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Esta partida está en revisión. Si el director no da señales de vida o es aprobada por un cuervo será borrada esta noche

El Fin de los Tiempos

Capítulo 1: El Heraldo Oscuro

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02/02/2011, 12:13
Sólo para el director

Donde se narran las peripecias de los pj's desde que son reclutados en Middenheim hasta su victoria en el Pozo de Mordheim

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09/02/2011, 10:16
Rudolf Botenberg

Mi nombre es Rudolf Botengerd, erudito y escriba del magno Conde de Middeland. Mi señor me ha dado la, no poco desdeñable, mision de relatar los sucesos acaecidos en la antaño prospera ciudad de Mordheim, convertida ahora en algo demasiado espantoso como para ser narrado. Asi ocurrio el desastre y asi lo recuerdan mis maltrechos recuerdos...

La aparicion del Cometa de dos Colas
Dia primero del año 1999 del Calendario Imperial
Middeland

La noticia de la aparicion del Cometa de Sigmar sobre la Ciudad de Morheim ha recorrido el Imperio como una plaga y el exodo de gente hacia el lugar no ha tardado en desatarse. Mi Señor, el Conde de Middeland, receloso de lo que alli pueda acontecer, ha organizado una pequeña expedicion para recavar informacion al respecto y yo, el escriba de la corte, sere el encargado de transmitir dicha informacion a su señoria

Escoltado por un regimiento de duros y curtidos alabarderos junto con una recia unidad de ballesteros y una de caballeros, ponemos rumbo a la ciudad esperando no encontrarnos con mayores contratiempos en el trancurso del viaje.

Un aciago dia
Ultimo dia del año 1999 del Calendario Imperial
Modheim

Llevamos cerca de cuatro meses en la ciudad, acampados en las afueras de los muros, mientras todo cambia a nuestro alrededor. La antes prospera ciudad se ha tornado un nido de vicios y depravacion. Las herrerias y los campos de labranza han sido olvidados y abandonados a los mosquitos, moscas y alimañas diversas que ahora parecen proliferar con inusitada facilidad.

La ciudad es un hervidero de gentes donde nobles y villanos se arremolinan entorno a la lujuria y los placeres; la ciudad entera parece haber olvidado las antiguas ordenanzas y deleitarse en placeres efimeros... pese a todo debemos adentrarnos en el tugurio en que se ha convertido para llevar a buen termino nuestra mision y dar fe de lo que aqui sucede.

El Cometa, en un principio un mero punto brilante en el firmamento, hace algo mas de un mes se ha impuesto como soberano de los cielos, haciendo que el propio sol parezca algo ridiculo y frio en comparacion... la noche es algo que no gozamos desde hace tres semanas pues la claridad del cometa baña ahora la ciudad.

En las afueras de la ciudad, ante nuestros propios e incredulos ojos, la gente se agolpa en las puertas, danzando y dejandose arrastrar a un mundo de depravaciones bajo el portentoso orbe que ya todo lo alumbra, apretandose contra los muros y olvidando cualquier modestia.

Incluso los soldados de la expedicion, la gran mayoria incluido el capitan, se han dejado llevar por esta sed de lujuria y han desertado uniendose a la algarabia, fervientes creyentes de que Sigmar regresara envuelto en alas de fuego para otorgarnos su bendicion... Tan solo el Monasterio - fortaleza de la Orden de las Hermanas de Sigmar se mantiene fiel a su doctrina manteniendo la pureza que otros debieran.

Viendo que la situacion no es para nada segura los restantes hombres y yo mismo nos hemos refugiado en el Monsaterio de las Hermanas, apelando proteccion hasta que hallemos un modo de solucionar semejante situacion...

La noche de los Poderes Oscuros
Ultimo de del año 1999 del Calendario Imperial
Mordheim

Las calles ya no son seguras para nadie. Lo que antes eran decadentes actos de lujuria se han convertido en verdaderos actos paganos de la peor indole, es como si los mismos demonios hubieron salido de las puertas del infierno y se hubieran mezclado con la gente (muchos asi lo creemos). El centro de la ciudad, justo bajo el cometa, es una pesadilla.

Alli se han visto humanos codeandose con mutantes, sacrificios multitudinarios de virgenes en nombre de Sigmar e incluso ritos oscuros aplaudidos por la multitud.

He intentado mandar un mensaje a nuestro Señor para reclamar auxilio, mas el emisario, un joven valiente y decidido, fue capturado por la alborotada turba y desollado en un altar en cuanto abandono la seguridad del Monasterio.

Sigmar todo poderoso, a ti me encomiendo

El Imperio en Llamas
Ultimo dia del año 1999 del Calendario Imperial
Morheim, La ciudad de los Condenados

Los ataques al Monasterio, en un principio meros actos de belicismo, se han tornado algo de lo que en verdad preocuparnos. En el ultimo ataque han muerto decenas de fanaticos asaltantes, mas han sesgado la vida de los restantes soldados y algunas hermanas, pese a ser fieras guerreras.

Ahora guardamos un nuevo ataque tras la relativa seguridad de los muros mientras un funesto presentimiento se cierne sobre nosotros, pues la impresion de que el cometa es cada vez mayor es ya un hecho palpable...

¡¡Sigmar todo poderoso, guianos en este momento de horror!!

¡El Cometa se ha precipitado sobre la ciudad en un estruendoso rugido, estrellandose contra el centro de la depravacion y bendiciendo con su justo castigo a todos los infieles que alli se congregaban. Un enorme nube de humo se ha elevado sobre la ciudad y la destruccion abarca practicamente toda la ciudad!

Las ruinas se esparcen hasta donde alcanza la vista y parece que tan solo se ha salvado el Monasterio de la furia de Sigmar, aunque varias zonas del mismo se han venido abajo por el tremendo impacto. Los muertos se cuentan por miles aunque no se aprecian cadaveres en las calles... algo muy extraño esta sucediendo aqui y temo por mi alma mas que por mi vida.

Piedra Bruja
Dia primero del año 2000 del Calendario Imperial
La Ciudad de los Condenados

Los gritos de los moribundos han colmado el aire durante toda la noche mientras sonidos de bestias innombrables los acallaban en mitad de agonicos lamentos, los cadaveres deambulan por las calles guiados por seres oscuros mientras las bestias se adueñan de todo cuanto ven.

Esto ya no es una ciudad, es el mismo infierno. Desde los altos ventanales del Monasterio he distinguido formas inhumanas vagando por los escombros mientras los mutantes se han dado a conocer. Nada parece haber soportado la corrupcion a la que se ha visto sometida la ciudad. Perros bicefalos y hombres con tras brazos, luchando codo con codo contra muertos vivientes mientras varios pares de ojos rojos brillaban en las sombras, esperando su turno.

Por suerte los ataques han cesado, por el momento, y ello ha permitido a las Hermanas hacer un reconocimiento de las proximidades revelando una terrible verdad.

El cometa ha dispersado por toda la ciudad una extraña piedra, de color verde fosforescente, que es capaz de mutar todo lo que se ve expuesto a su influencia. Las calles son un hervidero de monstruosas aberraciones y nuestra unica posibilidad es hacer llegar un mensaje a mi señor, narrando las misticas propiedades de esste mineral para que, guiado por su ambicion, envie una nueva expedicion que nos ayude a escapar...

El nuevo emisario a partido, esta vez una de las Hermanas. Desde las ventanas hemos visto horrorizados como al menos una decena de criaturas le cerraba el paso entre las calles, mas para nuestro alivio, ha logrado sortearlos no sin antes destrozar la cabeza de un zombi con su martillo purificador... a ella deberemos nuestra salvacion si finalmente nos llega...

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09/02/2011, 10:29

Prologo
Middenheim - La ciudad del Lobo Blanco

Las teas de las almenaras restallaban entre los gelidos vientos provenientes del frio norte, portando entre los susurros del viento el aletargado pero siempre omnipresente aullido del Caos. Partullando a mas de quince metros sobre el porton los guardias no tardan en divisar una rauda figura que se dirige, a traves del paso oriental, hacia el porton.

Aun con el rastrillo bajado y a la tremula luz que las antorchas proyectaban la figura se hizo claramente visible, como si una luz interior la alumbrara a pesar de las tinieblas. Era una mujer, con las ropas ajadas y el cuerpo maltrecho, la montura practicamente muerta por el cansancio chorreaba espumarajos por la boca mientras de sus ollares escapaban grandes volutas de vaho

Mas antes de que alguien pudiera darle el alto o de que la mujer dijera palabra alguna esta se desplomo rigida al suelo, presa del tremendo cansancio al que se habia visto sometido su cuerpo y mente en tan aciago viaje. Entre las alforjas de su montura portaba un documento lacrado, firmado por Rudolf Botengerd, donde reclamaba ayuda urgente en Mordheim a razon de los cataclismicos sucesos que alli estaban ocurriendo.

El Conde Elector de Middeland no tardo en reparar que aquello no le supondria beneficio alguno, mas cuando tan solo se trataba de un escriba puesto que el resto de hombres, tal y como narraba la carta, habia nperecido o algo peor, con lo que la idea fue desechada ipsofacto

Mas, por fortuna para el desdichado erudito, el consejero del Conde, un hombre mezquino y avaro, sediento de poder, reparo en las palabras donde se hacia referencia al extraño mineral alli hallado, la Piedra Bruja, cuyas propiedades eran tales que podian decantar el poder hacia un lado u otro en la escision del Imperio.

-Mi señor...- se dirigio al Cond econ lengua zalamera ... el hallazgo de la Piedra Bruja no pasara desapercibido para vuestros enemigos, incluso me aventuraria a decir que no tardaran en enviar grupos armados para hacerse con el control de la zona

Aquellas palabras turbaron la mente del Conde, quien se acerco a grandes pasos a su consejero y, con la rudeza que caracterizaba a los Middenheimers autenticos como el lo aferro por los hombros mientras clavaba en el sus ojos azul oscuro.

- ¡Habla sin rodeos Eregost!¡Sabes que no podemos prescindir de un solo hombre mas pues ello implicaria debilitar nuestras fronteras!- exclamo mientras zarandeaba al ahora asutado hombrecillo ¡Y eso es algo que ni los enemigos mas estupidos desaprovecharian!

- Mi... mi señor... no qosaria jamas contradecir vuestro buen juicio, pero siempre podriamos utilizar a esas alimañas que rondan los barrios bajos... siempre podriamos recurrir a los mercenarios...- al pronunciar aquella palabra el brillo de la codicia recorrio sus ojillos verdes

-Mmmm, si, tal vez funcione... Esas gentes solo se mueven por el tintineo del oro y si ese mineral tiene tan solo la mitad del poder que aqui se insinua merecera la pena arriesgar unos cuantas monedas.- una clara sonrisa de autosuficiencia cruzo ahora el rostro tallado en piedra del Conde - Organiza el reclutamiento y ofrece una cantidad que atraiga a esos animales; recalca en el contrato que cualquier acto que se pueda considerar como traicion hacia Middeland sera castigado con la pena maxima, ahora vete

Algunas horas mas tardes, en los barrios bajos, varias casetas de inscripcion aguardaban a la concurrencia que ya se acercaba, sabedores de una gran recompensa por hallar el extraño mieneral... mas los sucesos acontecidos en Morheim no habian pasado desapercibidos y los rumores se habian extendido por todo el Viejo Mundo.

