Partida Rol por web

Cuando sintió como con la pierna golpeaba uno de aquellos bulbos palpitantes el corazón de Wilson se detuvo por unos instantes. El bulbo comenzó entonces a temblar, como si reaccionara al contacto del hombre de la compañía. El miedo le tenía paralizado mientras avisaba a Miller de que lo había tocado. Las sacudidas aumentaron, parecía que iba a estallar, pero entonces, una protuberancia se abrió encima de ella y como si de un globo se tratara, expulsó un extraño polvo verdoso que se extendió por el aire antes de simplemente disolverse en la atmósfera de la nave. El bulbo parecía ahora una bolsa deshinchada y nada más pareció ocurrir por lo que finalmente John suspiró aliviado. Fuera lo que fuese, solo estaba en el aire. Nunca se había alegrado tanto de tener el traje espacial puesto.

Miller y Wilson se miraron y con gestos, se hicieron señales de que estaba todo correcto, por lo que terminaron de avanzar hasta la puerta y una vez más, tras apretar el botón de apertura, la puerta se abrió con un chirriante ruido molesto por el largo tiempo que llevaba el metal sin moverse.

Una enorme habitación se abría ante ellos, con diversos equipos y una ventana panorámica que abarcaba toda la pared norte, mostrando pequeñas y titilantes estrellas. A un lado de la entrada, podía verse una mesa de visualización holográfica que, aunque la luz apenas permite ver a dos palmos, pudieron ver que se encontraba en un estado pésimo, quemada en su mayor parte, como si hubiera habido un incendio en el puente. Al otro lado de la mesa, diversos ordenadores de control se mostraban como una pared de pantallas y botones apagados por lo que su función era un misterio. Frente al cristal que era toda la pared norte, había dos puestos de pilotaje, aunque de uno de ellos sobresalía algo alargado. Tras acercarse un poco, pudieron ver lo que era y no hizo sino acrecentar el malestar que les provocaba estar en aquel lugar. Un hacha se encontraba hundida contra la consola. Por suerte, el otro puesto parecía intacto.

Y en medio de la sala, se encontraba el centro de control, el puesto del capitán. Iban a pasar de largo cuando una parpadeante luz verdosa les llamó la atención. Ambos se acercaron al puesto y pudieron ver la pantalla de control se encontraba encendida con un mensaje en ella. Parecía un mesaje de la unidad MU/TH/UR the La Cronus.

>> DETECTADA PRESENCIA HUMANA EN LA CRONUS…

>> …SISTEMAS PREPARADOS…

>> …NECESARIA AUTORIZACIÓN PARA ACTIVAR SISTEMAS PRIMARIOS DE LA NAVE…

>> …CONFIRMAR? [Y/N]

El mensaje se reflejaba en sus cascos mientras se miraban y pensaban que hacer.

Superada la impresión inicial y tras hablarlo entre ellos, decidieron continuar hacia su objetivo, no sin antes coger la escopeta que había junto al cadáver. Ninguno parecía querer acercarse al cadáver hasta que finalmente Cham se aproximó a ella y tras dudar un instante sin poder dejar de mirar el cadáver, sujetó la escopeta, aguantó la respiración instintivamente y entonces tiró del arma para llevársela… Y el cadáver se volcó hacia el hombretón que apenas pudo trastabillar hacia atrás para evitar que aquel cuerpo se le cayera encima.

Todos dieron un golpe por el movimiento del cadáver hasta que vieron una fina hebra de un líquido gelatinoso que parecía nacer del cuerpo y llegaba hasta el arma. No se había movido, sino que había sido movido por aquella unión entre el arma y el brazo inerte que antaño la sujetó. Con rabia, Cham tiró con fuerza para romper esa unión, limpió como pudo aquella sustancia gelatinosa e inspeccionó la escopeta para ver que al menos estaba cargada. Tras colgarla a su espalda, continuaron moviéndose por la nave. El pasillo era alargado y sin bifurcaciones por lo que, en fila, lo recorrieron en silencio, sintiendo aun la presión de lo vivido hacia unos momentos. Tras alcanzar el final del pasillo, pasaron a la siguiente sala y se encontraron en lo alto de una pasarela que recorría toda la pared y por el centro el lugar. Con cuidado, se asomaron abajo y vieron que lo que veían era la zona de carga. La visibilidad desde tan alto era mínima pues los haces de sus linternas apenas podían apartar las sombras que parecían querer tragarlos.

Unos ruidos metálicos les hicieron alzar rápidamente la cabeza. Sobre ellos, cadenas de sujeción colgaban agitándose levemente ¿Por efecto de la atmósfera a su paso? ¿Algo las había tocado? ¿Fantasmas? En el silencio y la oscuridad de aquella enorme zona, la mente parecía quererles sabotear directamente en vez de trabajar con el resto del cuerpo.

