Partida Rol por web

Aria ni se molestó en volver a replicar al Duque, castigo, reprimenda, lección, palabras humanas para un único concepto, venganza. Lo que estaba claro es que si quería moverse por el imperio para tratar de descubrir lo que realmente había ocurrida en Althern ocurría no quedaba otra que seguir las indicaciones dadas.

Así que si tocaba perseguir orcos fuera aunque creía que más partido le sacarían a la reunión con el criminal que lanzarse en una caza a ciegas.

En cuanto al precio por sus servicios dejaría que fueran otros los que lo fijaran siempre y cuando saliera de allí con una armadura completa de cuero limpia, una camisa de mallas, un escudo, cuerda y un caballo.

Ya había recibido las instrucciones que necesitaba, así que se recostó hacia atrás y comió un poco de fruta.

El duque ya nos había contestado casi todas las preguntas que como grupo habíamos realizado. Teníamos varios planes para conseguir la ayuda del bandido, unas mas honorables que otras pero al fin y al cabo teníamos un plan a seguir. Tendríamos que andarnos con pies de plomo, si al final no nos quedaba mas remedio que chantagearle con la información que el duque nos permitiera dar sobre Ajah. Solo quedaba la parte de nuestra remuneración y cuando tendríamos que partir.

- Por mi parte solo hay un par de cuestiones mas que tratar.¿Que datos podremos dar sobre Ajah?¿Como seremos recompensados? y solucionado esto. ¿Cuando partimos?.

Que tuviéramos que cargar con Fanel sería malo, pero no algo intolerable. Pero juntar a este con el carácter mostrado por Leopold, podría llegar a conseguirlo.   

La kislevita ya había planteado las cuestiones más relevantes sobre el asunto que tenían entre manos, así que Seiger se mantuvo en segundo plano, rumiando aún las palabras que aquel elfo había dicho sobre los criminales. A nadie parecía haberle importado aquel insulto, cosa que le extrañaba... ¿Acaso estaban acostumbrados a ser increpados por otros? El sigmarita no tenía las respuestas, y sabía que no las iba a conseguir ahora mismo, así que procuró tranquilizarse con algunos ejercicios de meditación ligeros. 

Sólo les faltaban las respuestas del duque para partir, aunque al menos a él aún no le había quedado clara cual de las dos opciones elegirían para dar con los pieles verdes. 

-Asi es Sir Gerard, se trata de la misma mujer, no tiene nada que ver con todo esto, diría incluso que a estas alturas seguramente tiene menos que ver con todo esto que la influencia que tienen ustedes mismos. Eso salvo que ella esconda secretos que quiera revelar, pero en eso estoy perdido, tan perdido como lo estoy con ustedes pues no se que secretos puedan ocultarme, lo único que me queda es confiar- Respondió de forma contundente y lógica a lo que el caballero bretoniano le preguntaba, solo para entonces poner atención a lo que lo que Resha expresaba.

-No demasiado, con dije, no me gustaría meterla en problemas. Si realmente es ella la persona a la que busca ese bandido, probablemente acabe tras ella en poco tiempo. Pero mentir demasiado podría ser letal. Lo que haremos será decir que alguno de ustedes tiene ciertas influencias conmigo, no especifiquen de que tipo o tendrán que dar mas explicaciones de las necesarias. Digan por ejemplo que en una cena de alta alcurnia en Aldorf yo la vi y recordando una junta sobre el mismo Rasshmusen que tuvieran con otros nobles, presumí que se trataba de ella. Denle todas sus descripciones físicas, su nombre y cualquier tipo de característica similar, como su comportamiento; quizá con eso todo encaje y les crea. Pero no le digan nada sobre este lugar y Bechafen o vendrá hasta aquí por ella. Él debe creer que se encuentra en Altdorf o en algún otro lugar lejano-.

-En cuanto a su recompensa- continuó el duque -creo que eso es algo que ustedes deberían exponer, son ustedes los que me cobraran por el trabajo, aunque si quieren que yo inicie con este probable regateo, les ofrezco 40 coronas ahora y otras 40 al regresar para cada uno. Sumado a ello, al igual que la vez pasada les daré vivires suficientes para un par de semanas y corceles frescos; no se si necesiten de nuevo la carreta, pero podríamos agregarla; sumado a todo eso, estarán las 200 coronas que llevará Fanel para lo que se necesite con Rasshmusen, eso claro, si optan por esa opción; y vendrá bien darle a cada uno de ustedes otros 15 coronas para los gastos del camino que pudieran surgir-.

