Partida Rol por web

Una vez las puertas se cierran y el movimiento indica un descenso algo errático, el Teniente les encara. Los guardas que lo acompañan permanecen en un cauto silencio probablemente conociendo el temperamento de ese hombre.

El primero al que le cae el caparrón es Utolsó.

- Para empezar, no hay nadie en el camino de descenso, y eso es así porque el área a la que vamos a acceder está restringida. Solo se puede acceder a ella acompañado de alguien de mi rango o superior, y me niego a hacer dos viajes para satisfacer su curiosidad. Tenemos cosas más importantes que atender que fallos técnicos en cámaras, que es de lo que nos han informado. Eso significa que no vamos a hacer viajes inútiles si tenemos un voluntario.

Momento en el que fulmina a Frederick.

- Igualmente, no estamos aquí para atender a las demandas de sus paseos. Puede que usted goce de cierta reputación y que pocos caprichos haya solicitado, lo cual está bien, pero eso no significa que estemos a sus órdenes. Como ya hemos dicho, tenemos cosas importantes que atender. 

Cuando terminen abajo, ambos podrán subir al nivel del comedor e ir a descansar.

Mira ahora a ambos.

Si hay algún problema con que el señor Fredrick vea aquello en lo que va a trabajar, señor Utolsó, pude solicitarle que no mire los monitores, pero el simulacro establece que debe estar en todo momento acompañado y no voy a tolerar retrasos innecesarios.

¿Alguna duda hasta aquí? 

Justo al lanzar esta última pregunta, el ascensor es detiene, pero la puerta común de acceso no se abre. Es el panel completo lateral el que se retira para dejar paso a la vista un pasillo oscuro lleno de tuberías. Su aspecto es tan diferente al resto de recintos que parece que hayan viajado más de lo que ha sido realmente.

No recuerdas haber visto ningún pasillo como este en tus monitores. Estás convencido de ello.

Lugares como este para ti no son tan extraños. Al fin y a cabo, los primeros meses trabajaste en las tripas del búnker, antes de que te asignaran a tu sección. También has visto cosas como esta en tu anterior refugio. Mantenimiento, cañerías... lo que te extraña es que eta sección se encuentre tan desubicada del resto del recinto. No parece práctico.

 Finalmente acepté a seguir al teniente y al técnico de redes, aunque eso sí, a regañadientes. No era lo mismo ofrecerse y que te rechacen a que se convirtiese en una obligación. Entré en el ascensor apoyando mi espalda contra la pared del ascensor  crucé mis brazos. Desde luego no era el que mejor carácter tenía, ni el más educado y mucho menos diplomático, eso era bien sabido pero sí sabía trabajar.

Nada más estar entrar en el agobiante ascensor el teniente nos encara, primero fue Utolsó en recibir una reprimenda, después me tocó a mí. Lejos de echarme atrás, le mantuve la mirada fijamente. – No accedí a venir a mandar sobre los demás y mucho menos a pasearme. Tengo experiencia en sección. – Respondí sin miedo. Sí él tenía temperamento, yo no me quedaba corto.

Si necesitas arreglar algo, yo soy tu hombre, también se hacer más cosas, no me regalaron mi posición por mi cara bonita. Me la gané. - Añadí para ver si entendía de una vez que yo no era ningún estorbo. Con total seguridad Utolsó necesitaría ayuda.

Después me giré al técnico para dejarle las cosas claras. – Tienes dos opciones, o me dejas que te ayude y así terminamos antes, o te encargas tú solo. Me importa bien poco los trabajos de los demás. Así que tú verás. Pero seguro que te vendría bien que te echaran una mano. - No estaba por la labor de tonterías. Y si podía hacer algo, mejor que mejor. Estaba harto de esperar ahí arriba sin hacer nada productivo.

Llegamos a nuestro destino y salí del ascensor. Di un par de barridos al lugar con la vista. – Sigo sin comprender cómo lo diseñaron. Es muy poco práctico. – Suspiré al final de mi comentario. 

