Partida Rol por web

-Señor Grii, no hay cofre alguno que pueda albergar el oro suficiente que pueda pagar lo que yo les ofrezco. Si esta solo interesado en el oro, puedo omitir los salvoconductos y ofrecerle mas monedas; entienda usted que para que las cosas les sean fáciles he de convencer con oro a algunas autoridades importantes de que postura de perdón hacia ustedes es la correcta.
Sin embargo, entiendo que se sienta defraudado por la reducida cantidad, para facilitarles las cosas les daré quince monedas oro a cada uno ahora mismo y 30 mas tras completar la misión que les he solicitado.- Culminó el duque en respuesta a las exigencias de Grii y de inmediato volteo su mirada hacia el caballero bretoniano quien formulaba interesantes preguntas.

-Como les indiqué antes, mis fuentes no son certeras y desconozco muchos detalles, a la par, la información no fluye tan rápido como uno esperaría a trabes de los amplios caminos del imperio. Lo que puedo asegurarle es que nada se me ha informado de presencia alguna de fuerzas oscuras e incluso dada la ubicación de su objetivo lo dudaría mucho. Claro esta que nada sabemos aun de las circunstancias de la muerte del sabio Haldir; pero no se preocupen tanto pos peligros oscuros, lo que debe importarles ahora son las cosas que saben a ciencia cierta. Se adentraran a un bosque antiguo en el que su guardián, un elfo muy viejo ha muerto y quizá allá sido asesinado.- Puntualizó al tiempo que estiraba un poco las manos en señal de cansancio.

-Hay algo mas que deseen saber antes de que demos por concluida nuestra reunión? Presupongo todos están dispuestos a aceptar la misión no es así?-

Creo que está todo aclarado Duque Domenor - Digo negando con la cabeza - Mañana comenzaremos los preparativos para el viaje y partiremos lo antes posible. Por mi parte tan solo agradecerle el hecho de darnos la posibilidad de limpiar nuestro honor, el de la llama súbdita y el del mismísimo Dorn.

Dando un par de pasos hacia el Duque Con respecto a los pertrechos necesarios ¿Cómo lo hacemos? ¿supongo que en todas las tiendas le conoceran, pero quiere que vayamos a alguna en particular? ¿pagamos nosotros del adelanto que nos de y, luego cuando volvamos ya lo añadimos al resto?

Lo cierto es que, si por mi fuera, partiríamos lo antes posible, pero entendía que debían de prepararse bien para esa misiòn, pues no sabían realmente a lo que se enfrentarían.

Oh, yo soy la bella Arianne y Resha es la bellísima Resha... cuanto peloteo... pienso para mí, mientras sigo mirando alrededor y esperando a que se dirima la conversación sobre los dineros que tan poco útiles me resultan, y que no estoy del todo segura que recuerde cómo manejar. Pero lo de los salvoconductos, perdones y demás... bueno, esa parte sí resulta interesante, así que sigo con el oido atento a toda ella. Así que mientras el noble se dedica a dar por terminada la reunión, me voy acercando poco a poco a mi compañera y, con un gesto inocente, me inclino hacia un lado consiguiendo que mi boca esté a la altura de su oido y le susurro.

-¿Te apetece que nos vayamos de compras? -Y luego vuelvo a alzarme a mi posición un poco más alla, como si nada hubiese sucedido, y doy un paseo con mi mirada en el resto de direcciones, antes de mirar a Resha de reojo y sonreir quedamente.

El bretoniano se quedó unos momentos pensativo a lo que dijo el duque, para, finalmente, asentir y confirmar así su disposición a aceptar la misión. Aunque era pequeña, la posibilidad de hacer frente a fuerzas oscuras era más que suficiente para él. Además, estaba seguro de que las mujeres aceptarían y su honor de caballero le impulsaba a unirse para tratar de evitar que corrieran peligros innecesarios.

Él también pensó en la necesidad de comprar algunas cosas, aunque fueran víveres para el viaje o algo así. Espero a que los demás hablaran primero antes de hacer nada.

Resha había cerrado los ojos con cierto aire de resignación ante el obligatorio y  descarado halago escuchando paciente las siguientes respuestas a los requerimientos del grupo.

-¿Te apetece que nos vayamos de compras?

La voz de Arianne era dulce, queda y melodiosa, su aliento le rozaba la piel de la cercanía que había tomado para hablar.

-Me apetece-respondió la humana con una sonrisa divertida, se inclinó ligeramente hacia la elfa, ahuecándose la melena dorada que caía en cascada a lo largo de su espalda-recuerda coger algo que haga juego con tus ojos...-enarcó las cejas un instante  ante el sarcasmo que destilaba su voz .

