Partida Rol por web

Conseguí salir del coche por la puerta que había abierto Tessa detrás mío, me aseguré que ella había cogido la escopeta y que no tenía a ningún niño zombie que la pusiera en peligro y al fin alcé la vista y capté la situación en la que estábamos en todo su esplendor. 

La ambulancia tronaba con cada golpe de lo que fuera que había allí dentro, deformando el metal de la carrocería. No podíamos pasar ni un segundo más del necesario en este maldito lugar. Con una mano cerca de Tessa por si tenía que agarrarla rápido para evitarle algún ataque, fui rodeando el coche patrulla en dirección hacia Tom. 

- ¡Vámonos cagando leches!.  

No veía claro como íbamos a entrar todos en el coche. Pero esta vez debía ser yo el último, así que esperaría fuera apremiando a todos a que entraran. A unas malas me aferraría a la carrocería en el último momento. 

Cuando vi llegar a Keira, respiré mucho más tranquila. No sabía por qué, pero con ella me sentía más segura, sobre todo en mitad de aquella locura.

-¡Rápido, sube! -le grité, sin dejar de dar acelerones.

Pero ella estaba en modo soldado y avisó al resto para que viniese, permaneciendo a la espera. La verdad es que de alguna manera tendríamos que entrar todos, pero no tenía ni puta idea de cómo íbamos a conseguirlo.

Y entonces vi todo lo que se nos echaba encima.

-¡Dios mío! -exclamé.

O salíamos de allí pero ya, o quizás no lo hiciéramos nunca. Miré a Keira, angustiada.

-¡VENID YA, JODER! -ladré, metiéndome en el coche y preparándome para salir a toda velocidad como si estuviese en la salida de una carrera de fórmula uno.

Por logra Jack salir del coche, con una escopeta y cartuchos en su mano. Ahora entiendo su interés por rebuscar allí, pero nos la estamos jugando y es solo gracias al sargento que aguantamos.

-¡Venga, vamos! -le apremio, dando la vuelta al coche y pasando por delante del sargento, en dirección al coche. Claire ha obrado un auténtico milagro consiguiendo arrancarlo.

Cuando llego, abro la puerta y entro sin perder tiempo.

-¡Joder, joder! -exclamo sin parar, mientras me aplasto contra el asiento y miro todo lo que sucede como si se tratase de un cine al aire libre.

Solo que yo también estoy en aquella película.

-¡Claire, sácanos de aquí, sácanos! -le pido, a punto de llorar. Jack llegó entonces y se quedó fuera, así que le di la escopeta. En aquellos momentos lo único que deseaba era irme de allí cuanto antes.

La cosa se estaba poniendo fea, muy fea. De un momento a otro sería sobrepasado por el número creciente de niños zombis. Por fin, Jack logró salir del coche patrulla ayudado por Tessa. Estos empezaron a correr en dirección al coche que había logrado arrancar Claire. Era una tartana pero ahora mismo era el bote salvavidas de esos cuatro. Me demoré un poco más dando empujones a los niños para dar tiempo a Jack y Tessa a llegar... y ese fue mi gran error. De repente aparecieron más niños, que me rodearon para intentar devorarme. Me vi superado y la única opción era intentar saltar por encima de un coche y, ya en el otro lado, salir corriendo como alma que lleva el diablo. Di unos cuantos empujones y patadas y salté por encima del capó del coche más próximo... pero algo no salió bien. Muchas manos pequeñas consiguieron agarrarme y no dejarme saltar hacia mi salvación. Del impulso que llevaba, me di un buen golpe contra el lateral del coche, quedándome sin resuello un instante. Notaba cómo las zarpas de estos miserables intentaban arrastrarme hacia ellos y tumbarme para devorarme lentamente. La adrenalina se me disparó, mis músculos se tensaron, mi corazón latía desaforadamente, mi cerebro pensaba más rápido que nunca... y me decía que este era mi final.

............

...............................

Logré darme la vuelta con mucho esfuerzo y apoyé la espalda en el coche. Con los brazos pillé impulso y di una patada bestial a los niños que tenía justo enfrente, aunque no sirvió de nada; eran demasiados. Como último recurso, saqué la pistola que me dió Staci y empecé a descargarla a bocajarro sobre las caras de los inocentes niños muertos. Debería de estar muy atento para no gastar todas las balas.

La última tenía un destinatario y no era otro que yo. Antes de que me comieran vivo prefería volarme la tapa de los sesos.

-Sabía que hoy no iba a ser un buen día.....

