Partida Rol por web

Había aceptado la pistola del sargento, dado que había perdido mi rifle de caza después de que nos arrebataran las armas en aquella granja de los horrores. Esperaba volver a encontrarme con Highway y poder devolverle el arma. No me gustaban los militares, nunca me habían agradado por lo mucho que me recordaban a mi padre, pero el sargento, pese a ser el que más me recordaba a él, había demostrado ser un buen tipo.

Aquella sería la primera vez que nos separábamos, más aún en un grupo tan pequeño. Zach y yo solos... Como si fuéramos los Batman y Robin apocalípticos. Iba a ser una misión arriesgada y puede que ni siquiera viviésemos para llegar hasta nuestras familias o reencontrarnos con los otros integrantes del grupo, pero debíamos arriesgarnos.

-¿Creéis que Roan dice la verdad? -saqué de pronto el tema, intrigado por la opinión que podían tener Zach y las chicas-. A ratos lo veo un tío muy analítico e inteligente, y otras veces me parece un cantamañanas que se lo está inventando todo. Ni siquiera me encaja mucho en el perfil de militar. Casi parece más un deportista o el hijo de un magnate millonario.

Finalmente, nos ponemos en marcha y he de decir que no lo lamento. No me gustan los malos rollos que hay entre esta gente, y aunque me caen bien, me siento mucho más cómodo con mi grupo, los mismos que estábamos al principio y que hemos conseguido llegar hasta allí.

Pero ir por las alcantarillas... es una mierda.

-Jo, esto apesta, gente. Espero que los zombies no tengan atrofiado el sentido del olfato y así no se atrevan a venir por aquí, al menos -digo, sin dejar de caminar.

Me fijo en la actitud de Claire y Keira y una punzada de envidia me asalta sin quererlo. Me alegro por ellas, pero joder, qué suerte ha tenido Claire al encontrar a alguien. Y yo no sabía que le iban las tías, eso sí que ha sido una sorpresa. Pero bueno, supongo que hay de todo y me cae bien, así que bien por ella. Cuando Keira la agarra para darle un beso, y escucho a Larry, aprovecho para evitar mirarlas y darles un momento de intimidad.

-Mira, tío, yo pienso que habla mucho y dice muchas cosas, y me cuesta creer que sea mentira. Así que sí, le creo, pero no confío en él. Me parece que va a su rollo y que en cualquier momento puede dejarnos tirados. Prefiero jugármela con vosotros, la verdad. Al menos si palmo, lo haré entre amigos que sé que harán todo lo posible por ayudarme.

Me guardé la despedida con el otro grupo hasta el último momento, pero la apuré tanto que cuando llegamos al desvío que separaría nuestros caminos ya no se daba el contexto para hacerlo. Todos estábamos tensos, muy nerviosos, y cada uno andaba ya con la atención puesta en cualquier ruido o movimiento que pudiera distinguir entre la oscuridad que le quedaba delante y en cada recoveco. 

Así que no pude más que ralentizar mi paso mientras los fui viendo perderse por el otro túnel uno a uno. Esa sería la última imagen que me llevaría de ellos, o al menos de algunos. Era muy poco probable que todos tuviéramos éxito. 

Pero ahora tocaba hacer lo posible por tenerlo, y yo tenía que aportar mi parte para que fuera así. Apreté el paso en dirección a mi grupo y me puse en cabeza, teniendo cuidado de abarcar con el haz de luz cualquier punto muerto que viera por las paredes. Tenía que estar alerta y seguir la ruta que nos marcara Roan sin desorientarnos.   

Vuestro grupo avanzaba y a la vista de lo que señalaba la pequeña brújula que tenía Keira, parecía que ibais en la buena dirección. Las alcantarillas continuaban apestando tanto como siempre, pero no estabais encontrando ningún problema para avanzar, más allá del barro que arrastraban vuestros pies.

Keira calculó bastante bien cuándo debíais girar para dirigiros hacia el hospital y llegado el momento, todos os detuvisteis. Si vuestros cálculos, o los suyos, eran correctos, el hospital debía estar muy cerca.

