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 Desembarco en Sario:

La ciudad portuaria de Sario es pequeña en comparación a las demás ciudades de la isla Uzak Biryer, pero suele estar poblada por los más acaudalados ciudadanos, éste es un paraíso mercantil, en este terreno se realizan los contratos más importantes y es visitada por mercaderes de todo Faerun. Por eso es que Sario está bien vigilada constantemente, si bien permiten que los extranjeros desembarquen y estén un tiempo deambulando por las calles de la ciudad, muy rara vez les permiten quedarse más de unos pocos días. De eso se encargan los guardianes, Guerreros nobles muy bien pagados que harían su trabajo sin dudarlo, por eso mismo es recomendable para los extranjeros mantener un perfil bajo y no provocar disturbios.

El contrato redactado al Gremio de la Espada y la Vara especificaba que todos ustedes deberían viajar hasta Sario donde se reunirían con la persona que los contrató. No tienen idea de qué tipo de trabajo se les encargará ya que se especificaba que los detalles se darían en una reunión.

Tal vez muchos de ustedes se alegren de haber abandonado el mugroso barco en el que viajaron y más aún, el haber sobrevivido al viaje. El capitán del barco les dió una breve descripción de cómo localizar el punto de reunión. Con los estómagos crujiendo de hambre emprenden la busqueda.

No les toma mucho tiempo dar con este sitio, su arquitectura desentonaba bastantante con la habitual de la ciudad. Parece ser un caserón muy lujoso y construido con rocas que difieren mucho a las de las demás casas en los alrededores. La mayoría de los edificios de Sario cuenta con techos redondos, o completamente planos, paredes de adobe. La casa que ustedes buscan, en cambio, cuenta con techos a dos aguas que forman agudos triángulos, está constuída con bloques de piedra y se asemeja más al estilo de viviendas típicos en las ciudades próximas a montañas nevadas. Es un poco extraño verla en un sitio con un clima mas bien tropical.

Pueden observar que la casa cuenta con dos puertas que llevan a salas diferentes, no saben cuál es la principal, pero en cuanto se disponen a averiguarlo una de las puertas se abre. Un mayordomo entrado en años y de porte recto aparece en la entrada, detrás de él pueden ver una gran sala exquisitamente amoblada, con amplios espacios bien iluminados. El mayordomo les hace una reverencia y les permite el paso, nada más entrar logran ver a un joven apuesto que se pone de pie en cuanto los ve y se dirige a ustedes con un lenguaje cordial.

- Bienvenidos sean, me alegra que todos hayan llegado sanos y salvos, espero que hayan disfrutado del viaje. Como son mis invitados de honor se merecían viajar en la mayor de las comodidades. Mi nombre es Ianster Wolfswift, soy lo que algunos llamarían un “noble”, no es más que un simple título para nombrar con delicadeza a un inútil bueno para nada que tiene más oro del que puede gastar - hace un ligero ademán de desencanto con sus manos - Pero yo no soy cualquier noble, mi idea de quedarse de brazos cruzados gastando dinero va un poco más allá, cuando lo gasto es por una buena causa. Por eso mismo no reparé en gastos para traerlos hasta aquí. ¿Pero dónde están mis modales? No se queden allí parados, tomen asiento. Mi mayordomo les servirá lo que gusten.

Con un gesto cortés los invita a sentarse, señalando un grupo de sillones color rojo oscuro que rodean una pequeña mesita tallada en madera de la más fina, sobre ella hay una jarra de cerveza de buena calidad y a un lado se ve una gran bandeja de plata con bocadillos de carne.

Tu viaje en barco fue rápido y tranquilo, sin ningún tipo de percanses. Ni bien tocas el puerto puedes ver cerca tuyo un barco derroído, un tanto mugroso y que necesita muchas reparaciones, te das cuenta que ése es el barco en el que viajaron tus compañeros del Gremio. Al lado del barco se encuentra un tipo ten ruinoso con el barco mismo que fuma una maloliente pipa sin cesar. Te informaron que ése era el capitán de dicho barco, un hombre llamado Walven Seahorn. Tal vez él tenga información de dónde podrían estar tus compañeros en este momento.

Por fin habíamos llegado a tierra firme. En cuestión de minutos empezamos a buscar la casa que "desentonaba" con la arquitectura general de la ciudad, tal como nos habían indicado durante el viaje. 

Al llegar al susodicho lugar, nos atiende un hombre de conducta refinada. Nos ofrece asiento, comida y bebida.

