Partida Rol por web

Ambos han deambulado por la casa, ahora están en la cocina.

No había ático, y sótano, lo que se dice un sótano... . A Leah le llamó la atención que hubieran unas escaleras de bajada y luego tan sólo un pequeño cuarto de limpieza, con unas escobas y algún trasto. Algo no encajaba en ese cuarto.

Daniel no vio nada fuera de lugar, nada externo ni una ausencia que mermara la coherencia del resto. Era fácil imaginarlas leyendo junto a la chimenea, mientras se horneaba una tarta. O haciendo mermelada casera. El sitio no parecía modificado, ni parecía que lo hubieran limpiado.

Pero la sangre, la sangre del suelo de la cocina estaba seca de una forma extraña. No era esa baba gelatinosa que Daniel estaba acostumbrado a ver junto a cadáveres de cuatro o cinco días. Era más bien como la costra agrietada que queda en el desierto cuando una laguna se seca. Daniel lo tocó -¿habrá sido el sol?- y había quedado como la sal muy fina.

Leah sintió el pánico que permanecía en ese sitio como si fuera un perfume. Todavía se respiraba el miedo pero también el odio y la violencia, la violencia extrema, que tenía un olor diferente. Entonces vio el objeto contundente con el que dieron el primer golpe. Un mortero de mármol que había sobre la mesa.

Desciendo lentamete por el cuarto de limpieza y algo no cuadra, era muy pequeño? La ubicación? Las cosas dentro? Era una suma de todo.

Con cuidado golpeo las paredes en busca de compartiemientos secretos o paredes falsas que pudiesen sonar huecas.

(Si hay algo le dire a Daniel que me ayude)

Al regresar sentí una oleada de miedo. Hacia mucho tiempo que no tenía esa sensación visceral que te explota desde adentro elevando la adrenalina en fracciones de segundos. Mi vellos de la espalda y la nuca se estiraron y un panico perverso me invadió.

Instintivamente tome mi arma y mire a todos lados buscando la fuente de peligro aun sin apuntar. Daniel estaba alli revisando el area donde habia caido Noemi y nada mas.

Mi respiracion estaba acelerada cuando senti el olor de la violencia, el olor de la maldad que se disfruta y se exhala al lado de la victima, y me di cuenta que no era yo, no era el momento, solo percibia lo que paso, las emociones y entonces lo vi. Alli estaba sobre la mesa, un mortero de marmol pulido. Su tamaño cuadraba con la herida del craneo de Noemi y le hice señas a Daniel para que lo tomara. El tenia guantes. Y mis piernas no me respondían por el miedo que habia sentido.

Habia sido un instante y ya estaba pasando la sensación pero me sentía muy alterada. Nunca me habia pasado algo asi, y mucho menos por ver una escena de un crimen o algo siniestro. Nerviosa baje mi arma y la volvi a guardar y me gire para darle la espalda a Daniel y respirar profundo.

Que es esto...

Mire mi mano y sentía un extraño temblor. Daniel no podia darse cuenta, pensaría que soy una loca, ademas estaba confundida, primero el llanto de Noemi y ahora sus emociones, eran las suyas o las del asesino, era una mezcla de todo.

- Voy al baño Daniel.

Rapidamente me escabulli y me encerre en el baño que habiamos visto en la planta baja cerca de la cocina y me sente mientras ordenaba mis ideas. Mi respiracion ya estaba mas relajada pero aun no podia entender que me estaba pasando y mucho menos controlarlo. Por un instante pense en usar mi tecnica para relajarme pero no era comun que lo hiciera dos veces el mismo el dia. No era comun.

Me levante, me lave la cara, acomode el cabello y sali a la cocina con mi expresión de pocos amigos, sin embargo estaba atenta a ver que mas percibia.

