Partida Rol por web

-Arriesgar tu vida  por tí.... El elfo no lo había pensado de esa manera, sus palabras habían salido por un fugaz sentimiento hacia la muchacha, pero era claro que el egoista Elfo no haría cosas por otros que no le trajeran beneficio alguno, mucho menos si se trataba de poner su pescuezo sobre la mesa.

-Creo que te equivocas pequeña, arriesgaría mi vida por mi mismo, la verdad anhelo salir de este miserable pueblo que solo me ha dado una miserable vida, verás, los últimos años había pasado de pueblo en pueblo, ida y vuelta, una y otra vez, bebiendo hasta mas no poder, apostando y estafando a todo el que se cruzara sobre mi camino, apenas sobreviviendo al mundo que tenía sobre mis pies, luchando por no llegar a la decadencia total, pero en tan solo un par de días, juntándome con unos desconocidos y haciendo una cosa por obligación, he vuelto a sentirme útil, vivo, he sentido como el fragor de los dioses pasa por todo mi cuerpo y he sentido una excitación tras cada combate que es dificil de describir, tan solo se puede disfrutar, y francamente me ha gustado y no quiero dejar de sentirla, así que si para poder seguir asi tengo que convertirme en tu guardaespaldas, pues así será, a ti te buscan demonios y otras cosas peores, pues que vengan y se enfrenten a mi espada y mis flechas!!!

El tono de Sedelon se había puesto algo elevado, para cuando se dió cuenta, realiza una mirada algo consternada e intenta cambiar de tema; muestra su mano derecha a la Chica y extiende su dedo índice -Sabes guardar un secreto? -Le guiña un ojo a Zenobia con un gesto de complicidad y una medio sonrisa -Que te parece mi anillo??, se lo arrebaté al cadáver del místico ese sin que nadie se diera cuenta, parece valioso eh??, quieres echarle un vistazo?.

Andolyn encimismada parece no haber escuchado las palabras de Tharas como también los inoportunos comentarios de sus compañeros, que si bien para Lignindor son cuestiones terriblemente importantes. Menthor firme en su postura espera para ver como se resuelve la situación, en que va a terminar todo este enfrascamiento, el clérigo Sean Connery también y sin embargo a pesar de que las respuesta parecen estar contenidas en una sola persona ahora, esta se rehusa a hablar o no sabe si hacerlo o quizás es porque no sepa la verdad y tema equivocarse en algo tan importante como es lo sucedido.

Menthor finalmente se decide por actuar y sale del lugar sin decir a donde va.

Ven salir al guardia con su semblante preocupado, ya la sonrisa que lo caracteriza no está presente en su juvenil rostro. - Señorita, señor perdonen que los interrumpa pero es necesario que vengan conmigo dentro. Se que las palabras de ese sujeto fueron fuertes en su persona. - Refiriéndose a Zenobia. - Pero aquí hay algo más de lo que sabemos hasta ahora y creo que usted es la llave para averiguar que es. - Y con un amable gesto, les invita a ambos a ingresar en la comisaría.

Tharas mira a la mujer sin hacer caso a las palabras que Lignindor le dedica al clérigo. Él notaba en la cara de la maga que algo no iba bien. Algo ocultba. Algo en realción con el tipo al que habían matado y que llevaba los mismo atuendos que Zenobia... ¿y si...?

Al ver que Menthor se había marchado, el elfo se acercó a la mesa y sacó de la bolsa el medallón y el anillo. sin dejar de mirar a la mujer, éste se acercó a ella mostrándoselos. Cuando estuvo a un paso de distancia, le preguntó.- ¿Te suenan de algo? ¿te recuerdan algo?.... ¿tienes algo que ocntarnos que hace estremecerse a una maga de tu reputación?.

Tharas ya no dibagaba, iba directo al grano. No deseaba que algo de lo que estaba pasando y que les afectaba de lleno pasara de largo... estando tan cerca.

Miré con curiosidad el anillo que Sedelon me mostraba, aunque en mis ojos podía verse también un gesto de preocupación. Podía ser un inocuo anillo o podía ser un objeto maldito que atrajera los poderes infernales hacia su poseedor, con todas las ventajas y desventajas que esto podría acarrear.

Pero escucho al guardia que se acerca. Inmediatamente interpongo mi cuerpo entre el campo de visión del guardia y la mano donde el elfo tiene el anillo evitando que Menthor viera lo que mi compañero tenía entre manos. Una mueca de fastidio se formó en mi rostro pero Menthor no llegó a ser consciente porque le estaba dando la espalda. mi cara era como un libro abierto y Sedelon podría adivinar mis pensamientos con gran claridad.

Vaya, ¿no crees que el cretino de tu capitán y el viejo verde monje Sean Connery sabrán mas que esta simple mujer que merecería ser ahorcada por tener un mechón blanco y vestir unas ropas con mas estilo y elegancia que las vuestras? Suspiro de resignación, y me di la vuelta con lentitud. Mirando a Sedelon le hice un gesto con la cabeza hacia el interior del edificio. ¿quién sabe si podría obtener alguna información importante antes de partir?

