Partida Rol por web

El cetro de la Ola de Frío I (La muerte de Haldir)

E1.- El guardián del bosque de Althern I

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13/12/2012, 21:07
Gurnik Revientacraneos

Notas de juego

Gurnik sonríe mostrando su dentadura a la que le faltan varias piezas debido a las peleas, escupe a los pies del mendigo elfo y comienza a darse la vuelta, pero de repente se detiene y antes de marcharse a por otra cerveza vuelve a gruñir y a amenazar a Angran con su puño para después volver a la mesa riendose a carcajadas

 

Gurnik lleva un buen rato sentado bebiendo cerveza y callado, viendo que no hay pelea de taberna optó por su segundo hobby, beber cerveza (aunque sigue queriendo una pelea de buen rollito con sus coleguitas)

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13/12/2012, 22:38
Sir Gerard LeBlanc

Menos mal. Por fin uno de los enanos reaccionaba y apelaba al pasado del grupo para calmar las cosas, gracias en parte al buen tacto de Aenalor. Menos mal, la situación podía haberse puesto demasiado fea y no hubiera querido tener que pelear con tantos sin una justificación honorable. Al menos, más honorable que el ser de mecha corta.

- ¿Puedo preguntaros algo? - dijo, una vez vió los ánimos calmados - ¿Quién era ese Dorn del que hablaís? ¿A qué os dedicabaís como grupo?

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13/12/2012, 23:48
Vlad

Vlad estuvo apunto de pararse al escuchar las palabras de Grii, quizá por inercia o quizá solo por molestar, salvo que al escuchar la sentencia final opto por no hacer sin embargo no se quedo callado.

-Siendo así señor limpia engranes, soy su hombre, ya he visto demasiado esa hacha en el pasado-. Y mientras escuchaba de mala gana las palabras del desagradable alto elfo, se topo con las palabras del joven caballero, del cual empezaba a tener una cierta sensación de asco también. Demasiado noble, demasiado limpio, demasiado débil.

Así tomando una de sus dagas miro fijamente al caballero y lanzo un fuerte golpe con su arma hacia una pera en la mesa perforándola por completo para enseguida llevársela a la mesa.

-Es que no te has enterado?, somos exiliados, nos dedicamos a matar jóvenes frescos, nobles y pubertos. Al ultimo lo quemamos vivo- Rió fuertemente Vlad al concluir con sus palabras solo para notar que al fondo de la habitación se hacia cada vez mas presente una voz.

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13/12/2012, 23:51
Director

Ante el desafío presentado y las intensas disputas, nadie se había percatado de la llegada de un sirviente de la torre que hacia momentos estaba intentando llamar su atención.
-Damas, Caballeros…- Exclamo ahora mas fuerte y mirando fijamente a Vlad dejando con esto en claro que había escuchado todo.
-Mi señor los atenderá ahora, si gustan acompañarme, los llevare a la sala de recepciones.-

Notas de juego

Todos: Por eso decía yo que no se sabotearan entre ustedes que ya yo haré lo propio.
Todos: Pos corto, mas que nada con el fin de darles oportunidad de reaccionar y no forzarlos en su interpretación al llevarlos en automático a la sala donde presuntamente se les espera.

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13/12/2012, 23:57
Aenalor

Dando un golpecito con las palmas de la mano sobre la mesa, recojo el bastón y me dispongo a levantarme

Luego te lo cuento Gerard, ahora no hagamos esperar a nuestro anfitrión. digo levantándome agradecido de no tener que decir nada a ese saco de harapos maloliente.

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14/12/2012, 00:08
Resha Leva

La kislevita dio un pequeño respingo peligrando la estabilidad del contenido de la copa.

Resopló por la nariz acercàndose a la mesa para dejar el vino. Ignorando la capa de pieles sobre la silla observó a los presentes reclamando silenciosamente que guardaran las maneras. Dio la espalda a los compañeros sin esconder una sonrisa de emoción contenida.
Siguió al sirviente envuelta en el repicar del bàculo contra el suelo haciendo ondear el vuelo de la túnica y el pelo dorado a su espalda.

