Partida Rol por web

Previo:

- Supongo que tendremos que velar por la seguridad de la zona- cpntestó el elfo a Kilder.- Pero no hacer de soldados. Si ocurriera algo, avisar a las autoridades y que actuen- le dijo encogiéndose de hombros como si para él tampoco quedara muy claro.

Ahora:

Tharas siguió con el resto de la gente moviéndose de aquí para alla por el mercado. Le gustaba ver el bullicio de la gente, algo bastante raro en su especie. En varios puestos se paró y habló con los tenderos, pues eran varios a quienes ya conocía de haberles vendido pieles y carne de las piezas que cazaba con su padre.

Pese a que departía con mucha gente y veía todos los puestos, no dejada de vista al grupo y mucho menos a la muchacha. Se la veía contenta, viendo puestos de ropa y andando sin miedos. La cosa empezaba a funcionar... esperaba que todo siguiera igual.

La comida circula de lado a lado y de vez en cuando Gendrew les invita a comer un poco, nada pasa entre las personas salvo algún pequeño altercado provocado por el exceso de alcohol, pero que es rápidamente solucionado. Ustedes van de un lado al otro en dos grupos, Sedelon y Kilder y por el otro lado Lignindor, Tharas y Zenobia.

El evento se desarrolla con normalidad y la cena pasa a un show que provee Andolyn. Primero el fuego comienza a bailar y tomar diversas formas, desde un león cazando una gacela y esta tratando de escapar saltando obstáculos y demás hasta que finalmente el león la agarra y ahí el fuego cambia de forma y se comienza a aletear, transformándose en un dragón. Este comienza a tomar vuelo y se aleja del suelo, su ígneo aleteo parece hipnotizador. La bestia alada va tomando altura hasta casi desaparecer y la gente comienza a aplaudir, hasta que ven como una bola de fuego se acerca desde el cielo con una velocidad alarmante. La bola crece y crece al acercarse y también su tamaño crece hasta ser algo enorme y cuando está a unos cincuenta metros del suelo estalla formando una diversas formas que cubren el cielo como si fuera un tapiz.

Todos los comensales gritas extasiados ante el espectáculo, aplaudiendo hasta que les duele las manos. Esta mujer es impresionante y nadie la puede superar. Se escuchan gritos de alegría y otros que no lo parecen, la gente comienza a correr y se convierte en una estampida humana que intenta escapar de algo. La gente está desconcertada y no entiende porque corren los demás, pero los imitan a los que ya vienen corriendo por si las dudas.

La guardia entra en acción y trata de avanzar entre la gente, pero es casi imposible. El capitán nota esto y les ordena que vayan por los costados para poder avanzar más rápido, los gritos se suceden uno tras otro. Un par de personas salen volando por los aires tras una fuerte explosión y ya el caos es total.

Derrápenle noto una sacudida  que me arrima a Kilder y este comienza a susurrarme al oído.
Tras escucharle, me quedo unos instantes mirándole con los ojos abiertos y pensado:

Quizás este en lo cierto este clerigo, la verdad que no me había fijado en Zenobia con ese objetivo… pero quizás tenga razón, así podría ganarme su confianza y que se sintiera cómoda con migo.

Me froto las manos mientras lo pienso, y le respondo a Kilder mientras cambio el rosto para intentar ocultar que podía tener razón…

Que .. que … como… no digas bobadas…… ¿yo fijarme en Zenobia?, que estupideces dices…

Me alejo de Kilder un par de metros zafándome de su brazo… refunfuñando entre dientes como de costumbre.

Me acerco a algún puesto para mirar si veo algo interesante.

El espectáculo que observo junto a mis compañeros es algo que me llama mucho la atención….me pregunto quien habrá semejante ilusión, que lograda, que poder.

Sin apartar la vista de la gacela y el león, pregunto a mis nuevos compañeros:

¿Quien es el artífice de esta majestuosidad?¿ Alguno lo sabéis?

De repente gritos y gente corriendo sin saber porque. Todo poco tiempo todo se ha convierte en un caos, no logro ver gran cosa, solo gente corriendo y piernas y cueros altos pasando cerca mio.  Veo como intenta la guardia  hacerse paso entre la gente, rápidamente busco a mis compañeros con la mira, especialmente a Zenobia, me acerco a ellos y les digo:

¿Veis algo? Desde aquí abajo no creáis que se ve mucho

Escucho las risas, el tumulto, y no paro de sonreír. Veo las muchachas divirtiéndose, los niños jugando, todo es genial, pero de repente, un grito que me sobrepone, viene seguido de otro, algo pasa...

-Compañero, algo pasa por esa zona, oigo gritos, pero no son de alegría. Corramos a ver que pasa.

Salgo disparado hacia la zona de dónde cada vez se oyen mas gritos y estruendos.

