7 de febrero de 2000
Después de las festividades de la boda y la paz subsiguiente, en Torres Negras se reunieron los nuevos esposos y sus dos Adivinos. Sir Earil y Lady Evonne ocuparon cada uno una silla junto a sus señores para tratar el tema que a los cuatro preocupaba: ¿dónde estaba Danielle?
Sir Earil llevaba ausente de la Corte una buen porción de tiempo y ahora parecía más misterioso y Eiluned que antes. Sostenía la mirada a Marion con una fijeza poco cortés y no decía nada a no ser que le preguntasen, pero estaba decidido a encontrar a la Portavoz tanto como los Condes.
Lady Evonne se había tomado el asunto muy en serio, y ya le había expresado tanto a Marion como a Lothar su intención de emplear todos sus recursos en la búsqueda de Danielle, sobre todo si había sido secuestrada por los plebeyos. Era un tema que no despertaba ninguna simpatía en ella.
Permanecía sentada, erguida y con el ceño ligeramente fruncido mirando un punto indefinido. No le agradaba el hecho de que Sir Earil estuviese tan poco participativo, pero no dijo nada al respecto.
Lady Marion le devolvía a Earil miradas inocentes y cargadas de honesta confusión, y cabezas ladeadas, pero tan pronto como terminara la reunión hablaría con él. Con suerte, simplemente recordaba que Marion despreciaba a la Dama Danielle y se preguntaba por qué mostraba interés en encontrarla, o incluso sospechaba de su implicación. Si no era así... Lo averiguaría después de la reunión.
Se irguió en su asiento y miró a su amiga antes de dirigirse a todos los reunidos.
-Ya sabemos por qué estamos aquí. La Portavoz Danielle ha desaparecido, y hay indicios de que ha sido obra de un movimiento de liberación plebeyo que lleva un tiempo operando en el Condado, liderado por un sátiro que se hace llamar Gastón. Suelen reunirse en El hogar, pero hasta ahora no se le ha capturado.
-Ese feudo es competencia de Lord Quent -observó Sir Earil con voz susurrante-. Pero creo que estamos lejos de poder pedirle que lo vigile.
Evonne miró brevemente a Earil y después a los Condes.
-Bueno, en ese caso deberíamos hacerlo nosotros. Tenemos razones de sobra para argumentar por qué lo hacemos.
-El hogar no es competencia nuestra -concedió Lady Marion-, pero Danielle sí. Y no hablo de ir a vigilarlo, al menos de momento. -Marion posó la mano sobre la de su marido, sobre la mesa-. Primero querríamos saber si podríais encontrar a la la Portavoz mediante la magia.
-Puedo intentarlo otra vez, pero en mis investigaciones particulares no logré hacerlo -dijo Sir Earil.
-Es lógico. El que la tenga retenida se habrá asegurado de protegerse de estas artes. Aun así, quizá merezca la pena intentarlo de nuevo -sugirió, mirando al Adivino.
-¿Necesitáis algo en particular? -preguntó Lothar dirigiéndose a Evonne.
Evonne lo meditó unos segundos.
-Una baraja de tarot será suficiente.
Lothar dio orden de que se lo trajeran y le tendió el mazo con delicadeza.
Evonne observó que Lothar no dejaba de mirarla desde que se habían sentado a hablar. Además, al darle la baraja sus dedos tocaron superficialmente los suyos.
Evonne carraspeó y se centró en el mazo, recolocándolo y barajándolo de diferentes maneras hasta que estuvo satisfecha.
-Bien... -dijo, más para sí que para el resto.
Le tendió la baraja a Earil para que la partiese por la mitad y comenzó a colocar las cartas bocabajo sobre la mesa con delicadeza, como si fueran algo frágil que se pudiera romper. Después, una por una, fue dándoles la vuelta fijándose en los símbolos y su posición.
Motivo: Where?
Dificultad: 8
Tirada (7 dados, se repiten 10s): 8, 7, 9, 6, 3, 9, 6
Éxitos: 3, Fracaso
Evonne realizó la tirada de Tarot y Earil soltó una exclamación al comprender su significado. Había tantas espadas invertidas, tanto conflicto y sufrimiento que era de esperar lo peor. La Muerte junto a la Torre invertida. Desastre. Tortura. Muerte.
Todas aquellas cosas decían las cartas.
Evonne apretó los labios. Tardó unos segundos en recomponerse y volver a hablar mientras recogía las cartas.
-Debemos encontrarla de inmediato. Si no es ya tarde... Traedme un barreño con agua. O un espejo. Lo que sea, una superficie reflectante -exigió poniéndose en pie, demasiado nerviosa como para permanecer sentada.
Marion, preocupada por la urgencia de Evonne, se levantó de su silla. Su amiga no parecía tener tiempo para esperar a un criado, y la Portavoz tampoco. Vació un frutero de metal, cogió una jarra de agua y volvió con él a la mesa.
Después dejar la jarra en la mesa y darle el frutero a Lady Evonne le puso la mano en el hombro para tranquilizarla y permaneció al lado de su amiga.
Si hubiese tenido una prenda o algo perteneciente a la Portavoz habría sido más fácil. Pero no lo tenía, así que debía depender de sus propios recursos.
-Gracias -le dijo a Marion.
La Leanhaum se acercó también al lugar donde había cogido el frutero y tomó un cuchillo y una servilleta. De espaldas a los presentes, para que no se alarmasen, se hizo una pequeña hendidura en la yema del índice. Todo arte requería un sacrificio. Después volvió junto al frutero y posó el dedo sobre la superficie.
-Imploro a las nieblas que se disipen para mostrarme vuestro reflejo, Dama Danielle.
Retiró el índice y se limpió con la servilleta mientras en la superficie las hondas cobraban forma.
Motivo: Espía
Dificultad: 8
Tirada (7 dados, se repiten 10s): 4, 3, 3, 5, 1, 7, 3
Éxitos: 0, Fracaso
Bueno, pues a Dif 8, 0 éxitos. Menos mal que he gastado FdV.
Si la dificultad era menos, echale un vistazo a la tirada para ver los que tengo.
-2 FdV
La superficie acuosa tembló antes de mostrar el cuerpo inerte de Danielle entre lo que parecían piedras, terrones de tierra y raíces. Sus ojos mortales estaban fijos en ninguna parte y su rostro, pálido y lunar, lucía un par de moratones y algún otro rasguño. Estaba semidesnudo y en la garganta, como una sonrisa, había un corte rojo y mortal.
Lothar ahogó una exclamación y buscó la mano de Marion bajo la mesa.
Evonne contempló la escena sin moverse un ápice. Después se dejó caer sobre la silla con peso muerto.
-Lo lamento -musitó. Y no dijo nada más.
Apretó la mano de Lothar sin apartar la vista de la imagen de la Portavoz. La habrían interrogado y la habrían abandonado después de conseguir lo que querían de ella, porque si quisiesen mandar un mensaje, supuso, se la habrían encontrado en la puerta. Se preguntó qué podría saber la imbécil de Danielle que fuese tan importante.
-Buscad a Gastón -pidió, ronca, después de unos momentos.