Partida Rol por web

El Festival del Unicornio (Finalizada)

5.- Conclusión: El altar del claro en el bosque

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02/09/2013, 17:18
Director

Cuando Gaëlle vio la gema con la pequeña figura de una mujer dentro, supo de inmediato lo que era. Ella no creía que la mujer estuviera muerta… o no exactamente. Había oído historias, a las que nunca dio demasiada credibilidad, pero ahora allí tenía la evidencia.
 
Eso era un alma. A la mentora de Evea la habían atrapado el alma, era un bien muy valioso porque era, literalmente, el alma de una criatura. Los demonios y diablos negociaban en ellas, podía usarse como foco para rituales y como componente de conjuros muy oscuros a los que proporcionaba un poder proporcional a su pureza y poder, pero siempre abrumador.
 
Ella no conocía la forma, pero sí sabía que existían rituales muy complejos para liberarla y que, si no había muerto y pasado… por lo que quiera que pasasen las almas al morir antes de ser atrapada, la persona volvía a la vida; si bien es cierto que ella ignoraba los detalles y había muchas lagunas en su saber para las que sólo podía aventurar una teoría.
 
Mientras la bardo explicaba todo aquello, sentada para recuperar el aliento y contener sus hemorragias, les había dado tiempo de improvisar unas parihuelas. Incluso volvieron a la cabaña del bosque, donde se reunieron con Nívea y Theonil, que aunque seguían un tanto vapuleados, una mentalmente y el otro físicamente pudieron unirse a la procesión de regreso a la ciudad.
 
Auria cerraba el grupo, se la veía extrañamente contenta y feliz, murmuraba algo como que Gaia empezaba a volver a esa parte del bosque y, de hecho, efectivamente sus espíritus se elevaron un poco cuando notaron que no sólo no había el macabro desgarrar del monstruo que habían matado al acecharles sino que, débiles y aún lejanos, los oídos más aguzados de Theonil y Evea empezaban a captar los sonidos de la vida animal nocturna, parecía que una vez muertos el unicornio negro, el nigromante y el demonio la naturaleza sanaba y reclamaba su territorio.
 
Cuando las primeras luces de la ciudad aparecieron en el horizonte, la pequeña elfa había desaparecido. La vieron atravesar la maraña, siguiendo en línea recta en lugar de por el camino como había hecho alguna vez más. Solo que ésta vez no volvió a aparecer, no había rastro de ella, todos sabían – así lo confirmó Nívea con un tímido asentimiento – que no se podía rastrear a una druida en el bosque.
 
 

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03/09/2013, 22:48
Gaëlle Bellerose

El abandono de la pequeña druida la pilló por sorpresa, pero pensandolo bien no había nada raro en ello. La joven siempre se había encontrado bastante incomoda con ellos, y parecía haberse tenido que esforzar para acompañarlos al templo cuando fueron en busca de respuestas. Era comprensible que quisiese evitar que la acribillaran a preguntas al llegar. El bosque era su sitio. 

La visión de las luces de la ciudad para ella en cambio fue un alvio, fue como encontrarse con el FIN de esta historia. Todo había terminado. Habían conseguido acabar con el mal que allí se ocultaba y habían vivido para contarlo. El nigromante y sus invocaciones ya no le causarían la muerte a más inocentes. Más complicado era adivinar el futuro de Zoquejo una vez que todo aquello se supiese. Una vez que no hubiese más unicornios, y que su recuerdo quedara manchado por la tragedia. Temía por el futuro de la ciudad, y la entristecía ser precisamente ella heraldo de malas noticias. No era el único mensaje trágico que tendría que transmitir. Si volvía a reunirse con su hermano tendría que contarle acerca de la muerte de Notcha, junto con el resto de doncellas del unicornio. 

Pese a todo eso, pese a haber estado a punto de morir, y pese a que las cosas en el festival antes no le habían salido como esperaba, no podía evitar sentirse bien. Se había probado más allá de lo que nunca había creido que pudiese ser capaz. Por una vez no había contado la historia de otros, sino que había sido protagonista, y había conseguido estar a la altura. Ahora le quedaba pasarse una temporada de descanso, se lo había ganado. 

Antes de entrar en la ciudad se dirigió a sus compañeros. 

-Estaba pensando... que yo seguramente abandone pronto el pueblo, y todos nosotros quizá no volvamos a vernos. Después de que informemos de todo esto... de que me arreglen... después de un baño caliente y de descansar un poco...  ¿Que os parece si nos reunimos en alguna de las tabernas y nos emborrachamos?  

