Partida Rol por web

Se retiraban, pero aún quedaba uno a su alcance. Valeria no estaba dispuesta a dejarlo vivir para que volviese más tarde con más compañeros, asi que se lanzó a toda velocidad contra el que quedaba cerca. Estaba débil, pero la herida ya no le dolía (mucho), y no pensaba dejar que se fueran así como así.
 

El Grendel consiguió zafarse sin problemas del ataque de Valeria y aprovecho la oportunidad para alejarse del combate apartándose de sus enemigos.

Viendo que las criaturas se alejaban, Valeria enfundó su estoque. No estaba en condiciones de perseguirlos, así que se limitó a sentarse en el suelo mientras se examinaba la herida

Al comprobar como las criaturas se huían en desbandada Ichiro soltó un suspiro de alivio. No tenía sentido para él perseguirlas, aparentemente ya no eran una amenaza, por lo que retrocedió unos pasos pensando en buscas su montura antes de volver al campamento.

Sin embargo, aún se concentró en mantener el escudo para el guerrero un poco más de tiempo, no fuera que los grendels se envalentonaran y volvieran.

Los grandel, cada uno corriendo por su vida y sin preocuparse lo mas mínimo por el resto, habían huido del combate dejando a su compañero muerto a vuestros pies, ya no serian un problema, al menos por ahora.

Era el momento de que los aliados ocasionales se presentaran y hablaran entre ellos. Uno con su rana de formas extrañas capaz de hincharse y lanzar aire a presión y el otro grupo, formado por un hombre enorme con una altura de dos metros y medio y una mujer que bastante alta también, aunque parecía pequeña al lado de su compañero.

Para terminar, el ultimo integrante del grupo era un hombre que estaba tirado en el suelo y atado de pies y manos.

Hans se revolvía en el suelo, incapaz de moverse correctamente, mientras gritaba a los grendel a la carrera. - ¡Volved! ¡Malditos cobardes! ¡Esto me lo pagareis caro!

Me giro hacia el pirata mientras mi mano trato de tapar la herida  del pecho, habia sido una buena estocada, por suerte, su resistencia fisica anormalada habia hecho que el daño fuese bastante menor...miro al capitan vociferar sin parar.

--- Como sigas gritando de esa manera te arrancaré yo mismo la lengua- le digo sin mas mientras me siento

Valeria se levantó; la herida en el costado le dolía un poco al moverse pero no sangraba en abundancia y tampoco parecia demasiado seria. No parecía que le hubiese dado en ningún órgano; había tenido suerte. Se acercó al extraño recién llegado.

- Gracias por tu ayuda. Nos habrían superado si tu y tu mascota no llegais a aparecer -dijo mirando con curiosidad al extraño sapo flotante

Una vez sus oponentes estuvieron suficientemente lejos el escudo que protegía al guerrero se desvaneció. En ese momento Ichiro se acercaba al campamento, con las riendas del caballo en una mano y el enorme sapo avanzando a pie lentamente a su lado.

- No se deben. Ha sido toda una casualidad que pasase por aquí en este momento, y no podía quedarme solo mirándo cómo eran emboscados en plena noche. - paró de hablar un momento mientras observaba al hombre que tenían atado, no quería entrometerse, aunque sentía gran cusiosidad por conocer la historia que había llevado a aquellas tres personas a esa situación

- No quiero abusar de su paciencia, pero esas criaturas podrían volver o podría haber mas acechando en la oscuridad. Ustedes están heridos y me temo que yo se combatir, pero me sentiría más seguro si pudiera pasar el resto de la noche con ustedes, y tal vez parte del camino a la villa de Zabil si se da el caso de que sigan mi misma dirección. -

En este momento Hans se da cuenta de que hay otra persona, alguien que no parece conocerles y por tanto tampoco a el...

¡Señor! ¡Por favor Señor! ¡Ayúdeme! Me han secuestrado, me han atado de pies y manos y me llevan para entregarme a un señor del crimen, me atacaron mientras estaba tranquilamente descansando, sin mediar palabra, me atacaron a mí y a mi mujer, ¡a mi mujer incluso la cortaron un brazo! y luego amenazaron con matarla si no me iba con ellos... - Los ojos de Hans empiezan a ponerse vidriosos. - esos seres solo intentaban rescatarme, ni siquiera sé si mi mujer esta viva o murió debido a sus heridas... ¡Por favor!