Voy absorbiendo la reveladora confesión que se derrama como si hubiera incidido contra una represa que esperaba caer. Al principio aun me desplazo por la vivienda pero al final estoy quieto en algún lugar entre la cocina y el salón.
Cuando se descarga por completo y se aleja buscando una nueva pista que investigar me mantengo inmóvil en el mismo sitio. Es un bocado de si misma tan visceral como difícil de digerir el que me ha dado.
Quizás pudiera compartir la visión de mi propia experiencia de lo mismo pero seria como un toma y daca si mucho sentido.
Con atribulada solemnidad de mi boca solo sale lo mas simple y sincero - Siento de veras lo de tus amigos y compañeros - le digo respetuosamente - es muy duro.
No tengo otro remedio para el insomnio que el que te comente y supongo que no es mucho. Lo siento - Por mi cabeza pasa el hecho que si sé que también sirve un clavo que saca otro clavo, aunque sea uno ardiente, pero una espiral de excesos como la que compartí con Lisistrata no la recomiendo. Me parece que odia las mentiras tanto como las aborrezco ahora yo.
Entiendo lo que me pides, Leah y te digo que es algo mutuo y creo que lo podemos cumplir - cambio de tono a uno menos intenso, mas profesional - dime si necesitas ayuda.
No se si ha podido escucharlo perfectamente todo pero la veo descender por lo que parece un acceso a un subterráneo.
Me doy cuenta que estoy junto a donde cayo el cadáver. La huella de sangre me espera como si me observara y yo me agacho recobrando la atención con el caso. Esta es la única mancha en el Umbral inmaculado de la relación de las mujeres. Este estallido gutural de violencia.
Me agacho mas y noto algo desconcertante. La sangre. Esta como consumida. Deshidratada.
Estoy tocándola y pensando en tomar una muestra cuando veo a Leah subir en tensión, con el arma desenfundada. Por un momento dudo entre armarme yo también pero capto su señal. Un objeto. El objeto. Solido. Contundente. Entiendo. El Arma.
Leah no llega a hablar. Antes de que podamos intercambiar palabra me rehuye. Educadamente pero es una retirada. Directa al baño ¿Por que el arrebato? Miro el pesado mortero.¿Que es lo que pasa?
Dejo de pensar en Noemie y Odelia y torno mi concentración en Leah con la delicadeza que puedo acumular. Contigo la cagaron Dano, absurdo es que la cagues tu cuando ya has pasado por esto. Pero tu no eres ella. No necesitas lo mismo. Dale lo que necesita. Un Compadre.
Me quito la chaqueta y la dejo bien doblada en el respaldo de una silla. Me ajusto la funda del arma al cinto y me apoyo en la mesa con las manos extendidas sobre el tablero con la espalda y el mortero frente a mi. Se lo difícil que es escoger las palabras así que espero tranquilo, expectante y receptivo. Con el punto de preocupación ajustado. Atento a cualquier señal, por que el instinto me dice que bajar la guardia no es, aquí, conveniente, pero relativamente en calma.
Cuando Leah sale del baño y vuelve le pregunto con sosiego - Es el arma del crimen ¿Verdad? - los otros mensajes no pronunciados los transmito con los gestos y los ojos. Dime lo que creas que debes decirme cuando quieras y cuanto debas. Esto es entre tu y yo y Dios Todopoderoso.

Leah volvió del baño con aire decidido. Alterada no era la palabra, la palabra quizá sería alerta. Nerviosa y atenta, había una inquietud patente en ella, como de tigre encerrado en una jaula.

Esa zona le ponía de los nervios. Definitivamente el mortero era el objeto que el que golpearon a la víctima. Leah estaba segura de ello y parece ser que Daniel no tenía problemas en creerla.

Ambos bajaron al cuartito  Contenía algunos trastos, dos escobas, una fregona... había una estantería en un rincón con productos de limpieza. Para nada estaba lleno pero el estampado a rallas del papel de las paredes le daban un aire claustrofóbico.

Así se debe sentir un tigre, cuando olfatea a otro depredador. Sin ser olfativa, tenía una sensación similar a un hedor insoportable. Percibía el miedo, éste la atravesaba y le traía sensaciones vividas, pero no tenía miedo. Es difícil recordar un sentimiento así sin recrearlo, por eso Leah no podía evitar que ese puto charco de sangre seca le pusiera de los nervios.

Al regresar al charco de sangre vuelvo a sentir el miedo. Ese miedo visceral que te recorre el cuerpo y que paraliza a los mas debiles, pero no a Leah. Esta vez estaba preparada, sabia que algo iba a sentir aunque no tuviese sentido, aunque ella no creyese en esas cosas.

