Partida Rol por web

El castillo Escarlata

Rojo Escarlata, rojo sangre

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06/08/2013, 22:49
Sir Gabriel McTavish

Suspiré y comencé a caminar de manera resignada detrás de las chicas. A fin de cuentas el razonamiento de Abie e Irina era más realista. No había otro camino más corto a seguir así que tendríamos que ir por donde ellas decían con el fin de evitar el mayor número de trampas.

Cuando escuché aquel ruido agarré por inercia la mano de Jennyfer y me coloqué delante de ella en un inútil intento de protegerla de algo que no podíamos atacar. De momento. -Ehmm perdón Jennyfer. -comenté soltando su mano y poniéndome ligeramente colorado.

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07/08/2013, 01:16
Jennyfer Harrison

Sigo al resto de malagana. No tanto porque esté haciendo algo que no me apetece (pues me da igual qué camino seguir) sino por el simple hecho de tener que estar allí, en medio de ese puñetero pasillo, con dos raritas (una más que otra) y un gafe, intentando luchar por mi vida. Menos mal que, al menos, me caen bien.

El estruendo que proviene de las mazmorras me pilla por sorpresa, aunque más loca me deja que Gabriel me agarre de la mano de esa manera. Sin poder evitarlo, me echo a reír, en gran medida por la necesidad que tengo de sacar por algún lado toda la energía que acumulo en estos momentos. - Jo, Gabriel. Visto lo visto, no pienso separarme de tu lado en todo el camino - bromeo. Pero enseguida me pongo seria. - Chicas, es hora de retomar la marcha enserio. Quien no arriesga, no gana. No digo nada más, pues no es necesario. Ya he elegido bando. Quiero acortar el camino y llegar a la 5º planta. Solo espero que no estemos equivocadas.

 

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07/08/2013, 11:31
Narradora

Finalmente habiendo decidido el camino a seguir, los cuatro elegidos deambulan por el oscuro pasillo sin que ocurra nada extraño hasta llegar a la puerta de la habitación que estaba cerrada.

Por suerte, y tras la hazaña de Gabriel un piso inferior, Irina contaba con la solución para abrir la puerta a falta de un portátil.

Lo que no significaba que no fuera ser una tarea desesperante. El manojo contaba con más o menos cien llaves y fue en e intento sesenta y cuatro y pasados unos cuantos minutos ahí plantados casi en medio del pasillo y prácticamente a oscuras, cuando la rusa dio con la llave correcta.

La puerta se abrió con un chirrido bastante molesto para enseñaros el interior. Es una sala un tanto pequeña - y mucho si se compara con la biblioteca de abajo- utilizada como almacén de cuadros y esculturas. Estas últimas tapadas por sábanas. En el centro de la sala no hay nada, pero podéis escuchar como el goteo de algo chocando contra el suelo.

Al apuntar con la linterna observais que las gotas que caen son rojas y que salen de una rendija a partir de una trampilla en el techo. Posiblemente al tirar de ella aparezca la escalera.

- Tiradas (1)
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07/08/2013, 11:42
Narradora

Los tres elegidos corren a más no poder sin poder parar a pensarse qué camino elegir o quizás habiendo elegido el desconocido simplemente por su valentía y coraje.

Siguen escuchando el sonar de las cadenas por todos lados pero al menos saben que el monstruo está bastante detrás de ellos.

Recorren un largo pasillo lleno de celdas, acercándose a una especie de luz. Terminais por acercaros y lo que veis es increíble.

¿Creíais que veníais a por unos huesos? Pues no podíais estar más equivocados. Ahí está, Sir Gawain, o su cuerpo mejor dicho, tumbado, entero, como si el tiempo no hubiera pasado para él. Parece dormido y está encadenado a la pared. La puerta de la celda también está cerrada.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Uy uy, se acerca el monstruo jaja.