Entre los rumores habia uno que circulaba causando especial aprension a los aventureros, haciendo que la posibiliad de obtener una gran fortuna no fuera lo suficiente llamativa como para embarcarlos en semejante locura:

¡Entrar a traves de la puertas adornadas
por gargolas de este sitio es como pasar a
traves de las puertas de la propia muerte!

Ultimas Palabras de un Aventurero Desconocido

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09/02/2011, 10:30

Primeros pasos
El implacable Torvuc Hagendorf

Y finalmente llego el alba y el dia que para muchos significaria, no solo el inicio de una aventura donde amasar una gran fortuna sino, iniciar una carrera donde la muerte era el premio de los perdedores, los incautos y los desafortunados, una muerte donde incluso el alma inmortal de cada uno peligraba con ser devorada por los Poderes Oscuros de anidaban en la ciudad maldita.

No bien despuntaban ya los primeros rayos del nuevo dia una miriada de soldados se disperso por la ciudad, en busca de todos y cada uno de los que durante los dias anteriores se habian alistado como mercenarios, para servir por el honorable conde de Middenheim, bajo las ordenes del capitan mercenario Torvuc Hagendorf

Algunos de vosotros fuistes encontrados en vuestras camas, todavia holgazaneando, y despertados con bruscos golpes en la puerta, otros en medio de montones de heno zarandeados por unas poco cuidadosas manos enguantadas, los menos afortunados fuisteis sacados del trance que una buena borrachera os habia propiciado... sea como fuera la lista al completo fue reunida en la plaza del palacio a la sexta hora del dia entrante, prestos para ser examinados.

La plaza era un lugar amplio, dentro de un recinto amurallado, y custodiado desde las almenas por una treintena de ballesteros y rodeado de jardines donde se adivinaban los movimientos de la siempre vigilante guardia del Conde. Desde la balconada que dominaba la plaza la figura de un hombre corpulento y serio se dibujo con presteza mientras la flamante capa, ondulando ante la leve brisa matinal, dejaba entrever el emblema del lobo blanco. Alli estaba el Conde observando cada uno de vuestros mojigatos rostros.

Mas el sonido de unos cascos rapidamente os saco de vuestras cavilaciones a la casi veintena de mercenarios alli reunidos, la gran mayoria varones, siendo una variopinta mezclolanza de razas y profesiones. El trotar se detuvo a la entrada del recinto y por el porton aparecio la viva imagen que todos teniais de lo que deberia ser una capitan mecenario.

Era un tipo alto y de talle fornido, de pelo corto y negro, bien cuidado bajo su yelmo de excelente manufactura, de unos 35 años. Sus ojos oscuros y desafiantes, arrogantes y seguros de si mismo, desprendian aplomo y coraje asy como claras dotes de mando. Bajo el brillo del creciente astro rey su armadura de placas, despedia limpidos destellos que competian con la hermosura de la cruceta de su espada.

Una de sus manos, enfundadas en caros guantes, sostenia un papiro mientras lo leia con minuciosa determinacion y se atusaba la perilla, bien perfilada, con la siniestra a la par que una mueca de desagrado recorria su cara bronceada y serena.

- ¿Nada mas que dieciocho?Con esto a duras penas llegaremos a la provincia de Ostermark... pero en fin -gruño a uno de los guardias al que reconocisteis como el encargado en la caseta.

Dandole el papiro de un manotazo al azorado guardia apoyo su derecha sobre el pomo de la espada mientras seguia atusandose la perilla con l amano contraria. Con pasos calmos y firmes se dirigio a vuestra posicion, a no mas de un metro del mas adelantado de vosotros, formados en una desorganizada banda, mientras miraba con ojo critico.

- ¡¡¿Sereis capaces de formar una hilera sin montar un escandalo, panda de desaliñados?!!- espeto subitamente mientras el descontento se hacia visible en sus facciones

Sobresaltando a la mayoria por el potente tronar de su voz y el tono autoritario de la misma, formasteis una hilera, hombro con hombro, listos para que aquel hombre os examinara uno por uno, sabedores de que aquello no era mas que el principio de la dura vida del mercenario.

- ¡Escuchadme bien, pues no pienso repetir una sola palabra! Mi nombre es Torvuc Hagendorf, no lo olvideis, pues de mi dependerias en lo que dure este viaje de ida y vuelta al infierno. Para los que estubierais demasiado borrachos para saber donde os metiais ahora os lo dejare claro. Vamos a Mordheim, la Ciudad de los Condenados - En este punto muchos esperasteis a que su voz bajara de tono o se tornara insegura, mas al contrario, pronuncio el nombre con fuerza - Si quereis seguir con vida acatd mis ordenes sin rechistr y tal vez podais regresar siendo ricos, desobedecedme y yo mismo os traspasare con mi espada.

Un murmullo se alzo ante aquellas palabras, mas no fue lo suficientemente elevado como para que el capitan no escuchara cierto comentario de uno de aquellos fanfarrones que por alli habian: Seguro que es viejo no me duraria ni un minuto...

La cabeza del capitan se giro rapida como un rayo en direccion al comentario mientras sus ojos relampagueaban llenos de un fuego harto peligroso. En dos zancadas se coloco frente a frente al hombre que asi habia hablado, dejando entre ellos una separacion no mayor a un dedal.

- Espero que estes convencido de ello cerdo... sal de l hilera y demuestramelo

Sin mediar mas palabras el capitan se separo unos tres metros del que se habia tornado su oponente y espero lo propio de aquel infeliz, ahora livido y sudoroso. - Vamos Urbech, no dejes que ese imbecil te ridiculice, matalo y nos podremos ir con una buena armadura a casa- lo incito el que parecia su compañero

Envalentonado por aquellas palabras el rufian avanzo un par de pasos y desenfundo sus dos espadas largas, algo melladas, pero mortales sin duda si daban en el blanco. Ante aquello la espada del capitan mercenario relucio en el aire, dejando escapar una bibrante nota al salir de su vaina. Un centelleo azulado nada normal recorrio su filo unos segundos

Sin aguardar mas tonterias de su rival el estupido mercenario ataco con sendas espadas, intentando enfgañar con una finta al avezado capitan, quien no tubo problema en eludir el primer golpe, para el segundo y cortar en mitad del movimiento una mano a us agresor. Un alarido surgio de la garganta de este, mientras reculaba cual perro apaleado... ahora la demencia lo guiaba

¡¡IIIIIAAAAGGH!! - aullo frenetico mientras cargaba de nuevo, espada en ristre

Su grito quedo rapidamente ahogado en su propios estertores de muerte cuando el capitan, en una sucesion de rapidos y certeros golpes, paro, desequilibro y ensarto a aquel pendenciero de tres al cuarto... el duelo habia durado apenas un minuto.

A su espalda el murmullo se torno silencio quedo mientras la cara del compañero se tornaba horror y desesperacion, junto con la ira y el desprecio; sacando un cuchillo de su camisola lo llevo hacia atras, presto para lanzarlo al capitan mercenario, mas un sordo disparo acabo con el espectaculo.

Una bala se alojaba ahora entre ceja y ceja del segundo canalla, procedente de la aun humeante pistola de duelo del capitan, un arma de alto coste y mayor eficacia, que mostraba no solo su estatus social sino su habilidad para la supervivencia.

Limpiando la espada en el cadaver y enfundando la pistola, no sin antes recargarla, miro en vuestra direccion con ira mal disimulada

- ¿Alguno mas se quiere hacer el valiente?No tolerare insubordinacion alguna mientras yo este al mando. Ahora me debeis obediencia y respeto, asi como al Conde - sentencio mientras señalaba con diligencia a la figura del balcon, al parecer bastante complacida por la actucacion de aquel hombre

Ni un solo murmullo se escucho en el patio mientras los ojos del capitan escudriñaban la cara de cada uno de vosotros sin siquiera pestañear; a su espalda los guardias se apresuraban en retirar los cadaveres tendidos en el empedrado.

-Bien, eso esta mejor. Si no hay ninguna pregunta estupida de ultima hora nos pondremos en marcha de inmediato, hay un largo camino hasta Mordheim, una vez alli os dire cual es el proposito de la mision, por el momento contentaos con llegar vivos alli... Ireis a pies, todos y sin escepcion, tan solo la comida y la bebida viajaran en carro junto a lo ssoldados que el Conde nos asigne. El que no pueda seguir el ritmo sera abandonado a su suerte y excluido de la paga y debera abonar la comida consumida hasta ese momento; si no dispone de dinero se le requisaran las armas que se crean oportunas; si aun y asi no puede pagar... que el diablo se apiade de el porque yo no lo hare.

Entretanto un enorme corcel color caoba se habia ido acercando de la mano de uno de los soldados, piafando y resoplando nervioso. La silla que portaba era realmente bella y la proteccion frontal mostrab filigranas que dificilmente alguno de vosotros podria siquiera soñar en pagar.

-Ahora en marcha, en fila de a tres. no quiero oir una sola queja antes de salir de la ciudad. Tengo una reputacion y quiero mantenerla aunque ello suponga meteros una manzana podrida en la boca para que no hableis. ¡Andando! -dicho y hecho, el corpulento hombre se subio a su caballo que se calmo ipsofacto e inicio un orgulloso trote calle abajo, seguido de vuestros atropellados pasos..

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09/02/2011, 10:31

El arma de los Ancestrales
Turno para Guli

El Templo esta sangrando, el Templo llora sangre... o eso era lo que decian cuantos podian verlo pues de sus puertas abiertas de par en par empezaba a manar sangre en tal cantidad que se habia formado un pequeño arroyo en sus escalinatas que arrastraba consigo los restos de los cuantiosos cadaveres que ahora embaldosaban su interior, cubrian el antes bello claustro y, en general, todo lugar en donde alguien podia caer muerto.

Lo que antes era una batalla se habia tornado una verdadera carniceria donde las artes del combate habian quedado relegadas a segundo plano, ahora solo importar matar cuanto mas mejor, no importaba el como; cerca de ti podias ver como un skaven estrangulaba a un humano para, acto seguido, ver como un compañero de su presa le abria la cabeza con un adoquin suelto.

A tu alrededor el combate era, si ello era posible, aun mas encarnizado pues los arqueros se habian tomado como algo personal el ataque de los corredores de sombra quienes, sorprendidos por la ferrea resistencia de los arqueros habian perdido algo de impetu (en parte tambien debido a los mandoblazos que el caballero lanzaba partiendo skavens sin miramientos) mientras su lider, el asesino, se hallaba enfrentado al otro caballero y a ti misma

Alejandote unos pasos del combate observaste la situacion, sopesando las opciones mientras todo lo demas era un caos sanguinoliento del que nada ni nadie parecia capz de escapar; poco a poco la situacion se estaba decantando para los odiosos skavens que pese a sufrir cuantisas bajas su superioridad numerica evitaba que ello fuera algo preocupante para sus lideres... para mayor desesperacion la unidad que lideraba aquel skaven de pelaje grisaceo se aproximaba con decision hacia la refriega para dar el golpe final a la resistencia humana

Viendo que ya todo estaba perdido y solo quedaba intentar una ultima accion antes del fin apra permitir que Torvuc y Albus acabaran el rito para liberar el poder del arma del capitan ladraste unas rapidas ordenes a los presentes, ante lo que sin mostrar indisciplina alguna los humanos se reagruparon, batallando cada paso que retrocedian, hasta alcanzar la nueva posicion entorno a la entrada de las criptas del Templo.

