Partida Rol por web

El Festival del Unicornio (Finalizada)

1.- Escena pública: La llegada a Zoquejo y el Festival del Unicornio

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02/11/2011, 11:45
Theonil Bremârck

¡Ah, claro! Digo, dándome una palmada en la frente- Si, sería una buena idea, Evea. Quizás Merryl haya descubierto algo nuevo...

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02/11/2011, 12:50
Gaëlle Bellerose

-Entonces, si me disculpan, nos veremos mañana. Suerte en su visita al templo.

Tras despedirse cortésmente de sus nuevos compañeros, Gaëlle se dirigió hacia el cuartel. Estaba agotada, después de el viaje, todo lo que había bebido, la pelea y lo que había descubierto... Necesitaba volver a la posada y dormir, pero antes quería hablar con Pia. Quería tranquilizarla, ahora que sabía que quedaría libre al día siguiente, y necesitaba hablar con ella sobre lo que estaba pasando, aunque no sabía si tenían privacidad para ello. Aunque por encima de todo quería abrazarla ¿Cuanto tiempo había pasado? Nunca llegó a saber por qué se había marchado. A decir verdad estaba algo nerviosa por encontrársela. ¿Quedaba aun alguna posibilidad de que las cosas fuesen como en los viejos tiempos? Le entristecía pensar que no fuese a ser así. 

 

 

Notas de juego

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02/11/2011, 17:47
Director

Gaëlle se despidió de los compañeros quedando de verse al día siguiente en la misma posada donde se habían encontrado, aunque aún les acompañó un amplio trecho, dado que tanto el templo como la prisión se encontraban en el interior de Zoquejo.


El guardia del arco de entrada les había mirado con cierta suspicacia, pero no dijo nada más que un lacónico buenas nochas cuando se acercaron, sin impedirles el paso. Había un notable ajetreo en la posada que había nada más entrar en el interior que contrastaba notablemente con la tranquilidad del resto del Centro.


La bardo recordaba las ciudades élficas de su pasado, pero no pudo evitar volver a sentir su alma sobrecogerse ante el espectáculo de los inmensos árboles formando la ciudad, especialmente por la noche iluminados por fuegos fátuos y conjuros de luz. Cruzó las amplias avenidas llenas de flores y cuidada vegetación en dirección al oscuro bosque enmarañado. La prisión estaba en uno de los últimos árboles habitados, incluso fuera de la ciudad y, salvo el estrecho camino que llevaba hasta el roble milenario debajo de cuyas raíces estaba la cárcel, toda la zona estaba ya plagada de espinos, arbustos, helechos, ortigas, hiedra y zarzas que hacían imposible circular sin arañarse y destrozar la ropa y amenazaban con reducir a jirones sanguinolentos a cualquiera que tratase de correr por su interior.
La joven fue recibida en la prisión por uno de los guerreros que se habían llevado a Gatuzzo y sus hombres, el que no había curado a Evea y Theonil. Reconoció de inmediato a la bardo y tras confirmarla que la teniente le había dicho que podía ver a Pía le dijo que le acompañase, dirigiéndose a una reja de madera negra detrás de la que se podía ver un túnel de aspecto ominoso que se internaba en la tierra bajo las raíces del anciano árbol.


El guardia advirtió la mirada sombría de Gaëlle hacia el túnel, practicamente a la vez que desvíaba ligeramente el ángulo de su trayectoria hacia unas raíces que se apartaron como por arte de magia para revelar una sala de la confluían varias escaleras de caracol formadas por raíces retorcidas.
-"No te preocupes, humana, tu amiga no se está por ahí abajo, al menos de momento. Tus otros 'amigos' sí." - le dijo a Gaëlle en tono tranquilizador, aunque la última frase había sonado más bien sardónica.


El elfo condujo a la trovadora por un complicado ascenso que parecía continuar por el tronco del roble. Cuando salieron al exterior por lo que parecía un nido de un pájaro gigante estaban en una rama a más de 30 metros del suelo, aún así estaban en las ramas más bajas del árbol. Una jaula hecha de ramas del grosor de un brazo y hojas para dar intimidad y oscuridad se abrió ligeramente para mostrar a Pía.