Una vez mas el miedo la espanto desde la base de la espalda hasta la nuca y una vez mas puso su mano sobre su arma, pero no la saco, era su instinto.

Como animal de caza se acerco a la sangre... expectante, tratando de entender que era lo que sentía y que era lo pasaba, ademas de la irregularidad de la sangre.

Estaba desconcertada y frustada.

- Daniel, tienes como tomar una muestra? Se que los del laboratorio ya deben haberlo hecho, pero quisiera tener una muestra por si acaso.

Leah se arrodillo cerca de Daniel y decidio tocar el polvo de sangre seca que estaba frente asi. Aunque fuese sin guantes, un poco no le haria daño y tampoco a la escena, algo le decia que debia estar segura de que era sangre.

Entre la yema de sus dedos verifico su textura al moverlos.

- Tu que crees, dije preguntandole a Daniel.

La sensacion de miedo aun me tenia alerta como una hiena.

Creo que, aun siendo irracional, este caso es extraño - comento perplejo por mis propias palabras desde el otro lado de la mesa. Empiezo a moverme caminando pasos cuidados hacia el centro polar de la agresión inscrito en el suelo. Me acuclillo junto la irregularidad de la sangre frente a Leah.
Lo que no encaja es este estallido...Umm... Violencia Abrupta - señalo enmarcando el cuadro de la mancha con mis manos - puedo equivocarme pero empiezo a imaginarlo como un chasquido - digo haciendo sonar mis dedos.
Meneo la cabeza poco convencido - a veces puede macerarse en silencio pero...
La miro confidente, cara a cara - antes oí que decías que la vict...Noemie lloraba... -enaltezco mi voz pensando en voz alta - hemos comentando que quizás obligaran a Odelia -para un segundo para recoger los hilos - tus tripas nos han señalado el arma - señalo levemente con la mirada - Bien. Si estallo, si me lanzo en un arrebato tomo lo primero que veo y golpeo a mi compañera, mi amante... Sacudo hasta que no se mueve. La adrenalina me acelera. No me deja pensar. Pero... - levanto un dedo para empezar a enumerar - Dejo el mortero en la mesa. Me agacho. Si ha caído mal muevo a mi victima. Me pongo encima mientras sangra y empiezo a apretar y apretar con tanta fuerza que me dejo una uña en el camino.
Con tiempo. Suficiente para quien quiero me vea y llore. Un minuto, dos...Con los ruidos de sus estertores y el efecto de mis manos...- suspiro - Yo no se...Mis tripas me dicen que es que alguien daba las ordenes.¿Un tipo de sugestión? Pero esta tiene barreras. El subconsciente...Tu sabes a quien amas y que no harías.- Si no fuera Otra Cosa pero eso solo paso una vez y ni siquiera estas seguro de lo que viste, de lo que oíste. niego con la cabeza - ¿Una pistola en la cabeza? ¿De quien? No hay pista que corrobore.
Me siento en el suelo con los brazos lasos sobre las rodillas.
Es como esta sangre - apunto a la mancha con el dedo - parece sangre pero no se rige como tal - me aproximo hacia el borde - ¿ves su consistencia? Es como si hubiera sido... procesada. Tendría que estar pringosa y putrefacta. Incluso oler o tener moscas dándose un festín. Pero es como un cadáver. En desgracia con lo que debe ser dirían los Hopi.
Me froto el cabello nervioso.
No me gusta. Por que no encaja - busco un envoltorio para tomar una muestra. Un vaso pequeño que sea fácil de cerrar con film o aluminio.
No encaja...¡Chingada! - me acelero y casi grito - ¿Donde esta Odelia? ¿Como puedo desaparecer con una mano herida dejando rastros de sangre? - paro, respiro, trato de calmarme. La miro a ella para tener un polo sobre el que centrarme. El no asustarla - ¿Que piensas? ¿Que dice tu instinto que mi lógica no cuadre? ¿Viste algo allá abajo? Un túnel o un pasadizo es la única opcion que se me ocurre...- me detengo. Inspiro profundamente. Bajo la voz mas sombrío - No. No la única. - la miro a los ojos entre avergonzado y aliviado de mostrarme en mi forma de pensar sin restricciones - También he pensado que Odelia Terry nunca haya salido de entre estas cuatro paredes. Que reste abandonada por un asesino muy listo y muy cruel en un lugar que no nos la imaginemos. Sola. Con toda esa culpa...
Me callo girando el rostro hacia el suelo.
Con un murmullo casi inaudible solo atino a comentar - ¿Volvemos a bajar ahora o subimos?. - carraspeo - Tengo que rastrear esta casa hasta estar seguro de que estoy equivocado.