Puse la mano delante de mi cara para evitar los esputos del teniente. Como siempre, no sabia hablar, solo morder, algo que me hacia gracia, pero era mejor no mostrar lo dientes frente a un hombre armado y peligroso. Y para ahorrarme mas absurdas discusiones e imposiciones, no dije una sola palabra, de que serviría, el mamut ya había elegido presa.

Por el contrario el mecánico le puso un par de huevos, algo totalmente innecesario y al parecer también tenia palabras para mi, que divertido. Cuando ambos alphas terminaron de poner las manos en el asador, el ascensor llego a su parada, pero lo que vi no estaba en mi banco de memoria.

-Vaya, no conocía esta sección.-No mostré interés por todo el revuelo de hace un instante.-¿Es un atajo? Espero que solo lo sepa tu personal y los grandes mandos, porque si tengo razón, lo que investigo no es una mera falla en las cámaras, así como esta contención no es un mero simulacro, por lo que este tipo de sitios serán peligrosos.-Asome la cara ligeramente para ver todo el pasillo en su esplendor y la gire para mirar directamente a Frederick.

-Enhorabuena amigo, puede que tenga la oportunidad de ver cosas que no mucha gente haya visto antes, espero que sea leal al bunker y a los que pretendemos que esto dure.-Después volví a mi posición anterior.

-Bueno Paul, ¿Tu iras delante? No reconozco este pasillo.-No estaba nervioso, pero si sentía molestia en mi pierna.

- No es un atajo - Interrumpe el teniente con su vozarrón - Hoy este es el único acceso practicable. Y si, es natural que ninguno de los dos conozca este lugar. Sólo cierto nivel de Defensa y el Consejo tiene acceso. Las instalaciones son más grandes de lo que la mayoría supone - Entonces endereza la espalda, como haciéndose consciente de que ha hablado demasiado.

- Procuren no alejarse. Este lugar tiene su propia seguridad. - Y echa a caminar por el pasillo, esperando pero sin comprobar que sus hombres lo sigan, los cuales se colocan cada uno al lado de uno de los invitados al sector a modo de escolta.

Con los primeros pasos, uno de los soldados murmura lo suficientemente bajo como para que su Teniente no lo escuche, con la voz cargada de cinismo- Niveles de seguridad...

El soldado contrario le lanza una mirada de advertencia y vuelven a guardar silencio.

Las luces parpadean perezosas a medida que avanzan, apagándose a su espalda, dando la sensación de que avanzan en mitad de un bosque tupido de tuberías y cableado. El aire está considerablemente más enrarecido que en los niveles habituales. 

- Lo creas o no a mí me preocupa el buenfuncionamiento del refugio. - Añadí con relativa normalidad ante las palabras que me dedicó el técnico. - Así que por eso no te preocupes. - Si el sistema fallaba, toda la gente que habitaba dentro sufriría las consecuencias, y no hacía falta saber que pasaría después.

La pequeña explicación del temperamental teniente hicieron que enaracara una ceja sorprendido por un dato del que no contaba - ¿El único acceso? ¿Debido al simulacro? - Al fijarme más en donde me encontraba, me pregunté que era exactamente aquel lugar, pero algo me decía que si lo preguntase, mi cuestión quedaría en el olvido.

Después me dediqué, en silencio a seguir aquel hombre de corte militar sin dejar de pensar en los niveles de seguridad que había mencionado. Por aquel camino, rodeado de metal y cables, estuve observando lo que había allí por si algo me llamaba la atención, y más si necesitara una reparación urgente. Como ya dije, que funcionase el búnker, todo iría bien, o más bien, debería.

Por cada paso, notaba que el aire ya o estaba tan limpio como arriba, nada raro, estaba acostumbrado a trabjar en condiciones que algunos tacharían de incomodas, yo en cambio, estaba en mi hábitat natural. En todo momento ignoré al soldado que seguía mis pasos No necesitaba guardaespaldas, pero ya que lo tenía no tenía intención de quejarme.