Ya no estaba encapuchada y tenía unas grandes ojeras, parecía cansada y un poco preocupada. A Gaëlle le parecía que tenía la cara típica de después de uno de sus arrebatos irracionales cuando empezaba a darse cuenta de las consecuencias de su comportamiento previo. Sin embargo nada más verla, Pía puso una cara más alegre y sobre todo un gesto de determinación férrea.

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02/11/2011, 17:48
Pia De Vries

-“¡Gaëlle! ¡Qué bien que hayas venido! Ya no tienes que preocuparte por nada, ¿ves? Te dije que lo arreglaría todo y está arreglado… O lo estará pronto, seguro que me sueltan después de preguntarme algunas chorradas.” – Pía se había lanzado sin dudarlo a abrazar a Gaëlle y el guardia tuvo que pedirle que volviera a entrar en la celda y que no saliera, que si quería sería la maestra Bellerose quien entraría a verla, pero que ella no podía salir y la volvió a meter dentro, con amabilidad pero con firmeza, cogiéndola de los hombros para devolverla detrás de las ramas.

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02/11/2011, 19:30
Director

Los compañeros se dirigieron al arco de entrada, Theonil tuvo tiempo de explicar a Gaëlle cómo llegar a la prisión, que aunque estaba en dirección contraria al templo también requería entrar en el Centro.
El guardia del arco de entrada les miró con cierta suspicacia, pero no dijo nada más que un lacónico buenas noches cuando se acercaron, sin impedirles el paso. Había un notable ajetreo en la posada que había nada más entrar en el interior que contrastaba notablemente con la tranquilidad del resto del Centro. Tras quedar de nuevo para el día siguiente en la posada que había a unos cincuenta metros, al otro lado del arco que acababan de atravesar, se separaron de la bardo y emprendieron el camino al templo.


Drieric y Karlack era la primera vez que tenían la posibilidad de ver una ciudad élfica, incluso una tan peculiar como Zoquejo y resultaba realmente impresionante, no pudieron evitar sentir un poco de pena por haber entrado tan de noche, dado que la magnificencia de la ciudad quedaba un poco limitada por la noche, aunque el espectáculo de las luces faéricas y los conjuros por todas partes daba un aspecto que seguro también era impresionante. El Centro era muy diferente del exterior, e incluso de la impresión inicial que causaba la maraña de espinos, zarzas y enredaderas que le separaba del Arrabal; cuidados paseos entre jardines unían enormes árboles ocupados por cuidadas casas naturales; las más humildes ocupaban la copa de un árbol, apenas modificada con la magia y rematada con otras plantas y madera muerta tratada, sin cortar de árboles vivos. En la dirección en la que iban, había sobre todo auténticas mansiones que ocupaban hasta cuatro copas de árbol en diferentes niveles manipuladas con magia para darles formas impresionantes, adornadas con luces y vegetación exuberante.

 

El grupo, ahora reducido tras irse a Gaëlle a interesarse por su amiga presa, llegó hasta el templo que estaba cerrado a tan altas horas. Pasó un buen rato desde que llamaron hasta que un novicio semielfo les abrió, con cara de sueño preguntó el motivo que les traía a tan altas horas de la noche. Tras escucharles, les hizo pasar y esperar otros quince o veinte minutos en los bancos de la entrada.

Finalmente un elfo de aspecto atemporal se acercó a los amigos, aunque su mirada tenía la sabiduría de la edad grabada, tenía un aspecto macilento y débil, parecía muy enfermo, casi consumido y andaba con dificultad, apoyado en el semielfo que les había recibido. Theonil y Evea reconocieron a Merryl, recordando cómo el ritual parecía haber drenado su energía por completo; no parecía que hubiera recuperado mucho.

