Partida Rol por web

Leopold miró por breve tiempo a Aenalor con cierto aire de enojo durante el cual le respondió -No hay guardián, Haldir está muerto. No s…, Haldir no era un rey, no hay otro guardián- explicó para luego recluirse en si mismo, en sus pensamientos y en su sopa.

-No discutamos por cosas que pueden no ser importantes. Si hay otro guardián ya lo sabríamos, o al menos creo que los elfos debieron decírselos a ustedes en su momento- habló el duque en un intento de relajar los pensamientos de todos.

-Una vez terminemos la cena, despacharé a Fanel para que viaje con unos hombres e investigue acerca de la seguridad en la asamblea. Quizá descubra algo más que nos pueda ser útil-. Explicó, dejando en claro que ya había contemplado eso durante la conversación y que probablemente tenía otros planes para ellos.

-La respuesta a la pregunta de ¿Qué debemos hacer ahora? ¿Cuál es el paso importante e inmediato?, ya la ha respondido la elfa Arianne. Faladar es nuestro objetivo, y por la carta, es claro que le encontraremos en el bosque de Laurelorn. De cualquier modo, haré algunas preguntas en lo que sus heridos se recuperan, será lo mejor para que todos tengan fuerzas y puedan hacer este nuevo largo viaje-. Expresó dando a entender que, para dicha tarea, los quería a ellos. -Si hay una trampa o no en esa carta, lamentablemente lo descubriremos hasta que sigamos sus pasos-.

-Y todo esto nos lleva a algo que seguramente no dejaran escapar, su recompensa y el concerniente pago para una nueva misión. Pero antes de hablar de eso, quisiera que analizaran conmigo otros detalles menores. El primero es el hombre que han traído con ustedes, el campesino de nombre Hans. Entiendo que les ha ayudado en la batalla, pero siento decir que yo no puedo pagar por sus servicios, no tiene capacidad alguna. Si ustedes desean que les acompañe, no se los prohibiré, pero yo no correré con sus gastos, salvo estos días que se encuentren aquí bajo mi resguardo-.

-Hay otro punto que me es mucho más importante. En Beck se reunieron con Rasshmusen, aquel peculiar e importante ladrón. Arianne pasó por aquí solicitándome ayuda y me explicó brevemente lo sucedido. Quisiese que ahora me dijesen a detalle que sucedió allí y que repercusiones tiene en nuestra futura labor-.

El grupo continúa hablando acerca del famoso Haldir y su cetro, aunque yo no entiendo mucho de eso pues no estuve allí y nadie me ha contado demasiado de la misión anterior a que yo empezara a formar parte del grupo. Tampoco entiendo nada de magia y de lo que podría significar o importar aquel cetro:

"Para mí, un objeto mágico es uno hecho por un herrero rúnico y que sirve mejor para su propósito pero, dudo mucho que sea algo tan importante como para matar al tipo para que los "de la oscuridad" no lo encuentren. Debe ser valioso pero... ¿Peligroso? No lo sé. Me parece exagerado."

Ni siquiera sé de qué era ese templo ni por qué tenía un guardián, aunque supongo que nada pierdo por preguntarlo:

 - "No estoy muy al tanto de ese asunto pues llegué tarde pero... ¿A qué estaba consagrado ese templo y de qué era Guardián el buen Haldir?"

El Duque deja claro que nuestra pista a seguir es el tal Faladar y que tenemos que ir al bosque de Laurelorn. Probablemente tenga razón y él paga así que yo voy donde me diga.

Entonces habló de Hans. A mí me cae bien y creo que, con el tiempo, podrá ser un tipo útil.

"A Hans le falta experiencia pero creo que puede ser útil. También creo que no tiene nada más que hacer de su vida después de la destrucción de su pueblo."

Pienso en que luego podríamos conversarlo en el grupo, estando clara la postura del Duque, quizás podamos financiarlo entre nosotros si estamos de acuerdo.