Nosotros os guardaremos la retirada- dijo altivamente uno de los caballeros mientras enviaba dando tumbos el cuerpo de otro skaven

Sin mediar palabra, sabiendo por sus rostros que aquella decision era inamovible, los aruqeros se retiraron presurosamente, junto a ti, mientras los skavens se abalanzaban sobre vuestras espaldas solo apra ser detenidos por los dos bravos caballeros, que no dejaron pasar a un solo roedor... cuando los skavens comprendieron que dar la espalada a las armas de aquellos humanos significaba morir con prontitud no tardaron en atacarlos desde todos sitios

Muchos fueron los skavens que cayeron mientras las gruesas armaduras era abolladas, mientras el rojo liquido carmesi escapaba de sus cuerpos por las ya incontables heridas que presentaban mientras seguian esgrimiendo sus armas, ya tintas hasta la empuñadura en la sucia sangre skaven. Lo ultimo que pudiste ver de ellos era como varios skavens le saltaban encima al primero que, a pesar de descabezar a dos de golpe y empalar a un tercero en el mismo movimiento no pudo mantener el equilibrio y callo al suelo para se racuchillado en la cara, el torso y gran parte de su cuerpo por los skavens; el otro se enfrentaba con cuatro skavens que no hacian mas que evitar que pudiera ver como el asesino se le acercaba por la retaguardia para, de un movimiento rapidisimo, saltarle a la espalda mientras le tiraba la cabeza hacia atras, degollandolo brutalmente hasta casi decapitarlo.

La ira y la rabia lleno tu corazon mientras observabas aquella escena pero los valiosos minutos que habian logrado aquellos caballeros os valio para poner en practica tu ultimo plan, reagrupando a los arqueros para descargar una andanada antes del choque final.

A tu señal las ultimas flechas salieron con ira de los arcos, incrustandose en las hocicudas caras de muchos skavens y dejando incapacitados a otros tantos a la par que tu dedicabas tu atencion al viendente pero, viendolo demasiado cubierto aun en aquellos momentos, lanzaste tu lluvia de muerte sobre el asesino, del que apenas te separaban diez metros.

La flecha silbo con una rapidez tal que apenas se vio como salia del arco pero, para tu sopresa y descontento, el virote se hundio en la cabeza de un corredor de sombras cuando el asesin ose hizo a un lado, evitando el imapcto por bien poco como demostraba la linea de sangre que se dibujo en su rostro. Gruñendo con malignidad creciente el asesino ordeno la carga final a sus tropas mientras los guerreros alimañana hacian otro tanto.

Casi de inmediato llegaron al cuerpo a cuerpo contras los ultimos infantes humanos, causando estragos el asesin oen su afan de llegar a ti y darte muerte, apenas lo separaban unos pasos mientras se quitaba de encima con apabullante facilidad a un espadachin que lo habia atacado, quedando ante ti... pero tu ya lo estabas esperando con tu ultim aflecha cargada y presta para ser disparada mientras lo mirabas con desprecio

El proyectil apenas tuvo tiempo de surcar el aire antes de hundirse en el negro pelaje del asesino, que chillo dolido de muerte mientras a duras penas asomaba el penacho de la flecha en el centro de su pecho, haciendo que la agonica rata se retorciera de dolor antes de caer muerta sobre el piso en medio de un charco de sangre

Como si aquella accion hubiera sido la señal esperada las puertas del pasadizo que guardabais gimieron cuando dos figuras las abrieron de par, dejando escapar del interior el olor a cerrado y moho de tiempos preteritos. Ambas figuras te eran bien conocidas, pero a su vez te resultaban del todo irreales pues parecian venidos de otro mundo

Se encontraban completamente bañados en polvo pero, a parte de aquello, su aspecto sosegado y carente de heridas no concordaba con la matanza que alli se estaba llevando a cabo justamente para salvaguardar lo que quiera que hacian ahi abajo

Los ojos de ambos relampaguearon al ver tal cantidad de skavens pero los de Albus denotaban una ira visceral que de haber sido tu el receptaculo de dicho sentimiento sin duda habrias dado un paso atras como minimo... como uno solo corrieron escaleras arriba, lanzando inspiradoras palabras a los hombras y enardeciendo los corazones de todos los presentes, haciendo que cada cual sacara fuerzas de flaqueza de alli donde solo quedaba desesperacion

Ambos subieron hechos una furias y ningun enemigo podia cmbatir la furia de ambos y en apenas unos latidos de corazon los skavens observaron con horror creciente como aquellos dos humanos abriean una estela de muerte tal que la balanza empezba a inclinarse del lado de los defensores.

A tus ojos aquellos dos humanos estaban imbuidos de algun poder claramente divino, pues mientras uno refulgia con el dorado brillo que su aura d esacerdote le otorgaba, reforzada por sus oraciones a Sigmar, el otro blandia un arma de tal poder que incluso a ojos de los ajenos a lo arcano era evidente... el martillo a dos manos de Albus subia y bajaba sin tregua, destrozando craneos, hendiendo corazas y y detrozando el cuerpo de cuanto skaven se topaba pero Torvuc se habia tornado un huracan de destruccion

Ya no usaba la pistola, tan solo hacia uso de la espada, y de que manera. El simple roce con ella hacia que lo sskavens se retorcieran de dolor y el pelaje se les chamuscara, cuando los ensartaba explotaban en medio de una lluvia de restos carbonizados y si les amputaba algun miembro la bestia era consumida por un fuego que la devoraba en pocos instantes.

Un chillido de frustracion crecio en la boca del skaven depelaje gris al ver como sus tropas se acobardaban ante la llegada de aquellos dos humanos y los defensores empezaban a ganar terreno pese a no ser mas de un puñado de heridos y agotados despojos de una ciudad en llamas

Alzando las manos y gesticulando con rapidez invoco los vientos de la magia, descargando un chisporroteante rayo de luz verdosa contra el cuerpo del Capitan, atravesando en su recorrido a un skaven y un imperial enzarzados en cuerpo a cuerpo, matandolos al instante. Parecia inevitable el fin de Torvuc cuando, sin mayores esfuerzos, interpuso el arma en la funesta trayectoria, haciendo que la espada brillara po run momento con luz propia mientras hacia desaparecer el efecto del rayo inocuamente.

Modiendose la cola con fruicion el Vidente grazno al resto de sus tropas que atacaran sin cuartel haciendo que la masa de skavens al completo atacara a los defensores mientras el volvia a trazar arcanos ritos en el aire, esta vez con la vista centrada en Albus viendo al capitan como un objetivo fuera de su alcance.

Apenas unos segundos despues el Albus chillo de dolor mientras dejaba caer el martillo y se aferraba la cabeza, ahora de rodillas, mientras el capitan se ocupaba de que ningun skaven lograra llegar al indefenso Teogonista. Una dura pugna de voluntades y poder magico se estaba librando en el interior de la cabeza del sacerdote, prolongandose sus gritos durante unos interminables minutos, despues de los cuales el sacerdote se desplomo al suelo, aun consciente.

Poco a poco volvio a alzarse con un brillo diferente en los ojos mientras el Vidente reia con grandes risotadas; por tu parte no podias hacer mas que seguir despachando acechantes mientras eludias la gran mayoria de ataques, aunque algun que otro corte recibiste, mientras observabas de reojo lo que estaba ocurriendo.

Recogiendo su martillo del suelo Albus se encaro al capitan mientras le dedicaba una sonrisa desquiciada Es hora de que mueras cosa - hombre fue cuanto le dijo antes de atacarlo con fiereza

Ambos eran grandes luchadores pero Torvuc era claramente mejor pero, debido al sentimiento de compañerismo con el Teogonista no atacaba con plenas facultades mientras el Teogonista usaba todo su potencial, estando a punto de aplastar a Torvuc en no pocas ocasiones, aunque este siempr reaccionaba a tiempo o interponia su arma...

Neutrlizados ambos generales en su particular lucha los skavens retomaron el asalto contras las exiguas fuerzas humanas... ya casi habias despachado a todos los acechantes entre tus arqueros y tu, pero las alimañas y las nueva sfuerzas skavens estaban a punto de desbordar la situacion... no quedaba mucho para el fin, fuera cual fuera

 

Notas de juego

Me temo que lo que va entre el prologo y este turno se perdio al desaparecer inforol ya que no me dio tiempo a guardar esa parte... simplemente decir que los aventureros desde Middenheim hasta aqui sortearon no pocos peligros en el bosque de Drakwald, quedando reducido su numero a un puñado de supervivientes de todos los que componian la expedicion inicial, llegando a Bechafen donde se toparon con una invasion skaven

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09/02/2011, 10:33

Batalla desesperada
Turno para Calim, Andrews, Rakduim, Rhudan y Cristelle

Dolor, todo se habia reducido a una simple pero letal palabra, el dolor. Os dolian los cortes sufridos, los golpes recibidos y los cada vez mas entumecidos musculos de tanto para y asestar golpes, golpes que en su mayoria se estaban reduciendo a burdas y poco depuradas estocadas aunque, por contra, tenian el resultado deseado, matar mas y mas enemigos en vuestro particular y macabro baile, todo ello con la ruina y la destruccion como telon de fondo mientras las luces de un nuevo dia asomaban ya por lotananza con timidez, como temiendo una represalia por iluminar tan dantesco cuadro

Pero, por encima del resto de dolores, os dolia el alma, vuestro espiritu combativo se estaba viendo quebrado poco a poco, como el arbol zarandeado por un tifon que acaba partiendose, igual os sentiais ahora mismo pues, pese a haber perdido ya el computo de enemigos derribados, decapitados, troceados y pisoteados, mas y mas os seguian acosando y, aun los caidos, volvian a levantarse pese a tener las tripas al aire, las cabezas hendidas o un brazo, o los dos, cortados.

Aquello era un mundo de locos donde las luces de disformidad alumbraban a los dementes seres que os acosaban mientras vosotros, heroes dignos de aparecer en el mejor de los relatos como salvadores del mundo, pareciais destinados a sucumbir en un lugar remoto, alejados de todo lo que habiais conocido hasta la fecha y sin nadie que diera fe de vuestra ultima defensa, aun sangrantes y malheridos, al borde de la extenuacion, vendiendo caras vuestras miseras vidas.

