Partida Rol por web

- Estás en tu primer día y ya eres capaz de conectar por nombre conocido. Eso no es capaz de hacerlo todo el mundo. Puedes estar orgulloso. 

Transmíteme esa imagen y me encargaré de buscar su localización.

Y ante tu expresión de desconcierto, ya que aún no te sientes cómodo con lo que estás descubriendo, prosigue.

- No pienses en ello. Contacta con este panel. Será más fácil. Evoca esas últimas imágenes y trata de capturar una fotografía en esa torrente. Sólo necesitas algo de concentración.

Con esa información, seguiré investigando. Hay demasiadas cosas que hay que atender. El asesinato de la máxima representante se ha dado frente a nuestras narices y no puedo pedirle a un extranjero que se haga cargo de esa responsabilidad.

Grend nunca había sido una persona orgullosa, y no iba a empezar ahora. Sobretodo porque no sabía cómo hacía lo que hacía, y porque había vidas en peligro.
Se concentró en el panel tal y como le decia el doctor y trató de evocar las imagenes que había visto, más no podía hacer.

Si puedo ayudar en algo lo haré. Lo que quiero es ayudar a la humanidad. Por eso vine a este bunker. Porque había tenido noticias sobre su proyecto, y quería hacer todo lo posible para contribuir.
De todas formas, ahora me preocupa más una niña, Jade. Que esta, o estaba siendo, torturada.

- Jade - Repite él, concentrándose en ese nombre, y cuando lo hace, tu visión también cambia, proyecándose a esa escena.

En ella, las descargas han cesado. Los ojos de la muchacha están hinchados, y balancea su cuerpo delante y atrás mientras repite una serie de frases que se muestran en la pared.

Lástima que estén en arameo.

El llamado psicólogo está junto al pequeño lavamanos de la habitación, rebuscando mientras abre y cierra el grifo sin que de él salga agua. Probablemente algún desliz de mantenimiento.

La voz del hombre contrario te hace regresar.

- Sus técnicas son duras, pero no es el primer niño con el que lo veo emplearlas. Algunos muchachos necesitan ser forzados a socializar con otros seres humanos. Otros, sobre todo en los casos de jóvenes que vienen del exterior, lo que necesitan es aceptar la tecnología como parte de su vida. 

Creo que esta Jade debe ser uno de esos casos, aunque no la llegué a conocer en vida, por lo que no podría asegurarlo.

En cualquier caso, ese hombre goza de un gran renombre y prestigio en el búnker. 

Suspira, tomando la imagen que habías proyectado.

- En cualquier caso, solo es una niña. Este asunto es más urgente. Lamento no poder ayudarlo, pero mi tiempo es limitado. 

En este lugar el tiempo avanza a una velocidad diferente que al otro lado, por lo que un minuto de retraso podría convertirse en una hora. El futuro de nuestro Proyecto y de su Objetivo depende de que los investigadores encuentren el origen de la infección, y este presente cambie. Así que debemos velar por que el lanzamiento de dentro de dos semanas se lleve a cabo.

A Grend le había caido muy bien el tipo con el que estaba hablando, hasta ese momento.

Perdón. Pero lo que le he visto hacer con esa niña no es algo normal o aceptable. De ninguna manera. Es tortura pura y simple, y si usted no lo ve así no sé qué clase de médico era. Pero desde luego ninguno que merezca la pena. Que alguien se cuestione la tecnología, en los tiempos en los que estamos, debería ser lo normal. No lo extraño. Por si no lo sabe el enemigo es una máquina.

Lamento la muerte de la "máxima representante", todas las muertes son innecesarias. Pero aunque ese lanzamiento sea lo que pienso que és. No es más importante que el futuro de un niño. Los niños son nuestra mayor esperanza, si no los protegemos ahora da igual lo que pase después.

Hay que ayudarla, y si hay más como ella también.

La figura enmarca una ceja - ¿Tiene por costumbre responder con insultos para ocultar su propio miedo a lo desconocido?

Por fascinante que pueda parecer escuchar los juicios apresurados de un inculto, ningún individuo está por encima de la supervivencia colectiva. Eso es indiscutible. Al margen de eso, lo que he visto no puede considerarse, ni por asomo, una tortura.

