Partida Rol por web

Al acercarse hacia el "Dj", Violeta pudo escuchar cómo este canturreaba una canción en voz baja. No tenía una voz agradable y desde luego, desentonaba bastante, pero él parecía feliz disfrutando de su grupo favorito.

-Exit, light...Enter, night...Take my hand...We\'re off to never-never land

La música y el trabajo lo tenían totalmente absorbido, por lo que no se percató de la presencia de Violeta hasta que esta estuvo prácticamente a su lado.

-¡Pahk!

Exclamó en Klingon totalmente sobresaltado cuando al girarse, casi se tropieza con Violeta. Todo ello por supuesto, acompañado de un pequeño salto hacia atrás y de quedarse blanco como una tiza.

-Disculpe... -Por su tono de voz y su mirada, estaba claro que esperaba que fuese Violeta quién se disculpase. Pero por el elegante vestido que la mujer portaba, era de esperar que fuese una de las invitadas de la boda. Por lo que no le quedaba más remedio que sonreír y atenderla con educación. -¿Apocalipsis? Ya, entiendo... -Asintiendo con la cabeza, se atusó la barba con aire pensativo. -¿Se han quedado sin bebidas en el exterior? Me temo que ahí abajo no encontrará la bodega. Aún así no se preocupe, seguro que los camareros del hotel o el encargado de ese asunto, está tomando medidas de inmediato y que pronto...¡Pahk!

Una vez más, volvió a maldecir en Klingon al ver o más bien escuchar, cómo el teléfono de Gary se estampaba contra la pared y caía hecho pedazos. Aquello le hizo ser un poco más consciente de las personas que estaban en la sala, ninguna tenía buen aspecto, de hecho parecían bastante abatidos. ¿Cuanto habrían bebido para llegar tan pronto a aquel estado? Ese era el problema de los ricachones, no sabían beber.

-¿Se encuentran bien? ¿Quieren que llamen al doctor para que los examine?

No se molestó en responder sobre la trampilla, había supuesto que Violeta buscaba la bodega (No era la primera vez que le pasaba algo así) Por suerte, Violeta estaba lo suficientemente cerca como para poder echar un vistazo por la trampilla. El lugar estaba oscuro, pero pudo apreciar unas escaleras que bajaban, así como varios cables. Seguramente se tratase de algún cuarto eléctrico con el que alimentar el escenario.

Mientras todo aquello sucedía, Violeta se limpiaba las lágrimas y tomaba con pulso tembloroso su teléfono. Marcó el 911 y aguardó a que diese tono.

Pi...Pi...Pi...

Cada tono de llamada ponía su corazón en un puño y la espera se le antojó como algo casi eterno. Casi había perdido la esperanza, cuando alguien descolgó al otro lado de la línea.

-Emergencias ¿En qué puedo ayudar?

La voz de la mujer que respondió a Sophie, sonaba cansada y angustiada. De fondo, se podía escuchar muchísimo ruido. Tan solo podía escuchar palabras sueltas, pero parecía que las compañeras de la operadora con la que estaba tratando, estaban dando indicaciones para que las personas se quedasen en sus casas encerrados, se alejasen de las ventanas y no hiciesen ruido.

- ¡Gracias a dios! exclamó de alegría al oír a una persona al otro lado. A alguien que según creía en primera instancia, podría ser la diferencia entre vivir y morir esa misma noche. - ¡Manden policía y ambulancias al Hotel Paradise está muriendo gente! grita de dolor mientras inevitablemente pasan por su mente las desgarradoras imágenes vividas de cerca apenas instantes atrás. ¡Por favor dense pris...

Pero algo no iba bien. El ruido de fondo y las indicaciones que se oían de fondo del resto de operadoras le hiela la sangre. Acaso lo que estaba pasando ahí no sólo lo estaban viviendo ellos. ¿Que cojones era todo esto? ¿Como podía haber pasado algo así tan de repente, sin previo aviso? ¿Que habíamos hecho para merecer esto...?

