Partida Rol por web

Eres más primo de lo que creía, pero no te diré nada de eso… empieza a decir el armario humano, posicionándose entre ti y la bolsa y la escalera
De pronto, cuando desencadenas tu poder, por unos instantes se te queda mirando como pasmado, y acaba sacudiendo la cabeza, como si tratara de espantar a una mosca que le molestaba.

Te crees muy listo y poderoso, y no eres nadie. No me das miedo ni tú ni tu… de pronto sufre como una sacudida, y su rostro se desencaja, parando sus bravatas en seco.
Su mirada cambia de bravuconería a miedo, tal vez incluso pánico cerval, y empieza a caminar hacia atrás, trastabillando hacia la terraza, mientras balbucea

Na…. nada de lo que me hagas me hará ha… hablar… Pu… puedes matarme, pero no de una forma que tema. Te… temo más la muerte que me espera si hablo… La mu… muerte que te seca por dentro y por fuera, que te con… consume y convierte en polvo… La muerte…

Mientras habla va retrocediendo y haciendo aspavientos, como si estuviera completamente aterrorizado por algo o alguien y, antes de que puedas evitarlo, tropieza con la barandilla y cae hacia atrás, precipitándose hacia el vacío mientras grita desesperadamente…

En ese momento, notas como una corriente de aire que atraviesa la planta baja del dúplex, y la puerta del piso se cierra con un sonoro portazo (aunque como está rota, simplemente queda entornada)

La música sigue sonando a todo taco, pero aparte de eso no te parece oír a nadie más…
 

Me acerco un paso más al negro, sin apartar la vista de sus ojos, con una media sonrisa ladeada que se borra al oír sus palabras. ¿Mi poder no le afecta? Éso es imposible. Frunzo el ceño y entrecierro ligeramente los ojos, permitiendo que ahora sí, mi poder fluya libremente hacia él.

Es... ¿cómo podría describirlo? Imagina que te clavan un puñal en la nuca. Ahora imagina cien de ésos puñales. Pues si agarras los puñales, los sacas de mi cabeza y los clavas en la suya, te acercarás levemente a lo bien que me estoy sintiendo. Ya no es sólo por provocar dolor a otro, sino que por el mismo precio el dolor desaparece en mi. Es... hipnótico. Paralizante. Excitante. Me relamo los labios mientras veo cómo retrocede, eliminando la distancia que provocan sus pasos hacia atrás, sin dejar de fluir mi poder hacia él y esbozando una sonrisa, ahora sí, macabra y sádica.

- Si ése es tu deseo... -Susurro, incapaz de hablar más fuerte ante el hecho de dejar fluir libremente todo mi poder. Por desgracia, no preveo su tropiezo y posterior caída al vacío que, por cierto, ni siquiera intento agarrarle. Me limito a ver cómo su cuerpo tropieza con la barandilla y cae libre de dolor. Inmediatamente, mi poder deja de funcionar y es cuando "despierto". Pestañeo. Me acerco a la barandilla y me asomo, pero desde ésa altura poco puedo distinguir.

Me giro ante el portazo y me adentro en la casa de nuevo, decidiendo no perder más tiempo por un negro maricón. Únicamente para hacer constancia del hecho, no pretendía matarlo... sólo dejarle en estado vegetal para siempre. ¿Qué es lo que ha dicho sobre quedarse seco por fuera y por dentro?

Voy hacia la mochila y la abro, buscando el maldito vaso en su interior.

Registras la bolsa del negro, pero lamentablemente, ni rastro del dichoso vaso. Dentro ves un montón de objetos que parecen sacados del “Manual del buen sádico”: una máscara de cuero, un par de esposas, mordazas de varios tipos, dos o tres látigos… además de un tubo grande de KY-Jelly (o sea, vaselina), una botella de tabasco y dos bolsitas. Una llena de pastillas azules y otra que contiene un polvo blanco que probablemente sea cocaína…

En ese momento se detiene la música y te parece oír arriba un ruido extraño, como un estertor…
 

Mi cara es todo un poema a medida que voy viendo... cosas... mientras busco el dichoso vaso de whisky. Maldita sea, a partir de ahora bebo sólo de petaca como John. Asqueado de ensuciar mis manos con ésos enfermizos cacharros, tiro todo el contenido de la mochila al suelo y recojo las esposas (intento arrancar lo que sea éso rosa que las rodea, pero no lo consigo), la vaselina y un aparato que simula una polla.