Gurnik se pone a hacer aspavientos con los brazos y a dar saltitos de alegría al oír a Resha y Arianne a las que sonriendo les dice.

¿Puedo ir con vosotras chicas? Mujeres... siempre pensando en ropa y bisuteria...

Después de negar con la cabeza se gira hacia los demás.

En cuanto a lo otro me parece bien, vamos a donde está el cadáver putrefacto del elfo, lo traemos y limpiaremos el nombre de Dorn y el de toda la Llama Súbita, yo acepto!!!

El duque miró fijamente a ambos elfos y sonriente negó con la cabeza en respuesta a sus intenciones –no hace falta que vayan a ningún lado- aclaró.

-Ahora mismo despachare a algunos de mis sirvientes para que se hagan con todos los suministros racionalmente necesarios para su aventura. A la par agregare una moneda de oro al pago por adelantado de cada uno para que puedan solventar los gastos del viaje.- Concluyo el duque Domenor dejando la copa aun lado en señal de que por su parte daba todo por concluido.

-Esta noche si les parece bien, descansaran aquí; he asignado ya dormitorios para todos. Si me disculpan, me gustaría dar por hoy concluida nuestra reunión. Los suministros les serán entregados mañana temprano para que partan en cuanto lo deseen, en ese mismo momento se les entregará su pago inicial.- El duque tranquilamente espero la respuesta de sus visitantes dando por hecho que todos habían aceptado la misión y que las dudas habían sido solventadas.

Escuchando las palabras del enano el duque Domenor abrió los ojos con una clara expresión pensativa y no solo no se ofendió por el comentario sino que formulo un comentario por demás extraño –realmente dudo que el cadáver este putrefacto-, sus palabras claramente formuladas para si mismo en apariencia no reflejaban luz alguna sobre a que se había querido referir con aquel comentario.

Resha arrugó la nariz con media sonrisa acerada, al enano se le escapaban las sutiles connotaciones entre Arianne y ella.

-...-alzó la barbilla ligeramente, dirigiéndola al noble y sacudió la cabeza- ¿nos acompañan a los dormitorios? ¿se nos despertará mañana?

El enano empezo a echar calculo -quience monedas para gastos ahora y otras treinta mas para cuando regresemos con el elfo, maldita sea un elfo tenia que ser, no podía ser un halfling o algo así, casi hasta preferiría un hombre bestia de esos -cuando termino de hablar asintió con la cabeza -Iremos, esas quince coronas ahora y las otras treinta a la vuelta es suficiente, ademas limpiar el nombre de Dorn es lo mas importante -hombre de pocas palabras, sin pausa tomo su reloj entre las manos y consulto la hora.

Al escuchar a Gurnik sus ojos se abrieron -Nunca se en que piensa este enano ir a comprar con mujeres humanas -volvió a beber el vino de su anfitrión mientras pensaba -ese bosque según no ha comentado tiene un templo

-Duquee.. -alargo la palabras para llamar su atención -ese elfo llamado Haldir vivía en el bosque, donde hay un templo ¿ podrían tener relación? y en caso afirmativo -se meso la barba mientras dejaba la mirada perdida en el horizonte -¿que relación tiene? -los enano no eran grandes oradores tan y siempre iban al grano algunos humanos los consideraban mal educados por esta razón pero por contra lo enanos piensan que los humanos son unos charlatanes

De nuevo, el duque parecía haber previsto bastante las necesidades de sus invitados para el trabajo que les había encargado. Eso les facilitaba las cosas mucho y les permitiría poder tanto descansar como partir lo antes posible.

Los otros fueron haciendo alguna pregunta más, pero para Gerald, por el momento, no era necesaria pregunta alguna más. Sólo le quedaba retirarse, cuando fuera posible. Es decir, cuando también se retiraran todos los demás.

Especialmente las damas.

Observo con una ceja alzada a Gurnik después de la respuesta muy acertada de mi compañera, dudando ahora después de tanto tiempo sin vernos de si el pobre enano era así de tonto cuando nos conocimos antaño, o se ha dado unos cuantos cabezazos de más en este tiempo y se le ha ido el cerebro con los golpes. Pero será mejor, por su bien, dejarlo pasar, o voy a seguir añadiéndole flechas a la colección. Y aunque apenas fuese ayer cuando estábamos en el mismo equipo, no soporto a quienes se comportan de tal manera como para ganarse una de mis flechas. O quizá es que no soporto cómo se comportan por lo que les otorgo una, que es ligeramente distinto. Negando con la cabeza, me dirijo hacia la puerta con la despedida del duque, pero me detengo un instante y me giro de medio lado al escuchar las palabras de Grii. ¿En serio está preguntando si el elfo guardián del templo del bosque... tiene relación con el templo del bosque? Grii, ¿tanto has bebido como para no escuchar las palabras del humano, o has olido demasiados metales pesados mientras trabajabas en tus inventos que te pierdes en las conversaciones? pienso para mí, antes de acercarme aún más a la puerta, dispuesta a recuperar mi arco y mi instrumento cuanto antes, y afinar las muchas cuerdas considerando toda la conversación.

