Partida Rol por web

-​​​​​​-Yo me mantendré fuera de esto. Iré a darme un baño antes del almuerzo... Con su permiso caballeros, confío en sus habilidades. Sobra decir que si atrapan al sr. Manley diré que es simplemente el chófer que me asignaron cuando llegué, espero no lleguemos a ese extremo- Me despido de los demás y subo a la suite, preparo mi mejor traje para la subasta, me ducho y práctico 15 minutos de Tai-Chi antes de volver al salón para el almuerzo.

  Me acerco a Manley para comentarle. - Mi buen amigo Manley, no tienes que hacer nada con el artefacto. Bastará con que te lo lleves. - Le sonrío mientras el doy unas palmaditas en la espalda. - O mucho me equivoco o en eso es de largo el mejor de los presentes. 

El Sr. Wong se retira a sus aposentos discretamente y el bueno del Doctor Baker debe decidir si dejarse llevar y participar en el descabellado plan de alarma y asalto propuesto por los dos hombres de acción.

Quizás no quiera renunciar a la posibilidad de echarle un vistazo por si mismo a la supuesta maravilla de la ciencia.

En estos momentos el jardín está desierto, salvo por los dos del invernadero, todo el personal del hotel está ocupado preparando el comedor y en cocina. La mayoría de los huéspedes o están ya en el comedor, o están en sus aposentos preparandose para bajar.

Una vez en mi habitación saco de mi equipaje un antiguo tomo con una gruesa tapa de cuero negro endurecido. Enciendo los inciensos alrededor de la habitación y me siento en medio con las piernas cruzadas mientras voy pasando las páginas con delicadeza. Mi dedo se detiene en una página que reza rituales oscuros que indican cómo contactar con seres etéreos. Ahora que sabía la ubicación del desintegrador, o al menos lo presumía, quería comprobar si aquel artefacto estaba conectado con fuerzas más allá de la comprensión humana.

Me concentro mientras mis labios susurran la letanía olvidada en aquellas oscuras páginas.

Poco a poco tu mente va adentrándose en un lugar oscuro y silencioso, el vacio te rodea y dejas atrás la materia.

Puedes sentir que has abierto el canal de clarividencia correctamente y buscas intuitivamente la idea del Desintegrador para percibir su esencia… pero algo ocurre, tu conciencia se da de bruces con una fuerza que interrumpe tu visión, es como una gran neblina, como una interferencia, no puedes determinar su origen, pero está cerca, lo puedes sentir.

Haces más y más esfuerzos por atravesarla, pero no consigues más que comprender que no estás solo en ese espacio oscuro, silencioso y vacío. Otra mente, otra fuerza, algo, está observando igual que tú, pero a diferencia de ti, su visión es más amplia y no parece estar realizando ningún esfuerzo, tienes la sensación de que lo observa todo mientras tu apenas podrías ver algunos retazos en el mejor de los casos.

Agotado, sales de tu trance, has gastado mucha más energia de la prevista, no podrías haber dado más de ti en una sola sesión, de algún modo te sientes consumido, hambriento y débil.

No puedes estar seguro de si has sido percibido por esa fuerza, solo estás seguro de que su origen, de algún modo, está cerca y de que al igual que tú, observaba el dispositivo y todo lo que le rodea, quizás todo el hotel.

Las sensaciones de la experiencia aún perduran en tu mente, y ya con algo de distancia consigues darte cuenta de algo de lo que no podías en plena inmersión.

La naturaleza de la energía con la que te has topado, no se trata de que fuera más fuerte, sino de su frecuencia, totalmente ajena y extraña a la frecuencia en la que trabajan las ondas mentales humanas. No puedes saber que es, pero si que no es humano. 

Aquello que observa no es como tú.

¿Que había sido aquello? Una mezcla de emoción y terror se arremolinaba en mi interior. ¡Lo había conseguido! Finalmente había contactado con un ser fuera de este mundo, pero que por algún motivo se mantenía atento a nuestra realidad. El motivo era sin lugar a dudas aquel artefacto: El Desintegrador.

Durante unos minutos pensé que hacer. ¿Debería continuar con el plan de participar en la subasta y correr el riesgo de que aquella poderosa Corporación se hiciera con el artefacto? No, no podía correr el se riesgo, tenía que apoderarse de él, tenía que saber que eran esas fuerzas que lo vigilaban, tenía que comunicarme con ellos.

Apresuradamente bajé al primer piso bastón en mano, ingresé al salón comedor buscando con la mirada a los demás.

Y el tiempo pasa y cada vez hay más posibilidades sobre la mesa, lo que no facilita la decisión, los heroes saben que están asumiendo riesgos, lo que no saben aun es...

En ese momento baja el Sr. Wong, parece excitado, agotado y sobrecogido.