Sobre la tecnología, haría bien en replantearse su escala de valores. Todos y cada uno de los refugios que sostenían su postura, antes del apagón en las comunicaciones exteriores, habían caído. Algunos refugios parcialmente tecnificados han aguantado un poco más, pero actualmente somos el ultimo refugio en pié que existe, y eso es precisamente gracias a nuestros medios.

Haría bien en recordarlo.

Si nuestra IA y la estación caen, no quedará absolutamente nada que podamos hacer. Hay quien lo llama erróneamente Esperanza. Para mi es un concepto demasiado optimista. Es Supervivencia.

Había sido demasiado bonito para ser verdad. Grend había creído que el tipo era una persona más razonable que la chica que le encontró. Pero estaba claro que habían pasado demasiado tiempo desconectados de la realidad. Eran más máquinas sin sentimientos.

No le he insultado, no se preocupe que si lo hago lo tendrá claro.

No voy a perder el tiempo con usted discutiendo sobre lo que es tortura o no. Me ha dejado muy clara su postura. Le adelanto que yo no voy a cambiar la mia. Por lo que espero morir realmente antes de parecerme a usted en ese aspecto.

He servido muchos años en el ejercetito. He mandado a hombres a la muerte sin dudarlo, porque había una finalidad. Un sentido. Una posibilidad para los demás.

No se confunda usted. La supervivencia está bien. Pero si no somos capaces de ver que hay que tener un motivo, una finalidad, para sobrevivir. No es suficiente.
Lo que yo he hecho siempre es luchar por la humanidad, aunque nunca he esperado hacerlo yo. Pero lo que sí que tengo claro es que no vale de cualquier manera. Porque los que nos sobrevivan han de ser mejores que nosotros. Y el futuro siempre ha estado en manos de los niños, y son los que hay que proteger. No torturar o adoctrinar.

- Tengo cosas que hacer - va dejándote de lado - me pregunto cuanto tardará en darse cuenta... De que no existe ni ejercito que defienda ni humanidad.

Y termina, mirando mas allá - sólo nos queda el Objetivo.

Un momento después, la imagen de tu interlocutor se desvanece. Estás solo.

Y una vez más Cristopher Grend se quedó solo. No era la primera, pero sin duda la más extraña. No se hacia muchas ilusiones de lo que le había pasado. No es que entendiese demasiado de ordenadores, y desde luego las explicaciones de sus interlocutores eran de lo más complejas. Pero tenía claro una cosa. Habia muerto.
Y parte de él, quería creer que el alma aunque no se hacia ilusiones, se había descargado en una especie de red de ordenadores. Toda una alegría para una persona como él.

No podía permitirse el lujo de enfadarse, y nunca había sido de los que se lamentan. Así que tenía que actuar. Por lo que se sentó, o pensó en que lo hacia, y empezó a concentrarse. Si en verdad estaba en una red de ordenadores quizás podría acceder a datos. Lo más normal es que estuvieran protegidos, pero no se le ocurrían muchas más cosas por hacer. Además, antes de una guerra, había que recabar información. Sobre el enemigo, sobre el terreno, todo. Cuanto más se supiera más posibilidades de victoria.

Grend se concentró en el plano virtual que había dejado el doctor. Suponía que era del bunker, necesitaba confirmarlo.

Cuando tratas de acceder a la red, expandiendo unos dedos invisibles, te sientes limitado. Tu consciencia no alcanza tan lejos como te gustaría. Aparentemente algunas cosas son más difíciles que otras.

Pero el intento no es del todo infructuoso. En tu exploración sientes que no estás solo, o no tan solo como creías. Hay al menos tres consciencias en la habitación, en puntos opuestos... Y sabes que las tres están de un modo o de otro, pendientes de ti. Dos parecen extremadamente diluidas, como si hubiese muy poca voluntad para manifestarse o conocieran alguna forma de pasar desapercibidas. Es la tercera la que llama más poderosamente tu atención.

Es uno de tus soldados. Estás seguro. Solo que no estas seguro de cual. Todo lo que ves de el es la idea de ser soldado, la pose rígida de quien acecha en campo enemigo, el deber. De alguna forma, sientes afinidad instintiva con esa figura.