El duque Domenor se limitó a sonreír en un principio para  unos momentos responder a lo que el enano Grim preguntaba. –Discúlpame si no me he explicado bien señor enano. El elfo Haldir vive justamente en dicho templo, allí es donde fungía su función como guardián del templo del bosque.-
-Por otro lado- continuó el duque cambiando radicalmente de tema y respondiendo a la duda de Resha –en cuanto yo me retire uno de mis sirvientes los escoltará a sus habitaciones. Los he agrupado a todos en habitaciones vecinas a fin de que estén comunicados de llegar a necesitarlo. En cuanto a que los despierten por la mañana, no creí que fuera necesario pero si así lo desean, pueden indicarle al sirviente que los despierte a la hora que deseen y este lo hará sin falta alguna-.
Y con ello el duque dio por terminada la reunión despidiéndose de todos formalmente –Me marcho entonces señores, espero que su estancia aquí se placentera y que esto sea el inicio de una fructífera relación de negocios.- y con estas palabras el duque se marcho dejando atrás a los 8 aventureros en aquella gran sala.

No pasaron muchos segundos antes de que un sirviente apareciera por la puerta saludándolos con suma cortesía –Mi nombre es Jaime, yo estaré a sus servicios durante su estancia. Si me acompañan por favor, les indicaré donde quedan sus habitaciones-.
Aquel sirviente robusto y de tez morena los llevó de nuevo por los adentros de la torre.
Vlad por su parte, quien había permanecido indiferente y poco interesado en todo momento a lo que el duque explicaba, se notaba ahora distante y mas silencioso que de costumbre, e incluso con cierto aire pensativo, marchaba detrás de todos sumido en un halo de misterio.
De nuevo, todos tuvieron la cesación de que aquel lugar era más grande de lo que realmente parecía ser. Bajando unas amplias escaleras de caracol el grupo llego a una cámara circular rodeada por puertas que daban al parecer a distintas habitaciones, doce en total.
El lugar era más oscuro que el resto de la torre y era iluminado por solo dos débiles quinqués que no ayudaban mucho. A la par el lugar era muy frío y húmedo lo que lo hacia hasta ahora poco cómodo.
El sirviente por su parte, moviéndose con suma tranquilidad y comodidad les indicó a cada uno de ellos, cual era su habitación saltándose incluso algunas tal como si previamente hubieran designado una a cada uno.
Cada una de las habitaciones, aunque pequeñas, estaban equipadas con todo lo necesario para que los aventureros pasaran una noche cómoda. Una amplia cama, un baúl para guardar sus cosas, un pequeño tocador con espejo, un pequeño ropero y algo de ropa de cama.
-Si no necesitan nada mas paso ahora a retirarme. El baño se encuentra justo en la puerta que pasamos antes de entrar a esta cámara. Si me necesitan solo toquen la campana y vendré de inmediato- indicó el sirviente señalando una pequeña campana cerca de uno de los quinqués.

El duque terminó de despedirles con las última explicaciones y las indicaciones sobre el sirviente que ahora les acompañaría a las habitaciones, para luego disponerse a retirarse. El bretoniano inclinó la cabeza respetuosamente para despedirse del noble, diciendo:

- Muy agradecidos, monsieur Domenor.

Enseguida apareciendo el aludido sirviente, indicándoles que les acompañara, cosa que el caballero hizo sin dudar. Nuevamente recorrieron aquellos pasillos del castillo, bajando primero la torre y acabando en la zona de habitaciones, bastante oscuro, húmedo y frío. Esa cámara no era nada agradable, aunque era normal que pasaran cosas así en los castillos. La habitación que Jaime le mostró era cómoda, lo suficiente para unos aventureros, y bastaba para él. Como novel, sabía que era raro tener verdaderos lujos de noble.

- Yo sí necesito algo, Jaime, si es posible - le indicó al sirviente -. Quisiera bajar a las caballerizas a ver a mi montura y ocuparme de ella un momento. ¿Sería posible que, mientras, me preparan un baño caliente?

Sí, Gerard también era un noble, todos lo sabemos. Pero no era idiota ni un creído: estaba en el castillo de un duque, en otro país y, por lo tanto, sus sirvientes no estarían obligados a concederle sus caprichos. Por eso empleó ese tono agradable al realizar la petición.

