Partida Rol por web

Pragna se queda unos segundos pensando ante el comentario del hombre a su lado, esta le mira con una sonrisa y dice:

- Cuando yo iba en mi aldea al mercado era muy interesante, siempre había mucha gente y a veces el tumulto y el barullo que allí se escuchaba era agradable y se agradecía para escapar un poco de la tranquilidad y el silencio de la aldea...

Mira hacia el techo como evocando algunos recuerdos, cierra los ojos unos segundos, después los abre y añade:

- La variedad de olores de las especias, las frutas, los tés... era todo como una gran y agradable mezcla y era curioso sentir eso... vaya parece que me pongo a decir tonterías... 

llegando a la puerta me alcanza Scarlet, la miro y puedo ver algo de emoción en su rostro. Bien, definitivamente es con quien mejor me entiendo. Le sonrió y acto seguido comenzó a caminar junto a ella hasta que llegaron al parqueadero.

Allí encontrar su moto era sencillo. ¡Siempre la tenia en el mismo lugar! así que fueron hasta ella y al llegar le ofreció un casco a Scarlet. Ante todo la seguridad.

Una vez en la moto partimos, la verdad me gusta la velocidad y eso es algo que nunca he pretendido ocultar. Llegamos a un semáforo y aprovecho el cambio de luces para acelerar mientras mantengo los frenos accionados. Espero un momento y luego los sueltos para avanzar unos metros en la llanta de atrás de la misma. Dios esto me encanta Pensaba mientras sentía la adrenalina fluir.
Me giré un poco y le grito a Scarlet par que me escuche. ¿Como vas?

Una vez las dos llantas tocan de nuevo el suelo acelero a todo lo que da la moto, esquivar los vehículos es sencillo aunque en algunas curvas me veia por momentos cercado por dos autos. En fin la velocidad es mi amiga.

Continuamos el recorrido hasta llegar a lo que buscaba, una suerte de mirador, un par de puestos de perros calientes y gente en general pasando el rato. aparcamos la moto y vamos hasta un puesto de comidas calientes.

Una hamburguesa con queso sin tocineta por favor. Me giro a ver a scarlet ¿Que te gustaría comer?

Ya dejando de lado el cambio de canales Hotch escuchaba a Pragna atentamente, era realmente distinta la sensación del supermercado que ambos tenían.

- Sabes, creo que distan mucho las coincidencias entre el mercado de tu aldea y el supermercado de aquí, por lo que me cuentas en tu aldea debe ser un mercado de pueblo, algo extinto en las grandes ciudades, aquí estamos hablando de un retail, un negocio de gran envergadura, para que te des una idea wallmart esta entre una de las companias con mayor profit del mercado norte americano, el olor que persives es a lejia o perfume para suelos, la gente se encuentra de mal humor porque detesta estar allí perdiendo su tiempo precisado, los empleados van de un lado a otro con desgana y por ultimo la interminable cola de la caja, donde puedes pasar hasta 2hs esperando para poder salir.

Nego con un gesto de su cabeza, realmente era algo tedioso ir al supermercado en new york.

- tal vez la proxima te lleve conmigo para que vivas la experiencia.

Pragna mira a Hotch y sonríe mientras responde:

- Tienes razón seguro que nos referimos a mercados muy diferentes, pero todos pueden ser una experiencia enriquecedora así que te acompañare, aunque como sea como en Nueva York seguro que me agobio un poco, no sé cómo puede vivir tantas personas en un sitio tan pequeño y sin naturaleza y tan ruidoso.

Seguí a Andrés hasta el aparcamiento y en seguida me cedió un casco. No me gustaba utilizarlo, pero al parecer ayudaba en caso de caída y además era una de esas cosas a las que los homínidos estaban obligados a hacer. Me lo puse y me subí en la parte trasera, sin tan siquiera preguntar por el destino, y es que el viaje en sí era lo que más me interesaba.

