Partida Rol por web

Cuando Abroshtor coloca el asa, oís un *click* seguido por el sonido de pesados engranajes empezando a girar. Las gruesas cadenas se tensan y la losa de piedra comienza a subir, lentamente, hasta su posición inicial.

En la base central, el cofre de madera emerge, intacto, a través de un hueco en el propio pedestal. Tras unos segundos, la sala vuelve a tener la apariencia inicial, como si nunca hubiera pasado nada...

Se giró hacia el resto con una sonrisa de oreja a oreja. Una sonrisa triunfal. Luego examinó el cofre. -Solo será un cebo.- Pensó en voz alta. Inspeccionó cada esquina el cofre, la cerradura, la base en la que descansaba. -Ese maldito esqueleto nos ha entretenido con su juguete!- Todavía sentía curiosidad. -Un juguete muy efectivo!-

Abroshtor se sube al pedestal y examina el cofre. [color=#00AA00](Forzar cerradura)[/color] Usando sus ganzúas y sus diestros dedos, el gnomo despacha con facilidad el viejo candado que lo mantiene cerrado. Con suma lentitud, procede a levantar la tapa del arcón...

[color=#FF0000](Detectar trampas)[/color] Y el techo vuelve a desplomarse por segunda vez!

En los instantes previos a lanzarte al suelo puedes ver que el único contenido del cofre es una nota, aunque no te da tiempo a leerla.

- ¡Abrosthor, no!- el aviso llegó demasiado tarde. La curiosidad del gnomo era insaciable, y ya estaba manipulando el cofre antes de que Drabeorn pudiera detenerlo.

Era increible la velocidad con la que se desplomó la sección del techo. A pesar de conocer la trampa, tuvo el tiempo justo de lanzarse cuerpo a tierra para evitar ser aplastado.

Se asomó por el hueco dejado por el techo, de nuevo, tras volverse a caer. -Casi!- Dijo con una sonrisa. Gateando salió como pudo. -He visto una nota dentro del cofre, no me ha dado tiempo a leerla.- Se rascaba la cabeza. Estaba harto de los juguetes de Gorloth, y su terquedad no iba a dejar que se fuera de allí sin saber lo que la nota decía. "Probablemente nada," Pero tenía que saberlo. Volvió a escabullirse por el hueco y colocó el asa como había hecho antes, armando la trampa y haciendo salir el cofre.

Cerca del umbral de la puerta, Druul observa la segunda caída de la losa. De nuevo le invade una sensación de vértigo y más ahora que puede pillar a varios de sus compañeros, aunque van apareciendo por huecos o han podido saltar antes de ser aplastados.

Una nota? Solo? Además, una nota? Ni siquiera tenía pinta de pergamino con un conjuro, o algo así? Por los azotes de todos los Caballeros Infernales, me juego algo a que en la nota habrá escrita una mofa o algo parecido!

Dynah casi se muere del susto cuando , desde donde estaba, con la rodilla en el suelo, vió como la losa volvía a caer. El golpe fue tremendo y el aire que surgió del impacto la derribó de culo.

¿T-todo el mundo bien?

De nuevo se había quedado sin palabras y co nel corazón en un puñó aguantando la respiración hasta que vió al gnomo moverse y no solo no asustado, sino animado por la dificultad de la tarea.

No creo que valga la pena arriesgarse para un trozo de papel.

Druul llevaba razón. -Probablemente solo sea eso.- Le costó reconocer. Dejar la nota atrás y continuar era lo más sensato. -¿Y ahora?- Preguntó. -¿Seguimos?- Todavían quedaban puertas sin abrir en este piso, y ya daba por perdido al NoMuerto.

-Seguir explorando o intentar dar con Gorloth.- Quería saber la opinión del grupo.

Creo que el maldito esqueleto nos lleva mucha ventaja, en tiempo y conocimiento del lugar. Si nos ponemos a perseguirlo, solamente conseguiremos perdernos, cansarnos, o meternos en más trampas. Suspira, apesadumbrado. Propongo seguir nuestra exploración, y si por azar nos lo volvemos a encontrar... intentaremos que no se nos escape.