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04/09/2013, 08:14
Evea, la gata

Apenas le dio importancia a la desaparición de la joven druida, siempre había estado yendo y viniendo y estaba claro que el contacto con la gente no la hacía sentirse cómoda. Ya con el colgante pendiendo de su cuello y echando una mano a Karlack con la parihuela avanzaban hacia el pueblo. Sus ánimos aún estaban entremezclados, pero tras las palabras de Gaëlle la batidora veía por fin algo de esperanza.

-Ante mi se abre una nueva búsqueda-obviamente se refería al medallón-y no sé ni por dónde empezar; toda ayuda sería bienvenida, pero tampoco os puedo pedir nada. Todos hemos hecho mucho más de lo que se esperaba de nosotros-suspiró. Lo cierto era que también necesitaba descansar; y por un día de despejarse tampoco pasaría nada-Pero no diré que no a esa idea de la taberna. Tan pronto como lleguemos al pueblo y nos dejen un poco en paz podéis contar conmigo para acabar con las existencias de lo que sea que destilen aquí-

Apenas sin mirar por donde pisaba siguió comentando al descuido -Creo que nos vendrá bien. Hemos visto demasiado y no creo que nos reciban con los brazos abiertos después de que se enteren de lo que tenemos que contarles. Dioses, espero que nos dejen quedarnos esta noche al menos...-

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07/09/2013, 16:21
Director

Siguieron adelante, suponiendo que la pequeña druida habría vuelto a su bosque, una vez concluida su misión. La ciudad apenas tenía ya los fuegos faéricos que la habían adornado, desde el exterior seguía llegando un difuso y apagado jaleo, con los que seguían celebrando ajenos a los hechos que habían empañado la jornada, pero aún así sonaban como si nadie estuviera por la calle.

La ciudad interior estaba prácticamente vacía, salvo por las patrullas de guardias que iban de dos en dos y que no tardaron en ver a los compañeros y su macabra carga. Dos de ellos se apresuraron hacia el grupo apenas habían entrado de nuevo en los cuidados caminos que serpenteaban entre los jardines de la población élfica.

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07/09/2013, 16:26
Guardia nº X

-"Alto" - gritó uno de ellos mientras ambos se aproximaban y observaban el cadáver de Trellana que arrastraban tras de sí Evea y Theldur. Sus rostros se quedaron cenicientos y sus ojos se abrieron de asombro y horror, el gesto de uno de ellos paso en rápida sucesión por el asco, el horror, el pánico y la furia. El otro, el que les había dado el alto, mantuvo mejor la compostura, aunque se le notaba afectado. El que había perdido el control gritó:-

-"¡Es Trellana Resplandeciente! ¡La han matado y profanado estos extranjeros!" - el elfo parecía al borde de la histeria.

El otro guardia se volvió hacia él, apartando a un lado su lanza, mientras le decía.

-"No digas estupideces, ¿acaso no ves que ellos también están heridos? ¿tienen armas con las que hacer esos destrozos? ¿y por qué iban a traerla después aquí." - le cogió del hombro sacudiendole y señaló en dirección al cuartel de la guardia.

-"Ve a buscar a la teniente Recta" - dijo el guardia más tranquilo que, aunque nada lo evidenciaba en su aspecto, supusieron que era el más mayor - "¡corre!" - apremió al ver que el otro seguía medio embobado mirando con horror el cuerpo destrozado de su conocida.

Luego se volvió hacia ellos y les dijo:

-"Llevemos el cadáver al templo, antes de que la gente empiece a coger el valor suficiente para que su curiosidad venza a su miedo y tengamos ésto lleno de curiosos preguntones. La Teniente nos encontrará allí y podréis hablar con ella." - 

Y ayudando a los aventureros a cargar con las parihuelas, empezó a dirigirles hacia el fondo del pueblo.

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08/09/2013, 23:41
Gaëlle Bellerose

Entendía la reacción del guardia al verlos llegar, la verdad es que se había temido algo así. Los nervios de todo el mundo estaban a flor de piel, y no podía esperarse que todos reaccionaran con frialdad a su llegada. Menos aun cuando cargaban con el cadaver destrozado de Trellana. Por suerte uno de ellos había conseguido mantener la compostura. 

Mientras caminaban hacia el templo, a reunirse con la teniente y que sanaran sus heridas, observó con cierta melancolía las calles, ahora desiertas, de Zoquejo. La expresión en el rostro de los guardias acababa de confirmarle que ese lugar no volvería a ser el mismo. Al menos no en mucho tiempo. Cuando se corriese la voz de lo que allí había sucedido aquel dejaría de ser conocido como el alegre pueblo donde humanos y elfos habían compartido festividades durante décadas. Mucha gente lo abandonaría, y mucha otra con seguridad lo evitaría. La noticia de que el festival era una terrible artimaña para secuestrar a doncellas y sacrificarlas en grotescos rituales demoníacos seguramente sería un golpe mortal. Confiaba en que al menos no decidiesen culpar a los mensajeros de su desgracia... 

