Partida Rol por web

Me sentía más arropada, no sabía por qué, al aparecer Zach. Supongo que después de tanto tiempo, tener a mi lado a gente a quien conocía me hacía sentir más segura. No es que no lo estuviera con aquellos soldados, pero... la mente a veces es caprichosa. Eché una mirada a Zach, que había preguntado por Eve, y a Roan, y este procedió a hacer una análisis externo.

Seguía diciéndome cómo tenía que hacer las cosas y yo procuraba prestar atención, pero la verdad, solo me interesaba Eve. Joder, no era médico, solo una puta estudiante metida en mitad de un puto apocalipsis rodeados de putos zombies.

Todo lo demás, me daba lo mismo.

Pero no dije nada. Me retiré con Roan y Eve al interior de la sala, de nuevo, y observé en silencio.

-Bien. ¿Cuál es el diagnóstico? -le pregunté cuando hubo terminado, temiendo cuál podía ser la respuesta.

El sargento, el teniente y Zach se habían marchado a toda velocidad hacia arriba para ayudar a Eve, Claire, Donnie y los demás. El resto de nosotros, solo miramos y ahora, estábamos solos.

Ahora que han cesado los disparos, es de suponer que nos enteraremos de lo que ha ocurrido, aunque con tanta gente arriba quiero pensar que todo ha ido bien. Temo por todos, pero sobre todo por Claire. La sangre une más de lo que esperaba. Miró a Larry y a Tess y lanzo un suspiro. A veces lo hago, cuando estoy cansada sobre todo.

-Bueno, ¿qué hacemos? ¿Y si preparamos algo de comer? Para eso trajimos las conservas, ¿no?, y yo no sé los demás, pero estoy hambrienta.

Roan no era buen mentiroso, a pesar de lo que dicen las malas lenguas, y se le vio en la cara que algo no iba bien...

-Eve, yo nunca he sido partidario de ocultar nada a los pacientes...algunas reacciones nerviosas que tienes no son las correctas, es cierto que tu estado general a pesar de las heridas ha mejorado y es porque la operación en sí fue bien, pero todavía tienes más carga vírica de lo que tu sistema inmune puede fagocitar y...bueno, no vas a morir en minutos como antes, ni en horas, pero el virus al final se impondrá ... te quedan días de vida -el doctor miró para otro lado -la siguiente operación sería muy complicada, tendría que extirparte el bazo y retirar ganglios muy cercanos a los cervicales..todo mientras tu corazón está detenido o casi detenido si encontramos las medicinas correctas...teniendo en cuenta las malas instalaciones que tenemos, que sólo estoy yo, que no soy bueno anestesiando y que ya tienes heridas muy graves es posible que no la superaras..además de tener que pasar al menos una semana en cama recuperándote aquí...-una semana en este hospital era simplemente una sentencia de muerte- te recomiendo que uses el tiempo que te queda para ser lo más feliz que puedas, despedirte y prepararte para el otro lado..no obstante, es tu decisión. Siento que no haya salido según lo esperado...-los ojos del médico se inundaron pero como en otras ocasiones, esta vez no se marchó y aguantó el momento delante de Eve y Claire

La respuesta de Brannigan no me convenció lo más mínimo. Aseguraba que él estaba al mando, si bien Zach y yo ya habíamos notado que Roan era el que parecía estar dando las órdenes en todo momento. Incluso la cabo transmitía más autoridad que Brannigan, al que se le veía a la legua que era un cacho de pan. Pero preferí no decirle nada al respecto. Al fin y al cabo, el teniente nos había salvado.

Prefiero no mirar a los cuerpos de nuestros amigos cuando Brannigan les dispara en la cabeza para poner fin a su vida como zombies, especialmente en el caso de Hera. Prefiero recordarla como era antes de morir y no como... como la criatura en la que podía haberse convertido.

Salimos de la morgue cuando escuchamos la voz de Claire a través del walkie-talkie, indicándonos que están en problemas. Antes de que pueda responder, Zach y los dos militares se marchan rápidamente a ayudar, por lo que intento ponerme en contacto con Claire y los otros usando el walkie:

¡Claire! Zach y los militares van para allá. Tess, Staci y yo vamos a ir detrás. ¿Dónde estáis?

-No podemos quedarnos aquí sin más -le digo a las dos chicas, en tono apremiante-. Si están en problemas, tenemos que ayudarles... -Pienso en las órdenes de Roan y cómo Brannigan ni siquiera dijo nada sobre la idea de separarse, la cual no era demasiado buena. Se notaba cuál de los dos tenientes estaba al mando y cuál obedecía-. Joder, con vaya tropa nos hemos topado. ¡Venga, no es seguro que sigamos separados por mucho más tiempo! -Sin más, decido echar a correr por el pasillo en la dirección que habían tomado Brannigan y el sargento.