Notas de juego

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14/12/2012, 00:14
Sir Gerard LeBlanc

La respuesta de Vlad no le gustó. Había... sarcasmo hiriente en esas palabras. Desde luego, el tipo no era simpático. Antes de que pudiera saber más sobre aquél variopinto grupo, un sirviente apareció y les convocó a reunirse con el noble que les había llamado. Por fin. Gerard se levnató educadamente, cogiendo una fruta para comer un poco antes, y luego se puso en camino con los demás.

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14/12/2012, 15:31
Aria (nne)

Niego con la cabeza, al ver que Gurnik en estos años ha perdido buena parte de su cabeza, seguramente por tanto golpe recibido en la misma, y no entiende que no me refiero a Resha sino a él. Aunque claro, la culpa no es suya, es de todas esas razas machistas, y el humano es un buen ejemplo de ello, que consideran que somos inferiores solo por no tener un cacho de carne entre las piernas colgando. Pero supongo que voy a tener que esperar a que salgamos de este lugar para enseñárselo, porque sigo opinando que traerme las armas a la reunión no suena como una gran idea.

-Vlad, no asustes al muchacho. -Niego con la cabeza, cogiendo una pieza de fruta más justo antes de que el emisario decida hablar de una vez, así que me pongo de pie dando un brinco desde el borde de la silla. Y mientras echamos a caminar, me acerco a Grii como quien no quiere la cosa, y le doy un suave codazo en el hombro, bajando el tono para que no resuene mucho. -Y... ¿qué es lo último que has inventado? -Hacía tiempo que no lo veía, y la curiosidad me corroe...

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14/12/2012, 17:07
Gurnik Revientacraneos

Humpf, Vlad ya empieza con sus tonterías, no obstante a mi los bretonianos y sus modales de señorita bien educada tampoco me gustan, espero que sepa hacer algo más que cabalgar.

Bien, pues vayamos, ya nos hemos saludado todos y estamos impacientes para saber por que nos ha traído aquí el conde. Además ya no queda cerveza.

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15/12/2012, 04:18
Director

El sirviente llevo a los 7 aventureros por los adentros de la torre, caminando por corredizos y subiendo por escaleras el grupo tubo la ligera impresión de que la torre era más grande de lo que parecía desde fuera. Se encontraban ahora en la tercera planta de la torre, el sirviente del conde los había llevado hasta lo que parecía ser una amplia sala que probablemente era donde el atendía a sus súbditos. El lugar tenía al fondo una gran silla que más bien parecía ser un trono de madera pues marcaba una clara desigualdad con el resto de los asientos en la sala, los cuales se ubicaban en los extremos de la pared a los costados y probablemente eran ocupados por otras autoridades y no por los visitantes en turno.

Una peculiar y bella mujer se encontraba en la habitación en aquel momento, sentada en el asiento que debería ocupar su anfitrión, daba la imagen de ser alguien importante o tan familiarizado con el lugar como para darse el lujo de cometer tal atrevimiento. Dicha mujer vestía una tunica blanca muy escotada  de tela algo delgada tal que se tornaba un tanto transparente para el curioso que agudizaba la vista, a la par llevaba encima una amplia capa blanca con fondo rojo con la que parecía jugar en aquel momento sin prestar atención al sirviente que anunciaba la llegada de los aventureros.

No fue hasta que el sirviente pidió a los siete aventureros que entraran en la habitación indicándoles que el conde llegaría en unos momentos, que aquella mujer súbitamente fijó su mirada en ellos pero con una naturalidad que dejaba en claro que para nada había estado distraída e incluso quizá esperaba a que ellos entraran.

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15/12/2012, 04:18
Ajah

Observándolos con detenimiento uno por uno y sin prestar atención alguna a lo que ellos llegasen a decir o hacer, aquella mujer se levantó de su asiento caminando en torno a los allí presentes como quien examina una mercancía que esta por comprar.