 No era muy recomendable correr sin mucho rumbo y con tanto nerviosismo encima, pero Staci no podía razonar con todas sus facultades en aquella situación. Y puede que haya sido su falta de consideración de que tan jodida era la situación o un simple error humano que le podía pasar a cualquiera, que la joven niña prodigio se tropieza con un roca y cae a un lado de la carretera, considerablemente lejos del auto.

 Y lo peor de todo no era eso: sus lentes, fuente de visión y guía para la chica, se le habían desprendido de sus orejas cuando ella cayó y los muy ladinos empezaron a dar volteretas hasta no poder verlos más; desapareciendo mientras rodaban por la banquina.

- No, no... ¡no! ¡No veo nada sin mis lentes!

 Desorientada pero consciente del peligro que era quedarse quieta siendo un pedazo de carne jugoso para los muertos; Staci se esfuerza por seguir corriendo. Lamentablemente, al no tener el sentido de la orientación activo por su vista borrosa, la chica prodigio corre sin dirección. Solo el destino diría si le acertó a la dirección hacía el auto o se dirigió hacia la mandíbula de un zombie.

Aún no había llegado hasta el teniente cuando vio que ya había conseguido escapar y se encontraba ya corriendo por su vida junto a Tessa. Vio que Tom, algo más lejos, tenía más problemas al haberse quedado atrapado rodeado de niños zombies e intentó correr hacia él para ayudarle pero tropezó y cayó de bruces contra el suelo.

Para cuando consiguió levantarse ya era demasiado tarde y le sería imposible llegar hasta el corpulento sargento.

Vaya, que mierda...

Se sentía impotente y pensó furiosamente.

¿Qué nos podría salvar? Algo, rápido...

Las embestidas de lo que hubiera dentro de la ambulancia no ayudaban a concentrarse pero se le ocurrió una idea descabellada.

Fuego. Necesitaríamos fuego.

La única opción era gasolina. En algún tanque habría pero no disponían de ninguna manguera para sacarla ni tampoco se veía ningún bidón. Y debido al riesgo de explosión prenderle fuego al depósito de un coche no era una opción.

¿O sí lo era?

- ¡Fuego! - gritó. - ¿Alguien tiene un mechero?

Si conseguían prender la tapicería de un coche cercano quizás consiguieran que los zombies dejaran en paz al sargento.

Menos mal que Claire ha arrancado un coche, porque la cosa pinta rematadamente mal. Estoy a punto de echar a correr hacia el coche cuando me fijo en que Staci ni siquiera corre en la dirección correcta. ¡Pero qué hace!

-¡STACIIIII! -le grito, saliendo tras ella hasta alcanzarla. Cuando lo hago, la agarro del brazo y la detengo, y entonces me doy cuenta. Ha perdido sus gafas y sin ellas, ve menos que un puto murciélago.

-Por aquí, joder. Ven por aquí -le digo, tirando de ella hacia el coche.

Cuando oigo al padre pedir fuego, meto la mano en el bolsillo, saco el mechero y se lo lanzo.

-Todo suyo, padre.

- ¡¡TOOOOOMM!!

No podría cargar con esa muerte en mi conciencia. No...Tom podía haber escapado pero se puso en riesgo para impedir que los niños zombie se colaran en el coche conmigo dentro. Yo no podía resignarme y dejarlo allí. 

El sargento no podía evitar comportarse siempre como un puto héroe. Lo llevaba en los genes. ¡Pero esta vez no iba a dejar que te llevaras tú los focos, capullo!. Tom fue para mi un referente en la base donde estuvimos destinados, y yo siempre me sentí acomplejado al no verme a su altura pese a tener un rango superior. Sentía cierta envidia de la buena relación que tenía con Keira y otros compañeros. Yo siempre estuve aislado. Nadie pensaba que yo estuviera capacitado para darle órdenes a soldados más competentes para la vida militar. 

Si había que elegir, él sería un miembro más valioso para el grupo que yo.  

Comencé a alejarme de nuestro coche abriendo fuego sobre el bulto de criaturas que lo agarraban con sus pequeñas mandíbulas abiertas. Tres pasos rápidos, un disparo y recargo...otros tres pasos, otro disparo y vuelvo a recargar. Miro de reojo la ambulancia a punto de reventar y también me doy cuenta de lo próxima que está ya la horda que viene hacia la carretera. Veo cerca un coche con la ventanilla rota y se me ocurre que a lo mejor esas criaturas huelen la sangre como los tiburones. No pienso con claridad, solo actúo. El corazón me golpea el pecho casi con la misma fuerza con que esa cosa aporrea la ambulancia. Así que desgarro mi antebrazo izquierdo con los cristales rotos conforme paso, y sigo disparando. 