Pero no todo estaba dicho, la ultima palabra no estaba dada y aun corria sangre por vuestras venas, henchidos de odio hacia aquellas abominaciones que parecian mostrar una perpetua sonrisa maligna en sus hocicudos rostros incluso aun de recibir una buena dosis de acero en el cuerpo... en sus manos, las armas que portaban con sus brillos verdosos, fruto de su atroz forja con piedra de disformidad mientras sus cuerpo, vapuleados y vilipendiados por la enfermedad y la degeneracion se agitaban exudando pus, bilis y un sin fin de efluvios viscosos

A vuestro alrededor las montañas de cadaveres estaban siendo devoradas por pequeñas pero voraces ratas, algunas del tamaño de gatos, que de tanto en cuanto os lanzaban hambrientas miradas solo para, acto seguido, roer la mano de un caido, arrancar el ojo de un cadaver o mordisquear las heridas abiertas, arrancando grandes jirones de carne

Pero todo aquello no fue bastante, no al menos por el momento, para que os dierais por vencidos, mas bien al contrario, pues si vosotros no zanjabais aquel asunto nadie lo haria y aquellas ratas, aquellas parodias del ser humano, proseguirian su avance destruyendo cuanto creyeran conveniente, como una verdadera plaga, en su afan de conquista desmesurado.

Una voz primero, despues el resto prestando apoyo, resono sobre el clamor de la batalla y el entrechocar de aceros; era el asesino que clamaba para que lucharais unidos, formando un frente comun, para asi ofrecer menos opciones a las ratas de superaros numericamente, al menos en teoria, mientras os ofreciais ayuda mutua, los unos a los otros en lo que se vaticinaba como una ultima y desesperada defensa antes de reuniros con vuestros ancestros.

De este modo, el primero en reaccionar fue Calim, presto y solicito a dar su ayuda ali donde siempre era mas necesaria, superando sus adversidades en pos de una meta mayor, descargo su baculo sobre los skavens que lo acosaban buscando hacerse un hueco para proyectar su arcano poder sin ser ensartado en el proceso. Aquello no era tarea facil, pues el frenesi de sus enemigos apenas si le dejaba tiempo a mover su baculo de un lado a otro para detener estocadas pero, del mismo modo, el ansia por alcanzarlo se iba tornando en contra de los skavens, que muchas veces se estorbaban los unos a los otros mientras resbalaban y saltaban por encima de los cadaveres.

El bretoniano recordo, entre jadeos y estocadas, como el poder del elfo era apaz de hacer arder a aquellas bestias de espeso pelaje, con lo que clamo su ayuda sin dilacion; casi esperando aquellas palabras Calim ejecuto su atuto, aunque arriesgado plan en un ultimo intento de retomar las riendas del combate, usando su baston para retrasar el avance skaven y dificultar, aun mas, sus ataques cada vez mas desorganizados.

En uno de esos momentos el elfo se retiro a la par que dibujaba un semicirculo con su cayado, ya mientras invocaba con gran celeridad su hechizo, gracias al arcano objeto, con la clara intencion de calcinar todo cuanto intentara llegar hasta su posicion mediante las llamas purificadoras. En apenas unos segundos un potente chorro de llamas surge de la punta del baculo atrapando en su igneo abrazo a cuatro skavens que empiezan a arder instantaneamente, siendo tal el dolor sufrido que incluso ellos empiezan a revolcarse y restregarse con todo cuanto encuentran, creando caos y confusion en su agonia antes de morir, permitiendote llevar a cabo el resto de tu plan.

Precipitandose hacia la posicion del caballero bretoniano, que apenas podia contener ya a las ratas, habiendo sufrido nuevas heridas y apoyandose en un madera de los restos de una casa para no caer, el elfo se preparo para realizar un nuevo conjuro, pero antes de llegar el candente dolor de una de aquellas endiabladas armas mordiendo su espalda le hicieron trastabilar, precipitandose hacia adelante con poca o ninguna estabilidad dada la situacion de su pierna, que seguia perdiendo sangre.

Una de aquellas ratas habia sorteado los contratiempos y habia atacado al elfo por la espalda, rasgando sus vestiduras y cortando su piel a lo largo de la espalda, causandole una fea herida que escocia, y dolia, como si le hubieran atacado con puro fuego... por suerte para Calim aquella fue la ultima accion del skaven que vio sorprendido como, mientras el cuerpo del elfo se sostenia incomprensiblemente pese a estar cayendo, medio dos palmos de buen acero se hundian en su cara.

Dicho acero provenia de Rhudan, que ahora sostenia a Calim con su brazo herido mientras, por debajo de la axila del elfo, habia descargado su estocada contra el skaven que se abalanzaba sobre la indefensa espalda del mago... apenas habia acabado con los dos enemigos que lo acosaban habia corido en auxilio del elfo, salvandole la vida.

Los gestos y palabras entre ambos fueron escasos y muy breves, pues en seguida se vieron acosados por nuevos enemigos que ya los veian como presas listas para ser devoradas pero aquellas bestias habian descuidado sus espaldas y ello les costaria la vida, pues la enrome hoja del hacha runica del matador centelleo en el aire, descabezando a ambas ratas de un solo movimiento mientras se giraba para encarar a las restantes, que ya le habian acuchillado en mas de una docena de lugares distintos, algunos de los cuales no dudabais que eran mortales de necesidad y que no tardarian en acabar con la vida del matador sino recibia atenciones inmediatas y de caracter magico.

No os vais a llevar la gloria vosotros solos debiluchos- gruño mientras partaba, a duras penas, la embestida de una otro skaven para acto seguido clavarle el hacha entre ceja y ceja

En aquellos momentos os encontrabais los cuatro reunidos, tal vez antes del fin, mientras las ratas restantes cerraban filas entorno vuestro, dispuestas a un ultimo y sangriento asalto que os dejarialistos para ser recordados como meros cadaveres... Rhudan en un lado, Andrews en el otro y Rakduim en el centro formaban un muro de acero mientras Calim, cojo y con la vista ya algo nublada, preparaba el que podria ser su ultimo hechizo antes de presentarse ante Isha mientras la casa en ruinas, aun humeante, os resguardaba un flanco y la retaguardia

No teniais escapatoria, tampoco la queriais, pues sabiais que vuestro destino ya estaba escrito y no habia opcion alguna de eludirlo; unos a punto de caer inconscientes, otro desangrandose por tantas heridas que erais incapaces de contarlas mientras el resto veiais con ojos frios y expresion decidida que no teniais mas ocpion una vez alguno de vuestros compañeros cayera, incluso dudando poder aguantar hasta que a ellos les llegara el fin

¡Arded malditos! aullo Calim nuevamente mientras su magia volvia a surtir efecto, haciendo que varias ratas ardieran y aportando algunos segundos mas antes del ataque

Buscasteis con la mirada a algun grupo de imperiales que pudiera venir en vuestra auyda, pero todo lo que alli habia eran muertos o, en el mejor de los casos, grupos de humanos enzardados en cruentas escaramuzas, pues a eso se habia rebajado la batalla, contra ingentes cantidades de skavens; nada quedaba alli que os pudiera salvar...

Nada salvo aquel desconocido grito de guerra, nada salvo aquella pareja de martillos que volaron entre los skavens destrozando media docena de cabezas antes de llegar a vuestra posicion, abriendose camino entre los sorprendidos skavens que no tubieron mas remedio que abrir filas para que aquella demente figura se filtrara entre ellos y llegara junto a vosotros

Una mujer de aspecto fiero, cabeza rapada salvo una larga cola que le llegaba por debajo de las caderas , y un cuerpo formado por una fornida silueta fue lo que visteis, tan sorprendidos como vuestros enemigos, pero, por encima de todo, lo que mas os capto la atencion y, por añadido, enardecio vuestros corazones dotandoos de una furia y un odio que no sabias de donde nacio, fueron sus palabras, llenas de sentimiento y rencor hacia aquellos sers nacidos de la mutacion y el desorden que traen consigo el Caos

...y hoy no moriremos porque en este dia esta escrito que estas abominaciones deben morir! –acabo diciendo justo antes de volver a lanzarse a la carga, haciendo que su impetu se os transimitera, lanzaoos tambien contra los skavens a pesar de ser inferiores en numero y fuerza

Varias decenas de golpes y varias explosiones de magicas llamas despues todos los skavens yacian muertos en el ensangrentado empedrado mientras os observais, aun incredulos unos, contentos otros y tan enfurecido por no hallar su muerte como el cansancio le permitia el matador mientras la recien llegada enfundaba sus armas gemelas, bañadas en sangre, mientras su cuerpo apenas presentaba unas pequeñas heridas y abolladuras insgnificantes su armadura

Con una cristalina sonrisa os miro uno a uno, frunciendo el ceño ante las heridas que recorrian vuestro cuerpo y sonrio mientras se presentaba Me llamo Cristelle

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09/02/2011, 10:34

Rompiendo el cerco
Turno para Sargul

Tus palabras de coraje y valor, decision y sacrificio, enardecieron a los soldados presentes llevandolos a un estado de decision que muy pocas veces en su vida habian conocido hasta la fecha, en el caso de los mas jovenes, era la primera vez y ello, si cabia, los hacia mas resueltos que al resto aunque, como bien sabiais el sargento, tu y el puñado de veteranos de la unidad, la mayoria no veria un nuevo dia a menos que pensaran como actuar una vez en mitad del combate

Liderando la carga junto a lsargento chocasteis en mitad de la confusion con las unidades skavens que intentaban repeler a los humanos que ya combatian, obligandolas a retroceder por la nueva acometida y troceando a varias de ellas en el camino aunque, finalmente, la superioridad de estas se impuso y voliveron al combate entablandose una brutal lucha en la que los miembros amputados era la mejor de las suertes de aquellos que la parca señalaba como elegidos en su vuelo

Aqui y alla los fogonazos de los cinco lanzallamas de disformidad abrian grandes huecos en las lineas, achicharrando en algunos casos tanto a amigos como a enemigos sin que ello les importase lo mas minimo, mientras el acre olor de la carne y el pelo quemado ascendia en el aire entre la mezclolanza de olores que tornaba el aire en algo poco menos que nauseabundo.

Uno de aquellos fogonazos acerto de pleno en las filas traseras de tu unidad, derritiendo la piel de los pobres desgraciados que aullaban como posesos mientras sus cuerpos se fundian con sus armaduras mientras sus descarnados huesos quedaban a la luz solo paraser consumidos segundos despues, todo ello bajo la sinfonia de las risas estridentes de los equipos que manejaban los lanzallamas y los gemidos de aquellos que agonizban en el suelo mientras decenas de pies lso pisoteaban y hundian sus rostros, aun anhelando boquear aire, en el sangriento fango que se habia acumulado en el suelo.

¡Ahora, atacad al lanzallamas! –bramaste mienrtas los skavens veian, sorprendidos, como diez guerros y un gigantesco barbaro cargaban hacia ellos mientras recargaban el artilugio

Dos rapidos golpes de espada y las dos ratas yacian muertas con su letal carga intacta en el suelo; girando la cabeza os dio tiempo a ver como otro de aquellos grupos de skavens piromanos apuntaban su artilugio hacia vosortos solo para, un latido de corazon despues, explosionar en medio de uan enorme deflagracion que pulverizo las ultimas filas skavens y salvandoos de una muerte en llamas, a ti por segunda vez

Unas gotas de sudor perlaban ahora los rostros de los presentes mientras sopesaban si seguir con el arriesgado plan o intentar ya atacar a las ratas ogro, que se deleitaban con la carne de aquellos que las habian atacado minutos antes, roiendo los huesos con tal fruicion que muchos de ellos se partian entre sus poderosas mandibulas.