A pesar de las indicaciones de Roan, Jack tuvo que hacer frente a varios desvíos imprevistos que según todos los cálculos, os estaban alejando de las coordenadas previstas.

Recorrer aquellos conductos más tiempo del necesario, no debía ser un problema, más allá del tiempo que suponía para vosotros, pero la verdad es que no era así. Al poco tiempo, empezasteis a escuchar algunos sonidos o ruidos que no lograbais identificar, pero que parecían indicar que había algo o alguien más allí abajo.

El adentrarnos en las cloacas no era agradable, pensando en toda la mierda que tenía que haber allí abajo, junto a ratas, etc. Jack iba en cabeza, por llevar la linterna, y Roan a su lado dándole indicaciones. John y yo cerrábamos el pequeño grupo de boy scouts.

Tenía las botas caladas de la apestosa agua que discurría por aquí. No parecía que hubiera zombis por los alrededores, ni supervivientes que se hubieran escondido en este lugar. La verdad es que no sabía qué nos encontraríamos, pero seguro que algo nos sorprendería... era nuestro sino. Confiaba que llegar al stryker no supusiera la pérdida de algún compañero y tod@s saliéramos vivos de esta.

Voy avanzando cerrando la formación, en silencio y moviéndome con cuidado. Estoy atento a cualquier sombra, ruido o pequeño movimiento que vea o escuche. El arma preparada para cualquier problema.

 Staci caminaba agarrada fuertemente de la mano de Tessa, temerosa de que en cualquier momento pudiera saltar algo y ella no pudiera defenderse. Le molestaba que, luego de haber avanzado tanto en lo que era la supervivencia, ahora se encontrara nuevamente incapacitada para siquiera intentar protegerse por su cuenta.

 Al ver que el grupo se detenía, Staci aprovechó para descansar un poco las piernas poniéndose de cuclillas. Habían estado caminando un tramo considerable.

- ¿Estamos cerca, no? ¿Tenemos que subir?

Orientarse aquí abajo no era fácil. Demasiados desvíos, demasiadas elecciones de ruta por donde continuar. Empezaba a pensar que habíamos sido demasiado ingenuos al pretender que Roan recordara con detalle un camino que hizo hace días, a la carrera y casi a oscuras por este laberinto. Estaba bastante seguro de que nos habíamos perdido.   

Durante un rato avanzamos en un silencio solo roto por el chapoteo de nuestros pasos. Al fijarme en la mueca de sufrimiento del pobre John con cada zancada por ese agua turbia, no pude evitar alegrarme de que en la granja no me hubieran quitado también las botas reglamentarias. Pero del hedor que impregnaba los túneles ninguno podíamos escapar. Un olor sofocante, insalubre, que se filtraba hasta los pulmones activando en el cerebro un pensamiento subliminal, que intercalaba la palabra "tóxico" u otra derivada entre cualquier cosa que intentara imaginar para evadirme.  

En cierto punto del camino hice una señal para detenernos. Los túneles traían una especie de murmullo distorsionado por el eco, un sonido que no era identificable todavía pero que casi todo lo que podía implicar era malo para nosotros. Miré rápido hacia las paredes, por si veía algún hueco donde esconderme, pero mientras pensaba en esto otro fotograma mental apareció al lado de la palabra "veneno" y decía "linterna". Apagar la linterna, claro joder, básico para pasar desapercibido. 

Así pues pegué la espalda contra la pared, a oscuras e intentando convencerme de que el fuerte olor ambiental ayudaría a que lo que sea que viniera no nos detectara y pasara de largo. Pero por si acaso sujeté con fuerza el palo que encontré en el bosque.  

Cuando nos detuvimos, todos miramos hacia la escalerilla que subía. Si estábamos cerca del hospital, tocaba subir y arriesgarse, pero... ¿y si no estábamos donde debíamos?

-Supongo que sí, que habrá que subir, pero con cuidado -digo, mirando a todos, claro que la gran pregunta que nadie hace es quién va a ir primero.

