Partida Rol por web

El Cairo

Primera Parte

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15/01/2009, 18:08
Richard Doughton

Richard estaba pensativo escuchando las palabras de Bryant y asintiendo embobado mientras daba un traguito a su vaso que el camarero acababa de posar delante de él. Todo era elegante y llamativo, como se esperaba de una fiesta de alto copete como ésta, tal vez por eso Richard no se acababa de encontrar cómodo y se sentía un poco fuera de sitio.

Pese a su posición desahogada Richard era un hombre sencillo cuyos mayores entretenimientos eran la lectura y hacer números. Pasaba los días de descanso sentado disfrutando de la paz y tranquilidad de su hogar. No creía que esa fuera la vida que eligieran los chicos.

- "Creo que podemos apostar que seremos benditos con unos nietos muy hermosos cuando los chicos de cansen de conocer el mundo y decidan sentar cabeza, mientras tanto solo nos quedarán preocuparnos y pasar el tiempo en que país del mundo estarán y que nueva aventura estarán corriendo. Evelyn es un espíritu inquieto como sus padres y Gerald haría cualquier cosa del mundo para complacerla, son una pareja ideal. Casi diría que idílica en estos tiempos modernos de incertidumbre y mezquindad."

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16/01/2009, 12:10
Kadesh Green

El egipcion se quedo solo en la camara. Si bien su amigo estaba euforico, el estaba desarrollando otra sensacion. La del miedo.
Durante estos diez ultimos años habian excavado cada rincon de esas colinas, y habian disfrutado de sus pequeños hallazgos. Pero lo de ahora, parecia que estaba fuera de lugar.

Dos mil años sin abrirse, empezaba a pensar que algo olia muy mal en esa aseveracion. Las incripciones de la pared parecian devolverle la mirada, y eso le inquietaba. Algo andaba mal.
Y los periodistas y sus camaras, sus preguntas a voz en grito y su continuo estorbo al intentar trabajar, eran sin lugar a dudas la señal mas clara de que algo, algo malo, estaba a punto de ocurrir.

De repente ya no tenia ganas de abrir la camara. No queria que lo que encontraran hiciera mas daño al ahora mismo fragil carisma que tenia William. Sin su mujer, y sin su hija, a veces parecia vacio y perdido. Si detras de esas letras no habia nada maravilloso, quizas se undiria para siempre.

Hizo un par de gestos para que unos porteadores le ayudaran a preparar el material para lo que esa noche ivan a realizar. Y saco de su mente como pudo las extrañas imagenes que veia en su cabeza.

Todo ira bien.

Se obligo a decir el hombre mientras trabajaba.

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16/01/2009, 19:58
Gerald St. John

Otro baile. Esta vez el de la Embajada. Allí estaban todos los pesos pesados del Foreign Office, aquellos que en el futuro serían sus jefes, sus ejemplos a imitar, sus objetivos. Aunque no podía aspirar a un ducado, por lo menos en unas cuantas décadas, el duque de Rutherford era el espejo en el que Gerald se miraba... por no mencionar que una palabra del duque en los oídos adecuados podía allanarle el camino hacia una plaza de funcionario de carrera, o un destino relativamente cómodo en Ultramar.

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16/01/2009, 20:03
Gerald St. John

Allí estaba Evelyn.

Una cadena de circunstancias les había impedido estar a solas más de medio minuto desde aquél día en el baile de verano en que le había declarado su amor. No había dejado de pensar en ello desde entonces. ¿Había sido demasiado atrevido? Sólo había una manera de saberlo.

La orquesta acabó una pieza y ellos acabaron cerca uno del otro. Inspirando fuerte, avanzó dos pasos hacia ella y le dijo: Buenas tardes, Evelyn. Estás resplandeciente como de costumbre. ¿Tomamos un refresco?, dijo señalando la mesa de las bebidas. Tenemos una conversación pendiente, acabó con una sonrisa.

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16/01/2009, 22:32
Evelyn Doughton

Otra fiesta. Otro vestido de gala. Sonrisas y reverencias. Saludos y palabras... palabras falsas y vacías... palabras que se llevaba el viento tan rápidas como habían sido liberadas.

Las escuchaba salir con un leve murmullo, pero no las entendía... y ni siquiera me molestaba en hacerlo, solo sonreía ligeramente casi sin mover los labios y miraba los labios de las personas que se acercaban a mí.