Ya está bien de tonterías. Si a Simon le gustan ésas cosas, se las regalo como quien no quiere la cosa y así dejarán de decir que me meto con la gente. ¿Cuándo me meto yo con la gente? Lo único que yo quería hacer era ir a beberme unas cervezas en un puto bareto y liarme a hostias con el primer motero o tío con aspecto de fuerte que pillara. Y ahora, sin comerlo ni beberlo, tengo a dos personas en mi lista de muertos. Perfecto, voy el primero en el ránking. Espero que al menos haya premio.

Escucho el ruido de arriba, por lo que me pongo la mochila al hombro y subo paso a paso las escaleras al segundo piso, en silencio y preparado para dar una patada al primer ser vivo que se mueva allí adelante. Prefería cuando la música estaba a todo trapo, podía concentrarme en el dolor de cabeza y no ahora que debo estar pendiente de controlar mi respiración y estar preparado para dar el primer golpe.

Lo reconozco. Estoy acojonado.

Subes en silencio y con cuidado la escalera. Ahora no se oye nada, ni tan siquiera rechinar un escalón…

En cuanto llegas arriba, ves varias puertas, pero hay una que está abierta y es la que obviamente llama tu atención. Se trata de un dormitorio e-nor-me, con una cama de agua y espejo en el techo, pero todo esto y el resto de decoración queda en un segundo plano cuando descubres el origen del estertor…

Se trata de un hombre, o mejor podrías decir que era un hombre… porque pese a que aún mueve los dedos de una mano y suelta un último suspiro, parece el primo hermano de la momia de Tutankhamon, con la diferencia de que éste no lleva vendas y está humeando.

Está desnudo, a excepción de la tonelada de oro que lleva colgada al cuello en forma de cadenas y completamente empalmado. La mano que hasta hace un instante aún se movía buscaba algo en un cajón de la mesita de noche, que está medio abierto.
Dentro ves un pasaporte colombiano, un fajo de unos 2.000 o 2.500 dólares en billetes de 50 y 100 y un revolver dorado que no ha podido llegar a coger.

Junto a él hay una chica, también convertida en momia, desnuda y con pinta de haber estado pasándoselo en grande con el tío… Y hay una tercera momia. Otra chica atada como si fuera una res encima de un sofá, con el culo en pompa y que, para tu sorpresa, se convierte en polvo ante tus ojos…

Ves que hay un armario enorme con maletas dentro, una cajonera y lo que parece ser la puerta del baño.  Además en esta planta hay otras dos puertas cerradas…

A lo lejos se escuchan las sirenas de varios coches patrulla… ¿Qué haces?
 

La imagen que hay ante mis ojos es... Me llevo la mano a la boca y me arqueo hacia adelante, haciendo acoplo de todo mi valor para no vomitar... ahí mismo. Busco una planta y echo hasta la bilis en la maceta, agarrándome a los bordes de ésta sin poder más que arrodillarme en el suelo.

¿Qué coño es...? Jadeando y con un hilillo de vómito recorriendo mis labios, me levanto y me encaro de nuevo con los cadáveres. Es... repulsivo. Vuelvo a notar una arcada, pero se alivia bastante rápido al no tener ya nada en el estómago. ¿Qué coño ha podido hacer algo así? Y...

Doy un par de pasos hacia los cadáveres, mirándolos con los ojos abiertos como platos. Escucho las sirenas de las policías, por lo que no me queda mucho tiempo. He de huir de aquí si no quiero que crean que he sido yo. Rebusco en los cajones en los que ése pobre desgraciado buscaba algo -la forma de salvarse, imagino-, pero no hay nada que pueda indicarme quién hizo algo semejante.