Mi hermano pronto se puso en marcha, en un entorno muy distinto al que había recorrido otras veces y sin mi pelo mecido por el viento, pero aun así disfrutaba del trayecto sujeta al asiento trasero y cerrando mis ojos a intervalos. Sin embargo, Andrés decidió aumentar más la velocidad en un momento dado, alzándose sobre la rueda trasera.

Pero qué hace???

Me agarré a el con fuerza, pegando mi cara a su espalda, asustada. Tanto que ni siquiera respondí a su pregunta de como iba.

Habla en serio?

Pude recuperar mi postura anterior al acabar con la pirueta y suspiré aliviada. Finalmente llegamos a una especie de mirador, y tras aparcar la moto bajamos y le seguí hasta uno de los puestos de comida. En el transcurso saqué mis gafas y me las puse. Unas nada discretas gafas de cristales naranjas.

- C-comer? - le dije, aún con el susto en el cuerpo.

Miré al hombre de la camioneta y estiré el brazo, ofreciéndole unas monedas.

- Coca cola, por favor. - le pedí, tomando el vaso con ambas manos, y sorbiendo el peculir líquido con una pajita.

Había muchas cosas de la "sociedad humana" que no me gustaban y a las que no me terminaba de acostumbrar, como el comer con cubiertos o llevar zapatos, pero había otras curiosas y divertidas, como esas extrañas bebidas burbujeantes.

Antes de que terminaran de servir a Andrés, mi vista se fue directa al paisaje, y tras ella mis pies, que poco a poco se alejaban de mi hermano para admirar las vistas.

Esto es precioso...

Mi hermana no logra contestarme a mi pregunta, pero luego le paga al hombre y toma una gaseosa. El vendedor termina de prepararme la hamburguesa y me la entrega ante lo cual le pego un mordisco como solo se le da a este tipo de alimentos. ¡Abriendo tanto la boca que casi se me desencaja la mandíbula!

- Lifdashh gafffffassss, te veeees coHHBBol. Le dige mientras seguia comiendo, estaba en un momento donde no podía parar. La condenada hamburguesa esta sabrosa Una vez tuve la boca libre.

- Este lugar me gusta, es tranquilo por momentos ruidoso por otros, pero en definitiva es agradable estar aqui.- Decía mientras mantenía la mirada en el paisaje. - Sé que la vida de los homínidos no te resulta muy atractiva, pero quiero que veas conmigo que puede ser muy divertido. No todo el tiempo podemos ser súper héroes como el capitán planeta. -

Mientras termino de comer llegan unos autos claramente costosos. Un tropel de personas sale de allí y encienden los sistemas de sonido y de esa manera un tranquilo lugar como este mirador se convierte en una suerte de escándalo bailable.

https://youtu.be/YZfaeViZ73w

En ese momento se me ocurre una idea. Me levanto y extiendo mi mano. -¿Bailamos?- Le digo con visible emoción en mi mirada.

Por la televisión empieza a pasar una película, sabe a un poco a ironía pero es lo que aparece:

Un hombre lobo americano en parís

Andrés se acercó hamburguesa en mano, aunque gran parte de ella se encontraba ya en su boca, haciendo que su apreciación sobre mis gafas fuera casi indescifrable. Le miré y reí, aún con la pajita en mi boca, y recuperándola rapidamente para seguir con mi refresco, volví a mirar hacia el horizonte.

Escuchaba a mi hermano mientras ambos admirábamos el paisaje, pero al oírle hablar sobre mi percepción del mundo homínido dejé de sorber, algo sorprendida. Me costaba darme a conocer, pero suponía que había cosas que no se podían ocultar, aunque también era verdad que Andrés era probablemente el hermano con el que mejor me llevaba.

- T-tampoco es que no me guste... Será la costumbre. - dije encogiéndome de hombros, pensando en si preguntar o no qué era eso de Capitán Planeta.

Terminé la bebida y me acerqué a una papelera a tirarla, cuando varios coches llamativos aparcaron y en seguida se montó una especie de fiesta. No sabía qué celebraban, pero por el repentino despliegue y el volumen de la música, intuía que debía tratarse de algo importante. Y entonces, mientras observaba con curiosidad lo que allí acontecía, mi hermano me tendió la mano.