Dirigiéndose entonces hacia la puerta de la amplia sala, aquella mujer pasó a recargarse contra el marco. Y aún con su mirada fija en ellos les dirigió la palabra por primera vez.

-Un grupo muy interesante sin duda, versátil y capaz; pero, ¿será eso suficiente para enfrentar lo que el destino les tiene preparados? Cuando el momento llegue, sólo la unión entre ustedes podrá permitirles seguir adelante-.

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15/12/2012, 10:41
Sir Gerard LeBlanc

Gerard siguió al sirviente, como todos los demás, subiendo por la torre. Tuvo, efectivamente, la sensación de que la torre no parecía tan grande desde fuera, pero eso eran cosas que pasaban en muchos castillos, así que no le dió la mayor importancia.

Cuando llegaron a la sala de la tercera planta, al caballero le pareció como cualquier otra sala que un noble tuviera para recibir invitados. El único elemento discordante para él fue la mujer sentada en el asiento principal, el del señor de la casa. Ninguna dama bretoniana haría eso, lo tenía más que claro, por mucha familiaridad que tuviera, pues ellas conocían su lugar. Sin embargo, aquello era el Imperio, y el concepto de nobleza y honor de aquella nación siempre había dejado mucho que desear.

También hubo algo que le azotó un poco, y era la ropa de la mujer. Le parecía, como poco, inapropiada y, para disimular lo mejor que pudo el ardor de las mejillas propio de la juventud ante una visión así, tiró de la educación y se inclinó respetuosamente, diciendo:

- Madam...

Lo que ella dijo le pareció, como poco, algo extraño. ¿Destino? ¿La unión entre ellos? Pues no habían empezado con buen pie, la verdad.

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16/12/2012, 11:14
Resha Leva

Resha ascendió por la torre sujetándose la túnica y alzándola para que no rozara el suelo y no pisársela. Al entrar en la sala que les indicó el sirviente, Resha evaluó con detenimiento a la mujer y se preguntó cuánto duraría alguien así vestido  en su tierra. Apoyó la palma en el hombro de Aenalor , que había ido delante de ella y miró sobre su hombro cabeceando ante Arianne y se adentró un poco más en la sala. No convenía acaparar la entrada.

El sirviente indicó la próxima llegada de su anfitrión y la mujer pareció dar señal de vida y reconocer su existencia en la sala. No se presentó, solo se puso a contonear las caderas rodeándoles como un ave carroñera alrededor de un animal enfermo diciendo estupideces propias de alguien cuyos sentidos se encuentran alterados. Puso los ojos en blanco pero mantuvo el silencio, no la habían llamado para decirle a una mujerzuela de senos casi descubiertos que era una charlatana maleducada que en vez de presentarse o explicarles algo se ponía a decir idioteces vagas haciéndose la interesante.

Resha solo le dedicó una condescendiente caída de párpados que en una situación medianamente normal (y si la mujerzuela no se hubiera puesto a divagar) habría ido acompañada de un educado cabeceo a modo de saludo. El muchacho humano tuvo la decencia de  ruborizarse y hacer un torpe saludo.

Enternecedor... comentó con cierto sarcasmo para sí, divertida por como se desenvolvía el joven.

Escrutó con curiosidad las reacciones de los enanos esbozando una sonrisa ladeada a Gurnik, que aún tenía el brillo húmedo de la cerveza en la barba.

Si esa mujer tenía razón... debían de tener algo incluso mejor que un indulto para que esos enanos toleraran los rifirrafes hasta ahora.

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16/12/2012, 11:59
Angran

¿Por qué habría yo de limpiar el nombre de alguien que no conozco? ¿Porque me lo pides? No existe razón alguna por que deba hacer eso. Has osado amenazarme con tu hacha sin un porqué, no lo olvidaré.