Cojo los billetes y me los guardo en los bolsillos del pantalón trasero, ellos ya no los van a necesitar y a mí me irán de perlas. Bueno, igual sus muertes no han sido las más dignas ni apacibles de la historia, pero eh, quien no aprovecha el momento no vive. Recojo también la pistola (hale, ya tengo recambio para la que me destrozaron) y me dispongo a salir de allí.

- Oh, vamos, no me jodas -Me lamento en murmullos, girándome para dirigir una mirada a la momia que estaba puesta en pompa. Chasqueo la lengua mientras giro la cabeza hacia la puerta. No debería... y aún así, me acerco al cadáver paso a paso y suelto un gran suspiro al llegar a su parte-. Ésto es algo que debería haberme ahorrado...

De perdidos al río... Comienzo a estirar de las cuerdas que la atan, mirando el cadáver cada pocos segundos como si se fuese a levantar y morderme, apartándome en el momento en el cae por su propio peso de la silla, evitando que caiga sobre mi. Éso habría sido... probablemente hubiese vomitado de nuevo.

Bueno, ya he hecho mi buena obra del año, así que salgo de allí escopeteado, saltando las escaleras de dos en dos. Me dirijo hacia la puerta y corriendo hacia el ascensor, al que llamo en seguida para que se abran las puertas. No quiero problemas con la policía, y lo primero que pensarían es que yo soy el asesino. ¿Pero qué coño ha pasado...? Saco el móvil y hago lo primero y único que se me ocurre: llamar a Hank.

Mientras el móvil va haciendo los tonos, espero yendo a derecha e izquierda de las puertas del ascensor esperando a que se abrieran. La angustia comienza a ser cada vez más creciente, estoy en un lío en el que no debería. No debería en absoluto. ¡Sólo quería beber un vaso de whisky! ¿Tan malo es éso, joder?

- Hank -Aunque intento que no suene a aliviado, lo cierto es que sí lo estoy cuando contesta-. Tú eres muy listo y ésas cosas, ¿qué puede hacer que alguien muera convirtiéndose en mómias? Por lo que he visto, no llevan ni unas horas muertos. Uno estaba incluso vivo, cuando lo encontré -Guardo unos segundos muy cortos de silencio-. No sé mucho de muertes, pero me parece algo muy extraño. ¿Qué...?

Hank justo acaba de hablar con Simon cuando suena su móvil. Al ver quién llama, ni se le pasa por la mente soltarle un sermón. Algo grave debe estarle pasando a Jason para que me llame piensa

En cuanto descuelga, deja hablar al chico y sus ojos se abren como platos ante lo que le explica

¿Como momias, dices? ¿Y el que estaba aún vivo, tal vez humeaba, o algo similar? Jason, dime que no te has topado con Selene Gallio…

Bufff, vale, no hay broncas. Ahora escúchame bien. Sobre todo NO huyas, quédate en la entrada. Dame la dirección y enviaré a alguien con la suficiente autoridad para sacarte de ese lío si la poli se pone borde. Y si por algún motivo la policía quisiera llevarte a una comisaría antes de que llegue nuestra caballería, pide hablar con el Teniente Mac Taylor, del CSI. Habrá acabado de llegar a la ciudad, pero te echará un cable mientras lo solucionamos todo, ¿ok?

Mientras hablas, el ascensor llega a la planta baja. Al salir hacia el recibidor de la finca, observas un humo que te es conocido que sale de detrás del mostrador donde cayó el conserje, y el armario que tenía detrás tiene ahora las puertas reventadas, y parece que se han llevado algo grande de tipo electrónico…

Si miras hacia la calle, en la acera de enfrente ves parado un Rolls Royce de cuya ventanilla trasera sale una mano de mujer que ya has visto antes, haciéndote gestos de que entres en el vehículo…

¿Qué haces?