Bailar? Sólo he bailado con alguien una vez...

Guardaba buen recuerdo de aquello, aunque seguramente no lo hice nada bien, y Trepador de Jade no quedara demasiado contento con el par de pisotones que le di... Aunque esta vez mis pies eran más pequeños.

-V-vale.- acepté algo nerviosa, tomando su mano. - Pero te advierto de que no se bailar...

Con satisfacción veo como Scarlet acepta bailar; noto tanto en su mirada como en la tensión de sus hombros que no está acostumbrada. Siento un pequeño empujón y noto que otras parejas han comenzado a bailar y una en particular impactó con mi hombro. Ni mandado hacer, joder. Y yo pensando que esta noche me aburriría como una ostra.

- No te preocupes solo sígueme.- Le dije con una enorme sonrisa...

Hay personas que piensan en el baile como una secuencia de pasos: rígidos, definidos... aburridos. No tienen ni idea, la música se siente, primero entra por tus oídos y recorre tu cuerpo hasta la cintura pasando por los hombros. Lentamente te haces uno con la melodía y tu cuerpo ya no te pertenece, el se adapta a la canción como una extensión de la misma. 

Tomé la mano derecha de  Scarlet con mi izquierda y apoye suavemente mi mano derecha en el final de su espalda acercándola a mi. Entrecruzaba las piernas con ella suavemente para poder 
guiar sus pasos. -Este es el inicio de la canción, la parte mas lenta- Le susurraba para que supiera que íbamos a cambiar de paso y no se sorprendiera.

un paso, otro, un paso, otro. El inicio es lento y es perfecto para guiar a Scarlet sin contratiempos.

Cambio de ritmo y de inmediato paso mi mano derecha de su cintura para agarrarle la mano libre y con un pequeño empujón  alejarla sin soltarla. Continuamos bailando en el puesto un par de segundos para luego hacerla girar sobre si misma pasándole una de las manos por encima de la cabeza. Cuando veo que le toma el truco, entonces le paso la otra mano por en cima y luego le halo de ambas manos para que se acerque a mi y bailemos unos segundos junticos.

- Voy a reir, voy a bailar... vivir mi vida lalalalala- La emoción me puede y termino cantando parte de la letra.
 
Cambio de nuevo de ritmo y alejo a scarlet mientras continuo bailando. En todo momento mi rostro esta reflejando el estado mi alma: feliz, relajado, contento.

Esto es vida jodeeeer

Miraba a Scarlet a los ojos quería que viera lo bien que me lo paso para poder contagiarla a ella.

Asentí ante las primeras palabras de mi hermano, que acompañadas de aquella enorme sonrisa hacían más fácil aún el confiar en ellas. Tomó mi mano derecha con su izquierda, mientras la otra reposaba sobre mi espalda para acercarme a él. No entendía nada de aquellas posiciones, pero simplemente me dejé guiar. Por último hizo que nuestras piernas se entrecruzaran y comenzó el baile, advirtiéndome en susurros que esta parte iría más despacio.

Aquel ritmo me era desconocido, pero me agradaba. Continuaba nerviosa, ya que no sabía qué era lo que debía hacer, pero por suerte Andrés lo hacía muy fácil y pronto empezó a resultarme divertido. Bailar en pareja parecía bastante más complicado que hacerlo sola, pero también tenía sus ventajas.

Bailar sola era otro mundo, simplemente me dejaba guiar por la melodía, haciendo que mi cuerpo la siguiera por instinto; como si este fuera mecido por el sonido. La música tenía esa capacidad de hacerte sentir libre, capaz de todo. Amaba bailar bajo la lluvia, cerrando mis ojos de cara al cielo y extendiendo mis brazos, girando sobre mi misma, descalza. Mi madre solía decirme que aquello no era bailar, que para bailar hacía falta música. ¿Qué era el ruido de la lluvia al caer sino música? ¿Y el sonido de las gotas estrellándose contra la tierra y las hojas de las plantas? Música, eso era música, y sentir como esta se producía al caer el agua sobre mi piel no tenía precio.