Angran sintió con cierto alivio la llegada del sirviente: ahora le podrían explicar qué hacía allí con esa gente. Como no lo sabía, había decidido ignorar las preguntas de los enanos; por lo que había visto cualquier respuesta sólo provocaría otra pregunta, con una ofensa de propina. Mejor callar.

Al llegar a la "sala del trono" no se sorprendió en absoluto al ver  ala mujer allí; Angran supuso que era la esposa del señor o, si este era muy niño, su madre. Pero habiendo escuchado la historia sobre un hijo perdido de la boca (las bocazas) de los demás empezó a forjarse una idea sobre la posibilidad de que fuera la hija del noble, tal vez la heredera.

Destino, había dicho. Aquella palabra marcaba con fuerza...una misión peligrosa, a menudo mal recompensada, excepto en promesas.

Se avecina tormenta...

Notas de juego

Todos: Lo lamento, he estado algo enfermo.

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16/12/2012, 20:25
Aenalor

Un tanto aliviado por salir por fin del comedor hacia el encuentro de la persona que había forzado esta unión, camino por delante del grupo, con paso firme apoyando mi bastón a cada paso que doy.

Durante el trayecto, apenas siento curiosidad por las cosas que me rodean. Ya he visto muchas marvillas en Ulthuan y nunca los humanos han logrado llegar casi ni a parecerse, por lo que no mi mirada estaba puesta al frente, en el criado que guiaba nuestros pasos.

Una vez dentro, no me extraña ver a una mujer allí, al fin y al cabo los nobles suelen tener mujeres para que hagan diversos trabajos, pero sí que me extrañó las palabras que nos dirigió cuando se levantó y fue hacia el marco de la puerta

¿De qué hablaba esa mujer? ¿destino? ¿unión? parece que esa mujer no iba a ser una más de la casa, sino alguien relacionado con el motivo por el que estábamos allí.

Acercándome a ella, hago una leve inclinación de cabeza Le agradezco los consejos, aunque sería mejor si supiera quién es la persona que los lanza.

Girándome hacia el resto Solo sabemos que el conde nos ha buscado, y el destino nada tiene que ver en todo esto. Ya hemos luchado juntos en muchas batallas algunos de nosotros, así que no creo que sea necesario que nos digan cómo lo debemos de hacer. lo cierto es que la actitud de la mujer habia llegado a molestarme un poco, sobre todo por ese tono de superioridad que utilizaba.

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17/12/2012, 03:07
Ajah

-¿La persona que los lanza?- preguntó al vacío aquella mujer al tiempo que miraba con cierta curiosidad al alto elfo y se acercaba a él. –El destino tiene que ver en todo joven Aenalor, como hilos de tiempo que manipulan el danzar de una llama cual marioneta. Y esos hilos pueden pasar fácilmente a una pequeña flama controlada hasta un devastador infierno de fuego lleno de caos. El equilibrio es una clave importante en todo esto y en ti recaerá esa responsabilidad, por que tuya es la esencia d…-

-Ajah- Clamó la fuerte voz de un hombre que se escuchó tras la puerta, al parecer reprendiendo a la bella mujer, la cual parecía responder al nombre Ajah. Y acompañando de aquella voz un hombre surgió tras la puerta vestido de forma elegante; no parecía ser joven pues su rostro estaba impregnado de grandeza y sabiduría. No cabían dudas de que era un noble y muy posiblemente uno poderoso, puesto que el hombre bestia una larga túnica bellamente confeccionada y adornada con realces dorados y joyas de oro; y a menos que aquella torre silenciosa y fría estuviera plagada de nobles, el hombre que ahora les dirigía la palabra debería ser el mismísimo duque.

