Partida Rol por web

Llegaron a la casa muy temprano. Héctor Rubel -el militar del CSB que conoció Leah en el hotel cuando se presentó su jefa con el maletín de la sangre- vigilaba desde un coche destartalado.  Habían intervenido los teléfonos y hackeado las cámaras de los ordenadores, la televisión y los móviles y no habían detectado nada raro. Monitorizaba todas las comunicaciones y veía por las cámaras de sus electrodomésticos con una simple aplicación de móvil.

Por lo que Héctor había husmeado en redes sociales, ordenador del coche, etc, eran una pareja acomodada normal, con una niña adoptiva. La rutina que era de esperar: en cosa de veinte minutos la mujer, que era profesora en la facultad de económicas despertaría a la niña y se iría a dar su clase y en una hora el hombre llevaría a la niña al colegio privado de camino al trabajo. Él era dueño de una empresa de construcción.

Pero ahora la niña dormía y los padres desayunaban. La madre se llamaba Noémie, la niña se llamaba como la madre y el padre Marcel. De apellido Montand.

Fue él el que abrió la puerta cuando Daniel y Leah llamaron.

Héctor se había quedado escuchando en el coche, preparado para entrar si era necesario o interceptar cualquier movimiento o comunicación rara.

El señor Montand les abrió la puerta. Vestía con pijama de botones a cuadros del que sobresalía algo de vello de su pecho y sonrió a los policías expectante.

Levantó una ceja, entornó el otro ojo y habló:

-¿Qué desean? ¡Por favor, hablen flojito que la pequeña está durmiendo!

Me sentia tan ajena a la situacion familiar y tan lejana del mundo real que no sabia como reaccionar.

- Soy Renee Seydoux del CSB, y mi compañero Mallutz. Queremos hacerle unas preguntas y ...

Mire alrededor y realmente parecia un lugar acogedor. Senti mi pecho arrugarse por saber que nunca tendria una vida normal, una familia, una vida. Moriria sabiendo que mi sacrificio era para personas como Marcel y Noemi pudieran vivir sin saber la voragine oculta tras bastidores de muerte.

Regresando a la realidad trate de enfocarme.

- Mi compañero le hara unas preguntas Señor, y podemos conversar aqui para no molestar a la niña. Mi voz era algo perturbada.

Que estupidez!

Saque un cigarrillo que no me apetecia pero me ayudaba a tener las manos ocupadas mientras me alejaba de la puerta y guardaba mi identificacion que le habia mostrado al hombre cuando abrio la puerta.

El hombre miró al cigarro con un gesto casi de asombro:

-Disculpe. ¿Me puede dar uno? Es que mi mujer me tiene prohibido fumar. Terminantemente.

Pregunten, pregunen.

Sonrei ante el atrevimiento del hombre y sus palabras me hizo entrar mas en confianza.

- Muy bonita su casa. Y le acerque un cigarrillo mientras le daba el encendedor.

- Conoce usted a este Sr.? Le enseñe la foto de Eugene Masaryk.

Mire a Daniel para que continuase desde alli, mientras recordaba que debia decirle para chequear el Roadster con el CSB. Al final de cuentas era un vehiculo que tambien viajaba entre planos. Esos alemanes eran increibles.

Luego de su respuesta le enseñe la foto de la niña que estaba en el hospital.

Movió la cabeza afirmativamente con el comentario de Leah sobre la casa mientras se hacía con el cigarro.

Frunció el ceño con la foto de Eugene.

-No, no, lo siento.

Se lo encendió y disfrutó de la primera calada. Lo miró.

Con la segunda foto, la de la niña del hospital con la venda en la cabeza, Marcel arrugó más el ceño.

-Uf. No, no la conozco. Pobrecilla ¿Está… herida?

El desayuno me despeja y los breves kilómetros de transito entre el hotel y la casa asientan el resto.
No comento mas que quizás debamos enfocar las pesquisas sobre la base de una investigación sobre el accidente de Jane.
Luego enciendo la radio y observo sin llegar a subirle la voz las emisoras y retomo el vistazo a los objetos que había en el roadster y que quedo interrumpido ayer.
Entre cotejo y cotejo le digo a Leah, bueno a Renee (si tengo que aprender esa parte del trabajo va a tener ser pronto y mejor aquí en el coche), que no se como enfocar la tarea, si como si fuéramos a tratar con unos sospechosos o si con unas victimas, así que le digo que me atendré al método que intento aplicar siempre, que es el de la mayor neutralidad posible.
Suena muy holmes pero apartando los prejuicios se me da mejor alcanzar los resultados. O se me daba.
Aun le doy vueltas a los comentarios del difunto poeta sobre mis asertos sobre los aspectos sobrenaturales.