Utolsó, ¿qué necesitas hacer con las cámaras? ¿Se han estropeado? - Le pregunté al técnico mientras nos perdíamos por aquel claustrofóbico lugar. Sabiendo antemano el problema, podría ir a tiro hecho sin perder demsiado tiempo.

Miras a tu alrededor, tratando de evaluar el lugar en el que estás. 

El pasillo que deja el entramado de tuberías y maquinaria es demasiado estrecho como para estar pensado para el tránsito. De hecho, las condiciones generales no son tan cómodas como varios niveles más arriba. Este paso debe ser improvisado, cosa que podría concordar con el comentario de Frederick. ¿Estará así dispuesto por motivo del simulacro? Es posible, pero es improbable que logres una respuesta a esa pregunta por parte de tus guías.

Mientras avanzas captas un leve sonido, más allá del propio de las tuberías y los ecos del grupo. Un traqueteo inconstante, como de finas agujas sobre la superficie metálica.

Llevado por esa intuición, cambias el tipo de visión de tus ojos a calórica. Tardas unos segundos en reconocer lo que estás viendo. Media docena de pequeños droides similares a insectos se desplazan mientras ustedes lo hacen.

¿Es posible que se trate de esa seguridad de la que hablaba el teniente?

Se mantienen a distancia, tratando de pasar desapercibidos. Un peculiar cortejo. Probablemente sea algo complicado darles esquinazo.

Estos recintos no están tan inhabitados como podría parecer. 

Tus ojos no pueden evitar fijarse en aquello para lo que eres verdaderamente experto: Detectar cando las cosas funcionan y cuando no, y tus conclusiones son algo contradictorias.

Para empezar, la edad de este recinto debe ser ligeramente anterior  todo lo que está construido encima. ¿Quizás el primer prototipo del Búnker? hay señales de uso tales como la cascarilla de pintura común que se genera por la continua dilatación de una tubería, o marcas de aceite en llaves de presión, pero a parte de eso no detectas ningún fallo, absolutamente nada fuera de lugar. Te extraña no ver, sin embargo, ningún reservado de herramientas o bancos de trabajo para los operarios, comunes en áreas superiores. De hecho, no hay rastro de paso humano en ninguna parte.

Eso te lleva a tu siguiente observación. 

No estás seguro de qué se trata exactamente, pero algo te dice que a pesar de tu primera impresión, el grupo no está solo en esas estancias. ¿Algún tipo de vigilancia? No ería descabellado. Al fin y al cabo, están en un nivel restringido.

Como el resto de las hormigas, seguía al teniente por el estrecho laberinto de paredes de hierro y metal. Ocupado como estaba en mirar con curiosidad el lugar no dije una sola palabra ante la respuesta del mecánico, pero no pude evitar contestar a la segunda pregunta después de todo al final lo vería todo.
-La pregunta es quien la esta estropeando.-Alce ligeramente la mirada un tanto asombrado de lo que estaba viendo y oyendo.-Mas bien, porque lo hacen y si son mas de cuatro.-Conteste casi sin querer a la curiosidad de Frederick.

-Oye Paul. ¿Los arácnidos mecánicos, los controla IVY? ¿O son autómatas?-La curiosidad era el peor de mis pecados.

Uno de los guardias responde. 

- Es difícil verlos ¿Verdad? tienes que tener muy buen ojo. No sé si los arácnidos son extensiones o semi-autómatas, pero aquí abajo hay... 

Su teniente da un pisotón en el suelo, provocando que su soldado dé un respingo y calle inmediatamente. Entonces es el teniente quien sigue hablando - Lo que debe saber, señor Utolsó, es que este área está fuertemente protegida y vigilada. No debe preocuparte su seguridad. 

Sobre los ajustes realizados para responder al simulacro, dicha información es confidencial y atañe sólo a los trabajadores de cada área.