Entonces Domenor pregunta por el famoso Rasshmusen. Le contesto someramente a su duda:

 - "El desgraciado ese nos dio la información, que tampoco era tan específica, nos quitó el dinero y quería la información de la mujer a toda costa. Salimos sin violencia por poco y cuando nos fuimos, nos dimos cuenta que nos había cambiado los caballos por esos vejestorios. Si lo veo otra vez, lo mato sin dudarlo."

De hecho, considero una gran idea que cuando el Duque deje de contratarme, ir a Beck y asesinar a toda esa organización, uno a uno, hasta tener la cabeza del hijo de puta. Sería un logro personal importante y me llenaría de gloria.

Rass... ¿Como se llamaba? Le daba igual. Había conseguido hacer creer a ese artero que eran gente de bien, y que no tenían tanta información como tenían hasta que Aria abrió la boca. Miraría de reojo a Aria invitándola a hablar mientras el seguía comiendo.  Cuando tocó el turno de hablar de Hans, levantó la voz.

- Hans ha resultado ser un miembro útil de esta compañía. Si vos no queréis tenerle en cuenta, sea. Pero se ha jugado el pellejo por su causa cuando no tenía que hacerlo. Quizás no sea un gran guerrero, pero tiene otras habilidades importantes que podríamos utilizar. Si vos no os hacéis cargo, el grupo lo hará. Y sino, yo mismo. Si en este mundo la gente tuviera la mitad de agallas, y sobre todo, su lealtad, no habría enemigos que pudieran parar a la gente de bien.

La palabra lealtad habría sido remarcada por Grii. El episodo del ladrón le había reabierto una herida que se estaba empezando a cerrar. 

-Lo haremos como dice señor enano- dijo el duque, -dejo en sus manos el hacerse cargo de Hans y de cualquier otro recluta que quieran incorporar a sus filas. Por mi parte les ofrezco algo de ayuda hospedandoles y alimentadoles mientras les acompañen en mi torre-. Claramente el duque quiso decir que fuera de sus puertas no habría de dar dinero para sustentar sus viajes ni habría recompensa por sus acciones.

-Entonces les ha salido muy cara la información que han obtenido- señaló, denotando el hecho de que había logrado su meta con la información obtenida. -Pero que fue exactamente lo que tuvieron que decirle a Rasshmusen sobre Aja. Lamentablemente olvide hablar de eso con Fanel, llevaba demasiada prisa y no pude pensar en los detalles-.

Si había otro guardián o lo era el mismo joven que ahora cenaba con nosotros...nunca lo sabríamos a menos que volviésemos con los elfos y eso por ahora no iba a pasar. Sargón es quien pregunta sobre el templo y con quien estaba alineado, esa era una de las cosas por las que no me había preguntado siquiera en este momento.

- No sabría decirte Sargón, quizás Aenalor tenga una idea o sino Leopold podrá iluminarnos en este asunto.

La conversación fluye hacia nuestra reunión con Rasshmusen y los problemas que de esto se derivaron. Aun recuerdo la reunión en ese sórdido local y lo apunto que habíamos estado de entrar en una confrontación que no podíamos ganar.

- La verdad es que le dijimos demasiado y eso pudo generar que el ladrón actuara birlando nuestros caballos. Sabe el nombre de Ajah y que había estado en Altdorf.

No podíamos mentir al duque sobre lo ocurrido, puede que Fanel ya le hubiese contado esto mismo y de no contar toda la historia, tener otra deuda con el noble, con una ya tenía suficiente.

Aria ya le había contado al duque todo lo relativo a la reunión con aquella sabandija y no tenía intención de repetirse. - Yo creo que el precio, aunque elevado ha estado bien, hemos acabado con los orcos, hemos salvado a varios cientos de personas, quizás miles, de la devastación que dicha partida estaba causando en el imperio, tenemos más pistas y nuestros salvoconductos ¿no? -

Además, según sus cuentas, ellos solo habían perdido a Angran y algo de cordialidad en sus relaciones, pero poco más, el resto era todo prestado y por cuenta del Duque. Si les daban sus salvoconductos habría sido un negocio casi perfecto.

