Partida Rol por web

Kris expira. No le gustaba el rumbo que estaba tomando todo el asunto. Sin embargo, también era verdad que él había sufrido alguna que otra herida.

-Bien, entonces será mejor que descansemos por hoy. Preferiría no dejar a Valeria sola ante tanta mano inquieta, pero si cree que nuestra presencia en las calles puede ser contraproducente, prefiero quedarme a descansar.

Kris tenía sus dudas, no es que Valeria no fuese capaz, pero ellos habían intentado también hablar con la chica, y lo único que habían conseguido es que se les tiraran encima... Y aunque algo sentimental, Valeria no parecía de las que eran fáciles de cazar.

Valeria asintió, algo más tranquila, y volvió a la posada junto al resto

- Me alegro de haber llegado antes de que alguno os hicieseis daño de verdad

Os quedasteis en la posada, tomando algo y curando vuestras heridas, confiando en que todo saliese bien en la reunión de esta noche y preguntándoos si el encuentro llegaría siquiera a producirse.

Te quedas a cierta distancia del lugar de la reunión intentando que no se te vea demasiado y distrayéndote con cualquier cosa que pasa durante la noche, aun así confías en que si se produce una pelea o Valeria grita pidiendo ayuda serás capaz de escucharla.

Llegas un poco antes de la hora a la plaza donde habías quedado con la señorita Yoshida. No te toca esperar mucho, al poco tiempo llega la Señorita Yoshida acompañada de dos personas, una de ellas es su guardaespaldas Lisa Fujimoto y por lo que te dijeron tus compañeros el otro acompañante es el que responde al nombre de Pieter y que decía estar casado con la señorita Yoshida.

Si dirigen directamente hacia ti, aunque mirando en todas direcciones mientras se acercan.

Valeria se quitó el sombrero e hizo una reverencia un tanto exagerada, sin dejar de sonreir; su tarjeta de visita

- Me alegro de que haya venido, Nekane. Mi nombre es Valeria.

Nekane parece nerviosa y a la vez tímida, evitando mirarte directamente y lanzando miradas nerviosas alrededor, aun así responde a tu saludo.

Encantada de conocerte, creo que quieres hablar conmigo a solas, muy bien, cuéntame que tiene que decirme. – En su voz se nota su educación noble y su capacidad para parecer tranquila, cuando el resto del cuerpo dice lo contrario

Pieter te mira claramente con desconfianza de arriba abajo como evaluando si eres una amenaza, su cara es de pocos amigos y su mano se ve tensa cerca del mango de la espada.

¿Has venido sola? – Te pregunta de forma tajante.

Valeria se fijó en el gesto de Pieter; sin dejar de sonreir pero sin perder de vista la espada de aquel hombre, respondió sinceramente a su pregunta

- Uno de mis compañeros está a dos calles de distancia. Por si hubiese problemas, ya sabes. Pero espero que no los haya; no he venido aquí a pelear con nadie ni a obligar a Nekane a hacer nada que no quiera hacer. Solo quiero hablar.

Luego se dirigió a Nekane

- Así es Nekane, pero antes de contarte lo que te tengo que contar, quiero aclarar unas cosas. En primer lugar, ¿de que va todo este asunto? Tu padre nos contrató para saber que te había ocurrido, porque creía que te habían secuestrado. Pero dado que has venido aquí por tu propio pie, me da la impresión de que no es el caso, ¿me equivoco?

Me quedo junto a la mesa y pido algo fuerte mientras espero al regreso de Valeria.En ningun momento me separo de mi arma y permanezco atento a cualquier ruido por extraño que parezca que venga del exteriro; cuando se haga muy tarde subo a mi habitación a descansar.

Pieter asiente en silencio e intercambia una mirada con Lisa que no sabes muy bien que significa, pero parece que Pieter está ahora más relajado después de tu respuesta, aunque deja que sea Nekane la que conteste a tus preguntas.

Nekane está claramente avergonzada y esconde un poco más su cabeza al responder a tus preguntas. – Como bien has supuesto, el secuestro no fue tal, fue toda una estratagema para escapar de esa boda concertada y poder irme con mi “amante”, le conocí cuando estudiaba lejos de casa y estamos enamorados, no podía dejarle por el hombre con el que mi padre quería casarme.

Hace una pequeña pausa mientras mira a Pieter con ojos de enamorada. – Pero tampoco podía decirle a mi padre lo que sentía y anular la boda, así que fingí mi secuestro, era la mejor forma de huir del compromiso y que mi padre salvaguardase su honor y su negocio. Mañana nos iremos de aquí en el Zepelín y mi padre no volverá a saber de mí, es mi duro tanto para mí como para él, pero sé que es lo mejor para todos.

Valeria asiente, complacida. Era justo lo que esperaba

- Te entiendo muy bien, Nekane. Aquí donde me ves, yo también huí de casa cuando quisieron casarme con alguien a quien no amaba... -la mirada de Valeria se torna nostálgica un momento- Pero mi padre era, y es, un auténtico bastardo cabrón. El tuyo parecía un buen hombre, y realmente estaba preocupado por ti... Nos pidió que te encontrasemos, y que averiguasemos que te había ocurrido; en ningún momento habló de traerte de vuelta, y menos aún si tu no quieres, pero... ¿No crees que merece una explicación? No se, al menos una nota o algo, para que sepa que estás bien.

Nekane se revuelve incomoda ante las palabras de Valeria mientras unas lagrimas empiezan a deslizarse de sus ojos. - Lo sé, sé que mi padre estará sufriendo por esto.... soy una mala persona... pero no puedo hacer otra cosa, se que para mi padre es menos dura esto que si cancelo la boda, le partiría el corazón, no sería capaz de entenderlo... además necesita de esta boda para no arruinarse, no se lo puedo quitar todo de esa manera... tal vez en un futuro cuando todo se calme pueda enviarle una nota... pero ahora no, ahora tengo que irme. - Lisa se acerca para consolar a Nekane, que empieza a llamar la atención, aunque poco, de la gente.

Valeria se acercó a la mujer; comprendía la situación, pero Nekane también necesitaba comprender algo.

- Lo... lo entiendo. De verdad. Se por lo que estás pasando, y también se lo que es que anden mercenarios detrás de ti a los que solo les importa el dinero y no lo que tu realmente quieres... Te seré sincera: yo estoy dispuesta a renunciar al trabajo. Todo esto va en contra de mis principios y no quiero ningún dinero por esto. Pero no se si mis compañeros opinarán lo mismo... Al menos hay uno que piensa igual que yo, y otro al que le bastaría con volver con la información. Pero los otros dos... No se si podré convencerlos de que no intenten nada.

Valeria suspiró. Se acercó lo suficiente para que la escuchasen susurrar. Aquello no convenía decirlo en voz alta

- Y... una cosa más. Cuando llegamos a casa de tu padre, había allí un inquisidor. Parece ser que la maniobra de distracción de la boda llamó su atención. No se si os están buscando, pero yo que vosotros tendría mucho cuidado.