Partida Rol por web

Me había abalanzado sobre aquel coche, casi tirándome sobre él para empezar a empujar mientras Claire se montaba e intentaba arrancarlo de una forma poco afortunada. Cuando de pronto un sonido a nuestras espaldas hizo que me girase para ver aquella enorme masa de carne desplomada sobre un coche aplastado. Me quedé mirándolo durante varios segundos, esperando que se levantase de nuevo, hasta que entonces vi la sangre que manaba de su cabeza y miré alrededor para ver al responsable de aquello. Había sido el jodido Tom quien le había acertado en todo el coco, lo que me hizo sonreír antes de soltar un suspiro de alivio. Habíamos ganado tiempo, pero ni mucho menos estábamos a salvo, pues seguía habiendo un montón de esas putas cosas y no tardarían en pillarnos si nos quedábamos parados demasiado tiempo.

- Vamos, hay que arranc... - cuando me giré entonces y vi el tipo de coche que estábamos empujando, me detuve por completo. Me agaché y entonces miré a Claire por el espejo central y alcé los hombros como si no entendiera lo que coño estaba pasando - ¿En serio? Me cago en todo, ¿en serio, Claire? ¿No había otro puto coche? Que va... en un puto coche fúnebre. Me cago en la...

Me apoyé con ambas manos en la parte trasera y empecé a empujar junto a Jack que se había unido a nosotros, esperando que Claire supiese arrancar un coche así. No tardó en empezar a moverse y con algo de impaciencia empezó a probar a ver si arrancaba.

- ¡Espera que cojamos un poco más de velocidad! - le grité mientras empujaba, pensando en el que el puto tobillo me fallaría cuando menos lo esperase. No quería ser una carga, no otra vez, teníamos que salir de ahí - ¡Vamos Jack, con más fuerza!

 Staci, ciega como un topo, seguía las machas borrosas que suponía eran sus amigos. Mientras no le mordieran la cara, estaba segura. Lo malo es que se enteraría muy tarde de no ser seguro todo eso. Notó la estructura de una auto en sus manos al llegar al nuevo coche. Escuchaba que los demás estaban empujándolo, así que se decidió por ayudar a sus compañeros en la tarea.

 Increiblemente, la muchacha no solo logró empujar en el sentido correcto (a pesar de estar más ciega con Mister Magoo) sino que además empujó con una fuerza fenomenal; propia de una persona llena de adrenalina.

- ¡UAAAAGHHHH! ¡No veo nadaaaa!

Comencé a empujar cargando todo mi peso sobre el hombro derecho, pero a causa de la debilidad debida al agotamiento y la falta de comida no lo hacía con la fuerza suficiente. El brazo izquierdo empezaba a sangrar más despacio, pero el dolor en este punto me se me irradiaba hasta el cuello y este esfuerzo lo aumentaba. Temía que la herida se me hubiera infectado, así que luego tendría que acudir a Roan a ver si podía hacer algo. 

La ayuda de Tessa, Keira y Staci empujando a mi lado fue crucial para que el coche cogiera el impulso suficiente y el motor latiera de nuevo. 

Ya podía haber escogido otro coche -le digo al teniente mientras aceleramos y seguimos haciendo fuerza.

 - En cuanto pasemos por un concesionario abandonado cogeremos uno nuevo y del color que más os guste - le dije mientras empujaba con la espalda y ofreciéndole la mejor sonrisa ojerosa que podía mostrar en ese momento. 

Una vez el coche arrancó dejamos de empujar y entramos en el coche. Yo me metí en la parte de atrás directamente, por nada del mundo separaría a las dos tortolitas ocupando un asiento delantero. Ay Keira, quien te ha visto y quién te ve, pensé sonriendo para mis adentros. 

Efectivamente, al final conseguisteis arrancar el coche fúnebre. Claire se ocupó de mantenerlo en marcha mientras todos os subíais, aunque no aceleró después, porque todavía quedaba el otro coche. Roan no había logrado lo mismo. El que había escogido sin duda estaba mucho peor, así que o bien iban todos en el mismo, o volvían a intentarlo en uno diferente.

Mientras tanto, a lo lejos, se oía cada vez más cerca el griterío que debía corresponder a la masa de zombies aproximándose a vosotros.