Valeria se giró hacia el pirata e hizo un gesto de exasperación. ¿De verdad era tan idiota?

- Claro, por eso hace unos segundos le pedías a esas... cosas... que me destripasen y me mutilasen a cambio de una buena paga, y los maldecías a gritos cuando corrían. Se nota a la legua que sois seres inofensivos de pura bondad y luz -sentenció mientras hacía burla de los pucheros de pirata; luego volvió a mirar al recién llegado- No le hagas ni caso; es un pirata fugado, y un tipo en Zabil tiene especial interés en él, así que se lo llevamos. Esas criaturas que nos han atacado eran su "tripulación". Y antes de que digas nada, la parte de la mujer es verdad solo a medias. Ella también tenía una espada.

Vista que mi amenaza no ha tenido exito....sin mediar palabra, le pego una patada ( no muy fuerte para no romperle nada) en el estomago, a ver si este pirata aprendia de una puñetera vez, estaba comenzando a perder la cabeza

- Shalash, no te pases. Lo quieren vivo y entero -comentó Valeria ante la acción de su compañero. Puede que estuviese dolorida y cabreada, pero ese tipo de cosas no le gustaban- Por cierto, mi nombre es Valeria -dijo ofreciéndole la mano al recién llegado, mientras con la otra se tapaba la herida

Ichiro dudó un segundo, pero finalmente devolvió el saludo que le ofrecía la mujer. Si la historia del supuesto pirata era cierta ya estaba metido en problemas y aunque lograra escapar aquella noche esa zona era peligrosa.

El guerrero le había parecido un bruto pero la mujer parecía de cierta confianza, por el momento se arriesgaría a quedarse con ellos con cautela.

- Ichiro - respondió - no tengo motivos para creer la historia de ninguno, pero después de lo que he visto esta noche, apostaré por ustedes dos - en ese momento se fijó en la herida de la mujer, algunos sacerdotes de su templo practicaban las artes sanadoras, pero él, por desgracia, no era uno de ellos.

- Parece una fea herida, deberías descansar y no moverte demasiado o no se cerrará. En el siguiente pueblo debería haber algún médico o curandero que pueda ayudarte con ella. -

No le habían dado una aprobación directa, pero tampoco se habían negado a que pasase la noche en su campamento, por lo que ató a su caballo a un árbol cercano y se sentó en el suelo. También rebuscó en sus bolsas y sacó de ellas tinta y pergamino; mientras escribía, el enorme sapo se acomodó junto a él, dirigiendo de vez en cuando alguna mirada inexpresiva a la mujer, el guerrero, y el hombre atado.

- Oh, ¿esto? Tiene peor pinta de lo que realmente es. Solo necesito descansar un poco, nada más. Mañana seguiremos hasta Zabil.

Valeria se apartó un poco del campamento para poder quitarse la camisola de cuero y lavarse la herida con un poco de agua de la cantimplora, antes de volver al campamento con Shalash y el recién llegado.

- Shalash, me ocuparé yo de la guardia que queda. Tu descansa un poco.
 

---Vale, avisame si pasa algo- digo tras echar una última ojeada al rey pirata tirado en el suelo, tras esto, me acomodo en un lugar del campamento y trato de dormir un poco.

La patada de Shalash hace que el prisionero se retuerza en el suelo de dolor.

Ya ves como me tratan... - Aunque sus palabras prácticamente se ahogan en su garganta.

La noche pasa sin mas sobresaltos, amanece un nuevo día y estáis preparados para empezar de nuevo vuestro viaje, aunque el combate de la noche aun os pesa, especialmente a algunos que resultasteis heridos.

A la mañana siguiente no había ni rastro del sapo, pero Ichiro continuaba allí, en aquél momento revisaba sus fardos y alimentaba a su caballo preparándose para otro día de camino.

- ¿necesitáis ayuda para levantar el campamento? - preguntó educadamente a sus nuevos acompañantes