Partida Rol por web

Arthur se apresura a levantar una mano, para aclararlo.

- He aislado este módulo del laboratorio promocionando una DC de apoyo a principal. - Y al ver alguna de las expresiones de sus oyentes, se apresura a aclarar -  Una copia limitada que usan normalemtne los estudiantes para las prácticas. 

No fue difícil, pero estamos aislados de la raíz de IVI

- Ya veo - Murmura Raquel, cruzándose de brazos mientras deja caer la mirada en torno a los trastos que hay por todas partes.

- Supongo que es mejor así. No me gustaría trabajar estando conectados a la red general, con todo lo que sabemos. - entonces camina hacia el doctor, ignorando por completo a Grend.

- Necesitamos dos equipos. Uno para analizar un contenedor inanimado, y otro para una prótesis bio-tenológica de memoria. Creo que podrán seguir hablando mientras los programas trabajan. - ahora si, mira de reojo a Grend -  Y resolviendo lo que deban solucionar.

- Quizás pueda ayudar... - Se atreve en baja voz

- Si me dicen qué material requieren, les montaré un espacio para trabajar. 

Déborah, por su parte, se hace a un lado sin perder de vista al Grend reaparecido, sentándose cerca de donde está Frederick.

No parece tener mucho que aportar.

Estás lo bastante cerca como para llegar a escuchar una maldición por lo bajo de Débora.

- Rodeada de listillos... - crees escuchar.

Tranquilícese, señor Grend, espero que comprenda que llevamos unos días muy... jodidos y que es normal que a veces perdamos la compostura cuando algo no encaja en nuestros patrones.

Digo, desde mi silla, mientras inclino la cabeza. Entonces toso... me duele el pecho. Aprieto los dientes y escupo una maldición en voz baja... apenas he hecho nada y me siento como si me hubiesen dado una paliza. ¡Vaya mierda!

El otro dice ser usted. Curiosa tesitura, cierto. Y que de hecho, usted... murió en el incidente. Pero si de algo hemos aprendido en esta maldita jaula de grillos es que nada es lo que parece.

Hecho la cabeza hacia atrás, sé que ahora le toca a los técnicos hacer lo suyo y a mí, por ahora, sencillamente observar. Me fijo en el doctor y sonrío muy suave.

Muchas cosas... y poco tiempo. Por favor, al grano. Y gracias por explicar los tenicismos.

Pido y agradezco a la vez. De reojo observo a Grend, tratando de averiguar qué pieza falla en la ecuación... aunque cada vez la navaja de Ocklam parece rugir con más fuerza, quiero que lo confirme.

La parte de seccionar un sector de las instalaciones no te es ajeno
Tú mismo lo hiciste no hace mucho, en la habitación de 42
Lo que no sabías es que esta zona de las instalaciones tuviese su propia CPU con la que poder auto-gestionar algo como lo que describe el doctor, por no hablar de su propia fuente de energía...

Estuve callado largo rato, observando todo a mi alrededor y sobre todo al hombre viejo que teníamos delante de nosotros y a Nadía. -Ocho y parece correcto.

-Comente en voz alta repasando mentalmente a cada uno de los presentes y cuando Arthur hablo quise saber mas. -¿Entonces que sabe usted de hackear un equipo como este y darse a si mismo potestad que no debería tener? Y cual seria la razón para hacer algo así, en estos momentos y aquí, en los laboratorios. -Parpadee un par de veces, observando al doctor antes de mirar al viejo que tenia delante y a Nadia.

-Nadia, ¿Cual es la razón exacta de que este Cristopher en este lugar? -Pregunte a la mujer en quien repare unos largos segundos antes de dirigirme directamente hacia Chistopher.