La lluvia, el baile, eran refrescantes, liberadores, del mismo modo que lo estaba siendo el baile con mi hermano. Nos separamos y juntamos varias veces, en las que trataba de seguir los pasos lo mejor que podía. Los giros también eran muy divertidos, y tras uno de ellos, Andrés volvió a acercarme a él, bailando juntos mientras empezaba a cantar parte de la letra. No pude evitar reír, contenta, al verle de aquella forma. A pesar de bailar agarrados, este tipo de baile también te hacía sentir libre, y el entusiasmo de Andrés era tan refrescante como la propia lluvia.

La canción continuó aún un poco más, y seguimos bailando, atreviéndome incluso a ser yo quien diera a mi hermano uno de aquellos giros; pero nuestra diferencia de altura no hizo más que provocar una torpe vuelta en la que obligué a Andrés a tener que agacharse. Reí ante mi torpeza, en lugar de avergonzarme, y es que me encontraba muy relajada, estaba divirtiéndome.

Finalmente la canción concluyó y solté las manos de mi hermano.

-Gracias por bailar conmigo, ha sido divertido. – le dije con una gran sonrisa, agradecida por haber querido bailar con alguien como yo. - ¿Te enseñó alguien? ¿O aprendiste solo? – pregunté curiosa.

La música continuaba y con ella el baile. Me maravillaba ver lo bien que se lo había tomado Scarlet con el baile, incluso intento darme una vuelta y la diferencia de tamaño me hizo agachar y romper en carcajada.

Unos giros mas y la música y el baile termina. Bueno la canción mejor dicho ya que la música continuaba, una vez estos chicos arman sus parrandas no hay quien los pare... bueno la policía pero para que lleguen y a un lugar apartado como este, tiempo ha de pasar. Además me encanta la rumba.

Nos sentamos en un bordillo y la curiosidad de mi hermana comienza a manifestarse.

- bueno, la verdad es que soy huérfano, es decir mi hermana y yo lo somos. - No anexaba mas información de mis padres básicamente porque no los conocí y la verdad no me importa en lo absoluto.

- Crecí con una amiga de mis padres y ella se esforzó para que yo heredara la cultura de los mismos. - Miraba a Scarlet - Es difícil de explicar, algo como las  tribus garou pero mucho menos rígido - Contestaba subiendo los hombros. Explicar la diferencia cultural de un latino con un gringo para el mundo garou era poco mas que imposible.

- El baile es parte fundamental de ello, así que me instruyó un tiempo pero luego en el cole me interesé en el basket y allí me di cuenta que los tíos que sabemos bailar ligamos más.- Dije y me puse a reír un poco del comentario, algo brusco pero totalmente sincero.

El teléfono me vuelve a sonar, es otro mensaje de whatsup avisándome de la fiesta en el BLUE.

- Dime Scarlet, ¿que quieres hacer? Tengo una fiesta humana si eso te llama, aunque la cantida de personas sería enorme. O podemos si lo prefieres volver a casa o que se yo. Lo que se te ocurra está bien.-

Cuando Andrés empezó a hablarme de su familia, me arrepentí de haber preguntado. Mi madre siempre decía que había que ser más cauta y menos curiosa, pero era superior a mí. Desvié la mirada a un lado, agachando levemente la cabeza ante mi metedura de pata, y es que suponía que hablar de sus padres debía ser doloroso. Mi familia y yo habíamos pasado por muchas cosas, pero siempre nos habíamos tenido los unos a los otros; no estaba segura como sería eso de tener una hermana de sangre, pero sin duda no sería lo mismo. Al menos había habido una mujer que cuidaba de ellos, había quien ni tenía eso.