Entro en el ascensor, gruñendo un "sí, como momias" cuando él pregunta. ¿Tan inteligente y no lo entiende a la primera? Momias, sí.

- No, qué sé yo, no me he fijado. Estaba empalmado e intentaba abrir un cajón donde no había nada de interés -"Nada de interés salvo bastante dinero y una pistola, pero éso no lo quieres saber Hank". El ascensor va bajando pisos y yo me voy poniendo más y más nervioso-. También habían dos tías más, pero nadie con vida en el interior.

Hmmm... Bueno, un negro maricón que dijo algo de no querer secarse por fuera y dentro. Imagino que hablaba de no convertirse en momia.

- ¿Selene? Sí, ésa buenorra que va de reina. Me dijo de ir de fiesta y yo le dije que no -Siento la necesidad de explicarme, no fuese a pensar que además de tarado era desviado-: es que tenía otros planes más interesantes y el rollo reina-vasallo no me pone, ¿sabes?

Llego a recepción, donde mientras escucho a Hank me acerco hacia el mostrador. No me importa lo que hayan robado, me interesa un folleto donde puedo decirle el nombre del hotel y la dirección.

- Creo que han robado algo y han matado al conserje -Esbozo una muy leve sonrisilla. Bueno, es una mentira piadosa, ¿no? Lo habrían hecho, todos lo sabemos y no nos vayamos a engañar-. Y, ¡ah!, yo estoy aquí porque cogieron un vaso de whisky de donde yo bebí y lo trajeron hacia aquí. No lo he recuperado. Creo que... debería saberlo, ése amigo vuestro.

Me llevo la mano izquierda al bolsillo, hundiendo ligeramente los hombros hacia adelante. Vaya, casi parece que esté suplicando ayuda a Hank. Mierda.

- ¿Por qué coño quieren un puto vaso mío?

Es la pregunta del mes. ¿Qué coño van a hacer con un vaso? Cojo un cigarrillo de la cajetilla que compré en el restaurante (cosas de tener 300$ ganados honradamente) y salgo a la puerta, esperando a la policía. Veo el coche, la mano que me indica subir e imagino quién es.

Selene. Con que ésas tenemos, ¿eh? ¿Por qué coño ordenaste que robaran un vaso mío? ¿Por qué los mataste de ésa forma y cómo?

Niego con la cabeza, aún con el móvil en la oreja aunque no tengo muy claro de si Hank está al otro lado. Aquí hay algo que no cuadra, no sé muy bien qué es ni por qué. Pero creo que Selene está jugando sucio y noto el peligro en cada fibra de mi ser. Al fin y al cabo, creo que Hank me ha confirmado lo que pensaba: en el restaurante no se hizo silencio porque entró una mujer despanpanante. El restaurante hizo silencio porque, al igual que creí en primer momento, alguien chungo entraba por ésa puerta.

- Escaparme... -Susurro, un gran rato después de que él me advirtiera que no lo hiciese-. No pretendía huir, no estoy tan mal.

¿Cuándo comenzaba a considerarse una mentira piadosa en una mentira seria?

- Aunque creo que a Selene ni siquiera le pasa por la cabeza que le esté diciendo que no voy a ir con ella -Vuelvo a negar visiblemente con la cabeza, negando la ayuda de ésa "mano". JA. Prefiero enfrentarme a veinte policías con porras.

El Rolls Royce espera unos segundos más tras tu segunda negativa, pero antes de que llegue la policía arranca suavemente, desapareciendo entre el tráfico.
La mano ha hecho un gesto de despedida antes de que se cerrara la ventanilla, y te ha parecido ver el rostro de Selene, esbozando una sonrisa cínica…
La policía llega instantes después, apartando a los mirones que se agolpaban alrededor del cadáver del negro y ante la puerta del edificio…

Alguien parece decirle a uno de los polis que te ha visto salir de allí, y enseguida se te acercan un par de policías uniformados con cara de pocos amigos.
Sin embargo, antes de que empiecen a acosarte con demasiadas preguntas se escucha el sonido inconfundible del motor de una Harley Davidson Custom Special que avanza entre el bloqueo que han hecho los coches de policía de la calle.