Voy rápidamente a empujar el coche que ha escogido Claire, que por cierto tiene un gusto pésimo, pero cuando llego, ya no es necesario. Entre Jack, Keira... y una sorprendente Staci, consiguen darle la suficiente fuerza como para que Claire logre ponerlo en marcha.

-¡Bien, joder! -exclamó. Rápidamente abro la puerta y miro al resto -, venga, vámonos de aquí que me huelo que el resto de zombies no tardarán en llegar.

Al mirar hacia el otro coche veo que hemos tenido suerte al elegir porque Roan no tiene tan buena mano, aunque eso sí, parece que escoge coches con más estilo.

John no era un hombre de guerra así que el genial disparo de Tom le pasó un poco desapercibido. Acostumbrado a ver al ejército en las películas suponía que esa clase de tiros eran normales dentro del mundo militar.

Desaparecido el peligro ya podían pararse a pensar en lo que hacer. Había que poner algún coche en marcha y algunos ya empezaban a empujar así que se dirigió al resto del grupo y arrimó el hombro como pudo.

Con el impulso del Padre, Roan se bajó y con la puerta abierta también ayudo a empujar y cuando consideró que llevaba un impulso decente se montó y giró el contacto de las llaves con la esperanza que el X6 arrancara.. en teoría era mejor coche que el anterior, pero nada resiste unos meses sin uso, ni la mejor tecnología alemana puede aguantar el desuso.

-Vamos pequeño, vamos - la verdad es que de pequeño no tenía nada. Coches así se habían popularizado en america en los últimos años.

-Hay que pirarse mientras aún podamos... -comenté, coincidiendo con Zach en que lo que se avecinaba parecía tratarse de una horda de zombies.

Sin embargo, advierto que Roan no ha tenido tanta suerte de hacer arrancar su vehículo y, en esos momentos, el sacerdote está intentando echarle una mano para lograrlo. "Lo único que nos faltaba es perder al único tío que parece saber un poco sobre el virus este" me dije para mis adentros.

-Voy a echarle una mano al curilla -le indiqué a mis compañeros, mientras me dirigía hasta el coche de Roan y ayudaba a John a empujar-. ¡Vamos, padre! ¡Entre los dos lo lograremos!

Finalmente, el coche arrancó, a regañadientes pero arrancó. El empujón del padre, y en menor medida el de Larry, sirvieron y ya solo tenían que escoger la buena dirección hacia la ciudad. Por fin podrían ir a donde quería y encontrar su vehículo, solo o con alguien más.

Al fondo ya podía verse a la horda zombie muy cerca, así que no tenían tiempo que perder.

Ambos vehículos se pusieron en marcha y dejaron atrás aquel lugar que no les había traído más que problemas y peligros.

Finalmente, llegasteis a los límites de la ciudad sin mayores contratiempos. Los vehículos no tenían demasiada gasolina, pero tampoco os hizo falta más. Cuando os detuvisteis, ambos motores rugieron pidiendo más agua, más aceite y más descanso, mientra hacían un ruido ensordecedor.

Pero lo importante era que había llegado el momento de tomar una decisión sobre quién y a dónde ir.

Los dos coches avanzaban hacia la ciudad a un ritmo continuo, hasta que se pararon por falta de gasolina; aunque habían llegado a su destino. Estábamos en los límites de la urbe, algún que otro edificio y alguna nave aparecían aquí y allá. Todo parecía abandonado, no había muertos ni vivos en los alrededores. Había un silencio sepulcral en toda la zona, solo interrumpido por el ulular del viento en algunos puntos.

Habíamos conseguido llegar con vida hasta aquí y eso era todo un logro, viendo el heterogéneo grupo que éramos y sin casi armamento. No había sido nada fácil, pero aquí estábamos: hambrientos, sucios, tristes o alegres, heridos o solamente cansados. La realidad era que, en nuestro periplo por el bosque, lo acontecido nos había cambiado a muchos de nosotros, sea para bien o para mal. Ya no éramos los mismos de hace unos días.