Era un murmullo inquitante, que no cesaba ni un momento. Mi cabeza latía con cada palabra, mi mente cada vez se alejaba más y más de aquel lugar en el que se encontraba mi cuerpo. Notaba a Gerry aferrarme con fuerza, hacerme girar y girar en un baile que apenas reconocía. Mi mirada estaba perdida en aquella sala repleta de gente, por un momento encontró a Tio Richard, pero apenas le vio, pues estaba lejos... muy lejos de Londres.

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16/01/2009, 22:44
Evelyn Doughton

Evelyn estaba totalmente ausente, el baile había sido dejarse llevar por los brazos de su joven acompañante.

Cuando se dirigió a ella directamente por primera vez en toda la velada, ella apenas observó que sus labios se movían. Le miró como perdida, asustada. Deseando estar en cualquier otro lugar del mundo.

Ni siquiera pudo sonreír, sus labios apenas se curvaron en un vano intento de mostrar su sonrisa, pero quedaron a medio camino forzando una mueca que decía mucho de la situación en la que se encontraba la muchacha.

Sus ojos se quedaron en el rostro de su amigo, suplicantes, perdidos...

Si acaso esperaba que algún sonido saliera de su pequeña garganta, ella ni siquiera hizo gesto alguno que diera pie a pensar que iba a decir algo en ese momento. Más bien parecía que se iba a echar a llorar de un momento a otro.

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17/01/2009, 12:55
Gerald St. John

Cita:

Sus ojos se quedaron en el rostro de su amigo, suplicantes, perdidos...
Si acaso esperaba que algún sonido saliera de su pequeña garganta, ella ni siquiera hizo gesto alguno que diera pie a pensar que iba a decir algo en ese momento. Más bien parecía que se iba a echar a llorar de un momento a otro.

Gerald estaba a la espera de una respuesta de Evelyn a su media pregunta, pero al examinar atentamente, no solo la expresión sino también el lenguaje corporal de la muchacha se dio cuenta de que algo iba mal.

Muy mal.

Ocurre algo. Más que una pregunta era una afirmación. Miró a un lado y a otro y, asiendo a Evelyn suavemente del brazo, se la llevó del centro del salón de baile a un balcón donde corriera el aire, y a la vez estuvieran lejos de oídos inquisitivos. Sabes que puedes confiar en mí. ¿Qué es?

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17/01/2009, 13:44
Gerald St. John

Podéis ver como, tras el útlimo baile, Gerald toma suavemente a Evelyn del brazo, como por otra parte hacen otras parejas, y se alejan cogidos del brazo hasta uno de los balcones donde sopla algo de aire. Una vez allí, se ponen a hablar.

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18/01/2009, 00:34
Evelyn Doughton

Evelyn se dejó llevar como si de una muñeca sin vida se tratara. Sus mejillas habían perdido el color rosado que las caracterizaba y sus ojos estaban perdidos en la lejanía.

Gerry la conocía suficiente para saber que algo malo le pasaba, y como buen amigo, se preocupó por ella y trató de cuidarla con paciencia y dulzura.

Evelyn no parecía tener fuerzas para nada, ni para hablar siquiera.

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18/01/2009, 00:38
Evelyn Doughton

Evelyn quedó suspendida gracias al brazo de su gran amigo, pues las fuerzas comenzaban a hacer flaquear su piernas.

El aire fresco le dio en la cara como un portazo, cerró los ojos como asustada por el contacto con la fresca y oscura noche.

No dijo nada, y sus labios apenas se movieron de la medio sonrisa forzada que tenían dibujados.

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18/01/2009, 13:06
Gerald St. John

Gerald, sin dejar de coger suavemente a Evelyn por el brazo, tomó su otra mano y, mirándola fijamente a los ojos, la llevó a sus labios.

Cuéntamelo, por favor, dijo en un susurro.

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19/01/2009, 11:01
Evelyn Doughton

Evelyn dio un respingo al sorprenderse por el contacto cálido y húmedo de los labios de Gerald con su mano fría.

- ¡OH! Perdona Gerry, estaba... distraida. sus ojos volvieron a fijarse en él, estaba muy elegante aquella noche. O acaso era que hacía mucho que no le veía y parecía más apuesto y maduro. O tal vez era que las últimas palabras que él pronunciara para ella fueran algo más que simples palabras.

Sin embargo, volvió la cabeza de nuevo mirando al cielo estrellado de aquella preciosa noche. Sus ojos seguían tristes, quizás habían encontrado la forma de volver a la Tierra, pero sin duda estaban tristes como los de un cachorro abandonado a su suerte.

Evelyn suavemente retiró la mano que su amigo había tomado y la apoyó en la barandilla, que estaba fría al contacto. Suspiró profundamente y no dijo nada más.

Continuaba medio abrazada al joven, porque sentía que sino caería desmayada, pero la brisa de la noche, la estaba despejando un poco.