No puedo creerme lo que me está diciendo. Al final, no ha servido para nada lo que me ha hecho y más me valía no haberme despertado. Me quedan qué? ¿Horas? ¿Días? Da igual. El caso es que voy a morir.

Miro a Claire con desesperación. Ella no parece haberse tomado la noticia mejor que yo, incluso da la impresión de estar más afectada. Seguramente es porque yo ya lo sospechaba.

-Siempre supe que moriría joven, aunque me hubiera gustado hacerlo en la cama con el chico más guapo de mi clase. ¿Te acuerdas de ese tal Brian? Cada vez que se iba, todas le mirábamos el culo -le dije, sin poder evitar romper a llorar.

Corriendo, me tapé el rostro con ambas manos. No quería que me viese así.

A ver como te lanzas hacia arriba, Tess y Staci te siguen a toda prisa. La idea de comer no parece tan interesante en este momento.

Cuando llegáis arriba, el panorama es bastante lúgubre. Hay un perro extraño y grande muerto en el suelo, delante de la cabo Keira. El Teniente y el sargento, están a su lado, al igual que Zach y Donnie.

Claire, Eve y Roan no están en el pasillo, y éste último sale con el rostro bastante demacrado, además de lleno de sangre y arañazos, de una de las salas, en donde se indica que es "de cirugía". Es de suponer que Claire y Eve estén ahí dentro.

Las palabras de Roan caen como una piedra sobre mi pecho. Parecía que mi corazón acababa de detenerse de golpe y que incluso dejaba de respirar. Sí, habíamos perdido a Ares, Hera y Nikola, pero había sido de repente, en la batalla o de manera inesperada, pero ver a Eve aceptando la idea de morir e incluso esperándolo... era más de lo que podía soportar.

Sin poder evitarlo, no es solo que me echara a llorar, es que salí de la sala corriendo y me alejé por el pasillo en dirección opuesta al resto.

A la mierda todo aquello. Solté el arma por el camino porque me daba todo igual. Estaba cansada y agotada, o simplemente harta de que la vida nos hubiese dado una oportunidad para arrebatárnosla después. De qué nos servía haber llegado hasta allí si íbamos a perder a todos.

Era horroroso y yo no podía soportarlo más.

Vi una habitación abierta y sin fijarme en ella, me metí dentro y me senté, apoyada de espaldas contra la pared, dejando que mis sollozos se abriesen paso sin nadie que los viese ni me molestase.

Qué les dieran por culo a todos.

Observo aquel chucho grande y de aspecto extraño muerto a los pies de la cabo, y supongo que debe de ser la criatura que realizó aquella especie de rugido de antes. Miro al trío de soldados presentes, un tanto desconcertado, y luego veo a Claire salir visiblemente afectada de una sala que parece ser de cirugía, junto con un demacrado Roan que se muestra lleno de sangre y arañazos.

-¿Qué cojones ha pasado? -pregunto a todos, arqueando una ceja, alternando con la mirada entre Roan y Keira, quienes intuyo que son los que mejor me pueden informar de lo que acaba de suceder-. ¿Y Mcmillan? -En esos instantes, ni siquiera recordé que le había puesto el apodo de "Anti-Doping" a la joven deportista, por sus continuos comentarios sobre no tomar drogas ni beber cerveza.

El lobo ya estaba abatido cuando yo llegué. 

¿Por donde ha venido ese lobo?, tenemos que bloquear las entradas. 

Había caras de preocupación. Claire salió corriendo dejando caer su arma y se metió en una habitación sin ninguna prudencia. No sabía que había pasado ahí dentro, y desde la puerta pude ver a Eve sollozando cubriéndose la cara con las manos. Roan de pié frente a ella, con la cabeza gacha. 

Una vez me hice a la idea de lo que había pasado, entré en la sala de cirugía y le hice un gesto para apartarnos hacia el fondo. ¿Qué diablos hace?, no era el momento de desestabilizar a esos chavales, tenemos que estar centrados. Además, mire en que situación estamos, en cualquier momento cualquiera de nosotros podría morir. Me parece cruel haberle quitado la esperanza a esa niña. De hecho, no entiendo una mierda de medicina pero permíteme poner en duda que en esta mierda de hospital en ruinas tengas los medios para asegurar tal cosa. No hay que perder la esperanza, teniente Roan, ni mucho menos dar pié a ello. 

