Partida Rol por web

El Condado de la Flor de Piedra

1. La llegada de Ariadna

Cargando editor
25/05/2011, 22:55
Dama Danielle

 Danielle inclinó la cabeza a modo de saludo.

- Dama Ariadna, un placer.

Mientras la miraba observó, fijandose en los abalorios que llevase además de otros detalles. Después de todo, hacía mucho que no veía artesania que no fuese la local.

Cargando editor
25/05/2011, 23:28
Dama Ariadna

 Sin dudarlo apenas unos segundos, Ariadna tomó del brazo al Barón no sin antes dirigirle una alegre mirada a Sir Marin. Se dejó guiar hasta las dos Damas que hablaban entre ellas. No parecían muy entusiasmadas, más bien críticas, pero no le importó.

La joven flexionó brevemente las rodillas a modo de saludo y les dedicó una sonrisa.

-Lo mismo digo, Dama Danielle. Es toda una alegría poder encontrarme aquí hoy.

Cargando editor
26/05/2011, 00:22
Dama Axelle

Por la expresión severa de Danielle, Axelle pudo percatarse que había tocado un tema sensible para la dama. Al fin y al cabo ella era una de las pocas personas a las que Nadia podía acurdir, así que seguramente sabría más de algún detalle que a los demás les había pasado desapercibido. Igualmente se sintió satisfecha al ver que ella también era de los que pensaban que la eshu se había convertido en una esclava.

La Canciller se sonrió y volvió a mirar al frente cuando Lord Ibrahim y la Dama Ariadna comenzaron a acercarse. Y al igual que la Portavoz, inclinó la cabeza a modo de saludo.

-La alegría es nuestra... -dijo girándo la cabeza hacia la derecha y levantándo un poco el mentón para verla mejor con su ojo sano-. Por eliminación sabréis que soy la Dama Axelle -la Canciller hizo una pequeña pausa y después prosiguió-. Decidme, Dama Ariadne, ¿qué pensáis del feudo y sus habitantes? Por una vez qme gusta´ria saber la opinión de una mano inocente...

Cargando editor
26/05/2011, 01:08
Dama Ariadna

 La sonrisa de Ariadna se nubló durante un instante. La pregunta de la Canciller era atrevida y bastante comprometida. En realidad no sabía delante de quién hablaba porque apenas les conocía de intercambiar dos o tres frases cordiales. Pero, noble como era su casa, decidió responder con sinceridad.

-Bueno, apenas acabo de llegar así que tampoco esperéis gran cosa, Dama Axelle. –Echó un vistazo alrededor y después volvió a mirarla, esta vez sin atisbo de duda-. Presumo que sois gente que ama el festejo, o al menos que sabe disfrutar como es debido de una fiesta como Beltaine por los rostros de cansancio y la escasa presencia de los cortesanos. Aun así, al menos los que han hecho el esfuerzo de acudir a la recepción, imagino que son gente respetuosa y cordial que responde como es debido ante sus responsabilidades. Del resto no puedo hablar. Supongo que hasta ahora el trato ha sido el esperado, así que no tengo motivos para agasajar de más ni de menos, aunque me siento realmente emocionada por estar aquí. Y en cuanto al feudo en sí es francamente hermoso. Mi más sincera enhorabuena a aquellos que lo decoraron. – Entrelazó los dedos de sus manos y miró al Barón y a las dos damas-. Espero que os haya complacido la respuesta, Dama Axelle.

Cargando editor
26/05/2011, 01:10
Lord Ibrahim

Lord Ibrahim casi no pudo dar crédito a la pregunta de la atrevida Canciller. Por mucho tiempo que haya pasado en la Corte, no lograba acostumbrarse a la inteligencia sibilina de la mujer. No es que fuera de su agrado, ni mucho menos, pero diablos, era... astuta.

El Barón chascó la lengua, y sonrió, recomponiéndose. Aún así, la muchacha había sido cauta e inteligente.

- No creo que se le deba hacer ese tipo de preguntas a una Dama recién llegada, cuando por seguro no ha podido admirar todas las bellezas que le aguardan en el Feudo, ¿verdad? - El tunecino prestó de nuevo su brazo a Ariadna. - Seguro que el viaje ha sido largo, y estaréis deseosa de un refrigerio, ¿no es cierto? Si nos disculpáis, Damas, creo que Ariadna debe refrescarse. Un placer.

Inclinó la cabeza, como lo hizo al llegar, y se alejó de allí con la muchacha.