Aunque aún seria, volví a mirarle al hablarme de cómo aquella amiga había trasladado la cultura de los padres a sus hijos. El concepto de cultura me resultaba un tanto confuso, pero creí entender lo que mi hermano quiso decir. Aquella amiga había sido una suerte de mentor, haciendo que los valores de los padres pasaran a sus hijos, lo que significaba que aún seguían vivos de alguna forma.

Miré al horizonte, pensando en ello con media sonrisa, cuando Andrés explicó que los chicos que sabían bailar ligaban más. Aquello me llevó a varias preguntas, como si las chicas que sabían bailar también ligaban más, o si de verdad era tan importante para todos los humanos eso de ligar.

- En ese caso, supongo que es importante para quien no se conforma con un compañero. - comenté al respecto, sin apartar la mirada del paisaje.

El teléfono de Andrés terminó sonando, y este me preguntó que era lo que quería hacer.

- N-no dejes de ir a la fiesta por mi, podré volver a casa... - dije algo apurada, levantándome del bordillo- No quiero importunarte. - dije con una sonrisa, sacudiéndo la falda de mi vestido, por si me habia ensuciado el trasero al sentarme.

Poco sabía de aquellas fiestas, salvo lo que me habían contado y había podido ver en aquel artefacto que tan poco me gustaba...Televisión? Tenía ganas de ver como era una de verdad, y comprobar si eran tan divertidas; pero no quería... Aguarle la fiesta? a Andrés porque fuera a estar pendiente de mí.

Río de forma sincera y espontánea ante el comentario de los promiscuos. - Razón llevas o eso creo. Dicen que la fidelidad es algo bonito y mágico y bueno... Ignoro si sea o no verdad. Yo soy un poco mas flexible al respecto.-

Miraba el paisaje mientras me terminaba de tomar la bebida, a diferencia de antes en el apartamento cuando estaba mas aburrido que una ostra. Ahora me encontraba relajado, no tenía deseos de ir a la fiesta que me invitaban y por el contrario quería estirar las piernas.

Veo divertido como Scarlet se incomoda y pretende hacerse la que no quiere ir. Ja, intrigada.

- La verdad creo que podemos hacer algo diferente. - Le digo mirándola a los ojos.

Me voy hasta donde aparque la motocicleta y la comienzo a arrastrar por la carretera llamando a Scarlet para que camine a mi lado.

Cuando estábamos lo suficientemente lejos de los demás, me detengo y le miro a los ojos con emoción en la mirada. - Vamos a tener un cambio. ¿Te parece una carrera hasta la casa, por el bosque?-

Y mientras esperaba su respuesta mi cuerpo perdía tamaño, los huesos de mi cuerpo se quebraban y re acomodaban para el cambio de forma. La ropa que llevaba puesta en lugar de desgarrarse o caer al suelo se juntaba mas a mi cuerpo y en un momento dado se fundió con mi piel; mientras mi motocicleta se unía a mi cuerpo en forma de tatuaje que lentamente fue cubierto por un pelaje negro.

-#Entonces, ¿Te animas?# -

Miré a Andrés desconcertada, no entendía que tenía de gracioso lo que había dicho respecto a la importancia del baile. Me encogí de hombros cuando habló sobre la fidelidad. Podía intuir por mis padres que aquello podía ser cierto, pero en realidad no sabía si para mí sería igual; y es que ni siquiera había pensado en la posibilidad de tener un compañero.

Ya no se trataba sólo de mi aspecto, no podría procrear; ni siquiera en eso era normal. Quién querría compartir su vida conmigo si ni siquiera podía darle hijos? Por no hablar de las miradas de desprecio que siempre me acompañaban. Esas eran y serían mis más fieles compañeras.

Seguí a mi hermano por la carretera, hasta que dimos con una zona más discreta y me ofreció volver a casa de otro modo, en otra forma. Me quedé mirando como su cuerpo cambiaba, y asentí cuando se dirigió a mi una vez hubo terminado. Me quité las gafas de sol y cerré los ojos, dejando que mi cuerpo se reconformara, adoptando una forma cuadrúpeda y más primitiva. Mi ropa se fundió con mi aparecido pelaje, blanco y brillante, mientras que las gafas y colgante quedaron marcados en mi oreja izquierda en forma de dos lunares.