El Capitán América para su moto justo delante de ti y, sonriendo a los policías, les muestra su tarjeta de prioridad A-1
Caballeros, este muchacho está bajo mi custodia. Ha sido testigo de un crimen y el Teniente Taylor del CSI me ha pedido que lo lleve a sus oficinas para hablar con él

La voz del Capitán no deja lugar a dudas, no se trata de una petición, sino de casi casi una orden, y los agentes se limitan a asentir, tras quedarse unos momentos boquiabiertos

Por supuesto, Capitán, todo suyo! Es un honor que el Departamento cuente con su ayuda! Dice uno de ellos, mientras aparta a la gente que se agolpa para ver al Vengador

El Capi te hace un gesto para que subas detrás suyo Venga, Jason, hora de ver por dentro el laboratorio del CSI. El Teniente Taylor ya ha enviado hacia aquí a un par de sus hombres, pero quiere hablar contigo personalmente…
 

Me quedo mirando cómo el coche que transporta a Selene se marcha, con el ceño fruncido tras haber colgado al fin el teléfono. Me la ha jugado. Es lo único que puedo pensar en ése momento. Selene me la ha jugado y no tengo muy claro el por qué, pero sí pienso que ésto no puede quedarse así. No de ésta manera.

Dirijo una mirada a los dos policías que se acercan, con sus preguntas, sus órdenes y sus amenazas. Tenso los músculos de los brazos y espalda, únicamente por si intentan golpearme, pero en ningún momento me giro hacia ellos. No, porque Hank ha dicho que no huya y éso implica que no les golpee. No quiero meterme en problemas, al menos no con la ley. Sigo mirando a los policías, con cara de pocos amigos, sin abrir en ningún momento la boca ante sus preguntas.

Es una bendita suerte que aparezca uno de los que estaba en la Mansión. Y, aún mejor, con la Harley del aparcamiento. Me quedo embobado mirándola, admirando a ésa preciosidad que si bien no era una mujer, tenía muchas curvas. ¡Uf! Mataría a un negro y un conserje por conducirla. Mientras el Vengador habla con los policías, yo me dedico a pasar la mano a pocos centímetros del manillar, el cuenta-quilómetros, el velocímetro, el tubo de escape... Aagh. Me está dando un paro cardíaco.

- Hmmm, éso me suena a interrogatorio. ¿Habrá protección de testigos? -Bromeo, esbozando una muy leve sonrisa que, como cualquier mal pensado podría imaginar, significa que nada de ésto me ha afectado. ¿He vomitado? Sí. ¿Me parece horrenda la escena que he visto? Pues sí. Pero no pienso mal gastar un segundo de mi vida llorando a gente que no conozco ni me importa-. Tengo alergia a la policía, pero está bien. ¿Puedo conducir?

Señalo la moto y vuelvo a sonreír. Me tomaré la molestia de declarar ante la policía si a cambio puedo conducir una Harley. ¡Qué coño! Vendería mil almas de conserjes por conducir una Harley.

El Capitán sonríe ante tu pregunta Tranquilo, el Dr McCoy y el Teniente Taylor son viejos amigos y Hank le ayudó a crear la primera unidad de investigación de crímenes metahumanos… de crímenes cometidos por gente con poderes, así que lo que le interesa es tu declaración y saber todo lo que has visto de primera mano.

Salvo que hayas hecho nada malo, que no parece ser el caso, no estás acusado de nada. Y sobre protección, si quieres un buen consejo, la mejor que puedes tener será entrando a estudiar en la escuela del Profesor X.

Steve Rogers contempla a su moto con prácticamente los mismos ojos que lo ha hecho Jason anteriormente y, tras un instante, le propone

Ahora tengo que conducir yo. Primero porque no sabes adónde vamos, y segundo, porque estás bajo mi custodia. Pero a la vuelta te dejaré conducirla hasta la mansión, ¿te parece un buen trato?