Ya solo quedaba acordar el siguiente paso que parecía dirigirles de nuevo a tierras elfas. - La cuestión es ¿y ahora que? -

Quizás de haberse encontrado en unas condiciones mejores, el sigmarita habría explicado con todo lujo de detalles, y puede que con cierta animadversión, lo ocurrido con el ladrón. Sin embargo, sabía que en su estado actual, un estallido de ese tipo no haría más que generarle dolor y retrasar su recuperación, si es que no le empeoraba, así que permaneció en silencio. Si miró, sin embargo, a todos sus compañeros, esperando que alguno dijera algo, y detuvo su mirada un segundo de más en la elfa, aunque parecía que ella más que nadie tampoco deseaba dar explicaciones sobre lo ocurrido. 

LeBlanc siguió manteniéndose bastante aparte de la conversación, aunque no era tonto. O Leopold decía la verdad con respecto a lo del cetro, o sabía algo y no lo quería decir. En cualquier caso, dudaba mucho de que fueran a sacarle nada más que eso, el chico era demasiado extraño a su manera.

Por su parte, cuando el Duque y Grii hablaron de Hans, el bretoniano quiso apoyar al enano con respecto a eso.

- Monsieur Grii tiene razón, el joven Hans ha ayudado mucho y aunque no reciba una parte, no estaría bien que le abandonáramos ahora.

Una vez aclarado eso, Domenor quiso hablar sobre Rashumenn y el caballero se puso tenso. No le había perdonado al ladrón lo ocurrido con su montura y si en algún momento tenía la opción de hacerle pagar, lo haría. Por otro lado, tampoco sabía que opinar con respecto a la elfa, así que se abstuvo de dar opinión al respecto.

-Entonces no sabe gran cosa. Salvo que haya algo mas que deban decirme. Como por ejemplo, otro cetro poderoso del que nadie habla pero todos vieron- señaló el duque con cierta molestia en sus palabras por lo que sentía, era una falta de información de sus subordinados a él. -El nombre de Ajah no es un problema, quizá incluso ya lo conocía, el detalle esta más en el asunto de Altdorf. Eso solo era un recurso para satisfacerlo y que picara el anzuelo, lo cual hemos conseguido. Pero por sus acciones, no dudo que Rasshmusen haya enviado a alguien a seguirles, al menos hasta los lindes del bosque muerto. Seguramente allí, con las batallas y el viaje a través de los paramos desolados, les ha perdido el rastro. Su atención debe estar en Altdorf, en un par de semanas o mas entenderá que ha sido engañado, eso si es lo suficientemente inteligente. Y cuando lo haga, empezará a buscarles para cobrarles lo que para el será una alta deuda. Así, habrá que sumar al ladrón a nuestros problemas-. Explicó sin dar detalles sobre si tenía algún plan para lidiar con el simpático ladrón y las influencias que movía a lo largo de Ostermark.

-Ahora necesito que cumpla otra misión bajo mis servicios. Deberán ir al bosque de Laurelorn, encontrar al elfo Faladar y descubrir cual es su papel en todo esto. Si es culpable, deberán traerlo ante mi de ser posible. Pero primero deben descansar, al menos una semana, aunque por el aspecto de Seiger, diría que necesitan al menos dos. Mientras podrán usar mis instalaciones como mejor les parezca. La invitación incluye a Hans- dijo sonriendole ligeramente Sir Gerard.