Cargando editor
26/05/2011, 01:16
Lord Ibrahim

Cuando se hubieron alejado a una distancia prudencial, Ibrahim sonrió de nuevo a la Gwydion.

- Disculpad a Lady Axelle. Tanto tiempo entre espadas le ha nublado un poco las formas. - El Beaumayn miró en derredor - Veamos, ¿dónde estará Bernhart? De seguro queréis una bebida, ¿me equivoco?

Cargando editor
26/05/2011, 01:17
Dama Axelle

-¿Cómo no me iba a complacer vuestra respuesta? -mintió, aunque era lo que se esperaba de alguien que desconocía los sucesos más escabroros del feudo, y más aún de una joven cuyo principal objetivo era agradar a los máximos sidhes posibles en aquel momento.

La Canciller suspiró y a continuación observó alzando una ceja como Ibrahim se disponía a alejar a la recién llegada de ella. De todas formas era de entender que alguien capaz de ver el futuro quisiera evitar que la Fiona le dijera unas cuantas cosas a Ariadna sobre el oscuro pasado del lugar.

-Dama Ariadna -llamó su atención-, antes de iros quiero que recordéis esto que os voy a decir -anunció con una sonrisa sardónica-. Dentro de unos meses volveré a haceros esta misma pregunta, y entonces me gustaría que contestárais con completa sinceridad... Podéis tomároslo como un pequeño juego. Ahora... Que paséis un buen día.

La dama volvió a inclinarse para despedirse.

Cargando editor
26/05/2011, 14:06
Dama Ariadna

 Tardó muy poco en darse cuenta de por dónde iban los tiros. Miró fijamente a Axelle durante unos segundos, fijándose en el único ojos sano que le quedaba, y tomó de nuevo el brazo de Ibrahim. Aquella mujer tenía un carácter muy acorde a su imponente apariencia. Tenía la corazonada de que acababa de conocer a alguien con quien era mejor no llevarse mal.

Iba a comentarle algo al Barón cuando la sidhe volvió a dirigirse a ella con una propuesta… curiosa cuanto menos.

-Aborrezco las falsas apariencias, Dama Axelle. Estaré encantada de responderos en unos meses. Que paséis buen día.

Cargando editor
26/05/2011, 14:12
Dama Ariadna

 

 Ariadna continuó caminando junto al Barón algo sorprendida por la extraña situación que se acaba de dar.

-Es una dama, la Canciller, de quien creo que no me fiaría demasiado. Aunque quizás esté haciendo un juicio temprano –comentó, más para ella que para ambos. Suspiró con cansancio, pues el viaje no había sido del todo cómodo, y miró al Barón con una media sonrisa-. Me encantaría ese refrigerio en estos momento, Lord Ibrahim.

A pesar de todo, parecía que el buen humor de la joven era imborrable.

Cargando editor
26/05/2011, 14:16
Bernhart

El mayordomo se acercó al trío de sidhes. Era un hombre bajo, regordete y con la tez oscura, con gafas y el pelo ensortijado.

-Mis señores -dijo haciendo una inclinación-. Si me permitís pediros que me acompañéis, por favor...

El boggan inició su marcha a través del pasillo y la escalera que llevaba al piso superior.

-Las habitaciones de invitados se encuentran arriba. En todo momento podrán moverse por este ala, mas es mejor evitar las otras desde la mañana hasta la tarde. Los mortales suelen venir para visitar el Castillo. El Conde ha prohibido que nos mostremos como duendes, de modo que si os topáis con un grupo de turistas, será mejor que tratéis de disimular.

Los condujo a dos habitaciones contiguas. Abrió la primera puerta revelando un cuarto amplio y luminoso, aunque impersonal.

-Mi señor, este será vuestro cuarto. -Después abrió la de al lado-. Mi señora, como podéis imaginar este es el vuestro. El equipaje será traido por los criados en unos minutos. ¿Han traido consigo a algún criado?

Cargando editor
26/05/2011, 17:08
Dama Danielle

 Danielle observó el intercambio, mientras pensaba como la corte ya empezaba a ganar enteros en diversión y era el primer día. Cuando la canciller y dama Ariadna acabaron su conversación, inclinó levemente la cabeza también a modo de despedida.

- Sir Jorge, se educado y despidete tu también.- le dijo a su quimera sabiendo, perfectamente, la imagen que daría dicho gesto de ella. Era lo que pretendía.

Espero a que se retirasen lo suficiente para girarse hacía Axelle con una mirada divertida, todavía en silencio.