Por su parte no veía el momento de sentarse delante de Aleena y explicarlo todo, de ponerse a disposición de cualquier prueba o conjuro para comprobar la veracidad de sus palabras. Necesitaba quitarselo de encima, darle un punto y final y poder pasar a pensar en alguna otra cosa. Como a Zoquejo, aquello iba a costarle. Esperaba que no tanto como temía que el pueblo tardase en superarlo. Una vez hubo pasado el momento de alivio y de orgullo al derrotar a la criatura, su mente volvía a debatirse entre poco optimistas estados de ánimo. Necesitaba que todo aquello acabase. 

Caminaba agarrada al brazo de Karlack, del que no se había separado desde que saliesen del claro. Ya no creia que su herida fuese a matarla, pero aun así se encontraba aun muy débil. 

-Voy a echar de menos este lugar... como era antes... - comentó - Siempre me ha acogido con cariño, siempre tan alegre... Espero que consigan que lo vuelva a ser. 

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09/09/2013, 08:32
Evea, la gata

El comentario del primer guardia hizo cerrar los ojos y suspirar a la batidora. Aquello no tenía pinta de ir a mejor, pero habían decidido tirar adelante con lo que fuera. Por suerte, su compañero de patrulla parecía tener los ojos más abiertos y reconoció aquello por lo que realmente era. No eran unos asesinos, sino una comitiva fúnebre portadores de malas noticias. Claro, que el hecho de darse tanta prisa la hizo sospechar. ¿Tendría que ver algo con los Sangrador aquel guardia?

Meneó la cabeza, sacando esas ideas de ahí. No podía permitir que la paranoia la absorbiese o vería enemigos en cada saludo y terminaría en desgracia. No iba a fallar ahora que aún tenía una misión colgando de su cuello y esperando su liberación.

Siguió cargando con el guerrero la improvisada camilla hacia la teniente. En un principio ésta había sido estricta, pero había acabado viendo la importancia de la situación y había confiado en ellos. Odiaba tener que darla malas noticias...

-Yo no echaré de menos esto-respondió a Gaëlle, no muy segura de si ésta esperaba respuesta-Alguien tenía que mancharse las manos para arreglarlo, no hay duda, pero esta es la parte que nunca sale en las historias que contáis los bardos...-no pretendía recriminar la elección de carrera, sino lo idealizado de sus cantos-Siempre me había parecido reconfortante poder descansar en una posada tras una temporada en las tierras salvajes y escuchar los cantos de héroes y valientes. Pero aquí yo no veo nada heroico o valeroso. ¿O acaso tú vas a componer una oda a esta "gesta"?-casi se le atragantó la palabra.

Ciertamente no tenía motivo para pagar su disgusto con su compañera, pero el cansancio acumulado, la falta de adrenalina tras la experiencia reciente y sus propios nervios habían hecho trizas su habitual estoicismo.

-Tal vez deberías-se autorespondió-Y si lo hicieras deberías incluir ésto también. Que conozcan la verdad, que aquellos que lo oigan sepan las consecuencias de jugar a ser héroes...-ya debían estar cerca de los cuarteles de la guardia, apenas reconocía el sitio y malamente habían sido un par de jornadas-No, no volveré a este sitio, ni lo echaré de menos-

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09/09/2013, 11:30
Karlack Rowder

El guerrero ya veía el final de aquella pesadilla.

Cargaba el cuerpo junto a Evea en aquella camilla improvisada mientras la bruja se sujetaba de su brazo. De vez en cuando Karlack la echaba furtivas miradas preocupado por su herida. Era lo único feo en aquella mujer, pero pronto la sanarían y volvería a ser aquella jovial dama que hacía que su corazón se acelerara cada vez que la miraba.

El joven guerrero se alegró de ver a la guardia, eso significaba que ya estaban a salvo y que Gaelle por fin podría curarse. Pero se tensó al escuchar las palabras de guardia. A punto estuvo de soltar la parihuela e ir a retorcerle el estirado cuello, seguro que se partiría casi sin esfuerzo, como un simple palo que llevaba demasiado tiempo al sol.

Afortunadamente su compañero parecía algo más avispado que él y supo ver la situación que allí había.

Dejó que el guardia paleto tomara su parte de la improvisada camilla, no sin antes dedicarle una mirada de pocos amigos, después se agachó y recogió como si fuera una niña pequeña a la bardo y se dispuso a llevarla en brazos hasta el templo.

No es necesario que hagas más esfuerzos que empeoren la herida.

