuyas heridas sangran abundantemente.  Parece que le ha tomado la medida a estas criaturas y baila alrededor de ellas con inusitada destreza. Lawrence, cegado por la locura sigue atacando con su gran cuchillo aserrado. Este enano que ha degollado a su hermano no es lo mismo que los enclenques de antes y le está dando una buena tunda. El miedo empieza a hacer presa de él.

Lily, agotada, sigue corriendo en pos de un lugar cercano para poder dispararle alguna piedra al troll con su honda. Tolman, veloz como un rayo, ya ha alcanzado el árbol próximo a los contendientes. Allí ve restos de sangre, tanto en el tronco del árbol como por el suelo circundante. Tatharina sigue su baile ébrio, ahora tropezándose y casi cayendo, avanza unos metros hacia su amigo Gláin.

El color de los ojos reluce con un rojo sangre intenso. Las babas caen de su mandíbula desencajada hacia todos los lados. Se le ve algo cansado, muy herido y con la duda en la mirada.

-"¡Maldito enano, pagarás tu osadía! Te comeré vivo, empezando por los pies, para que sientas y escuches cómo rompo todos tus huesos al masticarte!"

Levanta su enorme hoja aserrada por encima de su cabeza, dispuesto a darle el golpe de gracia al valiente enano.

No permitiré que cometas semejante osadía. Con esta flecha- mira la flecha en su tenso arco.- Con esta flecha acabaré con tu miseria. ¡Horrenda criatura!- E hincando una rodilla en el suelo para afirmar su pulso y mejorar su puntería lanza otra de sus flechas contra la criatura con la total certeza de que esta vez no puede fallar. Su linaje elfico guiará el proyectil directo hacia el corazón de la mole.

La flecha vuela silbando el aire y se incrusta en una costra del trol haciéndole un daño insignificante que no logra inmutar a la babeante y colérica bestia.

Montando de nuevo una flecha en el arco, se permite un pensamiento optimista cuando ve lanzar la flecha a Gallind. Además puede ver a Tatharina a la carrera y casi presiente que las piedras de los hobbits están a punto de caer sobre la cabezota del troll, que está en un fiero combate contra el enano y su brillante hacha

-Poco a poco terminaremos con él. Y el sol tiene que estar a punto de aparecer.

Lanza la flecha que se clava en la pantorrilla de Lawrence