-Explicare mi pregunta, por que no quiero empezar una discusión sin sentido. Llevo observando desde mi niñez las reacciones humanas, analizando e imitarlas; a estas alturas se habrán dado cuenta que no siempre soy todo lo empático que la gente espera de una persona. Esa es la palabra verdad, empático. El caso es que me he dado cuenta que Cristopher, no parece estar realmente enojado, no actúa como lo haría una persona con esa emoción, parece mas bien fingirlo, como si esperara todo esto o puede que este enfermo, una persona enferma es menos expresiva, menos sincera a mi parecer. Por eso la pregunta.

-Y acabo mirando a Deborah. -Personalmente te agradecería que no te relajaras.

No pude evitar sonreír de forma socarrona ante la actitud de evidente fastidio de la soldado. - Vaya, y yo que me creía lo suficientemente guapo para no formar parte de la secta. Que decepción. - Le susurré en tono burlón. No obstante, aquello fue breve, la conversación naciente captó mi atención. - Tiene razón, no te relajes demasiado. Aquí hay gato encerrado, o militar en este caso. - Añadí antes de terminar.

Hice un repaso mental a la situación en completo mutismo, con la mirada fija en los interlocutores según el turno. No quise bajar la guardia, tal como dijo Cuarenta y dos, muchas cosas no eran lo que parecían ser. Engaños y mentiras. Demasiadas. Y mi desconfianza alimentó mi paranoia. Por supuesto que no hablaría más de la cuenta, especialmente si no tenía ninguna certeza.

¿Cómo sabemos que el que tenemos delante es el de verdad? - Pregunté con notable recelo y el ceño arrugado. Un tanto hastiado de tanta tontería. Froté mis cansados ojos con fuerza. Dos Grend, uno de apariencia humana, la misma que vi hará dos dos días que me parecieron una jodida eternidad al pasar tanto. El otro, el puñetero crácke, cuyo encuentro fue nada nada nada grato.

En principio, desconectados a la red principal, aquello tuvo dos efectos, el primero algo de intimidad, el segundo, imposible acceder a los datos principales y contrastar así la identidad de los ocho ciudadanos. - Ocho...- Observé uno a uno los presentes. Deb, Cuarenta y dos, Utolsó, el doctor, y conmigo mismo el número ascendió a cinco.

A Rachel le revocaron la ciudadanía, tal vez permanente, tal vez temporal. Faltaron tres. Grend tuve mis dudas, y seguramente los miembros del consejo también contasen como tal. Sin olvidar del psicólogo. Una punzada en mi cabeza que me hizo entrecerrar los ojos, impidió que pensase con más detenidamente todo aquello.

Como han dicho, nada es lo que parece. - Luego miré a Rachel con los brazos cruzados. - Yo formaré parte del primero equipo, tengo ganas de saber que "contiene". - Comenté la última palabra con calara malicia. Tal vez al examinarle, aclare un poco más toda esta mierda.

Con un soplido de disgusto, Deborah se re-incorpora, aún sin apartar la mirada de Grend, y sigue en silencio

- Primero -  Empieza con el mismo gesto autoritario - Usted - Señala directamente a Raquel, quien reacciona dando un respingo, tensando los brazos como si esperase tener que defenderse de un golpe que no llega. Grend continúa como si no se hubiese percatado o no le importase - Le prohíbo que use otra vez ese idioma. Me da igual que use alemán, inglés o castellano, pero si emplea nuevamente el árabe en mi presencia, lo consideraré un insulto personal. Que no se repita. - Es cierto, Raquel siempre habla usando el árabe, algo para lo que están tan acostumbrados con las traducciones automáticas que pasa desapercibido.

Sin aflojar un ápice el gesto, se dirige ahora a la única mujer armada de la sala - Usted, recuerde su rango, agente. Está hablando con un coronel de las fuerzas exteriores. Su cadena de mando ha sido destruida, de modo que ya sabe lo que tiene que hacer.