Y si veo que se te da bien, igual te propongo que me ayudes en el acto benéfico. Necesitaría un buen conductor para un número especial…

¿Algo malo? ¿Cuándo hago yo ésas cosas? Por Dios. Yo soy una pobre víctima que ha visto tooodo lo que pasaba. Bueno, tal vez haya tenido que infringir todas las leyes de conducción, en cuyo caso el culpable fue el taxista. Sobre el resto... un conserje con un paro cardíaco, un negro que se tiró por el balcón acojonado y tres momias de las cuales una desapareció en un montón de cenizas.

- Olvida lo de la protección -Encogimiento de hombros-, uno sabe cuidarse solito. Bueno, hasta el momento en que entran en juego la policía, papeleos y juicios, claro.

Lo del acto benéfico... no es algo que me guste mucho, por éso. No sé qué careto debo haber puesto, pero es que de primeras me ha sonado a putada.

- Eee... Acto Benéfico... ya... -¿Cómo decirle que no? Bueno, me acaban de salvar el culo-. Yuhu, supongo... -Gruño, encogiéndome de hombros. Imagino que no hay más remedio-. Niños, ruido, ser amable... ya... Imagino que podré irme después de ayudarte a emborracharme como sólo un sábado puede hacerse, ¿no?

Éstos dos mil pavos me arden en los bolsillos y mi hígado tiene un cáncer de páncreas que sufrir y regenerar.

- Hablando de poderes... -Miro a todos lados, asegurándome que no nos escuchan- ¿tú sabes de alguien que pueda ayudarme con uno de los míos? Puedo... bueno, mis heridas se curan sólas. De momento sólo he tenido heridas superficiales, nada serio.

"Vamos, Capi, ayúdame. ¿Hasta qué punto puedo meterme en una pelea? ¿Puedo recibir un tiro?"

Aunque no me mola, no tengo más remedio que el de sentarme detrás de él en la Harley. No mola. Nada. En absoluto. He de agarrarme con fuerza con las manos y utilizar los apoya-pies para que mi cuerpo no rozara ni un segundo al Capitán América. Dos tíos en una moto, es una putada decirlo, queda muy gay. Preferiría ir corriendo. O atado por el pie izquierdo.

El Capitán arranca la Harley y niega con  la cabeza sonriendo, mientras subes detrás suyo

Jason, yo no me he topado personalmente con esa tal Selene, pero con amistades así, creo que necesitas la cobertura de los X Men que puede darte la escuela, además de que te enseñarán a utilizar tus poderes…

Mientras vais circulando por Manhattan, él continúa contestándote

Ya veo que los niños y el público no es lo tuyo, pero tranquilo que creo disfrutarás al menos un poco ayudándome. Y sobre lo de irse de juerga por la noche, no es mi estilo, pero seguramente podré recomendarte a alguien de confianza que puede guiarte y ser tu compañero de copas… sin más connotaciones, claro!

Estáis ya a punto de llegar al edificio policial donde se encuentra la sede del CSI de Nueva York, cuando le haces la pregunta sobre tu poder de curación.

Uhmm… y querrías saber como cúanto puede protegerte ese poder, ¿verdad? Lo más lógico es hacer algunas pruebas de laboratorio, que Hank estaría encantado de hacer, pero por regla general, un poder de regeneración de heridas protege bastante, a veces incluso más de lo que uno puede pensar en un primer momento…
No es un seguro de vida, porque hay cosas que no se regeneran normalmente, pero ayuda bastante cuando te ves en problemas…

Por fin llegáis a la entrada, y el Capitán entra directamente al parking, donde os está esperando una detective

Por cierto, Jason, si llevas encima algo que pueda ser detectado por la seguridad del edificio, harías bien en decírmelo… Éste es uno de los sitios mejor protegidos de la ciudad te informa el Capi, como si fuera capaz de leer en ti como un libro abierto

Entorno los ojos. ¿Tendré que repetirlo? No necesito cobertura, no necesito protección. Tsk, ¿cuándo coño he necesitado nada de nadie? No ahora, con 21 años y la mayoría de edad, voy a ir a por ayuda. No, ni hablar.

