Partida Rol por web

Se acercó a la puerta que daba al norte, la que estaba cerrada. e intentó abrirla. Una segunda vía de escape nunca venía de más. 

-Largo de aquí!- Dijo a sus compañeros. -Fuera, fuera... voy a tirar del asa, me encanta tirar de asas!- Cuando todos estuvieron fuera, les miró con la mano sobre la pieza de latón. -No hay indicios de trampa, pero si lo es, mejor que solo pille a uno.- Añadió. 

Tiró del asa

- Mmmm... un momento. Abrosthor, ¿puedes venir a echar un vistazo a esta pared? Fíjate, no hay ni rastro de telarañas en esta parte de aquí*.- le dijo al gnomo, quien sin duda era el experto en encontrar mecanismos ocultos.

Soltó el asa de latón y se dirigió a la pared que indicaba el bárbaro. -Buena observación.- Palpó la piedra con delicadeza. No esperaba encontrar gran cosa. 

Abroshtor encuentra con facilidad otro mecanismo, idéntico a los anteriores, y haciendo pivotar una sección del muro, deja al descubierto un nuevo pasillo... sin salida aparente...

No esperaba que la pared abriera. Miró a sus compañeros y se encogió de hombros. -¿Seguimos?- Continuó por el pasillo, atento a posibles trampas. Todo este nivel estaba lleno de trampas y pasadizos, posiblemente habrían dejado otros ocultos atrás. -Maldito Gorloth! ¿Donde se habrá metido?- Masculló en voz baja.

Dynah miró el cofre y luego a Abroshtor. No podía creer que el gnomo no hubiera querido abrir el cofre pero se alegró. La codicia no llevaba nada bueno. La oráculo se aceró al gnomo para echar un ojo al pasaje.

-Cuando digais. Lista!

- Hmmmpff... a este paso el esqueleto este estará ya a leguas de distancia.- maldijo Drabeorn, fastidiado por lo lentos que iban al tener que ir descubriendo cada acceso secreto. Pero de todas formas, siguió a Abrosthor, atento para proteger al pequeño gnomo de algún ataque inesperado.

Abroshtor se pasea unos instantes por el pasillo, buscando alguna otra puerta secreta, pero al rato, y tras constatar que se trata de un cul-de-sac, el gnomo se dirige de nuevo a la sala anterior. Tras verificar que el resto os resguardáis en las salas contiguas, tira del asa de latón...

El estruendo es ensordecedor cuando el bloque de piedra que conforma el falso techo de la sala se desploma sobre el gnomo, deteniéndose a dos pies del suelo, justo la altura del pedestal, lo suficiente como para que Abroshtor haya podido echar cuerpo a tierra...o no... Los que estáis en el exterior de la sala veis cuatro gruesas cadenas que surgen de sendos huecos en el techo real, ancladas a su vez a las cuatro esquinas de la gruesa losa... 

Escuchó un "clic" nada más accionar el asa. Instintivamente se tiró al suelo mientras se cubría la cabeza. El pesado techo estuvo a punto de aplastarle. Se arrastró por el hueco dejado por la losa de piedra hasta la salida.

Asomó la cabeza por el hueco. -Por los pelos!- Dijo a sus compañeros con una sonrisa nerviosa. Había estado a punto de morir, y lo sabía. Le temblaba la mano y un bonito chichón, tras golpearse con el suelo, asomaba en su frente. -Parece que me equivocaba! jajaja- Se rio histéricamente mientras se rascaba la cabeza. -Maldito Gorloth!!- Dijo en voz baja mientras agitaba el puño amenazadoramente con cara de cabreo. -Bien... Parece que se nos ha escapado. No parece estar por aquí.- Su habitual jovialidad volvió tras el breve arrebato de ira. -¿Seguimos buscándole?- Una breve batida por las salas ya exploradas podría ser buena idea.

Dynah gritó como una niña cuando el techo pareció desplomarse sobre Abrosthor. Cuando la losa se detuvo y Dynah se dió cuenta de que su amigo era tan pequeño que podría haber sobrevivido, se echó cuerpo a tierra para intentar ver si estaba bien en el espacio que qeudaba entre la enrome losa y el suelo.

-ABROSHTOR!! ESTÁS BIEN?

Druul hace ademán de tirarse a apartar piedras, cuando enseguida la cabeza del gnomo surge de entre los escombros. Uff, menos mal... este lugar es un maldito hervidero de trampas.

Cuando el gnomo ha salido y se han asegurado que está ileso, observa el destrozo. Drabeorn, crees que Alyssa y tú podríais apartar la piedra?

La sugerencia de Abroshtor no parece calar entre sus compañeros, y los forzudos del grupo no las tienen todas consigo para levantar la losa a pulso.

La nube de polvo empieza a asentarse, mientras el grupo decide sus siguientes pasos...

-Vamos, grandullón, enfurécete y levanta esa piedra! A saber lo que puede haber ahí abajo.

Dynah lo tocó en sus fuertes brazos, como si los untara de una crema invisible y rezó a los dioses mientras se ponía muy roja.

Alyssa salió de su estupor con la arenga de Dynah, colgandose el escudo a la espalda y poniendo el martillo en su sitio corrió hacia el lugar y entró en cuclillas, impedida por la armadura en un lugar que creía podría ponerse de pie.

Lo siento, estaré más atenta de ahora en adelante.
 

- ¡Abrosthor, no!- gritó Drabeorn, precipitándose al interior de la sala. Por suerte, la pequeña estatura del gnomo y sus reflejos le habían salvado de ser aplastado.

Después de asegurarse de que Abrosthor se encontraba entero, Drabeorn se giró hacia la enorme losa. Cruzándose a Ethelwyn en la espalda, el bárbaro agarró la losa con ambas manos y tiró con todas sus fuerzas.

Intentó estudiar el mecanismo. Tal vez presionando otra vez el asa el techo volvería a su estado original. Si la piedra no había aplastado el asa...

Drabeorn y Alyssa intentaron levantar la piedra, tarea que parecía completamente imposible. El Gnomo no quiso quedarse al margen y, acercándose a los guerreros, puso su granito de arena en la titánica gesta. -Urg!!- Empujó con todas sus fuerzas.

Dynah no puede evitar morderse el labio cuando los músculos del fornido humano se tensan... [color=#FF0000](Fuerza)[/color] aún ayudado por sus compañeros, la losa es demasiado grande y pesada, y apenas consiguen hacerla ascender unos centímetros... las cadenas tintínean cuando la losa vuelve a descender tras el esfuerzo...

Avispado, Abroshtor se zambulle de nuevo bajo el falso techo, y tras examinar de nuevo el asa se percata que parece estar desencajada de su base. [color=#00AA00](Percepción)[/color] No sería difícil volver a colocarla en su sitio...

-Apartaos.- Volvió a echar a sus compañeros. -Voy a colocar esa maldita asa de nuevo.- No sabía si serviría de algo, pero podría volver a armar la trampa y levantar el techo de piedra. Empezó a gatear para meterse en el hueco. -¿Que puede pasar?- Preguntó a nadie en concreto, más bien para tranquilizarse. -Ya no puede caer mas! ¿No?- Esperaba no equivocarse.

Una vez dentro colocó el asa.