Veo como algunos se vuelven hacia mi, pero no todos. No sé si Tom ya ha sido mordido. Puede que lo que estoy haciendo no sirva de nada. Tomar decisiones es tan difícil.....Creo ver que Staci, Larry, Zach y el padre, que quedaban rezagados, me miran como si fuera un idiota. Siento la mirada desconcertada de Keira, Tessa y Claire en la nuca, pensando que diablos estaba haciendo. Me viene el pensamiento de que no solo no he arreglado nada, sino que estoy convirtiendo el sacrificio de Tom en un acto inútil. 

.....

Claire....ahora si que parece que no volveré a verte. Siento tanto no haber estado a la altura....Incluso creo que te hubiera fallado a ti también si esa chica de la granja hubiera seguido insistiendo. 

- Dios mio, Claire....Claire...........- comencé a sollozar, al tiempo que me daba cuenta de que estaba rodeado. Lancé la escopeta hacia el coche de huída con todas mis fuerzas, al menos les dejaría un arma. Y comencé a correr hacia la ciudad por la carretera, esperando que al menos les hubiera dado una oportunidad para escapar. A Tom y a todos.  

Eres una maldita perdedora. A tu edad yo era la primera de la clase y tenía un futuro brillante, y mirate tú. De fiesta en fiesta, regresando borracha a las cinco de la madrugada, tirándote a todos los chicos que encuentras... Eres una desgracia, una auténtica desgracia, y no te importa nadie que no seas tú misma. ¿Quién te va a aguantar cuando yo no esté? ¿Quién lo hará?

Apenas había cerrado la puerta y mi madre estaba ya dándome su sermón habitual, solo que peor. Parecía que por fin había alcanzado su límite y que era el momento de soltármelo todo. Y la entendía, de verdad. Comprendía que se sintiese así, pero era culpa suya. Yo nunca había querido seguir sus pasos y al final, como siempre, era lo que ella decía. Siem-pre.

Y yo tenía mi orgullo. Si ella tenía el suyo, el mío no era mucho menor. y en aquellos momentos oscilaba como si estuviese siendo agitado por un viento huracanado. Había empezado a sollozar y sentía unas ganas terribles de golpearla y hacerle daño. La quería, mucho más de lo que ella pensaba, pero no podía demostrárselo. Solo le preocupaba la puta carrera y las putas notas. Y ya no podía más.

Así que no dije nada, simplemente subí corriendo las escaleras para llegar a mi cuarto y lanzarme a llorar sobre la cama, mientras en mi cabeza se repetían sus palabras como si se tratase del eco.

...no te importa nadie...

quién te va a aguantar...

... no te importa nadie...

Dentro del coche, todo se veía diferente. Tessa estaba dentro, y Keira esperaba afuera, mientras el infierno parecía caer sobre Tom y Jack, que había ido en su busca. Ambos parecían estar rodeados y con pocas posibilidades de salir con vida, así que apreté los dientes y metí la marcha.

Veremos si no me importa nadie.

-¡Tessa, agárrate a algo! ¡Keira, aparta y prepárate para subir en cuanto vuelva a por ti!

El coche salió a toda pastilla hacia Jack, sin perder más tiempo. Primero iría a por él y después a por Tom. Si Mahoma no iba a la montaña...

Sentí como las palabras de mi madre me empujaban con fuerza para salvar a aquellos dos miembros de nuestro equipo, porque si podía evitarlo, nadie más iba a morir, y mucho menos así. Manejé con habilidad, esquivando todo lo que había en el suelo y cuando llegué a su lado, ejecuté un derrape de película.

-¡JACK, SUBE AHORA! ¡SARGENTO, AQUÍ!

Me revolví entre las manos que trataban de agarrarme y le dí una patada en el pecho a un niño, que cayó de espaldas derribando a dos más. Seguí corriendo sin mirar atrás, buscando salidas a medida que más y más mordedores me cortaban el paso. No había prestado atención a la raja que me había hecho en el antebrazo, pero por el dolor y la sangre que sentía caer debía tener muy mala pinta. Aunque en cuestión de segundos me derribarían y comenzarían a arrancarme la yugular a bocados, así que ya no tenía sentido preocuparme por eso. 

Escuché de fondo una fuerte arrancada del coche. Algunos estarían escapando al menos, eso era bueno. Pero mi tiempo se acababa. Los ojos me escocían, estaba llorando, algo nada heroico. Tiré un amago y busqué salir bordeando un coche pero ya habían llegado los zombies del bosque. No tenía salida. Que sea rápido, que sea rápido...

De repente, otro fuerte chillido de ruedas derrapando por el asfalto seguido de varios zombies atropellados delante mío. ¡¿Claire?!, ¡¿Tessa?!.  