Algo va mal.

Es verdad, no se ve nada, busquemos un lugar mas elevado para poder tener visibilidad de lo que sucede allí digo mientras busco con la mirada algún lugar para poder observar mejor el punto donde tuvo lugar la explosión y desde el cual corre toda la gente.

La estampida de gente avanza sin miramientos, pisando a otros que caen sin detenerse a ayudarlos. Con el corazón en la boca, más de uno se quiere acercar al lugar donde se sucedieron las explosiones. Tanto la guardia como el improvisado grupo que avanza por diferentes lugares.

A medida que suben y/o se acercan, ven que un hombre con túnica está rodeado de varias docenas de humanoides de mediana altura y otros no tan pequeños. Con un claro gesto del hombre de túnica se abalanzan hacia la gente con ira desenfrenada. Portan armas toscas y armaduras de cuero. Tienen la confianza de la victoria o el miedo de la derrota que los insta a avanzar sobre todo el pueblo.

Tharas vio como la gente corria enloquecida por la explosiones que acababan de suceder. No lo entendía muy bien y no sabía a que se había debido, pero no le gustaba.

Sus temores se hicieron patentes cuando el soldado les indicó que rodearan la concurrencia y se acercaran por los laterales. Y se confirmó al ver al tipo de la túnico y demás esbirros que cargaban contra todo.

- ¡¡A por ellos, intentad llegar al hombre de la túnica!!- grito el elfo para que sus compañeros le pudieran oír por encima del griterío generalizado. Mientras, sacaba una flcha y la calaba en su arco.

Es 1d10 más el tiempo de la acción, movimiento 3, conjuro depende. El arma tiene uno determinado.

Salgo corriendo pegado a la pared en busca del origen de los problemas:

-Corre Sedelon, algo pasa y no parece bueno!

Mis manos acariciaron el interior de una pequeña bolsa de seda negra bordada con oscuras inscripciones plateadas y se detuvieron en un estuche de cuero pero fruncí el ceño. Quizás no había llegado el momento de leer las oscuras runas que abrirían los poderes infernales aunque en esta ocasión con un noble destino. Las yemas de mis dedos pasaron de tocar ese estuche a rebuscar entre el resto de los objetos que allí se almacenaban y finalmente extraje un pequeño cuadrado de cuero negro con unas siniestras marcas blancas tatuadas.

Le levanté en el aire y comencé a recitar oscuras letanías en un idioma silbante y algo desagradable de escuchar. Y mas desagradable comenzó a ser la sensación que comenzó a endurecer mi piel como si fuera acero: un cosquilleo desagradable que siempre me causaba naúseas y dolor de cabeza.

Odié tener que hacer este trabajo. ¿Dónde están los guardias en este momento? ¿Estaría arriesgando mi vida a cambio de que el capitán se fuera a llevar los honores de haber defendido a su pueblo?

Lo poco que me da tiempo a ver en un vistazo rápido, me hace pensar que el peligro esta asegurado.
No tenia pensado nada de esto cuando llegue a este pueblo en busca de sabiduría.
Asique prepare mi honda para lo que pudiera pasar, mientras me mantenía a una distancia prudente de los nuevos presentes.

Un gran pandemonio se desató en el pueblo, una marabunta de criaturas sádicas se introdujo en la ciudad y nadie sabe como, pero eso será un tema a rever después, porque primero hay que sobrevivir. La marabunta azota a los que se le acercan hasta toparse con los primeros guardias y ahora si se desarrolla el combate.

El frente se desparrama en una larga linea y las fuerzas chocan en todo su largo. El joven Kilder se ve de golpe frente al enemigo, no puede entrar en combate porque hay algunos guardias frente a él, debería abrirse paso para entablar combate o tomar otra acción desde atrás. Mientras a su lado ve a Sedelon tirarse de cabeza hacia el combate, pero le sucede lo mismo, él no lo piensa tanto y comienza a buscar uns resquicio por donde avanzar.

En tanto Zenobia se conjura una protección y Tharas realiza un par de disparos con su arco.

Dicho y echo. Tharas sacó su arco y subiénsose a una escalera, comenzó a disparar flechas desde su posición elevada... no mucho, pero lo suficiente como para no dar a los guardias.

Apretando los dientes el elfo vió como la marabunta chocaba contra los guardias. La lucha se cernía sobre el pueblo, algo que nunca hubiera previsto y deseado para ese pueblo.

Veo mientras preparo mi honda que Tharas dispara, y tanto Kilder como otro elfo están tras los guardas ansiosos de entrar en combate.
Mientras Zenobia hace unos gestos raros y a hacer unos sonidos un tanto extraños.

Veo y panorama y pienso:
Será mejor que guarde mis poderes para el momento oportuno, no me gustaría desaprovecharlos.