Tras despedirme del duque, sigo a Jaime a través de la mansión, admirando la estructura y pregutándome si solo será un efecto óptico o si realmente la mansión tiene algún encantamiento para que confunda a aquellos que entran sin ser invitados.

Al llegar a mi habitación, hago una leve inclinación de cabeza Muchas gracias por todo Jaime. Ahora, si me disculpaís, me retiro a descansar, a ver si podemos partir mañana mismo.

Despidéndome del resto, cierro la puerta de mi habitación.

Una vez en mi habitación, enciendo una vela y la dejo la mesita. A continuación, me dirijo hacia mis cosas y, tras rebuscar unos minutos, saco un par de tomos que dejo junto a la vela, en la mesa.

Luego, me acerco la silla y busco con la mirada algo que beber me voy desnudando y poniéndome la ropa de noche.

Una vez preparado, me paso un par de horas leyendo los libros de magia e historia. Agotado ya, apago la vela y me voy a la cama.

Y por fin, nos despide. Con el encargo supuestamente pactado -y pocas posibilidades de hacer otra cosa-, escogiendo lo que supone mejor para nosotros y mandándonos a una de sus habitaciones, aunque pudiésemos preferir otra cosa. Que no sería yo la que le dijese que no a la comodidad de un buen lecho junto a un árbol, pero estoy segura de que nada parecido tendrán por aquí, alegando que son más civilizados. Niego con la cabeza para mí misma, sumida en mis pensamientos, antes de seguir al humano al que le han encargado que nos guíe, y me mantengo en silencio hasta llegar a las habitaciones, donde lo primero que hago es entrar para coger mi instrumento. Y ya con él en la mano, camino hasta la puerta que me han encomendado, y me quedo observando al resto. Hacía tiempo que no los veía, y aunque algunas relaciones permanecen, esta vez no vamos a ser un grupo tan numeroso como para no tener que conocerlos los unos a los otros suficientemente bien como para actuar... y si hay algo que no detesto, es saber. Así que antes de que se vaya, le dirijo una mirada al criado.

-¿Ha dejado tu maestro algún comunicado sobre enclaustramiento, o tenemos carta blanca para movernos a placer? -Inconscientemente, llevo las manos a las cuerdas, aun sin tocar nada, por el mero hecho de relajarme con la tensión en que se encuentran.

Mientras la mayoría continuaba aun en la cámara principal, el alto elfo y el enano de Norsca se habían marchado ya a sus habitaciones para descansar. A la mañana siguiente les esperaba un largo viaje en el que los contratiempos podrían no hacerse esperar por lo que el descanso siempre era bien recibido.

-Me encargare de que alguien lo acompañe a las caballerizas aunque le aseguro que su corcel esta en buenas manos. El baño ya esta preparado, el duque estimo que algunos podrían desear tomar un baño tras el largo viaje por lo que lo hemos preparado con anticipación.- detallo el sirviente Jaime a Gerard y el resto.
-Mi señor me ha indicado que si desean algo en especial nosotros les sirvamos y si desean ir algún lugar dentro de los muros, sean acompañados. El duque les pide disculpen las medidas de seguridad y espera no se sientan incómodos. Fuera de eso tienen completa libertad de hacer lo que les plazca.- explico el sirviente sin hacer mucha alusión a la pregunta concreta de la elfa Arianne.
-Algo mas en lo que puedas servirles?-

El enano termino la copa de vino que tenia en su mano, antes de que el noble se marchara, con un leve movimiento de cabeza en dirección al suelo, sin llegar a ser una reverencia se despidió del noble -Hasta pronto -fue respetuoso sin ser en exceso aunque les diera su palabra de que haría lo posible por limpiar sus nombres seguía siendo el hombre que arruino el nombre de Dorn.

Cuando Jaime les guió por aquella torre -mmm -Algo raro pasa en esta torre las proporciones externas no parecen encajar con las dimensiones internar -en ese momento frunció el ceño y de un codazo al alto elfo a la altura de la cadera lo miro -mmmm -hizo un par de gestos con la mano puso las manos muy juntas y luego las separo, una clara indicación a que aquella torre tenia algo extraño -¿magia? -según caminaba iba contando los pasos que daba -uno dos .... cincuenta y siete -si veía una ventana miraba al exterior para situarse.

Cuando Jaime le indico cual era su habitación dos cosas pregunto primera -Todos estamos en esta hilera de habitaciones? -luego continuo con la segunda -¿hay alguna biblioteca? -el baño le esperaba y la compañía de un buen libro de algún tema interesante siempre era bien recibida