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02/11/2011, 19:30
Padre Merryl

El clérigo se sentó en uno de los bancos junto a ellos, ayudado por el acólito y comenzó a hablar, con una sonrisa rota y voz muy apagada.
-“Bienvenidos, Theonil, Evea y sus amigos. Me dicen que habéis recuperado las reliquias con gran riesgo. Y de manos de gente muy poco deseable. Bien, bien, está bien, muy bien, si.” – el elfo parecía bastante espeso y que le costaba mantener su pensamiento enfocado. Hizo ademán de coger los objetos que le pasaban, pero el discípulo se adelantó con una sonrisa y el padre Merryl le agradeció con un gesto. Realmente no tenía pinta de que en su estado pudiera sostener los cálices. El elfo volvió a hablar, levantando a medias la mirada para dirigirse a Theonil.


-“Sé que Evea y tú prometisteis encontrar las reliquias gratis. Pero tengo entendido que ha sido necesaria una gran pelea, que los ladrones eran muchos y violentos, de modo que la hazaña no ha sido pequeña. Por si fuera poco, necesitasteis ayuda de amigos, y no poca, no, no poca en absoluto. Así que he pensado darte una pequeña recompensa por tu trabajo, de todos modos.” – dijo haciendo un gesto al joven semielfo, que le paso un saquillo que tenía anudado en el cinturón de enredadera verde con que se ceñía el hábito.
Merryl pasó la bolsita a Theonil, asintiendo distraído. Tenía, por efecto del agotamiento, el comportamiento de un viejo medio senil. Tardó unos segundos en darse cuenta de lo que tenía que hacer y, tras mirar hacia arriba, al cielo nocturno que se entreveía por las ramas abiertas al fresco de la noche, anunció.
-“Parece que éste tema os ha tenido entretenidos hasta tarde. Si, muy tarde, demasiado para estar descansados en el Festival. Cansados, pero ahora los clérigos están en sus casas. Volved por la mañana, después de dormir un poco, y usarán su magia para terminar de despejaros y que podáis disfrutar de los festejos sagrados. Ahora tengo que retirarme, yo también debo descansar. Estoy muy cansado. Mucho.” –
Merryl y el acólito se despidieron del grupo, el semielfo les acompañó de vuelta a fuera y oyeron cómo trotaba, probablemente a ayudar al clérigo a subir las escaleras. Una vez fuera Theonil comprobó la bolsa, contenía un buen puñado de valiosas monedas de platino y brillantes esmeraldas diminutas, que entre las luces mágicas de la ciudad tenían un aspecto sobrecoger.


Incluso después de descontar gastos y hacer una parte para Gaëlle, el botín para cada uno era importante, les permitiría pasar unos meses tranquilamente y disfrutar del Festival como ricos o incluso dar un buen arreón a los ahorros para ese objeto mágico al que tenían echado el ojo.

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02/11/2011, 20:09
Theonil Bremârck

Es de bien nacidos ser agradecidos, hermano.- Digo, haciendo una reverencia- Dijimos que el trabajo se haría gratis, pero no soy quién de despreciar el agradecimiento de otros.

Con un gesto lacónico y cansado comenzamos a repartir el botín:

ehm... caballeros.- Digo, dirigiéndome hacia Karlack y Driedric- Las cosas se me están complicando un poco por aquí en Zoguejo, y he visto que teníais unas interesantes cuentas pendientes con unos maleantes locales. Veo que sois gente de palabra, y, como cualquier otra, de dinero, así que... ¿que os parecería trabajar juntos? Conozco Zoguejo como la palma de mi mano, si bien no soy el mejor guerrero del lugar, y necesitaría un par de brazos extra. Iríamos a 25 % cada uno y el resto para gastos y mantenimiento del local, ¿cómo lo ven?

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02/11/2011, 20:18
Director

Notas de juego

Chicos, como Marracash aún no ha vuelto y hemos llegado a un punto y seguido en la historia, vamos a asumir que de momento vuelve a la posada con la respuesta que quiera dar cuando vuelva y hasta entonces se queda durmiendo y descansando del viaje y los jaleos.

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02/11/2011, 20:20
Karlack Rowder

Soy culo de mal asiento, pero podría probar  a quedarme, una temporada al menos. Dices que el resto de la paga sería para el local, ¿qué local?, y sobretodo...¿en qué consistiría el trabajo exactamente?