Trató que su tono de voz sonara grave y distante, pero al final de la frase se quebró, dejando ver su preocupación por aquella mujer.

Con un carraspeo incómodo apartó la mirada de la chica y siguió al grupo con la bruja entre sus brazos.

Notas de juego

Ya no te escapas.... brujaaaa XD

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10/09/2013, 00:33
Gaëlle Bellerose

Las palabras de su compañera le dolieron. No era la primera vez que escuchaba algo así, pero solían venir de gente a quien no conocía. Bien era cierto que con Evea, como con el resto de los que ahora la acompañaban, solo había compartido un par de días, pero la intensidad de los acontecimientos que habían vivido le daba la sensación de conocerlos desde siempre. 

-Puede parecer frívolo, pero escribiré sobre lo que ha ocurrido aquí... - se detuvo un segundo - Es lo que hago. Escribo. No se seguir rastros, no se orientarme en el bosque, apenas se pelear, apenas se hacer magia... Escribo y canto... y recuerdo lo que otros han escrito y cantado. Eso lo que se hacer... Por supuesto que escribiré sobre lo que ha ocurrido aquí, y lo contaré. No será una historia heroica, sino terrible y triste, pero no por lo que nosotros hemos pasado... lo es por "ellas". Por las doncellas sacrificadas. Por los que han muerto. Para ellos voy a escribir, para que no se les olvide. Y quizá, si algún día ocurre algo parecido en alguna parte, alguien como yo podría recordar lo que aquí ocurrió y evitar que llegue tan lejos.   

La discusión la había puesto algo tensa, y cuando Karlack la interrumpió para levantarla hizo un ademán de resistirse, hasta que se dio cuenta de lo que pretendía. Aun cuando creía que la sobreprotegía, dejó que la llevase. 

-Karlack, eres un cielo... - dijo dándole un suave beso en la mejilla y dedicándole después una sonrisa - pero de verdad, no me va a pasar nada de aquí al templo - pese a sus palabras, no hizo intento alguno por bajar. 

Aquella pausa la tranquilizó.

Se volvió entonces hacia Evea. Ver su semblante sombrio en cierta manera le hacía comprender por qué había dicho lo que había dicho, pero eso no evitaba que le doliese. No contaba esas historias solo para entretener a la gente. Con sus canciones y cuentos siempre había querido traer esperanza. Eran su forma de tratar de convertir el mundo en un lugar mejor, la única forma que dominaba. 

-Incluso en medio de sucesos trágicos, como el que ha ocurrido en este lugar, puedes encontrar pequeños actos de bondad. Puedes encontrar a gente que trata de ayudar, incluso sabiendo que no recibirán nada a cambio, incluso exponiéndose a sufrir... o a morir. Personas normales atrapadas en situaciones extraordinarias que tratan de hacer lo correcto. ¿No es eso heroísmo? ¿No es valor?  ¿No es eso digno de ser recordado y ensalzado? ¿No es acaso en las noches más oscuras cuando más estrellas brillan en el cielo?  

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10/09/2013, 08:57
Evea, la gata

Habría alzado las manos a modo de disculpa si no hubiera provocado un estropicio con el cuerpo inerme de la posadera. Sin embargo únicamente pudo suspirar meneando la cabeza para advertir que iba a hablar. Si bien el despliegue de emociones del guerrero y la bardo la cortó bastante prefiriendo esperar unos metros. Nunca se la habían dado bien esas situaciones

-No, tienes razón Gaëlle... no estoy siendo justa contigo. No es tu culpa, tú tampoco elegiste ésto-bajó un poco la voz-ninguno lo hicimos- Alzó la vista, mirando a esas estrellas que decía la bardo ¿era aquello otra metáfora? No tenía ni idea, la expresión poética tampoco era su fuerte-Yo sé disparar un arco para poder sobrevivir, para cazar en la espesura. No soy una heroína, sólo una chica que buscaba a su mentora y se ha visto sobrepasada una y otra vez por las circunstancias-y mirase donde mirase veía las consecuencias.

-Si realmente las historias que aprendéis encierran enseñanzas para quien las oiga no te limites a lo obvio de rituales y consecuencias-tal vez fuera porque era no era muy dada a refinamientos culturales, pero sinceramente no quería que nadie tuviera que verse envuelto en situaciones similares-Cuenta la verdad-como si fuera tan simple-Que los héroes son sólo gente normal que no tiene más opción que tirar adelante. No cro que sea valor, sino puro instinto de supervivencia. Si quieres que sean estrellas, vale, pero míralas-hizo una pausa-Están lejos, frías y solas. Son bonitas de ver pero nadie querría ser una.-

Por un momento miró a sus compañeros, presentes y ausentes, imaginándoselos como constelaciones en el cielo: El guerrero con armadura brillante dispuesto a defender lo que apreciaba, la sabia risueña dispuesta a avanzar siempre por lealtad, el investigador perspicaz, las hermanas de la Naturaleza... y la exploradora, siempre avanzando en busca de algo que ni ella misma sabía.