Bajo ellos, entre las siluetas que se podían adivinar, pudieron distinguir lo que suponían que era un vehículo ATV (Vehículo Todo Terreno) que parecía volcado, como si no hubiera estado sujeto cuando la nave se puso en movimiento. A la izquierda de la pasarela, se podía ver un pequeño habitáculo que parecía controlar la grúa que había sobre sus cabezas y que controlaba aquellas cadenas que seguían tintineando esporádicamente.

Poco a poco siguieron avanzando y tras recorrer la pasarela central, se encontraron frente a una puerta cerrada. Probaron a dar al botón de abertura, pero esta, aunque zumbó, no llegó a abrirse. Una inspección más cercana pudo hacerles ver dos cosas.

La primera es que el motivo por el que no abría es porque la puerta parecía sellada… desde el lado en que se encontraban.

La segunda… eran unas abolladuras en la puerta que parecían deberse a fuertes golpes desde el otro lado.

Preocupados se miraron, entonces Rye miró el mapa. Si querían llegar al reactor debían pasar por aquella puerta.

- ¿Qué diablos pasó aquí...? ¿Realmente queremos entrar ahí?- Rye suponíia que sea lo que fuere lo que había hecho aquel imposible estropicio llevaría décadas muerto por falta de agua y comida, pero aún así, abrir aquellas compuertas no era lo que más le apetecía en el mundo.

Se debatía entre informar a la capitana de lo que habían hallado o forzar aquella puerta para tratar de terminar cuanto antes con aquella mierda que les había caído encima. Aún así tenía a otras dos personas a su cargo, y se vio en la obligación ética de consultarles.

- ¿Qué decís, niños? ¿Abrimos la guarida de mamá oca o avisamos a los papis esperando pacientemente hasta que vengan?- Por mucho que quisiese evitarlo, estaba traspirando copiosamente, se olía dentro del traje. Olía a miedo.

Haber visto a Cham pelearse con aquella cosa, momificada pero aferrada por babas brillantes, no ayudaba...

Miller sostuvo el aliento con horror al ver que la pierna de su compañero entraba en contacto con el extraño hongo. En parte le relajó ver que fuera lo que fuese no era abrasivo con el traje de Wilson. Fuera lo que fuera se movía por el aire y mientras tuvieran oxígeno no tendrían problemas, pero esto añadía un tiempo límite a su misión que no le agradaba. Si querían remolcar la Cronus a casa tendrían que encontrar un modo de desinfectar la estructura. Podría ser una misión casi imposible.

- Mierda, Wilson. Si notas cualquier cosa en la pierna dilo. No sabemos qué coño es eso, pero parece que de momento solo se va a mover por el aire.

Fue entonces cuando entraron al puente. La oscuridad hacía complicado ver la borrosa protuberancia que sobresalía de uno de los paneles de control, pero no necesitaron mucho tiempo para ver que se trataba de un hacha. De momento Miller decidió no tocarla. - ¿Y esto? ¿Es probable que alguien de la tripulación saboteara la nave? ¿Con qué fin? - finalmente reparó en que la otra consola funcionaba y solicitaba permiso para poner los sistemas básicos de la nave en funcionamiento. Se apresuraba a teclear una respuesta afirmativa cuando un pensamiento sombrío le atravesó la mente.

- Wilson, espera. ¿Y si al activarse los sistemas básicos ponemos en marcha de forma involuntaria a la Cronus? Nos cargaríamos el cordón por el que vinimos y quién sabe si podríamos hasta perder la Montero... Nunca he sido de mostrar estas dudas pero nunca he estado en una situación así. ¿Qué te parece esto?

Miró a Rye como si fuese la primera vez cuando hace ese comentario sobre "Dios" es cierto que solo es un momento y que pronto se pasa de la cabeza del técnico. - Por muy lejos que estemos, el creador siempre está ante nosotros, Rye. Tendiendo la mano para tomar la escopeta, Cham siente que le cuesta mas esfuerzo del pensado y no solo eso sino que durante un momento todos creen que el muerto aun podría seguir vivo, pero solo son sombras y espasmos lo que asusta a los exploradores. 

Todo era silencio en el interior de la nave apenas roto por nuestros pasos sobre el suelo metálico y la entrecortada respiración en el interior del casco, solo rota por las exiguas conversaciones que manteníamos, parecía que la tensión se había instalado en nuestro grupo ante la visión del cadáver y la información sobre los hongos pasada por la capitana. No solo era lo que habían visto hasta el momento sino lo que veían a cada paso que daban, si creyese en las casualidades Cham aceptaría que esto solo eran problemas técnicos pero las marcas en las puertas, y la maquinaria dañada, daban otro cariz a la situación.