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02/11/2011, 20:30
Theonil Bremârck

Bueno, mi despacho; tengo que terminar de pagarlo, pero os puedo hacer un hueco, y os saldría gratis la estancia al menos- Digo, rascándome la cabeza- Además, necesitaríamos algo de dinero para misceláneas varias, como la comida, cetros solares, cuerdas, ganchos, y... Si quieres ser alguien en el negocio de la información... para soplos y demás.

Basicamente es que el trabajo se me desborda a menudo, y necesito a alguien que me cubra las espaldas por si hay que defenderse. No me importa ganar un poco menos si así estoy más seguro.

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02/11/2011, 20:40
Karlack Rowder

Podemos probar a ver que tal va. Si lo que necesitas es un guardaespaldas por el 25% de lo que ganemos, ya puedes ponerte a trabajar para que entre mucho dinero, que yo me ocuparé de que no te pase nada.-  dijo el guerrero con una sonrisa

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02/11/2011, 20:55
Theonil Bremârck

Pensándolo mejor... - Digo, algo contrariado por mi idea- Sólo te necesitaría durante el festival; tengo algunos asuntos de por medio, y es posible que necesite algún apoyo. Supongo que después volvería la normalidad... No creo que te importe, ¿verdad? Podría pagarte bien, digamos que la mitad de mi parte de este botín. -Me rasco un poco la barba - Digamos que por lo que queda de festival y una semana más. Comida y alojamiento incluido. Ah, y, por supuesto sería un pacto entre caballeros... No quiero resultar amenazador; pero sí soy obstinado si me venden.

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02/11/2011, 21:35
Karlack Rowder

¿Y a cual pacto de caballeros te refieres? ¿Al de antes? ¿Al que me ofreces ahora? Parece que no tienes muy claro lo que quieres, y lo que ofreces por ello.

Hasta ahora no he faltado a mi palabra y no tengo pensado hacerlo, pero tú pareces que cambias muy rápido de parecer y de ideas.

Así que mejor piénsatelo y mañana lo hablamos más tranquilamente. Ammm y para que parezca una amenaza, debo sentirme amenazado, y lo siento pero tú no consigues ese efecto en mí por ahora.- terminó el guerrero encojiéndose de hombros y con una sonrisa

Notas de juego

Todavía no he recibido mi parte y no sé cuanto me corresponde, así que no sé la cantidad que Theonil me ofrece por mis servicios XD

así es difícil aceptar para cualquier mercenario que se precie jejej

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02/11/2011, 22:05
Director

Notas de juego

Tened en cuenta que no necesitamos para nada el dinero exacto, nunca lo hemos llevado a rajatabla y hablamos en términos genéricos. Básicamente lo que os he dicho, la parte de cada uno es lo suficiente para vivir de forma normal unos meses y darse algún caprichito, tal vez medio centenar de oro para cada uno.

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02/11/2011, 22:17
Evea, la gata

 La joven asistió respetuosa ante la presencia de Merryl, le dolía ver lo agotado que estaba, por eso celebraba el haber logrado pronto la obtención de las reliquias sagradas.

 Una vez fuera, mientras Theonil hacía reparto de las piezas de metal y las gemas, la fatigada mente de Evea se sumía en reflexiones. Había venido de muy lejos siguiendo una pista y esta no había dado gran cosa de sí. Volvía a estar a la deriva sin un rumbo que marcar. Pero por lo menos esa recompensa le sería útil para no preocuparse por la obtención de comida, alojamiento y bienes básicos. Por lo menos esta larga noche ya sabía que podría dormir a cubierto sin tener que recorrer a los establos.

 Precedido de un suspiro medio bostezo, la joven comentó.

 - Bien chicos, yo ya me retiraré, ha sido un día muy largo, el final de la travesía con la caravana esta mañana y esta tarde noche todo este asunto. Voy a ver si tengo suerte y aún estoy a tiempo de hacerme con una dormitorio en la posaa del Arrebal.- Con un leve ladeo de su cabeza, con su esbelto cuello, la joven se despide.- Cuidaros, espero que nos veamos mañana. Buenas noches.