El agente Rubel se presenta con un espectacular despliegue de habilidad, que admiro.
Lo tiene todo tan monitorizado que pienso en lo que con alguien asi hubieramos logrado en la frontera y se me quedan dos ideas fijadas: que lo que Eugene Masaryk quería que viéramos no esta al alcance del ojo de una cámara y que si Gavalda o quien mande en el CSB quiere controlar cada uno de nuestros movimientos puede.
Eso me da mas confianza en las precauciones que tuve con el móvil del comisario. Aunque no me hace creer que este libre de todo escrutinio.

También hago inventario mental de los recursos que el CSB ha ido mostrándonos, al menos cuatro agentes casi al cien por cien especializados: una documentalista, un revientaseguros, una pateadora y un milite con experiencia en comunicaciones. Y nada dice de las posibles interdisciplinas.

Tomo notas en el bloc de los detalles que me llaman la atención.
La niña es adoptada y su nombre es Noemie.

Vamos del coche al pequeño patio ajardinado y Leah, maldita sea, Renee, rompe el hielo de la conversación.
Me doy cuenta del sutil estrés que le produce el encaramiento con las sencillas confrontaciones de la cotidianidad como esta normalidad familiar que se le hace estridente.
Esto casi me saca del hilo de lo que hemos venido a buscar por que un pequeño de rabia autodirigida me hace pestañear de la realidad pero cuando el hombre y Renee intercambian cordialidad a la lumbre de los cigarrillos me sereno, aun pensando que no sabia que Leah fumara.
Renee le enseña la foto de Eugene y distraídamente contemplo si hay alguna reacción que enmarque mejor su respuesta negativa.
Con la fotografía de Jane tomo mi pie de la conversación.
Me temo que si, señor...um - descaradamente miro el nombre en el buzón -...Montand. Por eso hemos venido. Estamos realizando una investigación exhaustiva por motivo del accidente en que se lastimo. Por las circunstancias y por la información de la que no disponemos.
Miro el reloj para parecer consciente de que estamos gastando su tiempo y que me importa y continuo -
Tratamos de encontrar datos sobre familiares o conocidos. Por temas médicos.
Solo serán algunas preguntas. No le robaremos mucho tiempo, señor Montand.
Saco el bloc abriendo lo por algunas paginas leyendo mis notas. Mirándolo afablemente le apremio a confirmar su anterior respuesta - No es por molestarle pero esta seguro antes de pasar a otras cuestiones que no le suena haber visto con anterioridad a estas personas ¿Correcto?
Casi sin dejarle tiempo para contestar pero dándole pie a que se lo piense y me conteste mas tarde paso a la siguiente cuestión.
Supongo que se sentirá intrigado pero al parecer estamos ante un embrollo de fallo de documentación burocrática y en medio se ha quedado la niña.
Creemos que es adoptada pero el oficial de su caso no esta bien registrado en los papeles. Estamos buscando un nombre y se nos ha apuntado la posibilidad de que ustedes nos puedan ayudar.
Bajo un poco la voz como para evitar comprometer informaciones a los oídos de dentro de la casa.
¿Tienen o han tenido en algún contacto con un agente de adopciones estatal o privado? ¿Nos podía dar el nombre? Siento la indiscreción pero nos han informado que ejercieron derechos de adopción - esto lo digo muy bajito tratando de se lo mas discreto posible - recuerdan si pertenecía alguna asociación u ONG, ¿La AFA? ¿La Guarda? ¿Save the Children?... A lo mejor no han tenido ocasión de contactar con ellas pero cualquier información no sera útil dado el lio en la administración en este caso.
El tema de las fotografías es necesario por si la casualidad hace que en los procesos hayan visto en persona o en imagen a estas personas y las podamos centrar en un marco geográfico o temporal.
Me rasco la sien y lo completo con una mueca de resignación - si no le importa nos gustaría poder enseñárselas a su mujer. No se si también a su hija. Creemos que nuestra accidentada es extranjera. ¿Es su hija también foránea? Perdone la pregunta pero es por decidir si pedir o no que pase por ese mal trago.
Pongo un gesto de desesperación soterrada que no me cuesta nada sacar a la luz.
Claro esta que eso lo dejo a su elección.