Al volver a abrir mis ojos ya me había transformado en loba completamente, y dirigí mi mirada escarlata a mi hermano, sosteniéndosela unos segundos, hasta que de repente, esperando haberle despistado, eché a correr por el bosque.

Hotch se distrae un momento de su charla con Pragna para mirar al televisor y una sonrisa se dibuja en su rostro.

- Jajajjajajaja....

luego mira a Pragna y le señala el tv.

- A que nunca la viste? antes la he visto y me parecio bueno, pero desde que he cambiando no la habia visto...veamos que se siente, como cambia ahora la perspectiva.

En sus ágiles formas de lobo, la carrera no sólo se hizo más corta por andar en cuatro patas; sino también más sencilla pues sus gráciles patas se acomodaban instintivamente sobre cada tramo del oscuro terreno que despedía un aroma a pureza, a exhalación de bosque, con el frescor que bañaba sus pelajes de la misma esencia y los sintonizaba mejor con Gaia.

El flujo del Kaos tenía fuerza, la umbra sin duda, sería un paraje indómito, lleno de energía espiritual pero también del capricho de la inquieta entidad de la creación.

Las criaturas se apartaban instintivamente de sus caminos, conocedoras del aroma que los identificaba como criaturas que reinaban sobre la cadena alimenticia.

De pronto, el frescor del aroma del bosque regaló un pequeño y sutil rastro de un hedor nauseabundo, como de drenaje, de huevos en descomposición...

El programa de televisión se detiene, la cadena de noticias interrumpe con una nota de último momento:

..tres días desde que ocurriera la masacre más controversial de la última década en suelo americano en Manhattan, la policía continúa investigando este extraño crimen que tiene todas las señales de ser un ataque terrorista.

Aún se está identificando a las víctimas de este genocidio ocurrido en medio de una lujosa boda.

Mientras tanto, la policía agradecerá cualquier información sobre el paradero de la heredera de Hartcourt Corp; Helen Hartcourt, quien al parecer es la única sobreviviente de esta tragedia, para cualquier información llamar a los teléfonos 55505145 o 164176105, se dará una generosa recompensa

La noticia termina y la película continúa.

No hay señal de los chicos, quizás sea momento de llamar alguno al móvil.

En tu ágil forma de lobo, la carrera no sólo se hizo más corta por andar en cuatro patas; sino también más sencilla pues tus gráciles patas se acomodaban instintivamente sobre cada tramo del oscuro terreno que despedía un aroma a pureza, a exhalación de bosque, con el frescor que bañaba sus pelajes de la misma esencia y los sintonizaba mejor con Gaia.

El flujo del Kaos tenía fuerza, la umbra sin duda, sería un paraje indómito, lleno de energía espiritual pero también del capricho de la inquieta entidad de la creación.

Las criaturas se apartaban instintivamente de tu camino, conocedoras del aroma que te identificaba como una criatura que reinaban sobre la cadena alimenticia.

De pronto, el frescor del aroma del bosque regaló un pequeño y sutil rastro de un hedor nauseabundo, como de drenaje, de huevos en descomposición...

Además, el aire trajo consigo también, rastros del aroma de dos de tus miembros de manada: Scarlet y Andrés.

Pragna estaba viendo la película sorprendida, realmente aquello era curioso, ante el comentario de Hotch niega con la cabeza y dice:

- No, la verdad que nunca he visto esta película, si, bueno se siente un poco raro no?

Pero en ese momento interrumpieron con una noticia, al parecer se había producido una carnicería en algún lado, mientras la noticia dura Pragna dice:

- Vaya... la gente sigue siendo demasiado violenta creo...

Entonces volvió la película y no dice nada mas 

Hotch, se queda un rato pensativo antes el nombre de Hartcourt, de algún lado le sonaba el nombre.

- Ese nombre....Hartcourt....me suena de algún lado...

No podía recordar donde lo había oído, si con su padre o en algún otro lugar.