Partida Rol por web

Tras una caminata más corta de lo que esperábais y casi sin tener que udar las linternas (la luna casi llena ilumina bastante bien las calles) llegáis a la casa Westly.

es cierto que se ve bastante más entera que el resto, aunque eso dista bastante de que sea cómoda o esté bien. Digamos que el término que más se le adecúa es "apenas habitable".

desde fuera veis que es una casa de dos plantas aunque la superior tiene el tejado casi completamente derrumbado. El jardín hace tiempo que ha dejaso de ser tal, transformándose en un pequeño bosquecillo, y la cercanía al cementerio os hace entender que pocas personas se hayan aventurado por allí; de todos modos eso os ha venido bien, ya que la casa está "entera" precisamente por eso.

-¡Tsk! Chasqueó Marvin con la lengua al ver el escenario en el que pasarían la noche. No me gusta. Dijo. Me trae recuerdos.

La presencia del cercano cementerio les había convenido para encontrar una casa más habitable, pero su presencia no dejaba de ser algo inquietante, sobre todo tras el caso Loxton.

-Pero tendrá que valer... Marvin encendió su linterna y se acercó con decisión, enfocando la entrada. Vale gente, le dijo a los otros mientras caminaba, tendremos que suponer que en este puto cuchitril no hay electricidad, así que enfocad con las linternas y no metáis el pié en ningún agujero de mierda. Esta puta casa es vieja, bastante jodido lo tenemos ya como para que ahora suframos un accidente por esta jodida casa de mala muerte.

Marvin se acercó a la entrada principal, y probó a abrir la puerta.

La puerta cede ante la presión de la mano de Marvin con un sonoro "Ñiiiick". Podéis ver que da a un salón cuadrado, con dos puertas en la pared del fondo y un pasillo entre ellas. Sobre la pared de la izquierda hay una escalera por la que no parece prudente subir.

Por suerte, la luz que entra en la estancia a través de las ventanas (todas sin cristales) ilumina bastante bien la polvorienta habitación en la que, aparte de ustedes en la puerta, parece no haber nada.

Rick entro entusiasmado, ademas de la historia, las casas viejas y con misterios le encantaban tambien, sabia que esa casa podia tener años y por lo que alguna madera rota la cual estaria al acecho para hacer daño, Marvin abre la puerta y luego de pasar este, lo sigue por detras, no queria que nadie se diera cuenta que tambien poseia algo de nerviosismo, casa vieja, problemas seguros.

- Espero que no tenga ratas, o de lo contrario estaremos de caceria hoy jajaj.

Marvin paseo el haz de la linterna por toda la habitación para hacerse una idea clara de ella, y luego avanzó unos pasos.

El hombretón dejó en el rincón que más limpio le pareció las mantas que había cargado, y habló.

-Creo que deberiamos poder fiarnos de la gente del pueblo, pero solo por si acaso, mejor que echemos un vistazo al resto de la puta casa. Dijo avanzando hacia las dos puertas. No me preocupan las ratas pequeñas, pero si las jodídamente grandes, no se si me entendéis... según digeron estas casas abandonadas suelen usarse a menudo, y no tengo ganas de recibir una puta visita a media noche. Asegurémonos de que estamos solos, y cerremos todo lo bien que podamos los accesos.

Según hablaba no dejó de moverse hasta llegar a la puerta de la izquierda del pasillo, y probó a abrirla para ver su interior.

La puerta cede luego de un notable esfuerzo, el que queda explicado al abrirla, la puerta da a una cocina (o lo que en su momento fue una cocina) pero el piso de arriba se ha derrumbado parcialmente, llenando el suelo y el mobiliario (una despensa, una mesada y una pesada cocina de hierro) de escombros. Desde donde está Marvin, parece que el derrumbe se extiende hacla la habitación de atrás.

Si bien no hay olor a humedad o a encierro (gracias a los cristales rotos y a las corrientes de aire por las puertas y el hueco en el techo) aquí sí son notorias enormes manchas de humedad, mugre, y un ligero y sulfuroso olor a meadas de gato.