El elfo brinda una palmadita suave en la espalda de la muchacha, en realidad no sabia los tratos con las mujeres, al menos no de la manera 'amable' -Vamos, quizá podramos averiguar algo!!

Sigue su camino hacia el edificio, cerciorándose que Zenobia lo siguiera, sin decir nada al guardia, salvo asentir ligeramente con la cabeza.

Zenobia, Menthor y Sedelon entran en la comisaría justo cuando ven a Tharas con un par de objetos relucientes en sus manos instando a la hechizera a que hable. Menthor ve esto y trata de frenarlo, pero termina adivinando las intenciones del elfo y se frena. pero Sean no. - Tu muchacho deberías calmarte un poco, no tienes idea con quien hablas y deberías estar respetándola. - Interponiéndose entre el elfo y la hechizera. Pero esta trata de saber porque ella es la elegida, porque esta joven muchacha tan frágil es la signada a desatar toda la destrucción sobre los reinos conocidos.

Con un gesto lento pero seguro, Andolyn le toca el hombre a el clérigo de Ilmater. - Déjalo, ahora la juventud vive en él y con ello el impulso. Tu y yo ya sabemos como es eso y a lo que nos ha llevado. - Mira a todos tratando de repasar todas las palabras que tiene en su cabeza.

Da unos pasos hacia el centro del lugar e ignora los objetos que Tharas todavía tiene en la mano. - Esta profecía de la que acaban de escuchar, es una que tiene siglos sino milenios dando vuelta. Hace ya muchos años un gran señor oscuro del reino de intentó cumplirla y falló, junto a él estaba su pupilo el cual huyo dejando atrás a su mentor morir en el combate. Varios años más tarde este hombre intentaba cumplirla por otros medios en su mismo reino, se creía que debía llamar a un poder de otro plano para que cumpliera un rito. Fue entonces cuando el grupo del cual yo era parte fuimos allí, mi hermana entre ellos. Una joven paladina de Tyr a la cabeza del grupo y su nombre era Selena. Eramos cinco y nos introducimos en ese reino, escondidos y tratando de pasar desapercibidos, sorteando y esquivando las distintas guardias. Cuando pensamos que lo habíamos logrado, que por fin estábamos a pasos de nuestro fin, nos dimos cuenta de que todo fue un trampa, nos estaban esperando, siempre lo estuvieron desde que entramos allí o eso creo yo ahora. El enano fue el primero en morir y luego los demás, a mi hermana la capturaron y a mi solo me quedó la opción de escapar... - Las lágrimas le desbordan de los ojos, hace poco contó esta historia a una persona y la reacción fue la misma, el no poder contenar tanto dolor y pena. Menthor le extiende un pañuelo para que se limpie y ella lo acepta. - Nunca supe si se concretó o no el rito, siempre dudé de ello dado que todavía seguimos aquí. Pero ahora veo que tu podrías ser o bien un nuevo intento o parte del primero. - Señalando a Zenobia. - De esto no estoy muy segura, pero ahora es a ti a quien te toca responder preguntas. ¿Sabes algo del momento en que naciste? ¿Alguna vez te ha sucedido algo extraño? Todo detalle importa ahora y puede llevarnos a la salvación. - Andolyn se acerca a Zenobia. - Por favor, habla. -

Cuando entraron las tres personas entraron en la sala, Tharas sintió que estaba haciendo algo que no debía, pero ahora no podía echarse atrás. Necesitaba respuestas y no quería que pasara más tiempo en la búsqueda de las mismas.

La maga se levantó entonces y habló. El elfo escuchó atento a las palabras de Andolyn. En mitad del monólogo, el elfo al saber que Zenobia era la llave del la destrucción de todo, la miró síjamente. Luego volvio el rostro y siguió mirando a la maga.

Al terminar, dejó las joyas en la mesa de donde las había cogido y acercándose a Andolyn le susurro- Yo... lo siento- rogo Tharas sintiendose abochornado por su actuación de antes.

Luego sesentó en una delas sillas y esperó a que Zenobia hablara. Ahora le tocaba a ella tomar la palabra.

Después de la reprimenda que me dio Lignindor, pensé:

Bueno, eso es porque está nervioso, igualmente, trataré de ayudarle ne todo lo posible.  Creía que Carasapo era su apellido -me fijo en el hombrecillo mas detenidamente- ahora lo entiendo, jijijiji.

Pasamos a la comisaría, y veo la reacción de todo el cónclave:

Vaya, parece ser que la cosa trae mas miga de lo que pensaba, pobre Tharas, le están atacando por todos lados, y seguro que no lo hace con mala intención.

Me quedo esperando en silencio a que den respuestas, y ver si solucionamos algo.

Mejor me estoy quieto, que son capaces de sacarme de la sala.

El elfo entra en la habitación, junto a Zenobia y Menthor, pero all ver lo que ocurría dentro, queda paralizado, petrificado y -mentalmente- polimorfizado en una hormiga.