Vuelvo a revisar toda la informacion que tenemos con Daniel y aunque sea descabellado y no se como sea posible tiene sentido su planteamiento.

- Odelia no ha salido de la casa... digo en un susurro, como dandome cuenta una gran verdad.

Miro a mi alrededor con mucho mas detenimiento.

- Tienes razon Daniel pero calmate. Si los dos nos alteramos estaremos en problemas, dejame esa parte a mi, digo sonriendo mientras coloco mi mano sobre el.

- Hay algo que debes saber...

Acerco una silla de la cocina y me siento cerca de el y la sangre misteriosa.

- Si haces algun comentario estupido te doy tu ... y mano tiene forma de puño.

- Cuando estaba en la morgue, vi a Noemi llorar.

- Ah ah ah, y señale con mi mano que hiciera silencio.

- Dejame terminar.

- Se que no es posible, pero tambien se lo que vi y no estoy loca.

- Cuando me acerque al cuerpo vi una lagrima deslizarse por su mejilla, y luego senti como fue ahorcada. De hecho era yo a la que ahorcaban y senti todo el miedo, la rabia y la impotencia que ella sentió, como si fuera yo la victima, por eso estoy segura de que fue Odelia quien la mato, y el llanto era de dolor supongo que de sentirse traicionada o incapaz de ayudar a su amiga de su mismo destino.

- Lo cierto es que senti todo lo que sintio, pero no me hablo ni pude ver nada, y cuando estoy cerca de esa sangre o cerca del mortero, siento lo mismo, un miedo visceral e indescriptible, por eso me puse toda nerviosa hace un rato.

...

- Bueno todavia lo estoy.

Antes de seguir mirando alrededor decido enviarle un mensaje a Chana en el CSB para saber si tenia alguna novedad y se lo muestro a Daniel. Luego sigo revisando algun indicio de Odelia.

A ambos os suena a la vez el móvil con un mensaje de Chana. 

Información sobre Noémi.

Se crió en un orfanato belga donde sufrió violaciones entre los 6 y los 15 años. Al menos dos intentos de suicidio a los 17 y 18 años. Licenciada en psicología, derecho y economía trabajó de abogada en comercio internacional hasta los 35 cuando abandonó un futuro prometedor en una firma prestigiosa para fundar la ONG “La Guarda”. A los 38 cobró popularidad con un libro sobre su infancia en el que analizaba la desprotección y los abusos sistemáticos sobre niños por el que ganó un montón de enemigos, a los que señalaba como culpables. Desde políticos, figuras públicas y funcionarios corruptos a mafias de trata de personas. A los 40, en un asalto a un hotel durante unas jornadas sobre infancia en São Paulo mataron a su novia al confundirla con ella. Aumentó su fama como ejemplo de lucha y superación, publicó otro libro y su ONG multiplicó sus colaboradores e influencia.

A lo largo de su trabajo se ha ganado más y más enemigos, incluso de otras ONG’s a las que ha acusado de traficantes de niños.

 

Odelia.

Fue una niña famosa en EEUU. Exhibida como “niña ejemplar” por su padre, Edmund Terry, senador ultraconservador de Connecticut, famoso por su rigor y su dureza. La llevaba a todos los viajes oficiales. Incluso uno a la Unión Soviética que fue fruto de controversia. Fue una girl scout famosa y tras la muerte de Edmund, cuando ella tenía 15, despareció de la vida pública hasta que volvió a aparecer como la jueza más joven de los EEUU, a los 24. Pronto fue conocida por ser tan dura como su padre. Colaboradora con distintas asociaciones de protección de la infancia, desde hace años ha protagonizado una exitosa campaña de tolerancia cero con el abuso de menores en los tribunales de EEUU. Los demócratas la barajan como una candidata plausible para Conneticut.