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07/08/2013, 16:20
Nick Anderson

Sigo corriendo y de pronto veo una luz. pienso que puede ser nuestra salvación, un camino al exterior, una salida de las mazmorras, una forma de huir de aquella bestia. Al llegar ahí me encuentro con el cuerpo de Gawain. Porqué no está podrido? Porqué no son solo huesos? Si lo que nos ha dicho es verdad debería quedar poca cosa del caballero... Aunque bueno, si lo que nos ha dicho es cierto su hermano practicaría la hechicería.

El ruido de las cadenas detrás nuestro evita que me detenga a ver a Gawain, aunque me he fijado que está dentro de una celda y atado con una cadena. Dos llaves. Sigo mi camino, intentando olvidar el dolor de la pierna. Cada vez se oye más cerca y el miedo se apodera de mí.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Lo siento Crono, sigo diciéndolo: que mierda de tiradas.

Nick está tan confuso que retrocede a por el monstruo o cómo va esto? XDDDD

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07/08/2013, 23:02
Temperance Brunswick

deben seguir corriendo, pero el cansancio y el dolor se hacen intensos, y le quitan el aire, estuvo apunto de decirles que siguieran sin ella, que ya vería que hacer, pero aún le quedaban fuerzas para seguir corriendo, y dar, al fin, con el cuerpo de Gawain, pero no sus huesos, sino, su cuerpo por completo, Temperance se sorprendió y dejó de apurar el paso para verlo, notando las cadenas, y empujando la puerta, pero estaba cerrada, aún se escuchaban las cadenas, lejos, pero se escuchaban y era mejor seguir corriendo hasta perderlo, si eso era posible... pero tendrían que volver para poder sacar el cuerpo del hombre.

- Tiradas (1)
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08/08/2013, 10:17
Abie Bell

Preguntarse si lo que caía era sangre era absurdo puesto que dudaba que las cocinas estuvieran justo encima y que se hubiera derramado salsa de tomate. Por un momento se distrajo con un pensamiento un tanto escalofriante. Si todos los de aquí están muertos, ¿qué es lo que hemos comido? Quizás la visión de Jennyfer era real y eran gusanos de verdad, pensó con verdadero asco.

Miró en derredor a ver si había algo con lo que "armarse" antes de volverse hacia sus compañeros.

- Quizás esto no sea tan malo como parece - dijo con escepticismo -. Tenemos dos opciones, volver atrás y hacia un camino que es aparentemente más seguro o abrir esto y prepararnos para golpear lo que sea que aparezca. En mi opinión, este camino tiene sus ventajas - y posiblemente estoy loca por tener defender esta opción -. La primera, es más corto, la segunda, si sangra es que está muerto - el final de esta afirmación sonó más a pregunta que a otra cosa, pero continuó con su forma enérgica y clara de expresarse -. Y por último, hasta ahora todas las trampas han sido bastante sutiles, han aparecido cuando no lo esperábamos. Aquí sabemos que hay algo esperando, pierden el elemento sorpresa.

- Tiradas (1)
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08/08/2013, 14:02
Narradora

Hay marcos de cuadro rotos, tapices y estatuas bajo telas de diferentes tamaños aunque algo pesadas incluso las más pequeñas.

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08/08/2013, 15:31
Sir Gabriel McTavish

Al ver aquella sala abrí los ojos como platos. Esto no me gusta nada... Pensamiento que no mejoró al ver aquellas gotas de sangre cayendo del techo. -Joder... 

Al ver que Abie comenzaba a buscar posibles armas llamé su atención tanto de ella como la del grupo. -Buscar con cuidado. Recordad lo que ocurrió cuando yo fui a buscar un arma un poco más abajo. -no me apetecía pegarme otra carrera para salvar la vida. -Yo se de un animal que sangra durante cuatro días al mes y no muere. -el comentario irónico no podría haber ido peor encaminado ya que estaba rodeado de mujeres. -Olvidadlo, el humor negro nunca fue lo mío.