Cargando editor
26/05/2011, 18:12
Lord Ibrahim

Ibrahim, que había seguido a Bernhart y a los dos Sidhe, se giró hacia el criado.

- Oh, no os preocupéis, Bernhart. Hoy mismo hablaré con Helène para que venga a servir a la Dama Ariadna como doncella hasta que podemos encontrarle una más adecuada, si está dispuesta, claro... - Se giró a Ariadna. - No me gusta tratar a mis cortesanos como criados. Aunque estoy seguro de que estará encantada de poder serviros.

Así la mantendré alejada de Sir Bastien por un tiempo..., pensó convenientemente el Barón.

- Bernhart, si tenéis la amabilidad, mandad a una criada para que prepare un baño tanto a Sir Ariadna como a Sir Marin, y decid a los cocineros que preparen un refrigerio para ambos. El viaje ha sido muy largo y estoy seguro que querrán descansar.

Luego miró a los dos Sidhe y sonrió.

- Yo os dejo, por el momento. Para lo que pueda serviros, estaré por la Corte, o en mi Feudo. Sólo tenéis que preguntar al Conde mis señas si algún día queréis visitarlo. Es una invitación formal, quede claro. - Rió para ambos. - Bueno, no os quiero tomar más tiempo. Descansad, e instalaos. Hasta pronto.

Inclinó la cabeza a modo de despedida para ambos, y se alejó de nuevo, a la sala principal.

Cargando editor
26/05/2011, 21:59
Sir Marin

Después de que el boggan asintiera a las palabras del Barón, se dispuso a cumplirlas de inmediato, dejando a Ariadna y a Marin a solas. El adusto sidhe se pasó la mano por la barba, pensativo.

-Qué irregularidad. ¿No es este el Barón? ¿Por qué enviaria un Barón a sus cortesanos a la corte del Conde para atender las necesidades de los huéspedes de éste? -preguntó el Gwydion algo confuso-. Parece una maniobra más interesada que otra cosa. Ariadna, te sugiero que no contraríes al Conde y que aceptes su hospitalidad. Quizá malinterprete el gesto de Lord... ¿cómo se llamaba?

Cargando editor
26/05/2011, 22:15
Dama Axelle

Desde luego, ariadna era una chica demasiado atractiva y lista como para quedarse quieta viendo el tiempo pasar, por muy inocente que pareciese. Axelle se volvió hacia la portavoz y levantó una mano haciendo un gesto que intentaba quitar importancia al asunto. 

-No he podido evitarlo -le dijo a Danielle-, pero bueno, eventualmente tenía que descubrir que todas las cortes tienen sus lados oscuros. ¿Si no dónde estaría la diversión? -se encogió de hombros y prosiguió-. Lord Ibrahim la acaba de conocer y la ya está intentando proteger de lo inevitable. Pero no creo que la Dama Ariadna aguente mucho sin entrar en algún intríngulis cortesano...

Repentinamente, un bostezo se apoderó de su garganta, advirtiéndole de que vendrían más como nos e acostase pronto.

-Hum... Si me disculpáis, Dama Danielle, me gustaría retirarme. No creo que aguente mucho más en pie por hoy.

 

Cargando editor
26/05/2011, 22:37
Dama Danielle

 Danielle asintió las palabras de la canciller. Era evidente que tratar de proteger a los demás de la verdad sólo podía ser perjudicial a largo plazo... desgraciadamente, muchos de sus congeneres lo veían como parte de su deber. Estúpidos. La gente debe poder ver la verdad si es eso lo que desean. El protegerlos de esta sólo les hacía débiles ante los depredadores... pero no iba a ser ella quien les iluminase.

- La luz nunca muere, canciller, ni siquiera en los monstruos. Lo que hay que saber es lo que realmente nos agurada ahí fuera y estar listos para asumirlo. Espero que la Dama Ariadna no se deje proteger demasiado... o se encontrará en una situación de vulnerabilidad que nadie puede permitirse en esta o en ninguna otra corte.

Al ver el bostezo de la canciller y sus posteriores palabras asintió.

- Sí... es tarde y ha sido una noche muy larga. Espero veros pronto, Canciller Axelle.

Dicho eso, inclinó levemente la cabeza a modo de despedida.

Cargando editor
26/05/2011, 23:24
Lord Ibrahim

Lord Ibrahim, acompañado de Lord Bastien, se despidió del Conde y de la Corte, y volvió a su Feudo en coche.