 

Movimientos de dinero.

La tarjeta de crédito de Odelia se ha utilizado para cosas comunes (link de una tabla de excel). Parece más bien alguien sobrio dentro de su clase social. Ha pagado muchos viajes de Noémie. Y algunas de las facturas de la casa de Montmartre.

La empresa de alquiler de vehículos ya ha dado los datos. (en el mensaje hay link a otra tabla de excel). Alquila el coche una media de dos veces al año desde hace 12. Navidades, verano y algún fin de semana.

Se deduce que hace alquileres de larga duración, acompaña a Noémi a conferencias de su ONG. No tienen ninguna multa de tráfico, ningún accidente.

 

Estoy trabajando en una lista de posibles enemigos de Noémie, parece que colabora con Odelia desde hace años, tanto informándose una a la otra como haciendo campañas mediáticas estratégicamente con casos judiciales.

Hay algo turbio en los años en que Odelia desapareció de la vida pública. Por coleccionistas de ediciones de periódicos que no salieron a la luz he encontrado una noticia que anuncia la hospitalización de Odelia a los 17 por una crisis nerviosa. Sospecho que tuvo problemas con la droga o el alcohol.

Me siento al lado de Daniel desconcertada leyendo el mensaje que seguramente el tambien esta leyendo.

Al parecer nada era concluyente ni llevababa a ningun lado.

Mientras leia meneaba la cabeza.

Al escuchar la narración nace en mi un frente de sentimientos encontrados, mas bien una sensacion y una emoción entrecruzadas. Por un lado esta la comprensión ampliada de las corazonadas de Leah y por el otro la desazón, como un puñal retorcido, del ansia por evitar que se reproduzca el fracaso del pasado al afrontarlo. Y ella tiene razón. Necesito encontrar un equilibrio en la templanza.
Lo siento - me disculpo - a veces...a menudo me puede el temperamento. Es lo que siempre me ha causado problemas - mezclado con un rechazo madurado a los convencionalismos y la falsa moral imperante, añade también en algún momento eso - La mezcla de sangres supongo - carraspeo incomodo - Basta con que me llames al orden. Suelo darme cuenta cuando la situación es inapropiada - y cuando no lo es y merece la pena no frenar.
Gracias... - comento verdaderamente impresionado - por confiarte a mi. No se como te manejas con esas impresiones...parecen abrumadoras - lo son, lo sabes, lo recuerdas - Si te ahogan...Yo estoy atento...
No añado mas.
Me conmueve que no me pregunte por que me lo tomo toda su confesión con tanta calma. No necesitamos estar contándonos nuestra vida aquí y ahora. Luego frente a dos rubias texanas bien frías y espumosas...
Leah se concentra en seguir tratando de encontrar el cabo suelto del que tirar. Escribe algo en el móvil y casi de inmediato recibimos una respuesta.
El informe de Chana es extenso en datos y magro en conclusiones. Al ir leyendo se me debe endurecer el gesto y oscurecer la mirada. Me cuesta aun después de tantos casos el mantener la compostura por la descomposición que tanta miseria me conjura en la boca del estomago.
Al menos infiero como imagino que las dos mujeres se encontraron. Un reflejo gemelo de dolor en sus almas que no hace mas que avivar la llama del anhelo que no pase mas. Consuelo quizás. Por que no, deseo.
¿Por que entonces?¿Por que?¿Por que?
Intento apartar mi propio afán de entender los motivos para centrarme en el donde y como ha desaparecido Odelia.
Creo que debemos continuar - comento despacio para no parecer tenso. - Echemos le un vistazo otra vez al trastero bien a fondo. Veamos si encontramos algo hueco. Y si no probaremos un truco - digo mientras busco un recipiente mediano que poder llenar de agua - Después buscaremos aquí y arriba. ¿Tu que crees: con ese historial te las imaginas construyéndose una habitación del pánico?

La idea es revisar el cuarto de las escobas con Leah para ver una pared secreta o una trampilla. El agua es para verterla en el suelo y escuchar si se derrama como si hubiera un agujero.
Luego buscariamos si hay ese cuarto secreto que ha descrito. Pulsando con ruido las paredes y tomando referencias de las medidas.

