Partida Rol por web

-Entrada física en el laboratorio.

Respondo con aire cansado a IVI.

-No has respondido qué relación tiene un mapa antiguo con la intimidad personal de alguien. Revisa esos protocolos...

Definitivamente, estoy comenzando a ponerme de mal humor. Y para colmo, un temblor que me mantiene completamente estático... pero confuso. Aunque Utolsó se adelanta de modo que no veo necesario decir nada más. Al parecer nuestro tiempo en este lugar se termina a pasos agigantados.

- "Laboratorio" no es lo suficiente indicativo. Añado que no tiene nivel de seguridad suficiente como para conocer dicho dato de ninguno de ellos.

Responde en primer lugar a 42. Tras el temblor, ambos comenzaban a ponerse nerviosos, ignorando que no merece la pena enfadarse con las cosas. A ellas les trae sencillamente sin cuidado. Son cosas. y una IA sigue siendo una "cosa".

Entonces responde a Utolsó, aunque su respuesta no da en absoluto nueva información.

- La energía ha sido desviada por razones de mantenimiento. Parte de las funciones de esta sala permanecerán inactivas durante unas horas. Disculpen las molestias.

Discutir con una máquina nunca ha sido algo productivo. Lo que sí lo es es la hora de comer. Faltan unos minutos para la hora oficial.

-¡¡Argh!! ¡¡Decía aquí!!

Desesperado, y sin prestar más atención de la debida me dirijo hacia la puerta.

-Seguro que en el comedor nos encontramos con Frederick. ¿Qué operaciones de mantenimiento?

Pregunto, casi sin esperanza, tal vez alguno de los dos pueda saberlo. Mi humor, no muy bueno por regla habitual, está más que dispuesto a seguir colaborando con el momento para que todo me parezca peor aún. Yo sólo quiero respirar un poco, y con tanto acceso denegado y tantas tonterías estoy comenzando a sentirme asfixiado.

Torcí el gesto al escuchar la negativa y mas cuando mi compañero empezaba a perder la paciencia.
-Supongo que salir un rato nos vendrá bien, aunque sinceramente no me gustaría no saber que es todo esto, y sobre todo ten en cuenta que deberíamos saber mas sobre estos tipos y sus intenciones. ¿Se les puede detener por este tipo de intrusión verdad? Ellos mismos podrán darnos las respuestas que nosotros no encontramos.-Dicho esto me estire en mi asiento y miro por ultima vez la pantalla.

-Con un poco de suerte también encontraremos a alguno del consejo para hacer la petición del backup-Eso me recordó el ultimo mensaje de IVI.-Adelantate si quieres, aun tengo una pregunta para esta cabezota.
-IVI, ¿Tiempo estimado para que la sala sea totalmente operativa?-La verdad es que con lo que se estaba cociendo en estos momentos en el bunker, que esta sala, el cerebro de las comunicaciones, estuviera en parte inaccesible no hacia mas que acentuar mis sospechas.
-Ni en la rebelión hicimos algo así, claro que no teníamos este tipo de privilegios.

- Tiempo estimado: 3 horas, 32 minutos. Esta cifra no es exacta y puede estar sujeta a nuevos cambios. 

Tras el ultimo mensaje de mi querida compañera mire la hora y calcule lo que suponía estar tres horas y media inactivo y me pregunte si mi turno acabaria para entonces.

-Bueno, pues vayámonos, ¿Crees que tendremos alguna sorpresa para comer como esta mañana?-Le pregunte a 42 mientras me levantaba de la silla y me disponía a salir.

-Pescao vendido, amigo.-Ni yo mismo tenia claro que era esa expresión, tan solo la leí un par de veces en uno de esos comics digitales que tenia Salvaje Ciego.

-Si Hazarda esta en el comedor, seria una buena oportunidad para preguntarle.-Repase mentalmente lo que esta mañana había sucedido y fue el primer nombre que me vino a la cabeza.

Las puertas se abren con su tradicional silbido. Tu sentido hogareño te dice que el trayecto ha tardado más que de costumbre, pero bien que podría ser sólo tu anticipación. 