Se calló durante unos segundos esperando una respuesta positiva. Aunque después de haber podido oír aquello, las pocas esperanzas que albergaba parecían deshacerse más rápido que el malogrado maquillaje de sus ojos... 

El DJ tomándome como una niñata pija borracha. Lo que faltaba. Que no me tomasen en serio me irritaba, y bastante. El cabreo y las ganas de salir me ayudaban a sobreponerme al estrés. Seguramente no era del todo fiable en ese estado, y era consciente de ello. Pero eso no podía detenerme. 

- Mejor llame a la policía o a la guardia nacional - dije al DJ, sin ninguna esperanza de que esta vez me tomara en serio. - Cuando te muerdan el cuello y te coman vivo me recordarás, friki - dije en un aliento mientras le daba la espalda al DJ sin saber ni importarme si había escuchado esto último. Y me fijé en la entrada a la trampilla.

Sophie ya estaba llamando a la policía. Nos quedaba pues encontrar una salida viable.

Veo a Gary y Rosalin muy idos, pero no me queda más remedio que confiar esa tarea a ellos.

- Gary, Rosalin. Ánimo chicos, tenemos que salir de aquí. Mirad por las ventanas a ver si veis alguna zona libre de zumbados mordedores por la que podamos huir. Yo voy a mirar por aquí abajo - y eso hice. 

Bajé por la escalera de la trampilla e inspeccioné el cuarto en busca de salidas, escondites y objetos contundentes que pudieran serme útiles para defenderme de esa horda de locos.

Me gustaría repetir la tirada de Voluntad, aún a costa de un pto de personaje. Ya me dices, en principio dejo el post, como si la tirada funcionara. Pero lo pongo de manera que sólo lo ves tu. Si te parece correcto, cámbialo para que lo vean los demás.

Vamos ahí!!!

Apreté a la menuda Rosalin con fuerza, pero sin brusquedad... unas pocas lagrimas caían por mis mejillas. Miraba al suelo, fijamente, sin parpadear. Parecía estar en otro sitio, contemplando otra escena, otro horror... 

Las palabras de Violeta cayeron en saco roto, no había reacción ninguna. Ni si quiera parecía consciente de todo lo que estaba ocurriendo... 

Espera un momento, parecía reaccionar a algo, aunque muy despacio, apreté por un momento a Rosalin para alejarla con cuidado, mientras miraba en la dirección en la que había estado Violeta un par de minutos atrás. 

Cierta firmeza se vislumbraba en mis ojos, aunque parecían un poco ausentes, había algo que le era familiar en esa situación, algo que trataba de aferrarlo a la realidad, aunque su mente quisiera llevarlo lejos. Alguien le necesitaba, y no iba a volver a fallar.

- Sólo... necesito tomar aire... - No estaba dispuesto a permitir que alguien volviera a necesitarle y él no estuviera donde debía, donde realmente debía. Esta vez haría bien las cosas, por Harry... 

Trato de alejarme de todos, de serenarme, me aprieto la frente mientras cierro los ojos y utilizo ciertos trucos de relajación que he tenido que aprender con los años... Estaba acostumbrado a las situaciones estresantes, pero ahora mismo estaba superado, tenía que controlar la situación, no... no... DEBÍA controlar la situación. 

Me tomo unos minutos, si alguien trata de acercarse, simplemente pongo la mano en señal de alto, para que me dejen recuperar el ritmo de la respiración... me fijo en eso solamente... 

Pasados pocos minutos parece que he vuelto a la realidad, me muestro más calmado y centrado. Aún sigue siendo una situación que me supera, pero no es algo que dejaré que me venza... 

Sonrío ligeramente a Rosalin para tratar de calmarla... - Estoy bien, tranquila. Centrémonos en buscar una salida - Me dirijo con paso firme hacía las ventanas tratando de no llamar mucho la atención. Violeta lleva un rato desaparecida en la trampilla, y me mantengo atento por si escucho algo sospechoso. 