Sigamos, a por otro mas indicaste señalando a otro de aquellos lanzallamas

La treta funciono igualmente, pues despues de esperar el fogonazo, las desprotegidas ratas no eran rivales para vosotros aunque, esta vez, unas cuantas de aquellas criaturas se disgregaron de la unidad principal para atacaros, matando a dos de los humanos que te acompañaban pese a ser troceadas despues por los restantes integrantes de tu grupo de asalto y por ti mismo.

Dos artefactos estaban en vuestro poder y otro mas habia explosionado, solo quedaban dos aunque estos se hallaban en la otra parte del combate, justo con las unidades enfrentadas entre medio de vosotros.

Soldado joven Esto lo arreglo yo rapidamente señor dijo uno de los soldados mientras aferraba un lanzallamas y se acercaba a los skavens ligeramente.

Accionando el mecanismo un potente chorro de llamas calcino a buena parte de los skavens de las filas traseras, despejando el camino de avance y haciendo que el joven saltara de alegria, mientras el resto suspirabais aliviados de que el artefacto hubiera funcionado.

En ese momento un nuevo grupo de skavens, viendo el pelirgo que entrañaba qe los humanos manejaran sus armas contra ellos, ataco al joven mientras este recargaba freneticamente el lanzallamas. Vosotros apenas pudisteis reaccionar pues todo paso demasiado rapido... en unos pasos los skavens ya saltaban sobre el joven mientras este apretaba el disparador, descargando una nueva llamarada verdosa... los skavens prendieron en el aire mientras chillaban pero algunos de ellos lograron llega rhasta el joven y acuchillarlo, eludiendo el chorro igneo... por desgracia, o por fortuna, uno de los golpes impacto en la manguera de suministro de energia, seccionanola limpiamente, y el artilugio exploto destrozando a los skavens y tirandoos al suelo de espalda, golpeados por la onda expansiva

No habia rastro del joven y los skavens, aquellos que no se habian consumido, estaban brutalmente destrozados, con los miembros arrancandos y los cuerpos vapuleados, rotos en todos los sentidos posibles, no dando opcion a que ninguno escapara con vida del accidente.

Soldado veterano No podemos esperar mas señor, debemos intentarlo ya o sera demasiado tarde te dijo mientas miraba la situacion

Ahora los soldados habian tomado la delantera, libres del acoso de los lanzallamas en su mayor parte mientras los skavens empezaban a sufrir la perdida de estos y la llegada de mas refuerzos humanos provenientes de otras partes de la ciudad. Mirando hacia las ratas ogro viste como sus cuidadores empezaban a tener problemas para refrenarlas y en no mucho tiempo las bestias serian lanzadas a la refriega como ultima opcion; llegado ese momento no podrias utilizar a los lanzallamas como habias pensado ni por asomo.

Esta bien, a por ellas- rugiste mientras corriais hacia las ratas ogro

A no mas de diez metros lanzasteis contra las bestias el artilugio que cayo a los pies de una de ellas mientras la monstruosidad os miraba con un brillo demente en los ojos, ignorando el artilugio explosivo que habia a su pies. Rezasteis a Sigmar y a Crom para que el artilugio explosionara, pero no ocurrio nada. Tan solo unas ligeras llamas salieron de la boquilla del arma, quedando esta tirada a los pies de la bestia mientras sus colmillos quedaban al descubierto
Ignorando los latigazos de sus cuidadores las ratas ogro, al veros tan cerca, cargaron hacia vosotros haciendo caso omiso a las ordenes que les impartian los señores de las bestias. Desenfundasteis las armas y os preparasteis para acabar con cuantas bestias de aquellas pudierais pero, justo entonces, una de las enormes y pesadas patas de una rata ogro pisoteo el lanazallamas, haciendo que los recipientes donde se almazenaba el gas y la piedra bruja se rompieran y se mezclaran, causando una nueva y terrible explosion que destrozo a todos los eñores de las bestias que corrian tras los desbocados engendros, a cuatro ratas ogro y lanzo al suelo a otras tantas mientras las restantes se giraban a ver que habia ocurrido

¡¡Cargaaaaad!!! chillaste mientras iniciabas la carrera contra las descomunales bestias

Sabiendo que aquella era la unica oportunidad que teniais contra las ratas ogro el resto de hombres te siguio, cargando contra las bestias que no tubieron tiempo de reaccionar y recibieron vuestra carga como mejor pudieron, volteando ss zarpas en el aire y haciendo chasquear su fauces.

Llegasteis sobre ellos con la esperanza y la fe puesta en vuestras armas, sabiendo que con aquellos seres no habia ni nunca la habia habido piedad alguna. Nada mas cargar lanzaste un estocada al cuello de la primera rata ogro que te topaste, cogiendola por sorpresa y casi degollandola, recibiendo a cambio un duro golpe de su cola que te tiro al suelo de boca. Girandote sobre tus espaldas viste como la bestia se abalanzaba sobre ti solo apra se racuchillada porla espalda, a la altura del cuello, por otros dos soldados que se habian tirado encima de ella, hiriendola no pocas veces antes de que la bestia cayera, derrotada, sobre el pavimento, obligandote a rodar para no quedar aplastado

Al levantarte viste como el camino al Templo estaba casi despejado, pues otras dos ratas ogro mas habia caido en el ataque inicial y ya no obstruian la entrada al recinto sagrado.. .pese a todo los soldados estaban llevandose ahora la peor parte en la escaramuza con aquellos seres, que ya repuestos de la sorpresa inicial y el sobresalto de la explosion, habian pasado al ataque.

De un fuerte zarpazo una de ellas levanto varios metros del suelo a un humano mientras sus tripas saltaban, junto a el, en el aire solo para lanzarle una dentellada mortal que acabo por partirlo en dos; los compañeros del humano lanzaron varias estocadas al vientra ahora desprotegido y al cuello para vengar a su igaul, pero la rata ogro, pese a estar herida de muerte, se las arreglo para aplastar con sus patas a otro humano mas y dejar semiinconsciente a otro con su cola.

Cuatro ratas ogro quedaban aun en pie para cuatro hombres en pie, uno inconsciente y tu mismo... realmente la situacion no se presentaba demasiado favorable.

Apretando los dientes por ver como aquellos hombres iban a morir sin remedio si no los ayudabas, obviaste entrar al templo y te abalanzaste sobre una rata ogro, por la espalda, mientras esta desmembraba con suma facilidad al humano inconsciente, hundiendo tu espada en su nuca pese a la ferrea resistencia de su piel

Con un gruñido agonico la bstia cayo sobre lso restos de su victima, dejandote paso para enfrentar, junto a los restantes humanos, a las rtes ratas ogros que quedaban...
El combate fue en verdad brutal y aquellas bestias demostraron ser letales en todos los sentidos, pues aun heridas de gravedad, seguian combatiendo como si estubieran en plena forma, y al termino de la refriega todos los humanos, a excepcion de uno, a quien ahora le faltaba una mano y tenia varias heridas, y tu mismo, que habias notado como la herida de la espalda volvia a abrirse y como al menos una costilla se te astillaba, erais los unicos supervivientes

Cansado pero aun sediento de sangre skaven medio sonreiste cuando un nuevo rgupo de humanos, no demasiado nuemeroso pero si lo sueficiente como para representar uan diferencia notable, cargaba contra las hordas skaven, dejando claro que la batalla, de seguir asi, acabria con victoria imperial...

Vendate esa herida y vuelve al combate soldado... yo tengo asunto que atender en el templo le digiste con rudeza mientras lanzabas tu arma al suelo, pues estaba doblada y mellada mas alla de todo arreglo por el combate con las ratas ogro

Recogiendo una nueva espada corriste hacia el templo, sorteando toda clase de cadaveres y verdaderos barrizales de sangre y restos no tan liquidosm en tu camino hacia el interior del Templo, cuyas escaleras estaban tapizadas con tal numero de miembros y sangre que bien podria haber sido la puerta de entrada al infierno

...

Al entrar en el interio del Templo, el aspecto no era mucho mejor: aqui y alli cadaveres de soldados y skavens, enzarzados en un abrazo mortal, yacian en el suelo desparramados junto a ingentes cantidades de flechas, la mayoria incrustadas en los peludos cuerpos de aquellos seres, mientas toda estatua, objeto o tapiz del lugar estaba destrozado y mancillado.

Al fondo, a unos cien metros de donde tu estabas ahora, en la entrada, podias ver como la batalla aun rugia pese a que el numero de humanos habia decrecido tanto que estaban casi rodeados, por completo, por las hordas skavens... en mitad del tumulto de ratas viste de forma fugaz, mientras los skavens se movian, la inconfundible cabeza coronada por cuernos del Vidente Gris, riendo de forma estrepisa
 

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10/02/2011, 12:45
Christelle

Entre los cadáveres de aquellos piadosos seres se encontraban engendros, bestias asquerosas y repugnantes de las que había oído hablar pero a las que jamás había visto. Su corazón y su alma se hincharon de rabia y de ira y sus ojos se incendiaron ante la presencia de aquellos restos semihumanos.

Giró sobre si misma 360 grados para comprobar el lugar y se dio cuenta de que habían atacado desde el corazón de la ciudad, no sabía como pero aquellas malas bestias no provenían del exterior, no habían asaltado la ciudad ni la habían asediado como habitualmente hacían todas las miserables y asquerosas criaturas nacidas del Caos.

Cerró con más fuerza aún sus puños clavándose las uñas en las palmas de las manos mientras respiraba agitadamente ante aquel descubrimiento y evidencia. Resopló y continuó su camino tirando de las riendas de su caballo que a todas luces no había nacido para soportar aquel hedor ni aquella escena.

Avanzó y vio el palacete destruido a su derecha, a su izquierda un largo callejón semi desierto. Seguramente de allí habían salido aquellas atrocidades y habían empujado con su presencia a los aldeanos hacia la puerta y la empalizada para acorralarlos a sabiendas que la puerta que les daba la seguridad de la noche estaría cerrada.

Agudizó su oído y entonces le pareció oír un sonido lejano, un fragor de batalla amortiguado, un... Ató su montura a una de las baldas de un puerta y desenfundó sus dos martillos apeló el poder divino de Sigmar su presencia, su bendición, su fuerza y ayuda para lograr una nueva victoria sobre lo que pudiera encontrarse en aquel lugar.

Sus armas adquirieron aquel brillo dorado y sus pasos firmes y seguros llegaron hasta el lugar de los sucesos. A lo lejos cuatro humanos luchaban por conservar sus vidas. Con la vista fija en ellos avanzó y sus labios pronunciaron la sentencia una muerte al tiempo que se abría paso destrozando cráneos de infernales engendros, sin piedad, sin dilación, sin pausa, con precisión.

-“Hoy te ofrezco las putrefactas almas corrompidas que jamás debieron existir. Hoy tu sierva cumple con su sagrada misión haciendo justicia. Desata el poder divino de tu fuerza, convierte mi cuerpo en el foco tu explosión ... ¡Hoy no moriremos porque en este día esta escrito que estas abominaciones deben morir!” –aseveró la joven al tiempo que el poder invadía su cuerpo e irradiaba aquella cegadora luz que convertiría en cenizas a las creaciones del Caos.