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02/11/2011, 22:17
Gaëlle Bellerose

Dando un paso hacia adelante Gaëlle entró en la celda. Se quedó un segundo mirando a los ojos a Pia, parada, y acto seguido la abrazó y la besó con fuerza en la mejilla izquierda. 

-Oh, Pia... - suspiró casi a punto de echarse a llorar - la que tiene un montón de chorradas que preguntarte soy yo. ¿Donde has estado...? ¿Por qué te fuiste? Te he echado tanto de menos... 

Volvió a besarla mientras la estrujaba con fuerza contra ella. 

-Después de lo que encontramos en el almacén no le darán ninguna credibilidad a lo que digan esos malnacidos - le contó emocionada - La teniente me ha dicho que mañana deberías estar libre  

Soltó a Pia, se apartó unos centímetros, le cogió de las manos y volvió a mirarla a los ojos mientras una enorme sonrisa invadía su rostro. 

-Hay... hay tanto de lo que tenemos que hablar...  

Entonces se detuvo, como si acabase de recordar algo. Se giró un momento hacia el guardia. 

-¿Le importaría dejarnos solas un momento? - preguntó amablemente - Si quiere me quedaré en la celda y después le llamaré para que abra. No se preocupe, no vamos a fugarnos.

- Tiradas (1)

Motivo: Diplomacia con guardia

Tirada: 1d20

Resultado: 15(+5)=20

Notas de juego

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03/11/2011, 10:50
Director

Evea salió del Centro junto a Drieric tras dejar a Karlack y Theonil negociando, el guardia del arco mostró bastante alivio al ver salir a los dos compañeros, aunque dirigía nerviosas miradas hacia donde habían venido, muy consciente de que quedaba un humano en la ciudad.

La posada de la plaza seguía con mucha actividad, la fiesta improvisada en la plaza no había decaído demasiado y la música seguía sonando. Por suerte la camarera que se presentó por la tarde como Trellana les dijo que quedaban algunas habitaciones individuales, no eran gran cosa y estaban orientadas a la plaza, así que no eran muy silenciosas, pero la cama estaba límpia y eran cómodas.

Agotada por el viaje la joven humana decidió probar, por suerte la cama era tan mullida y limpia como habían prometido y el agua del aguamanil era fresca y clara. No es que la habitación tuviera mucho más, pero los postigos y los doseles de la cama permitieron a Evea aislarse por completo de la luz de fuera y aunque el sonido de la fiesta parecía demasiado fuerte para descansar, lo cierto es que estaba tan agotada después del duro día que se durmió antes de darse cuenta.

Notas de juego

Bueno, con esto en principio quedamos en un suspenso que espero sea breve mientras Gaëlle, Theonil y Karlack terminan de rematar su noche. Por supuesto eres libre de hacer los turnos que desees con lo que piensa Evea o despertándose para cualquier cosa o cambiar las acciones que quieras; pero si no haces algo de eso esperaremos a que acaben los demás y anunciaré nuevo día para todos.

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03/11/2011, 10:59
Pia De Vries

Gaëlle notaba a Pía un tanto nerviosa, recibió su abrazo y sus besos con una sonrisa que pareció aliviar mucha de tensión, aunque no toda. Devolvió los besos con un entusiasmo enorme y se deshizo en sonrisas, mientras acariaba el pelo de Gaëlle jugueteando con los bucles.

Rebulló bastante incómoda al recordar el pasado, y aunque respondió sus palabras fueron demasiado crípticas y enigmáticas, respuestas que creaban más preguntas de las que respondían:

-"Verás Gaëlle, había... cosas... cosas que tenía que arreglar... Yo... yo tenía que hacer algo... Pero ya lo he hecho, ahora está hecho. Lo he hecho y ahora estarás bien, ya lo verás. Todo ha salido bien." - a veces parecía que Pía hablaba más para sí misma, como convenciéndose que para Gaëlle.

Paró abruptamente de divagar para volver a abrazar a la bardo, enterrando su cabeza en el cuello de Gaëlle, la trovadora no podía decir si estaba riendo o sollozando.