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11/09/2013, 16:51
Director

El grupo, ayudado por el guardia, llegó al templo sin más interferencias, habían cruzado la ciudad de punta a punta y vuelto a internarse en la maraña, solo que por una senda más amplia, cuidada y transitada que la que llevaba al horrible claro del bosque; se les hicieron agotadores los familiares seiscientos metros que les separaban del amplio claro en el bosque rodeado por un círculo de arcos de piedra que rodeaban la enorme y magnífica estructura formada por la conjunción de cuatro robles inmensos que habían visitado antes esa misma noche. Pudieron observar por el camino cómo varias parejas más de guardias se asomaban a curiosear e, incluso, se asomaban algunas figuras furtivas a las ventanas de sus hogares.
 
Un par de acólitos salieron a su encuentro apenas entraron en el tronco del árbol que hacía las veces de hall de recepción, uno de ellos chilló horrorizado y salió corriendo entre arcadas apenas vio los restos de Trellana mientras el otro palidecía visiblemente pero mantenía el tipo.
 

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11/09/2013, 16:52
Guardia nº X

-“Ayudadnos a llevar a Trellana con los demás y empezad a adecentarla, buscad a Eliaster” – instruyó el guardia mientras varios acólitos más salían de las estancias más cercanas al oír el grito y las carreras, ninguno se atrevió a acercarse y todos mostraban el horror en sus rostros, todo se llenó de carreras y gritos mientras dos acólitos más se acercaban para ayudar en el transporte.

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11/09/2013, 16:53
Director

Theonil volvió a separarse de ellos, diciendo que quería ir a ver a su hija y marchándose con una rápida despedida apenas le dijeron a dónde la habían llevado. El resto se dirigieron al fondo de la estancia hacia las escaleras que llevaban a los mortuorios en una sala en el primer piso; provista de una mesa de losa, había restos viejos de manchas de sangre en diversas zonas, una cascada caía, sombría, sobre una fuente en el centro y contenía un tablero con un montón de instrumental quirúrgico y de maquillaje. Pusieron el cadáver de Trellana sobre la mesa vacía y uno de los acólitos que les había acompañado empezó a mojar paños en la fuente y limpiar el cadáver mientras el otro preparaba instrumental.
 
El guardia se volvió hacia ellos y les hizo un gesto para indicarles que bajaran de nuevo al nivel inferior tras dejar el cadáver al cuidado de los encargados de los mortuorios. Apenas volvieron al hall de entrada, se les aproximó presuroso y con aspecto cansado el elfo, de pelo moreno y aspecto regio, con el símbolo sagrado de Angharrad, la una y trina, que ya habían conocido en su visita anterior; su aspecto era cansado y ojeroso, pero mantenía un brillo activo e inteligente en los ojos, pero el cansancio no parecía haber atemperado su arrogancia ni su mala disposición hacia ellos.
 

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11/09/2013, 16:55
Eliaster

-“Vosotros, sois los que habéis traído a la amazona muerta. ¿Qué es lo que ha pasado? ¿Cómo es que la amazona está muerta? ¿Qué habéis tenido que ver con ello? Debéis explicaros.” – su voz era autoritaria y exigente, aunque mantenía un tono bajo y educado que quedaba desmentido por las palabras que usaba.

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11/09/2013, 16:56
Aleena Recta

Antes de que tuvieran tiempo de decidir cómo reaccionar, otra figura, la menuda teniente Aleena Recta, que les había dado los permisos para investigar, entró como una exhalación; tenía un aspecto cansado, greñudo y sucio, pero sus vivarachos ojos verdes refulgían con energía y fuerza. Interrumpió con un tono mucho más alto, y bastante molesto, mientras se acercaba para asegurarse de hacerse oír.
 
-“Y lo harán, pero ante mí. Aunque tu presencia y ayuda será bienvenida, honorable.” – con ello atrajo la atención y detuvo el torrente acusador del clérigo, conseguido lo cual continuó – “ pero, como es debido, antes de que nos cuenten lo que han descubierto, podemos permitirnos atender las heridas sufridas en el cumplimiento de *mis* mandatos.” – remarcó las últimas palabras y a todos les quedo muy claro que había importantes desavenencias entre la teniente de la guardia y el clérigo, aunque mantuvieran una actitud civilizada ante ellos – “si no te importa…” – dejó en suspenso sus siguientes palabras.
 