-Ahora, su recompensa por su trabajo- Palmeando las manos, dos de sus sirvientes entraron rápidamente a la habitación con un gran cofre, tal como si ya hubiesen estado esperando afuera todo el tiempo. Del cofre sacaron varios sacos de monedas que repartieron a todos los presentes salvo a Leopold. -Cuarenta coronas de oro para cada uno tal como se acordó. A la par está esto- el duque les mostró una ultima bolsa con monedas que uno de los sirvientes le había entregado a él. -Según me informa Fanel, enfrentaron a diez orcos y seis goblins, sin contar a sus dos lideres. Acordamos una moneda de oro para cada uno de ustedes que matase a un goblin, y dos para los que se encargasen de un orco. Eso hace un total de 26 coronas, a las que sumaré otras catorce por los inesperados enemigos que tuvieron que enfrentar en ese baño de sangre- curiosamente, tiempo atrás, al hablar del dinero, el mismo Gurnik había usado esas palabras. -Lamentablemente, Fanel no me ha dado detalles de quien mato a quien por lo que les dejo a ustedes repartirse esas 40 coronas como mejor lo prefieran. Y claro, si descansan aquí estos quince días, probablemente para entonces ya tengan los salvoconductos que tanto necesitan, o bien noticias alentadoras de ellos-.

Escucho atentamente lo que el Duque menciona acerca de Rasshmusen mientras recuerdo todo lo ocurrido. Entonces, le respondo:

 - "Probablemente las cosas habrían salido mejor pero, aparte de que por ser precavidos pusimos en duda nuestras intenciones antes de la reunión, el mayor problema llegó cuando estábamos reunidos con él. Pusieron demasiado pronto todas las cartas sobre la mesa y Grii inventó una historia que, aunque no era la más creíble, ya había sido planteada, por lo que intentamos apoyarla. Luego y, no sé por qué motivo, Aria la desmintió frente al ladrón y puso otra donde no solo la nombró a ella sino también a usted. Eso hizo que el tipo ya no creyera una palabra de lo que decíamos y por eso nos cobró el dinero. Supongo que nos siguieron, como bien dice usted, por eso habíamos decidido que seguiríamos con los caballos malos, ante la posibilidad de que volver con usted lo delatase. Aria vino por su cuenta a pesar de nuestra negativa por el riesgo de delatarle que suponía. Luego fueron de mucha ayuda esos animales, pero ese no es el punto."

Miro a Arianne, quien quizás no esté muy contenta con lo que acabo de decir, pero es la verdad. Ha actuado por su cuenta demasiadas veces, varias de ellas por motivos que ni siquiera puedo entender y, aunque sé que no soy la manzana más brillante del cajón, frente a Rasshmusen era obvio que sería contraproducente. Hubiese sido mejor seguir apoyando la historia ya planteada.

El Duque nos habla de la misión y no parece ser algo fácil:

"Encontrar a un elfo en un bosque. Eso es difícil pues no los ves si no quieren ser vistos y todos son iguales. Debo prepararme para recibir flechas en el trasero."

La idea de que orejas largas me disparasen escondidos desde los árboles no me agrada en nada pero un trabajo es un trabajo.

Luego viene la hora de la recompensa y eso me hace apartar el plato pues si es algo relevante. Miro atentamente el cofre y escucho al noble para reclamar por lo incompleto de su información:

 - "Esa paga es muy generosa pero el número de enemigos matados es mayor. En la escaramuza de su guarida matamos eso, pero en el pueblo asesinamos harto más. Yo mismo recuerdo haber acabado con cerca de nueve orcos en el puente sobre el río, en una resistencia heroica como pocos pueden recordar. El trato hablaba de todos los orcos que matásemos de esa partida de guerra, eso también incluye la batalla a las afueras del pueblo."

Si es por eso, merezco yo solo ganarme unas 18 coronas más, lo que me podría ayudar a mejorar en algo mi equipo, pues necesito una armadura que me cubra también los brazos pues solo es cuero el que me protege ahí. Algo de mallas ahí, quizás incluso unas placas me darían más posibilidades ante una batalla más brutal.