Sospecho que lo primero acabará resultando en lo segundo, amigo. Continuemos con nuestra labor. Ahora ya sabemos que nos hemos ganado un enemigo y que, posiblemente, nos prepare alguna desagradable sorpresa. Mantengámonos alerta y confiemos en que Abadar nos proteja.

-Tenéis razón.- Admitió. -Avancemos entonces. Esto no se va a explorar solo!.- Tomó la iniciativa y se dirigió hacia el pasillo oeste, a la puerta que permanecía cerrada. Examinó la zona con sumo cuidado, ya había tenido suficientes trampas por hoy.

Dejando atrás la sala del cofre -y su enigmático contenido- proseguís con la exploración del nivel, dirigiéndoos al oeste por el pasillo: trozos de mampostería han sido colocados como tope para mantener la puerta entreabierta, que cede fácilmente tras un vistazo rápido al interior.

La extensa sala cuenta con un amplio agujero en el centro de su suelo. Una escalera de acero forjado desciende desde el borde oeste de la abertura, cuya profundidad y extensión quedan ocultas bajo la densa capa de telarañas que cubren el pozo.

Un enorme capullo hecho de telarañas cuelga del techo en la esquina suroeste...

Dynah rechinó los dientes en el silencio del pasillo.

-Excelente. Más arañas. Esta vez ¿Por qué no le pegamos fuego a todo antes de entrar?

Porque como antes, podríamos estar quemando alguna persona viva, como los magos extraviados, no? Responde Druul, comprendiendo el rechazo de Dynah pero aguantando él mismo las ganas de prenderle fuego a la telaraña.

Hagámoslo solo si no queda más remedio, mientras tanto... yo iría cortando. Para empezar, podríamos ponernos en una formación ventajosa, y que Drabeorn o alguien toque las telarañas para hacerlas vibrar, a ver si aparece algun morador o moradora...

-Sinceramente...- Su tono era más sombrío. -A estas alturas dudo que los magos estén con vida.- Reflexionó. -Y más sabiendo que se encontraron con Gorloth. Mirad lo rápido que nos atacó e intentó acabar con nosotros. Un grupo de cinco personas. ¿Que posibilidades hay de que dejara vivos a dos aventureros?- Tal vez se equivocaba. -Ojalá me equivoque.-

-Bién. Los encontraremos!- Dijo, más optimista. -En el estado en el que estén...-Puso a punto su ballesta, estaba preparado y el plan de Druul era sólido.

Aquello que no fuera el combate directo no se le daba especialmente bien, pero asintió. Lo que digais, pero yo descolgaría ese capuyo, puede ser un montón de arañas o uno de los magos que buscamos.

Os abrís camino a través de las telarañas a base de espadazos, dejando despejadas no sólo el acceso a las otras puertas, sino también el propio pozo. La escasa luz no os permite ver el final de la escalera, que parece descender decenas de pies en la más absoluta oscuridad.

Un tintineo repentino os hace giraros hacia la esquina suroeste, donde el capullo de telaraña parece agitarse levemente. Al acercaros, oís un leve gemido. Tras buscaros con la mirada y recibir vuestro gesto de confirmación, Drabeorn saja la envoltura con el filo de Ethelwyn, para descubrir el cuerpo atrapado de una mujer joven.

La mujer, de cabellos rubios y delicados ropajes, apenas respira. Su piel, cuarteada por la deshidratación, tiene tonalidades verdosas...

Tu mala cabeza te ha traído a esta situación. Haciendo caso omiso a tu tutor decidiste seguir a los maestros Jharun y Tiawask hasta El Capitel. Te adentraste en sus pasillos y caíste, literalmente, en sus telarañas. Llevas días atrapada, sufriendo las múltiples mordeduras con las que los arácnidos han ido alimentándose a costa de tus fluídos corporales.

Ahora, a través de la neblina de tu inconsciencia, distingues el familiar sonido de voces humanas...