Aquella respuesta del duque con respecto a Ajah iba a ser seguramente la mejor que iban a obtener, especialmente en lo que se refería a la relación con el asunto a tratar, así que Gerard asintió y lo dejó correr. Pero aún quedaba en el aire el misterio de quién era ella y, lo más importante, ¿por qué le robaría algo a Rasshmusen? ¿De qué se trataría? Si se trataba de otra criminal, tal vez no era alguien en quién el duque debiera confiar... pero claro, también estaba confiando en un grupo de personas tachadas de criminales por causas cuyo alcance el bretoniano aún desconocía.

Desde luego, él había aprendido en cierta medida en confiar en casi todos sus compañeros, dado que habían peleado juntos y se notaba que querían combatir al mal que iban descubriendo. Angran era algo peculiar, se reconocía, pero también era un vagabundo. Habría que ver que pasaba con los dos recién llegados, claro, pero uno de ellos era un sacerdote.

Respecto al pago, el caballero escuchó a Domenor algo pensativo antes de hablar.

- A mí me parece bien tanto el pago, como los gastos para el viaje y el... pago a la susodicha persona.- con eso el bretoniano indicaba que era más partidario de probar con el soborno antes que cualquiera de las otras tácticas, especialmente una que pudiera poner en riesgo, por muy leve que fuera, a una mujer.

- Por lo que a mi respecta si a eso le añade cuerda, una armadura completa de cuero limpia, una camisa de mallas y un escudo, me doy más que por satisfecha y bien pagada - añadió mordiqueando la fruta. - Aunque quizá, una corona de oro adicional por cada cabellera orca no estaría mal. - dijo mirando al grupo.

Lamentablemente para mí, lo que podría haber sido una sabrosa discusión, termina con el mismo silencio con el que empezó. Entonces se volvió la clásica conversación aburrida, lo que me obliga a volver a concentrarme en mi comida. Ignoro todo lo relacionado con la conversación hasta que una palabra es capaz de atravesar la barrera de hielo que he puesto. Lo hace con tanta fuerza como si fuese un volcán o algo aún más poderoso, resonando ahora en mi mente:

"Oro"

Levanto la cabeza de mi plato con los ojos brillantes de emoción. Escucho las negociaciones con atención hasta que llegan a un monto. Es mucho más de lo que me han pagado en mucho tiempo y, aunque es obvio que quisiera más, no me siento con el derecho aún de regatear. Supongo que es el momento en el que debo probar primero cuanto vale mi trabajo antes de negociar el pago.

"Cuando llene su puta torre de cabezas de orcos, sabrá que merezco más."

Me mantengo atento y termino mi comida rápidamente para así poder partir en cuanto nos dejen. Estoy aburrido de perder mi tiempo aquí y la idea de que hay orcos por ahí sin ser asesinados aún es algo que me pone de los nervios. Necesito ir a matarlos pronto o me volveré loco.

el enano trozaba partes de carne y sin prisa los devoraba, el parloteo era cosa de nobles, comerciantes y hechiceros, para el enano solo se trataba de una espera previa antes de una batalla, sin embargo el hecho de tener que recurrir a un señor ladrón le despertó curiosidad, desde cuando los bribones comparten dominio con los invasores, si yo fuese un tipo de esos seria malisimo para el negocio una invasión, a quien robarían, a quien venderían?, pero sin redundar mas en la idea toma otra jarra de cerveza, de alguna manera las guerras sacaban lo mejor y lo peor de las especies, su familia había muerte victima de un ataque de trolls y les odiaba a muerte, pero nunca había considerado que lo bandidos fueran cosa de una sola raza, cada especie tenia su crimen solo variaba la severidad del castigo de especie a especie y región por supuesto.

el enano asiente al monto, mi hacha esta a su servicio una vez mas mi señor, ya sea para rajar esos malditos pieles verdes, o buscar a un príncipe de los ladrones, sin embargo me surge un pregunta producto de mi oficio ocasional, ¿que pasa si las cosas se salen de control y terminamos en medio de un baño de sangre? agrega aun desde un principio su intención seria la de luchar con los orcos.

así que sin mas que agregar decidió tomar otro poco mas de su plato y dejar que los que sabían de la fina arte de al etiqueta o la negociación, la vida de un matatroll era una guerra a al vez y buscar un campo de batalla digno donde expeler el ultimo aliento.