Quedo sorprendida por el ingenio de Daniel y los sigo buscando un cuarto o habitacion secreta, o algun otro indicio.

Sabían que el cuartito escondía algo y no pararon hasta encontrarlo.

Primero Leah reparó en un interruptor que no encendía nada, aunque su diseño era exactamente igual al de los del resto de la casa, notaba algo raro. Jugueteó con él hasta que presionándolo hacia adentro se abrió como una tapita mostrando el cristal de un lector de huellas dactilares.

El curso del agua no hizo extraños, pero mojó el papel de la pared de los lados despegándolo un poco. No pasó lo mismo con el papel de la pared diáfana frente a la puerta de entrada del cuartito, que se mantenía intacto.

A esa pared le dieron todo tipo de golpes y llegaron a rascar el papel. Y cuando empujaron ambos a la vez, con fuerza, se fue un poco hacia atrás y pudieron deslizar una especie de panel que hacía fuelle, como un acordeón. Forzándola hacia los lados la abrieron y tras esa primera puerta se vió el acero de otra, blindada. El dibujo de rayas longitudinales estaba diseñado para disimular las juntas entre las hojas de una puerta en acordeón que más bien serviría de camuflaje. Y oculta tras ella la otra puerta, propiamente acorazada, con un panel numérico y un sensor, que tal vez fuera un lector de iris.

Se trataba de una habitación del pánico que debía ocupar al menos toda la superficie de la cocina. Y para nada era un trabajo casero. Se hizo claro que necesitaban apoyo experto para abrirla.

La estancia en el cuartito, relativamente lejano al lugar del asesinato, había dado un respiro a Leah y se sintió libre de agobios y de emociones ajenas. Habían estado cerca de tres horas en la casa y ya eran las cuatro de la tarde..

Al contacto con el acero la tensión se afloja y aunque merecería una expresión de triunfo el miedo a lo que podamos encontrar dentro me desdibuja la alegría.
Me apoyo contra las estanterías compartiendo el reconocimiento con Leah.
Necesitamos pedir ayuda - digo inclinando la cabeza hacia la cerradura electrónica - no se a ti pero a mi me supera.
Con las manos en frotándome la cabeza añado no del todo convencido pues no se si quiero tener algo en el estomago cuando abran esa puerta pero igual tardan horas - quizás podemos aprovechar para recuperar fuerzas echando un bocado - voy marcando el numero de Chana para que organice las siguientes tareas.

Feliz de haber conseguido una nueva pista veo a Daniel mientras estamos en el cuartito y me siento relajada y tranquila, casi me siento a gusto con su cercania hasta que me doy cuenta que estoy alejada del area donde quedo el cuerpo de Noemi y no quiero salir de alli.

Veo a Daniel y mis pies no reaccionan. Se que tengo que salir de la casa pero no puedo pasar atraves de la angustia y el miedo que siento al pasar cerca de donde estuvo el cuerpo.

Subo un escalon, luego otro, armandome de valor y molesta conmigo misma. Mientras Daniel llama a Chana y respiro profundo.

No puede ser que no pueda pasar a traves de esto.

Llego a la cocina y solo pienso en salir de alli asi que cruzo la sala y salgo por la puerta principal que da a la calle. Se que en algun momento Daniel saldra asi que me tranquilizo en unos segundos hasta que finalmente sale.

- Lo siento Daniel, no soportaba estar mas tiempo en esa cocina. Has visto esa puerta? Creo que necesitaremo ayuda para abrirla pero no quiero alertar a la policia, me da mala espina en este momento, ademas no quiero perder tiempo, si Odelia esta dentro puede que este herida y necesite nuestra ayuda pero no tengo ni idea de como abrirla. Si tuviesemos el cuerpo de Noemi, pero no creo que pueda traer su retina para...

- Huy, bueno ya sabes... y tampoco he comido nada en todo el dia, lo cual no importa si Odelia esta encerrada alli y debe lleva dias, esperemos a ver que te dice Chana a ver si nos puede mandar a alguien?

Estoy tan desconcertada con esa habitacion, como es posible que los mentecatos del laboratorio no la hayan encontrado. Si Odelia esta alli, llevara dias, tal vez tenga provisiones, pero...