Una hora después, ya estaba subiendo la larga escalinata del Palacio de la Tormenta de Arena, aún a medio construir. Saludó a Pollux, que andaba garabateando cifras en la puerta de entrada, posiblemente enfrascado en teoremas de edificación para las nuevas torres. Al entrar a la sala principal, dio un abrazo a Jan y le pidió que trajera agua fresca a su habitación, y que llamara a Helène.

Se despidió de Lord Bastien, y subió la única torre construida de momento, que era su habitación. Se sentó en el banco de piedra de la balconada, bajo el parasol. Después de unos minutos, entró Jan con una bandeja, con una copa y una jarra de agua de cobre. Se lo agradeció, no sin antes sacar del bolsillo de sus bombachos una chuchería de latón que había comprado en un mercadillo de camino a Beltaine: una libélula que movía las alas al accionar una palanquita de un lado al otro. Le sonrió y dejó que el niño se fuera correteando con su nuevo juguete. Se sirvió una copa de agua y observó los pequeños remolinos de arena que formaba la brisa cálida de su feudo, mientras esperaba a Helène.

Cargando editor
26/05/2011, 23:58
Helène

El ligero sonido de los cascos sobre la alfombra anunció la llegada de Helène. La sátiro rubia, de hermosos ojos dorados, hizo una inclinación al entrar en la habitación.

-Mi señor... ¿Me llamabais?

Cargando editor
27/05/2011, 00:01
Lord Ibrahim

Ibrahim sonrió y le hizo un gesto para que entrara mientras hablaba.

- Pasa, Helène... Siéntate conmigo.

Cuando la sátiro lo hubo hecho, le tomó de la mano, cariñosamente y le habló mirándole a los preciosos ojos dorados.

- Verás, te he llamado a llamar porque me gustaría que me hicieses un favor. No te veas comprometida a aceptar si no te gusta la idea, pero creo que podría ser bueno para tí en este momento... - Hizo una pausa y prosiguió. - Verás, ha llegado una Dama nueva a la Corte del Conde Lothar, la Dama Ariadna ni Gwydion. Es una muchacha muy bella, y muy educada, sé que te gustará. El caso es que ha llegado sin doncella para que la atienda, y bueno, pensé que tú podrías ayudarla. Sé que te tratará bien, es muy buena chica.

El Barón bajó la vista un momento, y luego siguió.

- En parte, también creo que deberías dejar el Feudo por un tiempo. Sé lo que ocurre con Sir Bastien, y no quiero permitir que siga ocurriendo, así que te propongo que vayas a atender a Ariadna y también estés unas semanas fuera, para poder arreglar el asunto. No creo que sea justo para tí, porque no eres su muñeca, Helène. Sé que quizás no me lo dijiste antes por miedo, pero ahora que lo sé, realmente quiero ayudarte. Ve a la Corte de Lord Lothar, ayuda a Ariadna a encajar en la Corte, sé sus ojos, y aléjate de aquí, porque no quiero que sufras. - Sonrió débilmente. - Por otro lado, quiero que sea enteramente tu decisión, así que si no te parece buena idea, no lo haremos, pero que sepas que tomaré cartas en el asunto con Bastien, y no me gustaría que estuvieras por aquí por si toma alguna represalia tonta contigo.

Le soltó la mano, y le acarició la mejilla.

- ¿Qué te parece?

Cargando editor
27/05/2011, 00:15
Helène

Helène se encogió al contacto, aunque no se apartó. Cuando Lord Ibrahim habló sobre enviarla a otro lugar, la sátiro puso mala cara.

-Mi señor, haré lo que vos digáis. Pero... no sé si podré marcharme. Tengo mi trabajo en Vendôme y no estoy sobrada de vacaciones. Y nunca he sido doncella de una noble. No sabría qué hace rni cómo actuar.

Cargando editor
27/05/2011, 00:21
Lord Ibrahim

Ibrahim arrugó la nariz.

- Vaya... Lo entiendo. Por ser doncella, no te preocupes. Sólo tienes que ser tú misma, y escuchar los deseos de Ariadna. Eres perfecta tal y como eres. Sobre el desplazamiento... Depende de lo atada que estés a tu vida mortal. Si sólo es el trabajo, te animo a irte. Ya conseguirás algo cercano, y mientras tanto, en la Corte no te hará falta de nada. Hablaré con Bernhart para que os consiga una habitación en palacio. Pero sin embargo, si tienes lazos con tu vida mortal, como amigos, o tu familia, entonces ya es tu decisión. Olvídate que soy tu Barón por un momento y piensa en lo que verdaderamente te gustaría hacer, aunque debo reconocer que me harías un gran favor aceptando. - Y rió, para aliviar tensión.