El túnel desemboca en un abismo al que no se alcanza con la mirada. una escalera de mano a la izquierda rompe la monotonía de la pasareda, desapareciendo más allá. 

Con un corto gesto, uno de los soldados se adelanta y comienza a descender. - ¿Quién quiere ser el siguiente? - sonríe el teniente.

Entre unas cosas y otras poco a poco fui encajando algunas piezas de este lugar que no paraba de sorprenderme.  No sabría decir con certeza sin era en el buen sentido. Al final tanto Utolsó como yo nos quedamos con las ganas de saber quien controlaba aquellas arañitas de metal.

Quizás IVI, quizás el jefe del encargado de mantenimiento, incluso puede que nadie fuese quien los dirigía, simplemente se dedicarían a cumplir con la tarea con la cuál fueron fabricados. Con tanto secretismo, podía se casi cualquier cosa.

Pues en cuanto lleguemos ya nos ocuparemos. –  Añadí mientras seguíamos nuestro camino adentrándonos en el laberinto de tuberías y cables.

Eso explica la sensación de estar vigilado constantemente. – Le dije al teniente cuando mencionó la seguridad. Pese a no aparentarlo, estaba motivado por el simple hecho de no quedarme de brazos cruzados mirando al techo.

Finalmente llegamos a una especie de agujero que parecía no tener fondo. A simple viste impresionaba. Me lo quedé observando unos segundos con bastante recelo hasta que por fin conseguí animarme. – Yo mismo. – Y conforme respondí me sujeté con fuerza a aquella escalera deseando que aguantara por lo menos hasta haber llegado abajo.

Con cuidado iba descendiendo poniendo atención en donde colocaba mis manos y mis pies en cada movimiento hacia al al suelo que por el momento no conseguía ni atisbar.

Como siempre el teniente destruyo mi curiosidad con un duro golpe de estado y mi pregunta quedo a medias aunque podía tener, tal vez una ligera idea.

-¿Abajo esta la madre? Como en esa película clásica de aliens vs humanos.-Jugué con el recuerdo de los cinefilos que aun veían películas totalmente perdidas en el tiempo, aunque seguramente nadie salvo Salvaje Ciego y John conocerían esa referencia. Y como todo tiene que suceder, poco después debíamos bajar, bajar a donde seguramente estaría aquella cosa que se supone para nuestra seguridad, aunque seguramente lo sea para el bunker y no sus habitantes, sea lo que fuera, era necesario bajar para continuar.

-Buena suerte amigo.-Desee a Frederick, pues si no recordaba mal, los primeros y los últimos siempre son las primeras victimas, a falta de deportistas o negros. Y le seguí al cabo de un par de metros descendidos.

- No estas del todo desencaminado - responde a Utolso el teniente, aunque es imposible saber si ha entendido o no la referencia.

El descenso se hace algo incomodo a causa del vértigo de la incertidumbre. Es imposible saber exactamente cuando se llegará al suelo.

Por suerte, la primera impresión termina no siendo mas que una ilusión óptica. Descendidos diez metros, altura que a ninguno de los visitantes les resulta un inconveniente, lo que inicialmente eran barras de seguridad para evitar caídas, se convierte en un tubo que termina tres metros más abajo.

Tras esto, una estancia que comienza a iluminarse con el contacto del primer hombre en tocar el suelo. Mientras los demás van llegando, un panel lateral se abre y va escaneando uno a uno a los hombres en la sala.

Ciudadano autorizado 
Ciudadano temporalmente autorizado
Ciudadano autorizado
Ciudadano temporalmente autorizado. Detectada presencia de elementos no- biológicos. Comprobación... Puede continuar.
Ciudadano autorizado. 

El teniente se adelanta entonces a ka siguiente puerta, la cual abre paso a un corto pasillo, donde se abren sucesivamente otras tres puertas de seguridad. - Caballeros, su destino está a continuación. Hasta aquí llega nuestra escolta. ¿Necesitan algo más, antes de seguir con nuestro trabajo?