- Iré a la Escuela -Sentencio-. Pero no por la "cobertura", sino porque quiero aprender a controlar mis poderes.

No sé por qué insisten tanto en que necesito la protección de los X-Men. ¿Estaban ellos allí en La Granja? ¿Estaban ellos en casa de John? Nunca ha habido nadie y nunca habrá, porque no los necesito. Guardo silencio mientras él habla, dudo profundamente que me vaya a divertir en el acto ni que vaya a ser tan agradable como él "espera", pero no viene al caso contradecirlo ni dar mi opinión. Hay veces, por mucho que me cueste y queme, que hay que callarse.

- No te preocupes por éso, sé de una mocosa de bolsillo que se apuntará... o éso creo.

¿Por qué el "mocosa de bolsillo" suena tan... empalagoso? Mierda, obviamente no pretendía que fuese un insulto hacia ella, aunque sí que es una enanita, pero coño... ha sonado como si lo dijese con cariño. Bueno, tampoco importa.

- Laboratorios... Uf, creo que prefiero averiguarlo a la vieja usanza: ensayo y error.

Me lo pienso mucho. Mucho. ¿Esconder la pistola? ¿Llevarla encima? ¿Entregársela? Decido hacer lo último, él seguro que tiene permitidas las armas y yo... no quiero perderla. Si llegase a quitármela, no tendría más que recuperarla aunque para ello tuviese que amenazar la integridad física y mecánica de su Harley... por mucho que me doliese a mí más que él.

- Ten, toma. La encontré en la habitación donde estaban las momias y... pensé que me sería de utilidad en caso de que reapareciera quien lo hizo... Selene... -Se la entrego, aunque justo antes de ponerla en su mano la retiro y digo: - Me la devolverás, ¿no?

Se la doy y me acerco junto a él a la detective. Me llevo las manos a los bolsillos y miro de una a otro, esperando.

El Capitán alarga la mano y examina el arma dorada Caramba, Jason. Seguro que no sabes lo que has cogido. Se trata de un arma de oro puro… muy bonita y de moda entre los narcos, pero muy poco útil en caso de tenerla que disparar. Al tercer o cuarto disparo, las estrías del cañón se van borrando y la bala puede perder mucha fiabilidad o peor, quedar encasquillada y estallar…

El Vengador te mira a la cara y, tras un instante, propone En vez de devolvértela, haré algo mucho mejor. Vamos a darle esto al Teniente Taylor  porque es parte de la escena del crimen, y aprovechando que estamos aquí te tramitaremos por procedimiento de urgencia un permiso de armas.

Así podrás llevar armas legalmente, si es lo que quieres, y cuando estemos de vuelta en la mansión, te dejaré escoger una pistola del armero que allí tenemos. ¿Te parece bien?

La detective espera educadamente a que acabéis de hablar, y entonces se acerca y se presenta
Capitán, Mr GreenWood, soy la detective Stella Bonasera. Bienvenidos a la sede del CSI de Nueva York. Síganme, por favor, el Teniente Taylor les espera

La CSI parece una mujer dura y decidida, aunque os recibe con una sonrisa cordial y os guía a través del edificio. Ves diversas salas y laboratorios, algunos que casi parecen de ciencia ficción, y al final llegáis a un despacho, donde el hombre que hay tras la mesa se levanta para saludaros.