-"Bien, ha llegado el momento de tomar una decisión. De separarnos o de seguir juntos. Cada uno que vaya dando su opinión de lo que pretende hacer o desea intentar. Yo hablaré el último si no os importa, prefiero oír todas las opiniones antes de dar la mía."

Miro a cada uno de mis compañeros, ¿o tendría que llamarlos ya amigos?, esperando sus respuestas. De fondo se ve la ciudad, como un gran cuadro pintado por algún autor impresionista desconocido, con el sol en su cenit...

Viajando en la parte de atrás del coche fúnebre, pasé el trayecto con los ojos cerrados y la cabeza pegada al cristal de la ventanilla. Pensaba en qué haríamos ahora. Por mi parte, las esperanzas que tenía puestas en que aún sobreviviera alguna estructura de poder más o menos organizada se habían tambaleado de forma drástica. No después de las cosas que había visto. Nada estaba preparado para hacer frente a esto. Nada. 

¿Qué me quedaba entonces?. La respuesta la conocía bien. 

Luchar, cada día, mientras consiguiera sobrevivir. Pero una existencia así carecía de sentido. Necesitaba una razón, algo tangible que pudiera agarrar y usarlo para avivar el fuego. ¿Mi familia?. No sabía nada de mis padres desde hacía tiempo. Ni de mi hermana. Debería ir a casa, pero tenía la sensación de que lo que iba a encontrar sería una estocada de la que no podría reponerme. Aferrarme a la punzante incertidumbre seguía siendo mucho más fácil que enfrentarse a la cruda verdad. 

Y mucho me temía que nuestros jóvenes compañeros ni se planteaban esto. ¿Como encajarían el golpe?. Quizá alguno tuviera suerte y se reencontrara con sus seres queridos, al menos con algunos de ellos, pero era muy improbable que todos tuvieran su escena feliz. ¿Que harían después?. 

Cuando el coche soltó su último aliento, bajé y me reuní junto al resto. Yo también me guardaría la palabra para más tarde. Necesitaba escucharlos primero para tomar mi propia decisión.  

El viaje en coche no duró demasiado, aunque fue lo suficiente como para poder relajarme sintiendo la brisa que entraba por la ventana y acariciaba mi rostro. Joder, hasta eso lo echaba de menos. Coger la moto e ir a dar una vuelta sin un destino fijo, tan solo por el placer de conducir. En cambio ahora, incluso eso parecía algo peligroso, con todas las cosas que había ahí fuera y que al parecer ni siquiera conocíamos de su existencia. ¿Qué eran esos putos lobos enormes, ese ogro deformado que había reventado la ambulancia? Nada de aquello era normal, incluso dentro de aquel virus. Qué coño iba a ser lo próximo que nos encontráramos.

Miré a Claire y sonreí de forma algo tonta, viendo lo guapa que era, lo valiente que había sido desde que nos habíamos conocido. Tenerla cerca me hacía querer continuar con aquello y no abandonarlos y dármelas por mi cuenta, puede que incluso empezase a cogerle algo de cariño a los demás, aun sabiendo que no debería hacerlo. Pero ella… acerqué mi mano a la suya para acariciarla con suavidad, para apretarla entre mis dedos, cuando entonces el coche empezó a fallar. Demasiado había durado aquella paz.

Cuando finalmente nos detuvimos y empezamos a bajar de los vehículos, vi lo cerca que nos habíamos quedado de aquella monstruosa ciudad. Aquellos lugares nunca me habían gustado, demasiada gente, demasiados desconocidos. Siempre había preferido el campo y los bosques, había deseado vivir en alguna casa en mitad de la nada con un perro que me hiciera compañía. ¿Podría llegar a cumplir eso alguna vez, incluir a la Claire en la ecuación?

– Yo ya tomé mi decisión antes de salir del bosque, en el río... – la miré frunciendo el ceño con suavidad y luego miré a los soldados con los que había estado los últimos días – Yo voy con Claire, trataremos de buscar alguna armería por el camino, quizá no hayan saqueado todas las tiendas. Iremos a buscar a su familia, si queréis venir con nosotras o ir por vuestro camino… como queráis, pero voy a acompañarla

 Staci se bajó del auto dando tropezones y se mantuvo cerca de aquellas manchas amigables para no ser presa de manchas menos amigables. Escuchaba que Tom ya planteaba la necesidad de decidir las rutas en caso de separarse, lo que pilló ansiosa a la chica prodigio que actualmente se encontraba incapacitada para tomar una libre decisión debido a sus limitaciones visuales. Seguramente seguiría al grupo en el que se encontrasen la gente que más conocía: Tessa, Claire, Larry y Zach (pensar que esa lista era tan larga hace solo unos días). 

