Partida Rol por web

Sorprendiome Gundane con su forma de conseguir quedarnos en el monasterio. Aunque el pobre compadre tuvo que aguantar las sangrías y otros remedios. Espero que no lo hicieran enfermar.

Llegada la noche, nos aprestamos a esperar agazapados la llegada de la mujer de nuevo.

Definitivamente, el recaudador era hombre de mente viva y grandes recursos, pues con su actuación como enfermo logró convencer al reacio abad para que nos dejara permanecer allí una o dos noches más con la excusa de recuperarse de las supuestas fiebres. Erramun confiaba en que no se les fuera la mano con las sangrías y Gundane pudiera contarlo.

Tras pasar una jornada de lo más anodina cumpliendo las rutinas dentro del monasterio, Erramun junto a Tomás y Ramiro se apostaron con cuidado en los lugares que había dispuesto este último en la explicación de su plan, con todos sus sentidos alerta.

Allí estábais los tres, Gundane guardaba cama y estaba demasiado débil para acompañaros. Es`perando en los sitios que había dicho Ramiro.

Estaba oscuro y hacía frío, las paredes del monasterio aislaban pero sin unas buenas mantas y allí quietos sin mover ni un músculo por miedo a espantar a la mujer, se os estaba metiendo dentro.

Llegó la medianoche, fué entónces cuando la vísteis. La más bella de las mujers caminando completamente desnuda hasta la puerta del abad. Pensamientos lujuriosos os invadieron pues la mujer era terriblemente bella y poseía algo que os excitaba sobremanera. Quizás era su forma de andar , seductora y despreocupada.....su frotarse contra las columnas como una gata en celo. El caso es que allí estaba.

Ramiro tiritabade frio, pero ahora temblaba por otra razón. Si la breve aparición femenina le había turbado de lejos, ahora que la veía más de cerca, le provocaba una seria turbación. Pero se sobrepuso y preparó para saltar sobre ella con la manta que sostenía extendida, como si fuese a atrapar un pájaro. Pero hizo más ruido con esta maniobra del que hubiera hecho un cazador de verdad

Llegó la noche y los tres hombres se apostaron en los diferentes sitios siguiendo las indicaciones del plan de Ramiro. Pasaba el tiempo y el frío atravesaba cualquier vestimenta. El hecho de no esperar a que llegara una hora o un momento concreto hacía que aquella guardia particular se volviera más exasperante por momentos.

Pero de repente, una figura femenina hizo su aparición ante ellos. Erramun miró de reojo intentando escudriñar las reacciones de sus compañeros, y por lo que pudo intuir en sus rostros, no era el único que veía a aquel portento. Y acertado era describirla así puesto que los ojos del infanzón en su vida habían presenciado belleza tan arrebatadora como la que poseía aquella mujer.

Erramun decidió moverse con toda prudencia posible para poder observar con mayor detalle a la misteriosa mujer.

Por fin, después de una larga espera la mujer apareció y Gundane no estaba aquí para ver que no eran invenciones.

Era hermosa la mujer, y andaba completamente desnuda, como si el frio no la afectase y viéndola no pude evitar levantarme y avanzar hacia ella con intención de saber quién era.

   La mujer ve a Ramiro y a Tomás y no puede evitar sonreirse de manera pícara, Se da la vuelta y desaparece por donde había venido dejandoos igual que al principio  Otra vez el silencio y el frío y nada, absolutamente nada. Aunque después de ver a la moza no sabéis qué pensar.

Cualquier intento de seguirla es inútil.

Casi estaba a punto de tocarla cuando la mujer desapareció

- ¿La visteis? ¿A dónde ha ido? - le pregunto confuso a mis compañeros - esto son brujerías sin duda -

Me quedo mirando donde estaba la mujer sin saber muy bien que acaba de ocurrir, ni que pudiéramos hacer para averiguar que era la mujer, ya que ahora estaba convencido que no era de carne y hueso. Quizás debiéramos buscar a un inquisidor o un exorcista que tuviese más conocimientos que nosotros.

Ramiro está irascible tras la espera en vano en el frío. Y su líbidinosa curiosidad, que antes espoleaba su deseo de dar caza a la muchacha, se torna en agresividad.
-Brujerías son sin duda, amigo. Et si el origen de las mismas querédemos hayar, por seguro que en el lugar al que la muchacha... o demonio, pues ya non lo sé, se dirigía. Que me lleve al infierno si el abad non sabe de donde proviene este embrujo.-

- Tienes razón Ramiro - afirmo ante su estallido - sin duda el abad debe saberlo et por eso non quería que nos quedáramos -

- Más no podemos volver a llamar a su puerta como anoche, debemos encontrar otra manera de descubrirlo -

Erramun quedó tan desconcertado como sus compañeros ante la fugaz aparición de la mujer.