Ante la pregunta directa de mi compañera, tiendo a responder con sinceridad. - Si algo ha podido hacer esas marcas en la puerta, no se que podría hacer con nosotros. Dice el técnico mientras señalaba el equipo que portaban. - El número puede ser nuestra mayor ventaja. 

Con la opinión de Cham le llegaba y le sobraba. Ella misma no tenía ganas de ver qué había más allá pero supongo que el tratar de encender aquel sarcófago vacío era imperativo. Hizo de tripas corazón y volvió a abrir el canal común de comunicación.

- Capitana. Hemos alcanzado el cuarto de máquinas. La compuerta está sellada desde fuera y está llena de marcas de garras y golpes inhumanos tratando de abrirse paso hacia fuera. Posiblemente sea lo que fuera llevará décadas muerto, pero aún así... ¿Quiere bajar a verlo y echarnos una mano o nos promete que llevará nuestros restos de vuelta al hogar?- Kayla se sintió un poco infantil hablando así, como si fuese una niña pequeña a la que le da miedo abrir la puerta del armario de noche tras escuchar ruidos y risillas dentro, pero tampoco creía que le pagasen lo suficiente por aquella puta misión de rescate completamente inesperada (O puede que no tanto, grandísimos hijos de puta).

Joder, Leah nos hubiera venido de lujo aquí y no dando vueltas buscando la sala de generadores. Miller aun se debatía con la posibilidad de que al activar los sistemas de la Cronus algo pudiera echar al traste con todo lo que habían pensado cuando un mensaje de lo más inquietante por parte de Rye le hizo contener el aliento antes de lanzar una respuesta.

Rye, vamos a bajar con vosotros. Igual esta nave transportaba algún animal salvaje que se hubiera escapado, pero como has dicho es imposible que siga vivo tras tanto tiempo. Nosotros hemos encontrado un panel de mandos saboteado, reventado con un hacha. Cuando nos reunamos os cuento el resto.

- Deberíamos irnos marchando, Wilson. No voy a poner en marcha los sistemas de la nave hasta tener claro que no vamos a reventar el cordón que nos une a la Montero, no después de todo lo que tenemos planeado hacer con ella.

Leah observó con los sentidos alerta y agazapándose como un depredador salvaje. Podía oler el peligro en el aire, aunque su cabeza seguía dando vueltas a la posible misión de esa nave muerta y lo que era aún peor. Lo que acabó con la tripulación muerta y enloquecida dispuestos a suicidarse.

Con la boca del arma inspeccionó las cadenas y el resto de mobiliario ajado. pasaron por delante del at. Era una misión de exterior si necesitaban un vehículo terrestre. posiblemente en algún planetoide o para tomar muestras de asteroides. Quizás de minería. 

Pero cuando llegaron a la puerta sellada Leah pudo notar un sabor amargo en la boca. Habían encerrado algo, detrás de la puerta. ¿Era posible que algún hongo de esos proviniera de un planeta inexplorado y se llevaran algo más con ellos?

- Sellaron una amenaza detrás de esta puerta. Una muy capaz de hacer daño si hemos de juzgar las marcas. ¿No hay otra forma de llegar al cuarto de máquinas? No me gustaría desenvolver el regalo hasta que lleguemos a casa. Bueno lo mejor sería que lo abriera la compañía, ya nos dirá si les gustó.

A Rye los segundos sin obtener una respuesta se le hacían eternos... ¿Estaría la capitana ya de camino o se harían encontrado con alguna otra cosa que intentaban ocultar a toda cosa por el bien de la puta corporación?

- ¿Capitana...?

-¿Que si lo diré? Claro que lo diré. Si esa mierda ha penetrado el traje serás la primera en saberlo. Bueno, la segunda. Aunque parecía bastante blandito, ya sabes. -Decía Wilson mientras se alejaban de ese lugar y caminaban hacia el puente. -Pero me jode que ahora tengamos eso en el aire y que no podamos quitarnos el casco. Espero que podamos limpiar... -Paró de hablar cuando vió aquella protuberancia en las oscuridad del puente abandonado. Sus pasos producían un siniestro eco al pisar el suelo metálico, amortiguado por el caso estanco. -Joder, ¿un hacha?

Cuando Miller habló: -Si, tienes razón. Mierda, ésto está siendo demasiado difícil, Miller. Cada vez nos topamos con alguna mierda nueva. -Dijo cuando escuchó el mensaje de Kayla. Se estaba poniendo nervioso. Al principio creía que aquello, la visita a la Cronus, iba a ser un paseo, pero cada vez añoraba más en la seguridad de la Montero. Aquel trato con la capitana era muy bueno, y potencialmente lucrativo, pero empezaba a pensar si merecía la pena cambiarlo por su vida.