Parece a la vez un tío inteligente, pero también de acción, y observas que en la solapa de su chaqueta luce el emblema de los US Marines

Gracias, Stella. ¿Puedes ir a ver si ya ha llegado el preliminar del caso que nos ocupa? Le dice, y alargándoos la mano, se presenta

Teniente McKenna Boyd Taylor II, Mac o Taylor para los amigos. Es un honor tenerle aquí, Capitán… por favor, tomen asiento. Y sonriendo a Jason de forma cordial, añade
Bien, Mr GreenWood, parece que se ha visto envuelto en un crimen metahumano. Cuénteme todo lo ocurrido, desde lo del vaso que dice le sustrajeron…

Por mi cabeza pasan mil respuestas que interrumpían su conversación cada dos por tres. "¿Qué tal si en vez de éso me quedo yo la pistola, la vendo y me saco un pastón?". Pero me callo. Porque tiene pinta de que me daría de hostias como panes si le contradigo demasiado, y porque sigo teniendo un buen problemón entre manos.

Además... ya me veo con una super ametralladora de ésas que tienen éstos tíos, liándome a tiros contra autobuses en el desguace y Muahahaha. Aunque una buena Colt o Winchester...

- Estoy deseando el momento en el que pueda meter las narices en vuestro armero

Creo que en ÉSO sí voy a disfrutar como un bebé. Armas... motos... peleas y cervezas... dame éso y soy feliz. Nada de actos benéficos, ropa cara ni polladas de sermones para niños pijos.

Le estrecho la mano a la detective, haciendo una mueca cuando me llama "Mr GreenWood", presentándome yo como "Jason". La sigo a unos pasos detrás de ella y el capitán, mirando la de flipadas que veía ahí. Gente con bata trabajando, un tío disparando a un pelele, otro gaseando una jaula...

No digo nada en ningún momento, ni siquiera para rechistar cuando me hacen entrar en un despacho. "Al menos tienen la consideración de no meterme en ninguna sala de interrogación". Me siento cuando nos invita el Teniente e incluso no hago la mueca cuando me vuelven a llamar "Mr GreenWood".

- Jason. Er... vale... - No me gusta que me miren tan atentamente. Ni que escuchen lo que digo. Joder, ¿por qué no lo escribo y ya lo leerán? -. Hmmm... Yo estaba en un bar-restaurante de ésos pijos de ciudad... en fin, que me tomé un whisky a la salud de una tía tremenda, sí, pero que iba de reina y que no-sé-qué - ¿Qué no-sé-qué? Joder, Jason, eres un puto paleto-. En fin, ésa tía es Selene, yo fui al baño y vi cómo un camarero cogía el vaso y lo metía en una de ésas bolsas que usáis vosotros, los CSI. Cuando volví de mear, le pregunté amablemente y con graaan consideración el por qué. Me dijo de un negro que había visto le pagó por hacerlo, así que corrí detrás de él.

Me callo. Demasiado hablado. Me reclino hacia atrás en la silla, dejándome hundir un poco en la silla. Pfff, me aburro.

- Tengo sed, ¿servís birra o algo de alcohol? ¿O sólo agua, tila o café? Me iría bien una fresquita, ya sabéis -Miro al Capitán con una sonrisa-, he de probar cuánto puede resistir mi hígado y si se cura.

Bueeeno, vale. Imagino que debo continuar, vale. Ésto es cierto.

- En fin, me cogí un taxi y a 20 km/h que íbamos por culpa de la de coches que hay en la maldita ciudad, que si lo llego a saber voy corriendo y lo habría atrapado... ah, sí, ya... éso... llegué hasta ése apartamento o lo que fuese. Entré dentro y el recepcionista me dijo algo, pero cuando le miré se... empezó a gritar y cayó al suelo. No sabía si ayudarle o no, pero supuse que alguno de sus compañeros lo vería y buscaría ayuda, yo tenía que hacer otras cosas.

¿Me crecerá la nariz como a Pinocho?

- Recuerdo que Dan vio una vez el "día a día con el CSI" -Comento, marchándome por los cerros del úbeda-. ¿Es verdad que veis cosas como pelos de mujer rubia en una alfombra de piel de oso blanco? Dan apostó que tenéis poderes para aumentar la visión, yo aposté que sobre-actuábais... sin menospreciar el trabajo, claro.

Por supuesto. Imagino que son muy inteligentes y tal, pero... ¿tanta vista? ¿Un humano? Pffft. Truco.