Cerró los ojos y levantó la barbilla, esperando la dulce brisa que la hizo estremecerse. Sin abrir los ojos, susurró: Perdona. ¿Qué decías?

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19/01/2009, 16:50
Bryant St. John

Acompañé a Richard con la copa de Bourbon en la mano y la otra sosteniendo mi recién adquirida extremidad ... un bastón el cual me acompañaba día y noche y que se me había hecho imprescindible a pesar del poco tiempo que llevaba con el ...

Mis pasos eran lentos ... nada que ver con mis andares de cuando era joven ... mi rostro canoso y mi piel denotaban que el paso de los años había hecho mella en mi ... y mas últimamente ... sin duda las preocupaciones aceleraban el paso de los años ...

Una vez en la mesa nos acomodamos y continuamos con la charla ...

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19/01/2009, 16:57
Bryant St. John

-Eso espero Richard ... nada deseo mas que poder tener un nieto el cual estrechar entre mis brazos ... el fruto de la unión de las dos familias ... mi voz por un momento se enmudeció ... esas últimas palabras me habían emocionado ...

-¿Se sabe alguno de tu hermano Richard?

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19/01/2009, 16:56
Richard Doughton

Richard se sentía afortunado por su envidiable salud al caminar al lado de Bryant, el caminaba poco, pero por pura pereza y desidia no porque le fuera molesto o costoso. Se había acostumbrado a la vida acomodada y su mayor sufrimiento era cuadrar las cuentas de la empresa y buscar la manera de darle su próximo capricho a su díscolo hijo.

Casi envidiaba a William y a Bryant por los dos hermosos ejemplares de personas que habían sido capaces de criar, solo esperaba que fueran ellos los que forjaran el futuro que les deparaba y no otros como su querido pero desorientado Henry.

Richard se dejó llevar por la música y alegría del ambiente y el calorcillo que los sorbos de licor le metían en el cuerpo, no puedo evitar tararear una melodía que le era familiar, ya que era uno de los temas favoritos de su señora. Richard la buscó con la vista y no tardó mucho en encontrarla cotilleando con su grupo de amigas, buscó cruzar la mirada y le sonrió y le guiñó el ojo cómplice. Ella le hizo una señal de si quería bailar y él le dijo que no y le indicó discretamente a Bryant como excusa.

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20/01/2009, 15:28
William Daughton

William descendió por el irregular sendero cojeando ligeramente mientras entrecerraba los ojos y admiraba la sombría belleza de las tiendas iluminadas por antorchas a la suave luz violeta del atardecer.

Tan sólo una cosa distrajo su atención antes de que se refugiara en su tienda, ante la mesa de campaña: la visión de su sobrino Henry, que lo observaba con aire indolente desde cierta distancia; Henry, enfumado en su arrugado traje de lino blanco y con cara de pocos amigos, tan incómodo y fuera de lugar en Egipto; Henry, con el inevitable vaso de whisky en la mano y el eterno cigarro en los labios.

Sin duda estaba con él Malenka, aquella bailarina del vientre de El Cairo que entregaba a su señor inglés todo lo que ganaba.

William no conseguía olvidarse nunca por completo de Henry, pero tenerlo delante era más de lo que podía soportar.

En una vida plena de satisfacciones, Henry era la única decepción: el sobrino a quién no preocupaba nadie ni nada más que la mesa de juego y la botella; el único heredero varón de los millones de la familia Daughton, a quien no se podía confiar ni un billete de una libra.

Sintió un agudo dolor al recordar a Evelyn, su amada hija, que debería haber estado allí junto a él, y que habría estado de no haberla convencido su joven prometido para que permaneciera en Londres.

El motivo de la visita de Henry era el dinero. Había traído documentos de la compñía para que William los firmara. Y el padre de Henry, Richard, lo había enviado con aquella desagradable misión, desesperado como siempre por cubrir las deudas de su hijo.

Una buena pareja, pensó William sombríamente. Un holgazán y el presidente del consejo de Daughton Shipping, la gran compañía de transportes marítimos, que desviaba con torpeza los beneficios de la empresa hacia los bolsillos sin fondo de su hijo.

pero en realidad William le hubiera perdonado cualquier cosa a su hermano Richard. Desde su punto de vista, lo había cargado con todo el peso del negocio familiar, con sus inmensas presiones y responsabilidades, para poder dedicar los últimos años de su vida a excavar en busca de las ruinas egipcias que tanto amaba.