A diferencia de otros días, la sección parece vacía y no es hasta que empiezas a andar que hay movimiento tras las ventanillas, y un rostro frío se fija en ti.

- Buenas tardes, señorita ¿En qué puedo ayudarla?

- ¡Úrsula! no me digas que tenemos visita. ¿Tan pronto ha llegado relevo? - La voz entusiasta del otro lado es fácil de identificar. 

Miguel, de ascendencia argentina, podría ser una de las personas más animadas y parlanchinas del Búnker. COmo si para él todos los días fuesen soleados. Es una suerte que no estén de guardia Utolsó o Anna Charrón, los otros dos trabajadores principales del área. Anna por estricta y Utolsó por seco y profesional, no son personas que se dejen engatusar con facilidad.

Cuando asoma su carilla por el ventanuco, sin embargo, puedes ver su pelo desarrapado y ojos hinchados por el sueño.

- Pero si es la encantadora Dahlia Verme. Dame un beso y dime qué buenaventura te ha dejado venir a hacerme algo de compañía - Entonces parece caer en la cuenta de algo y mira al rededor - ¿Vienes sola? - ríe - Procura que los jefes no se enteren. Yo no he visto nada. 

Mira entonces a su androide compañera - Sigue monitorizando tu. Yo atenderé a nuestra encantadora visitante - Y termina guiñándote un ojo. Claramente, lo que quiere es escaquearse de lo que quiera que estuviese haciendo hasta ahora.

La androide que llamó Úrsula, por su parte, niega con un gesto y se aleja.

Finalmente llegó a la central de redes, pero cuando apenas iba llegando una robot le saluda. O no, tendré que mentir de nuevo. Pensó Dahlia con algo de preocupación. Cuando de repente llegó Miguel para salvar el día. -Hola Miguel. Dice con una sonrisa. Le da un beso en la mejilla y continua. -Si vengo sola, pero aquí me encontraré con mi compañero más tarde. Sujeta su brazo. - Gracias, se que puedo confiar en ti. 

-He venido a hablar contigo. Tu siempre tienes algo que decir. Golpea su hombro suavemente en señal de camaradería y le dice. -Y a mi me encanta escuchar..Así que aquí estoy. Le sonríe amigable y un tanto coqueta. 

La sonrisa que ilumina la cara de Miguel no tiene precio. Probablemente no haya cosa que disfrute más que chismorrear.

- Hoy llevamos un día completito. Varias personas me han pedido en las últimas semanas que vigile a nuestra única embarazada en el Búnker. Hoy tenía revisión y aún no ha salido del nivel médico, probablemente por los retrasos que hay en toda la estación. En cosa de un mes debería salir de cuentas. Algunos que no hablan de otra cosa. Va a ser el niño o niña más mimado de toda la estación.

Y creo que su acompañante,  Pretus, la está armando otro vez, jajaja. ¿recuerdas a ese tipo? El primer hijo del Dr. Skynet. Le encanta quejarse cuando cree que algo no se está haciendo como es debido, y ahora le está tocando a los trabajadores que controlan el paso desde el río. Quien sabe por qué.  

El Búnker ha ajustado el ahorro de energía por el simulacro, así que hay cosas que van un poco más lentas de lo que nos gustaría.

¿Y sabes el nuevo llegado? ¿El psicólogo? Hubo un apagón en las cámaras de su sección y Anna, mi compañera, se puso como loca. Tras un rato comiéndose las uñas, fue corriendo a su habitación, y ahí anda. Quien sabe, tal vez le venga bien... intimar, ya sabes a lo que me refiero. 

Se supone que ella debería estar aquí y yo durmiendo la siesta, pero nos ha pedido un favor enooorme a la suplente y a mi para que la cubramos. 

Y Utolsó ya trabajó esta mañana, así que no me puedo escaquear - Mira hacia atrás un segundo y se inclina hacia ti para añadir en tono confidente - A no ser que tengas alguna clase de buena razón para que pueda escaquearme, por supuesto.