Una vez reinó la calma miró de arriba a bajo a cada uno de los cuatro hombres y sonriéndole les dijo...

-“Mi nombre es Christelle.”- anunció mientras observaba con el ceño fruncido sus heridas para continuar.

-”Deberíamos abandonar este lugar antes de que las infecciones causen estragos en esas heridas... Supongo que alguno deseará ser curado... Yo puedo ayudaros aunque quizás os bastéis y sobréis para ese desempeño...” –acabó mirándolos curiosa y esperando alguna respuesta.

Más tarde habría lugar para preguntas...

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10/02/2011, 12:46
Rhudan Ar

Como jamás creí verme envuelto en una lucha, inmersopor completo en la total masacre particular que estabamos viviendo, así empleaba todas mis fuerzas en sajar y acuchillar a aquellas criaturas que no cejaban en su empeño de enviarnos con ellas al olvido. Pero no era ese el día que nos estaba destinado. No, de eso estaba seguro, aunque luchase como sí realmente lo fuera, las espectativas tampoco invitaban a ello precisamente.

Alzando la voz, reuní a los guerreros, instandolos a luchar agrupados. Había que poner algo de orden en aquél caos, una mente fría en el calor de la batalla. El elfo empezó a reaccionar, mientras me movía, me giraba, paraba, golpeaba y con una mueca de rabia hendía las hojas de mis armas en aquellos peludos cuerpos. Una súbita ola de calor surgida por la llamarada de la magia de Calim me indicó que comenzabamos a funcionar de otra forma. Esquivé un golpe poneindome de perfil, corté un brazo y luego cercené una cabeza, dí un empujón y una patada a la pata, lo aferré con una mano mientras lo acuchillaba sin parar hasta que no se movió ni un milimetro, momento en el que lo solté.

Miré alrededor y con una mueca de absoluto placer comencé a moverme, desplazandome con una negra nube de muerte, mis hojas ya carmesíes. El elfo estaba asistiendo al bretoniano, que desprovisto de uno de sus brazos apenas podía contener aquella marea de ratas, siendo aliviado por la presencia del mago pero que ésta no estaba siendo suficiente a pesar del empleo de su poder. Aquellos endiablados seres aprovechaban cualquier despiste para aparecer hasta debajo de las piedras y saltar sobre el incauto. Mi sombra abrazó al elfo mientras me inclinaba y alargaba el brazo, estirandolo al máximo, internando la hoja por el hueco de la axila incrustando la hoja en la cara de la rata que acosaba al elfo, subida a su espalda y lacerandolo. Con el brazo herido le sujetaba evitando que se cayese al suelo, nada recomendable en la situación en la que nos hallabamos.

Apenas hubo tiempo para una mirada y un gesto de asentimiento antes de que la realidad de la lucha nos hiciese volver a lo delicado de nuestra situación. Girandonos vimos cómo otro grupo de ratas nos acechaba las espaldas listos para acuchillarnos hasta el hastío, pero la enorme hacha del matador hizo pedazos a aquellas bestias, soltándonos las familiares palabras que tenía por costumbre. Ya al fin presentamos un frente sólido, lleno de heridas y magulladuras, cansados pero firmes, dispuestos a dejar un montón de cadáveres tras nuestro paso. La casa que se hallaba a nuestras espaldas, apenas un montón de escombros nos protegía en sus últimos alientos de existencia consumida por las llamas.

La magia de Calim rugió desde nuestras espaldas para chamuscar nuevamente a algunos de los asaltantes a nuestra posición. Pero no era suficiente, ya lo habíamos visto, su número era cuantioso, en extremo numeroso. Preparados los aceros, el ánimo y los corazones miramos frente a frente a nuestro porvenir. Negro era, pero más negra era mi alma que ardía más fuerte que las llamas del abismo, ni piedad ni tregua ni consideración alguna. Sacrificios eran aquellos seres para mis pesadillas que se ahogasen con su sangre y sus cuerpos, placer de muerte que era igualada por el matador. Un brillo feroz de puro hielo en mis ojos, que veía la sombra de la parca enfrente nuestra, su sonrisa descarnada dispuesta a devorar a todo aquello que sucumbiese.

Estiré un brazo apuntando al corazón de una de aquellas bestias, el otro brazo en diagonal a mi cuerpo con el codo doblado, las hojas ya completamente rojas con la sangre bebida que ni tenía tiempo a secarse antes de verse bañada de nuevo. Asenté bien mis pies y esperé, ningún gesto, ninguna provocación, sabía que aquello no era necesario ni era mi estilo. La más absoluta calma de la más absoluta convicción de hallarme vinculado con la muerte, era su brazo, su hoja ejecutora. Si desaparecía me uniría a algo más grande, más letal, más poderoso. A la misma muerte en sí y libre de forma física sería el terror absoluto. Era su emisario, su portador, el heraldo oscuro que anunciaba su llegada en el silencio del último suspiro.

Y vinieron, sin que les alentase cargaron como una ola de pelaje, rabiosas y excitadas, sus armas moviendose con ferocidad. Fueron bien recibidas con acero, furia y fuego. No había nadie más que nosotros allí, no había nadie que nos apoyara, cada uno se batía a la desesperada cubierto de enemigos, desbordado por el increible número de asaltantes que aún restaban. Una marea inconmensurable de seres que devoraban todo pero que se íba y estaban atragantándose con nuestros aceros, nuestras armas que los despachaban, cercenandolos como se siega el trigo. Pero todo tiene un límite, todo tiene un fin y el nuestro, el de nuestras fuerzas ya empezaba a anunciar esa llegada que tanto sospechábamos. En medio de la refriega, entre torbellinos de golpes y un mar de espadas, cuerpos arremolinados y cadáveres inertes que caían para reunirse con la montaña de caídos.

Inmerso por completo en aquella ola de muerte sin descanso, cuerpos mutilados y cercenados miembros una nueva voz se alzó, un recital de luz que vino a traer fuego purificador y dos martillos de justicia que aplastaron toda resistencia sin apenas golpes en aquella angelical figura luminosa. Aspirando fuertemente el ardiente fuego que sabía a sangre, limpié las armas lo mejor que pude y sentí aquella mirada recorriendome. Me envolví en lo que quedaba de capa envainando lentamente. La miré fijamente, dos fuegos distantes entre un abismo que los separaba. Ella pura luz desatada de furia divina, yo fuego helado de negras llamas envueltas en oscuridad gélida de muerte. Herido, cansado mientras mi agitada respiración y mi maltrecho cuerpo protestaban, no así mis ojos, ardientes fríos, empapado mi cuerpo en sudor. Aquella nueva figura, traía un nuevo y fresco soplo. Se presentó mientras sonreía y luego hizo algunas recomendaciones.

Una gran seguridad en sí misma, una férrea resolución y una mente algo despierta al menos. Al menos decía algo sensato y no continuó con la sarta de plegarias y salmos, sermones y toda esa parafernalia común en los sacerdotes de Sigmar. Muy conocidos y no muy de mi agrado, aunque en la situación actual no era la mejor para escoger las compañías que uno le gustaría, que era precisamente ninguna. Aunque hubiera aceptado la del caballero, el matador, el elfo y la del ausente bárbaro no quería decir que corriese alegremente al encuentro de quien se presentase.

-"Calim, Sir Andrews, Rakduim...y yo Rhûdan Ar. Vamos..."

Ni cortesías ni halagos, las palabras las justas. Miré a cada uno señalandolo mientras los presentaba rápidamente a medida que pasaba y les miraba para ver cómo estaban excepto al matador, con él mantenía las distancias no fuera que me entrasen ganas de satisfacer su deseo de muerte. Lentamente, reservando fuerzas que apenas me quedaban miré alrededor buscando posibles enemigos y un sitio lo más confortable posible para poder asistir a las curas. Me dejaría atender, pero la miraría fijamente siguiendo sus gestos y movimientos con detenimiento y sin una pizca de gratitud, alegría ni emoción, más que una fría expresión en mi rostro y ojos. Como algo necesario de soportar para poder continuar

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10/02/2011, 12:46
Calîm Nuruhuinë

No podían dar marcha atrás, no podían rendirse. Las palabras de Sargul resonaron en su mente, sugiriendo el otro camino, el camino de la vida. Se alegró de que no estuviese allí con ellos, pues iban a morir, pero se entristeció de no luchar a su lado una última vez. La guerra era algo atroz, sacaba lo peor de la gente; había masacres, violaciones, esclavitud, tortura y muerte. Él siempre veía el lado bueno de las cosas. Y ahora veía valor, arrojo, orgullo, dignidad, compañerismo y una fuerza fantasmal que venía de su unidad. Eran los campeones de la luz, ungidos por nadie, unidos por suerte, acorralados por todos. Eran los campeones de la luz.
La cosa debía estar muy mal si Rhudan proponía que luchasen juntos. Por supuesto él ya pensaba en eso. No por las ventajas tácticas que pudiese tener, su mente no era fría como la del asesino pero si gozaba de la misma calma, si no porque estaba preocupado por el bretoniano. Así que retrocedió, engañó a las ratas que se apretaban unas con otras y las sacudió con la fuerza purificadora de sus llamas. No dijo nada. Los vio arder, se giró rápidamente. Quería ayudar al bretoniano. Debía hacerlo. Necesitaba ayuda y...algo letal y frío le atravesó la espalda.
Un arma skaven, por supuesto. Un arma repleta de piedra bruja. Le dolió. Le hirió. Le derribó. Su magia no le ayudaría a no caer. No estaba muerto, pero lo estaría antes de tocar el suelo. El suelo era la muerte. El Skaven le golpería una vez más, y otra, y otra. No quería morir. Sabía que era una posibilidad. Lo aceptaba, no tenía miedo. Era solo que...le gustaba demasiado la vida. Los pájaros, las flores, las nubes, el aguamiel...todas esas cosas que ya no podría hacer, todas esas cosas que ya no podría sentir, sonrisas que no volvería a ver ni lágrima que no podría curar. Había vivido más de mil años. No quería que se terminase. Pero estaba herido y el siguiente golpe sería fatal. "Acuchillado por la espalda. De frente no se atrevieron. Padre, madre, hermanos, estad orgullosos de mi".
Y una mano negra le salvó. Era la mano de la muerte. Le sujetó. No acabó con él, no le llevó más allá de la vida. Era la mano de Rhudan. Es bueno tener amigos en todos los lados. Le salvó. ¿Acaso le sorprendió? Los compañeros se salvan la vida a diario en la guerra. Le sorprendió de todas maneras. Dio muerte a su agresor y le ayudó a mantenerse en pie.
-Me alegro de que decidieras no luchar solo.-Sonrió. Había más enemigos acechándoles. El matador les interrumpió con su hacha rúnica. Calîm exhaló un grito de júbilo.
Quedaron juntos. Rodeados, heridos, maltratados, mutilados, destrozados, hundidos, agotados. Pero juntos. Eso era importante. Cuando habían sido capaces de trabajar en grupo se dieron cuenta de que iban a morir.
-Es una lástima que esto vaya a terminar así...-Preparó el que sería su último hechizo. Sería el más potente. "Consúmeme, magia, consúmeme, fénix, y llévatelos a todos".