Estoy cansada, sobre todo de tener que arrastrar los pies bajo el lodo, y siento los gemelos tensos, pero ahora mismo solo me importa si estamos o no cerca del hospital y el peligro que vamos a correr. Llevamos ya muchas cosas juntos y confío en todos, y sé que Keira nos cuidará, pero tengo miedo, más que antes, quizás porque estamos más cerca del final que nunca.

Al apagar las linternas, y quedaros quietos, pudisteis oír con más claridad todos los sonidos que os rodeaban. No había ruido de agua circulando, por lo que seguramente, todos los sistemas de agua corriente de la ciudad estarían detenidos, pero además, se escuchaba un sonido extraño, como si algo se arrastrase por el agua, cada vez más fuerte, moviéndose lenta pero constantemente hacia vosotros.

Sin luces, y sin hacer ningún ruido, todo parecía ser peor de lo que quizás era... o no, pero fuera lo que fuese, estaba ya muy cerca.

Si nadie quiere intentarlo, iré yo -digo, adelantándome. No ganábamos nada quedándonos allí y alguien tenía que asomarse. Otros se habían jugado la vida por mí y ahora también me tocaba mi parte. Así que me acerco a las escaleras y comienzo a subirlas.

Cuando llego arriba, empujo la tapa. Es la hostia de pesada, pero consigo por fin levantarla un poco y moverla, y una vez hecho, terminar de quitarla para salir.

Y entonces, me asomo.

Joder, que no haya nada. Qué estemos cerca del hospital. Qué estemos cerca...

Zach se asomó y miró en la superficie, girando sobre sí mismo 360º. Encontró el hospital no demasiado lejos de donde estaban, pero sí con un problema. Tenían todavía unos metros que recorrer... y no estaban solos. Las rejas que rodeaban el hospital estaban rodeadas de zombies gruñendo e intentando entrar, y la única razón por la cual aún no lo habían hecho era porque no sabían escalar, pero su peso no tardaría en ser suficiente como para echar alguna de las rejas abajo. 

Si todo estaba cerrado, solo había una manera de entrar, y esa era haciendo lo que ellos no podían. Con esta información, volvió a cerrar la tapa de la alcantarilla y a bajar.

Vale, tengo una buena noticia y una mala -les digo a todos, una vez vuelvo a bajar a las apestosas alcantarillas -. La buena es que estamos cerca del hospital. Hemos acertado a la primera. La mala es que está rodeado por zombies de mierda. Si queremos entrar ahí, vamos a tener que correr mucho y bien y saltar alguna de las rejas. No veo otra manera de hacerlo.

Bien pensado, es una noticia de mierda. La verdad es que esperaba que no fuese necesario correr para entrar, pero estaba claro que no, que allí era todo jugarse la vida de una forma u otra.

Me preocupaba hacer que nos perdiéramos en esas asquerosas alcantarillas, pero finalmente conseguimos dar con una salida sin más problemas que aquel olor y la humedad. Nada de mordedores, de lobos, de gigantes... parecía mentira dada la suerte que habíamos tenido los últimos días. Cuando Zach nos confirmó que estábamos en el hospital una sonrisa se dibujó en mi rostro mientras llevaba la vista hacia Claire, pero no tardó en borrarse cuando comentó que el lugar esta sitiado por aquellas jodidas cosas. Estaba siendo demasiado fácil. Así que de nuevo nos tocaría ingeniárnosla de alguna forma para entrar, pero sería mejor no hacerlo con una horda siguiéndonos o aquellas vallas no durarían mucho si todos se echaban encima. Ya lo había visto antes.

- Mierda... - murmuré, bajando la cabeza al suelo mientras intentaba pensar en algo - Podemos crear una distracción. ¿La salida de la alcantarilla está limpia? - le pregunté a Zach - Uno de nosotros podría salir ahí, alejarse, montar algo de ruido para alejarlos del hospital y mientras esas jodidas cosas van a ver qué ha sonado, que los demás se cuelen en el interior. 

No debía ser tan difícil, ¿no? bastaría con llamar la atención de los que estaban más cerca del camino. Puede que en grupo fuesen un peligro, pero no eran demasiado listas, por lo que podríamos engañarlas. Solo necesitábamos algo de ruido y largarse del lugar antes de que llegaran. Lo difícil sería que esa persona volviera a juntarse con el resto del grupo una vez se hubieran separado.