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17/12/2012, 03:08
Duque Domenor

-Deberán disculpar a Ajah, es algo traviesa e imaginativa, no hagan caso de sus palabras, le gusta mostrarse misteriosa con los desconocidos. Pero permítanme que me presente, soy el señor noble de esta casa, o torre si lo quieren ver así- formuló aquel hombre mostrando una amplia sonrisa, -Soy el duque Domenor, quizá me recuerden de años atrás,  yo he sido quien los ha mandado a llamar.-

El humano se había presentado con suma cordialidad y a pesar de que su rostro entrañaba gestos de dureza y cierta frialdad adquiridos probablemente con la edad, su expresión hasta ahora había sido claramente de amistad y confianza hacia ellos. Si aquel hombre tenia planeada algún tipo de venganza contra ellos lo escondía muy bien pues no trasmitía la más mínima sensación de rencor u odio.

-Me disculpo por haberlos hecho esperar tanto, los deberes de un noble en el imperio pueden llegar a ser demasiado molestos y engorrosos; disculpen también que les haya hecho viajar a prisa, consideré que la situación lo ameritaba y que estarían dispuesto a acudir pronto. Pero antes de entrar en detalles permítanme que relajemos esta tensión acumulada con un poco de buen vino.-

Tras sus palabras el duque hizo llamar a un sirviente quien esperando tras la puerta probablemente desde que el duque llegara, entró ahora con una bella jarra de extraña confección, sin duda digna de los nobles del imperio. Y mientras el sirviente servia vino proveniente de aquella jarra a cada uno de los aventureros en unas bellamente ornamentadas copas de plata, Domenor hablaba en susurros con Ajah quien se había recostado en su hombro izquierdo y jugueteaba con su túnica al tiempo que el duque le acariciaba lentamente el denso cabello.

Y conforme las copas acababan de llenarse, todos empezaron a notar que Ajah severamente enojado discutía en susurros con el conde quien al parecer le exigía se marchara de la sala. –No puedes estar aquí, así lo acordamos- se escucho decir al duque entre susurros.

Notas de juego

Todos: He de decir hasta este punto que he cometido un grave error narrativo en los primeros post de la trama, el hombre al que acuden es un duque como se puede leer en el prólogo y no un conde como he estado diciendo. Mis disculpas.

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17/12/2012, 14:09
Sir Gerard LeBlanc

A uno de los elfos no le gustó demasiado lo que le dijo la mujer, eso pudo notarlo Gerard. Y en parte estaba de acuerdo con él, ya que no creía que una mujer como esa (por no decir una mujer, que estaba procurando ser cauto) supiera de veras lo que era luchar.

De los otros no vió realmente sus reacciones, sólo que apenas se presentaron como él. ¿Falta de educación? Desde el punto de vista de su tierra natal, sin duda. Pero claro, ellos eran de otros países y de otras razas... Bueno, de momento agradecía el que parecía que nadie se hubiera dado cuenta de su sonrojo... Eso creía, claro.

Finalmente, sin esperarselo, llegó el conde, llamando inicialmente la atención a la dama y luego disculpándola. El bretoniano se inclinó de nuevo con respeto al verle aparecer, para luego analizarle. Severo y sabio era lo que más destacaría de él. Se estaba comportando con amabilidad y, desde luego, no parecía ser un noble imperial común. Es decir, que no era uno de esos a los que había que despreciar como bretoniano de buena cuna.

Al menos esa era su impresión.

Aceptó la copa, mientras esperaba a ver para qué les había convocado el conde, pasando por alto de manera educada su conversación con Lady Ajah. Sin embargo... ¿por qué le habían llamado a él? Es decir, comprendía, por lo poco que sabía, que llamaran a los excompañeros, más no tenía tan claro el por qué a él.