El clérigo hizo un gesto de asentimiento casi imperceptible dirigido a sus acompañantes, que se apresuraron a acercarse a Evea, Karlack y, sobre todo, la casi desfallecida Gaëlle e imponerles las manos para aliviar sus dolores con un cálido torrente de luz curativa que les dejó aliviados en una oleada de placer que, al acabar, incremento su percepción del cansancio que les atenazaba.
 
Luego la teniente añadió, dirigiéndose a ellos con una voz amable, aunque segura y firme:
 
-“Sé que estáis cansados, y pronto os llevaremos a un sitio seguro y tranquilo donde podáis dormir hasta hartaros. Pero antes necesito que me contéis todo lo ocurrido para poder informar al consejo, al capitán y al gobernador. Por favor, acompañadme. Supongo que podemos ir a algún lugar para conversar, venerable Eliaster” – el sacerdote se limitó a asentir, sin hablar, y señalar el camino con un gesto.
 
 

Notas de juego

Notad que he separado el turno en 5 post para identificar más claramente qué dice quien.

Haced los turnos de juego y conversación que necesitéis y cuando lo deis por acabado dejáis claro que vais con Recta (o no, claro)

A partir de que la teniente da la orden recuperáis cada uno 6 puntos de golpe, de modo que pasáis a estar sólo entre magullados (Evea) y ligeramente heridos (Gaëlle).

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12/09/2013, 01:17
Gaëlle Bellerose

Cuando al fin alcanzaron el templo bajo de los brazos se Karlack para volver a poner sus pies en contacto con el suelo. No se encontraba tan mal como para justificar no entrar en el templo por su propio pie. 

Tras dejar el cuerpo de Trellana en manos de los acólitos del templo, y cuando esperaba al fin a que alguien la atendiese, la sobresaltó la furiosa entrada de Eliaster. Se disponía a empezar a contar la historia de lo que habían vivido aquella noche cuando la repentina entrada de la teniente Recta la interrumpió. Instantes antes ni siquiera se había planteado a quien sería más correcto relatarle los hechos, pero en un abrir y cerrar de ojos Aleena lo dejó claro, era con ella con quien tenía, y con quien quería, hablar. Había sido la primera que, desde que entraron allí, se preocupó de sus heridas, y la primera que no les acusaba a viva voz. 

Gaëlle agradeció con efusividad los cuidados que los clérigos le brindaron. Tras la imposición de manos no estaba aun completamente recuperada, eso llevaría algún tiempo, pero ya no tenía por que temer por su salud. Lo que no esperaba en aquel momento era sentirse de pronto tan débil como se sintió tras la curación. Hacía mucho que no requería de las habilidades de un clérigo, y nunca lo había hecho en un estado como el que estaba. Se ayudó del brazo de Karlack para no caerse mientras con la mirada buscaba donde sentarse. 

-Ya esta... casi se ha acabado... - comentó forzando una pequeña sonrisa pese a que en aquellos momentos los ojos casi se le cerraban 

Espero a que sus compañeros estuviesen listos antes de seguir las instrucciones de la teniente. En aquellos momentos ya solo deseaba contarlo y encontrar un lugar caliente y cómodo donde tumbarse... uno o dos días.  Que extraño se hacía pensar que apenas un día antes estaba despertándose con una terrible jaqueca provocada por el alcohol y preocupada por si eso le estropearía alguna de las actuaciones en el festival... 

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12/09/2013, 08:24
Evea, la gata

Evea tenía poca intención de llevar la voz cantante y dar explicaciones, y mucho menos al sacerdote. No la caía especialmente bien y no se molestó en ocultar el desprecio de vuelta al recibido por parte de éste. Qué fácil era juzgar sin tener ninguna idea de qué había pasado. Por lo que parecía la teniente era de la misma opinión que ella si había interpretado bien su entrada como un ciclón.

No pudo evitar cierta satisfacción cuando el mismo que les acusaba se veía obligado a emplear magia divina para aliviarles de sus heridas, algo necesario, y más aún cuando el rapapolvo que Aleena siguió, haciéndole ir donde ella dijera. No se podía considerar que Evea fuera buena en las maniobras políticas, ni siquiera que la importasen, por lo que dejó hacer a los representantes del poder en el pueblo.

Movió con bastante alivio las articulaciones dañadas, aún no estaba recuperada del todo pero ya no podía ser muy grave cuando lo que más notaba era el cansancio, algo parecido a sus compañeros por lo que pudo observar. Durante un instante tuvo la sospecha de que el clérigo realmente les había embaucado y lanzado otro tipo de magia, pero no se habría atrevido a hacerlo delante de la teniente. Tal vez fuera únicamente cansancio real, derivado de todos los sucesos recientes...