Mentiría si dijera que la bajada no me parecio peligrosa, por lo que tocar suelo en horizontal fue una grata sensación, aunque ese escáner y el comentario de minutos antes no me ayudaron a quitarme el peligro de la cabeza, pero fuera lo que fuera que guardaba ese pasadizo nos dejo pasar, por lo que era un alivio al menos en parte, pues ahora que terminábamos la excursión tocaba trabajar y por primera vez, no era algo que disfrutara, bueno miento, en parte si, era... ¿excitante? No tenia clara esa sensación, pero al menos era una grata.

Tras la apertura de las tres puertas de seguridad y la pregunta de rigor, me gire para hacer otra pregunta de rigor.
-Al terminar el trabajo, ¿Volvemos por el pasillo común o debemos llamaros de nuevo? No se si sabre volver a la normalidad, ahora que se que existen estos pasajes tan chulos.-No tenia clara la palabra en si, pero la había oído con anterioridad para ese tipo de expresiones y decidi probar suerte y si lograba que esa vena de Paul palpitara un poco mas antes de separarnos, sabia que no estaría desencaminado.

Pese a la cautela la bajda fue incómoda hasta que sopresivamente toqué el fondo antes de lo que imaginé. Por contra no me hizo mucha gracia la referencia a la madre, y fruncí el ceño por ello, sin embargo no dije nada al respecto. Pronto sabría más detalles. Observé donde me ubicaba, e intenté memroizar el camino de regreso por si en el caso de que lo podríamos reutilizar sería más sencillo.

Tanta seguridad me preocuaba, no estaba muy seguro de qué me iba a encontrar al otro lado, ahora era tarde para dar marcha atrás, y aunque existiese esa opción seguramente no la tomaría. Lo mejor era seguir adelante, quizás así descubriese más misterios del lugar donde residía que pese a llevar un año escaso la cantidad de enigmas era interminable.

Ante la pregunta del teniente, me giré para responderle. La otra pregunta interesante ya al hizo Utolsó, así que yo tenía pensado formular otra cuestión. - ¿Y hay alguna sala cerca en plan taller donde coger herramientas o material que pueda necesitar? - No estaba del todo seguro del estado de los monitores, y seguramente me haría falta varias cosas y no me refería a un simple martillo.

El técnico estaba entusiasmado, yo en cambio prefería tomármelo con frialdad, si esos monitores necesiitasen reparación se la daría, ni más ni menos. Nada que no haya hecho con anterioridad.

- Bastará con que sigan el camino que IVI ilumine para regresar. El ascenso no es penoso, si es que no son de la élite mas acomodada.

Entonces escucha a Frederick. - En mis patrullas nunca me he preocupado de buscar herramientas. Si ve que necesita algo, puede solicitarlo a la IA, pero yo no me haría muchas esperanzas. Últimamente han habido cambios... Caprichosos en los protocolos.

Entonces se detiene, gira y le da un capón a uno de los guardias a su lado, el cual es cogido desprevenido.

- Se... ¿señor? - pregunta, desconcertado.

- ¡Ni se te ocurra volver a poner en duda la conveniencia de los protocolos! Todos ellos tienen razones de ser, aunque tu no las entiendas ¡¿estamos!?

El agredido abre la boca estupefacto, y sabiamente la cierra, esforzándose en tragar saliva

- si... Señor. Lo tendré en cuenta.

- Bien. Que no se repita - y girándose nuevamente a sus invitados con los ojos aun chispeantes, pregunta . - ¿Algo más?

-Hum...-Es el único sonido que solté, ante todo aquel espectaculo, al parecer la estricta vara de ese hombre, no le dejaba pasar ni una, ni a él ni a los suyos.

Por otra parte habían acabado mis pregunta.
-No, por mi parte.-Conteste escueto y directo.