- Pues yo... yo estoy casi ciega... iré con cualquiera de los dos grupos que vaya para alguna plaza de tiendas y pueda arribar a una óptica. Supongo que serán Keira y Claire. En cuanto al tema de mi familia... realmente no creo que estén en peligro, así como tampoco creo que se hayan quedado en un mismo lugar. Por lo que no es lo que me mueve en este momento...

 Realmente sonaba muy pragamático su discurso, tal vez demasiado como para ser verdad. Pero el nerviosismo que caracterizaba a Staci no se notaba cuando esta hablaba de su familia; como si no fuera una preocupación de la adolescente que ellos estuvieran en peligro. Para ella era evidente que la que más peligra había experimentado era ella.

- Sin embargo, en caso de mi familia se haya ido, vale mencionar que mi casa es un buen refugio en caso de que alguno quiera considerarlo. Poco importa que sea de mi familia ahora que todo esto esta sucediendo... la Mansión Philippi cuenta con instalaciones muy seguras...

No había hablado en todo el trayecto y simplemente, había mantenido la vista fija en lo que nos esperaba delante, mirando únicamente de vez en cuando hacia atrás y sobre todo, a mi lado, a Keira. Sentía ganas de acercarme a ella, atraparla entre mis brazos como si fuese una prisión, para que jamás escapara de mi lado ni tampoco entrase nadie a molestarnos.

¿Acaso había perdido el juicio, pensando únicamente en nosotras dos, en lugar de preocuparme por todo lo que le estaba sucediendo al mundo? 

Yo misma obtuve la respuesta. No, no estaba loca. Simplemente, me estaba concentrando en lo importante, lo único que hacía que vivir mereciese la pena, puesto que a pesar de ser efímero, le daba un sentido a todo lo que nos sucediera. Sin darme cuenta, desde que habíamos reconocido lo que sentíamos la una por la otra, todo había girado entorno a ella. Quería encontrar a mi familia para poder estar con ella; escapar de aquella ciudad de muertos para vivir un día más a su lado; encontrar un lugar en el que estar seguras... para compartir mis sueños con ella.

Cuando nos detuvimos y llegó el momento, reflexioné sobre la obcecación de mi objetivo. ¿Estaría siendo sensata? El vehículo de Roan ofrecía una gran oportunidad, pero la impaciencia era muy superior a mí; bueno, eso y mi forma de ser, jodidamente directa e impetuosa.

Cuando Keira volvió a declarar lo mismo, me agarré a su brazo y apoyé mi cabeza en su hombro. La necesitaba, no me había percatado cuánto. Staci se apuntaba con nosotras. Era mi turno.

-Yo voy al hospital. Si mi madre está viva aún, estará allí o al menos, sabrán a dónde habrá ido. Por el camino, una óptica para Staci y cualquier cosa que nos sirva. Podemos encontrarnos después con los demás -dije, con seguridad y sin dudarlo un instante. Ya lo había hecho en mi cabeza y había tomado una decisión. No había vuelta atrás.

Yo voy con ellas también -digo, sin titubear. En los momentos difíciles, Claire ha estado a la altura; también Keira, a quién he aprendido a apreciar, e incluso Staci, que ya no es la tímida niña incapaz de todo que tiene miedo hasta de su sombra. Además, si mi familia está viva, puede que la madre de Claire lo sepa, así que tiene sentido.

Tampoco es que tengamos que agobiarnos con encontrarnos. Si existe esa evacuación, todos acabaremos en el mismo lugar, ¿no? Pero la idea de quedar en el centro de la ciudad me gusta. De esa manera, tendremos un punto de referencia. Y si alguien no aparece... bueno, pues al otro lugar.