Grii bebería un poco mas escuchando a todos en la reunión y en su turno hablaría de nuevo.

- Te hemos contado todo lo que sabemos del cetro. Aelanor lo tocó y el propio cetro le hizo volar por los aires. Se quedó en el bosque. Eso es todo lo que sabemos. Sargón ha explicado bien lo ocurrido con respecto al jefe de los ladrones. Y sí. Es verdad que solo entre los tres enanos rozamos las dos docenas de orcos muertos en una sola escaramuza. Y luego esos orcos de cuando les terminamos de dar caza. Un trato es un trato, y nos vendrían bien esas coronas para conseguir mejor equipo. Algo me dice que nuestro siguiente encuentro va a ser igual o mas sangriento que el que hemos vivido.

Esperaría una respuesta del duque mientras comía lentamente. No tenía la mas mínima prisa, pero una vez terminada la cena, se pondría a trabajar antes de ir a la cama. Tenía un poco de tiempo para avanzar en su proyecto. Esperaba acabar pronto.

-Yo creo que no, compañera -dijo Aenalor refiriéndose a Arianne- a menos que me corrijan, las bestias de monta que usan los bretonianos no son un caballo cualquiera, y Sir Gerard perdió el suyo, lo que hace que sea una gran pérdida para un miembro de nuestro grupo. Hemos acabado con los orcos enemistándonos con un noble del Imperio y no sabemos si solo estorbará o nos buscará para exigir algún tipo de venganza, no sabemos nada sobre quién organizaba los ataques ni que pintaban los no-muertos con ellos.

Asintió mientras escuchaba todo lo que decían los demás y, sobre todo, cuales serían sus siguientes pasos. El Bosque de Laurelorn y encontrar al elfo Faraldar.

No sería fácil.

Ya habían explicado el suceso con el cetro varias veces; pero tenía la sensación que eso no era lo más importante de aquel lugar. La mujer que preguntó por Haldir y llegó malherida según les contó aquel sabio elfo, Lanel, y si acusaban a un elfo podría complicarse todo demasiado.

-Creo -dijo algo distraído- que deberíamos prepararnos este viaje algo más, pues no creo que podamos viajar cómodamente por los caminos. Rashmusen, el Nigromante que invocó a los muertos, Lord Steffon y la influencia entre ambos nos ponen en medio de una red de gente con autoridad en estas tierras y gente que sabe como evitar a la autoridad de estas tierras, y ninguno con buenas intenciones hacia nosotros -entrelazó los dedos- no me gustaría tener que sumar a los elfos a la lista de gente enemistada con nosotros, porque entonces podríamos darnos por muertos.

Se pusieron a hablar de las coronas por cabeza; pero Aenalor se desconectó en ese tema, tenía muchos pensamientos en la cabeza y tenía que ordenarlos o guardarlos hasta poder darles una respuesta apropiada.

El sigmarita se quedó extrañado con la mención del otro cetro. Él no había visto el cetro original, ni recordaba haber visto otro. Quizás fue algo que pasó en el último ataque mientras él estaba inconsciente, o en la oscuridad que sus ojos humanos no podían penetrar, pero no tenía la menor idea de a qué se refería el duque. 

Habíamos cumplido con nuestra misión persiguiendo a los orcos y dándoles caza, habíamos dado nuestro informe de todo lo acaecido con los recuerdos que aun guardábamos, habíamos desgranado las conversaciones que el duque nos había solicitado y ahora era tiempo de recibir nuestro pago. Uno de los sirvientes se acerca hacia el duque con un cofre, las monedas que nos debían estaban allí...pero aunque temía lo que el duque iba a decir tenía que preguntarlo.

- Su señoría el oro esta bien. Tamborileo con los dedos sobre la tabla que conforma la mesa y tomo aire antes de continuar. - Pero la última vez que nos vimos como bien a dicho Aria, se nos prometió que junto a estas riquezas irían nuestros salvoconductos. Yo personalmente  no tengo problema en seguir trabajando para su señoría, pero soy de la opinión de resolver antes ese asunto. 