El duque Domenor escuchó a los mercenarios mientras emitían su opinión acerca de la recompensa, y aunque no se suscitó de forma instantánea, él ya esperaba que hubiera un regateo en ello. -No me interesan las caballeras orcas, prefiero evitar tan desagradable asunto. En dado caso preferiría que simplemente Fanel contara a los pieles verdes caídos-. El duque volvía a sonreír de nuevo mientras intentaba ser alegre en sus palabras.

-Entiendo sus requerimientos Lorantha, pero lo que me pides podría tomar tiempo, y en el fondo prefiero pagarles que uniformarlos. Por ello, siguiendo tu propuesta, por cada goblin muerto, pagaré una corona de oro a quien lo haya eliminado; y dos coronas por cada orco del mismo modo. Con eso será suficiente, solo no olviden que no los envió a simplemente eliminar pieles verdes-.

El ultimo en hablar fue Gurnik, que de hecho se había mantenido en relativo silencio hasta ahora. Sus palabras no fueron bien entendidas por el duque, por lo que, en su confusión, se limitó a preguntarle a que se refería. -No se que me quiera decir señor enano; como bien debe saber, todo combate siempre es un baño de sangre-.

El iniciado escuchó aquel regateo, y aunque quizás no habría sido ninguna tontería intentar sonsacar algo más de oro al noble, de momento le bastaba con poder volver a su querido Imperio, y para ello tenía que procurar mantener contento a su patrón. Tal posición de servilismo le hacía sentirse en buena medida humillado, pero en aquellos momentos no tenía otra opción. 

La elfa pidió armaduras, pero eso a Seiger no le preocupaba. Él tenía la mejor armadura de todas, la fe inquebrantable en Sigmar. Con él de su lado, y siempre y cuando su fe no flaqueara y no dudara, nada habría de temer de pieles verdes, hombres bestia o cualesquiera otras aberraciones del mundo. 

Aenalor asintió cuando vio que todos aceptaban más o menos el trato que les ofrecían, incluso le sacaban un plus por cada pielverde muerto. Los enanos se lo iban a pasar en grande.

Escuchó con atención lo que decía el Duque, y optó por intervenir para añadir la explicación- Supongo que nuestro amigo Gurnik se refiere a terminar en medio de una batalla campal de ejércitos, no una escaramuza a las que estamos acostumbrados. Respecto a todo lo demás, me parece bien la cantidad acordada.

El trato era justo. No había nada mas que hablar. Seguro que por el camino encontrarían cantidad de orcos con los que ganar un extra, aunque era preferible encontrar cuantos menos enemigos mejor y conseguir esos malditos documentos que cualquier cantidad de coronas que les pudieran ofrecer.

- Sea como dices, espero que Fanel sea bueno en las matemáticas, porque tengo la sensación de que se va a derramar mucha sangre de pielverde.

Dicho esto empezó a hacer un repaso de sus cosas y prepararse para el camino que les esperaba, repasando el mapa mental del Imperio en su cabeza hacia el sur.

La verdad es que lo que ofrecía el Duque no estaba mal, pero había aprendido que hay cosas que no se pueden controlar en el viaje y que podríamos necesitar algo mas de largura para estos casos de necesidad. Abría que entrar en tabernas y otros lugares donde el trato suele mejorar si gastas un poco mas de lo recomendable, al menos para que se fijen en tu persona.

- La verdad la recompensa es bastante generosa, incluidos los medios de transporte y la prima por eliminación de las bestias verdes....es toda una fortuna, pero preferiría que fueran 20 coronas para gastos del viaje en vez de 15. Siempre hay imprevistos que paliar a última hora, negociar y matar orcos siempre abre el apetito.

-20 coronas es demasiado oro, no es lo que había estado pensando. Pero dado que no quiero verme negativo, les concederé, ya que Fanel irá con ustedes, que si en el viaje sus gastos rebasan el presupuesto, les agregaré esas 5 coronas de las que Resha habla-. Respondió el duque quien claramente intentaba ya dejar finiquitado el asunto de los pagos.