- Yo puedo hacerlo. Romperé algún escaparate o las lunes de un coche, tendría que ser suficiente... en cuanto un par se pongan en marcha el resto los seguirán como ovejas - me ofrecí sin mirar a Claire, sabiendo que no querría que lo hiciera, pero si su madre estaba ella tenía que hacer lo que estuviera en mi mano para ayudarla. Se lo debía - Buscaré otra forma de entrar y me reuniré dentro con vosotros. 

Según íbamos avanzando, más creía que estábamos perdidos. Los dos tenientes iban mirando las intersecciones con cara de no saber nada.

-Joder, este no se acuerda ni dónde coño está el stryker.

De repente, Jack apaga de improviso la linterna y se pega a la pared. Sin ningún tipo de aviso, los demás nos quedamos petrificados en la oscuridad. Agarré a John y a Roan, recordaba su posición segundos antes, y los arrastré hacia la pared donde se había agazapado Jak.

-"Pegaros a la pared y agacharos. Y nada de ruidos." Dije en un susurro...

La oscuridad era total y el silencio también. Bueno, ahora que estábamos totalmente en silencio lograba escuchar el sonido de algo arrastrándose, que se iba acercando lentamente hacia nosotros. Era un sonido perturbador que hizo que se me pusiera la carne de gallina.

-¡De eso nada! 

Me salió del alma aquel grito, que lancé al mismo tiempo que agarraba el brazo de Keira para impedir que se fuese. 

Entendía su actitud y también me parecía lógica su propuesta; también era consciente de que no iba a poder impedir siempre que se arriesgase. Pero no estaba preparada en aquel momento para perderla. Si eso ocurría... no tenía demasiado claro si sería capaz de resistirlo. Keira se había convertido en mi centro de referencia, no solo en medio de aquel asqueroso mundo, sino de toda mi vida, así que si bien era una ventaja, porque a su lado era capaz de seguir adelante... también suponía que dependía de ella para hacerlo.

-Eso es muy arriesgado. Si la horda te persigue no solo corres riesgo de que te atrapen, sino de quedarte completamente sola y sin un sitio al que ir. No, no, hay que hacerlo mejor. La idea de romper unos cristales me parece bien, pero si vas tú, yo también. Al fin y al cabo, si estamos aquí es por mí sobre todo, ¿no?

Por fin, después de escuchar atentamente, el sargento se adelantó y pudo ver qué era exactamente lo que se acercaba hacia vosotros.

Parecía un cocodrilo... pero mucho más grande y deforme, como si hubiese sufrido algún tipo de mutación que lo hubiese transformado en una criatura terrible y al menos en apariencia, peligrosa.

-Lo de hacer ruido para atraer a los zombies mientras el resto entra en el hospital es un suicidio -le dije a Keira, coincidiendo con Claire en que dejar sola a la cabo podía ser demasiado arriesgado-. No sabemos cómo de fino pueden tener el oído esas criaturas y podrías alertar a demasiados. Y si te rodean, estás jodida. Al menos necesitas a alguien que te ayude...

Recordé que Claire necesitaba entrar en el hospital y que no se iba a separar de Keira. En cambio, Zach y yo teníamos que llegar a las casas de nuestras familias, por lo que no necesitábamos pasar directamente por el hospital.

-Podemos hacerlo Zach y yo -me ofrecí, sin pensar demasiado en las consecuencias-. Vosotras necesitáis entrar en el hospital. Nosotros nos encargaremos de montar jaleo. Creedme que soy bueno en eso. Si tenemos la oportunidad de reunirnos con vosotras dentro del hospital, nos reuniremos. Si nos vemos obligados a retirarnos demasiado para despistar a esos seres, aprovecharemos para buscar a nuestros familiares.

Has alcanzado una semana sin escribir. Si es que tienes algún problema, me vendría bien saberlo para continuar con los demás de forma adecuada. No hay ningún tipo de problema en ese caso. Pero si no das aviso, tendremos que seguir la partida sin ti.

Espero a ver qué me dices.