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17/12/2012, 16:13
Grii XI Melenarroja

La llegada del sirviente fue como un tila para el enano, le hizo calmarse. Cuando les invito a seguir le así lo hizo, paso a paso escalera a escalera se movió junto a sus compañeros, sus pensamientos fueron interrumpidos una agradable voz, Arianne, venia por su pequeña ración de inventos. Grii giro la cabeza mirando hacia arriba para encontrar la cara del al elfa, introdujo la mano en el bolsillo, de este salía una cadena plateado y al sacar la mano emergió y presiono reloj, la tapa estaba decorada con imágenes enanas, dos hachas entrelazadas y una jarra de cerveza al frente -Este reloj es de lo que más orgulloso estoy -presiono el botón y la tapa superior se abrió mostrando dos manecillas de oro en forma de hachas y terminadas den una minúscula piedra preciosa, un rubí y una esmeralda, los números formados por runas hechos de pequeños topacios, una autentica obra maestra de un auténtico joyero experto -el mecanismo interno es una maravilla -le acerco el reloj a la oreja donde escucho un suave -tic tac tic tac -con el mismo movimiento al andar se da cuerda a sí mismo, una autentica obra de ingeniería en miniatura -se notaba que estaba orgulloso de ese reloj, de hecho no paro de hablar todo el camino sobre de donde había sacado las piedras, al llegar a la sala concluyo -el próximo día te explico cómo hice los moldes..
Según entraron vio a aquella mujer sin duda muy atractiva y sus ropajes dejaban poco a la imaginación, frunció un poco el ceño -Una mujer muy provocativa, demasiado para mi gusto –pero simplemente se contuvo de decirle algunas palabras sobre su vestimenta, no sabía quién era esa mujer. A lo que no se contuvo fueron a las palabras del destino un buen ingeniero o un enano no creía en ese tipo de cosas el destino lo formas los actos no los actos los forja un dios superior -Destino, la escusa los débiles para justificar sus malas acciones, las acciones de u hombre son lo que marcan su destino –proclamo con un movimiento de su mazo describiendo una media luna, poco después entro el noble. Lo recordaba perfectamente un enano nunca olvida -Por tu culpa nos desterraron y se manchó el buen nombre de Dorn –sus pensamientos se reflejaban en su expresión pero decidió callar y beber para darle la oportunidad de explicar para que les había llamado. El vino tenis buen sabor pero seguía siendo demasiado suave pero un enano como él.

Ante la llegada de noble tan solo hizo una reverencia para indicar su posición, le escuchó con atención, hasta que comenzó a discutir con la “dama”. -Esperar más todavía como si no lo hubiéramos hecho ya –dijo con el ceño fruncido, en un susurro que solo sus compañeros oyeron, el noble distraído discutiendo con su acompañante, tal vez el enano estaba impaciente pero no le gustaba perder el tiempo y menos con un hombre que había hecho perder el honor a un enano al cual era fiel.

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18/12/2012, 20:45
Angran

¿Deberes? ¿Un noble humano? El único que yo sepa es la guerra.

Angran se extrañó mucho de que el noble se disculpase; no era usual (jamás había ocurrido) que un noble se disculpase ante Angran) solía ocurrir al revés, debido a alguna ofensa, real o imaginaria, que el elfo había cometido. El elfo tomó el vino, no desconfió ni por un momento de que estuviera envenenado. No, no sería así como moriría, no. Con palabras amables y reuniones secretas...algo muy ambicioso, y peligroso, se estaba fraguando en aquel lugar. Destino. Esperaba no cumplir el papel de la tumba anónima al borde del camino.

La mujer, el duque, la llama súbita, el bretoniano, los enanos...más tarde necesitaría meditar sobre todo lo que había ocurrido, y aún ocurría, en esa sala. En eso pensaba cuando vio el reloj del enano, con todas aquellas joyas que él decía que tenía...si se pudiera apropiar de ese reloj...podría emplear su riqueza mucho mejor que el codicioso enano. Dejó ese pensamiento para después, para un futuro.

las acciones de u hombre son lo que marcan su destino

Las acciones de los enanos provocan guerras.

No lo dijo, desde luego. Ya había visto lo bastante cerca ese hacha.

Hay vinos y vinos, éste es de los segundos -lo dijo por meter baza, amistosa, en la conversación con el noble, allanando el terreno para futuras preguntas.