Partida Rol por web

Erick creía que no lo lograría, pero en el último momento hizo un esfuerzo y logró meter el bastón en el ascensor para evitar que se cerrasen las puertas.
Luego sólo tuvo que hacer palanca para volver a abrirlas.

Usted perdone. Pero no podía dejar que se me escapase el ascensor. Subir andando es un fastidio.

- Desde luego -respondió el hombre con una sonrisa. Pulsó el botón de la planta baja y se quedó quieto, sin hacer nada más. Aunque podías jurar que se reía por lo bajo.

No había mucho más que hacer. Estaba claro que el tipo tenía la piedra, y también que no se la iba a dar por la buenas. No obstante, Erick intentó la via diplomatica. Por lo menos mientras subían en el ascensor.

Disculpe que lo moleste, pero en verdad necesito la piedra que ha cogido. Le agradecería que me la entregara por las buenas. Incluso estoy dispuesto a comprarsela.
Pero realmente la necesito y tengo que llevarmela.

- Entonces tenemos un problema -respondió el tipo con un tono despreocupado y afable- Porque yo también la necesito.

Se te quedó mirando, sonriente, a la espera de tu próximo movimiento

Erick se imaginaba algo así. Pero bueno, tenía que intentarlo.

Pues sí. Efectivamente tenemos un problema.
¿Alguna sugerencia? Odiaría tener que pelearme. No me gusta la violencia innecesaria.

El aesir estaba en tensión, listo para la batalla. Trataba de hacerse una idea de las posibles habilidades de su contrincante. Pero desde luego no era facil.

El ascensor llego a la planta baja y las puertas se abrieron. El tipo seguía mirándote, sonriente y sin soltar el maletín.

- Ya nos veremos -dijo simplemente

Acto seguido, aparecieron dos copias idénticas del mismo tipo. Los tres salieron corriendo en dirección a la salida, cada uno tomando direcciones diferentes.

Erick no sabía muy bien qué iba a hacer el tipo, pero desde luego no esperaba esto. No obstante, aunque inteligente, la situación era de facil solución. Averiguar cual era el verdadero tampoco era tan dificil.

Un momento, no te vayas todavía. Tenemos cosas que discutir.

Y fue tras la imagen que creía que era el verdadero ladrón.

La repentina multiplicación de aquel tipo te pilló momentaneamente por sorpresa, pero es difícil engañar a un hijo de Odín. Distinguiste al auténtico, que intentaba acortar camino hacia la puerta saltando por encima del mostrador de recepción. Parecía estar en buena forma, pero no era especialmente rápido ni ágil. Estabas seguro que en un sprint podrías alcanzarlo y placarlo.

Como siempre, la agudeza mental de Erick era su mejor arma. O por lo menos eso pensaba él, pero había momentos en que no quedaba más remedio que recurrir al enfrentamiento físico. Y al parecer este era uno de ellos.

Ignorando las imagenes falsas, el aesir salió en pos del rubiales. Estaba claro que esperaba que las ilusiones le confundieran y lamentablemente, para él, no fue así.

El rubio alcanzó la calle, seguido por sus copias, pero Erik ya le había calado. Antes de que pudiera dar dos pasos, Erick le hizo un placaje y lo derribó, lo que le obligó a soltar el maletín.
 

Una vez el rubiales soltó el maletín, Erick se lanzó a por el mismo velozmente. Estaba claro que ambos lo querían, ahora sólo faltaba por ver cuanto lo quería el otro tipo.
En verdad esperaba que no tuviera que llegar a la violencia, a más violencia en realidad.

De verdad que no quiero pelear. Dejame llevarme la piedra y tengamos la fiesta en paz.
Será mejor para todos. En serio.

El hombre se rio con una sonora carcajada

- Está bien, está bien, chico listo. A mi tampoco me interesa una pelea; esperaba que la distracción fuera suficiente. Coge la piedra. Llévatela, es tuya -dijo señalando al maletín

Erick estaba apunto de irse con el maletín, pero le extrañó la rápida concesión por parte del otro tipo. Había algo que no encajaba, algo que seguramente él mismo también habría hecho. Tratar de engañar a su enemigo.

¿Quiés es este tipo? ¿Y por qué se parece tanto a mi?

Cuando vas a coger el maletín, te das cuenta de que está intentando darte el cambiazo, usando otra ilusión para camuflar la piedra rúnica

Justo antes de coger el maletín, Erick se detiene mira al tipo fijamente y sonrie.

Por favor. Lo que quiero es la piedra. No el maletín.
Si fueras tan amable de dejar los trucos. No van a funcionar conmigo.