Cuando Miller imploró que se marcharan, Wilson miró hacia la estancia en penumbras, con ese polvo en suspensión alumbrado por sus linternas, y asintió con la cabeza tragando saliva. El olor a oxígeno viciado de su circuito de respiración autónomo empezaba a serle desagradable y su respiración se aceleraba produciendo un sonido también desagradable y repetitivo. -Lo que no sé es dónde vamos a ir. Deberíamos reunirnos y trazar una estrategia. -Una parte de esas palabras fueron pronunciadas por el miedo. 

El comunicador de cada miembro de la tripulación dio paso a la voz de la capitana:

Rye, vamos a bajar con vosotros. Igual esta nave transportaba algún animal salvaje que se hubiera escapado, pero como has dicho es imposible que siga vivo tras tanto tiempo. Nosotros hemos encontrado un panel de mandos saboteado, reventado con un hacha. Cuando nos reunamos os cuento el resto.

Entre lo que habían descubierto los exploradores en la bodega de carga, tanto el destrozo, como las puertas metálicas destrozadas desde dentro, el técnico cada vez tenía menos confianza en salir de esta sin algo mas que un rasguño. Con el paso de los segundos sin que la capitana se pronunciase ante la información suministrada por Rye, las sombras empezaban a parecer mas peligrosas y cualquier hueco, la guarida de una mala bestia, conllevando a mayores movimientos de barrido por parte del arma de Davis. 

El comunicador chasquea y la voz de la capitana resuena junto a nuestros oídos, pero sus noticias no son mucho mejores que las nuestras, estaba claro que alguien no quería que esta nave se encontrase. - Esto cada vez se pone mas interesante ... y escabroso. 

Con aquel inquietante mensaje aun parpadeando en la pantalla, inundando el frente del casco de Miller de una fría luz verde, la capitana y el hombre de la compañía decidieron que la decisión de activar La Cronus tendría que esperar y que el descubrimiento hecho por el otro equipo bien merecía su atención.

Rápidamente, salieron de la habitación en completo silencio, dejando aquel lugar que tantas preguntas suscitaba. Con cuidado de no pisar más hongos, avanzaron hasta el pasillo de unión que conectaba los distintos niveles de la nave y se dispusieron a descender hasta la cubierta 3, donde se suponía se encontraban Leah, Cham y Rye.

No tardaron en llegar al piso deseado y rápidamente avanzaron siguiendo el mapa que habían descargado desde La Montero. Al doblar una esquina, dieron un pequeño sobresalto al contemplar un cuerpo sin cabeza tirado en el suelo. El cadáver del que les había hablado el otro equipo. Sin duda su visión no era nada alentadora y verle cubierto de aquella extraña viscosidad no hacía sino ponerlos más nerviosos.

Llegaron entonces a una enorme sala de varios niveles que sin duda, debía ser la bahía de carga. Ellos se encontraban en la zona más alta, sobre una pasarela que parecía recorrer el lugar de una punta a otra desde el centro y hasta una sala de control, seguramente para controlar la grúa que pendía sobre ellos. Si bien aquel lugar parecía digno de investigar, ahora había algo más importante.

Frente a ellos, tres haces de luces se movían junto a una puerta cerrada sobre la que se podían ver varios golpes.

El segundo grupo les hizo una seña para confirmarles que eran ellos.

Tras recibir la confirmación por parte de la capitana, decidieron esperar a su llegada antes de tomar ninguna decisión sobre que hacer con aquella puerta. Mientras aguardaban, los segundos parecían minutos y las sombras parecían arremolinarse a su alrededor. En ocasiones se sobresaltaban por el crujir del metal o el entrechocar de las cadenas. Una extraña sensación de desasosiego se apoderaba del grupo e incluso alguno podía jurar que se sentía observados.

Tras una espera de varios minutos, finalmente vieron aparecer dos haces de luz por el fondo que si bien en un principio les puso en alerta, pronto los reconocieron como Miller y Wilson. Tras hacerles unas señales para que se acercaran, les mostraron la puerta que tenían delante.

El grupo estaba reunido.

- ¿Qué más habéis encontrado en el puente?- Puede que no fuese la manera más amable de saludar pero Kayla los tenía realmente hinchados y no sabía cómo liberar presión sin comenzar a golpear el interior de aquella lata con una llave inglesa o una barra metálica.- Si queréis que abra eso...- Dijo señalando a la maltrecha compuerta.- Vais a tener que asegurarme que seréis capaz de freir cualquier cosa que pueda haber ahí dentro... O incluso hacer saltar lejos de mi cualquier tipo de hongo que trate de gotear sobre mi puto traje.