Está agazapada, oculta del ángulo de visión de las otras dos formas. Te hace señas para que te acerques.

Como no podía ser de otra manera Grend no es capaz de acceder a los datos que le gustaría. Seguramente su adversión por la técnología no ayuda demasiado.
No obstante, cuando localiza una presencia familiar se sorprende. Más aun cuando la reconoce como uno de sus hombres. No está seguro de lo que eso puede significar, ya que supuestamente no sobrevivió a la cuarentena. Pero claro, después de lo que ha visto no está seguro de que pueda fiarse de nada de lo que suceda en este lugar.

Cuando le hace señas para que se acerque lo hace, aunque con cuidado. Pues ha notado que parece esconderse de algo o de alguien.

-¡Rápido! - Susurra antes de echarse a correr, indicándote que lo sigas a gran velocidad.

Grend se encuentra en estos momentos dividido, literalmente. Por un lado está junto a uno de sus antiguos hombres, al que creía muerto, y por otro está observando una escena en otra parte. Y algo le dice que más le vale no perder el hilo en ninguno de los dos.

Así pues, Cristopher corre (o eso imagina) detrás del soldado.

Espera un momento. ¿Qué es lo que está pasando aquí? ¿Quién eres?
¿Por qué huimos¿

- ¡Shh! - Te pide silencio con un gesto apresurado -  Aún están cerca.

Sigue corriendo. El movimiento es pura electricidad, instinto. No es tan difícil a mover los músculos sin ser consciente de las micro-contracciones y extensiones, de la fisiognomía de cada tendón, de la resistencia de cada tendón. 

La voluntad, tu voluntad, es fuerza y da forma a lo que se muestra ante tus ojos, le da algún sentido al entorno. Posiblemente sea la cercanía de ese soldado que te aporta algo conocido.

Llegan a una habitación. Una habitación que podría haber sido simple luz, pero ahora se parece a una de las trincheras que han llegado a darte cobijo en años pasados. En aquel lugar, soldados del siglo pasado dejaron células de energía suficientes como para recargar los vehículos, aunque el problema seguía siendo la comida. Por suerte o por desgracia, un grupo pequeño es más fácil de alimentar.

El soldado se apoya en sus propias rodillas. su expresión está cubierta por barro y cansancio, y sigues sin recordar su nombre. Cuando tratas de fijarte en él caes en la cuenta de que a pesar de que resulta prácticamente imposible enfocar su rostro, sabes que está ciego.

- Temí no ser capaz de separarlo de esos seres - Se yergue y apoya una mano en su frente - Entrando a su servicio, Coronel.

Lo pero de llegar a una conversación a medias, es estar en dos conversaciones a medias a la vez. Grend estaba escuchando lo que le pasaba al tipo de las piernas robóticas, que por lo visto había tenido un accidente grave. Demasiados accidentes, demasiado seguidos. En verdad parece que alguien está haciendo algo, y seguramente nada bueno.

Se había centrado demasiado en la del tal 42, lo de que se hubiera descargado la memoria le parecia demasiado familiar a lo que le pasaba a él mismo, por lo que no estaba demasiado atento al soldado. Aun así le respondió a su saludo. No en vano era casi como un acto reflejo para él.

Descanse soldado.
Cuentemé qué le ha pasado. ¿Qué sabe del lugar donde está? ¿Y de estos seres?
Pero primero digame su nombre, hijo. Me resulta familiar, pero no logro enfocar su rostro.

Cuando le das permiso, el soldado abre algo más las piernas y descansa los brazos semiflexionados a la espalda, en posición reglamentaria.

- Señor, le contaré todo lo que he averiguado, señor, pero no puedo darle un nombre. Parte de lo que ha sucedido está confuso desde que me enfrenté a alguien que arrebata recuerdos. Eso sucedió a los pocos minutos de llegar a este lugar.

Otras entidades vinieron a mi y me salvaron de perder más aún de mi mismo, pero he descubierto que sólo trataban de engañarme. No son personas, y están dispuestos a poner a los pocos seres humanos que quedan en este Búnker en peligro. Tiene que ver con un lanzamiento.

Cuando ellos descubrieron que trataba de entorpecerles, me robaron la capacidad de visión del otro lado. 