- Sophie. ¿Que te han dicho? ¿Mandan ayuda? - Susurro lo justo para que Sophie pueda oírme, es evidente que necesitamos ayuda con urgencia.

No, sólo gastar 1 pto de personaje. Sorry soy nuevo en el sistema

Así?

Según entendí si que superaría la dificultad añadiendo esta tirada al primer resultado. Puedes cambiar tu lo del mensaje que a mi ya no me deja?

La operadora parecía comprender por lo que estaba pasando Sophie. En otro momento, en otro lugar, tal vez había podido dar con palabras que de alguna manera, ayudasen a calmar el estado de Sophie. Pero ella misma se sentía superada por la situación y por su incapacidad para hacer nada más que escuchar y dar unos pequeños consejos.

-Escúcheme, necesito que sea fuerte. Me llamo Mery y quiero que escuche atentamente lo que voy a decirla ¿De acuerdo?

Después de tantos años trabajando como operadora, había aprendido a controlar el tono de su voz para tranquilizar a las personas que llamaban a emergencias. Aunque sin duda, aquel era un caso realmente especial, por lo que su voz temblaba levemente.

[B]-Quiero que busque un lugar donde pueda refugiarse, su habitación sería lo ideal. Aunque puede servir cualquier lugar con una puerta que pueda atrancar. Si tiene ventanas, debe cerrarlas y correr las cortinas. Sé que va a sonar extraño, pero permanezca a oscuras y en completo silencio. Deshabilite el sonido de su teléfono y si puede, busque algún escondite dentro de la propia habitación. Si se encuentra con más personas, todas deben de seguir el mismo protocolo.

Lo que estaba pidiendo era algo bastante difícil de cumplir. ¿Quién en su sano juicio se escondería permitiendo que amigos y familiares se enfrentasen a esas cosas? Pero Mery debía de seguir las instrucciones que la habían transmitido.

-La ayuda está en camino, pero quizás tarden un poco, por lo que deberán de permanecer en silencio hasta que la policía llegue. No importa lo que escuche fuera de la habitación, tan solo debe abrir la puerta cuando la policía se lo indique. Sé que es mucho pedir, pero por su seguridad y hasta que la situación esté bajo control, es lo que mejor puede hacer para mantenerse a salvo.

Enarcando una ceja, observó con detalle el comportamiento de Violeta. La mujer parecía estar bastante afectada, de hecho, todos parecían estarlo. Pero necesitaba saber qué es lo que estaba pasando para poder actuar en consecuencia.

-¡Ey, ey! Tranquila ¿Vale? No hace falta ponerse así.

No entendía absolutamente nada de lo que estaba pasando, pero cuando Violeta se volvió hacia sus compañeros para indicarles lo que debían de hacer, no pudo evitar quedarse con una de las frases.

-¿Zumbados mordedores?

La pregunta fue más bien un pensamiento realizado en voz alta que no buscaba realmente una respuesta. Pero durante unos instantes permaneció inmóvil observando a Gary y Rosalin esperando que ellos aclarasen un poco todo aquel asunto. Por desgracia no tuvo tiempo de recibir una buena respuesta, pues Violeta se dispuso a colarse en la trampilla.

-¡Ey, Ey! -Pronunció a la vez que la tomaba del brazo. -Lo siento pero no puedes bajar ahí abajo. Es solo un cuarto eléctrico y podrías hacerte daño. Hay tres salidas, sin contar por donde habéis entrado.

La presa sobre Violeta no fue fuerte, fue más bien una pequeña sujeción para llamar su atención. De hecho, Violeta pudo ver cómo se ruborizada un poco al darse cuenta de lo cerca que estaba de ella. Por lo que dando un par de pasos hacia atrás, se alejó de ella. Violeta quizás no estaba en sus canales, pero eh, seguía siendo una preciosidad.

-¿Puede alguien contar qué está pasando?