Comencé a buscar por la sala ayudando a Abie escuchando sus argumentos sobre el camino a seguir. -Yo también creo que deberíamos subir a ver qué ocurre. Aunque no te fíes Abie, quizá la estrategia sea esa: que nos relajemos esperando una trampa predecible y nos follen por otro lado. Aconsejo cautela.

- Tiradas (1)

Notas de juego

jodó que pedazo de tirada! Poco más y encuentro el Santo Grial xDDDD

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08/08/2013, 15:49
Narradora
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Hay marcos de cuadro rotos, tapices y estatuas bajo telas de diferentes tamaños aunque algo pesadas incluso las más pequeñas.

Nada más reseñable.

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08/08/2013, 16:45
Jennyfer Harrison

Aprieto los dientes molesta al escuchar el chirrido de la puerta. Ese tipo de sonidos siempre hacían que se me pusiesen los pelos de punta. Al entrar, arrugo la nariz al notar el aire condensado, y carraspeo la garganta. Me siento un poco incómoda allí: no me gustan los sitios cerrados, ni los trastos almacenados ni las cosas viejas. Vamos, un gustazo.

- Vuestro planteamiento es lógico - añado encogiéndome de hombros. Sin decir nada más, empiezo a buscar lo que se suponga que tenemos que encontrarnos. Hace rato que este jueguecito me está cansando. Por desgracia, no veo nada. Me masajeo la sien con las manos, intentando concentrarme. El dolor de cabeza está empezando a ser crónico, estoy cansada y empiezo a notar ligeros indicios de hambre y sed. - Una maravilla Jenny, lo tuyo es estar preparada y lo demás tonterías

- Tiradas (1)

Notas de juego

Vaya tirada de mierda xDDDD

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08/08/2013, 17:58
Irina Kazkov

Pruebo una, pruebo dos, pruebo tres... pruebo treinta... pruebo cuarenta y cinco... pruebo sesenta y cuatro llaves y al fin consigo abrir la puerta. Otra persona a la décima llave ya hubiese estampado la cabeza contra la puerta para abrirla a cabezazos pero consigo mantener la calma y poco a poco fui descartando llaves. Una vez abro la puerta me encojo de hombros hacia mis compañeros y dibujo una media sonrisa:

- "Menos mal" que tenemos las llaves... -digo a modo de disculpa por la tardanza.

Entramos en la sala y no aparece escalera alguna por ninguna parte. escuchamos un repiqueteo, un goteo, un sonido así. Enfocamos hacia el lugar y vemos que gotea algo como sangre del techo.

- Oh, vaya, qué típico. Sangre para que nos entre el miedo -no lo digo, pero el efecto consigue el resultado deseado. Me aterra pensar que arriba pueda haber el cadáver de alguno de mis otros compañeros sobre la trampilla y que una vez abramos caiga sobre nosotros y... y...la sangre... tan espesa, tan carmesí, tan... gráfica... No lo soporto. Tampoco puedo comentar todo esto en voz alta, pues les pondría nerviosos y ahora mismo vamos bien. Con miedo, poco a poco, pero vamos bien. Cada vez queda menos. Asiento tras las palabras de mis compañeros- Todo el castillo es una trampa, cada paso que damos es una trampa, da igual en qué dirección vayamos; nos comeremos una trampa sí o sí. Mirándolo por el lado bueno, es una preocupación menos en la que pensar. Pensemos ahora en si la trampilla tiene tirador y subamos.

Señalo la trampilla y miro a Gabriel.

- Como buen caballero que eres, debes de demostrarlo. A ver si consigues hacer que baje la escalerilla -no se lo digo por otra cosa más que porque parece el más alto de todos nosotros.

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08/08/2013, 18:08
Irina Kazkov
Sólo para el director

Notas de juego

¿Quieres que haga alguna tirada para ver si aguanta bien la visión de la sangre o es poca cosa y lo puede aguantar bien?