Aquellos vigilantes eran profesionales y comian por turnos. Tom no veia ni un resquicio en su vigilancia.

Intento disimular mi cansancio mientras me acerco a la mesa para finalmente sentarme, exhalo agotado mientras observo algo paranoico de lado a lado. Cuando me he cerciorado que nadie nos ve empiezo a hablar. -Tenemos que hacernos con el artefacto de cualquier modo, no podemos permitir que los de la Corporación se lo lleven. He comprobado que su naturaleza es algo que escapa a la comprensión humana. Señores, ante nosotros hay algo más que un simple descubrimiento científico, es algo que va mucho mas allá...- Sabía que mis palabras sonaban a locura, pero era mi verdad, tenía que hacerles entender de una u otra forma. Pero, ¿Cómo?

Entonces lo recordé, aquel tipo famélico que se sentaba junto al tipo armado, no tenía pintas de ser un guardaespaldas, ¡Si hasta parecía que en cualquier momento caería fulminado de un paro cardiaco! ¿Acaso aquella presencia que noté estaba mezclado entre nosotros?, Tenía que encontrarlo y comprobarlo, si era capaz de desenmascararlo dejarían de verme como un loco. -Se que suena a locura, pero... Tengo como comprobarlo, ¿Dónde están esos tipos armados que parecían ser los guardaespaldas del pez gordo? Algo me dice que uno de ellos no es lo que aparenta ser. Era una teoría arriesgada, pero poco más podía hacer. -O pueden creerme, ayudarme a apropiarme de ese artefacto y largárnos de aquí... ¿Que dicen?-

No entiendo nada de lo que dice usted le confieso al Señor Wong. ¿Está diciendo que el desintegrador ese funciona de verdad? ¿Cómo demonios lo sabe usted? ¿Y que dice del guardaespaldas? ¿Puede explicarse usted mejor?

   Me acerco al señor Wong.

   -Bueno en eso estábamos. Había propuesto una distracción para que el personal del hotel no interfiera. - Intento recordar historias de la trincheras de la gran guerra. - Creo recordar que hay un modo de generar un equivalente casero del gas mostaza, quizás alguno de los cerebritos aquí presentes puede ayudarme en eso. 

   -Creada la distracción podemos inundar el invernadero. Esta cubierto de cristales, no sería difícil introducir una bomba de humo en su interior. -  Hago una  pausa para cercionarme que nadie a parte de nosotros esta escuchando. - Dejamos unos segundos y el señor Manley y yo entramos arma en mano. Los guardas semi ahogados y confusos no deberían ser problema. Un trapo húmedo nos protegerá el tiempo suficiente para entrar y salir... O eso espero, claro.

Tom se queda con la boca abierta Pero caballeros, no deberíamos esperar a tener alguna oportunidad  con la subasta? Mi intención era tomar más datos del artefacto. Mmm no se que se refiere con ese individuo Mr.Wong, pero más valdrá mantenerse alejados. Y en cuanto al gas mostaza, podríamos matar a los vigilantes. Quizás un gas más somnifero si que podría surtir efecto. Pero no se si tendré  todo el material para fabricarlo... y no creo que encuentre un laboratorio por aquí. Pero señores, son conscientes que si tiene éxito nuestro plan, no tendrán que atar muchos cabos para relacionarnos. Y tienen nuestras identidades reales. El doctor intentó calmar los ánimos. Además no creo que el Profesor Finch aprobáse unas medidas tan expeditivas. Recuerden que en el encargo, nos daba la opción de que si no podíamos adquirir el artilugio era importante saber quién era el que salía victorioso  de la subasta.

Las palabras del Doctor Baker arrojaron algo de luz a la discusión. En el hotel había muy pocas personas, estaban alojados con sus nombres reales. Para robar el artefacto en estos momentos habría que asaltar a los vigilantes en el invernadero, que daba directamente al comedor principal y después atravesar todo el jardín con lo que fuera aquello a cuestas, hasta llegar al cobertizo en el que estaban los coches.

En caso de conseguir huir por la fuerza, difícilmente pasarían de Kingsport antes de que la policía estatal fuera avisada. Con vuestros datos y vuestras matrículas no parecía un panorama esperanzador.

Por otra parte, las palabras del excitado señor Wong os crean una gran confusión, es difícil distinguir entre lo que sabe y lo que cree, y parece que necesita calmarse y explicarse con claridad.

Entre tanto, el camarero del salón, el simpático Ambrose King, que así se llama según la placa de su camisa, se acerca para anunciaros que ya se está sirviendo la comida en el comedor principal, la cual os recomienda con entusiasmo para dejaros después con vuestros asuntos. Parece que sois los únicos que no estáis ahora mismo en el comedor o dirigiéndose hacia allí.