Y para ser escrupulosamente justos, Richard había conseguido un éxito notable en la dirección de Dounghton Shipping. Es decir, hasta que su hijo lo había empujado a convertirse en un malversador y en un ladrón. William sabía que su hermano admitiría todo si lo obligaba, pero él mismo era demasiado egoísta para provocar esa confrontación. No quería abandonar Egipto ni una sola vez más para volver a las asfixiantes oficinas de Dounghton Shipping. Ni siquiera Evelyn había conseguido persuadirlo de que volviera a casa.

Y allí estaba Henry, esperando el momento de abordarlo. pero William aplazó una vez más la entrevista, entró apresuradamente en su tienda y se sentó ante su mesa. Sacó de un cajón un cuaderno con tapas de cuero que quizás había estaba reservando para un descubrimiento como el que estaba a punto de hacer y anotó con rapidez lo que recordaba de la inscripción de la puerta de mármol y las incógnitas que planteaba.

Ramsés el Maldito. Se arrellanó en la silla de tijera y contempló el nombre. Y por primera vez sintió levemente la inquietud que había invadido ante la puerta.

¿Que podía significar todo aquello?

Las doce y media de la noche. ¿Estaba soñando? La puerta de mármol de la tumba había sido retirada, fotografiada y transportada con cuidado a su tienda, y todo estaba dispuesto para volar la entrada de la tumba. Por fin era suya.

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20/01/2009, 18:05
Richard Doughton

Richard se quedó embobado pensando en cuando la había convencido y la primera vez que la había invitado a bailar y eso que ahora escapaba de ello como si se tratara del demonio, tenía miedo de hacer el ridículo y no estar a la altura. Ella sin duda se lo perdonaría, pero prefería evitar un ego herido si era posible.

Cuando su mirada volvió del fondo de su vaso a su compañero de mesa se lo encontró mirándolo fijamente, como si esperara una respuesta a algo... Tan ensimismado estaba que no lo había oído decir nada pese a su potente voz, aunque la excusa del ruido de la fiesta era buena.

- "Perdona, Bryant, pero no te he oído. Estaba despistado y el ruido no ha ayudado mucho. ¿Decías?"

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21/01/2009, 15:16
Gerald St. John

Sin decir palabra, Gerald acercó sus labios a los de Evelyn y, aprovechando sus ojos cerrados, depositó en ellos un suave y casto beso.

Sin darle tiempo a protestar le dijo: ¿Recuerdas nuestras aventuras infantiles? Tú eras la princesa en peligro, y yo era el bravo capitán de los Oxford Blues*, que acudía a rescatarte de cualquier peligro.

Sigo aquí, a tu servicio, contra viento y marea.

Notas de juego

*Famoso regimiento de la caballería Real

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21/01/2009, 17:11
Evelyn Doughton

- ¿Gerarld Saint John qué estás haciendo? dijo sorprendida al sentir los labios de su amigo sobre los suyos. Rápidamente el color volvió a sus mejillas y se apartó de él nerviosa y azorada. Se quedó frente a él mirándolo. Con los ojos abiertos como platos y el rostro sorprendido, incluso diría que compungido. ¿Cómo has podido hacer algo así? Se giró para ver si alguien les había visto.

No parecía que nadie en la fiesta se hubiese dado cuenta de lo que entre la joven pareja había sucedido.

- Por Dios Gerry. No hagas tonterías. ¿Sabes que esto podría traernos muchos quebraderos de cabeza si comenzamos a ser el cotilleo y el hazmereír de la ciudad? se volvió de nuevo al balcón para asomarse a la fría pero agradable noche.
Además... su voz volvió a su candidez de siempre. Yo... ni siquiera he podido pensar en tu proposición todavía. Quería decirle que sí. Pero no podía. No estaba segura de sentir amor por él. No ese amor que añoraba... que su madre la había inculcado de niña, y que quizás no existiese, pero que ella deseaba con todas sus fuerzas encontrar.

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21/01/2009, 21:47
Gerald St. John

Cita:

- ¿Gerarld Saint John qué estás haciendo?

Bueno, de entrada atraer tu atención de vuelta al mundo real.

Cita:

- Por Dios Gerry. No hagas tonterías. ¿Sabes que esto podría traernos muchos quebraderos de cabeza si comenzamos a ser el cotilleo y el hazmereír de la ciudad?

Por eso he escogido este balcón, replica, divertido Gerald. Es discreto y, por lo demás, la mitad de las parejas del salón están haciendo lo mismo, así que los cotillas profesionales tienen tanto trabajo que no se han fijado en nosotros.

Pero volvamos al principio. Dime qué te aflige y prometo no besarte de nuevo... a menos que me lo pidas, claro está.