¿Que el dinero está bien?

- El dinero no está bien Resha. Había recompensas por cada orco muerto. Y muchos orcos mas han caído de los que Fanel ha dicho, Resha. Solo en el puente donde estábamos los enanos en la primera batalla cayeron mas bajo nuestro hierro que todo lo que se nos ofrece por ello. Un trato es un trato. Y hasta hoy, nosotros hemos cumplido. Además, nos hace falta el dinero. Mira a Hans, va con lo puesto y lo que yo le he prestado. La mayoría apenas tienen una malla parcial, y armas de lo mas normalitas de manufactura umgi*. Me reitero, el dinero no está bien contado. Además, como bien hemos comprobado, la primera línea sangra mas que la última. Espero que ese dinero se emplee en proteger mas a los que reciben los golpes.- diría mientras recordaba como esa montaña orca le castigaba, y ese traicionero orco lo abatía por detrás sin poder parar el golpe. Una armadura en condiciones le habría salvado de caer, eso seguro. 

Miro a Grii ceñuda ante lo que acaba de decir, empezando a entender la necesidad que la antigua raza sentía por el oro. Así que respiré profundo antes de contestar.

- Señor Grii a lo que me refiero, es que el oro es una buena recompensa...pero que no solo luchamos por eso. Y supongo que ese escaso sobre costo en cabezas de orco que Fanel solo dan por bueno los orcos pertenecientes a la patrulla que perseguimos. Aunque hubiésemos abatido a una tribu entera, el trato no lo contemplaba. 

Grii casi se atraganta cuando Resha se inventa un punto en el trato, que hacía que recibieran menos monedas en general.

- El trato decía: 2 coronas de oro por cada orco que maten, 1 corona por cada goblin sin distinciones en el trato, no inventes historias. Lo que Fanel de por bueno me importa un carajo. Yo se los orcos que he matado. Igual a ti el oro que te van a dar te parece perfecto porque no abatiste a uno siquiera, si mal no recuerdo. Pero los que sangramos contra ese jefe orco, y en el puente, recordamos cada moneda que se nos debe. - Se tomaría un momento para reflexionar y seguir hablando - Aparte, ¿contradecirme se ha convertido en el pasatiempo de todos en la compañía?. Hoy el trato se difumina cuando claramente no se hizo distinción entre orcos de patrullas ni de batallas. Ayer fue con el Rassmuhssen ese, que se me contradijo y por ello perdimos la bolsa llena de oro de Fanel, y los caballos. Se me está empezando a agotar la paciencia ante tanta tontería. Parece que por defender lo que es nuestro por derecho soy un loco. Parece que el único objetivo aquí es poner en duda lo que uno dice. Y mas me ofende el hecho de que tú, Resha, tras la escasa aportación en el campo de batalla intentes negarnos al resto el derecho de emplear el dinero extra en protegernos con mejores armaduras ante futuros combates. Qué fácil es renunciar a lo que es de otros por derecho cuando tú no has hecho nada. Dile a Seiger si no quiere una armadura mejor. Dile a Sargón después de estar vomitando durante días si no querría una armadura mejor. ¿Te parece que a mi mismo no me habría gustado contar con algo mejor contra esa mole que casi me mata? - el enano parecía dolido. Casi había muerto en el anterior combate y por ello quería dinero para hacerse con una armadura mejor. Armadura que le habría salvado del episodio anterior. 