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08/08/2013, 18:13
Sir Gabriel McTavish

Notas de juego

llego? si no posteo que aúpo a alguna voluntaria ^^

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08/08/2013, 18:50
Director

Notas de juego

De momento no hace falta que tires XD. Posiblemente en un par de posts o... en el siguiente casi, tengas que tirar XD

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08/08/2013, 18:51
Director
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Notas de juego

No llegas. Pero es buena idea lo de aupar a una de ellas. Así sí que llegais a tirar de la trampilla.

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08/08/2013, 18:55
Irina Kazkov
Sólo para el director

Notas de juego

T_T eso me acojona, a saber qué nos espera xD

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08/08/2013, 20:58
Sir Gabriel McTavish

Observé la trampilla que me indicaba Irina con una ceja alzada. -Tu lo has dicho bien Irina, soy un caballero y lo haría encantado. -Y más después de jugármela en aquel sofá. -Pero con el título no venían unos brazos o piernas extensibles. No llego ahí arriba. -me coloqué cerca de la trampilla para que viera que era físicamente imposible.

-Pero si quieres yo te aupo encantado de la vida para que puedas abrirla tu. -Alguien tendría que hacerlo si queríamos ver qué había ahí arriba. Y no sería yo pues dudaba de que alguna de las presentes pudiese levantarme a mi.

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08/08/2013, 22:58
Crono

Lo bueno, y a la vez lo malo de la vida es el tiempo.

Crono corría.

Los pulmones del chaval casi no podían más, y sólo la adrenalina le empujaba a seguir corriendo, al menos, en las situaciones extremas, el cuerpo sabe comportarse y da lo mejor de sí mismo. La bestia que Temp había tratado de tranqulizar seguía tras ellos, mas parecía que cada vez estaba más lejos. Los pasillos oscuros podrían confundir sus percepciones, pero el sonido de las cadenas arrastrándose era sensiblemente más lejano. Habían ganado un tiempo precioso para lograr su objetivo, para conseguir lo que habían ido a buscar ahí abajo. Tan sólo les tenía que acompañar la suerte un momento. Tan sólo eso.

Y entonces, en el fondo del camino, un lucero guió sus pasos. Quizá si se hubiera parado a pensar en si era buena idea seguir un fuego fatuo hubiera decidido otra acción, pero con una mole persiguiéndoles por la espalda, darse la vuelta no era lo que más le agradaba. Una hilera de celdas iba surgiendo a sus lados, restos destrozados de un pasado oscuro, celdas repletas de osamentas y desperdicios. ¿Cuantos siglos habrían pasado aquellos restos sin que ningún rayo de luz los iluminara?¿Sin que los ojos de ninguna persona se posaran en ellos y desvelaran su verdad? Muchos... sin duda.

Mas la enigmática luz seguía guiando sus pasos, allí, de frente, incitándoles a alcanzarla.

Y no quedaba más remedio.

De una manera que no alcanzaba a comprender, esa luz le daba fuerzas, le daba esperanza. De una manera demasiado especial para que el chiquillo la entendiera, esa luz incluso llegaba a tranquilizarle, pues le recordaba a la luz que había surgido tras Nick cuando las armaduras atacaron. Si habían venido buscando a Gawain, y esa luz era él, quizá pudieran salir de ese lío. Pero la bestia seguía persiguiéndoles por la espalda, nunca olvidemos ese detalle.

Y... en efecto, aquella luminaria les indicaba el camino hacia el cadáver del caballero. Mas otra inesperada sorpresa azotó las mentes de los presentes. Su cuerpo, lejos de estar descompuesto, ajado e incluso carcomido por los años, lejos de ser los restos óseos de un cuerpo antes atlético y atractivo, era precísamente eso, el cuerpo. Si él mismo no les hubiera contado su historia, pensaría que alguien estaba durmiendo allí, que alguien había sido atrapado recientemente. 