Al terminar el discurso no esperé respuesta y me encaminé de vuelta hacia el pasillo. Imaginé que alguien habría ido tras Claire, así que salía dispuesto a seguir indagando por donde había podido entrar la criatura.  

Roan que estaba rojo de la impotencia y los arañazos estalló contra el teniente:

-¿Qué no que?? La he intentado salvar joder, ¡LO HE INTENTADO!...¿Qué quieres que le mienta? Tiene el derecho a despedirse de los suyos Jack, es lo menos que le puedo dar...unos días de vida...si estuviéramos en otro sitio...con más equipos, con más medios ... pero no lo estamos... ¡HE HECHO LO QUE HE PODIDO CON LO QUE TENGO!... Y te voy a hablar de tu puta esperanza...sí, márchate pero esto es lo que hay...sabes que nos va a pasar cuando lleguemos a una base militar? ¿Lo sabes????? Yo te lo voy a decir... si hay gente de más rango que nosotros en cuanto te pongas tonto invocando tus manuales de buen soldadito te van a ahorcar...si somos los que más rango tenemos, en cuanto digas que vamos a salvar civiles y tal, te van a tirar una granada como pasó con el fragging* en Vietnam...las bases se han vuelto bandas Jack, muchos han metido a sus familias allí y dicen ser militares pero ya son saqueadores.. y mi destino de ir allí será cuidar de la hijita de un capitán que se ha roto una uña, ¡joder!-suspiró y siguió, porque Roan se volvía imparable en estos momentos- Escúchame bien, no hay cura alguna joder, lo más cercano a un tratamiento es lo que yo acabo de intentar y te garantizo que nadie está trabajando en ello porque ya lo dan todo por perdido... salvo las unidades de élite y la marina, nadie obedece órdenes... la mayoría de oficiales honestos están muertos ....y sabes que? Me nombraron coronel justo antes del traslado para evitar que ningún mindundi que se hubiera formado un Fuerte de Playmobil me diera órdenes-cualquier militar serio se horrorizaría al pensar en Roan de coronel, era la prueba que el mundo se había ido a la mierda del todo y para siempre-,así que lo mismo cuando toquemos una base militar y miremos el roster actualizado del Pentágono te encuentras que soy coronel y el señor o señora que esté al frente de esa base lo mismo me pega un tiro allí en medio! Así que no me hables de esperanza tío, no de eso, los listos y los peces gordos se han encerrado en sus búnkeres o en un portaaviones en el mar y esperarán unos cinco años hasta que los cadáveres andantes estos agoten su energía...y luego saldrán y tendrán un mundo para ellos... y ya sabes que nos espera a nosotros si la cagamos o elegimos mal...-Roan se quedó llorando de la rabia mientras Jack se había marchado. Cuando fue consciente que tal vez se había excedido, gruñó a los demás- ¿Qué miráis? Sabéis que es verdad, mejor pensar bien que hacemos ...-Lo malo del relato de Roan es que sonaba a verdad verdadera. Se secó las lágrimas y se apoyó contra la pared esperando que Claire y Jack volvieran.

Mientras salía de la sala de cirugía con paso decidido, tras unos segundos de estupefacción Roan comenzó a gritarme. Salí al pasillo sin mirar a nadie, me quedé plantado con los brazos en jarra y mirando al suelo, pendiente de todo lo que vociferaba. No quería perder los estribos, pero una oleada de ira me estaba haciendo arder la cara. Demasiadas emociones, demasiado cansancio, demasiados problemas. 

Subí la mirada, me giré rabioso y al pasar de nuevo hacia el interior de la sala golpeé la puerta y me dirigí hacia Roan. 

¡Y qué cojones quieres que hagamos, gilipollas*, cual es tu maldito plan!, ¡eh!, ¡ir los 4 a capturar lobos gigantes con vida para que tú, genio, salves el mundo por tu puta cuenta!, ¡¡que cojones te crees que somos, un puto escuadrón de Naruto!. ¡Y a quien coño te tiras o le pones el culo para que con veinti pocos años te hayan nombrado coronel!. ¡Solo te he dicho que si esta pobre chiquilla está infectada no se lo digas a la puta cara en una situación donde todos tenemos que cooperar, alíviala joder!

Le dí una patada a una silla y ahora sí, como un resorte abandoné la sala con largas zancadas, y me perdí por el pasillo yo también. Reacción infantil, pero estaba hasta los cojones de que me desautorizara todo el mundo y cuestionaran la única opción que veía sensata. No obstante, sabía que no le faltaba razón en buena parte de lo que había dicho, pero ¿que alternativa había?, ¿vagar solos?, ¿integrarnos en un grupo de saqueadores?. No entendía nada.  