Sigo a Daniel dandome cuenta que estoy tan perdida como de costumbre.

¿Adopciones?

Aun asi le sigo la corriente comentando lo mismo o haciendo acuse de recibo a los que Daniel dice pero me angustia crece al no tener idea que mas preguntar.

Sera esto un efecto de mi transformacion.

Les invitó a entrar y tomar un café.

-¿Es necesario despertar a la niña? -Marcel seguía hablando bajito*-Esta noche apenas ha dormido, y teníamos pensado dejarla dormir.

El salón era amplio e iluminado por unapuerta acristalada que daba a un pequeño jardín interior.

Marcel puso al día a su mujer que se presentó dándoles la mano y les hizo sentarse a la mesa.

Fue ella la que habló mientras su marido iba a por los papeles.

-La niña es de origen búlgaro. Siempre hemos sido conscientes de que la adopción internacional está bajo la sospecha de la corrupción.

Desde hace veinte años hemos sido familia de acogida y pensamos seguir siéndolo. Conocemos el mundillo y somos muy sensibles con la mercantilización de la adopción. En consecuencia, buscamos la forma más confiable de hacerlo. Por eso recurrimos a la Agencia Francesa de Adopción y evitamos asociaciones privadas.

Marcel puso un gran carpetón sobre la mesa y les enseñó todo tipo de papeles con los informes y los funcionarios implicados. La adopción fue hace tres años.

Por los gestos y la forma de hablar de los padres los agentes no vieron nada sospechoso. Pero intuyeron que era muy importante para ellos que la niña durmiera ahora y que había algún problema en ese sentido. Un problema que les preocupaba.

- Señora Noemie, ha vista usted algun tatuaje extraño, marca de nacimiento o algun indicio que le haga sospechar que algo no esa mal. Entiendo que para sus efectos es su hija y no creemos que ella este en peligro ni mucho pero es posible que un grupo de individuos que no hemos logrado identificar aun esten interesados en ella.

No queria alarmar a la mujer pero teniamos que lanzar algun anzuelo para poder pescar.

- Nosotros sospechamos que es una niña especial y por ello queremos protegerle, pero nada mejor que sus padres en este caso ustedes para hacerlo. Asi que si es posible que nos indique si hay visto o sentido algo debe decirnos para poder descartar nuestras pesquisas.

Mire a Daniel.

- Crees que es necesario ver a la niña. Dije en voz alta.

Era obvio que si. Dormida o no, podiamos darle un vistazo pero podiamos ser amables, aunque era una sensacion nueva para mi.

Escucho a Leah mientras con aire serio pero distraído le echo un vistazo a la estancia.
En principio quiero hacerme un cierto croquis mental de quien es esta gente observando la geografía familiar de donde viven pero sobre el resto de percepciones orientativas (limpieza, orden, preferencias, preponderancias, quien rige en la estructura del hogar sobre los otros...) me focalizo en la observación de la presencia de fotografías del conjunto familiar: las grupales y con suerte, en concreto, las de la niña.
Comprendo que a esta hora de la mañana y de improviso la visita de dos policías, y mas dos como nosotros, va a ser extraña pero acogiéndonos a la amabilidad de los Montand intento, saquemos ideas correctas de lo que esta ocurriendo en las sombras.
Infiero un tono de comentario a las preguntas de Leah para mantener al matrimonio concentrado en la información interesante y no se disperse en temores.
La pregunta de mi compañera, sobre la marcas, reside en particularidades de nuestro caso y como ella indica no implica ningún riesgo para ustedes. Si para la niña que esta en el hospital.
Empezando a rastrear la información en los papeles a través de una lectura diagonal con atención a los detalles que me puedan resultar relevantes sigo comentando en pocas palabras. No quiero que se desvíen de la pregunta de Leah. Se que ella es mas profunda en el aspecto visceral de la lectura de lo que no es evidente y que dudo este en los papeles.
Nuestras indagaciones van dirigidas a la investigación del accidente de la niña que nos concierne. No estamos, en principio, interesados en nada relacionado con sus actividades, señores Montand - hago una pausa para aclararme la garganta y dotar a mi discurso de un tono franco - Si creo, Renee, que es necesario que veamos a la niña y que ella nos ayude en la investigación - apunto sincero la mirada a ambos progenitores - entiendo la posible reticencia que puedan tener, señores Montand. Pero entiendan que si ustedes actúan para proteger a su hija, nuestra tarea, asignada por la ley es cierto pero eso no implica que nos la tomemos a la ligera, es velar por la de nuestra Jane Doe en ausencia de sus verdaderos padres - reduzco la voz en tono que pueda ser agresivo - y desearía que, de protectores a protectores, encontremos una forma pactada de actuar que nos ayude a ambos.
No pregunto sobre la razón del insomnio. Lanzo un gesto cómplice a Renee/Leah para que ella aproveche su actitud activa para meter esa pregunta. Si alguien sabe de malas noches es ella y confío en su empatia. O su recuerdos.