En cuanto a lo expresado por Aenalor, que era a su vez en referencia al cuestionamiento emitido por el temible Gurnik, el duque había creído que ya había dejado claro eso de cierto modo, no obstante, no estaba de mas aclararlo de nuevo. -Nosotros no tenemos que ver realmente con algo así, ustedes no son soldados del imperio, eso deben tenerlo claro. Si la situación en la que se ven inmiscuidos los obliga a elegir un bando, creo que ya saben que deben elegir. Si la batalla los abraza de forma desprevenida, tienen también que unirse al imperio, pero intenten no correr hacia ellos de forma desesperada o podrían confundir sus intenciones. Lo mas importante es esto ultimo, ante todo, si las autoridades del imperio se acercan a ustedes, dejen siempre en claro que solo buscan ayudar al imperio-.

Tras estás palabras, y tras terminarse su copa de vino, el duque se levanto de su asiento apartando la pesada silla hacia atrás. -Si no hay nada mas que discutir, he disculparme y retirarme a mis aposentos, yo mismo tengo mis propios asuntos que atender. Ahhh, y en cuanto a su partida, les aconsejo que descansen está noche, les vendrá bien a todos; puedes disponer de la torre y sus terrenos aledaños del modo que necesiten. Mañana, al despuntar el sol, sus cosas estarán listas para su partida-.

Gerard se mantuvo al margen de las negociaciones y regateos que varios de sus compañeros mantuvieron con el duque con respecto al tema de los pagos y lo que necesitarían para la misión. A sus ojos ya estaba todo aclarado y no pensaba que hubiera que pedir nada más. Pero claro, él no tenía mentalidad de mercenario, así que ¿para qué tratar de entenderles?

Sí que le interesó más las instrucciones de Domenor con respecto a si se encontraban con una situación en la que se encontraran con fuerzas del Imperio, asintiendo como señal de que, por su parte, le había entendido correctamente y seguiría esas indicaciones.

Una vez terminaron y el noble dijo que se retiraba, el caballero inclinó la cabeza con respecto para despedirse.

- Descanse, monsieur - una vez él se hubo marchado, el bretoniano miró a sus compañeros -. Yo me retiro ya también. Nos vemos mañana a la hora de la partida.

Por lo que respectaba al sigmarita, todo había quedado claro. Era el momento de retirarse a descansar, como había indicado el duque. Se despidió con una reverencia del duque, y luego espero a que sus compañeros estuvieran listos para ir a sus habitaciones. En aquel sitio, no estaba seguro de querer intentar ir sólo, pues fácilmente podría perderse y acabar llegando a su cama más tarde de lo deseado. 

Con el duque despidiéndose estaba claro que las negociaciones habían acabado, no había conseguido todo lo que deseaba pero por lo menos teníamos la promesa de un abono de gastos si estos habían sido necesarios.....podía haber sido peor..... Los restos de la cena se encontraban sobre la mesa, al igual que los restos de la conversación mantenida ya era hora de retirarse y descansar antes de la partida.

- Que descanse, su señoría. Si no hay nada mas que hablar compañeros, tomaré el consejo del duque e iré a descansar. Que durmáis bien.

Saliendo de la sala me dirijo hacia mis aposentos, pensando en la última noche que pasaría en una cama tan blanda.  

La conversación finalmente ha terminado, por lo que me meto rápidamente una pieza de carne en la boca y la mastico velozmente. Las vacaciones terminaron y es hora de ir a ganarse la vida, lo que implica hambre y sed. Apuro luego la copa de vino y me sirvo una más que apuro también.

Entonces me levanto también y hablo:

 - "Que todos descansen. Iré a dormir entonces."

Miro el vino y la comida y pienso en que podría haber tenido una buena fiesta y emborracharme hasta caer inconsciente, pero parece que mis compañeros son mucho más estirados que eso, así que me iré a dormir para no ser la nota discordante de este equipo.

Me voy a mis aposentos, me saco mi equipo y lo dejo preparado para mañana, acostándome con mi daga bajo la almohada, como lo he hecho desde el momento en que salí de mi hogar.

Aenalor terminó de escuchar todo lo que decían los demás con un gesto adusto y una ligera sensación de desasosiego. Si se veían en medio de una batalla campal no estaba seguro de que no dispararan primero y preguntaran después, y eso le incomodaba muchísimo.

Cuando todos comenzaron a ponerse en pie, el Alto Elfo hizo lo mismo, dedicando una reverencia a los presentes- Buenas noches a todos -dijo a todos los presentes antes de salir por la puerta.

Al día siguiente empezaría otro viaje.