No lo lograrían. Y entonces...una guerrera, dos martillos y el emblema de Sigmar. Sus ojos claros apenas podían creer lo que veían. Una mujer de vitalidad prodigiosa acabó con media docena de Skaven en un momento, los aplastó como a cucarachas. Y siguió su lucha. Calîm era todo un caballero, que la dama fuese delante. Pero tampoco iba a dejarla sola. Fue el último en reaccionar. Estaba agotado. Pero su mente aún estaba despierta. El dolor le mantenía consciente. Vio a sus compañeros correr, luchar y matar como si cada segundo fuese a ser el último.
-Que demonios...-Les siguió. El cinco parecía ser un número mágico ya que, tras una contienda complicada, lograron acabar con las ratas que los asediaban. Seguían vivos. Gracias a esa mujer. No solo había acabado con multitud de enemigos sino que su aura feroz les había contagiado a todos para ese último esfuerzo. Miró a su alrededor. No quedaban más enemigos en la zona. "A todos, los hemanos matado a todos. Me siento mareado y a la vez tan fenómenal. ¿Cuándo terminará todo este horror?". Aún quedaba un buen trecho, se dijo.
La mujer se presentó. Rhudan hizo lo propio, aunque lo suyo era más bien una cruel parodia de lo que debía ser un saludo. Calîm, a pesar de su pierna herida y su espalda acuchillada hizo una torpe reverencia mientras se presentaba, pues era elfo y se debía a su orgullo.
-Como bien a dicho mi compañero, soy Calîm Nuruhuinë .-Ahí intercaló la reverencia.-Y no puedo estar más agradecido por vuestra eh...hum, milagrosa intervención.-El asesino se había mostrado seco y el matador seguro que se quejaba. Ergo les tocaba al caballero y a él ser los amables...como siempre. Christelle les sugirió que podía curarles a no ser que ellos se bastante para eso. El elfo sonrió. Miró a su compañero, luego a él.-Creo que necesitamos un poco de ayuda, pero solo un poco.-Otra sonrisa. No olvidaría a esa mujer en mucho tiempo.
Se sentó para esperar ser tratado, cosa que haría el último. Primero sus compañeros. El matador tenía muy mal aspecto.
-Puede que con ese tengas que esperar a que se desmaye, no querrá que le cures.-Suspiró. ¿Donde estaría Maese Krastz ahora? Era curioso que cuanto más cerca de la muerte estaba más te acordabas de aquellos que realmente te importaban. Sargul, Alantha, Krastz...¿También echaba de menos al jefe mercenario? Puede, aunque eso no lo dejaría ver. Bromeó.-Eh, Radkuim, en la última media hora me han salvado dos veces la vida. El siguiente creo que eres tú.-Hasta las imprecaciones del matador serían de agrado para sus oidos.
Rhudan se mantuvo frío mientras aceptaba la cura(imagino). Calîm habló por él.
-Él no te dará las gracias, es así. Yo te las doy por él. Gracias.-Golpeó con el codo el costado del asesino solo para llamar su atención.-¿Sabes que no tiene madre ni padre? No, fue engendrado a partir de un bloque de hielo al que dieron forma.-Otra sonrisa.-Me siento tan cansado.-Suspiró.-¿Otro descanso amigos? Luego podriamos ir al templo...-Dijo de forma casual. Seguro que el Vidente estaba allí.-Aunque sería sensato buscar algún grupo de soldados al que podamos unirnos. Ya sabeís, cuantos más seamos, más divertido será.-¿No podía dejar pasar la oportunidad, no? No, tenía que dejar claro a donde irían porque la batalla aún seguía. Y mientras el horror durase para otros su alma jamás descansaria

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10/02/2011, 12:46
Rhudan Ar

El elfo sí se presentó más formalmente, cuando tratas con la muerte no hay tiempo para cortesías. Sin cambiar en absoluto su forma de ser, vivaz y sonriente. Amable y cortés, educado, contaba con eso para limar asperezas que pudieran haber con la sacerdotisa de Sigmar. Incluso pinchó un poco al matador.

Mientras esperaba mi turno, que no cambiaría mi expresión en absoluto, incluso se tornaría más gélida aún, observando los movimientos con una llama fría en los ojos mientras me atendía. Calim me dió un golpe en las costillas que me hizo girar los ojos y la cabeza un poco para mirarle igual que se mira a un cadáver. Su ocurrencia me hizo mirar levemente al cielo y hacer un gesto brusco con la cabeza, de asentimiento, como si me gustara la idea que había formulado y de paso dándole la razón en lo anterior.

-"Me apunto, esto empieza a ser aburrido..."

¿Una broma, un guiño al matador? podía ser, pero no era más que la constatación del hecho de que quería ver muerto al vidente, me gustaba cobrarme las deudas por completo y sin hacer esperar

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10/02/2011, 12:47
Christelle

Continuó exhibiendo una franca sonrisa mientras ayudaba a los hombres a movilizarse y cambiar de escenario. Aquel no era el lugar más idóneo para una recuperación , aunque visto lo visto no creía que hubiera ninguno en condiciones.

-“Me parece correcto ir hacia el templo si allí os encontráis más seguros y no hay peligro... No debes darme las gracias, solo hago lo que debo hacer...” –contestó al amable elfo con humildad y sin perder su sonrisa.

Limpió sus manos de sangre y las heridas de aquellos que permitieron y quisieron su ayuda. Clavando sus ojos en cada uno de ellos sus labios fueron murmurando una plegaria (mano sanadora) para invocar el poder divino y sanar aquellas heridas que surcaban los cuerpos de los guerreros y cicatrizarlas, devolviéndoles al mismo tiempo parte de las fuerzas y salud perdidas en la contienda. No cambió su actitud ni ante la frialdad del llamado Rhûdan ni antes las posibles quejas del matador.

Una vez hubo acabado su cometido preguntó...

-“¿Qué ocurrió? ¿De donde salieron esos engendros? Las puertas estaban cerradas, la gente fue atacada desde el interior, lucharon por abrirlas y escapar cuando tendría que haber sido al contrario... ¿Quiénes sois y que hacíais aquí?” –indagó la joven de manera correcta y sin atosigar

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10/02/2011, 12:47
Rhudan Ar

Era incombustible y profesional en lo que hacía, ya con parte de mis fuerzas recuperadas me sentía mejor, el que la magia restauradora recorriera mi cuerpo fue una sensación extraña. Había sostenido mi mirada y yo la suya durante todo el proceso. Eso era un voto a su favor, seguía sonriendo, algo que tampoco me molestaba, es más ni siquiera me importaba si reía o lloraba, pero eso último lo creía verdaderamente difícil. Luego surgieron las preguntas obvias.

-"Ratas ¿de dónde salen?, de agujeros o cloacas, de grutas que han excavado. Más allá hay un tunel enorme. A lo último ya nos hemos presentado y lo que hacemos lo has visto antes, luchar"

Por mi parte no eran necesarias más explicaciones. Nos acompañaría al templo, eso no estaba nada mal. No había mucho tiempo, así que me incorporé y estiré lentamente para observar en rededor y orientarme algo, buscando el templo. Aunque seguramente Calim con su visión mágica lo detectaría antes y mejor, pero las costumbres no se quitan ni deben abandonarse sin más

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10/02/2011, 12:48
Calîm Nuruhuinë

El contacto con las manos de aquella mujer cerró sus heridas y le hizo rejuvenecer unos cuantos años. "Ahora debo de aparentar mil cien únicamente, ja, ja". Se preguntó porque en la Torre Blanca no había optado por aquel tipo de magia. Con esa podía salvar vidas. Recordó rápidamente el motivo. No servía para proteger. El verdadero mal no es la herida sino quien la causa. A quien hay que detener es al que la provoca. Agradeció a los dioses que aquella mujer hubiese optado por ese sendero. Agradeció la diversidad del mundo.
-Sois hábil en el sendero de la magia.-Reconoció. Luego las preguntas de la mujer le sumieron en un breve mutismo. El asesino se pronunció sobre la única pregunta que podía responder sin citar nada de ellos. Era muy reservado.-Luchamos, señora.-Dijo poniéndose en pie.-Somos mercenarios al servicio de Torvuc, al menos oficialmente, sumidos en una misión que nos supera a nosotros mismos, pero no a nuestros ideales. Esto es solo un alto que hicimos en el camino...para descansar

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10/02/2011, 12:48
Christelle

-“Bien, entonces en cuanto todos estén curados nuestros caminos se separaran... Yo tengo una misión que cumplir no aquí, ya que el Caos ha sido erradicado, pero no en muchos lugares en donde al parecer campa a sus anchas... Espero que si volvemos a encontrarnos no sea en estas circunstancias...” –acabó la joven contestando a los hombres. Aunque se lo pensó y continuó...

-“¿Alguno de ustedes podría indicarme hacia donde debo seguir para llegar a Mordheim? No creo que pueda obtener esa información de otras personas...” -pregunto al tiempo que observaba el entorno y los posibles sitios en donde abastecerse para continuar su camino

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10/02/2011, 12:48
Calîm Nuruhuinë

El caos erradicado de esa ciudad. No lo creía. Aún se luchaba. Solo habían limpiado la zona, pero si lo que sus instintos le decían era cierto, el Vidente Gris aún seguía allí, en el templo. El camino que debieron tomar era el destino más adecuado. Sargul no se había equivocado. La próxima vez lo escucharía, siempre se quedaba con la parte más sensata.
Le sorprendió la pregunta de Christelle.
-Y que curiosos son los avatares del destino. Era cierto lo que decían, todo está marcado y decidido, los dioses juegan con nosotros como piezas de un tablero y planean con nuestras vidas.-Suspiró.-Mordheim. ¿Vas sola? Si es así, no es una temeridad. Es un suicidio. Yo te aconsejaría encontrar a un grupo, de locos como tú, que viajen hacia allí. Si, te aconsejo que te unas a nosotros. Puede que sea suerte, azar, mera coincidencia, o tal vez un regalo de los dioses, la marca del destino o parte del juego macabro en el que nos estamos metiendo, pero mis compañeros y yo vamos también hacia esa ciudad maldita. Todos con un motivo. No importa cual, solo que tenemos el mismo destino. Nos pagan por ello, pero algunos esperamos encontrar algo más que oro y fama en esta misión. Así que, si no tienes prisa, tal vez deberías hablar con nuestro capitán. Ahora no está por aquí pero tampoco creo que esté muerto.-Puede que fuese demasiado confiado pero no creía que en una ciudad tan grande, durante un ataque, se cruzasen con la única persona, aparte de ellos, que quería ir a esa ciudad maldita..

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10/02/2011, 12:49
Rakduim Piel de Dragon

El acero de una de las espadas de aquella purria paso tan cerca de mi rostro que tiempo tuve de ver mi ensangrentado rostro reflejarse en su ruda hoja. Todavia tambaleandome hacia mi retaguardia siguiendo el efecto de la finta de aquella arma skaven, aproveche para cargar mi hacha sobre el estomago de ese mismo que se creia cazador, pero que gracias a mi suerte se torno de forma inmediata la presa de la contienda. Simplemente tuve que dejarme caer hacia mi espalda para suplir, con mi peso, la fuerza que restaba al golpe lateral.