En aquel instante, varios fuertes golpes resonaron por una de las puertas laterales del salón. Todos volvieron la mirada hacia allí tal vez esperando lo peor. Por suerte, la puerta estaba cerrada y tan solo habían golpeado para hacerse notar.

-¡Eh! ¡Sé que estáis ahí! ¡Abrir la jodida puerta!

La voz de un hombre, dominado por el miedo, les apremiaba a que abriesen la puerta o le respondiesen. Más lo primero que lo segundo.

Los ejercicios de relajación de Gary fueron dando sus frutos poca a poco. Cerrando la puerta del pasado, se centró en el presente. En aquellos momentos, tres vidas más dependían de él, tenía que centrarse. Tenía que encontrar la forma de salir de allí y de protegerlos. Pero resultaba casi imposible dejar atrás el horror que acababa de contemplar.

El enemigo no tenía miedo, se lanzaba hacia los inocentes con fiera determinación sin pensar lo más mínimo en las consecuencias. ¿Cómo podían combatir contra algo así? No estaba seguro, pero sabía que antes o después, encontraría el modo...debía de hacerlo.

Sus manos aún temblaban, de hecho la adrenalina unida a lo que acababa de pasar por su mente, no lo mantenían en la mejor condición. Pero al menos ahora, veía las cosas más claras.

Los grandes ventanales tenían vistas a los jardines. Lo que más impactó a Gary, fue la tranquilidad que allí gobernaba. El lugar estaba decorado con grandes arcos con forma de corazones, que marcaban un camino hasta un apacible estanque artificial.

Si la orientación no le fallaba, debía de encontrarse en el punto opuesto a donde se estaba desarrollando el banquete.

Ajenos a todo lo que estaba sucediendo, Gary pudo ver a Jacob Wright cerca de uno de los arcos de corazones, junto a uno de los fotógrafos de la boda y al propio novio. Este último revisaba su reloj cada poco tiempo, a la vez que daba indicaciones al fotografó. Jacob parecía tomar la palabra en ocasiones, pero Gary era incapaz de descifrar de qué estaban hablando. Aunque por el tono calmado de todos ellos, no parecían ser conscientes de lo que estaba pasando...

Aunque eso no tardaría en cambiar...

Apareciendo muy cerca del lugar donde se encontraba Gary, una de esas criaturas de ropas sucias, rostro deformado y cubierto de sangre, caminaba por los jardines. Su cabeza se giraba de un lado a otro, como si tratase de percibir el más mínimo sonido.

Gary se agachó justo a tiempo evitando así ser descubierto cuando la criatura se volvió hacia él. Pero ahora solo era cuestión de tiempo que diese con el novio y sus dos compañeros. Si todo aquello no fuese suficiente para Gary, alguien golpeó una de las puertas laterales solicitando o quizás más bien, rogando que abriesen.

Saber que la operadora de emergencias estaba al tanto de varios casos similares hizo que Sophie sintiera como si cayera por un precipicio hacia el vacío. El vértigo de imaginar que esto no era sólo un caso aislado sino algo generalizado y que quizá escapar de ahí no significara estar seguros... Era algo que todavía no estaba lista para plantearse seriamente y mucho menos aceptarlo...

- Estamos en un salón de baile. Hemos cerrado las puertas de emergencia pero no sabemos cuanto tiempo podremos pasar antes de que nos encuentren. No están dejando a nadie con vida... no se que locura les hace actuar así, pero no es nada que haya visto antes. Lo que está pasando aquí no es normal... no creo que ni siquiera la policía sea capaz de pararles.

En ese instante llaman a la puerta de forma enérgica. Parece que detrás hay gente que precisa de ayuda con más urgencia que ella misma.

- Por favor, no me cuelgue... no tenemos cobertura y no se si podré volver a conseguir llamar. Sin colgar el móvil, pues ahora mismo es su única vía de comunicación con el exterior, se acerca a la puerta y la abre. Nadie más merecía sufrir este horror si ella podía evitarlo. Abrir era arriesgado, pero algo en su interior la impulsó a dejarles pasar...