Escuchaba y asentia a las sentencias de Daniel hasta que decidi concentrarme en ambos padres para ver si realmente era inocentes o no. Aun no encontraba bien como usar esta habilidad pero trate de concentrarme en ello.

Daniel me saco de concentracion al mirarme dandome cuenta que queria que dijera algo.

- Claro, claro dormir, digo el insomio si si eso.

Aclaro un poco la voz para darme tiempo a organizar las ideas.

- Perdon, queria decir, si es que la niña tiene problemas para dormir, han escuchado pesadillas, o se despierta intranquila, sonanbula y otra actividad extraña?

Me sentia tan ridicula por haberme enredado asi que estaba segura de haber enrojecido, como si eso fuese posible.

En un principio la madre se mostraba reticente a “exponer” a su hija a cualquier cosa que se pareciera mínimamente a un interrogatorio. Explicó que hacía ya tres años que la habían adoptado y que antes era tan pequeñita que no podía ser una testigo válida. La cosa es que no estaba dispuesta a que le hicieran preguntas sin al menos la orden de un juez y la asistencia de un policía acreditado especializado en entrevistar menores.

Pero cuando Leah mencionó el insomnio cambió el rumbo de la conversación. Eso era algo que de verdad les preocupaba y Noémie dejó de ver a los policías como una “amenaza” a la estabilidad psicológica de su hija.

-Hace una semana fui a llamarla a su cuarto y no estaba. Nos asustamos mucho… buscamos en toda la casa y en el jardín, preguntamos a los vecinos e íbamos a llamar a la policía cuando apareció aquí, en el salón. En esa hora que estuvimos buscándola no había salido de la casa. Había vecinos en el jardín y no la vieron entrar. Nada más vernos se puso a llorar.

Suspiró, visiblemente preocupada. Su marido le puso su mano sobre la de ella, en señar de apoyo.

-No cuenta adónde se escondió o si se quedó dormida o quería hacer una travesura. Tendría que estar escondida debajo de la cama o en algún armario y con los nervios no la encontramos cuando no estaba en su camita. Estaría jugando a esconderse de nosotros y... nuestra reacción de alarma la ha tenido que alterar. Desde entonces casi no duerme, siempre está asustada.

Ha ido a una psicóloga, pero sólo llevan una sesión y todavía no hay avances.