Cruza el umbral de su improvisado hostal y niega con la cabeza al comprobar el deplorable estado en el que se encuentra. La humedad suele aumentar el dolor de su pierna, y sabe que no podrá dormir bien por el terrible dolor de la costilla rota. Aún así, le reconforta el hecho de poder pasar la noche a solas con sus compañeros sin las miradas indiscretas de nadie.

- Creo que mañana le pediré al doctor ración extra de calmantes

Enciende su linterna y abre otra de las puertas con calma, asomándose sin llegar a entrar.

La puerta que abre Montesco (la de la derecha) da a una habitación razonablemente entera (al menos tiene cuatro paredes y un techo) que está amueblada con tres camas de una plaza, tres mesillas de noche y un armario enorme que ocupa casi toda la pared de la izquierda. En la pared de la derecha hay dos ventanas que, como podríais esperar, no tienen cristales sanos.

Hay un poco menos de luz aquí, pero podríais jurar que lo que si hay es la misma cantidad de mugre, un poco menos que en el salón pero eso no la deja precisamente limpia.

-Menudo montón de mierda... Dijo Marvin al ver lo que había tras la puerta que decidió abrir. De la misma, la volvió a cerrar tratando de encajarla bien en su lugar, ya que los escombros del techo tirado spor el suelo dificultaban un poco la tarea.

Marvin miró hacia sus compañeros y vió que Montesco inspeccionaba la otra habitación, de modo que se acercó a mirar el también, y lo que allí vió, lo dejó más satisfecho.

-Vaaale amigos. Creo que hemos encontrado donde dormir, esto está cojonudo. Aún deberiamos mirar lo que queda de la casa, pero me parece que viendo cómo está la puta cocina, mejor habitación que esta no vamos a encontrar. Les dijo mientras se acercaba al armario. Veamos que hay aquí... vacío no costará arrastrarlo, y podemos tapar las mierdas de ventanas con esto. Luego... hasta podriamos hacer turnos y dormir todos en cama. Vigilar no me parece una opción. El puto maletín fué robado, y en ese pueblo hay alguien que sabe lo que traiamos. Prefiero no arriesgarme.

Lytton permanecia en el porche de la casa apoyado contra su maltrecha fachada. Mientras su mirada se ausentaba en la oscuridad de la noche, todos sus sentidos se aferraban a los ultimos resquicios de delicioso placer apunto de ser extinto.

Una ultima bocanada y tres blancos circulos expandiendose, disipandose, fueron el punto final que le hicieron volver a la cruda realidad. ( aunque tambien tubo que ver algo el basto vozarron de marvin aclamando al monton de mierda).

Un par de minutos... un par y mi querido amigo musculado tendra organizado el campamento - Murmuro para si mismo mientras depositaba delicadamente la "golden fish" en su caja -

- Seria buena idea señor Marvin, podrian atacarnos e incluso peor, ustedes saben que si les han robado pueden volver a intentarlo y mas en una hermosa casa como esta y sus malditas ventanas jajaja. Alguien posee algun arma?

Mientras el profesor intentaba ver como era el lugar donde estaban y analizar las posibles salidas y entradas de estas.

- ¿Atacarnos? - Abre los ojos de par en par sorprendido, intentando asimilar esa posibilidad - Vaya, espero que no. ¿Por qué iban a hacerlo? El que buscaba el libro de Mcgregor ya lo ha conseguido, así que posiblemente ya estará lejos de este maldito pueblo

Observa la habitación con detenimiento y escucha las malsonantes pero razonables palabras de Marvin.

- Yo siento no ser de mucha utilidad, caballeros, pero me temo que mi maltrecha pierna y mi costilla rota no me permiten demasiados esfuerzos. - Mira a Rick y a Marvin un instante y sonríe al recordar la enorme corpulencia de ambos - Seguro que entre los dos podrán mover los muebles sin problema. Para no ser un estorbo, inspeccionaré el resto de la casa por si encuentro algo que pueda sernos de utilidad. Seguro que lord Lytton no tiene problema en acompañarme

-En mi trabajo, ser paranoico te salva la puta vida. Le dijo Marvin a Montesco. No perdemos nada por vigilar, y ganaremos mucho si pasa algo, así que mejor que no bajemos la guardia. Yo sigo jodidamente mosqueado con el puto asunto del libro, y quien lo tenga se imaginará que no nos vamos a quedar de brazos cruzados. Además por muy simpáticos que sean en el puto pueblo, sigue siendo gente desconocida de la que no sabemos nada... prefiero no fiarme.