Decidida a bajar y sin esperarlo noto como el DJ me sujeta el brazo. Pego un respingo, que no se si él habrá notado pero que me hace saltar el corazón. Miro hacia atrás y veo al chico mirándome como pidiendo excusas. Su actitud ablanda mi comportamiento y veo en él una buena persona, una persona a quien debemos ayudar también a salir de ahí. Además de friki añade mi mente. Pero justo eso puede jugar a nuestro favor. Puede que esté más dispuesto a creernos y ayudarnos. ... ¿y por qué no? También son dos manos más con las que enfrentarnos a esos locos.

- Chico, espera. Me llamo Violeta, y tú? - veo sorpresa en sus ojos por mi cambio repentino de actitud - Estábamos sentados fuera cuando de repente han aparecido varias personas muy enajenadas, drogadas, o lo que sea, que se han puesto a morder... engullo saliva... y a comerse la gente. Algunos de los moridos se han alzado al poco en la misma actitud - recuerdo esa vieja mirándome y me retuerzo - Y hemos salido por patas, hasta aquí. Pero aquí no nos podemos quedar. ¡Nos encontrarán!

Los golpes en la puerta se unen a mi voz y hace que se quiebre. Hoy no gano para sobresaltos.

Sophie abre la puerta. Quiero ver quien entra, no me fio y me tenso. Siento una sensación de peligro creciente.

Sophie se mantenía al teléfono, pero en el fondo sabía, que el mantener o no la línea abierta de poco les iba a servir. La operadora por su parte, poco más podía hacer, tenía muchas otras llamadas que atender, pero no quería librarse de malas formas de la desesperada mujer que llamaba en busca de ayuda.

-Facilitaré a la policía la localización en la que se encuentran, para que se dirijan allí al llegar para que puedan evacuarlos. Hasta entonces, cierren las puertas y si disponen de meses, sillas o sillones, úsenlos para atrancar las puertas. Apaguen la música y eviten las ventanas. Deben de permanecer escondidos y en silencio. Ahora necesito que sea fuerte, hay más gente en su misma posición que necesitan recibir también ayuda. Necesito localizarlos para cuando llegue la caballería. Es usted una persona muy valiente y si sigue mis indicaciones, verá que en poco tiempo vuelve estar en su casa, sana y salva. Ahora quiero...

Pi...pi...pi...

Las palabras de la operadora se cortaron de golpe, la línea se había cortado.

La idea de que todo aquello era una gran broma pesada le venía una y otra vez a la cabeza. Pero de ser así, entonces estaba tratando con algunos de los mejores actores del mundo. El miedo y la desesperación que mostraban era tan sumamente real, que empezó a creer que realmente estaban siendo atacados.

"Adelante Rob, dí algo inteligente."

-¿¡Qué!?

"Oh, genial, Rob. Ahora pensarán que eres retrasado. ¡Céntrate!

-Esto...estamos siendo atacados. ¿El personal de seguridad está al tanto de todo?

"Vale, definitivamente van a creer que eres retrasado. Si acaba de decir que todos están siendo atacados, así que claro que lo saben. Te estás luciendo, genio."

-Eh...quizás podamos llegar a la sala de seguridad. Desde allí se pueden ver las cámaras, es una habitación segura. La puerta es blindada, por lo que no creo que nadie pueda entrar. También podemos bajar ahí abajo, aunque no es un espacio muy grande, no para todos los que estamos aquí. Puedo tratar de llamar a Jamal para ver si ya tienen todo controlado o decirle que estamos aquí.