Aquella figura se partio en dos despues de empezar a rasgarse por el lado izquierdo de su cadera. Sus visceras de desparramaron sobre aquel ensangrentado suelo tan pronto como la obertura de la herida dejo el espacio suficiente. Todo parecia ir a camara lenta, pues incluso los enemigos, aunque la mayoria frescos por el gran numero que nos demostraban ser, se habian tornado pesados y parecian deambular con sus armas aqui y alla.

Tras sentir como una nueva puñalada se hundia en mi triceps e intentando de forma increible amortiguar en manera aquella herida, me eche hacia adelante para no contrarrestar la violencia del impacto y si pudiera, aprovechar el movimiento para hundir mi petreo codo en el craneo de un nuevo skaven. La suerte se alio de nuevo y su occipital se hundio hasta aplastar parte del cerebro, que ahora se licuaba por la oreja del mismo costado, mientras una ingente cantidad de sangre descendia de una de las fisuras de su cabeza. La sangre sobrevolo mi codo y se esparcio sobre mi pecho mientras terminaba de formar mi giro.

Debido al fuerte giro, mi gran y maltrecho cuerpo acabo en el suelo tras un gran impacto. Mi hacha habia decidido abandonarme en el peor de los momentos. Se me escurrio de las manos y tras unos metalicos golpes, descanso pesadamente sobre el craneo de una de aquellas ratas. Y fue entonces cuando mi cresta decidio empezar a erguirse para ir a por ella que observe como por los cuatro flancos me habian rodeado, prestandose a enviarme al lugar al que tantas ratas habia hecho frecuentar con anterioridad.

-Siempre es mejor llevarse tres puñaladas que cuatro...- pense mientras observaba rapidamente cual de ellas tenia una mejor forma fisica, pues esa seria la unica que no lograria penetrar con su hoja en mi cuerpo. Ya con el objetivo entre ceja y ceja, medio arrodillado tras un enorme esfuerzo, y siendome imposible eludirlas a todas, agarre mi puño derecho con mi mano izquierda a modo de martillo mientras las maleficas abominaciones encaraban ya su estocada sobre mi cuerpo.

Todo fue como lo habia planeado, excepto que en vez de tres heridas, tuve que encajar cuatro. Esta vez la mala suerte vino a darme la bienvenida a su mundo, pues despues de desencajar el craneo del cuello de la rata que tenia como objetivo y debido al frenesi en el que habia estado sumido, tambien malogre la hoja de su espada, que se quebro y salio disparada hasta mi muslo izquierdo, que me estaba sirviendo de apoyo. Tras un halarido de furia propia unicamente de los de mi raza, me puse en pie como aquel que logra algo imposible, partiendo las extremidades superiores de dos de las alimañas que habian logrado ensartarme cual cerdo cualquiera.

Me arranque el trozo de acero que sobresalia de mi pierna, presumiendole un destino funesto en el cuello de una de las ratas que sonreia ahora, preprarada para asestarme un golpe con un cuchillo que habia desenfundado en ese mismo momento. Pero debido a su lentitud, el cuchillo cayo al suelo tras el mismo momento en el que dejo de estar entre los vivos, pues con el trozo de metal clavado en mis ensangrentados dedos, que lo sujetaban a forma de mango, habia logrado ensartarlo en el cuello de aquella asquerosa rata, que siguio su curso en la direccion del paladar para otorgarme un sordo grito que hizo que mis ganas de sangre crecieran sin remedio.

Mis pupilas desaparecieron y unicamente el rojo era el color que reinaba en mis ojos. Con la sangre de parte de la cara algo seca y heridas pequeñas que se abrian al gesticular, pretendi dar buena cuenta de las dos ratas que quedaban, que habian aprovechado para cortarme la carne a la altura superior de mi espalda, mientras me ocupaba de su compañera. -Malditas cobardes!!-.

La parte plana de mi puño destrozo la mandibula de una de ellas mientras ayudado de la fuerza del movimiento, trate de ponerme en pie de un solo golpe, lo que llevo a hacer que rodara de nuevo por aquel suelo.

Aun con la mandibula desencajada, el skaven se levanto del suelo como si nada y corrio hacia mi portando una espada que habia recogido de su visita al empedrado, mientras la otra rata se encargaba de atacarme por el flanco contrario. -Siempre jugando sucio...-. Logre ponerme de nuevo de rodillas, y mientras observaba de reojo como mi enemigo mas cobarde corria hacia mi intentando cercenar mi craneo rasgando mi nuca levemente, consegui llegar a la altura a la que habia dejado a mi estimada runica.

La prendi con presteza para, de forma firme y de un mismo gesto, acabar con la vida de ambos enemigos. Dibujando un semicirculo que empezaria a mi espalda, logre abrir el angulo lo suficiente como para que el filo de la hoja llegara a perforar la frente del skaven mas alejado, dejandole con una mortal herida horizontal dibujada en la frente, la cual empezaba a chorrear un color rojizo encantador. La parte superior de la otra asquerosa rata se deslizaba sobre su parte inferior para acabar cayendo ambas, una al lado de la otra, haciendo que visceras y sangre cubrieran todavia mas, aquel enrarecido suelo.

Tras contemplar tan delicioso espectaculo y sin tiempo para regodearme por lo ocurrido, tuve que sobreponerme a la herida de mi muslo izquierdo para lograr hacer frente a las tres ratas que, escalando entre cadaveres y ayudandose de los restos de los destrozos generados, ya se echaban sobre mi.

El primer embite lo pude detener sin muchos problemas, mas cuando la primera de las ratas logro que me centrara en ella para acabar rebanandole la parte del hocico, que cayo al suelo y se perdio entre la multitud de miembros, consiguio soltar una estocada que me perforaria el pecho, para hacer que la punta del puñal saliera por mi axila, rasgando la mayoria del pectoral y consiguiendo proferirme una herida realmente complicada. Ayudandome de la proximidad de su cabeza a mi pecho, cogi impulso y mi frente retumbo sobre la parte frontal de su abeza, que se abrio como una nuez tras un martillazo sobre la misma.

Cayendo de forma fulminante al suelo, aparecieron un par de puñales que se dirigian a zonas letales y que, de no haber sido esquivadas, me hubiera llevado a una muerte mas que segura. Todavia de cuclillas y con ambas espadas rasgandome ambos lados de la espalda, cogi fuerza y balanceando mi hermosa hacha hacia mi derecha, descargue toda su fuerza en la parte mas debil de sus piernas, haciendo que las dos primeras rodillas con las que se topo quedaran perfectamente rebanadas, para acto seguido, partir las dos restantes de forma inequivoca.

Se dieron de espaldas al suelo, momento que aproveche para hundir la totalidad de mi hoja en el pecho de una, para acto seguido y despues de desencajarla de ahi, aplastar el craneo de su compañera con la parte plana de mi hacha. Un descanso fue lo se me presto con ligereza mientras observaba como, no a mas de veinte pasos, cinco skavens mas sonreian quisquillosamente mientras corrian despavoridas hacia mi, pretendiendo darme muerte a cualquiera que fuera el precio.

Pero algo lejos de todo lo planeado ocurrio. Como un demonio que porta la muerte sobre sus brazos, una figura, a lo lejos, empezo a crecer mientras se acercaba a nuestra posicion. Dandose cuenta de lo ocurrido, las ratas prefirieron aquel banquete al que me tenian preparado y no pudieron mas que acabar despedazados tras la demostracion de poder de aquella figura, que se presentaba con un aspecto espigado pero robusto.

Parecia la figura de una mujer, pero con la fuerza de un demonio enfurecido. Tras ella todo se calmo, parecia como si hubiera logrado amansar la batalla, que se torno mera expectacion, como el efecto que produce la musica sobre las fieras. Se presento con el nombre de Cristelle, nombre que crei poco acertado para un guerrero de categoria, pero que habia quedado demostrada su valia en momentos justamente anteriores.

-No me molestes y no sentiras el fino acero de mi hacha penetrando tus carnes, por lo demas, unete a nosotros o vuelve sobre tus pasos, la verdad es que me importa bien poco donde quieras ir y porque.- Me la quede mirando seriamente, mientras mi cabeza se ladeaba debido al mareo. Habia perdido demasiada sangre y tuve que arrodillarme, soltando mi hacha para no caer inconsciente al suelo.

-Demonios... no me hagas hablar, estupida mujer, no ves que estoy apunto de morir desangrado...- me lleve mi manaza a mi cabeza, y senti como esta daba vueltas de forma demasiado brusca. Mis fuerzas flojearon sobremanera y la tension de mi cuerpo cayo en picado.

Cai definitivamente al suelo, en cualquier momento quedaria inconsciente.

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10/02/2011, 12:49
Christelle

Enarcó una ceja ante las duras palabras de aquel que se desangraba y que eran completamente contrarias a las pronunciadas por el bello elfo de rubios cabellos y mirada clara. Observó como caía al suelo y encogiéndose de hombros se acercó a él y lo miró de arriba abajo.

Volvió a sonreír y apartó los mechones de pelo rojizo de la frente del caído, pertenecientes al parecer a una enorme cresta, y le murmuró suavemente...

-“El odio y la violencia contra tus iguales tan solo engendran eso, odio y violencia. No deberíamos comportarnos como estas bestias ya que no lo somos... Aunque quizás tu si lo seas... Y por ello deseas morir. Que así sea enano...” –concluyó alejándose de él para quedar encarada al resto y proseguir.

-“Gracias por el consejo Calîm, pero no soy bienvenida en tu grupo, por lo tanto supongo que continuaré sola una vez me haya asegurado de que todos os encontráis en perfectas condiciones incluidos ese “jefe” que aún tiene que aparecer.” –acabó de hablar para echar una rápida ojeada a su alrededor

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10/02/2011, 12:50
Rhudan Ar

El primer encontronazo entre el matador y la sacerdotisa fue tal y como era de esperar, duro y con chispas. Al menos el matador terminó inconsciente. No parecía que fuese a antenderle y aunque no me caía bien tampoco le quería ver muerto así como así.

-"Christelle, eres guerrera olvida sus palabras y concedele la gracia de morir desangrado como un animal, cierto que quiere morir, pero como guerrero que es, eso, creo que lo entiendes. Y no hables tan pronto de qué opinamos de tí. Si ya soporto al resto una más no es mucha diferencia, el caballero estará encantado, Calim...él dá la bienvenida a todo ser de bien y el matador..., ¿realmente alguien le dá importancia a sus palabras?"

Esperé un momento por si había replica, en cuanto al jefe mercenario. Ese estaría en el corazón de la batalla a juzgar por su caracter. O íbamos nosotros o echábamos raices en el sitio

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10/02/2011, 12:50
Christelle

-"Cada uno elige su propia muerte guerrero y yo no soy nadie para decidir... Si él desea morir, que así sea. Creo que deberíamos ahora buscar a ese "jefe" vuestro, quizás esté herido y él si desee ser sanado" -concluyó sin un ápice de remordimiento