Tras dejar el cuerpo donde la indicaron siguió a Aleena sin más palabra junto a sus compañeros, hasta que no la dijeran dónde tenía que hablar no pensaba decir ni media palabra. Lo que no quitaba que estuviera recomponiendo los hechos en su cabeza, intentando aclararlos con cierta perspectiva más general.

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17/09/2013, 17:52
Aleena Recta

Eliaster les condujo hasta una cámara en las profundidades del suelo, enterrada entre raíces del árbol que servían como paredes y bancos. Aleena ordenó traer vino y comida para los aventureros, indicando que parecían agotados y estarían hambrientos después de su ordalía. El clérigo volvió a despachar acólitos con un gesto casi imperceptible, sus labios cerrados en una fina línea.
 
-“Ahora entraréis uno por uno para contarme vuestra versión de lo ocurrido. Tened en cuenta que el recinto está bajo los efectos de un conjuro de zona de verdad y que lo que digáis será vuestra declaración oficial.” – lanzó una mirada significativa a Gaëlle y añadió – “A algunos de vosotros también os puede convenir recordar que, aunque sólo las declaraciones pueden servir como prueba, todo lo que no son castigos queda totalmente a nuestro criterio.” – la joven bardo recordó en ese momento a Pía y cómo había sido expulsada para siempre de tierras élficas por no colaborar con la teniente, aunque no se la encontró culpable de nada.
 
Con tono amable añadió:
 
-“Estoy segura de que no habéis hecho nada malo, de modo que no estéis nerviosos. Cuanto antes acabemos mejor para todos. Entrad en el orden que prefiráis, no creo que tarden en traer las viandas, de modo que si alguno está particularmente hambriento puede esperar para el último. Poneos de acuerdo y que entre el primero.”
 
Inmediatamente después la teniente entró entre dos raíces que se apartaron unos segundos para franquearla el paso a ella y a Eliaster, que tomaron asiento en unos bancos de raíz dentro de una sala diminuta donde sólo cabía otro par de personas a lo sumo, tan rodeada de madera de raíces que no se veía ni un poco de la tierra marrón oscura que constituía parte de las paredes de la antesala en la que esperaban ellos acompañados de un par de los guardias que habían llegado con Aleena.
 

Notas de juego

A parte de las conversaciones que queráis tener con vosotros, rematad el turno con vuestra declaración en un post sólo para vosotros.

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18/09/2013, 08:25
Evea, la gata

Evea no estaba acostumbrada a las relaciones sociales, pero tampoco estaba tan ciega como para quedarse mucho tiempo rondando, a pesar del auténtico hambre que sentía. Por ello, con media sonrisa cansada se levantó la primera, adelantándose a sus compañeros

-Ya voy entrando yo, descansad un rato-no comprendía los sentimientos presentes, pero era lo suficientemente educada para no quedarse en medio, estorbando.

Tragó saliva y respiró hondo un par de veces. Sujetó el colgante con fuerza para darse ánimos, pues no iba ser fácil revivir todo mientras explicaba su versión, tal y como lo vio, a la teniente y el sacerdote. Honestamente, temía que la acusaran infundadamente de algún tecnicismo; pero con todo y con eso quería pasar página y dedicarse a liberar a Tianna.

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18/09/2013, 08:28
Evea, la gata
Sólo para el director

Con paso algo inseguro, tímido, entró al lugar designado, que se cerró tras ella. Miró nerviosa a ambos lados, antes de decidirse por situarse a media distancia de los dos interrogadores. Carraspeó un poco, sin tener claro por dónde empezar; había sido todo tan ajetreado que tenía mezclados eventos.

-Bu...bueno, como sabrán fuimos enviados a investigar por la Teniente-dejó que sus ojos nerviosos se posasen en Aleena-ahí presente para investigar los hechos anormales acontecidos en el pueblo-tragó saliva una vez más. Podían al menos haberla dado de beber-Al poco de abandonar la seguridad del lugar, en la floresta empezamos a ser acosados por una bestia indeterminada. Las druidas se quejaban que el lugar era malsano, como si estuviera maldito-se encogió de hombros. No estaba segura que aquello fuera importante, pero tanto para Nivea como Auria sí lo fue.