Señor, agradezco que esté usted aquí. He aprendido cosas desde que he llegado, pero son herramientas que ya no sé cómo ni dónde utilizar. He estado confuso desde entonces hasta que usted ha llegado.

Grend asentia, entre apesumbrado y preocupado. Lo que le estaba el soldado contando era importante, o por lo menos eso le parecia a él. Y lo que escuchaba en el otro lado parecia aun más.
Al parecer había una conspiración. El problema era que no podía distinguir a los integrantes.

Muy bien soldado. A sido una suerte encontrarle. En verdad estan pasando cosas, y me parece que tenemos mucho que hacer. Seguimos siendo soldados, y seguimos teniendo un deber para con la gente.

He oido algo del lanzamiento, y creo saber qué puede ser. Pero en teoría era algo bueno para la humanidad.
Rápido, cuentamé lo que sepas. Y entre los dos podremos hacer algo bueno.

Haces un alto para repasar lo que sabes de la historia* de este lugar, haciendo memoria sobre lo que sabes de ese lanzamiento. Mientras, el soldado sigue hablando.

Antes de perder mis capacidades averigué algo, señor. Algo importante, pero no llegué a verificarlo. 

Los planos de este búnker, señor. Creo que el Dr. Skynet no los diseñó. Hay rumores de que esta estación y su tecnología estaba presente en las filtraciones de Wikileaks, un evento histórico del sXXI, mismo paquete donde se rumorea que proviene la consciencia original del Dios Máquina.

¿Qué puede significar eso, señor, si fuese cierto? Este lugar y nuestro enemigo deben estar relacionados, o eso es lo que pensé. 

Intenté sabotear la estación. Dejar puertas abiertas para que esta gente que está presa en esta mentira pudiese escapar, pero me atraparon antes. Ahora, ni siquiera sé si fue una idea sensata.

Entablé un enfrentamiento antes de caer. Este lugar, todo lo que nos rodea, es pura electricidad, y he aprendido a manipularla para crear armas que usar como cuando hemos estado en combate.

Grend asentia a las palabras del soldado. Y meintras le escuchaba recordaba todo lo que sabía sobre este Bunker, el proyecto Burbuja y todo cuanto pudiera ser útil.
Lo que estaba contando, unido a lo que estaba escuchando le hacian estremecerse. Uno de sus mayores temores se estaban haciendo realidad. La posibilidad de que este Bunker pudiera estar controlado por el Dios Maquina.

Muy bien hijo. Tranquilo. Hiciste lo que creiste correcto dado lo que sabías. Y seguramente yo habría actuado igual.
Pero ahora tenemos cosas que hacer. Hay que confirmar algunos datos, y luego acabaremos de perfilar el plan que estoy pensando.
Lo primero me tendrás que enseñar esas habilidades que conseguiste. Hemos de poder defendernos. Luego recabaremos datos de ese lanzamiento.

También tendré que vigialar a ese tal 42. No se si es de fiar por como habla con una máquina, y ya no me gustaba que antes tuviera partes mecánicas y ahora aun más. Y si lo que dice sobre humanos ahí fuera peleando...

Bien. Pongamonos en marcha. Tenemos mucho que hacer.

Mientras hablas en esta sala, te es muy fácil seguir y comprender la conversación de 42. De alguna manera, esa "función multitarea" te es sencilla.

- Yo... no estoy seguro de cómo explicárselo, señor. He perdido... demasiado - Sientes más que ves su malestar ante este hecho, y sin embargo, un momento después recupera la determinación - Aún así, hay una manera, señor. Hay una forma para que esa habilidad y parte de lo que he vivido usted pueda aprovecharla. 

Señor... deberá consumir mis datos. Apropiarse de ellos. Aún su forma es difusa, por lo que sé que tiene la capacidad de adoptar más fragmentos, pero que aún está débil. Un ataque podría romper la cohesión de sus datos con demasiada facilidad.

De alguna manera, creo... creo que parte de mí podrá seguir viviendo en usted, pero por mí mismo no tengo objetivo. 

Aprieta las mandíbulas - Señor, le pido por favor que me libere de este vacío. Ni siquiera tengo una identidad. No tengo nombre, ni recuerdos distantes. Sólo sensaciones, y sé que debo ayudarle. Es mi único propósito.