Aun estoy pasando hojas y leyendo mientras Noemie Montand expone las lógicas pegas a exponer a una menor a una investigación policial hilvanándola con argumentos de peso. ¿Profesora de económicas? Lo puedo ver y seguramente también con bastante conocimiento de derecho. Quizás lo estudiara o quizás a la fuerza ahorcan como dice mi viejo.
Escucho, pensando como reconducir la situación a unos términos civilizados cuando Leah pone en voz mis pensamientos traducidos del simple gesto que le he hecho.
Su sincera tensión con respecto al insomnio y su pregunta de después consiguen una reacción abierta.
La momentánea desaparición una semana atrás es algo que se descuadra de la normalidad que empezaba a despuntar.
Escucho cada palabra con sincera atención. Mentalmente intento restar hacia atrás los días. ¿siete u ocho? ¿Podría coincidir con las muertes que iniciaron todo nuestra investigación? ¿Con el accidente?
Son preguntas que apunto para despejar un instante mas adelante pero se me ocurre otra forma de empezar a husmear y darles tiempo a los Montand a coger confianza. Y a la niña a descansar.
Lo siento. No sabíamos de la situación. Si es así no me importa dejarla descansar algo mas pero...lo que nos narra me intriga. ¿Dice que apareció aquí en el salón? ¿Le importaría que le echáramos un vistazo? Algo así como una reconstrucción guiada.
No se si la policía hizo alguna pesquisa pero ya que estamos aquí y aunque haya pasado un tiempo puede que nosotros podamos ayudarles infiriendo lo que pueda haber pasado.
Me pongo de pie quitándome la chaqueta y arremangándome - antes de empezar permitanme pedirles que me contesten una pregunta sinceramente y desde su intuición como padres. ¿La niña esta asustada por su preocupación o puede estar asustada de otra cosa, algo externo - los miro amable pero franco - los padres intuyen esas diferencias.
Mi tono de voz es honrada voluntad de ayuda.
Cuando encontraron a la niña ¿donde se encontraba exactamente? - señalo alrededor - Renee échame una mano. Tu tienes mejor vista que yo -le hago un guiño y continuo - La niña ¿Miraba hacia algún sitio en particular?
Parece como si fuera a hacer una recreaccion inversa de los acontecimientos y en parte así va a ser pero en mayor medida deseo darnos la oportunidad a Leah y a mi de percibir algo escondido, algo que nadie mas que nosotros puede ver. Y si yo no puedo distrayendo la atención hacia mi del matrimonio, con mas libertad que ella pueda.

Entendiendo la preocupacion de los padres tomo la mano de la mujer.

- Solo dejeme ver a la niña, le prometo que no la despertare, luego podemos volver a venir a conversar con ella. Solo conversar, no sera un interregotario, ustedes cenan verdad? Podemos venir a esa hora? Verla en su entorno, ver como habla, le aseguro que simplemente sera ver como reacciona y si hay algo extraño, a partir de alli le diremos que hacer.

Era una forma de entrar mas en confianza y de interregarla sin crear un ambiente ofensivo o agresivo. Yo no era psicologa pero era sentido comun. Ahora bien esa ida o desaparecida de su cuarto me era mas extraña. Un porta? algo mas?

Necesitabamos el Curso de Portales 101 de manera inmediata y Eugene no nos daria la informacion y estaba segura que Ofelia tampoco. La rabia se acrecento en mi ser aunque no lo demostre.

Puedo volver a bajar al pozo por el hospital? Y salir? Encontraria respuestas alli?

Este caso me tenia los pelos de punta.

- Como va la niña en el colegio esta ultima semana? pregunte de lo mas natural.

- Daniel deberias llamar a la Doctora para saber si esta bien.

Algo me tenia nerviosa y no sabia que era, lo que en esencia me ponia mas nerviosa.

-La niña está asustada, pensamos que por el susto... Apareció en la puerta de su cuarto, aquí mismo. Pero temíamos que hubiera algún problema relacionado con su pasado en el orfanato, algún resorte psicológico que se hubiera disparado. Ayer no fue al colegio. Está como muy ausente, creo que preocupada.

Miró, pensativa, a su marido. Él hizo un gesto con la cabeza.

-De acuerdo. -Giró su atención a Leah, decidida.-Vamos.

La madre accedió y les indicó que la acompañaran. Entró primero, seguida de los policías, en el cuarto de la niña. El padre, tras asentir levemente, se quedó en el salón recogiendo las tazas del desayuno.

Ya en el dormitorio de la pequeña, su persiana estaba bajada y a pesar de que había una pequeña lámpara encendida en una mesilla el contraste de la luz de la mañana en el salón con la oscuridad del cuarto dejó por un instante a los que entraron casi ciegos.

En cuanto se acostumbraron a la nueva oscuridad -bastaron apenas unos segundos- se dieron cuenta que la pequeña no dormía. Estaba sentada en su camita meciéndose sutilmente, con los brazos cruzados sobre su pecho y las manos sobre los hombros. Vestía un pijama amarillo y rosa.