-Eventualmente la bestia que nos acosaba nos atacaba de tanto en tanto, pero apenas alcanzamos a verla y no causó más heridas que alterarnos más si cabe-casi estaba oyéndolo de nuevo, el ruido entre las ramas, arco cargado en mano, mirando nerviosamente a ambos lados, sintió nuevamente el sudor frío de la incertidumbre del bosque y sacudió la cabeza antes de seguir-Finalmente encontramos unas ruinas, de los antiguos Coronal si interpretamos bien las marcas. Allí un elfo nos atacó, decía pertenecer a esa familia y clamaba venganza. Pero no pudimos sacar mucho en claro, pues la bestia lo liquidó arrojándolo desde una altura para luego venir a por nosotros de nuevo-otro escalofrío más, ahí había visto demasiado de cerca las garras de la criatura por primera vez-pero cuando nos organizamos huyó nuevamente.-Ahora iba la parte más peliaguda

-Seguimos una ruta medio oculta por la vegetación, de la nuestras compañeras seguían quejándose, hasta llegar a una cabaña en medio de la nada, guardada por custodias mágicas de muerte.-los momentos de tensión en los que buscó una ruta de aproximación para sus compañeros tampoco fueron fáciles, sin saber si iba a morir al siguiente paso-Allí encontramos libros mágicos y papeles sobre los Sangrador-habían dicho que estaba bajo zona de verdad así que no tenía intención de forzar la magia ocultando información-Y sobre rituales de convocación mágicos para atar demonios. Tampoco pudimos indagar mucho pues oímos un relincho y al salir a ver qué lo había causado tuvimos que luchar otra vez-miró fijamente a sus dos interlocutores-contra un unicornio negro. No sé si sería el mismo del festival, pero no son comunes los bondadosos así que sospecho que el dueño de la cabaña lo corrompió. Ah sí, también parecía claro que el dueño éste era el elfo que nos había prometido venganza en las ruinas y había sido liquidado por la bestia...-¿Cómo se la había podido pasar algo así?

Respiró un par de veces para serenarse. En el combate con el unicornio ella no había corrido auténtico peligro, pues se encaramó al tejado, pero sí sus compañeros que recibieron un castigo importante.-No fue fácil y tuvimos que dar lo mejor de nosotros, pero conseguimos acabar con la abominación, aunque no salimos indemnes...-en aquel momento las heridas de Karlack y Theonil ya eran moderadas, y una de las druidas había perdido la criatura que había llamado para ayudarles; un oso nada menos-Luego, seguimos con la investigación en la cabaña, terminando de atar los cabos que faltaban. Parecía que ese elfo buscaba vengarse de la ciudad y para ello iba a usar demonios. O eso hemos supuesto en base a los libros que tenía allí almacenados-luego estaba un poco confuso todo, y ella no había entendido la mitad de los conceptos que Gaëlle había explicado, pero por ahora podía seguir-Uno de ellos hablaba sobre el procedimiento de atar un demonio-tragó la poca saliva que la quedaba-Y bueno... esto... avanzamos por el camino una vez más, donde la bestia nuevamente nos atacó, a la altura de un desfiladero-¿por qué lo había mencionado? Ahora estaba otra vez viendo los cadáveres de las antiguas elegidas del unicornio, el fétido aliento de la bestia y sus garras mientras la atacaba y derribaba-Bajo el que bueno, a ver, allí estaban los cuerpos de las anteriores muchachas elegidas por el unicornio... todos salvo el de la última.-

-Tan pronto como la bestia cesó en su acoso seguimos hasta llegar a un claro donde nos esperaba, una vez más la criatura. Sin embargo esa vez pudimos contemplarla bien... y en fin, el cuerpo profanado de la joven tabernera estaba deformado por la criatura maligna que habitaba en ella. Parecía custodiar un tocón con una daga de plata y portaba este colgante-se descolgó la joya y la mostró, para que pudieran ver su interior-Como ven hay un alma atrapada, el de Lady Tianna. Tememos que fue usada como catalizador en el sacrificio para ligar al demonio al cuerpo de Trellana. Me niego a describir más pasos de los que debió seguir el elfo para completar el ritual. Están escritos en sus malditos documentos y no pienso entrar en más detalle al respecto, por no perturbar la memoria de la asesinada. Baste decir que conseguimos liberar su cuerpo de la posesión, pues ella ya no se encontraba allí, con la daga que protegía y recuperamos el espíritu de mi mentora.-aquella mención tal vez valiera para que no incidieran demasiado. Pero otra vez Evea tenía el estómago revuelto por la obscena visión del cuerpo profanado de Trellana-Tras ésto, bueno, cargamos como pudimos con nuestros heridos y con su cadáver y volvimos aquí. El resto ya lo saben-

No había sido tan difícil como temía, necesitaba echarlo fuera, pero seguía encontrándose mal por lo que había visto, lo que había tenido que hacer y lo que aún la quedaba por delante. Era demasiado para una pobre chica que sólo intentaba reencontrarse con la única persona que se había molestado en darla atención y cuidado.