 -¡JACK, SUBE AHORA! ¡SARGENTO, AQUÍ!

Abrí la puerta trasera y entré como un rayo, cerrando de un portazo. Estaba aturdido, con los ojos muy abiertos viendo como Claire volvía a pisar a fondo y pasaba arrolladora entre la multitud para ayudar al sargento. 

Roan estaba indeciso sobre que hacer, los de autobús parecían estar mejor que los demás..se había desatado el caos, era previsible de todos modos: demasiada gente tocando en demasiados sitios. Tenía que pasar. Negó con la cabeza y disparó para dar fuego de cobertura a los que tuvieran los zombies más cercanos*.

Las balas silbaron con bastante precisión, o la suficiente tal vez para retrasar a alguno de los zombies, de todos modos, tenían que salir de allí...así que se acercó a un coche e intentó arrancarlo** pero no estaban las llaves. 

Salió sabiendo que seguramente no tenía hueco en el coche de Claire y sólo le quedaba probar en otro, o esconderse en el bosque...

Dejó el ford Focus atrás y buscó el más cercano...un chevrolet cruze y probó a entrar...las llaves estaban. Giró el contacto cerrando los ojos y rezando a Dios porque le concediera unos minutos más de vida, y a ser posible, intentar salvar a alguno más.

*click*

Claire había obtenido un vehículo, por lo que podía ser nuestra única vía de escape. Solo cruzaba los dedos de que la rubia supiera conducir. En una ocasión había visto una película de zombies, ¿o era una serie?, donde una pelirroja no dejaba de estrellar vehículos en las situaciones más adversas.

Keira había conseguido llegar hasta el coche en el que ya estaba Claire, así como Tessa y el bueno de Brannigan. No tenía ni idea de cómo íbamos a caber todos dentro, a menos que aquel fuera el coche de Krusty el payaso. Era eso o tener que dejar a alguien atrás, una opción que no me agradaba ni lo más mínimo...

Veo que Tom no tiene demasiada suerte corriendo y que Staci corría sin gafas, lo que no auguraba nada bueno para el provenir de la joven. Por suerte, Zach consigue agarrarla justo a tiempo y dirigirla en dirección al vehículo. Entonces tomé una decisión: No, no iba a dejar que Staci y mi colega Zach murieran a manos de aquellos niños zombies.

Sin pensármelo dos veces, echo a correr a toda prisa en dirección a Staci y Zach y ayudó a mi amigo a tirar del brazo de la muchacha en dirección al coche de Claire. Ya sólo quedábamos cinco de los diez jóvenes que acudimos a la casa de los Miller, y no dejaré que ninguno más de mis compañeros muera si puedo impedirlo.

Roan había conseguido arrancar el coche, a duras penas. El motor se quejó como si estuviesen intentando matar a alguien, pero con un ruido similar al que haría una moto de gran cilindrada, se puso en marcha, lanzando todavía más humo por el tubo de escape que en el que se encontraba Claire.

Al mismo tiempo, Larry consiguió llegar hasta Staci y Zach y juntos entraron en el vehículo, en donde ya estaban Tessa y Jack.

En ese preciso momento, los zombies de los laterales empezaron a adentrarse en la carretera y las puertas de la ambulancia se rompieron, dejando ver lo que había estado intentando escapar.

Lo que veían mis ojos podría haber sido una alucinación debida al estrés y la abundante pérdida de sangre, pero el sonido bestial que hizo la puerta de la ambulancia al salir despedida varios metros y la mirada de terror que compartíamos todos los presentes indicaban que aquello era muy real. 

- Jesús, que cojones es eso....... - dije con un hilo cansado de voz. 

Miré a Claire, tragué saliva y volví a mirar por la ventanilla. No quería quitarle el ojo a esa cosa. 

- Claire, no mires atrás y vámonos de aquí - notaba como tenía las ojeras hundidas en el rostro y me costaba enfocar la vista.   

Zach y yo habíamos conseguido salvar a Staci, subiendo al coche en el que ya se encontraban varios de nuestros compañeros. Suspiré aliviado, pensando en que ya habríamos conseguido salvarnos de aquellos mini-zombies infantiles, pero en ese momento las puertas de la ambulancia se rompieron y lo que salió de ella no era en absoluto agradable.

-¡¡JODER!! -exclamé, con un grito tan atronador que podía haber dejado sordos a Staci y Zach-. ¡Arranca, arranca, arranca! ¡Eso no es un zombie, joder! ¡Es un súper-zombie! -Pensé entonces en las teorías de Roan acerca de las cepas del virus que habían creado a los lobos que utilizaba la gente de Grace. ¿Era posible que aquel monstruo de la ambulancia hubiera sido creado de un modo similar?