Cuando la bardo se dirigió al guardia, éste se mostró nervioso; no parecía nada contento con la idea sugerida por Gaëlle y por un momento pensó que le diría que no. Finalmente accedió, aunque a condición de que Gaëlle dejase fuera todos sus objetos, empezando por las armas y le permitiera registrarla para asegurarse de que no colaba nada. Además advirtió a la joven que la celda se cerraría y quedaría practicamente a oscuras hasta que las hojas recibieran luz del sol y que dentro de la celda la magia no funcionaba.

Hubo otro momento de tensión cuando pareció que Pía agrediría al guardia saliendo de la celda y éste estubo a punto de ponerse violento. Lo cierto es que el registro estaba siendo más concienzudo de lo que a Gaëlle le hubiera gustado, pero considerando que iban a permitirla quedarse a solas en la celda con una prisionera con cargos de homicidio tampoco se podía decir que el exceso de celo estubiera injustificado. Por suerte su amiga comprendió que tenía todas las de perder y, bufando y piafando, se quedó en la celda, nerviosa e inquieta como si tuviera un nido de avispas debajo de la túnica, mientras el guardia se aseguraba que Gaëlle no llevaba encima nada aparte de sus ropas y su armadura.

Apenas entró la bardo en la celda de nuevo, las ramas volvieron a ajustarse, las hojas descendieron y pronto quedaron en el interior de un recinto hecho de madera y recubierto de hojas en el que sólo había unas ramas con mullidas hojas a modo de cama y una manta.

Pía se acercó a Gaëlle y le acarició suavemente la mejilla mientras la ayudaba a recolocarse la ropa que se había desplazado durante el registro.

-"Lo siento, de verdad, lo siento. Esto es por mi culpa, pero cuando todo pase, habrá merecido la pena, te lo prometo. Lo siento. Esta ciudad está llena de cerdos, te aseguro que he oído en esta tarde más propuestas que en una semana en el puerto de Torramar." - Pía volvió a estrechar a Gaëlle contra sí, y se quedó muy callada.

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03/11/2011, 22:14
Gaëlle Bellerose

Estrechándola entre sus brazos, comenzó a juguetear con su pelo y acariciarle la nuca.


-Tranquilízate un poco, preciosa – trataba de calmarla, le hablaba al oído, con suavidad, con dulzura – Yo estoy bien, tu estas bien y mañana estaremos las dos fuera de esta celda. Será como en los viejos tiempos ¿eh? – Se giró hasta quedar frente a ella, mirándola a los ojos, mordiéndose el labio inferior mientras sonreía -¿Te acuerdas? Éramos geniales ¿y lo bien que nos lo pasábamos?


Se apartó un momento de ella y se sentó en el suelo de aquella jaula, apoyando la espalda en las ramas. Cogió sus manos, y tiró despacio de ellas para que ella se sentase a su lado.


-Necesito  que me digas que está ocurriendo en esta ciudad  - Se detuvo un segundo, casi le daba miedo decir aquello – Apareciste en el momentos justo para ayudarme, me salvaste, y sabías que iban a por mí ¿Qué está pasando, Pia? ¿Quién me ha puesto precio? Y… ¿Por qué? Por favor… necesito que me lo digas…

- Tiradas (1)

Motivo: Diplomacia

Tirada: 1d20

Resultado: 11(+5)=16

Notas de juego

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07/11/2011, 19:07
Pia De Vries