Marvin hablaba mientras hacía cábalas sobre cómo mover el armario.

-Joder, es un puto tanque... Bueno tenemos mantas suficientes, taparemos las ventanas con algunas de ellas, y bastará con que nos turnemos para vigilar. Se giró para mirarles mientras concluía. ¿Cómo lo hacemos? Yo me quedo con la primera o la última vigilancia, como prefiráis.

- Pues sere el primero ya que ustedes son todavia jovenes y pueden aguantar mas si son los ultimos jajaja, por lo que alguien tiene algun arma?.

Mientras se tapa con una manta pero sigue mirando para todos lados.

-Claro... Marvin sonrió mientras se desprendía de su abrigo, y buscaba su hueco para dormir una vez que Stones se presentó voluntario para la primera guardia. Al dejar el abrigo, sacó a Gladys a tomar el aire, y se la mostró al venerable hombre. Nunca salgo de casa sin mi querida Gladys. Forma parte de mi jodida profesión... Pero le aconsejo que se busque algo contundente con lo que machacar la cabeza de cualquier cabrón que se acerque por aquí. Soy un hombre muy celoso, y no me gusta dejar a Gladys al cuidado de otros. Y remarcó sus palabras dándole un cariñoso beso al cañón del arma.

Pese a que lo habían aceptado en el grupo, Stones seguía siendo un completo desconocido y Marvin no dejaría que un desconocido acariciara a su amada Gladys.

¡Diablos! Pensó. No se la dejaría ni al pobre desgraciado de Monty. Recordó a su amigo, y deseó que cuando todo aquello terminara pudiera volver a verlo recuperado. En el fondo le dolía su situación, y no olvidaba a la familia del hombre. Su mujer nunca había tragado a Marvin, pero se sentiría en deuda con ella de por vida si Monty no salía de aquella. Con ella, y con su hijo.

-Entonces me encargaré de la última guardia. Terminó diciendo mientras terminaba de colocar las mantas en las ventanas y se recostaba Gladys en mano con el seguro puesto. Aunque me apuesto lo que queráis que tampoco voy a dormir mucho esta puta noche.

La debil luz nocturna que atravesaba las ventanas dejo entrever una figura distingida entrando en la habitación - Mi viejo y apreciado montesco, disculpadme pero yo no voy a darme una turne por semejante pocilga, es decir, no pienso subir por una mas que probable carcomida escalera, no pienso revisar este retrete publico de mininos, ratas y palomas y no pienso ser uno más de la comunidad que habite en esos colchones.- dijo señalando las tres camas - Espero caballeros que comprendan no es una cuestión de negatividad, si no una cuestión de higiene y olfato principalmente -

Lord lytton se dirigio a la pared que se hallaba junto a la puerta, se agacho, espolvoreo ligeramente el suelo con la mano y se sento apoyando su espalda contra esta a la par que bajaba su cabeza murmuro - yo me encargare del segundo turno -

Sonríe al escuchar a Lytton y hace un gesto mostrándole las palmas de las manos

- Claro, claro, lo entiendo perfectamente - niega un poco con la cabeza sin abandonar la sonrisa - me encargaré yo solo

Espera a que el lord termine de acomodarse y se dirige a explorar lo que queda de la casa que no está en ruinas. Quiere ver si hay algo interesante, pero no va a arriesgarse a sufrir otro accidente.

Ante la negativa del resto, te metes por el pasillo que aún está sin explorar (y es que la escalera no te da mucha confianza).. El pasillo tiene una ventana en la pared del fondo por la que entra, por suerte, una abundante luz de luna. Bajo la ventana distingues un mueble (desde donde estás no se ve bien pero puede ser una mesilla o una cajonera? y, mas o menos a medio camino hay dos puertas, una a cada lado, que están cerradas.