-Embrujo o aparición demoníaca es, sin lugar a dudas.-Dijo mientras se persignaba instintivamente.-Desde luego en este monasterio se debe realizar algún tipo de ritual para que estas apariciones ocurran. Y el abad debe estar al tanto de todo esto, no me cabe duda.

Escuchó las proposiciones de sus compañeros, y tampoco tenía muy claro como debían actuar en semejante situación.

-Tal vez debiéramos buscar en algún pueblo cercano a un hombre de fe, un exorcista, para que nos ayude en esta tarea. Pero no sería prudente salir en su busca y abandonar a Gundane a su suerte en este lugar...

El infanzón se debatía inseguro, sin decidirse por una opción concreta. Si Gundane estuviera con ellos, tomaría la decisión adecuada sin vacilar. Pero tenían que organizarse entre los tres.

Os habíais quedado con un palmo de narices aunque embelesados por las formas de la mujer que cada movimiento suyo incitaba a la lujuria. Pero os había descubierto y mandado al traste vuestro plan.

Todavía era de noche, pero daba la sensación de que ya no podíais hacer nada....o quizás si. Estaba en vuestra mano descubrir lo que pasaba en este monasterio.

- Voltemos pues a las celdas et hablemos con Gundane - respondí convencido - si non sabemos se todos los monjes están en el lio, non podemos preguntar en el monasterio si tienen algún exorcista. Tampoco creo que en la biblioteca del monasterio podamos encontrar mucha información. Et pasar más noches en vela esperando por la mujer sin saber cómo retenerla o que es no tiene sentido -

-¡Esperad! Non sabemos cómo face la mujer para entrar en los aposentos del abad. Et aun si demonio fuese, ¿non llamaría a la puerta? Quizás si llamáramos et nos escondiéramos, el abad saldría a buscarla et bien podríamos rebuscar en su celda.

- Por otro lado, siendo enfermo Gundane, quizás pudiéramos quedarnos un día más, pues el abad non nos fará fuera estando el de Olite débil...- 

Erramun escuchó a sus compañeros, planteaban diferentes opciones, pero ambos coincidían en una posibilidad. Así que decidió él también remarcar esa misma opción para tratar de hayar un acuerdo entre los tres.

-Parece que asustamos a esa... criatura, et nos hemos quedado aquí con un palmo de narices. En cuanto nos sea posible fagamos visita a Gundane para interesarnos por su estado, et de paso contémosle lo que acabamos de ver aquí. Esperemos poder pasar otra noche, procurando ser más cautos la próxima vez para no asustar a lo que sea que hemos visto hace unos instantes.

Estábais en un mar de dudas, sin saber que paso tomar. Entónces el noble Erramun sugirió ir a ver a Gundane y que el os iluminase con su sabiduría e ingenio.....si no estaba todavía demasiado débil.

Fuísteis pues a su celda y allí lo encontrásteis en estado febril, las sangrias parecía que estaban teniendo el efecto contrario al esperado....o quizás es lo que pretendía el abad. El caso es que allí estábais los cuatro con demasiadas preguntas y pocas respuestas.

La treta había salido bien, habías logrado por lo menos unos días más a costa de tu saludo. Pues un monje entró en tu cuarto cuando quedaste solo y empezó a hacerte sangrias con sanguijuelas y a cuchillo para sacarte el mal de dentro o dejarte morir en el intento. HAbía sido un día difícil, ayuno y sangrias, pero al fin te dejaron solo.

A la noche tus compañeros entraron en tu celda con cara de preocupación y buscando consejo. A saber lo que habían visto esta noche.

El cuerpo cobraba ya con dolor el pecado de la verdad a medias, mas aquello sería expiado indudablemente pues mis acciones tendrían consecuencias mucho más pías. Era de noche y las tripas me dolían casi tanto como el pellejo, frente a mí se encontraban aquellos beneficiados por mi labia.

-¿Como ha acontecido todo? No sean tacaños con el detalle- consulté intentando incorporarme contra la pared.

Estaba pálido y cansado.

Llegamos a la celda, si Gundane no estaba enfermo antes, era obvio que los cuidados lo habían enfermado.

- Esta vez hemos encontrado a la mujer - le digo nervioso - más no es real sino obra de brujería, desapareció en el aire sin dejar rastro -

- Non se lo que está sucediendo aquí, pero credo que nos vendría bien la ayuda de un inquisidor -