Pía comenzó a rilar al liberar tensión cuando Gaëlle empezó a juguetear con ella, trayendo viejos recuerdos de momentos de intimidad compartidos en el pasado. La fuerza del beso con el que respondió a su mordisco en el labio juguetón sorprendió a la bardo por la pasión que su vieja amiga le imprimió.
La risa de Pía al recordar los viejos tiempos no pudo ocultar que aún estaba inquieta, que había algo que reconcomía a Pía era innegable, pero Gaëlle no era capaz de penetrar su escudo e intuir qué era.
-“Sí, éramos geniales. Todo era genial. Y volverá a serlo.”- aquella frase pareció marcar un cambio definitivo en Pía, su reserva e inquietud desaparecieron para dejar paso a una gran seguridad. Aunque Gaëlle no pudo evitar recordar los momentos no tan geniales cuando la mayor montaba una de sus escenas de celos, a veces sin venir ni a cuento, recordando conversaciones y confesiones que Gaëlle le había hecho incluso días antes para montar una discusión en ese momento, incluso mientras compartían momentos de intimidad.
Gaëlle hizo sentarse a Pía a su lado y por un momento las cosas parecieron escapar de control, cuando ella aprovechó para empezar a besar a la joven en el cuello mientras le acariciaba detrás de las orejas. Pía sabía qué le gustaba y parecía dispuesta a usar ese conocimiento. Por suerte o por desgracia fuera sonó un fuerte carraspeo del guardia, que probablemente había oído los suspiros y besos de las chicas; como siempre, Pía seguía mostrándose bastante tímida en público y al oír el carraspeo pareció recordar dónde estaban y recobró la compostura, lo que permitió a Gaëlle recuperar la presencia de ánimo para interrogar a su amiga.
Al responder Pía parecía estar mucho más tranquila, casi demasiado. No titubeaba ni se pensaba demasiado qué decir.
-“No se nada de lo que pasa en la ciudad, ni qué podían tener esos tipos en el almacén. Sólo sé que un barón de las tierras fronterizas del Norte se encaprichó de ti. No sé quién, ni le conozco personalmente; tengo entendido que actuaste en las fiestas del pueblo que se celebraban por no se qué aniversario y se encaprichó de ti. Estos tipos tenían el encargo del noblezuelo ese de llevarte allí, sabe Lirr para qué. Adalbern estaba con ellos, ¡lo juro! El debía engañarte para que fueras a una trampa, aunque ahora no estaba, se habrá olido algo…”- Pía hizo una pausa, pensativa, como tratando de resolver el enigma de porqué el semielfo no estaba con los tipos del almacén; pero, aparentemente no dio con ninguna solución.
-“Le seguí porque sabía que el no te quería. No como yo. Siempre estabas ‘Adalbern esto’, ‘Adalben aquello’” – Pía imitó la voz de Gaëlle sorprendentemente bien, aunque las palabras distaban mucho de ser ciertas. Al menos desde el punto de vista de la bardo. – “pero él no te quiere, Gaëlle. Mira lo que ha hecho, por eso tenía que ayudarte. Necesitabas ver.


Aquello era demasiada información junta y al cerebro de Bellerose le costaba procesarla, cansado por el viaje, la fiesta y la pelea, así como, todo hay que decirlo, algo perjudicado por el alcohol que había tomado antes de empezar todo ese jaleo. Recordaba, efectivamente, haber actuado en unos cuántos puebluchos y villorrios del Norte, una tierra dura, fría y peligrosa pero muy hermosa y excitante lo que le había llevado a viajar allí a pesar de todo; también era verdad que había recibido más de una invitación de uno u otro preboste local a compartir una cena o una bebida a solas, pero consciente que, seguramente, lo que querían compartir en realidad era la cama, las había rechazado educada y prudentemente. Pero ¿tratar de secuestrarla y llevarla al Norte como esclava? La misma idea era demasiado aterradora para dejar que anidara en su cabeza.
El resto de datos no generaban menos desasosiego, o preguntas, para el caso, ¿se había ido Pía por celos de Adalbern?, ¿había seguido al semielfo desde entonces para verle dar un paso en falso y volver a ella con el cuento?, ¿realmente estaba Adalbern dispuesto a venderla a un salvaje norteño como esclava? Y ¿cómo encajaba todo eso entre ello, si es que lo hacía?

Por si su estado de confusión y embotamiento mental no fuera suficiente, Pía no parecía dispuesta a seguir diciendo más de lo que ya había dicho, todas las preguntas eran respondidas con nuevas vueltas a la información que ya había dado y lo único que parecía interesarle realmente era besar los labios de Gaëlle, aunque la bardo sabía que su antigua amante no pasaría a mayores; no, al menos mientras el guardia fuese marcadamente presente a unos metros de ellas por el resonar de sus tacones sobre la madera del árbol; pero lo cierto es que tampoco era improbable que Pía se pasase besándola el resto de la noche si se dejaba, o, al menos, hasta que el guardia hiciese salir a Gaëlle de la celda.