Nadie dice nada sobre lo que nos vamos a encontrar allí dentro. Con todos los zombies que hemos visto por el camino, ¿cuántos esperamos hallar en las calles? Trago saliva y me aproximo a Claire. Siento que es el momento de la verdad.

-Yo voy a ir a buscar a mis padres -dije, sin vacilar. Era una decisión que ya había tomado desde hacía tiempo.

Me la sudaba bastante lo que quisieran hacer los demás. Mi prioridad era mi familia. Dudaba mucho que pudiera encontrar a mi hermano Luke. Si ya de por sí era un pendenciero que pasaba poco por casa, en pleno apocalipsis sería imposible encontrarlo. Pero mi padre, y sobre todo mi madre... Tenía que encontrarlos. Siendo sinceros, que a mi padre se lo comiera un zombie era cruel, pero incluso tolerable. Nunca había tenido una buena relación con el sargento. Pero mi madre... Era una buena persona. No merecía morir, y debía encontrarla.

-No me importa lo que hagáis los demás -reconocí, en tono un tanto brusco-. Sí, hemos formado un grupito guay. Ok. Pero cada uno tenemos a nuestros propios seres queridos de los que preocuparnos y, en mi caso, mis padres son lo primero. -No quería sonar borde, en especial porque había integrantes del grupo a quienes apreciaba, no sólo entre los supervivientes de la casa de los Miller-. Solo sugeriría que primero establezcamos una especie de "punto de reunión", un edificio que podamos usar como zona segura para reunirnos después de encontrar a los nuestros. Démonos un plazo de, no sé, ¿tres días? Si en tres días alguien no ha aparecido en el punto de reunión, se le dará por muerto y los demás seguirán sin él.

En tres días ya no quedará nadie en la ciudad. La evacuación es mañana -digo, enfadada, no sé por qué. Quizás porque una cosa es querer buscar a nuestras familias y otra decir que te da lo mismo todo lo demás.

Yo tengo que ir a buscar a mi hermana, así que estoy igual que tú. A mí me parece que lo mejor será ir en grupo en busca de todas nuestras familias, una por una y el que no quiera, pues quedamos como ha dicho Claire en algún lugar y punto, pero no dentro de tres días. Mañana a esta hora como mucho.

Me acerco a Larry y coloco una mano sobre su hombro.

-Te ayudaré a encontrar a tu hermano, bro, pero me vendrá bien tenerte a mi lado para encontrar a Diana.

Roan también tenía familia, para sorpresa de algunos, y así lo hizo saber:

-Mi hermano también está por la ciudad...en uno de los centros deportivos para deportistas de élite. Que esté un pelín aislado es lo que me hacen mantener la esperanza que siga vivo... - se refería a una ciudad deportiva donde los canteranos de los equipos entrenaban y vivían.

No obstante, no quería dejar el vehículo, algo había de gran valor dentro para Roan... si no, no se explicaba porque insistía tanto:

-Y por otro lado está el vehículo, que insisto, aunque no lo podamos mover hay radio y un portátil satelital dentro que nos daría una información muy valiosa...además el camino por las alcantarillas es quizás el más seguro: habrá auténticos enjambres de zombies, los he visto, ir por la superficie es una locura-así lo pensaba Roan.

-Me parece bien lo del punto de encuentro, podría ser en el mcdonalds que hay justo antes de llegar a la avenida del puerto, donde será la evacuación...desde allí habrá unos 20 minutos andando a los muelles- Roan había sido el primero en proponer un sitio.

Allí estábamos formando un círculo con la vista de la ciudad al fondo. Escuchaba la opinión de cada uno en silencio. Pero no me gustaba nada. Seguía siendo partidario de establecer una ruta y movernos juntos. Separarnos me parecía una idea de locos, un movimiento movido por el ansia de cada uno al estar tan cerca de sus objetivos personales. 

- La idea de separarnos es muy mala. ¿Lo sabéis verdad?. 

Los miré a todos y percibí en sus expresiones como mis palabras caían en saco roto. Lo lamentaba de verdad, porque estaba seguro de que a ese McDonalds no llegaríamos todos si las cosas se hacían de esa forma. 