- Muchas gracias por vuestro ofrecimiento, Lord Wolfswift. He de decir que el viaje no ha sido precisamente placentero, pero aquí estamos. Mi nombre es Alatar Drake - le respondo haciendo una reverencia tras presentarme y seguidamente tomo asiento. El estómago me ruge como un condenado oso, pero aún no me lanzo a por la comida. - Díganos, Lord Wolfswift, ¿cuál es esa buena causa que ha impulsado a un hombre de su posición a contratar los servicios del Gremio de la Espada y la Vara?

Me quedo anonadado al ver el puerto, ésta ciudad portuaria representa una riqueza inmensa, le iba a decir al capitán que mirase la comparación, pero debido a mi pronta ira me obtuve de hacer el comentario. 

Las calles como las viviendas representaban toda una maravillosa construcción  , pronto dimos con la casa pues desentonaba de las demás debido a su tamaño y  lujo . Nos recibieron bien , y nos ofrecieron un asiento , pero debido a que los muebles no se hacían para goliat me senté en el suelo. Comiendo esos bocadillos estupendos y bebiendo esa cerveza fría, pronto se me olvidó lo pasado en el barco para contemplar el mundo al que estaba predestinado.

Después de desembarcar, Galinndan se agacho al suelo y cogió un puñado de tierra, mas por da gracias a los dioses por poder descansar su pies en tierra firme. Esperaba no volver a repetir mas esta experiencia. El bullicio de la gente y el ir y venir de los mercaderes le recordaba un poco a su hogar, y la nostalgia le lleno sus ojos. Pero no iba a dejar que se hiciera notar y pronto tomo la compostura que exigía la situación. Su anfitrión les acogió con amabilidad y le ofreció un refrigerio. Se la tuvo que ingeniar para poder tomar un bocado y un buen sorbo de la bebida fresca.

Cita:

Miro hacia el joven Alatar he hizo una mueca con la cara. Acaso no tenia constancia en la balsa que han tenido que viajar, o se estaba quedando con ellos.
- Saludos Señor Wolfswift. Doy gracias por su "comodidades" para traernos hacia aquí, y mas a los dioses de no haber muerto ninguno en las aguas o de alguna enfermedad por los productos "nutritivos" que nos ofrecían. Mi nombre es Galinndan, para servir al gremio y en este caso, a vos.

Mientras los marineros se encargan de preparar la carga y revisar todos los nudos para descargar todo cuando lleguemos al puerto, yo aprovecho y me poso lo mas adelante posible en la proa, disfrutando de la suave brisa marina que refresca mi rostro y deja en mi boca ese nostalgico sabor a sal que me recuerda a aquel lugar que alguna vez pude llamar casa, un lugar al que nunca mas podre regresar. Llegados al puerto me despido amablemente del capitan y comienzo a pensar por donde deberia partir para completar mi mision, entonces identifico a 20 metros de mi el barco que usaron los chicos del gremio para venir hasta la isla.

El barco es un desastre, la vela principal esta rasgada, el casco tiene numerosos hoyos pequeños y aun a la distancia puedo notar que lo que alguna vez fue el adorno de proa ahora es un gran pedazo de madera desfigurado, al lado de la lastimosa embarcacion se encuentra un hombre cuyos aÑos se le notan tanto en arrugas como en cicatrices, me acerco a 3 marineros que se encontraban sentados alrededor de un baco que usaban como soporte para jugar a los dados y les pregunto quien es ese hombre, ellos me responden que es el capitan del barco y se llama Walven Seahorn; les agradezco la informacion y me acerco al hombre para preguntar que ha sido de mis compañeros:

- Buenos dias capitan Seahorn, soy Keward Tigersoul, un enviado del Gremio de la Espada y la Vara, ando buscando a unos compañeros que debieron haber llegado a la isla en su barco, sabe donde puedo encontrarlos?-

Despues de un "tranquilo" paseo en un barco, que debería estar dando calor a los vagabundos en forma de hoguera en vez de en el mar, llegamos a nuestro destino. Una pequeña pero impresionante ciudad costera, se levanta ante nosotros. - Bueno chicos, al parecer ya hemos llegado.... pero antes de salir disculpadme..... - Voy corriendo hacia el barril del que llené unas cuantas jarras de "cerveza", me encaramé al barril y sin pensarlo vomité toda la cerveza que había engullido en el mismo barril del que salió. - Estas son las cosas que al capitán le gustan en el mar..... pues ala que las disfrute.... -