Y sin aflojar el gesto, rechaza la intervención que el Dr. Arthur estaba a punto de hacer, probablemente para intentar nuevamente mediar en la situación, prefiriendo seguir con Utolsó y señalar el contenedor al que ya varias veces han hecho referencia con la mirada.

- En cuanto a sus percepciones sobre mi estado de ánimo, no tienen lugar aquí. Responda ¿He de entender que el farsante tiene alguna clase de relación con ese trasto? ¿Es una consciencia? Si es así, exijo que me sea entregado en este momento para ser interrogado. Este búnker ya está demasiado contaminado por las máquinas, así que tendré que hacerlo yo mismo. 

Es la primera vez que escuchan a este hombre hacer uso directo de su posición, lo cual hace que a todos los oyentes se les clave la espinita de la costumbre con los rangos de mando*.

- Coronel, estoy seguro de que estos hombres serán razonables. Por favor, usemos un tono que nos permita ser más diplomáticos - Trata de parecer sereno, pero se ve claramente que no es un hombre que se maneje alejado del terreno de la lógica.

- En cuanto a su pregunta - Dirigiéndose a Utolsó - No veo cual es el problema. ¿Le molesta que no haya esperado la orden de un consejo inexistente para hacer lo que tenía que hacer? Intento clarificar qué está pasando, y para eso necesitaba una matriz limpia de IVI que no colapsase, aunque eso supusiera aislar la CPU de esta sección de la planta para mi uso personal.

Dicho sea de paso, dudo que nadie en esta sala haya seguido a rajatabla los protocolos desde ayer. - Termina levantando las manos mostrando las palmas y con una media-sonrisa, tratando de terminar con una broma.

Nadia parecía querer hablar cuando Utolsó le preguntó directamente en primer lugar, pero se quedó en segundo plano hasta que los otros terminaron. Entonces habla con una forma de inglés... que hablaría alguien que se quedó con las clases a mitad y apenas recuerda algunas palabras, por lo que comienza a tantear aún más duditativa que de costumbre

- Él... quiere saber.

Es evidente que no se siente cómoda usando ese idioma, por lo que se acerca un poco a Utolsó y susurra señalando el aparado en sus manos, como si prefiriese centrarse en el trabajo que tienen entre manos antes que dar una respuesta directa.

Cuando termina sonríe un poco con reconocimiento y hace un gesto para alejarse y comenzar a preparar una mesa. A pesar de que son muchas las palabras que se cruzan a su alrededor, ella parece preferir permanecer al margen.

Aprovecha la cercanía para susurrarte algo más, esta vez si, en su idioma natal, tan musical a tus oídos

- Pregunta mucho sobre qué tiene que hacer para ser parte del consejo. Está acostumbrado a mandar.

Es poco, pero viendo la actitud que mantiene Grend, no te extraña. Te gustaría hablar más con ella, pero se aleja hacia la mesa, aunque siempre podrías retenerla un poco más o ir con ella.

Un gruñido cada vez más creciente se escucha desde la silla en la que estoy sentado, haciendo un soberano esfuerzo por calmarme... cosa que me cuesta teniendo en cuenta que estoy confinado en un trasto de metal y cristal.

Inspector en funciones Cuarenta y dos.*

Enuncio, como tarjeta de presentación antes de nada más.

Mi voz es tajante hacia lo que representa Grend, mi mirada no se desvía de sus ojos mientras los demás se mueven como desean o comentan lo que quieran. Tomo aire para tratar de separar lo personal de lo impersonal.

Le recomiendo que se calme, ha sido un día duro para todos... En cuanto al idioma, usted ni siquiera sabe si ella conoce, o no, alguno de los idiomas que le ha ofrecido. ¿Sabe que en este lugar hay gente que sólo habla swahiri?

Extiendo mis manos desde el centro hacia los lados, haciendo un llamado a la calma antes de proseguir. Tomo aire una. Dos. Y hasta tres veces.

Si preparáis la entidad, el Coronel Grend comenzará el interrogatorio.

