Partida Rol por web

Descubres una pequeña trampilla entre las piernas de la estatua.

-Enanos...--se queja Keyleth cuando Muren ya se ha ido--Siempre terminan defraudándote.

Sin la presión del combate, la vivaraz elfa pícara examina la estancia a conciencia.

-¡Eh, mirad esto!--llama de pronto la atención del resto del grupo, mientras se halla observando las cercanías de la enorme estatua--Aquí hay una trampilla.

Duine se dedica a desmembrar a la criatura mientras unos exploran, otros se marchan y la elfa descubre la trampilla. Después de descomponer al troll metódicamente, dice:

-Ábrela. Vamos por ella.

Detectas que al abrir la trampilla un mecanismo hará saltar una hoja cortante.

-Sí sois libres. No temáis hemos venido a ayudar.- responde Leoster al esclavo.

-Ayuda a tus compañeros y salid de aquí cuanto antes ¡rápido!- A continuación Leoster se reúne con su grupo para comentarles la escasa información que ha obtenido de estos.

Preocupado observa como Muren decide volver a Highport, demasiados avatares parecen haber dejado una mella profunda en el enano. -¡Oh Pelor! guía a este fiel a través de la senda oscura con tu resplandor- le dice mientras se despide de él agradeciéndole sus valerosos esfuerzos.

A medida que lo ve alejarse piensa -La lucha contra los impuros y los herejes de las tinieblas es muy dura. Requiere de sacrificio, perseverancia y caminar por negras vías sombrías, así como de estar atentos en no caer en la ceguera y la maldad. Pero los custodios de luz no podemos desfallecer, debemos mantenernos fuertes y continuar con la batalla.-

-¿Una trampilla? ¡Continuemos! veamos que hay al otro lado.- exhorta al grupo Leoster.

El troll era desmembrado metódicamente y Muren anunciaba su decisión de abandonar a sus colegas. El compañerismo en el que se había apoyado hasta entonces se desintegraba en una sopa caliente de vísceras y desesperación. Y su impotencia e inutilidad le pesaban sobre el pecho como la bota de un ogro.

Contempló la sangrienta y melancólica escena, y una serie de preguntas existenciales acudieron a su mente mientras un millar de gotas de sangre verduzca flotaban a su alrededor, tan lentamente que casi podría contarlas antes de que cayesen. "¿De dónde venimos? ¿Adónde vamos? ¿Ocurrirá lo mismo en Toril? ¿Si un árbol se cae en el bosque, se volverá a levantar después de comprobar que nadie le haya visto?". Era demasiado para su maltrecha mente.

Se sintió desvanecer. El último vestigio de serenidad que le quedaba le advirtió de que su alma se refugiaba en la demencia, pero no le importó. Sabía que no volvería a ser el mismo cuando despertarse, pero esperó que, pese a la locura, fuese alguien de quien se pudiese enorgullecer. 

El golpe con el suelo le dejó sin aliento y todo se oscureció.

-A ver, retiraos un poco por si las moscas--solicita Keyleth al grupo en general--Parece que aquí dentro hay una cuchilla ansiosa por cercenar algo. Veamos...

A pesar de que Keyleth no ha estado todo lo hábil que cabría esperar, sus métodos han logrado atascar la cuchilla que se escondía tras la trampilla. El camino a las profundidades es seguro.

Satisfecha, Keyleth se interna en primer lugar por el agujero de los esclavistas. Eso sí, antes de lanzarse a la oscuridad, la impaciente elfa conjura un haz de luz sobre la espada corta para utilizarla como antorcha arcana en la incursión.

Molesto levemente a Magus con el hocico para que espabile y no cierre la comitiva, no vaya a ser que decida marcharse en silencio como su compañero enano...

A continuación, me coloco tras la estela de la elfa.

Observo como Keyleth se propone a abrir la trampilla, la elfa ha detectado algo extraño y nos pide que nos apartemos un poco, así que decido ir a ver qué le ha ocurrido a Magus que yace tendido en el suelo.

Me acerco a él y compruebo sus constantes vitales. Parece inconsciente.

-¡Magus!...¡Magus!...despierta...¿Estas bien?-le espeto mientras lo zarandeo con suavidad.

Un estrecho túnel vertical desciende hasta más allá de lo que la iluminación de Keyleth os permite ver. A simple vista, no hay ningún asidero que permita descender por el túnel con seguridad.

Un fuerte olor a podredumbre y varios zumbidos, son detectables desde vuestra posición.

Tu visión élfica te permite descubrir que más de media docena de una especie de hormigas o avispas con forma humanoide se arremolinan en el fondo del túnel mirando hacia la abertura.

Keyleth empuja a sus compañeros para que vuelvan a dejarla subir y luego cierra la trampilla.

-Ahí abajo hay más de media docena de una especie de insectos con forma humanoide que se arremolinan en el fondo del túnel--informa al resto del grupo con cara seria.

Adquiero de nuevo forma humana:

- No parece un lugar seguro dónde combatir. Podría enviar un enjambre de insectos o convocar animales para probarles antes de que bajemos... si es que vamos a bajar.

Al ser zarandeado por Leoster, Magus abrió los ojos como platos y se levantó precipitadamente con las correas de su equipo hechas un revoltijo junto a su túnica, y llevando la misma doblada ridículamente por encima de la cintura, atendió a las palabras de Keyleth sobre las criaturas que les aguardaban allí abajo.

Murmuró para sí mientras hacía memoria.

Por la descripción de Keyleth y el sonido que emiten, sabes que probablemente hay más de un tipo de criaturas en el fondo y que probablemente uno de los tipos sean hormigas gigantes.