Ademas para que Noemi tendría algo tan sofisticado. Si claro tenía enemigos pero era para tanto asi?

Me meso la barba pensando mientras escucho a Leah. Entiendo el punto de ansia y las razones que exponen son en verdad apremiantes. Pararse ahora es como perder el pie después de todo el esfuerzo.
Enfoco el problema en mi cabeza de todas las formas lógicas que se me ocurren.
La parte física me parece imposible. Puede haber un palmo de acero y hormigón como mínimo. Barras de presión. Refuerzos. Contramedidas... Esas salas estan pensadas para evitar todo lo que pueda imaginar usar para penetrar. Casi al filo de los escalones me convezco que, si hay una oportunidad no esta en la fuerza bruta.
Miro a Leah y me decido. Quizás entre los dos...Quizás si aun hay suerte...
Eso ultimo que has dicho. Que Odelia aun este viva ¿Es deseo o una intuición? - le pregunto aunque casi no me hace falta oír la respuesta para saberla. Le confío mis pensamientos - por que solo se me ocurre una forma de abrir esa puerta por nuestros medios y es que nos la abran. Desde dentro. Conectando de algún modo. Trasladando le a quien este dentro la suficiente confianza para que deje de tener miedo y abra. Debe haber un medio para que controle el exterior. Para saber cuando se ha acabado el peligro. Busquemoslo e intentemoslo. - sonrío cansado - lo mas es que le estemos hablando a una sala vacía.
Empiezo a escribir texto en el móvil - mientras que Chana vaya preparando un equipo como contingencia. Alguien discreto y de garantías - hago una mueca poco confiada - aun con unos expertos me imagino que abrir una estructura como esta no sera rápido.

Nuevamente en el ardor y la incomodidad de la cocina veo que Daniel tiene razon. Si Odelia esta dentro o alguien mas, debe de tener alguna forma de ver lo que pasa afuera. Pero si es Odelia como es posible que el verdadero asesino la dejara usar el cuarto.

Odelia sabia del cuarto? Porque no lo uso a tiempo? Porque no le dijo a Noemi?

Muchas interrogantes.

Comienzo a buscar indicios de camaras o incluso algun intercomunicador para comunicarse con el cuarto. En algun momento y mas para alejarme de la cocina golpeo la puerta de acero. Al menos alguien dentro debe escucharnos.

Tengo hambre...

Pienso en lo que dijo Daniel...

Hablaron, golpearon la puerta de acero. Trataron de comunicarse pero no hubo respuesta. Debía haber cámaras, y tardaron un buen rato en encontrar una, minúscula, insertada en una esquina del comedor.

El lugar del asesinato seguía teniendo ese hedor psíquico flotando alrededor y Leah aprendió a esquivarlo. Había sitios del mismo salón que esa sensación no había afectado. Se daba la circunstancia de que podía sentarse tan tranquila en un sillón pero en el otro, a tan sólo un metro de distancia, la sensación estaba presente. Como si fuera un humo que impregna unos tejidos y otros no.

Pasados apenas cuarenta minutos llamaron a la puerta.

Un chico joven con un mono de trabajo, una gorra y un cicarrillo en la boca se presentó..

-¿Han llamado al cerrajero?

...mostrando su identificación de colaborador del CSB: Ivo Candeloro. Sistemas de Vigilancia y Seguridad.

Bajó al cuartito y examinó la puerta. Encontró un cable con un detector y lo pinchó conectándolo a un portátil que parecía analizar ondas eléctricas. Encontró una microcámara y también pinchó su cable. Tas unos pocos minutos de trabajo frenético había convertido el trastero en una maraña de cables con dos ordenadores funcionando a toda mecha y una especie de antena que hacía lucecitas.

-Está en uso. Hay alguien en casa.

Señaló una pantalla por la que circulaban números y números.

-Hay actividad eléctrica suficiente como para estar en marcha al menos el purificador de aire, pero no creo que tenga conectado el circuito de vigilancia.

Tardaré dos horas en tener el control. Entonces os doy el mando y me piro. Pero de vosotros me plantearía apoyo de asalto. No esperéis alguien sereno y receptivo. Esta gente suele esperar con una escopeta y sorpresitas así.