Iba a buscar un plano del edificio y ver que puertas había que bloquear. Necesitaba unos minutos de soledad yo también. 

Jack se marchó, alejándose del grueso del grupo, de Roan y del resto, en busca no tanto de "algo" útil como de un momento a solas para analizarlo todo.

En recepción había un mapa de evacuación, pero no decía gran cosa, salvo que había salidas de emergencia al fondo de los pasillos. El resto, eran salas de cirugía, atención primaria, radiografía, etc, además de un dispensario y algunas habitaciones.

También se encontraba la sala del personal, los vestuarios.

Sois geniales, chicos. Estáis dando un espectáculo de cojones, todos vosotros -les digo, una vez Claire se ha marchado. Eve esta llorando, Claire supongo que también, aunque en otro lugar, y mientras tanto, aquellos dos soldaditos discutiendo quién tenía la polla más larga.

Increíble.

-Os voy a decir algo. Me importa una mierda que seáis o no coroneles, comandantes o almirantes. Si estamos juntos en esto, no podemos perdernos y si no, ya os podéis marchar con la conciencia limpia. Nos habéis salvado y podéis iros a tomar por culo y dejadnos tranquilos.

Y después de soltar aquello, me fui a consolar a Eve, si es que eso era posible.

Tras la lluvia de disparos, solo puedo suspirar aliviada al ver como la criatura se desploma ante mis pies cuando ya me veía muerta, con las tripas desparramadas por el suelo de aquel sucio hospital con un enorme zarpazo en mi vientre. Pero de nuevo, habíamos tenido jodida suerte, si es que podía llamarlo de alguna forma. Cuando escuché al resto me giré y vi a Tom, que habían subido para ayudarnos.

Me apoyé entonces sobre la pared sin decir una palabra. Escuchando lo que Roan le decía a la chica mordida sobre su estado, viendo cómo todos reaccionaban ante la noticia. Mientras yo simplemente me limitaba a estar ahí, más en cuerpo que en mente. Como si no me importara nada de lo que pasara o lo que tuvieran que decir. Roan me seguía pareciendo un capullo y un creído, pero Jack seguía viviendo en un mundo que ya había desaparecido y al que yo no quería regresar. Todo se iba a la mierda, cada vez más rápido.

Cuando la chica rubia salió corriendo para meterse en uno de los cuartos la seguí con la mirada, incluso miré a uno de los jóvenes que me hablaba, pero tampoco le respondí. No tenía ganas de hacerlo. Me sentí dolida, con ganas de llorar, pero también me sentía furiosa y con ganas de destrozar todo lo que estuviera delante de mí. Liarme a golpes con el primer imbécil que se me cruzara y destrozarle la cara a quien fuera.

Miré a mis compañeros y negué con la cabeza, separándome de la pared para ir a recoger la pistola que la chica había dejado caer al suelo y guardármela de nuevo. Así como después seguí sus pasos al interior de la habitación y encontrarla sentada, llorando.

– Lo siento – pronuncié con suavidad, casi en un susurro, notando como mis ojos también se humedecían y unas lágrimas caían por mi rostro manchado de sangre y tierra.

Apreté la mandíbula enfadada conmigo misma sin saber por qué lloraba. No conocía a esa chica que pronto iba a morir, ni conocía a los cadáveres de la morgue, ni la conocía a ella. Por lo que terminé pasando el reverso de mi mano por mi rostro para secar mis lágrimas, dejando la marca en mis mejillas, mientras me sentía como una imbécil por llorar. Yo no era así joder, tenía una escopeta en mis manos, debería estar ahí fuera reventando a esas putas cosas.

– Yo… – empecé a decir, aunque detuve mis palabras, tragando saliva.

Tras ello me giré y simplemente me marché de la habitación, dejando aquel lugar, alejándome de los chicos que acabábamos de encontrar, de los tenientes y de su puta madre. Tenía ganas de seguir matando.

Escuché los gritos desde la puta habitación pero ni los entendía ni me importaba. Entonces apareció la cabo, no sabía por qué razón. La miré y me limpié las lágrimas como pude, sabiendo que debía tener los ojos hinchados, además de sentirme como una estúpida inútil que no había sido capaz de defender a su amiga.

Bueno, tampoco era tan amiga mía, pero ella se merecía más que morir así.

¡Joder, por qué nos estaba pasando esto!