- ¿Nadie se ha planteado que podría necesitar ayuda para salvar a sus familiares?. ¿En cuantos grupos nos vamos a dividir?. Tom está herido en el hombro, Keira del tobillo y yo ahora mismo apenas puedo mover este brazo. Apenas tenemos armas, y las que hay ¿como las vamos a repartir?. Son muchas preguntas, muchas...

Les dí la espalda y me concentré en la ciudad. Si toda la población había caído, hablábamos de decenas o cientos de miles de zombies cubriendo las calles, escondidos tras cada puerta, al doblar cualquier esquina. Quizá el trayecto por las alcantarillas deberíamos hacerlo juntos y que Roan nos guiara hasta su vehículo. Y desde allí, en el vehículo o no, movernos hacia cada uno de nuestros objetivos. La información de ese portátil podría sernos de mucha ayuda en caso de que funcionara. Quizá pudiéramos acceder a planos detallados de la ciudad o las alcantarillas, por ejemplo. Nunca había tenido acceso a esa red. 

- Deberíamos ir todos juntos, al menos, hasta el coche de Roan. Él ya ha pasado por las alcantarillas, y con suerte recordará el camino sin perderse. Ir por fuera a pié es un suicidio. Una vez allí ya pensaremos como movernos. 

Me volví de nuevo hacia el grupo, esperando que entraran en razón. Aunque me temía que no iba a ser así.    

Estuve escuchando las decisiones de cada uno, sólo quedábamos John y yo por hablar. Se habían formado tres grupos diferentes: las chicas por un lado, la pareja de colegas por otro y el dúo de los tenientes. Y cada uno quería ir a puntos distintos. Yo estaba indeciso, me había dicho a mí mismo que al llegar a la ciudad pasaría de todo y de todos, pero a la hora de la verdad seguía pensando en proteger al grupo. No sabía bien qué hacer... salir con vida de esta puta locura yendo a la evacuación, buscar un grupo militar superviviente para reincorporarme al servicio o intentar proteger a estos desdichados civiles hasta mi muerte...

-"Bueno, después de escucharos veo que cada cuál quiere hacer la guerra por su cuenta. Comprendo las ganas que tenéis de saber si vuestras familias viven o no, pero sabed que cuanto más disgregados estemos más peligro corremos. Yo no voy a decirle a nadie lo que tiene que hacer, ya tenéis pelo ahí abajo como para saber tomar decisiones importantes. Esto es lo que voy a hacer yo: como yo soy el único que sabe conducir el stryker, acompañaré a los tenientes a por el vehículo. Una vez que compruebe que está operativo, iniciaré una ruta que pase por los puntos que me indiquéis de la ciudad dónde se supone que estaréis, si queréis, terminando en el hospital para abastecernos de medicinas. Si por el camino veo alguna tienda de armas, comisaría o una óptica, pararemos para coger lo necesario. Lo del punto de encuentro lo veo bien, si por algún motivo no estáis cuando pasemos podemos quedar en un punto, el que quiera hacerlo: sea el McDonald, sea la casa de Staci u otro lugar. Por la noche me acercaré al puerto para investigar lo de la evacuación, no me fío ya de nada ni de nadie. Es preferible asegurarse de que no es una trampa, no debemos cometer el mismo error dos veces. Si veo que está todo correcto volveré e iniciaremos la evacuación de todo el que quiera ir allí. Respecto a lo que dice Roan de ir por las alcantarillas, daré mi punto de vista: sí es verdad que yendo por las calles podemos encontrarnos con cientos de muertos, vivos que quieran matarnos u otras cosas; pero es lo más directo y sabríamos movernos en la dirección que queremos. Si vamos por las alcantarillas, podemos tener el camino despejado, y digo podemos porque no sabemos si han entrado los muertos ahí, en cuyo caso no tendríamos escapatoria en esos túneles tan estrechos; además, no sabríamos a ciencia cierta si iríamos en la dirección correcta. ¿Alguna cosa más que añadir? Si no vais a decir nada más, será mejor que partamos ahora mismo, no nos sobra el tiempo. Y el que no esté de acuerdo con este plan, pues buena suerte y que le vaya bien."

Me acerqué a Roan y le indiqué que me siguiera un par de pasos para departir aparte del grupo. No quería que se enterara nadie de mi conversación. Mientras, los demás seguían hablando sobre qué hacer...