Salí de la bodega y cuando pisé tierra no me lo creia. Hice una gran inspiración de aire puro - ¡¡Por fín aire que se puede respirar!! aire sano - Luego de un pequeño paseo, llegamos a la casa en la que nos habían convocado. En la entrada, un mayordomo entrado en años nos da paso hacia el interior en donde un joven parece estar esperándonos. - Con la casa que tiene esta chaval..... ¡y nos manda en el peor barco que la historia naval haya conocido jamás! al crio este me lo cargo -

Despues de haber visto la casa, la entrada, el mayordomo..... entré un poco cabreado a la estancia. El joven, saludó cordialmente y comenzó a decirnos que no había escatimado en gastos para traernos aquí. Los demás le increpaban dando rodeos a lo que fué la verdad del viaje en barco, a lo cual le eché una mirada desafiante al joven y no pude contener la mala follá enana - Disiento en esa afirmación señor, ante todo, mi nombre es Zannan Lorearthen y le aseguro que el paseo en barco no ha sido cómodo ni mucho menos. Después de tratarnos como cajas y barriles de mercancía, tuvimos que comer basura, pero no sobras, sino basura de la buena, el salir a cubierta para intentar respirar aire de mar era peor que quedarse en la bodega..... seguro que si nos hubiera traido en un barco basurero, lleno de esclavos, de animales y con un cargamento de estiercol, el viaje hubiera sido mejor - La ira que sentía conforme iba hablando crecía en mí de ver a los ricachones estos alardeando de algo que no habían hecho ni en sueños. Rápidamente, el joven cambió de tema y nos ofreció asiento y ricos manjares, a lo cual dejé de hablar y me senté a regañadientes mirando de vez en cuando al joven ricachón.

Una vez se presentó, comentó lo rico que era y nos ofreció asiento, comida y bebida, comencé a relajarme y me centré en escuchar a mis compañeros, los cuales preguntaban lo obvio en esta situación. Yo mientras tanto, agarré una de las deliciosas jarras de cerveza y más de un bocadillo de carne y sin parar de engullir asentí a las preguntas que tanto Alatar como Galinndan le hacían al joven. - Efzo efzo, gronf gronf, ¿pofque eftamof aqui feñor? gronf, gronf....... glub glub glub - comenté sin parar de comer y beber.

Si aquel mayordomo nos hubiera querido muertos, casi lo consigue. Si eso era la "mayor de las comodidades", no quiero pensar qué será lo peor para él". Dejé de lado por un momento mis pensamientos de escañar a aquél tipo y le ofrecí el saludo más cordial que pude en aquel momento dadas las circunstancias. Lo más frío possible. -Mi más cordial saludo, Ianster. Mi nombre es Yllanys y antes me caso con un demonio que volver a pisar aquel barco. Desde luego que eres un inútil gastando el dinero, no hace falta ser muy listo.... Después de desfogarme mentalmente con él, me dispuse a serenarme comiendo un par de bocadillos de carne y un poco de cerveza. Mientras comía y bebía, esperaba a que el susodicho "noble" nos contara algo más que dulces palabras.

El mugroso capitán del barco se encontraba vaciando su pipa y arrojando su contenido al mar, se podía identificar un fuerte olor que hacía picar la nariz de quien no estuviese acostumbrado a él. Walven Seahorn voltea cuando alguien le habla y se sorprende ver detras suyo a un hombre tan alto y fornido que hace ver al marino como un niño regordete.

- Para servirle señor - dice mientras se recupera de la sorpresa - así que otro enviado del Gremio ¿Qué pasa con ustedes? Están por todas partes. "Ando buscando..." - dice imitando las palabras de Kevward - ¿y acaso yo tengo cara de guía turístico? Tendré que hablar seriamente con este gremio, no me pagaron para ser la niñera de nadie, yo sólo transporto carga.

En ese momento dos marineros pasan entre ustedes transportando un hombre de cabello rubio en una camilla, el hombre parece estar luchando contra una fuerte fiebre, su frente está llena de gotas de transpiración. Reconoces en él a uno de los hombres enviados por el gremio.

- Ahí tienes uno que no tolera la vida del mar. Para vivir en el mar se nace, estos savandijas pensaron que era para cualquiera... y ahí lo ve... este tipo está más muerto que vivo - dice el capitán mientras los marineros con la camilla avanzan - sígalos... asi podrá llegar a donde están los demás miembros del dichoso Gremio.