Las manos se ponen a trabajar en un silencio tenso. Ante las palabras de 42, el coronel parece más sosegado, pero nadie sigue sus instrucciones porque confíe en él o porque le caiga bien en lo más mínimo. Algunos lo hacen porque realmente quieren ver el enfrentamiento entre los dos Grend y sacar sus propias conclusiones, otros porque aún tienen esperanzas de que la situación se resuelva bien para todas las partes, y por último...  hay quien sencillamente se mantiene expectante, sin querer sacar conclusiones precipitadas.

Nadia se pone a disposición de Frederick, quien dirige la selección de materiales con los que se construye la interfaz de ataque para analizar la cosa que han traído hasta aquí. 

En una mesa apartada, el Grend de carne y hueso se enfrenta ahora a un torso vacío que es sólo capaz de mover los ojos, gesticular, reconocer su entorno y hablar. la batería que le van a conectar dará para unas horas. Si han atrapado lo que esperan, el hacker podrá comunicarse con ellos usándolo, a nivel consciente. 

Qué curioso que sea incapaz de voltearse.

En otra mesa a su espalda, con un guiño de complicidad con Utolsó, han dispuesto una segunda interfaz. Una pantalla y un teclado rústicos, enlazados a la segunda CPU que actuará como maestro para analizar la información en el contenedor. Hablan entre ambos en baja voz para asegurarse de que todo está correcto y tienen todo lo que necesitan antes de comenzar.*

Grend se mantiene en una actitud arrogante durante todo el tiempo que necesitan para acabar este trabajo. Como si controlase la situación. Se nota a la legua que no entiende ni una sola palabra de tecnología, y hasta la desprecia. Eso les hace más fácil hacer las cosas a su manera y hacerle creer lo que quiere creer.

El robot no podrá ver quien más está en la sala, aunque bastaría con cercarse y hablar para intervenir en la conversación. Hasta ese momento, pueden hablar entre ustedes.**

Rachel no respondió a la amenaza de Grend, y cuando parece estar distraído, hace un aparte con el doctor. Quien se haya acercado o prestado atención a la conversación entre ambos entenderá que ella le está explicando lo de su mente biónica y discutiendo la forma más segura de acceder a la información. Ella insiste en estar segura de que ninguna otra consciencia puede entrar en su hardware y que limiten al mínimo la curiosidad o el cambio de configuración, porque eso podría dañarla seriamente. No es para menos, aunque Arthur tiene sus dudas sobre el proceso.

Cuando terminan el montaje, Déborah se sienta, fusil en mano, a una distancia a la que puede controlar a todos con la mirada, sin participar activamente a no ser que sea requerida. 

Nadia sonríe y acerca a la interfaz que permanecerá oculta a los ojos del Hacker una silla, invitando a quien quiera tomar esa posición a comenzar a explorar.***

Me acerco donde se han colocado mis compañeros, los cuales parecen haber aprovechado la oportunidad para... un interrogatorio sin lugar a dudas. Les sonrío.

Muy inteligente. Ahora lo tenemos donde queríamos.

Reconozco. Asiento para reafirmar mis propias palabras y bajo el tono de voz hasta ser apenas audible, incluso para los que se encuentran a un metro escaso de mí.

Morse. Le he visto usarlo para comunicarse con los demás, a través de señales lumínicas, pero imagino que no será el único método de transmisión. Quizá tenga algo oculto con morse o... no lo sé.

Les confieso, para luego alejarme uno o dos metros y darles espacio, ya que la silla ocupa bastante.

- ¿Morse? ¿Es alguna clase de broma? Ese tipo de codificación es un juego de niños. - Niega - Cuesta creerlo, pero lo dejaré en sus manos.

Se cruza de brazos y cierra los ojos - A no ser que tengan alguna pregunta más, debería someterme al dichoso aparato de escaneo biopsináptico antes de arrepentirme.