Intenta no mover un solo músculo y solo se limita a abrir los ojos de para en par a medida que Andolyn sigue con su relato, no podía creer lo que escuchaba, pero tampoco se atrevía a mirar a la muchacha que hacía unos segundos había prometido protegerla..... quizá no sería buena idea después de todo!!

Enrojecí. bajé la mirada. ¿de qué profecia hablaban?¿por qué les parecía tan importante?

¿qué rito? ¿Mi nacimiento? ¿algo extraño en mi vida? si claro...

Todo comenzaba a encajar. Algún duque informal me trae a este reino para cumplir los planes de otros.

Algún protector demoniaco decidió traerme a este pueblo. Quizás el mismo que me iluminó con su espectral ojo cuando nací o cuando fuui concebida. Mi padre es un alto mago y estaba obsesionado con que cumpliera el destino que se me había asignado, pero yo no tengo ni idea de cual es. Además no me apetece ser tan importante, solo querría ir a un sitio donde nadie sepa mi nombre ni quiera buscarme. No se mucho mas, mi madre era una prisionera y murió para darme la vida. ¿Por qué me hacéis todas estas preguntas? ¿de qué me habláis?

Me quede con los ojos bien abiertos alucinando de lo que estaban contando.
Todo esto era impresionante, una profecía, un ritual, poderes demoniacos…. Se podía palpar el sabor de nuevos poderes por cualquier lado, esto era perfecto, pero….
¿Sera lo suficientemente bueno como para compensar el peligro que alberga?

Creo que finalmente, he acertado con mi destino, no voy a dejar pasar esta oportunidad de nuevos conocimientos.

No podía de momento aportar mucho a la conversación, con lo que me quede callado observando como acontecían los hechos

Tharas tan activo antes, enmudeció. Escuchaba lo que en la sala se decía sobre todo por parte de Zenobia. También escudriñaba a los allí reunidos para ver sus caras y gestos en busca de una pista sobre la veracidad, asombro o ... lo que fuese de lo que allí se estaba tratando.

Al fin y al cabo sí que hay algo en la muchacha. Pensó el elfo mientras la miraba.

Sean escucha atento y con los brazos curzados y una mano en la barbilla va pensando lo que está diciendo la joven maga. Toma asiento. Lleva un codo sobre la mesa, dejando la misma mano en la barbilla, meditando las respuestas. - Algo no me cierra, no se que, pero algo no me cierra aquí. No es que no crea tus palabras, sino el porque estás aquí. - Dice el clérigo.

Menthor se queda ahí parado, sin saber mucho que más hacer, si bien era listo y bastante, esto escapa de su comprensión o de sus conocimientos. Pero cuando se decide a decir algo alguien entra por la puerta. Menthor se pone firme al reconocer la silueta que contrasta con la luz que hay afuera y se queda plantado en el lugar.

La figura se acerca decidida y al poco de entrar se dan cuenta de que es el capitán. Se detiene un momento en el centro de la habitación y los estudia a todos un ligero instante. - Los tengo que felicitar. - Termina diciendo finalmente y eso es todo lo que les dice, avanza hasta su lugar en la comisaría y se sienta, se nota que está cansado, quemado, con heridas sin tratar siquiera. Toma una jarra y se sirve un poco de agua en un modesto vaso, apagando un poco el ardor que tiene en la garganta.

Veo la situación del Capitán Boris Becker, con sus heridas, y su cansancio y pienso.

Ahora es el momento de darle algo de trabajo al bueno de Kilder, y distraerle de su idea de mi obsesión física con Zenobia…..

Vamos, vamos Kilder, ¿no ves que el pobre del Capitán necesita algo de tu ayuda?

Tras decir esto  me acerco algo más a Zenobia y la comento entre dientes

Chiquilla será mejor que nos espliques todo algo mejor, si no quieres que el Capitán se nos eche encima…

¿El pobre del capitán? si tu supieras que clase de cretino es el Boris Becker... Clavé mi mirada desafiante en el capitán el breve instante en el que posó sus ojos en mi.

El monje Sean Connery había vuelto a hablar. me hace preguntas para las que no tengo respuesta.

Parece claro. Estoy aqui porque alguien usó su magia para atraerme o porque alguien usó su magia para echarme de mi tierra. Y eso, ¿aparece en vuestras profecías? ¿de qué clase de profecía me estáis hablando? En serio, ni soy tan importante ni quiero serlo, si en mi tierra hay niñas de 12 años que conjuran mejor que yo y pueden invocar hasta 6 clases de demonios distintos...

Tharas seguía atento cuiando entró el capitán. Al momento se levantó de su sill ay le olservó en todo momento. El echo de que les felicitara por el trabajo realizado era un gran paso viniendo de Becker, pero el elfo sentía que no lo habían hecho tan bien. Había heridos, incluso muertos. no, no había salido tan bien como Tharas hubiera deseado.

Luego cambió la mirada y volviós su vista hacia Zenobia. Ella parecía ser la clave, pero ni ella parecía recordarlo o saberlo y ni Andolyn ni Sean parecían saber mucho más del tema. Estaban en un punto sin salida.