Pero no, el escepticismo ya estaba muy lejos de la mente de Crono, a pesar de sus estudios prácticos, aquel castillo le había enseñado a creer en lo inexplicable, pues más le valía para poder sobrevivir. Así que no se preguntó nada más, y símplemente valoró la manera de poder sacarlo de allí, pues no en vano era ese el objetivo de su descenso a aquel infierno.

Pero no iba a ser tan sencillo. El caballero tenía aún dos barreras que le separaban de una posible libertad. Una, la puerta cerrada a cal y canto. Dos, las cadenas que ataban su cuerpo a aquella oscura celda. Tan sólo alguien con las dos llaves necesarias podría sacarle de allí. Quizá se habían pasado algo por alto... quizá el propio monstruo las guardara... quizá...

Tic tac tic tac...

El sonido de su reloj de bolsillo se hizo extremadamente evidente para los oídos de Crono, mientras tenía esa extraña sensación... como que casi el tiempo a su alrededor se detenía, aunque evidentemente no era así.

Echó una ojeada atrás, y resopló un segundo mientras echaba mano al bolsillo... izquierdo. No, no era a su reloj.

Sí, allí estaban.



El tiempo es el reloj de la vida.

Tan sólo una bombilla casi al borde de su vida iluminaba la habitación dónde el pequeño Crono trabajaba con su mejor amigo. Estaba en el sótano de su casa, sobre una mesa casi devastada por el paso de los años cuyas patas crujían si se colocaba un peso moderado sobre ella, con una luz pobre, que casi obligaba al pequeño a dejarse los ojos en su tarea y con su compañero abierto en canal ante él. El entorno era perfecto y permitía a Crono una concentración absoluta en su tarea, permitía que sus manos se movieran raudas y precisas, permitía que la reparación del reloj fuera exitosa.

Era de noche, y por la única ventana alta del sótano, que daba al suelo de la calle se podía ver como la luz de la luna brillaba en las salpicaduras de las gotas de agua que caían del cielo. Estaba lloviendo, y el rítmico sonido de chapoteo le relajaba mientras se concentraba, era como una melodía de fondo mientras trabajaba, una banda sonora para su divertimento. Algún trueno ocasional rompía el monocorde sonido del agua, dando el contrapunto perfecto para la sinfonía celeste. Era el único sonido que había a su casa, exceptuando el zumbido intermitente de la esfera de luz que pendía sobre su cabeza. Su madre había marchado ese fin de semana, y le tocaba dormir sólo. Todavía era viernes, de hecho. Por suerte, no le daba miedo.

Su reloj estaba ante él, desnudo, desmantelado. Varias piezas estaban a un lado, fuera de su piel dorada y Crono se afanaba en volver a colocar todo en su sitio. Con sus ágiles manos, cada engranaje, cada cadena, varilla y filamento era posicionado con mimo y destreza de cirujano, permitiendo que el clásico tic tac del reloj volviera a sonar en poco tiempo. Con sus pinzas, lupa... con sus herramientas en general era un verdadero maestro, a pesar de no contar con más de dieciséis años. Veía los engranajes del reloj como algo familiar, natural, algo que podría reconocer en cualquier lugar... de hecho, en ocasiones sentía que no le hacía falta mirar para repararlo. Era como pasear por una calle por la que pasas todos los días, como recordar la mirada de alguien a quien echas de menos. Algo inconsciente, natural. 

Intuitivo.

Tan sólo una pieza quedaba para terminar la reparación. Un último engranaje que completaría el mecanismo y su querido compañero volvería a hablarle. Pero aquella precisión de Crono falló completamente. Su cuerpo dio un espasmo y las pequeñas pinzas con las que estaba trabajando saltaron de sus manos, haciendo rodar por el suelo la minúscula rueda de metal.

¿Por qué? ¿Qué había pasado?

La puerta del sótano se había cerrado sola, dando un tremendo portazo y asustando al joven chaval. Miró a su alrededor... estaba solo. Bueno, acompañado por su aún desnudo reloj. El mayor problema residía no en el hecho de que la puerta se hubiera cerrado, sino que no tuviera la llave. Enfrascado en su labor, concentrado en reparar el reloj había olvidado bajarse la llave del sótano, y ahora se encontraba en mitad de la noche, sólo en casa, y encerrado bajo tierra. Qué ingredientes más perfectos.