"Ahí, ahí, que no parezca que te vas a cagar encima. Vaya locura de historia, pero no parece que mienta y eso es lo que me acojona. ¿Drogadictos? ¿Muerden a la gente? ¿El día de una boda? Esto parece el inicio de una jodida película de John Carpenter"

En el momento que la puerta comenzó a abrirse, fue empujada desde el exterior, provocando que Sophie casi cayese al suelo. Brian se coló en el interior del salón con el rostro demacrado por el miedo. Había perdido todo el color de sus mejillas y respiraba de forma agitada.

Al darse cuenta de que casi tira al suelo a Sophie, la lanzó una mirada de disculpa. Tras lo cual, tomó su rostro con las manos y la plantó un gran beso en la frente.

-¡Oh, dios, gracias, gracias, gracias! ¡Te quiero!

Brian estaba totalmente alterado y se movía de un lado a otro inquieto. Revisó con la mirada el salón en busca de posibles peligros. Pero tan solo vio a las damas de honor, al tío guaperas que se encargaba de algunos asuntos de la novia y a Rob.

Fue al ver a este último, que alzó la mano como un idiota y la agitó durante largo tiempo a modo de saludo. Tras lo que estaba sucediendo, el ver un rostro conocido le ayudaba a tranquilizarse...más o menos.

Tras Brian, entró un hombre vestido de forma impecable, pero cuyo traje había sido arruinado por la sangre que le cubría. El hombre se presentó como el hermano del novio, al menos eso creyó escuchar Sophie en el momento que habría la puerta.

-¡No os preocupéis! Este tío sabe lo que se hace, está entrenado para estas cosas o cosas parecidas o bueno...está entrenado para situaciones jodidas.

Brian señaló a Larry tras lo cual, se lanzó contra la puerta para cerrarla. Sophie pudo ver que por el fondo del pasillo, varias de aquellas criaturas avanzaban hacia ellos. No tuvo tiempo de verlas bien, pero por cómo se movían y los gruñidos que soltaban, no eran humanos.

El salón de baile era un lugar amplio, con grandes ventanales que daban a una hermosa vista de los jardines. El lugar estaba decorado con grandes arcos con forma de corazones, que marcaban un camino hasta un apacible estanque artificial. Junto a las ventanas, se encontraba Gary, observando el exterior. Eran el único que tenía visión total del exterior, el resto tan solo podía ver pequeñas partes del jardín.

El salón de baile disponía de una gran barra con toda clase de bebidas alcohólicas, así como refrescos para los más pequeños. En un lateral de la sala, sobre varias mesas, se encontraban los regalos de los novios. También estaba la gran pista de baile, así como una zona de descanso con pequeñas mesas y varios cómodos sofás. Un lugar sin duda destinado para aquellos que tras pasar horas bailando, deseaban charlar tranquilamente, descansar o disfrutar unicamente de una buena bebida.

También había un escenario, con una mesa de mezclas destinada al DJ que los novios habían contratado. Desde allí también se controlaban las luces, lásers y demás efectos de la pista de baile. Sobre el escenario se encontraba Violeta, una de las damas de honor, hablando con un hombre que lanzó una mirada de alucine total a Larry y a Brian.

Rosalin, sumida en el silencio, se comportaba como una muñeca sin cuerda. Se había sentado en una silla junto a la mesa con los regalos y con la mirada baja, se abrazaba a sí misma perdida en sus propios pensamientos.

Sophie ayudó a cerrar la puerta a Brian, quién no contento con ello, comenzó a buscar con la mirada algo para atrancar mejor aún la puerta.

-¡Rápido! Traer algo para que no puedan abrir la puerta, yo la sostendré todo lo que pueda. ¡Pero daros prisa, vamos!

La puertas eran grandes y pesadas, sin duda resistirían, al menos durante un tiempo. Pero para Brian aquellas puertas le parecían tan frágiles como una simple hoja de papel. Temía que en cualquier momento, una mano se abriese paso a través de la puerta y lo agarrase.