El joven noble escucha las primeras quejas con respecto al viaje en barco y piensa que se trata de una borma, pero cuando ve que los demás viajeros también presentan sus quejas se da cuenta de que el enfado era verdadero, que la Clériga se haya quejado lo confirmaba todo, los Clérigos rara vez mienten y sólo lo hacen por un bien mayor.

- No lo comprendo - comienza diciendo Ianster mientras se acerca a la mesa repleta de comida - yo contacté con un hombre del gremio a través de correspondencia y me enviaron una carta validada que aseguraba que se cumplirían todas mis órdenes al pié de la letra. Les envié una fuerte suma de dinero para que pudieran viajar lujosamente. Quería demostrarles que se los respetaba desde el primer momento. Ya les daré más detalles sobre su misión. Pero aquí se ha cometido una injusticia ¿En qué barco los enviaron? ¿Recuerdan el nombre del capitán? - el noble se ve decidido a encontrar la raíz del problema

Jajajaja, si lo conocemos dice? Vaaaaya que si. Cualquiera de los que están aquí se le ha quedado grabado el nombre: Walven Seahorn, o como él dijo "El mejor capitan de barco sobre todo el mar de este mundo". Me sorprende que se preocupe tanto por nosotros. Normalmente estos nobles de pacotilla van de dioses por la vida, mirando por encima de los hombros a la gente inferior, socialmente.

Asentí ante la respuesta de Yllanys , mientras seguía comiendo y bebiendo, debía de reponer en ese gran cuerpo todo el tiempo que había estado sin probar bocado, y si bien mis compañeros comían disimuladamente, yo comía para saciarme aunque manteniendo la compostura ante nuestro anfitrión pero con un ritmo constante.  

Mientras el hombre habla su aliento choca de lleno sobre mi cara y entra por mi nariz, comienzo a notar una leve sensacion de mareo pero resisto la putrefaccion saliente de su boca por el bien de mis companeros, que no solo es el fuerte olor lo disgustante del hombre sino tambien la falta de amabilidad de este; para ser amable solo se necesita gastar un poco de aliento.

Durante mi conversacion con el capitan dos fornidos marineros pasaron por mi lado transportando a un chico rubio que parece enfermo sobre una camilla, a los pocos segundos. Identifico al chico como un miembro del gremio, y el capitan me lo confirma, le doy las gracias y comienzo a seguir a los tipos rudos intentando recordar el nombre del muchacho.

A la vista de la insistencia del señor Ianster por saber lo sucedido con nuestro viaje, me quedo extrañamente sorprendido - Vaya, ¿será verdad que este tio no sabe nada de lo sucecido?.... ¿serán capaces los del gremio de haberse quedado con la pasta y gastarsela en ........ vete tu a saber? no quisiera ser más mal pensado de la cuenta, pero es que....... da mucho que pensar -

Termino de tragar el bocata, acabo la jarra de cerveza y veo como Vaki no para de jalar - Madre mia como traga ese tio, a ese es preferible comprarle una armadura completa que invitarlo a comer..... - aparto la mirada del compañero Goliat y miro hacia donde está el ricachón y llamo su atención carraspeando la garganta antes de hablar - Mi señor, le pido disculpas si he sido un poco borde nada más conocernos, pero tenga en cuenta que nuestro viaje ha sido horrendo y al llegar, nos comenta que no ha escatimado en gastos para hacernos un viaje tranquilo y agradable...... pues la verdad es que uno se mosquea - con expresión de arrepentimiento por mi comportamiento, me vuelvo a presentar formalmente ante el noble. Me pongo de pié y energicamente comienzo a hablar - Mi señor, se presenta Zannan Lorearthen como antes he dicho, lo que antes no he dicho es que soy un paladín, si soy grande o no, eso lo decidirán los dioses en vista de mis hazañas y mis compañeros en vista de mis actos. Creo que hablo en nombre de todos cuando le digo que agradezco que se haya molestado en preparar tan ricos manjares para unos desconocidos -

Vuelvo a mirar a Vaki - Vaki, por todos los dioses ¡vas a reventar! - Miro a nuestro anfitrion - Mi señor Ianster, si no le importa, el amigo Vaki está acabando con todos los majares ¿le importaría mandar que trajeran más? y una petición particular, por favor, que no falte la cerveza, gracias - Cojo alguno de los bocatas de los que quedan y relleno mi jarra de cerveza.