- Igual si se ha convertido en un pasatiempo de la compañía....avaro enano de las narices.... O acaso has oído que reclame oro para mi. Yo solo exijo mi libertad si quieres una cadena de oro acuerda tu precio, pero yo solo hago esto para obtener un salvoconducto y salir y entrar del Imperio cuando me plazca. Quieres batalla ten batalla con tus aliados, quieres arreglarlo todo a golpes y cobrar por ello...creo que otro noble quería ejecutarte al lado de un puente por este comportamiento irracional que usas. Pero claro igual eres tan corto de entendederas que no lees entre líneas *tovarisch* y cuando me refiero a que el oro está bien significa que muy bonito pero que quiero algo más.

-¿A mi?-, preguntó el duque con aire de incredulidad. -No recuerdo haber autorizado que me mencionasen a mi. El hecho de que la elfa haya llegado pidiendo ayuda no lo veo mal, pero el que lo haya hecho después de dar todo esa información me parece un insulto a mi confianza. Eso nos podrá en riesgo a todos, quizá tendrán muy pronto que hacer un trabajo gratuito por mi, el cual en el fondo también les ayudará a ustedes. Necesitaré tiempo, será mejor que nos tomemos unas tres semanas y nos mantengamos a resguardo, dejemos que el ladrón mueva sus cartas mientras investigo acerca del bosque y ese elfo, solo cuando tengamos las suficientes certezas, podrán emprender su viaje- el tono del duque había pasado de ser tradicionalmente serio a tener un cierto tono tenso en su voz, claramente estaba molesto, pero por algún motivo había evitado arremeter contra la elfa como algunos habrían esperado; quizá, aunque muchos no lo quisiesen ver así, el asunto no tenía tanta importancia.

Tras esto, inició la discusión por la recompensa, sobre todo centrada en Resha y Grii, la primera consideraba que los salvoconductos eran la pieza mas importante de todo ello mientras el enano, fiel a su raza, solo pensaba en el oro. -Evitemos discusiones- dijo el duque intentando contener la ira y extendiendo las manos a ambos contendientes -no es necesario discutir entre nosotros, ya hemos hecho enemigos suficientes como para preocuparnos por muchas noches, evitemos preocuparnos por la confianza depositada en nuestros aliados-.

El duque se tomó su tiempo antes de volver a hablar mientras se serenaba y levantando la palma de la mano, solicitaba a todos silencio. -Un trato es un trato señor enano, está en lo cierto. Pero haga memoria, yo no dije que fueran a matar a cualquier piel verde que encontraran en el imperio y que les pagaría por eso, si ustedes quisieron actuar como héroes salvando la vida a aquellos pobladores, fue su decisión. Y no me mal interpreten, fue un acto heroico, pero a su vez fue un acto involuntario. El pago por sus servicios no contemplaba eso sino matar a los pieles verdes involucrados en la muerte de Haldir. Como dije en su momento, ustedes serian los ejecutores de su castigo y no los fieros defensores de un puente.

Y si, todo piel verde merece ser erradicado del imperio- miró al convaleciente Seiger buscando su aprobación- pero en ese caso no es a mi a quien deben de reclamar la paga si no a alguna autoridad Ostermark; vamos que es el conde Hertwing quien debería de pagarles en todo caso- sentenció.

-Pero por está única vez, cumpliré parcialmente lo que solicita, aunque dejando claro que no les pago por ser héroes, eso es algo intrínseco en ustedes con lo que ustedes mismos tendrán que lidiar. Díganme a cuantos orcos mató cada uno y les haré llegar una moneda de oro extra por cada una de esas muertes.

En cuanto al salvo conducto, hay muchos problemas crecientes en el imperio. Los pieles verdes están mas inquietos. En el norte se levantan pueblos barbaros y los vientos de una nueva tormenta del caos empiezan a surgir. Incluso en Silvania hay ya rumores de levantamiento de muertos. Sin duda algo rato esta sucediendo; aunque no se preocupen por ello, ya antes ha habido tensiones que han acabado antes de apenas realmente empezar. De cualquier forma ustedes obtendrán esos salvoconductos; al menos les prometo que en estas semanas tendrán una fecha definitiva-.