Llegar hasta aquí no ha sido sencillo y he tenido que lidiar con el rubio tratando de que no cayera en la histeria. Pero una vida és una vida, quién me iba a decir a mi que trataría de salvar algunas. Las miradas se pasean ante Brian y ante mí. Normalmente estoy acostumbrado a que se me mire, soy elegante y hermoso, modestia aparte.

Pero me temo que ésta vez, a juzgar por la mirada de pasmo de ese hombre, otra cosa llama la atención en mi persona. La aparente adicción de mi traje a la hemoglobina.

Debo seguir a lo mio, si pongo cara de horror, el caos se va a extender. Si actuo cómo si tener sangre por todas partes fuera normal, daré paso a la extrañeza y al miedo, que no és que sea mucho mejor, pero por lo menos impide que la gente se convierta en una turba alocada dispuesta a aplastarse unos a otros.

Sonrío ante las palabras de Brian, que remedio me queda y saludo alzando dos dedos a la sien, tipo "eh que tal?".

Me ha parecido que besaba a una chica y ahora está con la puerta de nuevo. Va a extender el pánico si no lo detengo...

Aunque aprovecho esos instantes para buscar caras conocidas, pero no hay ningún familiar mío.

Y luego me me intento dirigir a las pocas personas que hay presente, porque cuando alguién hace una entrada así, la gente siempre espera algo. Sin embargo, antes debo llamar la atención al rubio:

-Eh chico -me dirijo a Brian, que anda sumergido en sus miedos. Por suerte, mi voz ejerce autoridad en él, me acerco y le susurro - eh chico, busca alguna cara conocida y coloca una de las mesas pesadas y butacas en la puerta, con eso bastará.

Y de paso, lo tendré entretenido sin abrir más la boca. Hago gestos a las personas que hay reunidas para que se acerquen un poco para hablar:

-Soy Larry Miller, el hermano del novio. ¿Qué ha sucedido aquí? ¿Y los demás? -momento ideal para ir quitándome el chaleco del traje, revelando mi impoluta camisa interior y tirarlo al suelo pero lejos de los demás. No ayuda mucho ir repleto de sangre mientras tratas de comunicarte con las personas- ¿Necesitamos un telefono con cobertura, algunos de vuestros telefonos funciona?*

Volviendo al equilibrio, pues del empujón de la puerta casi la hace caer de culo, se acerca a Larry.

- Te conozco de vista, se que estabas entre los principales invitados del novio. Nosotras estabamos al otro lado como amigas y damas de honor de la novia.

Se señala el vestido rosa cursi hasta dar asco. Luego a sus dos compañeras de igual atuendo...

- Yo me llamo Sophie y ellas son Violeta y Rosalin. dice señalando a los otros dos "algodones de azúcar tamaño humano". Gary, que ayudó a planificar la boda y... piensa a cerca del cuatro integrante, aunque no recuerda haber oido su nombre... - Bueno, no nos hemos presentado pero trabaja aquí.

- Con mi móvil he podido ponerme en contacto con el 911. Ya he avisado para que envien a los servicios médicos y a la policía. Parece que de alguna forma... ya estaban al tanto de lo sucedido. Incluso me dió la impresión de oir a otras operadoras dando las mismas instrucciones a otras llamadas entrantes.

Sophie empieza a ayudar a poner algo que pueda atrancar de nuevo la puerta...

- Me han dicho que cerremos puertas y ventanas y las atranquemos con lo que podamos, nos mantengamos en silencio y todo ello en alguna sala lo más segura posible. Y hablando de eso... al parecer dice señalando al hombre sin nombre... - Nos han dicho que hay una sala de seguridad con puertas blindadas desde donde se monitorean las cámaras del hotel. Deberíamos ir allí en cuanto sepamos si el tal Jamal está en la sala. Quizá con la radio y siguiendo las cámaras pueda guiarnos por dónde ir sin toparnos con esos... no sabía todavía como describir a las personas convertidas en canibales asesinos.

De nuevo miró al "DJ sin nombre" esperando una respuesta. Debían de encontrar un lugar seguro ya.