Conforme agarro la jarra y le doy un buen trago, vuelvo a hablarle a nuestro anfitrion - Mi señor, el viaje ya no tiene arreglo y la verdad es que con el recibimiento que hemos tenido, la cosa ha mejorado bastante y pienso que ya hemos olvidado el mal trago (literalmente) de nuestro paseo en barco ¿sería tan amable de decirnos el porque de nuestra presencia en esta rica ciudad? - Sigo comiendo tranquilamente, no como Vaki, y vuelvo a tomar asiento mientras charlamos sobre el tema en cuestión.

Señor, Vaki se presenta lo hice sin levantarme pues no quería tirar los platos con mi torpeza, perdone que no me levante para mostrarle mis respetos pero estamos en un espacio reducido. 

Asentí ante Zannan creyendo que me llamaba la atención por no presentarme, porque la comida aunque muy rica era todavía poca , asentí cuando Zannan pidió más comida.

Walven Seahorn, o como él dijo "El mejor capitan de barco sobre todo el mar de este mundo"

 Ianster escucha atentamente las palabras de la bella clériga e inmediatamente reconoce el nombre del capitán.

- Asi que fue el viejo Walven quien los trajo hasta aquí - se lamenta ladaeando su cabeza de un lado a otro - pues ese viejo lleva razón en lo de ser el mejor capitán de barco... o al menos una vez lo fue. Por esta isla hay numerosas leyendas y escritos que narran las grandes hazañas de ese capitán, pero el tiempo, el mar y las malas hierbas lo volvieron loco. No dudo de su capacidad para comandar un barco, pero ya nadie invierte en él y el último barco que le vi capitanear no tiene ni derecho de llamarse barco.

Mi señor, se presenta Zannan Lorearthen como antes he dicho, lo que antes no he dicho es que soy un paladín

Luego Ianster gira su cabeza hacia el enano del grupo y le habla con tono respetuoso:

- Mis respetos hacia ti Zannan Lorearthen - hace una reverencia con su brazo - y hacia todos los miembros del Gremio de la Espada y la Vara, siéntanse a gusto en mi hogar y coman todo lo que quieran - hace un gesto a su mayordomo y éste se retira hacia lo que parece ser la cocina, a los pocos segundos aparecen dos criadas regordetas trayendo bandejas con más bocadillos de todo tipo, detrás de ellas viene el mayordomo trayendo consigo una gran jarra de cerveza fresca - Como les había dicho antes, yo le entregué una buena suma de dinero al Gremio, lo que haya sucedido luego lo ignoro por completo, pero dejemos este asunto para después, ahora disfruten de los alimentos y la bebida, en breve les contaré por qué mande a llamarlos y cuál es el trabajo que realizarán para mi.

Sigues a los camilleros improvisados hasta una lujosa casa que desentona con el resto de las edificaciones, esta casa está construida de una forma totalmente diferente, las viviendas típicas de Sario cuentan con paredes de adobe y techos planos, algunas más lujosas poseen techos redondos, pero ésta es una casa de piedra con techo a dos aguas, una estructura que sería más fácil encontrar cerca de una montaña que al borde de una playa.

Vas pasando lista mentalmente entre los nombres de las personas que buscas, la descripción física del hombre enfermo sobre la camilla concuerda con la que tienes de un semielfo llamado Marcus. No sabes mucho más de él.

Los marineros se acercan a la puerta de la gran casa y golpean con fuerza, al poco rato son atendidos por un elegante mayordomo vistiendo un fino uniforme color negro. Éste les permite el paso al instante sin hacer preguntas, puedes ver que dentro hay un numeroso grupo de gente de todas las razas y tamaños, algunos permanecen de pie conversando y otros están sentados al rededor de una pequña mesa repleta de bocadillos y cerveza fresca. Reconoces en muchos de ellos a los miembros del Gremio.

Se escucha un golpeteo seco y brusco contra la puerta de la mansión. El mayordomo se apresura a abrir y pueden ver dos fornidos y sucios marineros cargando en una improvisada camilla a Marcus, el muchacho de pelo rubio que cayo enfermo mientras viajaban. Detrás de ellos pueden ver a un hombre de gran estatura y hombros anchos al que no conocen, pero que tal vez hayan cruzado en un pasillo cuando estaban en el Gremio de la Espada y la Vara.

Los marinos ingresan con Marcus y lo suben por las escaleras tal y como lo ordena Ianster. El mayordomo los acompaña para arreglar todos los detalles.