Con cada palabra de Miguel Dhalia quedaba cada vez mas convencida de que había sido un gran acierto el haber venido a conversar con él. Lo escuchó pacientemente con una sonrisa en la boca y en sus ojos un evidente reflejo de intriga. Cuando terminó le respondió de forma amigable. - Vaya, sabes de todo un poco. Serías genial en un noticiero. Ríe un poco. O quien sabe, hasta el en boletín podrías serme de gran ayuda. Piénsalo ¿si? Juntos no se nos escaparía la información. Le da un suave golpe en el hombro con complicidad. Dhalia necesitaba saber un poco más de detalles de las historias contadas por Miguel por lo que se le ocurrió una brillante idea. - ¿Qué tal si..me llevas a conocer a la chica embarazada y de paso también vamos a conocer algo más del "psicólogo" ? Y podrías acompañarme como mi "compañero" así te sacó de aquí y nos ayudamos los dos. ¿Te parece? 

- ¿Yo en un noticiero? - rie - Que va, para eso hay que caminar mucho. Por mucho que eso te deje unas piernas preciosas, creo que no va conmigo.

Niega - Pero me toca ser serio. Alguien tiene que quedarse aquí mientras reparamos no-se-qué de unas cámaras. ¿y porqué tanta prisa en salir? ¿No decías que tu compañero vendría aquí?

Y hablando de él ¿He de estar celoso? - Bromea. Quizás sea por ese carácter afable y cálido que tanta gente habla con él. Debe de conocer a todo el Búnker por su nombre, y eso que, como tú, ha llegado hace pocos años.

Dahlia le hace algo así como un puchero a Miguel cuando este rechaza su oferta. -Lastima...haríamos muy buen equipo. Tu te lo pierdes. Le dice de forma arrogante pero en broma. Arregla su cabello para cerrar con broche de oro esa dramatización.

- Ay Miguel, ya sabes que me encanta ir al lugar de los hechos. No soy de las que estén quietas mucho tiempo, creo que ya te habrás podido dar cuenta de eso. Ríe. Luego se pone "seria" y le dice.- Pero como no quisiste acompañarme al menos hazme un favor. ¿Puedes localizar a 42 para que venga a encontrarme aquí por favor?

Luego se acerca a Miguel y comenta.- iiOyee!! 42 es solo un amigo.  No vayas a insinuar nada cuando venga. Sino...Con los dedos le hace un gesto de que estaría muerto, claro en broma obviamente.

Miguel era un tipo muy sociable, se ganaba fácil a la gente. Y Dhalia tenía planeado si o si incluirlo a su equipo. Ya encontraría luego la forma de convencerlo. 

Miguel pone expresión de fingido terror cuando haces el gesto del cuello, continuando con tu broma, antes de colocarse en una pose chulesca - Estás hablando con el hombre indicado, amor de mis rumores. Pocos ciudadanos llanos tienen acceso a las informaciones de localización como yo. 

Se aleja entonces un poco del ventanuco desde el que te estaba hablando, sentándose para atender directamente la terminal.

El interior está lleno de pequeñas lucecillas indescifrables. Parámetros, gráficos... demasiados datos desconectados de un contexto como para que alguien como tu les encuentre sentido. Piensas en ello, pero te basta un segundo para decidir que no te gustaría trabajar en un puesto así.

Te fijas entonces en que la expresión de Miguel ha cambiado. 

Cosa extraña en él, ahora está serio. tremendamende serio.

- Lo siento, Dhalia. Esto no debería contártelo. - Aprieta los labios, incómodo.

Dahlia mira a Miguel asombrada, no podía creer que estando tan cerca decidiera no ayudarla. Debía luchar, no podía darse por vencida tan fácilmente o no encontraría a 42 a tiempo para evitar ser descubierta. Sus ojos se pueden ver llenarse de lágrimas, su rostro expresa preocupación. Debía hacer a Miguel compadecerse de su situación. - Miguel, por favor. Si no me ayudas me veré en graves problemas. Pues no he cumplido una regla expresa y eso podría hacer que pierda mi trabajo o tal vez hasta la ciudadanía. Su voz se comenzaba a quebrar, usando todo lo que podía de sus dotes de actuación. - No puedes permitir que me hagan eso Miguel, tu eres mi amigo.. por favor. ¡Ayúdame!