Tras el susto y el pánico inicial, que no lo pudo negar nadie, recuperó el aliento y comenzó a pensar con claridad. Conocía el mecanismo de un cerrojo, no era la primera vez que se interesaba en él, y que examinaba por dentro los artilugios de su casa. Bien, tenía luz suficiente, o al menos mientras aquella bombilla aguantara, y tenía herramientas. Sus útiles de trabajo con el reloj tenían el tamaño perfecto para entrar en la cerradura, e incluso sus pequeñas lentes le podían ayudar en su trabajo para ver mucho más de cerca la tarea. 

Así que, tras calmar su corazón, terminó de colocar aquella escurridiza rueda que había escapado de su posición justo cuando la puerta se había cerrado, pues no iba a dejar a su compañero sin terminar de reparar; primero lo importante, y luego ya vendría salir de allí. Una vez acabado lo prioritario, se arrodilló delante de la cerradura, y no paró de intentarlo hasta que no consiguió escuchar ese click característico que indica que el mecanismo ha cedido y que la puerta está abierta.

Quizá fueron minutos, aunque yo diría que se pasó horas allí, tres o cuatro, dejandose la vista y el oído, tratando de encontrar la manera de abrir la puerta. Pero Crono tenía esa facultad fantástica de abstraerse de la realidad cuando estaba trabajando, o entretenido. Tan sólo estaba él, sus manos, y la melodía de fondo que le acompañaba:

...el goteo incesante de la lluvia, y el zumbido de la pobre bombilla.



El zumbido de las cadenas y el goteo incesante de la sangre era lo único que podía escuchar Crono en aquel momento.

Como himnotizado se detuvo lentamente y echó la vista atrás. Si ese ser seguía detrás de ellos, al menos no podía verle. Estaba seguro que podría hacerlo, ¿huir de nuevo? No. Era el momento de tratar de salvar a los demás. No era bueno en nada, en absolutamente nada, salvo quizá en eso. Si podía ayudar a sus compañeros, y a si mismo abriendo esa puerta, abriendo las cadenas que aprisionaban a Gawain, lo haría. Dejó caer la antorcha al suelo y se arrodilló frente a la cerradura mientras de su bolsillo iba saliendo aquella funda que antes había cogido por si le sucedía algo a su reloj.

Esas cerraduras eran mucho más sencillas que las actuales, muchos menos pesos, menos intrincadas. Suponía que sería fácil, y que podrían sacar el cuerpo de allí antes siquiera de que el ser les alcanzara.

No sabía qué habían hecho los otros, en aquellos momentos Crono era uno con la concentración. Le pareció verlos correr... quizá eso fuera un problema, más que nada porque no creía ser capaz de cargar con el cuerpo. Pero aún así continuó su tarea. Quizá el cuerpo se liberara "mágicamente" quizá aquella luz espantara a la criatura, quizá...

Sus manos empezaron a moverse solas, ignorando la cadena de pensamientos que se arremolinaban en la mente del chiquillo.

Tan sólo alguien estaba seguro con él, incondicional, siempre a su lado.

Y siempre con la misma melodía.

Tic tac tic tac

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09/08/2013, 01:14
Jennyfer Harrison

- Está bien, súbeme a mi - digo rápidamente acercándome hacia Gabriel. No es hasta que llego a su altura y miro la trampilla cuando pienso que, quizá, me he precipitado demasiado. - Bueno, alguien tiene que hacerlo Jenny - pienso. Miro a los presentes dudosa durante unos segundos. Al final, me vuelvo hacia Gabriel. - ¿Te agachas y me coges o tengo que saltar? - pregunto impaciente. Si vamos a hacer esto quiero hacerlo ya, no vaya a cambiar de idea.