La miré mientras susurraba unas disculpas que no entendía a qué venían, porque ella no había tenido la culpa. Pero se sentía mal y sus lágrimas lo demostraron. Inconscientemente, alargué una mano desde el suelo para tocar su pierna, sentir su calor y también su empatía, porque eso era lo que necesitaba en aquel instante, a alguien que comprendiera mi dolor, la frustración de mi alma por encima de todas las cosas.

– Yo…

Nuestros ojos llorosos y enrojecidos parecieron encontrarse en algún lugar intermedio, más allá de todo aquel apocalipsis, de la locura que nos rodeaba y los muertos que nos acompañarían durante lo que nos quedara de vida. Yo había dejado de ser la alocada gilipollas que bailaba borracha para convertirme... ¿en quién? No lo sabía todavía.

Y entonces, cuando estaba a punto de levantarme, se fue. Sin duda, el dolor y la rabia que sentía por todo lo sucedido eran duros para ella, tanto que no se sentía capaz de manejarlas demasiado bien.

Pero su llegada y salida me fueron de utilidad. Sirvieron para despertarme y devolverme a la realidad, porque no tenía muchas opciones. Solo podía seguir adelante, y seguir, y seguir. Así que terminé de ponerme en pie, volví a limpiarme como pude las lágrimas, resoplé un poco y salí para reunirme con el resto, con una idea en mente.

Cuando me uní al grupo, vi que no estaban ni ese Teniente, ni Keira, y que Zach estaba con Eve.

-Teniente Roan, dígame. ¿Esa... intervención complicada de la que ha hablado? ¿Qué necesita? -también quería saber en donde estaba la soldado. Si no estaba allí, a dónde había ido -. ¿Y Keira?

Todo es un desastre. Eve va... a morir y está desesperada. Claire parece muy afectada y sale corriendo y después, por si eso fuera poco, esos dos soldaditos de juguete empiezan a discuitir.

La verdad es que Zach ha dado en el clavo. Ya han cumplido con nosotros. Si lo que quieren es ver quién mea más lejos, que se marchen y si se van a quedar, que se comporten. Pero mientras Zach abraza a Eve, veo a la soldado esa que se va y vuelve cabreada y medio llorando. ¿Habrá visto a Claire?

La puerta se cierra tras ella cuando desaparece en el hueco de la escalera y entonces, Claire regresa.

-¿Estás bien? -le pregunto, acercándome preocupada. Pero ella solo tiene ojos para Roan y una pregunta. 

¡Dios! ¿Existe una posibilidad de salvar a Eve?

Entras en la planta baja dando un portazo, y caminas hacia la entrada apartado todo a tu paso con golpes y sin ningún miramiento. El sigilo había sido tu compañero hasta ese momento, pero nunca más. Saltaste por encima de varias sillas, apartaste con malas formas un carrito y finalmente, llegaste a las puertas de entrada, que habíais cerrado.

No te preocupaste de nada más que salir y una vez rodeada de la noche, bajo el fulgor de la luna y las sombras sin sol, empezaste a disparar, esperando con ello atraer a cualquier cosa.

Eras una depredadora. 

Mientras habláis y esperáis, escucháis varias ráfagas de disparos que vienen del exterior.

Tras pegar un par de tiros al aire, buscando hacer ruido y atraer a lo que coño hubiera cerca, saqué un par de cartuchos y los introduje en mi escopeta. Ya casi no me quedaban, pero no me importaba. Tenía mis armas cargadas y estaba dispuesta a enfrentarme a cualquier cosa que apareciera. Quería ver el mundo arder, hacer cualquier cosa pedazos, y no estaba dispuesta a descargar mi ira con aquellos que habíamos encontrado o con los soldados que me habían acompañado. Así que me quedaba esto. Estábamos en un puto apocalipsis y no había nadie para impedirme que me comportara como una jodida lunática. 

- ¿¡A qué coño estáis esperando!? - grité en la misma puerta del hospital, alzando los brazos, sin apenas sentir el dolor de mi pie notando como mi cuerpo de nuevo se encendía y me hacía sentir viva - ¡Estoy aquí, joder, venid a por mí de una puta vez!

Mi corazón golpeaba mi pecho con fuerza, una y otra vez, rápido y veloz. Pero estaba lista, lo estaba y no podía pensar en nada más. Ya no me importaba quien muriese o quien viviese, si estábamos en peligro o cuales serían nuestros próximos pasos. Ahora solo podía pensar en estar allí, con la escopeta apoyada al hombro y buscando en la oscuridad cualquier cosa que se moviera lista para abrir fuego.